"No hay porvenir sin Marx. Sin la memoria y sin la herencia de Marx: en todo caso de un cierto Marx: de su genio, de al menos uno de sus espíritus. Pues ésta será nuestra hipótesis o más bien nuestra toma de partido: hay más de uno, debe haber más de uno." — Jacques Derrida

"Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y les han sido legadas por el pasado. La tradición de todas las generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos. Y cuando éstos aparentan dedicarse precisamente a transformarse y a transformar las cosas, a crear algo nunca visto, en estas épocas de crisis revolucionaria es precisamente cuando conjuran temerosos en su auxilio los espíritus del pasado, toman prestados sus nombres, sus consignas de guerra, su ropaje, para, con este disfraz de vejez venerable y este lenguaje prestado, representar la nueva escena de la historia universal" Karl Marx

6/9/17

El joven Lenin, una protohistoria — I, II & III

Vladimir Lenin ✆ Mario Tosto 
“El materialista pone al desnudo las contradicciones de clase” — Lenin, 1895

Nicolás González Varela

Todo inicio es una definición encubierta. Y algo se puede llegar a conocer si sabemos cómo ha llegado a ser lo que es. ¿El comienzo no dice acaso la verdad del ser? O si lo quisiéramos decir con las palabras de indudable pathos hegeliano de un socialista agrario ruso que tuvo mucha influencia en Lenin, “por su forma, la etapa superior de cualquier desarrollo es similar al inicio del que se ha partido”. ¿Podemos comprender mejor, aprehenderlo en su contexto y necesidad, la práctica y la idea de Lenin si entendemos su origen, si logramos descifrar sus raíces, si exponemos cómo llegó a ser lo que fue? Lenin continúa siendo un enigma incluso cuando eliminamos los escombros del culto a la personalidad. ¿Cuál es la peculiaridad del marxismo de Lenin? Krupskaia definía a Lenin como “un erudito marxista surgido del Volga”. ¿Podemos explicar de manera materialista-crítica este surgimiento concreto desde el Volga? La tarea ya había sido planteada por el malogrado Dutschke: intentar una “reconstrucción crítico-materialista” de la comprensión de la revolución en Lenin, que conlleva reconsiderar el fundamento asiático de la Rusia zarista. [1] O en palabras del viejo Negri: intentar una lectura marxista del marxismo de Lenin. [2] Una proto-historia de la teoría revolucionaria de Lenin solo puede evocar lo que se nos ha perdido. Evoquemos el bulto de este vacío. En el mito se debe introducir la natural discontinuidad dialéctica de todo pensamiento, incluso el de Lenin. Calibremos la “otredad” del marxismo de Lenin. O sea: se trata de explicar a Lenin no desde la perfecta geometría del éxito de Octubre de 1917 sino desde el caos original de su constitución como práctico socialista y teórico marxista. Y como veremos la primera juventud tiene su meta en sí misma, no es un “escalón”. Si el discurso de Lenin “traduce” en términos organizativos una composición de clases real, que se entiende como algo específicamente determinado, solo podemos demostrarlo explicando su formación, el inicio. “Repetir” al Lenin de 1917 es un falso paso, remachar un fantasma, una nueva “beatificación”, una parodia que se practica sobre un mito, una voluta de humo académica. 

La visión no-geométrica de Lenin, el reverso materialista que nos conduce hacia el enigmático praktiki Vladimir “Volodia” Illich Ulianov de los años 1890, se puede reconstruir no sin cierta dificultad, [3] en parte debido al propio culto a la ersonalidad en la URSS que comenzó ya en 1918, [4] en parte a las propias condiciones de trabajo conspirativo que imponía el zarismo y en parte a la propia personalidad y estilo de Lenin, muy reservado en cuanto a sus recuerdos biográficos o en practicar autointerpretaciones de su Bildung política. [5] Lenin era un enigma incluso en vida. Durante su vida fue muy poco pródigo en recuerdos personales y, como señala Wolfe “al contrario de Stalin y Trotsky, no se preocupó en absoluto de la publicación de su futura nota necrológica”. [6] En 1922, el jefe de la sección rusa de la revista Photo Cinema, Piotr Voievodin, bolchevique desde 1903, redacta el largo guión de una gran película abortada sobre la vida de Ulianov y a este fin, intenta compilar “lo humano de Lenin”; sólo logra establecer de manera fehaciente que “1) Le gustan los niños; 2) y los gatos; 3) ríe a menudo; 4) tiene un plan y un modo de vida modestos; 5) juega bien al ajedrez; 6) le gusta montar en bicicleta’', y poco más. Zinoviev, muy cercano a Lenin, se dedicó desde 1932 a lograr un retrato concreto y exhaustivo; cuando en agosto de 1936 Stalin lo ejecutó no había podido anotar más que algunas ideas y preguntas: como Lenin preparaba sus informes, redactaba una resolución, presidía reuniones, escuchaba a un visitante, reaccionaba ante las derrotas, las victorias y rupturas. [7] No pudo ir mucho mas lejos. Detrás de la espesa niebla ideológica del “Santo-Apóstol-Profeta-Mártir”, se esconde un Lenin concreto, el Volodia [8] de “carne-y-hueso” que intentamos reconstruir. Lenin qua marxista revolucionario es inteligible sin este fundamento digamos concreto-nacional, sin esa discontinuidad real. Intentar rastrear el origen, las raíces, los preciosos momentos de formación del marxismo de Lenin es una tarea difícil, pendiente y necesaria. El culto a Lenin, ya latente a pesar de su propia opinión contraria en vida, paso a ser después de su muerte en 1924 descomunal, una producción monstruosa digna de Gargantúa. La Leniniana alcanzó proporciones bíblicas, desde crónicas diarias de su carrera política en todos los formatos imaginables, además que sus artículos y notas fundamentaban cada paso en la línea política oficial del Estado, cada cambio en la dirección debía ser necesariamente contrastado y ligado a una palabra maestra de Lenin. Como señala Bensaïd, el leninismo “estalinizado” no es otra cosa que una mera ortodoxia estatal. Pero incluso las fracciones y líneas de opinión internas (Trotsky, Kollontai, Kamenev, Zinoviev, Stalin, Bujarin, Miasnikov et altri) se legitimaban ante las bases a través de citas y contra-citas bizantinas de sus libros y discursos. Incluso Gorbachov en 1985 tuvo que justificar su Glasnot y Perestroika remitiéndolas al corpus de ideas inmortales de Lenin. La acumulación documental leniniana, alguna de la cual aportaba información interesante sobre la recepción histórica de Marx y la distintiva formación “oriental” del marxismo en Rusia, fue abruptamente interrumpida en 1938 por un ukase de Stalin. [9] Toda investigación seria y materialista sobre Lenin quedó interrumpida hasta 1956, y aquellos que se habían aventurado en rastrear las raíces “rusas” del marxismo corrían peligro, yacían en un gulag o habían sido ejecutados. [10] Para el Dia-Mat y para Stalin, Lenin fue un ur-marxista ortodoxo desde su adolescencia y punto. Lenin, en cuanto a Marx, era una suerte de Minerva, que nació con casco, pica, égida y escudo. Con razón Negri afirma que el leninismo en cuanto tal no existe.

En Occidente la Leninografía sufrió la falta de fuentes de primera mano además de la sobredeterminación ideológica de la Guerra Fría, pero las incongruencias y heterodoxia de Lenin intentaron ser explicadas de diversas maneras. Básicamente en la mayoría de los casos juegan en diferentes jerarquías tres paradigmas sobre Lenin praktiki marxista. Unos sostuvieron la versión de un Lenin marxista-primitivo, anclado en el Marx juvenil de barricada, el “blanquista” de 1847-1850, que todavía no había madurado hacia el cientificismo de Das Kapital. Otros veían a Lenin como un caso para ser analizado desde el punto de vista histórico-psicológico (al estilo del Wilson de Freud), respuesta de su psyché al conflicto con la figura zarista y noble de su padre y para resolver en lo real la ejecución vergonzosa de su hermano; finalmente la más extendida presentaba al marxismo heterodoxo y pragmático de Lenin como el último y más ilustre representante de la larga tradición rusa jacobina (terrorista y violenta que se remonta a Pestel), de la cual se habría apropiado en cuanto a ideas y estilos organizativos, agregándole a posteriori el stock teórico de Marx y Engels. Lenin en este caso nunca puede ser considerado un “socialdemócrata ortodoxo” (o lo fue durante un corto tiempo), y al corpus ideológico jacobino ruso simplemente le sumó una fina pátina de ideas marxistas. Intentaremos aquí salir de este atolladero, esquivar los dos polos opuestas de la mala interpretación de Lenin, tanto el del mito beatificador stalinista como el del neo-jacobino, intentando saber cómo Lenin llegó a ser lo que fue en la práctica como en la teoría.

El viaje es de adelante hacia atrás, desde la consolidación ya sin retorno del Estado de partido único en 1922, hacia el pasado conspirativo, hacia el sofocante mundo paranoico de los círculos populistas y marxistas durante el zarismo, pero también hacia la creatividad de un marxismo abierto, alejado del naciente Dia-Mat. El año 1922 es el principio del fin para Lenin, pero en marzo de ese año logra escribir un ensayo revelador: “Significación del materialismo militante”, titulo-homenaje a su maestro marxista Plekhanov, [11] para la revista teórica mensual: Bajo la bandera del marxismo. [12] En él afirma que “afortunadamente las tendencias principales del pensamiento social avanzado de Rusia tienen una sólida tradición materialista. Sin mencionar a Plekhanov, bastará nombrar a Chernishevsky”. Más adelante Lenin afirmaba que “sin un sólido fundamento filosófico… ningún materialismo puede soportar la lucha contra la ofensiva de las ideas burguesas, contra la restauración de la concepción burguesa del Mundo”, por lo que propone al comité editorial de la revista, “organizar el estudio sistemático de la dialéctica de Hegel desde el punto de vista materialista, o sea: de la dialéctica que Marx aplicó prácticamente en El Capital y en sus trabajos históricos y políticos.” Lenin concluye diciendo que “basándose en el modo como Marx aplicaba la dialéctica de Hegel, concebida de manera materialista, podemos y debemos desarrollar esta dialéctica en todos sus aspectos, publicar en la revista fragmentos de las principales obras de Hegel, interpretarlas de un ‘modo materialista’, comentándolas con ejemplos de la aplicación de la dialéctica por Marx.” Y como colofón final sugiere al grupo de redactores y colaboradores que la revista se constituya en una suerte de “Sociedad de amigos materialistas de la dialéctica hegeliana”. Lenin consideraba que “sin plantearse semejante tarea y sin cumplirla sistemáticamente, el Materialismo no puede ser materialismo combativo”. [13] Todos los conceptos materialistas para Lenin, como decía Marcuse, contienen una acusación y un imperativo. El artículo es sintomático, advierte de la posibilidad de una “restauración burguesa” en la teoría: la exhortación de Lenin es contemporánea a su reflexión práctica sobre la exigencia de normas más severas para el ingreso al partido, además de señalar el deficiente nivel de los militantes, previa al XIº Congreso de marzo, así como su preocupación por la composición de clase del Comité Central. La praxis se desmorona, pierde su eficacia y se hace “administrativa de las cosas” sin una teoría revolucionaria, sin el método materialista… ¿El núcleo esencial de toda filosofía es en última instancia la política?

Pero además aparece la herencia revolucionaria autóctona a la que no solo no hay que renunciar sino incluso volver a reactivar. Lenin recuerda a las nuevas generaciones la sólida tradición materialista rusa (ilustrada, no-jacobina e independiente de la “Narodnaya Volya”) con la cual se formó, que se inicia, de manera sorprendente, no con Herzen, no con Plekhanov sino con un economista “socialista agrario” llamado Nikolái Gavrílovich Chernishevsky. [14] Personaje destacado en su tiempo, que llamó la atención del Marx tardío, que lo calificaba de “gran sabio y crítico”. El Dia-Mat, en el obligado Diccionario Soviético de Filosofía (edición de 1959) lo define malamente como “gran demócrata revolucionario ruso, filósofo materialista, crítico literario y socialista utópico.”¿Utópico? Sabemos que el régimen stalinista nunca rindió homenaje a Chernishevsky, o a su discípulo Dubroliúbov, raro porque siendo predecesores reconocidos del leninismo son predecesores ab initio, por lo tanto, de la misma URSS. El problema era que el espejo antidespótico de Chernishevsky, su lucha contra la forma autoritaria-despótica asiática de Estado y Sociedad, lo que denominaba Aziatstvo, [15] además de su antinacionalismo eslavo, lo hacía muy incómodo al régimen de Stalin. Obviamente, se sabe que la famosa obra de Lenin sobre la organización de 1903, ¿Qué hacer?, [16] al parecer se inspiraba en su título en la novela homónima de Chernishevsky, cosa dudosa para algunos escolares, pero poco más. En sus memorias la Krupskaia reconocía que “en sus artículos y en sus libros [Lenin] no habla nunca de un modo directo, pero cada vez que se refería a Chernichevski su verbo tomaba un acento apasionado. Si dais una ojeada a las obras de Lenin veréis que los pasajes en que habla de Chernichevski están escritos de un modo particularmente caluroso.” Se puede reconstruir, a través de varias fuentes y testimonios, así como de las escasa palabras autobiográficas de Lenin, el papel teórico-práctico de Chernishevsky. Lenin comentaba que “lo había leído con un lápiz en la mano”, que había sido “una influencia esencial” o en otro testimonio oral reconoce que “Chernishevsky ha arado sobre mí una y otra vez”. Si no bastara las reminiscencias de Lenin además tenemos lo indeleble, como decía Krupskaia, la propia palabra escrita. Retrocedamos en la historia. 
Notas
[1] Rudi Dutschke: Versuch, Lenin auf die Füsse zu stellen : über den halbasiatischen und den westeuropäischen Weg zum Sozialismus , Wagenbach, Berlin, 1974; en español: Lenin. Tentativas de poner a Lenin sobre los pies, Icaria, Madrid, 1976.
[2] Antonio Negri: “Lenin y nuestra generación” (1972), ahora en: La fábrica de la estrategia: 33 lecciones sobre Lenin, Akal Editor, Madrid, p. 15 y ss.
[3] Un intento en este sentido es el trabajo de Tamás Krausz: Reconstructing Lenin. An Intellectual Biography, Monthly Review Press, New York, 2015; que a pesar de sus méritos tiene graves insuficiencias y lagunas.
[4] La primera biografía de tono hagiográfico se publicó ya en septiembre de 1918, luego del intento de atentado contra su vida por parte de Fanny Kaplan, producto de la pluma de Zinoviev: Vladimir Il'ich Ul'yanov: ocherki zhizni i deyatel'nosti, Petrograd, 1918; es decir: “Vladimir Ilich Ulianov, ensayos sobre su vida y su obra”; Zinoviev afirmaba que: “Lenin es un elegido entre millones. Lenin es Líder (Vozhd’) por la gracia de Dios. Lenin es la auténtica figura de un Líder (Vozhd’) como no ha existido en los últimos quinientos años de existencia de la Humanidad” (ibidem, p. 34), Zinoviev llega a afirmar que Lenin desciende de ¡siervos campesinos!, cuando su padre era un auténtico y noble chinovnik zarista; el término “Vozhd’” será de uso corriente para nombrar a Stalin después de 1929; ya en 1919 había comenzado el trabajo editorial de sus obras llamadas “completas”, la Sobranie sochinenii, que contemplaba tan solo veintiséis volúmenes (tan solo 1500 escritos de Lenin) y terminó en 1926. Lenin sin duda fue el escritor marxista más prolífico, al que pueden adjudicarse más 35.000 documentos de su pluma y letra. Sobre la historia de omisiones y censuras en las Obras Completas de Lenin, incluso después de 1956, véase: R. C. Elwood: “How Complete is Lenin's Polnoe Sobranie Sochinenii?”, en: Slavic Review, Vol. 38, No. 1 (Mar., 1979), pp. 97-105; en lo posible hemos utilizado la edición española: Obras Completas, Akal Editor, Madrid, 1976, 45 volúmenes más índices complementarios, versión de la 4ª edición (1941-1957) con los agregados de la 5ª, se la conoce como la “Edición Stalin” por su censura y omisiones; en caso de duda o falta del texto nos hemos remitido a la edición en alemán (más completa y exhaustiva que la rusa): Werke (40 Bände, 2 Ergänzungsbände, Register, Vergleichendes Inhaltsverzeichnis). Dietz-Verlag, Berlin (DDR), 1956–1972; y su correspondencia: Briefe (10 Bände), Dietz-Verlag, Berlin (DDR),1967–1976. Para una guía de las obras completas de Lenin, véase: Harding, Neil: “Appendix 2. Guide to Lenin’s ‘Collected Works’”, en: Leninism, Duke University Press, Durham, pp. 300-316.; la crónica (con errores) de la vida de Lenin en español: Weber, Gerda/ Weber, Hermann: Crónica de Lenin. Datos sobre su vida y obra; Anagrama, Barcelona, 1975; la crónica de la vida de Lenin más exhaustiva sigue siendo: AA. VV.: Vladimir Il'ich Lenin. Biograficheskaya khronika, ed. G. N. Golikov et altri, 12 volúmenes, Moscow, 1970-1982.
[5] Por ejemplo: sobre la ejecución de su hermano Aleksandre, hecho conmocionante y decisivo en su vida política, Lenin apenas hace dos menciones marginales en toda su enorme obra escrita.
[6] Bertram D. Wolfe: Tres hombres que hicieron una revolución, Janés, Barcelona, 1956, p. 89.
[7] La anécdota en: Jean-Jacques Marie: Lenin (1870-1924), POSI, Madrid, 2008, p. 14.
[8] “Volodia” es la habitual forma afectiva en ruso que adopta el nombre Vladimir; la traducción literal de “Vladimir” (Влади ́ мир ) significa “el que posee un gran poder”.
[9] Se trató de un decreto digamos en forma literaria: la publicación de la versión oficial del Bolchevismo y de la actividad de Lenin como político, se trata del libro de Stalin: Istoriya Vsesoyuznoi Kommunisticheskoi Partii bol'shevikov: Kratkii kurs, Moscú, 1938, en español: Historia del Partido Comunista (bolchevique) de la URSS, Ediciones de Lenguas Extranjeras, Moscú, 1939; acompañando esta novedad historiográfica, en agosto de 1938 el presidium de la URSS aprobó una resolución que advertía que se castigaría con severidad la aplicación de “métodos pseudocientíficos de investigación al árbol genealógico de Lenin”.
[10] Antes de 1929, se debatió con amplitud en la URSS la cuestión de las raíces rusas y los componentes nacionales del leninismo, discutiendo la tesis menchevique que Lenin en realidad había retornado a la tradición premarxista; a partir de 1923 se debatió si Lenin era (o no) la “síntesis marxista” de toda la herencia revolucionaria de Rusia, estimando que existe una filiación legítima entre jacobinismo y leninismo, estableciéndose cierta continuidad ideológica, partiendo de “La joven Rusia”, Tchakev, Nechaev, la “Naródnaya Volia”, genealogía a la que ciertos historiadores agregan tímidamente los nombres de Chernishevsky (V. Kirpotin), Bakunin (B. Gorev) y Lavrov (N. Sergievsky); la mayoría de los historiadores participantes en la investigación y debate sobre el origen “ruso” del leninismo en los 1920’s serían ejecutados en el Gran Terror o morirían en un gulag.
[11] Véase el aporte al debate contra Bogdanov y el Empirio-monismo: Plechanov, Georgij Valentinovič: '”Materialismus militans. Otvet g. Bogdanovu. Pis'mo pervoe”, [Respuesta al sr. Bogdanov. Primera carta], en: Golos social-demokrata, 6-7, pp. 3-14, 1908; “Materialismus militans. Otvet g. Bogdanovu. Pis'mo vtoroe” [Respuesta al sr. Bogdanov. Segunda carta], Golos social-demokrata, 8-9, pp. 3-26, 1908; y: “Materialismus militans. Otvet g. Bogdanovu. Pis'mo tret'e” [Respuesta al sr. Bogdanov. Tercera carta], en: Ot oborony k napadeniju, M., B. Cicerin, 1910, pp.70-111; en español: Plekhanov, Jorge: Materialismo militante, Grijalbo, México, 1967; como vemos Plekhanov era un gran admirador de Chernishevsky: “mi desarrollo intelectual se efectuó a partir de la masiva influencia de Chernishevsky”, independientemente de la influencia paralela en el mismo Lenin, subrayando que lo había conducido al materialismo vía Feuerbach.
[12] Pod Znamenem Marksizma, que apareció desde 1925 en alemán como Unter Banner des Marxismus; el texto de Lenin apareció en el Nº 2, de marzo de 1922; el objetivo de la publicación era la crítica general desde el punto de vista materialista (“Órgano del materialismo militante”) así como artículos sobre Marx y el marxismo; en ese número se podía encontrar letras inéditas de Engels y Marx a Lassalle, un artículo de David Riazanov (editor de las MEGA1) sobre la vida cotidiana de Marx, ensayos sobre lógica formal y lógica dialéctica, o la relación entre anarquismo y marxismo, además de recensiones bibliográficas.
[13] Lenin: Obras Completas, tomo XXXVI, Akal editor, Madrid, 1978, pp. 198-199.
[14] Nacido en 1828 y muerto en 1889, fue un escritor, revolucionario ruso, filósofo materialista, crítico literario y socialista, considerado el fundador del Movimiento narodnik, aunque luego renegó de su Ideología, muy influenciado por Hegel, la izquierda hegeliana (Bauer), Feuerbach y los materialistas de fines del siglo XIX (Büchner-Moleschott); editor jefe de la influyente revista Sovremennik (“El contemporáneo”), fue encarcelado con pruebas falsas en 1862, tuvo una “ejecución civil” seguida de una reclusión penal en Siberia en 1872, donde falleció; véase: Venturi, Franco: “Nikolai Gavrilovich Chernyshevski”, en: El populismo ruso, Revista de Occidente, Madrid, 1975; pp. 275-352.
[15] Definido por Chernishevsky en el ensayo de 1859: “La superstición y las reglas de la lógica” de esta manera: “Llamo ‘Aziatstvo’ al orden de cosas en el cual la inviolabilidad de los derechos no existe, en el cual ni la persona, ni el trabajo, ni la propiedad se encuentran protegidos de la arbitrariedad. En los estados asiáticos la Ley es completamente impotente. Quién intenta apoyarse en ella se condena. Reina en ellos exclusivamente la violencia.”, en: Chernishevsky, N. G.; Polnoe sobranie socinenij, Moscú, 1949, tomo V, p. 700; para Chernishevsky la categoría de Aziatstvo era la clave para comprender de manera hegeliana-materialista al Estado ruso y zarista.
[16] Véase la introducción de Vittorio Strada a la edición italiana de ¿Qué hacer?; en español: “Introducción”, en: Lenin, I., Vladimir: ¿Qué hacer?; ERA ediciones, México, 1977, p. 11-80. Recientemente Lih a revalorizado el Lenin de esta época y situado histórica y políticamente la obra: Lih, T. Lars: Lenin rediscovered. ‘What is to be done?’ in context, Brill, Leiden, 2005; Lih desconfía que el titulo se remita a la novela de Chernishevsky o bien a un homenaje implícito, como reza la persistente leyenda.


II


La familia noble de Ulianov llevaba una vida prosaica en un barrio pudiente segregado en Simbirsk, es el inicio del año 1887. Como señala Deutscher (contra toda la Leninografía) las cuestiones sociales contemporáneas “le eran tan lejanas como a cualquier joven apolítico”. Tiene razón Trotsky (contra toda la Leninografía) al señalar que el nombre de Marx no decía absolutamente nada al adolescente “que dedicaba casi exclusivamente su interés a las bellas letras”. Por diversos testimonios sabemos que Volodia tuvo una adolescencia acomodada y confortable, nunca se entendió con su hermano terrorista Aleksandre, el futuro ejecutado, sus lecturas se encontraban guiadas en especial por la literatura de Turguénev, su autor familiar favorito. [1] La Literatura bajo el Zarismo se convirtió en un sórdido campo de batalla y de lucha de significaciones en que se debatía, entrelíneas y bajo cuerda, todos los asuntos sociales y políticos decisivos. Recordemos que Turguénev fue el que acuñó por primera vez la palabra “nihilista” (“Nihilista es la persona que no se inclina ante ninguna autoridad, que no acepta ningún principio como artículo de fe”). [2] Por lo que, además de Chernishevsky, la forma en que Turguénev configuró (o no) la orientación revolucionaria de Lenin es una cuestión de considerable importancia. Todas las menciones de Lenin a Turguénev se producen en un contexto político, sus escritos se convirtieron cada vez más en un poderoso estímulo intelectual y de la posibilidad de una lectura entre líneas, “esópica”, de la situación político-social-psicológica de Rusia. Lenin en su exilio forzoso en la aldea de Shushenskoie en 1898, le solicitaba en una carta a su madre y hermanas, le enviaran las obras completas de Turguénev. [3] Ante el temor que los escritos de Turguénev en la edición rusa estuvieran “editados” por la autocensura y la censura estatal, Lenin buscó la edición completa en alemán.

Los personajes de Turguénev, aunque poseían un pathos vagamente liberal, discutían abiertamente sobre cómo mejorar a Rusia, eran, en general, exponentes del Racionalismo occidental (consideraba a Feuerbach, y su Materialismo, tal como hará Chernishevsky, el mejor pensador de Occidente), críticos de la feudal servidumbre zarista, opuestos al Nacional-eslavismo (conservador, radical o terrorista, crítico acérrimo de Herzen), escépticos en torno al futuro socialista de la Obshchina , la mítica comuna campesina. Lenin, después de pasar por el fulcro ideológico-literario de Turguénev, ya no podría permanecer encerrado en pantano narodnik, ni en alguna variante de izquierda eslavófila (Turguénev decía que la doctrina Nacional-eslavófila no solo era falsa sino fútil). En este caso, es evidente que el “liberal” Turguénev es un primer influjo importante para que Lenin comprendiera que las condiciones rusas carecían de “excepcionalidad”, eran ya relaciones de producción burguesas y que, por ende, era en ella plenamente aplicable las enseñanzas revolucionarias que se difundían en Occidente. Una singular interpretación y prognosis de Rusia que en ese entonces ningún marxista teórico de la época, mucho menos los terroristas populistas, aceptaba. Lenin ingresa a la Política revolucionaria de mano de uno de los llamados “hombres de la década del cuarenta” (Bakunin-Herzen-Ogarev-Turguénev-Belinsky), [4] como se los conocía en Rusia, la última generación de románticos, que políticamente se educaron dentro del Liberalismo constitucional de Occidente, y, lo que es más decisivo para nosotros, filosóficamente en el Idealismo subjetivo y objetivo alemán: Kant, Fichte, Schelling, Hegel y en algunos casos incluso en el post-Hegelianismo (Bauer, Feuerbach). [5] Como alumno en Berlín, Turguénev frecuentó el ambiente joven-hegeliano, incluso escuchó los sermones izquierdo-hegelianos del joven Bakunin, todavía pre-anarquista. Llegó a conquistar a su hermana a la que luego abandonó. [6] De aquí seguramente surgió el personaje “materialista-nihilista” Bazarov, que en un momento de la novela reemplaza bruscamente un libro de Pushkin por Kraft und Stoff del médico-filósofo Ludwig Büchner, [7] ¡última exposición de la época sobre el Materialismo en Occidente!. Recordemos que Büchner formaba parte del movimiento materialista evolucionista (inspirado en Darwin) de fines del siglo XIX, muy criticado por Engels y Marx (su polémica con Vogt). Para Büchner decía que la Materia no podía concebirse sin la Fuerza, la Realidad es uníca, el Conocimiento científico carece de límites, su Materialismo es un nuevo Realismo en el que el Saber verdadero mantiene una relación de adecuación con las cosas que describe y explica. Como “materialista evolucionista” Búchner era un poco atípico, ya que reivindicaba el Comunismo, decía que “es falso que los ensayos comunistas hayan sido desafortunados, ; que allí donde fracasaron, su falta de éxito fuera ocasionada por dificultades externas más que por interiores… Desde el punto de vista económico y social las ventajas de la Comunidad de Bienes prometen ser completamente extraordinarias, y que es muy posible imaginar un Estado social en el que, sin peligro para el fin propio de toda Sociedad o para la individualidad de cada uno, el Trabajo, libre de toda obligación y puramente voluntario, tendría únicamente como fin el Bien de la Comunidad”. [8] Pese a que Büchner no reconoce las clases sociales (critica incluso a Lassalle) se mantuvo en contacto directo con Engels y muy cercano a los representantes alemanes de la Iª Internacional. A su vez el reaccionario Dostoievski satirizará a los nuevos materialistas-militantes estilo Bazarov en su contra-novela Demonios: “en su habitación tenía colocadas, en sendos soportes, en forma de atriles, las obras de Vogt, Moleschott y Büchner, y ante cada uno de los tres atriles ardía un cirio de los de las iglesias”. [9]

Por supuesto, quedaba claro que los “nihilistas” afirmaban que el Arte, la Religión, la Propiedad e incluso la propia familia eran instrumentos que servían a estructuras sociales y políticas explotadoras. Sólo la Ciencia, el Realismo en el arte y el Materialismo en la Filosofía podrían desenmascarar la podredumbre de los viejos valores que apoyaban el dominio de clase y la explotación servil. El Arte se convirtió en un lujo a menos que sirviera objetivos progresistas y materiales identificados por las ciencias naturales y sociales, tal el mensaje subliminal de Bazarov. Bazarov, una “persona superflua” para la Rusia zarista, pero es el héroe de la nueva literatura de protesta, miembro de la reducida minoría de hombres formados y con sensibilidad moral que, incapaz de encontrar un lugar en su propia patria, suele escaparse a fantasías e ilusiones, derrumbarse en el cinismo y la desesperanza, o lo que es pero: en la autodestrucción o la rendición total. Bazarov es el “Nuevo Hombre”, el representante de la novísima raznochinaia intelligentsia, cuyos talentos y poderes son desaprovechados. En primer lugar es un positivista, un racionalista egoísta, un cientificista que cree en el rol emancipador de la Ciencia: “un buen químico es veinte veces más útil que un poeta” declama; en segundo lugar, es un “occidentalista”, un modernista revolucionario; en tercer lugar, es un utilitarista en Ética. Muchos estudiosos (como Berlín o Lunacharsky) observaron que Bazarov puede ser considerado no solo el primer héroe “positivo” en la Literatura moderna rusa sino ¡el primer bolchevique!, tanto por su férrea voluntad en luchar por la igualdad y la justicia social como por su escala heroica imperturbable. Bazarov tiene otra virtud: se encuentra en estado de rebelión perpetua, no está atado a ninguna teoría formal o dogma, esa es su fuerza oculta, además no cree en principios sino en hechos. Su centro de gravedad es la "concretidad". Es un moralista racionalista con mirada dialéctica. No es casualidad que precisamente Chernishevsky se inspirara en el personaje de Bazarov para crear a Rakhmetov en su novela ¿Qué Hacer?, aunque su dramatis personae era una versión perfeccionada y en cierto sentido antinómica, con lo que el rizo ideológico se cerraba. Otro personaje de Turguénev como Rudín, [10] inspirado en la jerga filosófica de Bakunin y en su propia persona, retrata a un hombre de altos y nobles ideales, excelente retórica (lemas, diatribas), pero carente de carácter y sin proyecto político ni respaldo organizativo, que muere inútilmente luchando en las barricadas de París durante la revolución de 1848. En una novela tardía, Tierras vírgenes, [11] el personaje Nezhdanov, “nihilista de acción” (adorado por Ana, la hermana de Lenin), revolucionario fracasado, demasiado civilizado, demasiado sensible, demasiado complejo, termina por suicidarse porque sus orígenes sociales y su carácter individualista le incapacitan para adaptarse a la dura disciplina de una organización revolucionaria eficaz, termina confesando “no puedo simplificarme a mí mismo”. Allí están los dos grandes ejes: odio sin concesiones a la opresión zarista, a la clase terrateniente (irrecuperable para cualquier tipo de emancipación social) y odio a la pasión política romántica pasiva. Lo que resultaba claro para el joven Lenin era que los liberales en general (Turguénev era paradigmático) [12] concebían las actitudes políticas como funciones de carácter de los seres humanos, pero nunca como funciones coercitivas de leyes sociales objetivas que se imponían con coerción, naturalidad y fatalismo.

Hasta qué punto Lenin apreciaba a Turguénev es que utilizaría frecuentemente citas en sus ensayos y artículos polémicos (pero colocándolo más atrás en su conciencia revolucionaria que Chernishevsky o su discípulo Dubroliúbov). Por ejemplo, en el artículo de 1912: “En memoria de Herzen”, [13] Lenin expone esta diferenciación ideológica, desde el punto de vista de su composición de clase, señalando que “Chernishevsky, Dubroliúbov, Serno-Soloviévich, quienes representaban la nueva generación de revolucionarios no procedentes de la Nobleza, tenían mil veces razón cuando reprochaban a Herzen [y a la generación de los 1840’s] las desviaciones de la Democracia hacia el Liberalismo”, por lo que puede verse “con claridad tres generaciones, tres clases que actuaron hasta ahora en la Revolución rusa. Al principio, los nobles y terratenientes, los ‘Decembristas’ y Herzen. Estos revolucionarios constituían un pequeño grupo. Estaban muy lejos del Pueblo. Pero su esfuerzo no fue estéril… [En segundo lugar] Los revolucionarios no precedentes de la Nobleza, desde Chernishevsky hasta los héroes de ‘Narodnaia Volia’, recogieron esta tarea, la ampliaron, la intensificaron y consolidaron. El círculo de los luchadores se hizo más amplio, más estrechos sus vínculos con el Pueblo… pero todavía no eran la verdadera tempestad. [En tercer lugar] La tempestad es el movimiento de las masas mismas. El Proletariado, la única clase revolucionaria hasta el fin, se levantó al frente de ellas… El primer embate de la tempestad fue en 1905”. Lenin no se equivocaba: el mismo Turguénev reconocía que era un “gradualista”, un “anticuado liberal en el sentido dinástico (constitucional) inglés, un hombre que espera reformas sólo desde arriba”. Veremos que Chernishevsky no estaba en desacuerdo con Turguénev, solo en los medios para llevarlo a cabo los mismos fines. Como buen joven-hegeliano, Turguénev creía que ninguna cuestión estaba cerrada para siempre, ninguna situación podía ser cancelada y clausurada en la Historia, que toda Tesis debe sopesarse contra su Antítesis, que todo Absoluto es una forma sofisticada de Idolatría. En cuanto al hombre revolucionario, el tiempo histórico exige no más Hamlets ni Quijotes. Está claro porqué las precauciones de la policía zarista en el funeral de Turguénev no fueron exageradas, y porqué jóvenes anarco-terroristas como el hermano de Volodia, Aleksandre, intentaron transformarlo en un gran acto político radical. En un artículo de enero de 1914, Lenin atacó una declaración del diario liberal Dien, que exigía un Lenguaje estatal centralizado y obligatorio para que la supuesta “riqueza” de la Cultura rusa se derramara entre los pueblos minoritarios dominados por Rusia: “El idioma ruso es un idioma grande y poderoso, nos dicen los liberales… Todo esto es cierto, caballeros liberales, respondemos nosotros. Sabemos mejor que ustedes que el lenguaje de Turguénev, Tolstoi, Dubroliúbov y Chernishevsky es grande y poderoso… Lo que no queremos es el elemento de coerción. No queremos que la gente sea llevada al Paraíso a golpes de garrote”. [14] El Lenin triunfal y tardío seguirá recordando a Turguénev, como por ejemplo en abril de 1918, criticando a los Mencheviques compartir sesenta años después las fantasías constitucionales de Turguénev: “Los ‘socialdemócratas’ modernos del tipo de Scheidemann o, lo que es casi igual, de Mártov, sienten repugnancia por los soviets y atracción por el respetable Parlamento burgués o la Asamblea Constituyente, del mismo modo que Turguénev, sesenta años atrás, sentía atracción por la moderada Constitución monárquica y aristocrática, y repugnancia por la Democracia ‘mujik’ de Dubroliúbov y Chernishevsky”. [15]Lenin se encuentra en su Stimmung revolucionario temperamentalmente mas próximo a Chernishevsky y Dubroliúbov (de quién Marx había dicho que era una suerte de Lessing ruso, un Diderot eslavo) que de Turguénev, pero jamás olvida su efecto catalizador con respecto al Populismo eslavo [16] de Herzen. Y finalmente en el IX Congreso de RKP (b), marzo de 1922, Lenin criticaba la nueva jerga burocrática de la Nomenklatura del mismo CC: “No sabemos dirigir la Economía. Este año lo hemos demostrado. Desearía mucho tomar como ejemplo varios ‘Est-Trust’ [17] (si puedo expresarme en ese hermoso idioma ruso, tan alabado por Turguénev) y mostrar de qué manera dirigimos la Economía”.[18]

          Notas

[1] Entre otros: N. Valentinov, Encounters with Lenin, Oxford University Press, New York, 1968; y The Early Years of Lenin, The University of Michigan Press, Ann Arbor, 1969; además véase: Maloznakomyi Lenin, Librairie des Cinq Continents, Paris, 1972; y en la inconclusa biografía que planeaba Isaac Deutscher, interrumpida por su muerte: Lenin's Childhood, London, 1970, en español: Lenin. Los años de formación; Ediciones ERA, México, 1975; Deutscher cuenta que en 1883 su hermano Aleksandre incluso intento transformar el sepelio de Turguénev el 9 de octubre de 1883 en un acto político, p. 64 y ss.
[2] De su novela: Padres e Hijos de 1862, cuyo arquetipo será el materialista Bazarov.
[3] Además tratando de saber si la edición que solicitaba en doce volúmenes era decorosa, esto es: “sin tergiversaciones, mutilaciones, ni errores muy burdos”; véase: carta Nº 42 del 24 de febrero de 1898, en: Lenin, I. V.: Obras Completas. Tomo XLI, Akal editor, Madrid-México, 1987.
[4] Véase el bello libro de Carr sobre los exiliados rusos románticos: Los exiliados románticos(Bakunin-Herzen-Ogarev), Anagrama, Barcelona, 2010.
[5] Véase el prólogo de E. H. Carr a la edición en inglés de la novela ¿Qué hacer? de Chernyshevski: What Is To Be Done?, Vintage Books, New York, 1964;; en español: “¿Qué hacer?”, 1917. Antes y después (la Revolución rusa), Anagrama, Barcelona, 1970, pp. 61-70.
[6] La importancia político-filosófica del viaje a Berlín (y a Occidente en general) en la biografía de Leonard Shapiro: Turgenev, His Life and Times, Harvard University Press, 1978p. 20 y ss.; sobre el poco conocido Bakunin joven-hegeliano véase la edición en francés de sus artículos de 1840’s: Bakunin, M.: Bakounine jeune hégélien: La philosophie et son dehors, ENS Éditions, Lyon, 2007, incluye sus artículos entre 1842 y 1843 en la revista de Ruge y Marx, Deutsche Jahrbücher fûr Wissenschaft und Kunst y en el diario suizo Schweizerischer Republikaner.
[7] Büchner, Ludwig Friedrich: Kraft und Stoff. Empirisch-naturphilosophische Studien. In allgemein-verständlicher Darstellung. Meidinger, Frankfurt am Main, 1855; en español: Fuerza y Materia. estudios populares de historia y filosofía naturales, Librería de Fernando Fé, Madrid, 1878; durante un tiempo la “Biblia del Materialismo” de la época, se editaba clandestinamente en Rusia y nunca se tradujo al ruso hasta después de 1917.
[8] Büchner, Ludwig Friedrich: Die Stellung des Menschen in der Natur in Vergangenheit, Gegenwart und Zukunft oder: Woher kommen wir? Wer sind wir? Wohin gehen wir? Allgemein verständlicher Text mit zahlreichen wissenschaftlichen Erläuterungen und Anmerkungen, Thomas, Leipzig, 1869, p. 224.
[9] Fiodor M. Dostoievski: Demonios, en: Obras completas. Tomo V, Aguilar, Madrid, 1953, p. 245.
[10] De la novela homónima de 1857.
[11] Turguénev pretendía que fuera la continuación de Padres e hijos, la novela se publicó en 1876.
[12] Véase: Isaiah Berlin: “’Padres e hijos’. Turgueniev y la situación liberal”, en: Pensadores rusos, México, FCE, 1980, p. 480 y ss.
[13] Lenin, V. I.: Obras Completas. Tomo XVIII, Akal editor, Madrid, 1977, pp. 69-76.
[14] Lenin, V. I.: “¿Es necesario un idioma oficial obligatorio?”, en: Obras Completas. Tomo XX, Akal editor, Madrid, 1977, p. 416.
[15] Lenin, I. V.: “Las tareas inmediatas del Poder soviético”; en: Obras Completas. Tomo XXVIII, Akal editor, Madrid, 1976, p. 482.
[16] Entendemos aquí por “Populismo” (Narodnichestvo) al movimiento de ideas radical en Rusia surgido a mediados del siglo XIX, cuyas principales metas eran la Justicia y la Igualdad social, creían que la esencia de una sociedad igualitaria ya existía en la comuna campesina moscovita (la Obschina), organizada en forma de una unidad colectiva-cooperativa (Mir), esta comunidad era la piedra angular de una futura federación de unidades socializadas, autogobernadas al estilo de Proudhon; el sujeto principal de la emancipación era el campesino, y no el proletariado industrial; creían en el carácter excepcional de Rusia, lo que haría que evitaran el paso obligado por las etapas del Capitalismo occidental; la expresión más genuina políticamente fue la famosa Naródnaya Volia, fundada en 1879. Richard Pipes: “Narodnichestvo: A Semantic Inquiry”, en: Slavic Review, Vol. 23, No. 3 (Sep., 1964), pp. 441-458; sigue siendo insuperable sobre el Populismo ruso la obra de Franco Venturi: El Populismo ruso, Revista de Occidente, Madrid, 1975; es muy útil para nuestro tema la obra de Andrzej Walicki: Populismo y Marxismo en Rusia, Editorial Estela, Barcelona, 1971; sobre el Populismo entre 1870-1880, el trabajo de Valentina Tvardovskaia: El Populismo ruso, Siglo XXI, México, 1978; una visión desde el Dia-Mat: Pantin, I. El Pensamiento socialista en Rusia: paso de Utopía a Ciencia, Editorial Progreso, Moscú, 1979;
[17] En 1922 era sintomático que la burocracia soviética había desarrolla su propia Neolengua, una jerga administrativa y clasista no apta para neófitos y difícil de decodificar para un ciudadano común
[18] Lenin, V. I.: Obras Completas. Tomo XXXVI, Akal editor, Madrid, 1978, p. 242.


III


Estamos en el otoño de 1887, año decisivo en la biografía política y existencial de Lenin. En mayo Aleksandre, “Sasha”, su hermano mayor, es ejecutado en San Petersburgo por intentar hacer volar al zar Alejandro. [1] Nadie en su familia conocía su militancia ni sospechaba su pertenencia a la renacida organización terrorista “Voluntad del Pueblo”. La conmoción es total. En el último año Sasha, que podemos definir como un “terrorista darwiniano”, había llevado por primera vez textos marxistas a su casa, los había discutido con su hermana Anna, uno era el conocido trabajo de Plekhanov El Socialismo y la lucha política; el segundo libro que estudiaría ese verano de 1886 sería la inhallable traducción rusa del tomo I de Das Kapital de Marx. El impacto de las ideas de Marx en él fue negativo, aunque comprendió que el Socialismo basado en la Obschina, en la comuna campesina rusa carecía de realismo; Sasha, como un perfecto narodnik, era incapaz de aplicar la “traducibilidad” (en el sentido de Gramsci) de la Teoría de Marx en su aplicación en la acción inmediata. Lenin tenía la razón al considerar al “Populismo” como una completa “Visión del Mundo”, una Weltanschauung, que comenzaba con Herzen y acababa en Danielson. Aleksandre llegó hasta el Materialismo dialéctico (también fue un lector atento de Chernishevsky) pero no alcanzó al histórico: en Rusia en los 1880’s uno podía admirar-estudiar la obra de Marx y al mismo tiempo ser terrorista y un comprometido narodovolets. La centralidad de la clase obrera industrial, la idea de la hegemonía naciendo en la fábrica, era un panorama extraño e inimaginable en las condiciones rusas. A lo sumo, Aleksandre intentó amalgamar y conciliar las ideas narodnik con algunas básicas tesis marxistas (como puede comprobarse en su propia declaración en el juicio marcial que le condenó a morir en la horca). [2] En su alocución frente al tribunal, Sasha presentó la paradoja de todo revolucionario materialista: el Socialismo presumiblemente se realizará si o sí espontáneamente a través de leyes socioeconómicas “naturales” que dictaban las fases del desarrollo histórico progresivo. ¿Por qué, entonces, los revolucionarios tenían que dedicar sus vidas a la anticipación y realización de esas leyes? Sasha responde enunciado el corolario populista del credo narodnik: porque “para un miembro de la intelectualidad el Derecho a pensar libremente y a compartir sus ideas con los menos desarrollados que él, no es sólo un Derecho inalienable sino también una necesidad y un deber”, y afirmará que “los individuos separados no pueden, incluso por la fuerza, producir cambios en la estructura social y política de un Estado, e incluso los derechos naturales, como el Derecho a la libertad de expresión y al pensamiento, sólo pueden adquirirse mediante la acción de un grupo bien definido que incorpore y conduzca la lucha”. Haciendo eco de sus lecturas marxistas mencionó su formación ideológica: “sólo el estudio de las cuestiones sociales y económicas me llevó a la profunda convicción de que el estado de cosas de Rusia no era normal; y a continuación los vagos sueños de Libertad, Igualdad y Fraternidad cobraron formas estrictamente científicas es decir: socialistas”. Antes que el juez interrumpa su discurso de tribuno dirá que “en Rusia siempre habrá pequeños grupos de personas, tan dedicados a sus ideas y sintiendo tan apasionadamente la miseria de su Patria, que no piensan que es un sacrificio morir por su causa. Es imposible asustar a esas personas”. [3] No pedirá clemencia a los jueces, cumpliendo el código narodnik escrito por Lavrov. [4] Todos los biógrafos y personas cercanas a la familia coinciden unánimemente en una cosa: Sasha jamás intentó influenciar a Volodia. Solo podemos conjeturar que desde el interior de un hecho brutal se inicia en el joven Lenin su interés por la Política revolucionaria.  

Entonces: ¿Chernishevsky es indispensable en la elaboración del Marxismo de Lenin? [5] Lenin descubrirá al “genial” Chernishevsky (y parte de la literatura radical de los 1860’s y 1870’s) en una biblioteca familiar de Kokushino, cerca de Kazán, tierra irredenta tártara, el lugar habitual de vacaciones de la familia. La finca (400 hectáreas, un pequeño latifundio) es propiedad de la familia de su madre, los Blank, de comprobable ascendencia judía (dato oculto por Stalin). [6]La rica biblioteca en casa del abuelo (aunque al parecer herencia de un tío ilustrado) contiene mucho material político y filosófico, casi un muestrario de la literatura rusa crítico-revolucionaria de los últimos decenios. [7] Trotsky va un poco más allá, señala que “por fortuna, en una ala del edificio, se encontraba un estante lleno de libros de un difunto tío que, en su época, había tenido reputación de erudito… Vladimir se arrojó sobre el estante del tío… Al comenzar a leer las revistas progresistas de antaño, por primera vez se dio cuenta del sentido de la lucha que oponía las diversas tendencias sobre el destino económico de Rusia. El conocimiento de las publicaciones de los años 1860’s y 1870’s, que siguió completando constantemente, más tarde habría de serle de gran utilidad en sus debates con los populistas y en sus primeros trabajos literarios.” [8] El aporte bibliográfico además se complementaba con libros y materiales de la biblioteca pública de Kazán e incluso de un Casino de comerciantes. El período de Kokushino-Kazán-Kokushino, como recuerda su hermana Anna, fue decisivo en su Bildung, en la formación política y filosófica: en agosto Lenin se inscribe en la carrera de Derecho en la Universidad de Kazán, y como confiesa a sus personas más cercanas (recuerdos de sus hermanas, de Bonch-Bruevich, Essen, Krupskaia, Lepenski, Lunacharsky, Riazanov, Valentinov et altri), [9] se siente cada vez más cercano a Chernishevsky, ha ejercido sobre él una “influencia esencial”. Si es así, lo sorprendente es que Lenin es un discípulo peculiar y bastante tardío. El testimonio más concreto y sorprendente es el de Nikolai Valentinov, aka “Volski”, que se encuentra con Lenin en París en 1904. Valentinov era un socialdemócrata bolchevique con pasado narodnik, [10] durante una discusión sobre la importancia de Chernishevsky y su novela ¿Qué Hacer? de 1863, [11] se sorprende de la defensa a ultranza que realiza Lenin a los que cuestionaban la calidad literaria y política de la novela. Lenin le afirma a Valentinov que “es inadmisible que encuentren ¿Qué Hacer? como primitiva y pobre. [12] Este libro ha despertado cientos de vocaciones revolucionarias. ¿Podría ser eso posible si fuera una obra primitiva y pobre? Entusiasmó a mi hermano [Aleksandre], me entusiasmó a mí. Me ha arado de arriba abajo. ¿A qué edad has leído ¿Qué Hacer? Es inútil leerlo cuando uno todavía está en la cuna. La novela de Chernishevsky es demasiado complicada, demasiado repleta de ideas, como para que una persona joven pueda entenderla y apreciarla. Intenté leerla creo que a los catorce años. Fue una lectura inútil y superficial. Pero, después de la ejecución de mi hermano, sabiendo que el libro de Chernishevsky era uno de sus libros de cabecera, empecé a leerla en profundidad, y la estuve leyendo no unos días, sino semanas enteras. Solo entonces pude comprenderla en profundidad. Es una obra que te marca para toda la vida. Las obras primitivas y pobres no hacen eso.” [13] Valentinov confiesa quedar en shock: no era normal en la época relacionar a Chernishevsky con Marx. [14] Valentinov lo olvidaba pero ya Herzen reconocía que todos los jóvenes revolucionarios rusos después del año 1862 eran una mezcla del Rahmetov de Chernishesky con el Bazarov de Turguénev;[15] Berdiaev en su Los orígenes del Comunismo ruso, llamaba a la novela ¿Qué hacer? el catecismo del Nihilismo ruso y el manual escolar de la “Intelligentsia” revolucionaria rusa. [16] En la misma obra Valentinov transcribe una nota personal de Lenin enviada a Vatslav Vatslavovich Vorovsky, [17] bolchevique y futuro embajador en Italia, en la cual se le interrogaba, para notas eruditas que se incluirían en la futuras Obras Completas, en particular sobre sus inicios en el Marxismo. A partir de 1919, Vorovsky fue fundador y director de la casa editorial oficial de la URSS (la Gosizdat) y como tal preparaba la primera edición de la Polnoe Sobranie Sochinenii formalmente a cargo de Kamenev. Lenin dixit: “Creo que nunca en mi vida, incluso ni siquiera en la cárcel de Petersburgo y en el exilio en Siberia, he leído tanto como lo hice al año siguiente a mi expulsión de Kazán [1887], cuando me enviaron al destierro forzoso al campo [Kokushino, diciembre de 1887-diciembre de 1888]. Me intoxicaba leyendo hasta altas horas de la noche. Estudiaba clases de la Universidad, pensando que pronto me dejarían volver a ella. Leía literatura, Nekrasov me entusiasmaba. Mi hermana [Anna] y yo rivalizábamos a ver quién memorizaba más cantidad de sus versos. Pero leía especialmente los viejos artículos de la revista Sovremennik, de Otiéchestvennye Zapiski y también de Vestnik Evropy. Me parecía que esas publicaciones contenían los mejores y más interesantes contenidos sobre los problemas sociales y políticos de las últimas décadas. Mi autor preferido era Chernishevsky. Leí hasta la última línea de todos los artículos que Sovremennik había publicado de él. Fue gracias a Chernishevsky que pude conocer el Materialismo filosófico. Él fue el primero en mostrarme el rol de Hegel en la evolución del pensamiento filosófico y así fue que pude comprender el Método dialéctico de Marx. Leí de inicio a fin destacados ensayos de Chernishevsky sobre Estética, el Arte y la Literatura. Pude comprender la figura revolucionaria de Bielinsky. Estudié todos los artículos de Chernishevsky sobre la cuestión campesina, sus notas sobre la traducción del libro de Economía Política de Stuart Mill. [18] Y como Chernishevsky fustiga a la Ciencia Económica burguesa, [19] fue una buena preparación para pasar más tarde a Marx. Leí con gran interés y gran beneficio los estudios, notablemente profundos, de Chernishevsky, con un pequeño lápiz en la mano, anotando pasajes enteros y haciendo resúmenes. Incluso durante un largo tiempo guardé los cuadernos que había dedicado a esta tarea.” [20] No deja de sorprendernos la confesión sincera de Lenin: fue gracias a Chernishevsky que pudo conocer no solo el Materialismo filosófico (Feuerbach especialmente), [21] no solo la crítica socialista la Economía Política, sino que le introdujo, nada más ni nada menos, que en el conocimiento del Método dialéctico de Hegel y Marx. La comunicación de Lenin a Vorovsky no concluye aquí: “La extensión enciclopédica del conocimiento de Chernishevsky, la claridad de sus puntos de vista revolucionarios, su despiadado talento polémico, todas estas cosas me conquistaron. Habiendo podido conocer su domicilio [en el destierro forzoso], fui tan lejos como para escribirle, y estaba muy decepcionado de no recibir una respuesta. La noticia de su muerte, un año después [1889], me hizo sentir muy triste. Chernishevsky, amordazado por la censura, no podía escribir libremente. Tenía que adivinar la mayoría de sus opiniones. Pero al sumergirme, como he hecho, en sus artículos, se encuentra infaliblemente la clave que permite descifrar sus opiniones políticas, aun cuando están expresadas en palabras encubiertas.” Lenin reconoce que no es una lectura fácil ni ingenua “entender” a Chernishevsky, que hay que poseer una clave hermeneútica, la exacta combinación de su lenguaje “esópico”, una herramienta retórica de propaganda antidespótica fundamental que Lenin (y el Bolchevismo en general) transformará en un arte de la agitación y la resistencia. ¿Cómo es que Lenin posee esta cifra, este quid para entender a Chernishevsky? Que se necesitaría una clave para comprender en profundidad a Chernishevsky lo confirma el testimonio de la legendaria Vera Zasúlich, veterana terrorista narodnik y luego marxista, [22] quién replica a Valentinov en 1904: “–‘Conoce a Chernishevsky?’ Me preguntó; –Claro, le respondí, lo he leído, pero sin encontrar lo que Usted, o Lenin, hallaron en él; –‘Entonces Usted no le conoce, no le conoce en absoluto!’ me respondió con fuerza. ‘Será una tarea muy difícil. Chernishevsky debía recurrir a jeroglíficos para poder escapar a la censura. Nuestra generación puede y sabe descifrarlo, pero Ustedes, las jóvenes generaciones de los años 1890’s, ignoran este arte. Tome cualquier pasaje de sus obras y le parecerá vacío, sin embargo contiene una gran pensamiento revolucionario. Chernishevsky siempre le dio la clave de sus jeroglíficos a sus amigos y colaboradores de la revista Sovremennik; llegaba finalmente a los círculos revolucionarios o se transmitía de boca en boca. Sus obras poseen así una especie de ‘código cifrado’, que permanecía durante un tiempo en vigor, más allá de que Chernishevsky hubiera sido exiliado en Siberia y ya no podía dar a nadie la clave de sus artículos. Si no se conoce éste código, Usted no puede comprender a Chernishevsky”. [23] Cerrando el rizo ideológico, Zasúlich en sus memorias relata que en los círculos populistas-terroristas ella recomendaba siempre para la formación de militantes revolucionarios… ¡leer el prólogo y las notas de Chernishevsky a la edición en ruso de Principles of Political Economy de Mill! [24] Chernishevsky como retor revolucionario fue un auténtico maestro en el trabajo de publicación de ideas “ilegales”, sus técnicas basadas en el lenguaje “esópico” o “de esclavos” fueron una enseñanza decisiva para Lenin y para el Bolchevismo in toto. Hacía un uso sofisticado de metonimias, algunas claves fueron develadas por la misma Zasúlich: por ejemplo, cuando escribía “construcciones antiguas”, significaba “falansterios comunistas” al estilo Fourier; cuando aparecía “asunto o causa común” equivalía a Revolución, “ideas sanas sobre la Organización de la manera de vivir” significaba Socialismo; “Luis XIV” era el filósofo Feuerbach, así sucesivamente. [25] Por ejemplo: muchos críticos encontraron absurdo o ridículo que Rahmetov durmiera sobre clavos, pero el mensaje de Chernishevsky era que todo revolucionario debía prepararse psicológica y físicamente para neutralizar los maltratos y torturas de las cárceles zaristas. [26] Otra característica curiosa de Rahmetov es que lee a… Isaac Newton. [27] Rahmetov finalmente es un desclasado (ha renegado de su origen noble), un “excéntrico”, efectivamente puede parecer ridículo a la masa vulgar, pero no un demente, tal como se presentaba a santos y mártires en la tradición revolucionaria rusa. En cuanto a la configuración del modelo de militante radical, el lector no podía deducir linealmente “todo” del personaje de Rahmetov (la censura lo impediría) sino que en un inteligente juego de interior y exterior de la novela, en la cual el autor interrumpe el hilo argumental de manera arbitraria, se debería contrastar mucho de los rasgos y opiniones del personaje con la propia Teoría materialista que profesaba Chernishevsky. [28] Esencialmente Chernishevsky era un tribuno-publicista, todas las diversas formas literarias eran vehículos para su propaganda social y política. Lukács lo compara con Diderot y Lessing. [29] “Me parece que pertenezco al partido radical, a los ultras’” decía de sí mismo. Contra todo fetichismo de la Política, señalaba que “el verdadero problema radica en las relaciones sociales, [que deben ser organizadas] para que una clase no pueda chupar la sangre de otra”. Creía que detrás de todo proceso histórico latía el factor económico en cuanto “circunstancias”, que determinaba en última instancia a las propias ideologías. [30] Obviamente nunca pudo expresarse plena y definitivamente. Se vio obligado a elaborar un lenguaje especial propio que, aun engañando al censor, todavía podía ser descifrado por lectores comprensivos. Sus artículos están llenos de sutiles indicaciones, alusiones irónicas, marcas filosóficas y ambigüedades intencionales. Para obtener su verdadero significado a menudo es necesario leer entre líneas. Pero en muchos ensayos no-literarios su pathos radical es evidente, por ejemplo en los dos artículos que forman su obra “El Principio antropológico en la Filosofía” (1860). [31] Se trata de una crítica a los fundamentos filosóficos del Populismo y de la ideología Narodnichestvo [32] sostenida por P. Lavrov, basándose en Stuart Mill y Proudhon. En su exposición crítica, Chernishevsky se acerca de manera increíble a la orilla de Marx, por ejemplo en su visión sobre la relación entre Filosofía y Política: “Las teorías políticas y las doctrinas filosóficas en general siempre se han elaborado bajo la poderosa influencia de las situaciones sociales a las que se refieren, y cada filósofo ha sido el representante del partido político… la que pertenecían. No hablaremos de los pensadores que se ocupan especialmente los aspectos políticos de la vida [menciona a Hobbes, Locke, Milton, Montesquieu, Rousseau, Bentham]. . . Kant pertenecía al partido que deseaba introducir la libertad en Alemania por medios revolucionarios, pero retrocedió ante los métodos terroristas; Fichte dio un paso más, tampoco se aparta de los medios terroríficos. Hegel era un liberal moderado; inusualmente conservador en sus conclusiones, afirmó principios revolucionarios en la lucha contra la reacción extrema, con la esperanza de que no lograría dejar que el espíritu revolucionario, que utilizó en su teoría para derrocar al pasado demasiado podrido, se desarrollara… sus sistemas filosóficos estaban, de principio a fin, impregnados por el espíritu de los partidos políticos a los que pertenecían los autores de dichos sistemas.” [33] Chernishevsky había hecho suya aquella fórmula de Feuerbach: “Quien persigue un Fin que es en sí verdadero y esencial, tiene ya en ello Religión”.
Notas
[1] Véase: Pomper, Philip: Lenin’s brother. The Origins of the October Revolution , Norton, New York-London, 2010; el juicio fue de tal repercusión que aparecieron su pormenores en los principales diarios del Mundo, como The New York TimesThe Washington Post o Daily News.
[2] Testimonio personal de las lecturas de Marx por Aleksandre: O. M. Govorukhin, “Vospominaniia o terroristicheskoi gruppe, A. I. Ul'ianova”, en: Oktiabr, Nº 3, p. 135.
[3] El discurso de Aleksandre en la compilación de importantes documentos publicados por su hermana: Ul’ianova-Elizarova, Anna (ed.): Aleksandr Il’ich Ul’ianov i delo 1 Marta 1887 g., Leningrad-Moscow, Gos. Idz-vo, 1927, pp. 290-292.
[4] Sobre la influencia de Lavrov y el Darwinismo social en Aleksandre, véase: Philip Pomper: “Aleksandr Ul'ianov: darwinian terrorist”, en: Russian History, 35, Nº 1-2, 2008, pp. 139-156.
[5] Existe una recopilación exhaustiva de los escritos filosóficos de Chernishevsky: N. G. Tschernyschewski, Ausgewählte philosophische Schriften, Verlag für fremdsprachige Literatur, Moskau, 1953; sobre la profundidad de la influencia de Chernishevsky en Lenin, véase: Ingerflom, Claude Sergio: Le citoyen impossible. Sur les racines russes du Léninisme; Payot, Paris, 1988; una introducción de Georg Lukács desde el Marxismo en la edición alemana de la novela ¿Qué Hacer?: véase: “Einleitung”, en: Nikolai G. Tschernyschewski, Was tun?, Aufbau-Verlag GmbH, Berlin 1951, pp. 5-42.
[6] El abuelo materno de Lenin, el doctor Aleksandre Dimitrievich Blank, vivía en Kokushino, era un pomeshchik, un pequeño terrateniente con sus propios siervos, eventualmente atendía pacientes en sus ratos libres, había sido médico de la policía zarista. El conflicto entre Anna, la hermana de Lenin, y Stalin, por cuestiones biográficas, comienzan ya en 1921 con la controversia en torno a las memorias de la Krupskaia; en 1929 se agudizan las diferencias, en especial sobre la cuestión de la descendencia judía de la familia, que Anna cree que debe ser publicitada para evitar el tradicional Antisemitismo ruso en el Partido (que llegó a sufrir Trotsky entre otros) y en el Estado, pidiendo permiso a Stalin para publicar la información, a lo que aquel se niega, reconociendo que se ha aplicado a las Obras Completas de Lenin una política editorial de censura para remover las “frases peligrosas”(sic) e insistiendo que esa información familiar debería permanecer para siempre en secreto por razones de Estado; véase: Katy Turton; Forgotten Lives. The Role of Lenin’s Sisters in the Russian Revolution, 1864–1937 , Palgrave-Macmillan, New York, 2007, cap. “New Order”, p. 131 y ss.
[7] La más importante de la biblioteca era la revista mensual Sovremennik (‘El Contemporáneo’), fundada por Pushkin en 1836 y dirigida por N. A. Nekrásov desde 1847 hasta su supresión en 1866; en ella colaboraron el poeta N. Gógol y el satírico M. Saltykov-Shchedrin (elogiado por Marx y muy apreciado por Lenin), V. G. Belinski a partir de 1839, N. G. Chernishevski desde 1854 a 1862 y N. A. Dobroliúbov de 1856 a 1860; otra era Otiéchestvennye Zapiski (‘Anales Patrios’), que en su segunda época (1839-1884) publicó artículos de Belinski, Herzen, Ogarev, Lermontov, Saltykov-Shchedrin, Turguénev y Dostoievski: el periódico liberal Vestnik Evropy (‘El Mensajero de Europa’), creado en 1866; la revista mensual populista Russkoie Bogatstvo (‘La Riqueza Rusa’), fundada en 1876; y el diario liberal Russkie Viedemosti (‘Noticiario Ruso’), que empezó a publicarse en 1863. Por ejemplo, el biógrafo Pierre Chasles afirma que “en un viejo armario encontró gran cantidad de viejos libros e interesantes revistas, herencia de su tío materno, pero pronto terminó su lectura”, en: Vida de Lenin, Editora Latino-Americana. Buenos Aires, 1945, p. 17; Wolfe señala que “Vladimir encontró allí una extensa biblioteca que había sido reunida por un tío suyo, muerto hacía ya bastante tiempo, una de aquellas bibliotecas dispares que los nobles provincianos ilustrados de la generación procedente solían tener. Los libros excitaron más que apaciguaron su apetito”, en: op. cit., p. 97.
[8] León Trotsky: El joven Lenin, FCE, México, 1972, pp. 186-187; por otro lado, es raro que Trotsky ignore o subestime el ascendiente de Chernishevsky, que no aparece en su biografía como una influencia esencial.
[9] Véase la obra colectiva con recuerdos y testimonios: Vospominanija o V. I. Lenine, cinco tomos (I-V), Moscow, 1968-1969.
[10] Nikolai Valentinov (1879–1964): economista con formación filosófica, seguidor de la corriente del Empirio-criticismo de Avenarius y Mach, criticado por Lenin en su obra Materialismo y Empiriocriticismo de 1908, luego se pasó a la fracción menchevique internacionalista (que apoyó al Revolución de Octubre), abandonó el Menchevismo y devino un especialista “no-partidario” durante la NEP, muy cercano a Bukharin y su círculo; con la caída en desgracia de los defensores de la NEP, abandonó la URSS en 1928, radicándose en París hasta su muerte; allí publicó varias obras sobre la vida de Lenin y la URSS: Mes rencontres avec Lénine, Plon, Paris, 1964; parcialmente en inglés: “Encounters with Lenin”, en: The Russian Review, Vol. 13, No. 3 (Jul., 1954), pp. 176-185; además: The Early Years of Lenin, University of Michigan Press, Michigan, 1969; The NEP and the Party Crisis, Hoover Institution Stanford University, Stanford, 1971; muy interesante su artículo: “Non-Party Specialists and the Coming of the NEP”, en: Russian Review, Vol. 30, No. 2 (April, 1971), pp. 154–163; en ruso son muy importantes: “Lenin v Kokuskino”, en: Novyj zurnal, Nº 36, 1954; “Lenin v Simbirske”, en: Novyj zurnal, Nº 37, 1954; “Vydumki o rannej revoljucionnosti Lenina”, en: Novyj zurnal, Nº 39, 1954; “Ob Aleksandre Ul’janove”, en: Novyj zurnal, Nº 40, 1955; “Prevarascenie Vladimira Ul’janova v Lenina”, en: Novyj zurnal, Nº 41, 1955; “Vstreca Lenina s marksizmom”, en: Novyj zurnal, Nº 53, 1958; “O predkah Lenina i ego biografijah”, en: Novyj zurnal, Nº 61, 1960; “Lenin v Kazani i Samare”, en: Novyj zurnal, Nº 80, 1965; y: “Dva marksizma”, en: Socialisticeskij vestnik, N8 7, 8 y 9, 1955.
[11] A su vez una contra-novela tanto contra el Bezarov de Turgénev como contra la obra del reaccionario Dostoievski: El sueño del tío de 1859.
[12] Lenin parece parafrasear el juicio negativo de Plekhanov sobre la novela, opinión “sagrada” para los primeros socialdemócratas rusos; véase: G. Plekhanov: “La ideología del pequeño-burgués”, en: Plekhanov. G., Obras Escogidas, Quetzal, Buenos Aires, pp. 266-267.
[13] Valentinov, N.: Mes rencontres avec Lénine, Plon, Paris, 1964, Chapitre Quatrième: “Lénine et Tchernychevski”, pp. 110-115.
[14] En la URSS alrededor del año 1928, hubo una polémica entre especialistas sobre la relación entre Marx y Chernishevsky, a partir de los trabajos pioneros de Plekhanov: Nuestras diferencias de 1885 (que incluye todo un capítulo dedicado a Chernishevsky, calificando sus ensayos como “la más brillante forma de aplicación en la Literatura rusa de la Dialéctica a los fenómenos sociales”); N.G. Tschernischewsky. Eine literar-historische Studie, Sttutgart, Dietz Verlag, 1894; artículos nuevamente re-leídos por Lenin en sus Notebooks de 1908-1911, momento de lucha filosófico-política, en pleno combate contra el Empirio-criticismo de Bogdanov; véase: Lenin, V. I.: “J. V. Plekhanov sobre Chernishevski”, en: Cuadernos filosóficos, Ediciones Estudio, Buenos Aires, 1974, pp. 470-522. Los trabajos más importantes de la corta primavera de debate intelectual fueron: Lepenski: “Lenin o Cernysevskom”, en: Staryj bol’sevik, Nº 8, 1933, y Nº 11, 1934; Rjazanov, D.: “Marks y Cernysevskij”, en: Letopisi marksizma, Nº VII-VII, 1928; y se re-editó la obra clásica de Julius Steklov: N. G. Cernysevskij. Ego ziizn i dejatel’nost, 1828-1889, 2 tomos, Moscow, 1928, edición original de 1909, libro elogiado y estudiado por Lenin; Steklov además se discutió si Chernishevsky podía ser calificado de socialista utópico o no, y no dudó en calificarlo como “materialista” (diferenciándose de Plekhanov): “Was N.G. Chernyshevsky an utopian?”, en: Unter der Banner des Marxismus, Nº 1 (1928), pp. 72-93 y Nº 2 (1928), pp. 39-56; además: “N.G. Chernyshevsky. Literary legacy”, en: Unter der Banner des Marxismus, Nº 2, pp. 184-188; „Chernyshevsky's ethical system”, en: Unter der Banner des Marxismus, Nº 3 (1928), pp. 5-29; además un número especial dedicado a Chernishevsky, con los siguientes artículos: V. Kirpotin: “Chernyshevsky and dialectics”; A. Nifontov: “On the question of N.G. Chernyshevsky's historic views”; V. Golosov: “Was Chernyshevsky a socialist-utopian?”; A. Michaklov: “On the question of the aesthetic theory of Chernyshevsky”; L. Zivelcinskaja: Aesthetic outlook of Chernyshevsky”, y Ja. Rozanov: “The philosophic-sociological world-outlook of N.G. Chernyshevsky (Bibliography)”; en: Unter der Banner des Marxismus, Nº 11 (1928), sucesivamente pp. 5-122; agónicamente ya en 1929 apareció un ensayo conmemorativo sobre su relación con Lenin: A. Nifontov: “Lenin and Chernyshevsky' 'On Chernyshevsky's jubilee'”, en: Unter der Banner des Marxismus, Nº 12 (1929), pp. 184-187; la mayoría de los especialistas coincidía en destacar que tanto su crítica a la Economía Política como su aplicación del Método dialéctico hegeliano habían facilitado a muchos socialistas rusos, entre ellos Lenin, acceder de manera amable a la obra de Marx.
[15] Herzen, A.: Polnoe sobranie sochinenii i pisem', ed. M- K- Lemke, vol. XXI, Gos. izd-vo, St. Peterbursg, 1919, p. 226.
[16] Véase: Nicholas, Berdiaev, The Origin of Russian Communism, Scribner, London, 1937, p. 51.
[17] Vatslav Vatslavovich Vorovsky, (1871-1923): crítico literario y socialista desde 1895, además de editor del diario Vperiod! (Adelante!) de la fracción bolchevique, fue fundador y director de la editorial oficial del Estado soviético, la Goszdat, y además diplomático en Suecia e Italia; fue asesinado en Lausana, Suiza, cuando representaba a la URSS en la Conferencia de Génova.
[18] Chernishevsky había sido el traductor y editor en ruso de de la obra de J. Stuart Mill: Principles of Political Economy en 1860 (la edición inglesa es de 1848); en su estudio preliminar y notas eruditas, Chernishevsky aportaba críticas desde el punto de vista materialista y socialista; recordemos que el libro de Mill tenía un capítulo dedicado a la Propiedad, “Of Property”, donde se discutía el Socialismo y el Comunismo; sobre Chernishevsky y Stuart Mill, véase: S. P. Turin: “Nicholas Chernyshevsky and John Stuart Mill”, en: The Slavonic and East European Review, Vol. 9, No. 25 (Jun., 1930), pp. 29-33.
[19] Comentario de Chernishevsky a Mill en nota erudita, capítulo sobre los salarios: “¿Por qué los salarios son bajos? Porque las ganancias, cuando son disociadas de los salarios, tienden a bajarlos, y viceversa, cualquier aumento en los salarios reales disminuye los beneficios, el bienestar de los trabajadores y los salarios altos no son ninguna ventaja para los empleadores. Y la gran contradicción del sistema se encuentra aquí, porque sabemos que el aumento de la productividad da como resultado un mayor bienestar de las clases trabajadoras y por ende un mayor nivel de vida”; además Chernishevsky había criticado a Malthus y el Malthusianismo.
[20] La nota remitida a Vorovsky en: Vospominanija o V. I. Lenine, Tomo I, Moscow, 1956, pp. 267-268.
[21] Las obras de Feuerbach estaban prohibidas en la Rusia zarista, solo pudieron ser traducidas y editadas a partir de 1917.
[22] Vera Ivanovna Zasúlich ( 1849-1919), anarquista bakuninista y luego populista, intentó a asesinar al gobernador de San Petersburgo, luego en convertida al Marxismo, fundadora del Grupo de Emancipación del Trabajo junto con Plekhanov y Axelrod; en el exilio en Suiza, el grupo le encomienda la traducción de todos los escritos de Marx al ruso, teniendo una correspondencia personal con Engels y Marx, terminará sus días en el Menchevismo; véase: Jay Bergman. Vera Zasulich: A Biography, Stanford University Press, Stanford, 1983; véase un fragmento de sus memorias en: Engel, B. A./ Clifford, N. R. (editoras): Cinco mujeres contra el Zar, Ediciones ERA, México, 1980, capítulo “Vera Zasúlich”, pp. 86-116; sobre la relación Marx-Zasúlich, véase: Marx, K. / Engels, F.: Escritos sobre Rusia. II. El porvenir de la Comuna rural rusa; Cuadernos de Pasado y Presente, Nº 90, México, 1980, que reúne además trabajos de Boris Nikolaievski y David Riazanov.
[23] Valentinov, N.: Mes rencontres avec Lénine, Plon, Paris, 1964, Chapitre Quatrième: “Lénine et Tchernychevski”, pp. 117-118.
[24] Fragmento de sus memorias en: Engel, B. A./ Clifford, N. R. (editoras), ibidem, p. 99.
[25] Véase el trabajo de Robert C. Williams: “The Word: Lenin, Bonch-Bruevich and the Art of secret writing”, en: The other Bosheviks. Lenin and his critics, 1904-1914; Indiana University press, Bloomington, 1986, pp. 5-28; un especialista en Literatura rusa llega a la misma conclusión que Zásulich y Lenin; véase: Michael M. Karpovich: “N. G. Chernyshevski between Socialism and Liberalism”, en: Cahiers du Monde russe et soviétique, Vol. 1, No. 4 (Jul.-Dec.), 1960, pp. 569-583, en p. 572.
[26] Véase: Andrew Michael Drozd: Chernyshevskii's What is to be Done?: A Reevaluation, Northwestern University Press, Evanston, 2001, p. 118 y ss.
[27] Rahmetov lee una obra póstuma de Newton sobre las profecías del Antiguo Testamento: Observations on the Prophecies of Daniel and the Apocalypse of St. John, Darby & Browne, London, 1733; Newton allí explica que las imágenes alegóricas (divinas) utilizan reglas fijas, de modo que cualquier interpretación correcta de las mismas debe provenir de un conjunto constante de preceptos, de un código o cifra: ¡las palabras esconden verdades ocultas! Dicho de otra manera: Rahmetov muestra que las revelaciones de la novela solo pueden ser entendidas al descubrir las reglas que rigen las imágenes alegóricas constantes.
[28] Andrew Michael Drozd: op. cit., pp. 123-125.
[29] Lukács, Georg: “Einleitung”, en: Nikolai G. Tschernyschewski, Was tun?, Aufbau-Verlag GmbH, Berlin 1951, p. 7.
[30] N. G. Chernys hevski: Literaturnoe naslodie, 3 vols., Moscow-Leningrad, 1928-1930, Vol. I, pp. 270-271.
[31] Das anthropologische Prinzip in der Philosophie (Skizzen zu Fragen der praktischen Philosophie. P. L. Lawrow, 1, Die Persönlichkeit, St. Petersburg 1860) , aparecido en su revista mensual Sovremennik (‘El Contemporáneo’), 1860, 80, Nr. 4 y 81, Nr. 5; ahora en: N. G. Tschernyschewski, Ausgewählte philosophische Schriften, Verlag für fremdsprachige Literatur, Moskau, 1953, pp. 1-58.
[32] Véase la investigación semántica del término en: Richard Pipes: “Narodnichestvo: A Semantic Inquiry”, en: Slavic Review, Vol. 23, No. 3 (Sep., 1964), pp. 441-458.
[33] N. G. Tschernyschewski, op. cit., p. 2.

[Continuará....!]
http://nangaramarx.blogspot.com/ 

◆ El que busca, encuentra...

Todo lo sólido se desvanece en el aire; todo lo sagrado es profano, y los hombres, al fin, se ven forzados a considerar serenamente sus condiciones de existencia y sus relaciones recíprocasKarl Marx

Not@s sobre Marx, marxismo, socialismo y la Revolución 2.0

— Notas notables
Cecilia Feijoo: Apuntes sobre el Concepto de Revolución Burguesa en Karl Marx — Red Diario Digital
Moishe Postone: Il compito della teoria critica oggi: Ripensare la critica del capitalismo e dei suoi futuri — Blackblog Franco Senia
Pierre-Yves Quiviger: Marx ou l'élimination des inégalités par la révolution — Le Point
Hernán Ouviña: Indigenizar el marxismo — La Tinta
Emmanuel Laurentin: Les historiens américains et Karl Marx — France Culture
Adèle Van Reeth: Le Capital de Karl Marx: La fabrique de la plus-value — France Culture
Manuel Martínez Llaneza: Reproches a Marx acerca de El Capital (Bajo la égida de Friedrich Engels) — Rebelión
Victoria Herrera: Marx y la historia — Buzos
Alejandro F. Gutiérrez Carmona: La vigencia del pensamiento marxista — Alianza Tex
Víctor Arrogante: El Capital y las aspiraciones de la clase trabajadora — Nueva Tribuna
Mauricio Mejía: Karl Marx, el poeta de la mercancía — El Financiero
Emmanuel Laurentin: Karl Marx à Paris: 1843-1845 — France Culture
Jacinto Valdés-Dapena Vivanco: La teoría marxista del Che Guevara — Bohemia
Aldo Casas: El marxismo como herramienta para la lucha — La necesidad de la formación en la militancia — La Tinta
Evald Vasiliévich Iliénkov: La dialéctica de lo abstracto y lo concreto en El Capital de Marx — Templando el Acero
Vincent Présumey: Suivi des écrits de Karl Marx / 1837-1848 - Part I, Part II, Part III & Part IV — Mediapart
Roman Rosdolky: Marx ésotérique et Marx exotérique — Palim Psao
Lepotier: Marx, Marxisme, Cui bono? — Bella Ciao
Andrea Vitale: La critica di Pareto a Marx: una abborracciatura — Operai e Teoria
Annelie Buntenbach: Marx provides us with a glimpse behind the scenes of capitalism — Marx 200
Antoni Puig Solé: La Ley del Valor y la ecología en Marx — Lo que somos
Vladimiro Giacché: Note sui significati di "Libertà" nei Lineamenti di Filosofia del Diritto di Hegel — Il Comunista
Salvador López Arnal: Manuel Sacristán (1925-1985) como renovador de las tradiciones emancipatorias — Rebelión
Paúl Ravelo Cabrera: Marx, Derrida, el Gesto Político y la supercapitalización mundial — Scribb
Dino Greco: In difesa del marxismo — Sollevazione
Alberto Quiñónez: Arte, praxis y materialismo histórico — Rebelión
Josefina L. Martínez: Feminismo & Socialismo marxista - Eleanor Marx, la cuestión de la mujer y el socialismo — Rebelión
John Bellamy Foster: Marx y la fractura en el metabolismo universal de la naturaleza — Scribb
José Manuel Bermudo Ávila: Concepto de Praxis en el joven Marx — Scribb
Carlos Oliva Mendoza: Adolfo Sánchez Vázquez: ¿marxismo radical o crítica romántica? — InfoLibre
Bernardo Coronel: ¿El marxismo es una ciencia? — La Haine
Sylvain Rakotoarison: Le capitalisme selon Karl Marx — Agora Vox

— Notas y comentarios sobre El Capital
António Ferraz: Os 150 anos do livro ‘O Capital’, de Karl Marx — Correio do Minho
Horacio Tarcus: Traductores y editores de la “Biblia del Proletariado” - Parte I & Parte II — Memoria
Emmanuel Laurentin: Le Capital, toujours utile pour penser la question économique et sociale? — France Culture
J.M. González Lara: 150 años de El Capital — Vanguardia
Roberto Giardina: Il Capitale di Marx ha 150 anni — Italia Oggi
Alejandro Cifuentes: El Capital de Marx en el siglo XXI — Voz
Marcela Gutiérrez Bobadilla: El Capital, de Karl Marx, celebra 150 años de su edición en Londres — Notimex
Mario Robles Roberto Escorcia Romo: Algunas reflexiones sobre la vigencia e importancia del Tomo I de El Capital — Memoria
Antoni Puig Solé: El Capital de Marx celebra su 150° aniversario — Lo que Somos
Jorge Vilches: El Capital: el libro de nunca acabar — La Razón
Carla de Mello: A 150 años de El Capital, la monumental obra de Karl Marx — Juventud Socialista del Uruguay
Rodolfo Bueno: El Capital cumple 150 años — Rebelión
Diego Guerrero: El Capital de Marx y el capitalismo actual: 150 años más cerca — Público
José Sarrión Andaluz & Salvador López Arnal: Primera edición de El Capital de Karl Marx, la obra de una vida — Rebelión
Sebastián Zarricueta: El Capital de Karl Marx: 150 años — 80°
Marcello Musto: La durezza del 'Capitale' — Il Manifesto
Esteban Mercatante: El valor de El Capital de Karl Marx en el siglo XXI — Izquierda Diario
Michael Roberts: La desigualdad a 150 años de El Capital de Karl Marx — Izquierda Diario
Ricardo Bada: El Capital en sus 150 años — Nexos
Christoph Driessen: ¿Tenía Marx razón? Se cumplen 150 años de edición de El Capital — El Mundo
Juan Losa: La profecía de Marx cumple 150 años — Público
John Saldarriaga: El Capital, 150 años en el estante — El Colombiano
Katia Schaer: Il y a 150 ans, Karl Marx publiait ‘Le Capital’, écrit majeur du 20e siècle — RTS Culture
Manuel Bello Hernández: El Capital de Karl Marx, cumple 150 años de su primera edición — NotiMex
Ismaël Dupont: Marx et Engels: les vies extravagantes et chagrines des deux théoriciens du communisme! — Le Chiffon Rouge
Jérôme Skalski: Lire Le Capital, un appel au possible du XXIe siècle - L’Humanité
Sebastiano Isaia: Il Capitale secondo Vilfredo Pareto — Nostromo

— Notas y reportajes de actualidad
Román Casado: Marx, Engels, Beatles, ese es el ritmo de Vltava — Radio Praga
María Gómez De Montis: El Manifiesto Comunista nació en la Grand Place — Erasmus en Flandes
Enrique Semo: 1991: ¿Por qué se derrumbó la URSS? — Memoria
Michel Husson: Marx, un économiste du XIXe siècle? A propos de la biographie de Jonathan Sperber — A L’Encontre
César Rendueles: Todos los Marx que hay en Marx — El País
Alice Pairo: Karl Marx, Dubaï et House of cards: la Session de rattrapage — France Culture
Sebastián Raza: Marxismo cultural: una teoría conspirativa de la derecha — La República
Samuel Jaramillo: De nuevo Marx, pero un Marx Nuevo — Universidad Externado de Colombia
Sergio Abraham Méndez Moissen: Karl Marx: El capítulo XXIV de El Capital y el “descubrimiento” de América — La Izquierda Diario
Joseph Daher: El marxismo, la primavera árabe y el fundamentalismo islámico — Viento Sur
Francisco Jaime: Marxismo: ¿salvación a través de la revolución? — El Siglo de Torreón
Michel Husson: Marx, Piketty et Aghion sur la productivité — A l’encontre
Guido Fernández Parmo: El día que Marx vio The Matrix — Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires
Cest: Karl Marx y sus "Cuadernos de París" toman vida con ilustraciones de Maguma — El Periódico
Leopoldo Moscoso: 'Das Kapital': reloading... — Público
Laura "Xiwe" Santillan: La lucha mapuche, la autodeterminación y el marxismo — La Izquierda Diario
José de María Romero Barea: Hölderlin ha leído a Marx y no lo olvida — Revista de Letras
Ismaël Dupont: Marx et Engels: les vies extravagantes et chagrines des deux théoriciens du communisme! — Le Chiffon Rouge Morlai
Francisco Cabrillo: Cómo Marx cambió el curso de la historia — Expansión
El “Dragón Rojo”, en Manchester: Cierran el histórico pub donde Marx y Engels charlaban "entre copa y copa" — BigNews Tonight
Marc Sala: El capitalismo se come al bar donde Marx y Engels debatían sobre comunismo — El Español

— Notas sobre debates, entrevistas y eventos
Fabrizio Mejía Madrid: Conmemoran aniversario de la muerte de Lenin en Rusia — Proceso
Segundo Congreso Mundial sobre Marxismo tendrá lugar en Beijing — Xinhua
Debate entre Andrew Kliman & Fred Moseley — Tiempos Críticos
David McNally & Sue Ferguson: “Social Reproduction Beyond Intersectionality: An Interview” — Marxismo Crítico
Gustavo Hernández Sánchez: “Edward Palmer Thompson es un autor que sí supo dar un giro copernicano a los estudios marxistas” — Rebelión
Alberto Maldonado: Michael Heinrich en Bogotá: El Capital de Marx es el misil más terrible lanzado contra la burguesía — Palabras al Margen
Leonardo Cazes: En memoria de Itsván Mészáros — Rebelión (Publicada en O Globo)
Entrevista con István Mészáros realizada por la revista persa Naghd’ (Kritik), el 02-06-1998: “Para ir Más allá del Capital” — Marxismo Crítico
Rosa Nassif: “El Che no fue solo un hombre de acción sino un gran teórico marxista” Agencia de Informaciones Mercosur AIM
Entrevista a Juan Geymonat: Por un marxismo sin citas a Marx — Hemisferio Izquierdo
Juliana Gonçalves: "El Capital no es una biblia ni un libro de recetas", dice José Paulo Netto [Português ] — Brasil de Fato
Entrevista a Michael Heinrich: El Capital: una obra colosal “para desenmascarar un sistema completo de falsas percepciones” — Viento Sur
Alejandro Katz & Mariano Schuster: Marx ha vuelto: 150 años de El Capital. Entrevista a Horacio Tarcus — La Vanguardia
Salvador López Arnal: Entrevista a Gustavo Hernández Sánchez sobre "La tradición marxista y la encrucijada postmoderna" — Rebelión
Jorge L. Acanda: "Hace falta una lectura de Marx que hunda raíces en las fuentes originarias del pensamiento de Marx" — La Linea de Fuego

— Notas sobre Lenin y la Revolución de Octubre
Guillermo Almeyra: Qué fue la Revolución Rusa — La Jornada
Jorge Figueroa: Dos revoluciones que cambiaron el mundo y el arte — La Gaceta
Gilberto López y Rivas: La revolución socialista de 1917 y la cuestión nacional y colonial — La Jornada
Aldo Agosti: Repensar la Revolución Rusa — Memoria
Toni Negri: Lenin: Dalla teoria alla pratica — Euronomade
Entretien avec Tariq Ali: L’héritage de Vladimir Lénine — Contretemps
Andrea Catone: La Rivoluzione d’Ottobre e il Movimento Socialista Mondiale in una prospettiva storica — Marx XXI
Michael Löwy: De la Revolución de Octubre al Ecocomunismo del Siglo XXI — Herramienta
Serge Halimi: Il secolo di Lenin — Rifondazione Comunista
Víctor Arrogante: La Gran Revolución de octubre — El Plural
Luis Bilbao: El mundo a un siglo de la Revolución de Octubre — Rebelión
Samir Amin: La Revolución de Octubre cien años después — El Viejo Topo
Luis Fernando Valdés-López: Revolución rusa, 100 años después — Portaluz
Ester Kandel: El centenario de la Revolución de octubre — Kaos en la Red
Daniel Gaido: Come fare la rivoluzione senza prendere il potere...a luglio — PalermoGrad
Eugenio del Río: Repensando la experiencia soviética — Ctxt
Pablo Stancanelli: Presentación el Atlas de la Revolución rusa - Pan, paz, tierra... libertad — Le Monde Diplomatique
Gabriel Quirici: La Revolución Rusa desafió a la izquierda, al marxismo y al capitalismo [Audio] — Del Sol

— Notas sobre la película “El joven Karl Marx”, del cineasta haitiano Raoul Peck
Eduardo Mackenzie:"Le jeune Karl Marx ", le film le plus récent du réalisateur Raoul Peck vient de sortir en France — Dreuz
Minou Petrovski: Pourquoi Raoul Peck, cinéaste haïtien, s’intéresse-t-il à la jeunesse de Karl Marx en 2017? — HuffPost
Antônio Lima Jûnior: [Resenha] O jovem Karl Marx – Raoul Peck (2017) — Fundaçâo Dinarco Reis
La película "El joven Karl Marx" llegará a los cines en el 2017 — Amistad Hispano-Soviética
Boris Lefebvre: "Le jeune Karl Marx": de la rencontre avec Engels au Manifeste — Révolution Pernamente

— Notas sobre el maestro István Mészáros, recientemente fallecido
Matteo Bifone: Oltre Il Capitale. Verso una teoria della transizione, a cura di R. Mapelli — Materialismo Storico
Gabriel Vargas Lozano, Hillel Ticktin: István Mészáros: pensar la alienación y la crisis del capitalismo — SinPermiso
Carmen Bohórquez: István Mészáros, ahora y siempre — Red 58
István Mészáros: Reflexiones sobre la Nueva Internacional — Rebelión
Ricardo Antunes: Sobre "Más allá del capital", de István Mészáros — Herramienta
Francisco Farina: Hasta la Victoria: István Mészáros — Marcha
István Mészáros in memoriam : Capitalism and Ecological Destruction — Climate & Capitalism.us