Henri Lefebvre | El
punto de partida para dar al análisis un criticismo radical, para profundizar
en la problemática urbana, será la filosofía. Lo que, sin duda, sorprenderá a
muchos, y, sin embargo, a lo largo de las páginas precedentes, ¿acaso no ha
sido ya frecuente esta referencia a la filosofía? No se trata de presentar una
filosofía de la ciudad, sino, por el contrario, de refutar semejante actitud
devolviendo al conjunto de las filosofías su lugar en la historia. Nuestro
propósito está en presentar un proyecto de síntesis y totalidad que la
filosofía como tal no puede realizar. Después de esto, vendrá el examen de lo
analítico, es decir, de los esclarecimientos o recortes de la realidad urbana
por las ciencias parcelarias. Al rechazar proposiciones sintéticas basadas sobre
los resultados de estas ciencias especializadas, particulares y parcelarias,
estaremos en condiciones de plantear mejor –en términos políticos- el problema
de la síntesis. A lo largo de este recorrido, reencontraremos rasgos que ya han
sido significados, problemas que ya han sido formulados, y que reaparecerán con
una claridad mucho mayor. En particular, la oposición valor de uso (la ciudad y
la vida urbana, el tiempo urbano) y valor de cambio (los espacios comprados y
vendidos, la consumición de productos, bienes, lugares y signos) nos aparecerá
en toda su desnudez. Para la mediación filosófica que buscaba una totalidad
mediante la sistematización especulativa, es decir para la filosofía clásica,
desde Platón a Hegel, la Ciudad fue, mucho más que un tema secundario, un
objeto entre otros. Los lazos entre el pensamiento filosófico y la vida urbana
se descubren