◆ Presentación del libro
por Julián Sanz, José Babiano & Francisco Erice
Hace ahora poco más de medio siglo, salía a la luz un texto
deslumbrante, pronto convertido en clásico y destinado a remover los cimientos
de una recién alumbrada
Historia social.
The Making of the English Working Class
[La formación de la clase obrera en Inglaterra] –como rezaba su título– era
obra de un relativamente joven y dinámico activista de la
Nueva Izquierda y antiguo militante del Partido Comunista
británico, organización que había abandonado tras la invasión soviética de
Hungría en 1956. Antes de esa fecha, Edward Palmer Thompson (Oxford,
1924-Worcester, 1993) había formado parte del Grupo de Historiadores del partido
(GHPCB), junto a Eric Hobsbawm, Christopher Hill, Rodney Hilton, George Rudé y
otros representantes de la brillante escuela de historiadores marxistas
británicos, ampliamente reconocida como una de las más destacadas influencias
renovadoras en la historiografía del siglo XX. 1
Desde el principio, pudo comprobarse que La formación… no era un libro corriente.
Se trataba más bien, en palabras de Hobsbawm, de «una especie de volcán histórico en erupción de 848 páginas»,
acogido de inmediato como una obra «de importancia capital» por historiadores,
sociólogos y «jóvenes lectores radicales de ambos lados del Atlántico»2 . Su
impacto se debió, pues, no solo a su contenido, profundamente renovador y un
tanto sorprendente para los lectores de estudios habituales sobre el movimiento
obrero, sino también a su estilo, caracterizado por un pulso narrativo que
contribuyó sobremanera a su fuerte capacidad de seducción. No en vano,
Thompson, llegó a publicar asimismo una novela y varios poemas. En fin, armado
con unas dotes literarias poco comunes en un historiador, Thompson trazaba en La formación… los pormenores de la
trayectoria épica de una clase obrera que –frente a las concepciones
funcionalistas o de cierto marxismo estructural– no era analizada como un
simple producto de las condiciones económicas, sino que se había hecho a sí
misma o «estuvo presente en su propia formación»
La formación… no
era la primera obra de Thompson, un investigador que ni había seguido ni
seguiría una carrera académica convencional. Unos años antes, había publicado
una voluminosa biografía de William Morris, el socialista inglés de la segunda
mitad del siglo xix cuya crítica estética y moral al capitalismo y cuya visión
utópica abierta movieron a Thompson, en cierto modo, a asumir desde entonces la
condición de su alter ego. Después
vendría una amplia y densa producción, centrada especialmente, aunque no de
manera exclusiva, en el siglo xviii inglés, en la que se mezclan lucidez en los
análisis y pasión política.
Incluso dentro del brillante y polifacético plantel de
historiadores marxistas británicos, Thompson siempre destacó por su
originalidad y su capacidad de fascinar al lector. Una vez más Hobsbawm, que
compartió con él muchos planteamientos pero también mantuvo algunas
discrepancias, lo subrayaba en una medida nota necrológica: Thompson poseía «la
capacidad para producir algo cualitativamente diferente de lo que el resto de
nosotros producíamos»; una cualidad a la que se podría llamar «genio, en el
sentido tradicional de la palabra»3 .
Por otro lado, junto a su quehacer historiográfico, Thompson
sostuvo un compromiso militante que fue más allá de su ya mencionada
pertenencia al PC británico. En particular, en el tramo final de su vida,
estuvo fuertemente vinculado al movimiento pacifista y a la lucha contra el
rearme nuclear. A mediados de la década de los ochenta, a propósito de un
debate público, llegaría a comentar:
Me siento como un
impostor aquí, porque durante seis años mi oficio ha estado sumergido en la
actividad por la paz y les tengo que explicar a ustedes la posición desde la
que ahora hablo […]. En cinco años he dado más de 500 mítines, asistido a
interminables reuniones de comités y visitado 19 o 20 países como emisario del
movimiento por la paz. 4
Con el paso del tiempo, la obra de Thompson cuyo
cincuentenario conmemoramos ha demostrado ser algo más que un fogonazo, el
golpe de efecto de un prestidigitador aventajado o el afortunado ensayo de un
historiador de talento. Y ello es así porque se adentraba de lleno en alguno de
los problemas que el viejo marxismo había soslayado y que, como el propio Thompson
apuntó, implicaban consecuencias historiográficas, pero también políticas.
Porque si algo caracteriza la obra de Thompson es la pulsión política que
palpita en cada una de las líneas de sus trabajos, una dialéctica fluida entre
el pasado y el presente que ejercita continua y certeramente, sin dejar por eso
–como él señalaba– de analizar los problemas históricos «en sus propios
términos y dentro de su propio conjunto de relaciones»5 . Su materialismo
«histórico y cultural» –como le gustaba apostillar– era inseparable y
plenamente solidario de su «comunismo democrático» o su «humanismo socialista»,
por utilizar algunas de las definiciones que él mismo se adjudicó. No puede
entenderse el conjunto de su obra histórica –y no solo La formación…– al margen de su proyecto de enlazar el movimiento
obrero y socialista militante con los múltiples hilos de la tradición
democrático-radical antinómica
(Paine, Cobbett, Blake y tantos otros). Como ha señalado gráficamente Antoni
Domènech, el prologuista de la reciente reedición en castellano de La formación…, el socialismo de Thompson
fue siempre «un socialismo orgulloso del gorro frigio»6 , y ese es tal vez uno
de sus mayores legados.
La obra de Thompson es deliberadamente polémica, en el fondo
y en la forma, y plantea reiteradamente algunos de los problemas de
interpretación histórica más importantes no solo de la tradición marxista (en
la que él se integró, aunque a veces no sin cierto doloroso desgarro), sino de
la Historia social o de la Historia en
general. Así, la dialéctica entre estructuras y acción humana, entre
determinación y libertad, entre el peso de los factores sociales y los
culturales, una problemática en la que buscó superar determinismos y dicotomías
defendiendo la complejidad de los procesos históricos y la necesidad de un
continuo diálogo entre las concepciones teóricas y la investigación empírica,
aportando categorías como la de experiencia
al tiempo que revalorizaba el peso de los aspectos culturales.
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E. P. Thompson |
También se preocupó ampliamente de las oscilaciones entre
conflicto, equilibrio y hegemonía, otorgando especial atención al papel de las
clases sociales y a los factores operantes en su formación, en tanto que un
«fenómeno histórico», lo que nos
remite a la experiencia y a la
conciencia de clase, huyendo de la concepción determinista y ahistórica en la
que había encallado el considerado entonces como marxismo ortodoxo. En este
sentido, debemos subrayar que el marxismo en el que se posicionó –lo que el
propio Thompson gustaba nombrar como «tradición marxista»– se fundamentaba en
una asimilación abierta y crítica de la obra de Marx y Engels, como pone de
manifiesto la lectura de Miseria de la
teoría.
La preocupación por las clases populares emergía de su
compromiso político, que lo encaminó a la historia del movimiento obrero y a la
preocupación por desarrollar una historia
desde abajo, indispensable para entender el devenir histórico, pero también
para afirmar el papel del sujeto en la historia y para recuperar la memoria de
las personas oprimidas, derrotadas o marginadas. Tal como ponía de manifiesto
en sus tantas veces citadas palabras del prólogo de La formación… sobre «rescatar de la enorme prepotencia de la
posteridad al pobre tejedor de medias, al tundidor ludita, al “obsoleto”
tejedor en tela manual, al artesano “utópico” e incluso al iluso seguidor de
Joanna Southcott»7 .
Todo un conjunto de aportaciones, de inquietudes y de
temáticas, un auténtico programa de investigación, que tuvo una enorme
influencia en el desarrollo de la Historia
social y en la pujanza del marxismo historiográfico en las décadas
siguientes, como se recoge en este volumen que presentamos.
¿Hasta qué punto esta obra, rica y diversa, ha resistido al
paso del tiempo? O, dicho de otro modo ¿qué puede ofrecernos hoy, como
complemento, contrapunto o alternativa frente a las nuevas corrientes
historiográficas y del análisis social? ¿Cuál es o sigue siendo la actualidad
de su socialismo humanista y antiestatista, crí- tico o siempre desconfiado de
la conveniencia de «vanguardias» políticas, administradores ilustrados o
«tiranos igualitarios» para imponer una humanidad socializada desde arriba, tal como planteara ya en 1960 en Outside the Whale? 8
Para abordar estos interrogantes, la Sección de Historia de
la Fundación de Investigaciones Marxistas se planteó celebrar unas Jornadas de
debate donde, desde distintas posiciones intelectuales y experiencias
profesionales, investigadores de nuestro país hicieran un balance, sin
apriorismos ni cortapisas (como le hubiera gustado a Thompson), sobre la
actualidad del historiador británico y su influencia en España. Buscando apoyos
o sinergias en esta tarea, se estableció pronto contacto con la Fundación
Primero de Mayo de Comisiones Obreras, cuya respuesta positiva fue
prácticamente inmediata. El fruto de esta colaboración y del esfuerzo
estimulante de los profesores invitados fueron las interesantes jornadas
celebradas en común en Madrid los días 27 y 28 de junio de 20139 . Hay que
decir que estas jornadas fueron una de las pocas iniciativas (junto con la
publicación de un número especial de la revista Sociología Histórica y la reedición de La formación… ya mencionada) llevadas a cabo en nuestro país para
conmemorar el cincuentenario de la obra germinal de Thompson. Algunos países
latinoamericanos y sobre todo Gran Bretaña fueron algo más sensibles a la
celebración, pero sin que pueda hablarse de una plena correspondencia con la
magnitud de la obra y la importancia del autor.
Las ponencias discutidas en aquellas jornadas, reelaboradas
por sus autores, constituyen, con escasas ausencias y algún añadido, el
contenido del presente libro. Los diversos textos incluidos abordan algunos de
los aspectos más destacados de la vida, la obra y el legado de E. P. Thompson,
desde las aportaciones a la historia a su compromiso político; de la práctica
como historiador a las polémicas teóricas; de la influencia y las sucesivas
valoraciones de su obra en la historiografía a la reflexión sobre el presente a
partir de las preocupaciones y de las herramientas que se extraen de sus
trabajos. Aunque caben diversos itinerarios de lectura, dada la transversalidad
de algunas cuestiones y los múltiples focos de interés que pueden guiar a
quienes lo lean, hemos organizado la obra en cuatro grandes bloques, comenzando
el primero por presentar a E. P. Thompson y analizar el contexto y el impacto
de su gran clásico La formación…,
para pasar en el siguiente a profundizar en el análisis de las categorías
thompsonianas desde diversas perspectivas (la cuestión de la clase, la perspectiva
de género o la antropología). El tercer bloque se ocupa de la recepción y la
influencia de la obra del historiador británico en España, mientras que el
último recoge diversas aproximaciones a la perspectiva thompsoniana y a su
utilidad para nuestro presente, historiográfico y político. Finalmente, se
incluye una exhaustiva bibliografía comentada de Thompson.
El análisis de la relevancia de E. P. Thompson, a través del
acercamiento tanto a su evolución intelectual como a su impacto global en la
historiografía, comienza por una panorámica general sobre su persona, su obra y
su aportación. En ella Elena Hernández Sandoica subraya sobre todo la vigencia
y el interés de seguir leyendo a Thompson, por la utilidad de los conceptos que
imaginó y aplicó –destacadamente, los de experiencia y economía moral– y por su
influencia en el desarrollo de una historia
desde abajo, que permitiera dar voz a las cabezas populares y adentrarnos
en la explicación de su acción en la historia. Destaca asimismo su concepción y
su práctica del oficio de historiador, que partía de la importancia del trabajo
minucioso en los archivos y del planteamiento de conceptos adecuados que, en
continuo diálogo con los datos empíricos, permitiesen dar la necesaria
complejidad al análisis histórico, todo ello a través de una cuidada factura
literaria, cargada de pasión.
Ferran Archilés, a continuación, traza la evolución
intelectual, historiográfica y política de Thompson en los años anteriores a la
publicación de La formación… Realiza
para ello un análisis minucioso de sus preocupaciones, concepciones e
influencias, ancladas en un compromiso socialista nacido al calor de la
experiencia frentepopulista y en un
decidido empeño en aunar el marxismo y la tradición romántica. Así, comienza
por explicar y destacar la relevancia de su interés por William Morris, repasa
el impacto de 1956, a salida del PC británico y el comienzo de la trayectoria
hacia la New Left, hasta abordar la gestación de La formación…, subrayando la importancia del romanticismo de
Thompson como necesaria impugnación moral del sistema capitalista.
impacto ejercido por aquel voluminoso trabajo en la
historiografía, con especial atención a las principales categorías de análisis
de la obra. Analiza su influencia en el impulso de la Historia social, especialmente la estadounidense, para después
centrarse en la concepción thompsoniana de clase y en el impacto de esta
renovada concepción en el estudio del movimiento obrero. Así, las aportaciones
de Thompson, Hobsbawm, Rudé y otros empujaron al desarrollo de una historia
obrera renovada muy atenta a los elementos culturales, la vida cotidiana y la
acción colectiva, que se enfrenta en los últimos años al desafío de la llamada
«historia postsocial» y su impugnación de la categoría de experiencia. Barrio
concluye reclamando la necesidad y el desafío de recuperar una Historia social que responda a los
interrogantes del presente sobre la clase obrera y que utilice el legado
thompsoniano para ampliar «espacios de la investigación acerca de la rebeldía,
el inconformismo y la oposición de la clase obrera», trabajando para ello con
«un concepto de clase más amplio y plural».
Ya en el segundo bloque, el texto de Xavier Domènech parte
precisamente de un acercamiento a la visión del legado thompsoniano en nuestro
presente, exponiendo y reivindicando las principales concepciones de Thompson
–«en sus propios términos»– en relación con la causalidad histórica, el sujeto
y la experiencia, en abierta contraposición a los planteamientos de sus
críticos, en especial de los procedentes del
giro lingüístico. Desentraña la riqueza de los planteamientos del
historiador inglés, analizándolos en relación con la tradición marxista y
mostrando la relevancia de la categoría de experiencia como superadora de una
falsa dicotomía entre lo material o económico y lo cultural, como elemento
nodal que permite explicar y comprender mejor los procesos de formación de las
clases sociales, el desarrollo de la conciencia de clase y el lugar central que
en los mismos desempeña la lucha de clases. En ese sentido, Domènech defiende
la plena pertinencia y vigencia de las aportaciones de Thompson para superar
los problemas que implican las dicotomías, determinismos y reduccionismos a que
parecen conducir las visiones procedentes del giro lingüístico.
Desde una posición algo diversa, Miren Llona plantea una
mirada desde el género a La formación…
–en tanto que obra y tema– y a las categorías de Thompson. Pese a constatar la
evidente ausencia de la dimensión de género en la obra de 1963, incide en que
la renovación del marxismo y de la Historia
social que implicó –con la mayor complejidad introducida en los procesos y
el énfasis en la acción de los sujetos– favoreció la gestación de la nueva
Historia de las mujeres. Asimismo recoge las principales críticas realizadas a
sus categorías de clase y de experiencia desde la perspectiva de género, en
especial por Joan Scott, paralelas al proceso de desplazamiento de la Historia social hacia la Historia
cultural. La importancia de la introducción de la categoría de género en esta
evolución de la historiografía reciente se pone asimismo de manifiesto en la
notable renovación aportada en el terreno del estudio de la formación de la
clase obrera, como se comprueba al revisar las aportaciones de los estudios de
Sonya Rose y Anna Clark, quienes conciben la clase y el género como dos
elementos inseparables, que se han construido y transformado de forma conjunta
y simultánea en el proceso de formación de la clase obrera y de las nuevas
categorías de género del siglo XIX.
Las aportaciones de Thompson generaron una amplia influencia
más allá de la disciplina histórica y, de hecho, animaron crecientes
intercambios con otras disciplinas. Ubaldo Martínez Veiga se centra en concreto
en la relación entre la obra de Thompson y la Antropología, ofreciendo unas
notas a través de varios textos del autor inglés en los que se acercó a
cuestiones antropológicas, señalando asimismo la relación entre sus
aportaciones sobre la cultura plebeya y las concepciones gramscianas en torno a
la cultura popular, el sentido común y la
hegemonía.
Lo cierto es que en España la obra de Thompson –como, más
ampliamente, la de aquella escuela de historiadores marxistas británicos– ha
influido a varias generaciones de historiadores e historiadoras, desde los años
sesenta hasta las recientes promociones que lo leen durante sus años de
estudiantes o lo reivindican en los foros de jóvenes investigadores. Rafael
Ruzafa aborda, en estrecha relación con el influjo thompsoniano, la evolución
de la historiografía española dedicada al siglo xix, especialmente en el
terreno de la historia obrera y de las clases populares, destacando la
incorporación de planteamientos explicativos más complejos y la atención a los
procesos de formación de identidades. Asimismo, Ruzafa fija en el arco temporal
1830-1880 el proceso de formación de la clase obrera en España.
Por su parte, José Antonio Pérez comienza por explicar el
contexto de la recepción de la obra de Thompson y del marxismo británico, en
especial desde la segunda mitad de los setenta, pero con sucesivos
descubrimientos y relecturas de los futuros historiadores formados en los
ochenta y los noventa. Aquella perspectiva que reivindicaba el protagonismo del
sujeto, de la experiencia, de los trabajadores comunes, permitió el tránsito
hacia una historia renovada sobre la clase trabajadora, alcanzando un notable
influjo –señala– en los estudios de las últimas décadas sobre la clase obrera
bajo la dictadura franquista.
Otro carácter tiene la aportación de Javier Tébar, que
constituye un buen ejemplo de esa Historia
social dedicada al movimiento obrero durante la dictadura, realizando un
estudio de caso sobre los lenguajes de clase en la Barcelona de los años
sesenta. El autor defiende una perspectiva integradora, que permite
complementar la utilidad de categorías thompsonianas como la experiencia con la
atención al estudio de los aspectos lingüísticos, a través del estudio de los
discursos de identidad y movilización emitidos desde el movimiento de las
comisiones obreras.
La dedicación a la historia y la militancia política eran
dos vocaciones intrínsecamente unidas en Thompson, derivadas de su compromiso
con la causa del movimiento obrero, de la emancipación humana, por lo que
resulta imprescindible atender también tanto a su faceta militante como a las
consecuencias y lecturas políticas de su legado, que se abordan en el siguiente
bloque. Juan Andrade plantea un acercamiento a algunos de los planteamientos
del historiador comprometido que fue, deteniéndose en su concepción de la
disciplina histórica, exponiendo a partir de
Miseria de la teoría sus puntos de vista sobre el conocimiento social,
incardinados en las posiciones del materialismo histórico y del realismo
epistemológico, desde un marxismo crítico –en neto contraste, apunta, tanto con
el estructuralismo althusseriano como con las posteriores posiciones
procedentes del «giro lingüístico»–. Y, por otro lado, repasa también algunos
de sus rasgos más notables como activista y trabajador intelectual, como fueron
su actitud antiacadémica, su defensa de una cultura vinculada a las clases
populares o su radical rechazo del estalinismo desde posiciones humanistas.
Aspectos, todos ellos, de actualidad, pues el eco de los análisis
y de las luchas de Thompson puede percibirse y resultar útil en los combates de
nuestros días, como muestra Pedro Benítez a través de un acercamiento al caso
del 15-M. Las concepciones del autor de Tradición,
revuelta y conciencia de clase sobre el proceso de formación de la clase
obrera, fundadas en la relevancia fundamental de la experiencia y en el rechazo
de toda visión teleológica, resultan de gran interés para la acción política
del presente, en el que emergen nuevos sujetos sociales, como el 15-M, que se
fundan en la propia experiencia de movilización y de elaboración colectiva.
Finalmente se incluye un comentario bibliográfico, a cargo
de Adrià Llacuna, que ha procedido a una exhaustiva recopilación del extenso y
variado corpus de libros, artículos, opúsculos o manifiestos de muy diverso
carácter que E. P. Thompson dedicó a lo largo de su vida a aspectos históricos,
literarios, políticos o de otra índole, que acompaña de una útil introducción
que permite enmarcar la amplia producción del autor británico, su cronología y
sus principales temas.
****
Lejos, por tanto, de un mero ejercicio de historia de la
historiografía, a la luz de este conjunto de aportaciones se puede afirmar la
vigencia de la obra de E. P. Thompson y la necesidad de tener en cuenta sus
aportaciones tanto para la ciencia histórica, como para la tradición analítica
marxista y para el combate polí- tico. Una historia fundada en el sujeto, en la
acción humana en su contexto social, en la empatía con las clases populares que
han soportado el peso de la opresión y con las luchas que –con derrotas y
logros– han permitido conquistar avances y espacios en el terreno de la
emancipación humana. En un presente marcado por el retroceso impuesto en las
libertades y en los derechos sociales, se hace imprescindible atender a la
historia de las luchas populares y comprender los mecanismos a través de los
cuales los sectores subalternos –y, destacadamente, la clase obrera– han
empujado el cambio social. Un terreno en el que resalta la pertinencia de la historia desde abajo, que sigue
constituyendo, además, una obligación política y moral para dar voz a las
personas marginadas y desfavorecidas. Como apuntan varias de las aportaciones a
este libro, se plantea la necesidad de relanzar una Historia social que nos permita dar respuesta a la complejidad de
los procesos históricos, huyendo de los determinismos y atendiendo a la acción
de los sujetos en sus condiciones históricas de existencia, en las cuales lo
material y lo cultural aparecen inextricablemente unidos, conformando la
experiencia, las identidades y la cultura de los individuos y de los grupos
sociales. Un panorama en el que sería conveniente incorporar todas las
aportaciones útiles de las nuevas tendencias historiográficas (perspectiva de
género, estudios culturales, estudios poscoloniales), sin descuidar el estudio
de las estructuras económicas, sociales y políticas, enriqueciendo y renovando
el acervo de la Historia social. Es
en cierto modo, sin entrar ahora en la valoración de sus propuestas concretas,
lo que han defendido Eley y Nield abogando por establecer un diálogo que
permita derrumbar barreras entre distintas propuestas teóricas y
epistemológicas. 10
Desde luego, las circunstancias del presente obligan a
comprender aspectos como las dinámicas de funcionamiento del sistema
capitalista, los nuevos marcos de relaciones laborales, las identidades y las
formas culturales extendidas entre los grupos sociales, o el surgimiento de
nuevas formas de acción colectiva como respuesta a la crisis económica y al
retroceso sistemático de derechos que impone la actual gobernanza neoliberal.
En este contexto, nos estamos encontrando con la formación de nuevos sujetos y
movimientos sociales que, desde sus condiciones materiales cotidianas, desde
diferentes tradiciones y ámbitos culturales, están sufriendo la experiencia de
la pauperización, de la restricción de libertades y de la pérdida de
expectativas, al tiempo que desarrollando, también, una experiencia común de
difusión de nuevas y viejas ideas, de movilización y de combate político. Y es
que la emergencia de nuevos sujetos políticos, en especial de aquellos
representantes de la clase trabajadora o de las clases populares, como nos
mostró Thompson, se construye a través de las experiencias concretas de opresión,
de participación y de lucha política, en las que se pueden fundir tradiciones
culturales anteriores con elementos nuevos, proponiendo una hegemonía
alternativa y una economía moral de la multitud, que bien podría aprovechar los
ricos legados de las diversas tradiciones de la izquierda en la batalla por la
mejora de las condiciones de vida de la mayoría social y, en última instancia,
por la emancipación humana.
Notas
1
La mejor introduccion en H. J. Kaye,
Los
historiadores marxistas británicos. Un análisis introductorio, Zaragoza, Universidad de Zaragoza, 1989. Especificamente
sobre el GHPCB, B. Schwartz, ≪The People in History: The Communist Party
Historians’
Group, 1946-1956≫, en R. Johnson,
G. McLennan, B. Schwartz y D. Sutton (eds.), Making Histories. Studies in history-writing and
politics, Londres,
Hutchinson, 1982, pp. 44-95.
2
E. J. Hobsbawm, Años
interesantes. Una vida en el siglo xx,
Barcelona, Critica,2003, pp.
201-202.
3 Obituario
de E. J. Hobsbawm reproducido en E. P. Thompson, La
formación de la clase obrera en Inglaterra, Madrid,
Capitan Swing, 2012, pp. 19-23.
4
E. P. Thompson, ≪Agenda
para una historia radical≫, en Edward
Palmer Thompson, Barcelona, Critica, 2002, ed. de
Dorothy Thompson, p. 561.
5
E. P. Thompson, Tradición,
revuelta y conciencia de clase. Estudios sobre la crisis de la sociedad
preindustrial, Barcelona, Critica, 1979, p. 298.
6
A. Domenech, ≪Prologo≫, en E. P. Thompson, La formación…, op. cit., p. 18.
7
La clase como ≪fenomeno
histórico≫
(en cursivas en el original) y el objetivo de rescate, en E. P. Thompson, La
formación…, op. cit., pp. 27 y 30.
8 Recogido en
E. P. Thompson, The
Poverty of Theory and other essays, Londres,Merlin Press, 1980, p. 3.
9
Una resena de las mismas en J. Sanz
Hoya, ≪Jornadas de Debate Medio siglo despues. E. P.
Thompson y La
formación de la clase obrera en Inglaterra≫, Boletín
de la Sección
de Historia de la FIM 1, enero de 2014, pp. 9-11. Las
sesiones integras de las
jornadas,
pueden verse en [http://www.1mayo.ccoo.es/nova/NNws_ShwNewDup? codigo=4315&cod_primaria=1410&cod_secundaria=1410#.VAlpH8KTUl9].
10
G. Eley y K. Nield, El
futuro de la clase en la Historia. ¿Qué queda de lo social?, Valencia, Publicacions de la Universitat de Valencia,
2010. Vease tambien G. Eley, Una línea torcida. De la
historia cultural a la historia de la sociedad, Valencia, Publicacions
de
la Universitat de Valencia, 2008.