Esteban
Ezequiel Maito | El artículo presenta estimaciones de la tasa
de ganancia para catorce países en el largo plazo. La rentabilidad muestra una
clara tendencia descendente, si bien existen períodos de recuperación parcial,
tanto en los países centrales como en los periféricos. El comportamiento de la
tasa de ganancia confirma así las previsiones hechas por Marx de su tendencia y
la transitoriedad histórica del modo de producción. Finalmente, se realiza una
estimación de la tasa de ganancia mundial para las últimas décadas,
destacándose también el papel particular de China en la rentabilidad sistémica
durante el último decenio.
Introducción
Existe, en los orígenes mismos de la economía política
clásica, una preocupación por la tendencia al descenso de la tasa de ganancia.
Adam Smith y David Ricardo, entre otros, han sostenido a su manera su
existencia. La tendencia sistémica a la crisis y la generación insuficiente de
beneficios han sido también reflejadas por otros grandes exponentes de
corrientes económicas diferentes de la escuela clásica,
expresando, por un
lado, el carácter eminentemente real de la tendencia y, por el otro, las
particularidades teóricas de las corrientes económicas. Ricardo fundamentaba la
tendencia en el encarecimiento del costo laboral por una productividad agrícola
decreciente, ante la necesidad de expandirse sobre tierras de peor calidad.
Sin embargo, el supuesto ricardiano de una productividad marginal decreciente
en la agricultura (que los neoclásicos extrapolaron a toda actividad
productiva) ha demostrado ser en definitiva irreal. La rentabilidad muestra una
tendencia descendente,no porque la productividad decrece, sino justamente porque
se incrementa en términos históricos.
El proceso de producción capitalista es un proceso de
valorización (D – D´) por medio de la explotación de la fuerza de trabajo (D –
M …P … – M´ – D´). El capital adelantado en forma de dinero (D) es intercambiado
por mercancías (M) -medios de producción, insumos (capital constante, CC) y
fuerza de trabajo (capital variable, CV)-. La fuerza de trabajo, a diferencia
de los medios de producción y los insumos, tiene la potestad de generar un
valor adicional al de su reproducción.
De este modo, se realiza el proceso de producción
propiamente dicho (P) en el que la fuerza de trabajo, empleando los medios de
producción, transforma los insumos resultando en una masa de mercancías de un
valor global mayor al previo (M´). En el producto final, aparece así
transferido el capital constante empleado y un valor adicional que se
descompone en capital variable (valor de reproducción de la fuerza de trabajo
retribuido por el capitalista)y la ganancia en tanto valor generado por la
fuerza de trabajo que excede el de su reproducción.
El capital va de este modo transmutando de capital-dinero a
capital- mercancías, luego a capital-productivo, para finalmente retornar a la
forma de capital-mercancías y capital-dinero de un mayor valor. Este último
paso es el que implica la venta en el mercado (M´-D´), la realización de la
ganancia y del ciclo de valorización. La necesidad que cada capital tiene de
vender a un menor precio que sus competidores, y abarcar una mayor cuota de
mercado, implica un creciente gasto en capital constante fijo -maquinaria e
infraestructura- que permita aumentar la productividad y reducir el valor
individual de las mercancías, incluido el de la fuerza de trabajo.
El crecimiento relativo del capital constante se da en
detrimento del capital variable, destinado a la reproducción de la fuerza de
trabajo, siendo esta última la única fuente de la ganancia. El capital
encuentra así su propio límite interno. En tanto tal, su única finalidad es
incrementarse a partir de la plusvalía extraída a la fuerza de trabajo, pero su
único medio es el incremento relativo del capital constante respecto al capital
variable.
En los términos de Marx, este descenso tendencial de la tasa
de ganancia se daría independientemente de un descenso o estancamiento de los
salarios en relación a las ganancias, es decir con una tasa de plusvalía
(ganancias/capital variable) constante o creciente:
“Este descenso
relativo creciente del capital variable en proporción al constante y, por
tanto, en relación al capital total (…), hace que la composición orgánica
del capital en su conjunto sea cada vez más elevada, y la consecuencia directa
de esto es que la cuota de plusvalía se exprese en una cuota general de
ganancia decreciente, aunque permanezca invariable e incluso aumente el
grado de explotación del trabajo. (…) La tendencia progresiva de la cuota general
de ganancia a bajar sólo es, pues, una expresión característica del régimen
capitalista de producción del desarrollo ascendente de la fuerza productiva social
del trabajo”.
La tendencia descendente de la tasa de ganancia no se impone
necesariamente en forma constante, puede presentar períodos de crecimiento.
Existen factores contrarrestantes de esta tendencia, algunos de los cuales han
sido identificados por Marx y Grossmann: aumento del grado de explotación de la
fuerza de trabajo, abaratamiento del capital constante, pago de la fuerza de
trabajo por debajo de su valor, aumento de la velocidad de rotación del
capital, exportación de capital, comercio exterior para la ampliación de
mercados, entre otros.
Estos factores contrarrestantes son tan propios del sistema
como su tendencia al derrumbe. En su análisis de la tendencia, Marx deja de
lado algunos de estos elementos para centrarse en los determinantes centrales y
esenciales de largo plazo. Los factores contrarrestantes sólo en el largo
plazo. Sus propias características, que en un principio tienden a elevar la
rentabilidad, encuentran límites, terminan diluidas u operando posteriormente
en el sentido contrario. Si el abaratamiento de los elementos que conforman el
capital constante reduce en principio el valor relativo de este respecto a las
ganancias, elevando la rentabilidad, posteriormente será ese mismo
abaratamiento el que promoverá un mayor gasto en capital constante en el marco
de la competencia.
Grossmann concluye que sin estas contratendencias el
derrumbe del sistema sería mucho más abrupto:
“La operación de estas
contratendencias transforma el derrumbe en crisis periódicas, de modo que el
proceso de acumulación no es algo continuo sino que toma la forma de
ciclos periódicos (…) Al tiempo que todas estas contratendencias son
gradualmente castradas, los antagonismos del capitalismo mundial se vuelven
progresivamente más nítidos y la tendencia al derrumbe se acerca a la forma
final de un colapso absoluto”.
Si el sistema tiende a una menor rentabilidad, agota
paulatinamente su propio sustento. Pero ¿existe en los hechos empíricos esta
tendencia? El presente trabajo intenta contribuir al debate acerca de esta
tendencia inmanente del modo de producción capitalista a liquidar sus propias
bases.