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Friedrich Engels ✆ Leonardo Cazes
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Ariel Mayo
La compilación Acerca
del anarquismo y el anarcosindicalismo, publicada en 1976 (Moscú: Editorial
Progreso), incluye escritos de Marx, Engels y Lenin. Se trata, por lo menos en
lo que hace a los trabajos de Marx y Engels, de una obra sesgada, que pone el
acento en los ataques al anarquismo y deja de lado obras fundamentales, como La
guerra civil en Francia. Más allá del sesgo, contiene una serie de valiosas
indicaciones sobre la concepción marxiana de la política y del partido. Continúo
aquí la publicación de notas de lectura sobre la obra.
En carta a Cafiero (1), fechada el 1-3 de marzo de 1871,
Friedrich Engels (1820-1895) formula una fuerte crítica a la política seguida
por los bakuninistas en la Asociación
Internacional de Trabajadores (AIT a partir de aquí). Prefiero dejar de lado
esta cuestión, cuyo tratamiento requiere un profundo conocimiento de la
historia de la Internacional, del que carezco. Prefiero concentrarme en la
definición del tipo de organización y de la política propuesta para la AIT,
pues ambos temas son de utilidad para la teoría del partido revolucionario.
Engels desarrolla su punto de vista en estos pasajes:
“...nuestra
Asociación es un centro de convergencia y de correspondencia entre las
sociedades obreras de los distintos países que aspiran a un mismo fin, a saber:
la protección, el progreso y la completa emancipación de la clase obrera (art.
1 de los Estatutos de la Asociación). Si las teorías especiales de Bakunin y
sus amigos se limitaran a estos objetivos, no habría objeciones para aceptarlos
como miembros y permitirles hacer cuanto pudieran para propagar sus ideas por
todos los medios adecuados. En nuestra Asociación tenemos hombres de todo
género: comunistas, proudhonistas, unionistas, tradeunionistas, cooperadores,
bakuninistas, etc., e incluso en nuestro Consejo General hay hombres de opiniones
bastante diferentes.
En el momento en que
la Asociación se convirtiera en una secta, estaría perdida. Nuestra fuerza
reside en la amplitud con que interpretamos el art. 1 de los Estatutos, a
saber: que son admitidos todos los hombres que aspiran a la emancipación
completa de la clase obrera. Por desgracia, los bakuninistas, con la estrechez
de espíritu común a todos los sectarios, no se han considerado satisfechos con
eso. El CG, según ellos, estaba compuesto de reaccionarios y el programa de la
Asociación era demasiado inconcreto.” (p. 28; el subrayado es mío - AM-).