◆ “EL marxismo
ortodoxo no significa, por tanto, una adhesión sin crítica a los resultados de
la investigación de Marx, no significa un "acto de fe" en tal o cual
tesis, ni tampoco la exégesis de un libro "sagrado". La ortodoxia en
cuestiones de marxismo se refiere, por el contrario y exclusivamente, al
método” — Georg Lukács,
Historia y conciencia de clase
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Karl Marx ✆ Allan Mcdonald
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Damian Vekelo | Luego de la caída de la URSS y el retroceso
de la ola revolucionaria iniciada en la década del 60 del siglo XX, se produjo
un repliegue político e ideológico de la clase obrera en todo el mundo. Este
repliegue estuvo acompañado de una ofensiva general del imperialismo, que logró
su mayor efecto en el desarme ideológico del movimiento revolucionario. Se
comenzó a hablar de crisis del marxismo y el pos modernismo se inoculó, a
través de las universidades, en el movimiento de masas. El hecho objetivo de la
desaparición del llamado socialismo real, sirvió de pretexto a los académicos
vulgares, para cuestionar las partes constitutivas del marxismo, fragmentándolo
y de esa manera intentar reducirlo a una rama de la sociología o una doctrina
económica.
La crisis actual del capitalismo, volvió a colocar al viejo
topo en la palestra. La obra cumbre del revolucionario alemán, su principal
trabajo teórico y político,
El
capital, fue reeditado y batió records de ventas en Europa y hasta en EEUU.
La burguesía buscaba en la producción de su peor enemigo, los elementos para
comprender lo que no puede entender con su corta visión, que como
el aprendiz de hechicero, libera
fuerzas que no puede controlar
i, ni advertir.
Pero
el reconocimiento parcial de la vigencia del El capital, su reducción al análisis del modo de producción, al
manual de economía, es una concepción contra la que debemos batallar los
marxistas que abrevamos en la ortodoxia.
En El capital, como en toda la producción
intelectual de Marx y Engels, el método dialéctico, o más precisamente el
materialismo dialéctico, aparece una y otra vez como el cemento que unifica
todo el edificio marxista. Es en el método para analizar y transformar la
realidad, donde se encuentra el filo revolucionario más peligroso para la
burguesía, el arma fundamental del proletariado, y por esa razón la clase
dominante intenta fragmentar el trabajo de Marx y afirmar que sus estudios
sobre economía fueron en ciertos aspectos acertados, pero no sus conclusiones
políticas.
El
imperialismo se encuentra, entonces, ante el fin de una onda larga de
crecimiento, prolongada por la hipertrofia financiera en los últimos 20 años
pero que entró en una fase de decadencia que no tiene perspectivas de
recuperación, o mejor dicho, de un nuevo ciclo de crecimiento al estilo de los
“años dorados” de la segunda post guerra
ii.
Esta
es hoy la base sobre la cual se
levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas
formas de conciencia social iii, el capital en su fase de
descomposición monopolista crea un conjunto de concepciones (que en el fondo
son variantes de la misma) buscando sostener su hegemonía en el plano
ideológico.
“El pensamiento, el principio de una época,
es el espíritu que lo penetra todo” iv
Hoy
ese cúmulo de ideas, contradictorias, imbuidas de sentido y lugares comunes y
principalmente carentes de sustento científico, que se denomina posmodernidad,
es la punta de lanza ideológica fundamental de la clase dominante.
El
posmodernismo se caracteriza, entre otros aspectos por el rechazo a la razón, aquella que fundamentó con cierto
correlato científico, los orígenes de la burguesía. El rechazo a la idea de
progreso histórico y principalmente de la ciencia y el papel del conocimiento
científico en ese progreso, promoviendo como alternativa al capitalismo, el
retorno a la naturaleza, o las formas de vida de las comunidades pre colombinas
en Nuestramérica. Esto acompañado por la absolutización del relativismo,
ignorando que todo proceso social tiene bases estructurales y diferentes
etapas, motorizadas por contradicciones de diferente carácter, en los que una
contradicción es fundamental, es decir, signa toda una época histórica.
Esta
“ideología” tiene un correlato político concreto que lleva a negar la
existencia de clases o definir que el proletariado ya no cumple, o debe
cumplir, el papel de vanguardia en el progreso social, en la destrucción del
capitalismo y la construcción del socialismo y a promover los “movimientos
populares” en lugar de la lucha de clases. Este diletantismo policlasista lleva
al más descarado oportunismo político, al reformismo y la social democracia.
Es
por eso que consideramos necesario abordar el problema en su esencia y resaltar
la centralidad del método dialéctico para analizar la sociedad y dar un firme
combate de ideas con el fin de rearmar a nuestra clase, el proletariado, con el
filo revolucionario del marxismo ortodoxo.
El problema
Nos
introduciremos en el problema metodológico, intentando hacer visible el sistema
de análisis a través de algunos de los capítulos del primer libro de El capital que aborda el proceso de
producción capitalista y desglosando de estos, las leyes que constituyen la
dialéctica materialista:
Ley
de unidad y lucha de contrarios
Ley
de las transformaciones cuantitativas en cualitativas
Ley
de la negación de la negación
Este
método se puede apreciar, en todo el desarrollo de esta crítica radical al modo
de producción capitalista, en palabras del mismo Marx:
“Mi método dialéctico no sólo es
fundamentalmente distinto del método de Hegel, sino que es, en todo y por todo,
la antítesis de él. Para Hegel, el proceso del pensamiento, al que él convierte
incluso, bajo el nombre de idea, en sujeto con vida propia, es el demiurgo de
lo real, y esto la simple forma externa en que toma cuerpo. Para mí, lo ideal
no es, por el contrario, más que lo material traducido y traspuesto a la cabeza
del hombre”.v
Ley de lucha y unidad de contrarios
Comenzaremos
con la ley que Lenin definió como la ley fundamental de la dialéctica. Marx
comienza su trabajo analizando la relación fundamental
vi, la más
sencilla, que se encuentra millones de veces en la sociedad burguesa,la
mercancía.
vii
En
esta célula básica del modo de producción capitalista se puede ver la
manifestación permanente de la contradicción, de la inter penetración de polos
opuestos. La mercancía posee un doble carácter, el de tener una utilidad y el
de ser intercambiable por otra mercancía equivalente,
“la mercancía se nos pone de manifiesto como algo bifacético, como
valor de uso y valor de cambio.” viii
La
lucha y unidad de contrarios, atraviesa y constituye también el proceso de
trabajo mismo, la actividad práctica del hombre es una contradicción entre la
especificidad concreta de un trabajo y el carácter general del trabajo como
abstractamente humano.
En
el desarrollo de la ley del valor, Marx aplica el método materialista
dialéctico para descifrar las diferentes manifestaciones del mismo, pero no
solo eso, sino también para llegar a una aprehensión profunda del problema,
como un proceso de cambio constante, así es que demuestra que esa unidad y
lucha de polos opuestos, esa contradicción hace que en determinadas condiciones
un polo se transforme en su contrario.
“El valor de uso o cuerpo de la mercancía
desempeña aquí un papel nuevo. Se convierte en la forma en que se manifiesta el
valor de una mercancía, y por tanto en lo contrario de si mismo. De igual
suerte, el trabajo útil concreto contenido en el valor de uso se convierte en
su propio contrario, en mera forma de manifestación de trabajo humano
abstracto. En vez de desdoblarse, las determinaciones antitéticas se reflejan
aquí una en la otra”ix
La
comprensión de un proceso determinado, de la naturaleza o la sociedad, implica
ver la totalidad, su forma y esencia, su movimiento.
En
el estudio del modo de producción capitalista y fundamentalmente en su obra
principal, Marx aborda el problema en su esencia, en su cualidad
histórica-social.
“Lo que de por si nos interesa, aquí, no es
precisamente el grado más o menos alto de desarrollo de las contradicciones
sociales que brotan de las leyes naturales de la producción capitalista. Nos
interesan más bien estas leyes de por sí, estas tendencias, que actúan y se
imponen con férrea necesidad” x.
Ley de la transformación de la
cantidad en calidad
Otra
de las leyes que pueden apreciarse en la producción teórica marxista es la ley,
descubierta por Hegel en su Lógica, según la cuál al llegar a un
determinado punto, los cambios meramente cuantitativos se convierten en
diferencias cualitativas”
xi
Un
ejemplo claro es el famoso prólogo de Marx a su trabajo, Contribución a la crítica de la economía
política: “Al llegar a una fase
determinada de desarrollo las fuerzas productivas materiales de la sociedad
entran en contradicción con las relaciones de producción existentes o, lo que
no es más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad
dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí.”
En
este se puede ver cómo los procesos históricos se desenvuelven por carriles
dialécticos, el desarrollo de las fuerzas productivas determina, no solo las
condiciones de superación de un estadío social, determinan también el carácter
de una sociedad específica o de un país, si este es una potencia imperialista,
una semi-colonia o un país dependiente.
Lo
mismo se encuentra en la producción capitalista, en el caso de un burgués
particular, en los primeros años de acumulación, cuando la burguesía se
multiplicaba todavía bajo la superestructura feudal y los gremios ponían trabas
al desarrollo capitalista:
“El régimen gremial de la edad media
restringió a un máximo muy exiguo el número de trabajadores a los que podía
emplear un solo maestro. El poseedor de dinero o de mercancías no se transforma
realmente en capitalista sino allí donde la suma mínima adelantada para la
producción excede con amplitud el máximo medieval. Se confirma aquí, como
en las ciencias naturales, la ley descubierta por Hegel en su Lógica…”xii
En
capítulo IX, TASA y MASA DE PLUSVALOR, en la página 375, Marx continúa
afirmando que
“la suma mínima de valor de
la que debe disponer el poseedor individual de dinero o de mercancías para
metamorfosearse en capitalista, varía con las diversas etapas de la producción
capitalista y, en una etapa de desarrollo dada, difiere entre las diversas
esferas de producción, según sus condiciones técnicas específicas”.
Esta
condición es aún mas visible, en la actualidad, en la etapa imperialista del
capitalismo, en la que el exorbitante volumen de dinero y mercancías necesarios
para acceder a una esfera de la producción, incluso a una esfera marginal,
reafirman el carácter insoslayable de esta ley de la dialéctica.
Ley de la negación de la negación
Esta
es una ley cuestionada por algunos académicos, se debe en gran medida, al
rechazo que produjo en el marxismo ortodoxo gran parte de la producción teórica
en la URSS, fundamentalmente los “manuales” de filosofía que estaban más cerca
de la escolástica que del método científico.
Es
de suma importancia recuperar y reconocer el valor de la dialéctica como
ciencia y en el caso de la ley de la negación de la negación, en particular por
que es la que describe el rumbo ascendente de la historia de la humanidad, el
progreso que se desarrolla como tendencia.
Volvamos
a ver directamente en El capital,
En el capítulo primero al desarrollar las formas que reviste la mercancía y
cuales son las condiciones para el intercambio, Marx recorre el proceso de
desarrollo de lo que denomina equivalente, es decir el aspecto que hace posible
el trueque, que iguala a todas las mercancías, hasta el surgimiento de una
mercancía que es intercambiable por todas las demás, o mejor dicho que es tomada
como referencia en el intercambio, un equivalente general, que en un momento
dado de la sociedad, reviste la forma dineraria.
“Aún así, desde nuestro punto de vista
actual el equivalente general en modo alguno es algo petrificado. ¿Cómo en
realidad el lienzo se convirtió en equivalente general? Representando primero
su valor en una mercancía singular (forma I); luego, relativamente y por turno,
en todas las demás mercancías (forma II), y así, de manera refleja, al
representar relativamente todas las demás mercancías sus valores en el lienzo”xiii
Basta
observar con detenimiento este proceso para comprender que se produce en tres
momentos, afirmación, negación y
finalmente negación de la negación. En el capítulo XXIV, La
llamada acumulación originaria, en el que Marx describe la tendencia histórica
de la acumulación capitalista, además de utilizar el método, lo explicita:
“El modo capitalista de producción y de
apropiación, y por tanto la propiedad privada capitalista, es la primera
negación de la propiedad privada individual, fundada en el trabajo propio. La
negación de la producción capitalista se produce por si misma, con la necesidad
de un proceso natural. Es la negación de la negación. Esta restaura la
propiedad individual, pero sobre el fundamento de la conquista alcanzada por la
era capitalista: la cooperación de trabajadores libres y su propiedad colectiva
sobre la tierra y los medios de producción producidos por el trabajo mismo.”xiv
Este
breve escrito intenta ser un aporte al debate sobre la necesidad imperante que
tenemos los revolucionarios en este momento histórico, apropiarnos de los
fundamentos del socialismo y principalmente tratarlo como una ciencia, es
decir, estudiarlo con rigor. El materialismo dialéctico es el corazón del
socialismo científico y el arma fundamental que debemos empuñar los
trabajadores para transformar la realidad.
Notas
1 Ambito.com
20/03/2016
2 La Nación
10/04/2016
3 El Cronista
comercial 05/04/2016
4 El Cronista
comercial 05/04/2016
5 Filósofo
griego perteneciente a la escuela cínica. Nació en Sinope, 412 – Corinto, 323
ane.
i K. Marx-F
Engels;
Manifiesto del partido comunista.
ii Coyuntura
internacional para el VII Encuentro Guevarista, Frente de Acción Revolucionaria
iii K. Marx;
Prólogo a la
Contribución a la crítica de
la economía política.
iv Georg W. F.
Hegel,
Introducción a la historia de la
filosofía.
v Postfacio a
la segunda edición inglesa de
El
capital
vi Lenin,
En torno a cuestión de la dialéctica.
vii El capital, TI capítulo I.
viii Karl Marx;
obra. cit, pág. 977
x Karl Marx;
prólogo a la primera edición de
El
capital
xi F. Engels; Anti-Düring
xii K.
Marx;
El capital TI pág.
374
xiii El capital TI pág. 1005
xiv Obra
citada; pág. 953