"No hay porvenir sin Marx. Sin la memoria y sin la herencia de Marx: en todo caso de un cierto Marx: de su genio, de al menos uno de sus espíritus. Pues ésta será nuestra hipótesis o más bien nuestra toma de partido: hay más de uno, debe haber más de uno." — Jacques Derrida

"Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y les han sido legadas por el pasado. La tradición de todas las generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos. Y cuando éstos aparentan dedicarse precisamente a transformarse y a transformar las cosas, a crear algo nunca visto, en estas épocas de crisis revolucionaria es precisamente cuando conjuran temerosos en su auxilio los espíritus del pasado, toman prestados sus nombres, sus consignas de guerra, su ropaje, para, con este disfraz de vejez venerable y este lenguaje prestado, representar la nueva escena de la historia universal" Karl Marx

19/10/14

Marx, Engels y el romanticismo

Karl Marx & Friedrich Engels
✆ Retrato en un afiche
 
Michael Löwy   |   El tema sobre el cual me gustaría discutir con ustedes es el tema de la relación del pensamiento de Marx y Engels y del marxismo, de manera más amplia, con el romanticismo. Tengo que empezar explicando qué entiendo yo por romanticismo, porque si no, no queda claro por qué veo una relación muy importante, significativa, del pensamiento de Marx con el romanticismo.  Si uno abre un manual de historia de la literatura o del arte, se define como romanticismo a una escuela literaria de principios del siglo XIX en Francia, Alemania e Inglaterra. Esa me parece una visión muy estrecha. En realidad, el romanticismo es algo mucho más amplio, mucho más profundo, es una de las principales formas de la cultura moderna desde fines del siglo XVIII hasta hoy.

Para dar un ejemplo, si ustedes conocen las Obras completas de Lenin, saben que Lenin escribió un folleto que se llamó En contra del romanticismo económico. Entonces, aparentemente, existe no solamente un romanticismo literario, artístico, poético, sino también un romanticismo económico.  El romanticismo es, en realidad, un movimiento cultural que atraviesa todos los campos de la cultura humana –el arte, la literatura, la filosofía, la teología, la política, las ciencias sociales, la antropología, la economía–; está presente en todos esos terrenos. 

Y ese movimiento cultural empieza más o menos en la segunda mitad del siglo XVIII, y tiene su primer portavoz importante en el filósofo francés Jean-Jacques Rousseau. Pero se va a desarrollar en el curso del siglo XIX. Y mi opinión, la tesis que yo tengo es que continúa desarrollándose también en el siglo XX, hasta hoy. Hasta hoy hay manifestaciones del romanticismo, aunque no se autodenominen necesariamente románticas.

Para esta afirmación yo me atengo a esa frase de Marx no muy conocida, aunque me parece muy significativa, en los Fundamentos de la crítica de economía política [Grundrisse], en donde dice: “La crítica romántica del capitalismo va a seguir acompañando al capitalismo como su sombra, hasta que llegue el día bendito en que se acabe con el capitalismo”. Así que hasta que no se acabe con el capitalismo, seguirá existiendo la crítica romántica al capitalismo; eso dice Marx.

¿En qué consiste entonces esa crítica? Esa es una manera de definir al romanticismo que tiene Marx. Para Marx el romanticismo no es solamente una escuela literaria, sino que es una protesta cultural en contra del capitalismo; o de una manera más amplia, en contra de la civilización industrial capitalista moderna. Ese es el corazón, digamos, el centro, la esencia del concepto, en el sentido hegeliano y marxista, del romanticismo: es una protesta cultural contra la civilización capitalista moderna, refiriéndose a valores sociales, culturales, políticos, religiosos, precapitalistas, o premodernos, o preindustriales. Entonces, en el romanticismo hay esos dos elementos: una crítica, una protesta, un rechazo muchas veces profundo, rotundo, radical, visceral, de la civilización capitalista moderna. 

Pero en nombre de valores de un pasado real o imaginario, un pasado precapitalista. Eso es la quintaesencia o el concepto de romanticismo. Para esa definición me apoyo sobre lo que dice Marx. Y también en otros trabajos de sociología marxista, como los de György Lukács, y toda una serie de trabajos que toman esa definición, pero trato de resumir lo que me parece la esencia del romanticismo.

¿Cuál es la relación que tienen Marx y Engels con el romanticismo? La tendencia general del estudio sobre Marx y Engels es verlos a ambos como herederos de la filosofía de las Luces, del racionalismo, de la ideología del progreso. Eso es, un poco, lo contrario del romanticismo. Entonces, entre el romanticismo y la filosofía de las Luces hay una diferencia bastante nítida. Así se ve tradicionalmente al marxismo. Y muchas veces hasta el mismo Marx se refirió de manera muy positiva a la filosofía de las Luces, al materialismo, a la teoría científica y materialista de la filosofía de las Luces y al racionalismo moderno. Esa sería la vertiente esencial del marxismo. Y, sin dudas, lo es. Pero creo que esa manera de percibir las raíces filosóficas y teóricas del marxismo deja a un lado otro componente, otra dimensión, otro aspecto del pensamiento de Marx y de Engels, y después del marxismo, que me parece fundamental, que es el aspecto o la dimensión romántica. Que sí existe.

Y también muchas veces se dejan de lado las fuentes románticas del pensamiento de Marx y de Engels. Es decir, Marx y Engels se han inspirado no sólo en la filosofía del progreso, la filosofía de las Luces, el materialismo, la dialéctica hegeliana, etc., sino también en varios pensadores y escritores románticos. Ese es un primer aspecto que me gustaría subrayar: las fuentes románticas del pensamiento de Marx y de Engels. Luego voy a dar algunos ejemplos.

En el campo de la crítica de la economía política, tradicionalmente se ve la relación de Marx con los economistas clásicos: Adam Smith, David Ricardo, etc. Efectivamente, Marx se refiere a ellos en sus escritos, los critica, los discute, los utiliza, en parte adhiere a esa teoría clásica, y en parte es su principal crítico. Pero uno no percibe, inicialmente, que había otro tipo de economía política. Precisamente, la economía política romántica, que tenía su principal representante en un economista suizo que se llamaba Sismondi.

Marx empieza diciendo que Sismondi, que es el representante de ese socialismo pequeño burgués, fue el primer economista que hizo una verdadera crítica del capitalismo. Y Marx empieza a hacer una lista de las críticas que se hicieron del capitalismo, y vemos que son en buena parte las mismas que le hace Marx. Es decir, el capitalismo como pauperización de las clases populares, la enajenación del trabajador, el desempleo, las crisis económicas. Toda una serie de cosas que los economistas clásicos burgueses no hablan. No hablan de la crisis económica, de la enajenación del trabajador. Entonces, en esa sección del El Manifiesto Comunista hay un homenaje de Marx a Sismondi, un reconocimiento de una gran deuda intelectual y política a este economista. Toma la crítica pero no acepta las soluciones que propone. Sismondi propone volver atrás. Pero Marx no quiere volver atrás, quiere ir hacia el futuro. Pero sí utiliza la crítica que hace del capitalismo.

Y aquí vemos otro aspecto importante del romanticismo. Los románticos sólo son parte del rechazo del capitalismo por la nostalgia de un pasado real o imaginario. A partir de ahí se van a marcar dos corrientes dentro del romanticismo. Una que quiere volver al pasado, que es regresiva, pasadista, y en algunos casos reaccionaria. Y hay otra corriente del romanticismo, que considera que la vuelta al pasado es imposible, es una ilusión. No se trata, por lo tanto, de volver al pasado, sino de dar una vuelta por el pasado en dirección al futuro. Es decir, utilizar elementos que han quedado en el pasado pero para construir un futuro nuevo, utópico, revolucionario.

Entonces hay dos vertientes bastante distintas dentro del romanticismo. Una conservadora o tradicionalista. Otra utópica y revolucionaria. El aspecto romántico en Marx es parte de esa corriente del romanticismo utópico revolucionario. Pero en su reflexión Marx va a tomar aspectos y elementos de varios críticos románticos del capitalismo.

Tomaré sólo dos ejemplos que parecen dar interés a Marx y Engels. Uno es el escritor francés Honoré de Balzac, autor de La comedia humana. La comedia humana es un análisis de la civilización burguesa, un análisis crítico, y una crítica que es romántica –porque Balzac era un hombre que se identificaba con el pasado precapitalista–. Desde el punto de vista político era un conservador, quería volver a la monarquía. Pero eso le daba una distancia crítica hacia la civilización burguesa, y la veía por lo tanto en toda su desnudez.

Entonces, hay una frase de Engels sobre Balzac, que es muy interesante. Dice “yo aprendí más sobre lo que es la sociedad burguesa, el capitalismo, etc., leyendo las novelas de Balzac que con el conjunto de los historiadores, economistas e investigadores de estadísticas profesionales de su época”. Engels, el gran científico social, el gran crítico de la economía política, dice eso. Es muy interesante y bastante sorprendente esa afirmación. Generalmente la gente no se fija en eso, pero creo que es interesante. Es la obra de un escritor, un crítico romántico. Aunque fuera conservador y reaccionario, Balzac le dio instrumentos a Engels para entender, para criticar, para analizar la sociedad capitalista.

Y el otro ejemplo es una cita de Marx, que es muy semejante a la de Engels, cuando dice lo siguiente. Se refiere a un grupo de escritores ingleses del siglo XIX, sus contemporáneos, que son Charles Dickens y dos mujeres: Charlotte Brontë y Mrs. Gaskell. Marx se refiere a los tres, los define como “una espléndida cofradía de escritores de ficción ingleses, cuyas páginas elocuentes y vivas trajeron al mundo más alegatos sociales y políticos que todos los políticos, publicistas y moralistas profesionales juntos”. Es casi la misma cita. Es decir, Marx encontró en las novelas de esos autores un análisis y una crítica que son románticos, porque esos escritores son románticos, que han nutrido su conocimiento de cuáles son las contradicciones, las alienaciones y la parte deshumana de la civilización burguesa. De eso se trata en último análisis.

¿Cuáles son esos aspectos del romanticismo que encontramos en la teoría y el pensamiento histórico y social de Marx y de Engels? Yo voy a apuntar apenas algunos de los aspectos.

El primero es el interés muy grande de Marx y de Engels por ciertas formas de sociedad precapitalistas. No tanto la sociedad feudal sino las sociedades o comunidades primitivas. O como dicen ellos, el comunismo primitivo. Entonces, Marx y Engels van a utilizar los trabajos de una serie de antropólogos, muchos de ellos de inspiración romántica, que han estudiado las comunidades primitivas, o las formas comunitarias primitivas, y Marx y Engels se van a referir de manera muy frecuente a esos trabajos. 

Para dar un ejemplo, una carta de Marx a Engels, de 1868, a propósito de un antropólogo e historiador alemán que se llama Georg L. von Maurer. Entonces, Marx dice que la primera crítica que se hizo de la sociedad moderna tenía una perspectiva romántica medieval. Pero ahora aparece un nuevo tipo de crítica de la sociedad burguesa, que corresponde a una orientación socialista. Y consiste en ir mucho más allá de la Edad Media, hacia la época primitiva de cada pueblo. Y uno queda muy sorprendido de encontrar que lo que es el más antiguo elemento. Sin embargo, es el más moderno, que es el principio de la igualdad social. Es decir, lo queencontramos en esas comunidades primitivas, rurales, precapitalistas, arcaicas son las ideas de la igualdad social, que para nosotros son muy modernas, porque precisamente son lo que queremos para la sociedad futura. Entonces, aquí vemos esa dialéctica entre el pasado y el futuro. La igualdad social que existía en el comunismo primitivo fue destruida por el aumento de la propiedad privada, del Estado, de la familia patriarcal, etc. Entonces, lo que fue por un lado el progreso, el desarrollo de los modos productivos, de la civilización y de la propiedad privada fue, también, desde el punto de vista social, una regresión. Se destruyó la igualdad, el espíritu comunitario, que existía en esas sociedades primitivas. Ese es el contenido de esta carta de Marx a Engels, de 1868.

Y más tarde Engels, en una carta a Marx, vuelve a esta problemática, también discutiendo los trabajos de Maurer. Y ahí dice lo siguiente: “Tenemos que superar el preconcepto de la filosofía de las Luces, del siglo XVIII, según el cual a partir de la Antigüedad, de la Edad Media, hubo un constante progreso para lo mejor. Esta visión nos impide ver el carácter contradictorio y antagonista del progreso real, y también los elementos de regresión social”. Yo creo que este pasaje de Engels es también muy interesante, porque tiene que ver con esta cuestión.

Karl Marx & Friedrich Engels
✆ Parque de los robles, Bishkek, Kirguistán
Primero, Engels rechaza la idea ingenua de un progreso lineal, que viene del comunismo primitivo, la esclavitud, el sistema feudal, el capitalismo, la sociedad industrial, el socialismo, todo como si fuera una línea de progreso constante. Entonces la rechaza como si fuera ingenua. Y en cambio habla del carácter contradictorio del progreso. El progreso en la historia siempre fue contradictorio. Es decir, del comunismo primitivo a la esclavitud hubo progreso, las fuerzas productivas se desarrollaron, la civilización griega y romana eran más avanzadas que el comunismo primitivo, pero es un progreso contradictorio, porque produjo una forma social inhumana, como era la esclavitud. Entonces, tenemos que ver el carácter contradictorio del progreso, y los elementos de regresión que están en el seno del llamado “progreso”. Es decir, necesitamos una visión dialéctica del progreso. El proceso histórico, los avances, por un lado son o pueden ser, al mismo tiempo, dialécticamente, regresiones.

Un libro en el que se desarrolla esa problemática romántica, filosofía romántica revolucionaria de la historia, es quizás el libro de Engels que se llama El origen de la familia, de la propiedad privada y del Estado. En ese libro, Engels se va a apoyar en el trabajo de dos grupos de antropólogos, de historiadores, como el mismo Maurer, pero también en otros como Lewis Henry Morgan –norteamericano– que ha estudiado las comunidades indígenas, las tribus indígenas norteamericanas, los cherokees en particular, en el curso del siglo XIX, antes de que fueran exterminadas por la civilización blanca norteamericana.

Entonces Engels se refiere mucho a esos trabajos, los utiliza, los interpreta a su manera. Y subraya las cualidades humanas, sociales, culturales que venían de esas comunidades indígenas, “atrasadas”, arcaicas, etc. Dice lo siguiente: “Qué constitución admirable tenía esa organización tribal. Sin soldados, sin guardias, sin policía, sin nobleza, sin reyes ni gobernantes, sin alcaldes, sin prisiones, sin procesos. Todo funciona de manera natural. Todos, en esa comunidad, son iguales y libres, incluyendo a las mujeres. Si comparamos la situación de esa comunidad, de ese comunismo primitivo, con la inmensa mayoría de lo civilizado de nuestros días –década de 1880, cuando escribe esto–, es enorme la distancia entre el proletario y el campesino de hoy y el antiguo miembro libre de esa comunidad”. 

Todos los criterios que permiten a Engels hablar de una regresión social son entonces, la libertad, la igualdad, pero también una cierta degradación moral. Había una cierta ética comunitaria en esas comunidades que hacen a Engels hablar de una caída, una quiebra de las alturas de lainocencia y de la moralidad de esa vieja comunidad para la sociedad moderna, y una verdadera degradación ética.

Uno puede imaginar que ese planteamiento de Marx y de Engels es solamente histórico. Que cuando se refiere al comunismo primitivo constata que tenía una serie de cualidades humanas que se perdieron con el llamado progreso y la llamada civilización, simplemente por una cuestión histórica. Pero no es así. Para Marx y Engels es también una cuestión política, en la medida en que para ellos el comunismo moderno, la utopía socialista de una sociedad sin clases, debería reformular, retomar, vivir como una cierta forma de renacimiento –obviamente, bajo una forma nueva, moderna– de estas cualidades sociales, humanas, éticas, que existían en la sociedad primitiva. Entonces, para Marx y Engels aquí hay una relación entre el proyecto futuro, revolucionario, de la utopía comunista, y lo que se ha perdido en el desarrollo de la civilización y destruido en la comunidad.

Ahora lo más interesante de esa significación política concreta de la comunidad primitiva, y de esa concepción romántica de la historia en Marx y Engels, son los manuscritos de ellos sobre Rusia de fines del siglo XIX. En esa época, en Rusia se había desarrollado un movimiento muy importante, apoyado en los campesinos, el movimiento populista revolucionario, que planteaba la posibilidad o la esperanza de construir el socialismo en Rusia a partir de las tradiciones comunitarias, rurales, de los campesinos rusos. Era una revolución contra el zarismo que permitía la transición de Rusia al socialismo, sin pasar por todas las etapas del capitalismo que conoció Europa occidental.

Ese movimiento interesó mucho a Marx y a Engels. Los dos consideraron este punto de vista de los primeros revolucionarios rusos con bastante simpatía. Y una primera manifestación de eso es cuando Marx escribe una carta, en 1877, a un periódico revolucionario ruso donde dice lo siguiente: “El desarrollo futuro de Rusia no tiene necesariamente que pasar por todas las etapas que conoció Europa occidental. No hay un camino único en el proceso histórico. No hay ninguna razón para que Rusia tenga que pasar por todos los horrores de la revolución industrial, del desarrollo del capitalismo, de la explotación, de la destrucción del campesinado libre. El análisis que yo hice en El Capital del desarrollo del capitalismo, se refiere a Europa occidental, a Inglaterra, Francia, Alemania, no necesariamente se refiere a Rusia. Rusia puede, eventualmente, conocer otro camino y otro tipo de salida”. Esa es la primera afirmación de Marx, que es desde el punto de vista metodológico muy importante.

Pero más tarde escribe otros dos textos sobre Rusia que son muy interesantes. Uno es una respuesta a una simpatizante de Marx que vive en Rusia, llamada Vera Zasulich, después dirigente del partido socialdemócrata ruso, quien le preguntaba qué opinión tenía respecto de esa cuestión del desarrollo que puede tener Rusia, y el papel de la comunidad rural en ese contexto. Entonces Marx le contesta, y tenemos la carta, y los textos preparatorios, porque esa carta le dio mucho trabajo, hizo varios textos preparatorios, y tenemos todo ese material. Y la idea fundamental de Marx es la siguiente. Existe la posibilidad, tal vez, no es una seguridad, de que Rusia no deba atravesar todos los horrores del capitalismo que conocieron todos los pueblos de Europa occidental. Existe también la posibilidad de que Rusia pase casi directamente del sistema autoritario feudal, bárbaro, del zarismo, a una sociedad de tipo socialista; en la medida en que este proceso de transición al socialismo se pueda apoyar en las tradiciones comunitarias, rurales, que persisten a pesar de todo, del feudalismo, del capitalismo, entre los campesinos rusos. Tradiciones comunitarias antiguas, primitivas, atávicas, que vienen del pasado y que no han desaparecido. Y que pueden servir de punto departida para un desarrollo en dirección al socialismo. Esa es un poco la idea, bastante heterodoxa, que desarrolla Marx en esas cartas. 

Y poco después Marx vuelve a eso, que es en uno de sus escritos del año 1881, en un prefacio a la edición rusa de El Manifiesto Comunista. Y Marx y Engels, en ese prefacio dicen que existe la posibilidad de que la revolución en Europa no empiece en Alemania o Francia o Inglaterra como habían dicho muchas veces, sino en Rusia, porque es ahí donde la situación estaba más explosiva. Y en ese caso, la revolución de ellos se va a apoyar en esa tradición comunitaria, colectivista, de los campesinos rusos, para iniciar el proceso de transición al socialismo. Siempre y cuando esa revolución rusa sea acompañada por una revolución en el resto de Europa. Es decir, esa revolución sólo podría realmente triunfar si tuviera el apoyo de una revolución europea, de los otros países. Pero puede empezar en Rusia. 

Esta discusión tiene consecuencias políticas para el marxismo. Y voy a dar un ejemplo que tiene que ver con la agresión del colonialismo. El siglo XIX es el siglo de la gran expansión comercial, y en particular es la época en que Inglaterra va a conquistar la India. Y al conquistar la India, va a implantar en India formas modernas de distribución capitalista, y de producción, va a desarrollar los ferrocarriles. Es decir, va a haber progreso capitalista para India. Pero a hierro y fuego. La guerra imperialista.

Entonces Marx, en los primeros tiempos, en los primeros textos sobre el colonialismo inglés en India, de 1853, tiene una visión del colonialismo que nos parece muy rara. Dice que “el colonialismo es mortal, es monstruoso, es infame, es asesino; pero trae progreso económico, trae formas modernas de producción, trae los ferrocarriles y eso es positivo”. Entonces en el último análisis el colonialismo juega un papel objetivamente progresista, y que conviene, porque trae la producción moderna para la India. Ese es el primer enfoque.

El segundo enfoque, años más tarde, corresponde a los ‘80. Marx va a tener un enfoque muy distinto, en el cual él ve las consecuencias del colonialismo fundamentalmente por su lado negativo. Entonces escribe lo siguiente en una carta del año 1881 [los borradores –inéditos– de la carta a Vera Zasulich. N.K.]: “Hablando de la India oriental, nadie puede ignorar, excepto siendo Henry Maine” –que era un aristócrata inglés reaccionario colonialista–, “y otras personas de la misma clase, que en la India la supresión por el colonialismo inglés de la unidad colectiva común de las tierras” –que era el sistema de producción tradicional de la India–, “no sólo fue un acto de vandalismo inglés, sino que empujó al pueblo de India no para adelante sino hacia atrás”.

Entonces ahí no hay progreso objetivo de las fuerzas productivas. En lo esencial, lo que resultó del colonialismo fue una regresión social de la gente, del pueblo campesino, que vivía en sus comunidades, y que aun siendo pobres tenían una mínima garantía de subsistencia en sus comunidades. Son expulsados de sus comunidades, sus comunidades son destruidas, la propiedad comunal rural es sólo estatuida, y a partir de ahí se producen los fenómenos de grandes hambres colectivas que mueven a millones y millones de campesinos. Eso es lo que quiere decir Marx cuando dice que la colonización y la política económica de la colonización no empujó al pueblo de India para adelante sino para atrás.

Ahora ese enfoque yo diría hoy que es “romántico”, en el sentido de que rechaza la idea de un progreso lineal, y percibe todo lo que el comercio capitalista y el desarrollo productivo de la civilización produjo de regresión social. Y compara este hito de pauperización de la población campesina indígena con el estatuto que tenía en el pasado precapitalista que, por lo menos, les garantizaba su subsistencia. Obviamente, la perspectiva histórica de Marx no es volver a las formas tradicionales, rurales, precapitalistas. Obviamente no se trata de eso, no se trata de una restauración del pasado, sino de una perspectiva socialista para el futuro; pero partiendo de esa experiencia del pasado, de existencia comunitaria rural.

Ese es un aspecto del romanticismo del marxismo.

El otro aspecto que a mí me parece también muy importante, es el tipo de crítica que hacen Marx y Engels al capitalismo. Obviamente, esa crítica es la madre de toda una crítica de la explotación. En El Capital el tema principal es el de la explotación del trabajador por el capitalista. Pero la crítica de Marx es más amplia, no es únicamente el tema de la explotación. La crítica de Marx al capitalismo, a la infamia del capitalismo, no tiene únicamente la explotación como objeto sino también otros aspectos. Y es en esos otros aspectos en los que entran temas típicamente románticos.

Uno de esos temas, que aparece en toda la historia del romanticismo, es la crítica a la rentabilización, a la monetarización y a la cuantificación de todas las relaciones humanas y de todas las cualidades sociales por el capitalismo. 

Es decir, el capitalismo destruye, diluye, disuelve todos los valores cualitativos –el amor, la amistad, la solidaridad, el honor, la fe–; todo eso es disuelto como en un ácido por el capitalismo, que lo sustituye por un único criterio, que es el cuantitativo. Ya no hay bueno ni malo, ni bello ni feo, sino que hay el que es 10.000, 1.000.000, 10.000.000 de libras, pesos, dólares, o lo que sea. Ese es un tema fundamental de crítica romántica al capitalismo, que Marx y Engels retoman en sus escritos, y que aparece de manera central en un escrito de Marx que todos ustedes conocen, que se llama Manuscritos económico-filosóficos de 1844.

Ahí Marx y Engels dicen que en la sociedad del pasado existía la posibilidad de un intercambio de honor por honor, amistad por amistad, amor por amor. En el capitalismo la tendencia cada vez más dominante es la de cambiar honor por dinero, amistad por dinero, amor por dinero. Entonces él dice eso del proceso de prostitución general de la sociedad. No sólo en la relación del amor, sino en todos los actos de los individuos que tienen por único objetivo la ficción del tener, del acumular capitales de dinero, de mercancía; y los valores cualitativos, las cualidades humanas, sociales, culturales, afectivas, eróticas, todo eso tiende a ser disuelto en el proceso de cantidad de mercancía, o del dinero. Hay muchos aspectos, no voy a citar todos, son bien conocidos por ustedes.

El otro tema parecido que aparece es la oposición que hace Marx, y ya en El Capital, entre el valor de cambio y el valor de uso. Y es un poco lo mismo, reformular el tema de la economía. ¿Qué es el valor de uso? Es el valor cualitativo que tiene una cosa, los objetos: un libro para leer, un caballo para transportarse, una silla para sentarse. Entonces los productos tienen un valor de uso. Y dicen Marx y Engels, sobre todo en El Capital, que en las sociedades precapitalistas, en la antigüedad y en el medioevo, o en las comunidades indígenas, o primitivas, etc., lo importante eran los valores de uso. Es decir, la gente producía objetos en función de su valor de uso, sobre todo.

En la sociedad capitalista, lo que importa es el valor de cambio, que es cuantitativo, es la cifra. Es el cambio que se hace de la mercancía por el dinero. Entonces hay una sustitución del valor de uso por el valor de cambio. El valor de uso ya no importa, sólo interesa en la medida en que pueden vender a la mercancía. Entonces tenemos productos y mercancías que tienen cada vez menos valor de uso y existen únicamente en función de su valor de cambio, en su transformación posible en dinero y en capital.

Entonces así se plantea esa oposición a la sociedad capitalista moderna fundada en la dominación casi exclusiva, total, abrumadora, del valor decambio, en la que todo se vende por su valor de cambio; dicen Marx y Engels que cada cosa es llevada al mercado y cambiada en función a su valor de cambio, mientras que los valores de uso son excluidos o marginados, o sometidos a la ley del valor de cambio.

En tanto que en una sociedad socialista o poscapitalista –dicen Marx y Engels– otra vez la producción tendrá por objetivo la producción de valores de uso. Es decir, ya no se podrán considerar a las sillas o a los libros en función de su precio de venta, sino que se considerarán en función de su valor social, cultural, etc. Entonces, la sociedad comunista será una sociedad de producción de valores de uso. Ese es un tema central de la crítica marxista de la economía política que retoma en cierta manera una crítica romántica al capitalismo.

Puedo seguir dando otros ejemplos, pero me parece clara la idea fundamental que en la obra de Marx encontramos una vertiente, una dimensión, un aspecto, una sensibilidad romántica. Claro que no es el único aspecto, sino que es un aspecto importante. Y si lo dejamos de lado, si lo ignoramos, perdemos la riqueza de lo que es el pensamiento de Marx. Un pensamiento que es resultado de una síntesis dialéctica entre el pensamiento racionalista, materialista, científico, de la filosofía de las Luces y del gran idealismo alemán, con esta crítica de ese contexto romántico en tanto civilización burguesa. Es la síntesis de los dos y sintetiza la singularidad del pensamiento de Marx y de Engels. Pero generalmente se ve sólo un aspecto, sólo una vertiente, y se pierde una parte muy importante.

Quiero decir, en el poco tiempo que me queda, algo sobre la continuación de esta historia. Es decir, el desarrollo del componente romántico en la historia del marxismo en el siglo XX.

Voy a dar, simplemente, algunos ejemplos. Empezaré con una pensadora del marxismo clásico, que es Rosa Luxemburgo. Es autora de un libro que se llama Introducción a la economía política. Ahora bien, los libros de economía política marxista empiezan con la mercancía, con el capitalismo, etc. El libro de Rosa Luxemburgo empieza con el comunismo primitivo, y casi la mitad del libro es sólo el comunismo primitivo, es muy sorprendente. Y hace un análisis del comunismo primitivo, que es una forma de subsistir, no sólo de las tribus de América, de Alaska, sino también del pasado de Europa y en el mundo entero, que hubo una etapa de desarrollo social, que continúa existiendo, que es la del comunismo primitivo. Ella la analiza, siguiendo la tradición de Engels, subrayando todas sus cualidades humanas de igualdad, de democracia, de antiautoritarismo, etcétera.

Habla también de América latina, eso es interesante. Habla del comunismo primitivo en el Imperio Inca, donde había toda una estructura burocrática y dictatorial, pero en la base funcionaban las comunidades. Y ella subraya ese elemento latinoamericano. Y Rosa Luxemburgo explica que el comunismo del futuro, obviamente, no es la vuelta al comunismo del pasado, pero que hay una cierta relación entre los dos. Y hay una fase en la que desde el punto de vista del futuro de la humanidad, cuando exista el nuevo comunismo moderno, del futuro, donde se va a decir que la historia de la propiedad privada fue un pequeño paréntesis entre miles de años de la historia del comunismo primitivo y miles de años del comunismo moderno. Entre los dos hubo un pequeño paréntesis que fue la historia de la propiedad privada, del capitalismo, etc. Eso es curioso.

Otra teoría muy interesante es la de que en los países del Tercer Mundo –Asia, Africa y América latina–, están muy vivas las tradiciones comunitarias. El comunismo primitivo aún está presente, mucho más presente que en Europa o que en EE.UU. Entonces dice que tratemos de pensar una alianza del proletariado moderno de los países industriales, con los campesinos de las comunidades de los países del Tercer Mundo querepresentan aún la continuidad del comunismo primitivo. Entonces habría una alianza entre el comunismo moderno proletario, el comunismo tradicional campesino, como forma de la unidad antiimperialista entre trabajadores del centro y de la periferia.

Ahora esa temática la vamos a encontrar en un pensador latinoamericano pocos años después de ese libro de Rosa Luxemburgo. Un pensador latinoamericano que seguramente no conocía ese libro que fue publicado sólo en Alemania, que era muy poco conocido fuera. Pero lo vamos a encontrar bajo una forma un poco distinta, pero con una idea muy semejante. Quiero hablar de José Carlos Mariátegui. Es no sólo el más grande pensador marxista en América latina, sino que además también representa lo más típico del marxismo moderno. Y eso se manifiesta en muchos aspectos del pensamiento de Mariátegui, en la importancia que le da a la emoción, a la fe, al mito, a la mística. Todos esos elementos son característicos del romanticismo. Pero también en su concepción de la revolución peruana y latinoamericana, en la cual él subraya de manera muy semejante a Rosa Luxemburgo la persistencia de tradiciones comunitarias entre los campesinos peruanos, andinos y latinoamericanos.

Socialismo y comunismo moderno que, obviamente, no son una vuelta al comunismo inca. No queremos Incas, no queremos reyes dictadores. El comunismo moderno incluye el principio moderno de la libertad. Pero sí un retorno a la tradición comunitaria.

Entonces Mariátegui dice que nuestro socialismo, en América latina, no puede ser calco y copia de otras experiencias, sino que tiene que ser una creación heroica. Y él hablaba también en tanto futuro en América latina, que también era la única respuesta posible a la dominación imperialista, un socialismo indoamericano, un socialismo enraizado en las tradiciones culturales de los pueblos de América latina.

Entonces Rosa Luxemburgo y Carlos Mariátegui. Y hay muchos otros, aunque no hay tiempo de analizar a todos, pero voy a nombrarlos. Está también el judío alemán Ernst Bloch, que se autodefinía como romántico profesional porque era también marxista. Los primeros escritos filosóficos de György Lukács, el filósofo marxista húngaro. Algunos de los representantes más importantes de lo que se llamaba la escuela de Frankfurt: Walter Benjamin, Adorno, Horkheimer, Marcuse, que son también parte de esa vertiente del marxismo romántico. Algunos pensadores franceses como André Breton –el fundador del surrealismo-, que es también un representante muy interesante de lo que es el marxismo romántico. El filósofo marxista francés Henri Lefebvre, uno de los inspiradores del movimiento de Mayo del ‘68 en Francia, junto con Guy Debord, fundador del situacionismo, también un romántico marxista.

Y en Inglaterra tenemos toda una corriente de la historiografía inglesa, cuyo representante más conocido es el historiador E. P. Thompson, que también representa muy bien esa corriente romántica del marxismo.

Estos ejemplos muestran que siguió existiendo en el siglo XX una corriente del marxismo en el sentido amplio, no el marxismo ortodoxo únicamente, en el cual esa dimensión romántica, ese elemento romántico, esa protesta romántica en contra de la civilización industrial capitalista sigue muy presente. Y creo que este momento, entonces, es parte de la riqueza del pensamiento marxista desde Marx y Engels hasta hoy, es uno de los componentes importantes de la crítica actual y del rechazo social, ético, moral y político al capitalismo y del proyecto de una nueva sociedad: de la sociedad de la utopía comunista.
Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo
Rectora: Hebe de Bonafini
Director Académico: Vicente Zito Lema










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◆ El que busca, encuentra...

Todo lo sólido se desvanece en el aire; todo lo sagrado es profano, y los hombres, al fin, se ven forzados a considerar serenamente sus condiciones de existencia y sus relaciones recíprocasKarl Marx

Not@s sobre Marx, marxismo, socialismo y la Revolución 2.0

— Notas notables
Cecilia Feijoo: Apuntes sobre el Concepto de Revolución Burguesa en Karl Marx — Red Diario Digital
Moishe Postone: Il compito della teoria critica oggi: Ripensare la critica del capitalismo e dei suoi futuri — Blackblog Franco Senia
Pierre-Yves Quiviger: Marx ou l'élimination des inégalités par la révolution — Le Point
Hernán Ouviña: Indigenizar el marxismo — La Tinta
Emmanuel Laurentin: Les historiens américains et Karl Marx — France Culture
Adèle Van Reeth: Le Capital de Karl Marx: La fabrique de la plus-value — France Culture
Manuel Martínez Llaneza: Reproches a Marx acerca de El Capital (Bajo la égida de Friedrich Engels) — Rebelión
Victoria Herrera: Marx y la historia — Buzos
Alejandro F. Gutiérrez Carmona: La vigencia del pensamiento marxista — Alianza Tex
Víctor Arrogante: El Capital y las aspiraciones de la clase trabajadora — Nueva Tribuna
Mauricio Mejía: Karl Marx, el poeta de la mercancía — El Financiero
Emmanuel Laurentin: Karl Marx à Paris: 1843-1845 — France Culture
Jacinto Valdés-Dapena Vivanco: La teoría marxista del Che Guevara — Bohemia
Aldo Casas: El marxismo como herramienta para la lucha — La necesidad de la formación en la militancia — La Tinta
Evald Vasiliévich Iliénkov: La dialéctica de lo abstracto y lo concreto en El Capital de Marx — Templando el Acero
Vincent Présumey: Suivi des écrits de Karl Marx / 1837-1848 - Part I, Part II, Part III & Part IV — Mediapart
Roman Rosdolky: Marx ésotérique et Marx exotérique — Palim Psao
Lepotier: Marx, Marxisme, Cui bono? — Bella Ciao
Andrea Vitale: La critica di Pareto a Marx: una abborracciatura — Operai e Teoria
Annelie Buntenbach: Marx provides us with a glimpse behind the scenes of capitalism — Marx 200
Antoni Puig Solé: La Ley del Valor y la ecología en Marx — Lo que somos
Vladimiro Giacché: Note sui significati di "Libertà" nei Lineamenti di Filosofia del Diritto di Hegel — Il Comunista
Salvador López Arnal: Manuel Sacristán (1925-1985) como renovador de las tradiciones emancipatorias — Rebelión
Paúl Ravelo Cabrera: Marx, Derrida, el Gesto Político y la supercapitalización mundial — Scribb
Dino Greco: In difesa del marxismo — Sollevazione
Alberto Quiñónez: Arte, praxis y materialismo histórico — Rebelión
Josefina L. Martínez: Feminismo & Socialismo marxista - Eleanor Marx, la cuestión de la mujer y el socialismo — Rebelión
John Bellamy Foster: Marx y la fractura en el metabolismo universal de la naturaleza — Scribb
José Manuel Bermudo Ávila: Concepto de Praxis en el joven Marx — Scribb
Carlos Oliva Mendoza: Adolfo Sánchez Vázquez: ¿marxismo radical o crítica romántica? — InfoLibre
Bernardo Coronel: ¿El marxismo es una ciencia? — La Haine
Sylvain Rakotoarison: Le capitalisme selon Karl Marx — Agora Vox

— Notas y comentarios sobre El Capital
António Ferraz: Os 150 anos do livro ‘O Capital’, de Karl Marx — Correio do Minho
Horacio Tarcus: Traductores y editores de la “Biblia del Proletariado” - Parte I & Parte II — Memoria
Emmanuel Laurentin: Le Capital, toujours utile pour penser la question économique et sociale? — France Culture
J.M. González Lara: 150 años de El Capital — Vanguardia
Roberto Giardina: Il Capitale di Marx ha 150 anni — Italia Oggi
Alejandro Cifuentes: El Capital de Marx en el siglo XXI — Voz
Marcela Gutiérrez Bobadilla: El Capital, de Karl Marx, celebra 150 años de su edición en Londres — Notimex
Mario Robles Roberto Escorcia Romo: Algunas reflexiones sobre la vigencia e importancia del Tomo I de El Capital — Memoria
Antoni Puig Solé: El Capital de Marx celebra su 150° aniversario — Lo que Somos
Jorge Vilches: El Capital: el libro de nunca acabar — La Razón
Carla de Mello: A 150 años de El Capital, la monumental obra de Karl Marx — Juventud Socialista del Uruguay
Rodolfo Bueno: El Capital cumple 150 años — Rebelión
Diego Guerrero: El Capital de Marx y el capitalismo actual: 150 años más cerca — Público
José Sarrión Andaluz & Salvador López Arnal: Primera edición de El Capital de Karl Marx, la obra de una vida — Rebelión
Sebastián Zarricueta: El Capital de Karl Marx: 150 años — 80°
Marcello Musto: La durezza del 'Capitale' — Il Manifesto
Esteban Mercatante: El valor de El Capital de Karl Marx en el siglo XXI — Izquierda Diario
Michael Roberts: La desigualdad a 150 años de El Capital de Karl Marx — Izquierda Diario
Ricardo Bada: El Capital en sus 150 años — Nexos
Christoph Driessen: ¿Tenía Marx razón? Se cumplen 150 años de edición de El Capital — El Mundo
Juan Losa: La profecía de Marx cumple 150 años — Público
John Saldarriaga: El Capital, 150 años en el estante — El Colombiano
Katia Schaer: Il y a 150 ans, Karl Marx publiait ‘Le Capital’, écrit majeur du 20e siècle — RTS Culture
Manuel Bello Hernández: El Capital de Karl Marx, cumple 150 años de su primera edición — NotiMex
Ismaël Dupont: Marx et Engels: les vies extravagantes et chagrines des deux théoriciens du communisme! — Le Chiffon Rouge
Jérôme Skalski: Lire Le Capital, un appel au possible du XXIe siècle - L’Humanité
Sebastiano Isaia: Il Capitale secondo Vilfredo Pareto — Nostromo

— Notas y reportajes de actualidad
Román Casado: Marx, Engels, Beatles, ese es el ritmo de Vltava — Radio Praga
María Gómez De Montis: El Manifiesto Comunista nació en la Grand Place — Erasmus en Flandes
Enrique Semo: 1991: ¿Por qué se derrumbó la URSS? — Memoria
Michel Husson: Marx, un économiste du XIXe siècle? A propos de la biographie de Jonathan Sperber — A L’Encontre
César Rendueles: Todos los Marx que hay en Marx — El País
Alice Pairo: Karl Marx, Dubaï et House of cards: la Session de rattrapage — France Culture
Sebastián Raza: Marxismo cultural: una teoría conspirativa de la derecha — La República
Samuel Jaramillo: De nuevo Marx, pero un Marx Nuevo — Universidad Externado de Colombia
Sergio Abraham Méndez Moissen: Karl Marx: El capítulo XXIV de El Capital y el “descubrimiento” de América — La Izquierda Diario
Joseph Daher: El marxismo, la primavera árabe y el fundamentalismo islámico — Viento Sur
Francisco Jaime: Marxismo: ¿salvación a través de la revolución? — El Siglo de Torreón
Michel Husson: Marx, Piketty et Aghion sur la productivité — A l’encontre
Guido Fernández Parmo: El día que Marx vio The Matrix — Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires
Cest: Karl Marx y sus "Cuadernos de París" toman vida con ilustraciones de Maguma — El Periódico
Leopoldo Moscoso: 'Das Kapital': reloading... — Público
Laura "Xiwe" Santillan: La lucha mapuche, la autodeterminación y el marxismo — La Izquierda Diario
José de María Romero Barea: Hölderlin ha leído a Marx y no lo olvida — Revista de Letras
Ismaël Dupont: Marx et Engels: les vies extravagantes et chagrines des deux théoriciens du communisme! — Le Chiffon Rouge Morlai
Francisco Cabrillo: Cómo Marx cambió el curso de la historia — Expansión
El “Dragón Rojo”, en Manchester: Cierran el histórico pub donde Marx y Engels charlaban "entre copa y copa" — BigNews Tonight
Marc Sala: El capitalismo se come al bar donde Marx y Engels debatían sobre comunismo — El Español

— Notas sobre debates, entrevistas y eventos
Fabrizio Mejía Madrid: Conmemoran aniversario de la muerte de Lenin en Rusia — Proceso
Segundo Congreso Mundial sobre Marxismo tendrá lugar en Beijing — Xinhua
Debate entre Andrew Kliman & Fred Moseley — Tiempos Críticos
David McNally & Sue Ferguson: “Social Reproduction Beyond Intersectionality: An Interview” — Marxismo Crítico
Gustavo Hernández Sánchez: “Edward Palmer Thompson es un autor que sí supo dar un giro copernicano a los estudios marxistas” — Rebelión
Alberto Maldonado: Michael Heinrich en Bogotá: El Capital de Marx es el misil más terrible lanzado contra la burguesía — Palabras al Margen
Leonardo Cazes: En memoria de Itsván Mészáros — Rebelión (Publicada en O Globo)
Entrevista con István Mészáros realizada por la revista persa Naghd’ (Kritik), el 02-06-1998: “Para ir Más allá del Capital” — Marxismo Crítico
Rosa Nassif: “El Che no fue solo un hombre de acción sino un gran teórico marxista” Agencia de Informaciones Mercosur AIM
Entrevista a Juan Geymonat: Por un marxismo sin citas a Marx — Hemisferio Izquierdo
Juliana Gonçalves: "El Capital no es una biblia ni un libro de recetas", dice José Paulo Netto [Português ] — Brasil de Fato
Entrevista a Michael Heinrich: El Capital: una obra colosal “para desenmascarar un sistema completo de falsas percepciones” — Viento Sur
Alejandro Katz & Mariano Schuster: Marx ha vuelto: 150 años de El Capital. Entrevista a Horacio Tarcus — La Vanguardia
Salvador López Arnal: Entrevista a Gustavo Hernández Sánchez sobre "La tradición marxista y la encrucijada postmoderna" — Rebelión
Jorge L. Acanda: "Hace falta una lectura de Marx que hunda raíces en las fuentes originarias del pensamiento de Marx" — La Linea de Fuego

— Notas sobre Lenin y la Revolución de Octubre
Guillermo Almeyra: Qué fue la Revolución Rusa — La Jornada
Jorge Figueroa: Dos revoluciones que cambiaron el mundo y el arte — La Gaceta
Gilberto López y Rivas: La revolución socialista de 1917 y la cuestión nacional y colonial — La Jornada
Aldo Agosti: Repensar la Revolución Rusa — Memoria
Toni Negri: Lenin: Dalla teoria alla pratica — Euronomade
Entretien avec Tariq Ali: L’héritage de Vladimir Lénine — Contretemps
Andrea Catone: La Rivoluzione d’Ottobre e il Movimento Socialista Mondiale in una prospettiva storica — Marx XXI
Michael Löwy: De la Revolución de Octubre al Ecocomunismo del Siglo XXI — Herramienta
Serge Halimi: Il secolo di Lenin — Rifondazione Comunista
Víctor Arrogante: La Gran Revolución de octubre — El Plural
Luis Bilbao: El mundo a un siglo de la Revolución de Octubre — Rebelión
Samir Amin: La Revolución de Octubre cien años después — El Viejo Topo
Luis Fernando Valdés-López: Revolución rusa, 100 años después — Portaluz
Ester Kandel: El centenario de la Revolución de octubre — Kaos en la Red
Daniel Gaido: Come fare la rivoluzione senza prendere il potere...a luglio — PalermoGrad
Eugenio del Río: Repensando la experiencia soviética — Ctxt
Pablo Stancanelli: Presentación el Atlas de la Revolución rusa - Pan, paz, tierra... libertad — Le Monde Diplomatique
Gabriel Quirici: La Revolución Rusa desafió a la izquierda, al marxismo y al capitalismo [Audio] — Del Sol

— Notas sobre la película “El joven Karl Marx”, del cineasta haitiano Raoul Peck
Eduardo Mackenzie:"Le jeune Karl Marx ", le film le plus récent du réalisateur Raoul Peck vient de sortir en France — Dreuz
Minou Petrovski: Pourquoi Raoul Peck, cinéaste haïtien, s’intéresse-t-il à la jeunesse de Karl Marx en 2017? — HuffPost
Antônio Lima Jûnior: [Resenha] O jovem Karl Marx – Raoul Peck (2017) — Fundaçâo Dinarco Reis
La película "El joven Karl Marx" llegará a los cines en el 2017 — Amistad Hispano-Soviética
Boris Lefebvre: "Le jeune Karl Marx": de la rencontre avec Engels au Manifeste — Révolution Pernamente

— Notas sobre el maestro István Mészáros, recientemente fallecido
Matteo Bifone: Oltre Il Capitale. Verso una teoria della transizione, a cura di R. Mapelli — Materialismo Storico
Gabriel Vargas Lozano, Hillel Ticktin: István Mészáros: pensar la alienación y la crisis del capitalismo — SinPermiso
Carmen Bohórquez: István Mészáros, ahora y siempre — Red 58
István Mészáros: Reflexiones sobre la Nueva Internacional — Rebelión
Ricardo Antunes: Sobre "Más allá del capital", de István Mészáros — Herramienta
Francisco Farina: Hasta la Victoria: István Mészáros — Marcha
István Mészáros in memoriam : Capitalism and Ecological Destruction — Climate & Capitalism.us