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Karl Marx ✆ Ani
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Alan Freeman / Este artículo argumenta que los
sistemas de ecuaciones simultáneos, ampliamente vistos como una formalización
estándar de la teoría del valor trabajo importan supuestos del equilibrio que
impiden una teoría de la formación de los precios realista y consistente.
Existe una formalización dinámica alternativa que dan como resultado
valores-trabajo dinámicos o variantes en el tiempo libre de dichos supuestos.
Mostramos que los sistemas de ecuaciones simultáneos,
formalmente equivalentes a los sistemas de equilibrio general neoclásicos, no
pueden representar el cambio tecnológico o el crecimiento económico y aplican
únicamente a hipotéticas economías estáticas en las que ni la escala del
producto, ni la tecnología cambia. Los valores estáticos resultantes son un
caso especial y limitante de los valores dinámicos, los cuales convergen a
ellos únicamente tendencialmente y en ausencia de cambio técnico. Bajo
condiciones de cambio técnico, los valores dinámicos –y los precios y tasas de
ganancia derivadas de ellos– difieren sistemáticamente de aquellos derivados
por los sistemas de ecuaciones simultáneas, y por consiguiente proveen un fundamento
distinto para la economía.
Mostramos que el comportamiento de los valores dinámicos se
aproxima más a lo que se observa en la realidad que los precios de equilibrio
neoclásicos o a los valores-trabajo estáticos mostrando que, en un marco
dinámico, la tasa de ganancia puede, y en general ocurre, caer a pesar de un
cambio técnico que mejora la productividad. Los resultados proveen un fundamento riguroso para el
estudio de los movimientos de capital y del cambio técnico que es superior a la
teoría neoclásica convencional de los precios, haciendo un llamado para una
revisión radical del debate sobre el valor en este siglo.
Introducción
Entre todos los conceptos básicos de la economía
convencional, el más cuestionable y cuestionado es el equilibrio. Los hechos
evidentes por sí mismos, donde ni las cantidades producidas ni consumidas se
estabilizan y donde los bienes no se intercambian a los precios de equilibrio,
han provocado innumerables ramas de la economía neoclásica, entre ella la
teoría del crecimiento Harrod-Domar, el Postkeynesianismo, la teoría de los
ciclos de negocios y muchas variantes de la teoría de las expectativas.
Podría decirse que el equilibrio es de los conceptos menos
prescindibles de la economía neoclásica. Si se demostrara terminantemente e
irrefutablemente que no hay un vínculo real, ni lógico entre las magnitudes
económicas observadas y aquellas pronosticadas por el equilibrio general,
entonces poco quedaría de los fundamentos rigurosos tan laboriosamente montados
por Walras, Arrow y Debreu.
Por tanto es una paradoja del pensamiento económico del
siglo veinte que la teoría del valor trabajo, la alternativa más crítica al
sistema neoclásico –lo mostraremos– ha integrado el enfoque del equilibrio a
sus fundamentos. En efecto, se ha injertado en una raíz neoclásica. Afirmamos
que este híbrido es estéril y que existe una alternativa superior. Si se
reformula rigurosamente la teoría del valor sin el equilibrio, sus
inconsistencias más criticadas desaparecen. Llegamos a la conclusión de que
estos no resultan de la teoría sino del tronco sobre el cual ha sido
trasplantado.
Durante la última década una minoría creciente de autores ha
cambiado de esta síntesis convencional para estudiar el comportamiento dinámico
de los valores-trabajo y los precios. (Ver por ejemplo Erns [1982], Carchedi
[19484], Naples [1985], Kliman y McGlone [1988], Kliman [1988], Freeman [1990,
1991] y la base de datos de Walker [1988]). Inspirados por el trabajo pionero
de Lagnston [1984], Mandel y Freeman [1984] reunieron un grupo de trabajos
seminales donde los supuestos del equilibrio fueron estudiados y rechazados.1
El debate reciente entre Kliman [1993] y Naples [1993] es
testimonio de la vitalidad de esta tradición alternativa.
Estamos convencidos de que este nuevo marco que emerge es
uno de los desarrollos más críticos de las décadas recientes en la economía.
Tiene el potencial de restablecer la validez teórica de la teoría del valor
trabajo y sobre todo resolver debates pendientes en la economía como un todo a
los que la economía neoclásica no ha logrado siquiera dar una respuesta
decisiva. Por esta razón creemos que debemos aproximarnos al debate con rigor
excepcional pero también con pluralidad excepcional. Debemos admitir los nuevos
problemas serios que deben enfrentarse pero reconocer también el gran avance
que provee el nuevo enfoque. Por consiguiente, desde nuestra perspectiva, en
este momento no es constructivo tomar posiciones atrincheradas en el debate
sobre los temas que requieren un estudio mucho más adecuado.
Por esta razón, aun cuando Kliman, Naples y Giussani ya han
abierto el tema de la formación de precios en un marco dinámico, nos confinamos
aquí en la esfera del valor. En otra parte [Freeman 1991, 1993] ya hemos
discutido un marco plenamente general para los precios de producción dentro de
un sistema de valores-trabajo, demostrando que las dos igualdades de Marx
pueden ser retomadas en un contexto plenamente general. En un comentario final
de este artículo indicaremos cómo el enfoque de Kliman/Giussani puede ser
generalizado al caso de tasas de ganancia desiguales y en tiempo continuo. Aquí
tenemos tres objetivos: establecer un fundamento riguroso para el trabajo,
mostrar cómo este conduce a un uso del tiempo continuo y mostrar cuán dramáticos
son los cambios desde un enfoque dinámico.
Sistemas de
ecuaciones simultáneas: la síntesis del siglo veinte
La economía ha sido una ciencia exacta desde que sus
teóricos, comenzando por Aristóteles han intentado expresar sus conclusiones
con precisión matemática –para formalizarlas. Sin embargo, la formalización
moderna de la teoría del valor trabajo no es el trabajo de sus autores sino de
los escritores del siglo veinte, corrigiendo sus presuntas inconsistencias, en
particular la presentación de Marx de la relación cuantitativa entre valores y
precios de producción.
La derivación de los precios desde los valores más aceptada
–debatida por Dimitriev [1905], desarrollada por Tugan-Baronovsky [1905] y
expandida por Bortkiewicz [1907]– es una „corrección‟
de Marx en la que cualquier insumo para la producción se compra al mismo
precio al que se vende como producto. Por consiguiente, los precios de los
insumos no pueden ser iguales a los valores; sin embargo pueden calcularse por
el mismo hecho de que deben ser iguales a los precios de los productos, además
de algunos supuestos adicionales –presuntamente realistas– tales como una tasa
de ganancia uniforme.
Los sistemas de ecuaciones resultantes, originalmente
formalizando un aspecto de la teoría clásica, se han convertido en la
representación estándar de la teoría como un todo. El enfoque de Von
Bortkiewicz fue desarrollado sucesivamente por Winternitz [1951], May [1951] y
Seton [1957], extendiendo el sistema de tres sectores a un caso multisectorial.
Se volvió aceptación general que los valores pueden determinarse directamente
de las cantidades físicas de los insumos y de los productos usando la misma
técnica.2 Promovido por muchos marxistas como Sweezy [1948], Dobb [1972] y Meek
[1973], los sistemas de ecuaciones simultáneas se aceptaron como la expresión
matemática correcta de la teoría del valor trabajo.
Al mismo tiempo, surgieron formalizaciones no marxistas del
equilibrio general donde los conceptos marginales, usualmente considerados como
distintivos de la teoría neoclásica, estaban ausentes. Von Neumann [1937]
determinó un conjunto único de precios y magnitudes de producto que maximizan
la tasa de crecimiento y minimiza la tasa de interés. Los modelos de producción
lineal derivados del análisis insumo-producto de Wassily Leontief [1953],
aunque originalmente no se propusieron como modelos para la formación de los
precios, fueron usados para predecir los niveles de precios que pueden
reproducir la economía bajo una tasa de ganancia uniforme (Pasinetti [1977]).
Bajo la influencia de Piero Sraffa [1960], esta metodología fue promovida por
la escuela neoricardiana, o perspectiva del excedente, como un enfoque
comprehensivo de la formación de precios (Steedman [1977]).
La identidad formal entre los modelos de producción lineal y
los sistemas de ecuaciones simultáneas para los valores-trabajo fue rápidamente
identificada y los modelos de producción lineal se convirtieron gradualmente en
el enfoque base tanto de las escuelas marxistas como no marxistas (ver Cameron
[1952], Georgescu-Roegen [1950], Morishima y Seton [1961], Bronfenbrenner
[1968], Pasinetti [1977]).
Argumentamos que el resultado de los debates teóricos de un
siglo ha dado lugar a una síntesis entre la teoría neoclásica del equilibrio
general y la teoría del valor trabajo. Dentro de esta síntesis existe una gran
variedad de debates e incluso mordaces disputas sobre la interpretación; no
obstante, existe un amplio consenso sobre las técnicas, y sobre todo en el
enfoque de sistemas de ecuaciones simultáneas.
Esto tiene dos consecuencias. Primero, si las aparentes
contradicciones de la teoría del valor trabajo se deben en realidad al enfoque
importado de las ecuaciones simultáneas, entonces debería ser posible
reconstruir la teoría sin contradicciones. Y segundo, si el enfoque de las
ecuaciones simultáneas es inherentemente contradictorio entonces todos los
sistemas de este tipo son inválidos –incluyendo los sistemas del equilibrio
general neoclásico y neoricardianos. Esto es lo que nos disponemos a mostrar
ahora.
Título original:
“Reappraising the classics — The case for a dynamic reformulation of the labour
theory of value”
Abstract / This article argues that simultaneous
equation systems, widely regarded as a standard formalisation of labour value
theory, import equilibrium assumptions which rule out a realistic or consistent
theory of price formation. An alternative, dynamic formalisation exists
yielding time-varying or dynamic labour values free of such assumptions.We
show that simultaneous equation systems, formally equivalent to neoclassical
general equilibrium systems, cannot represent technical change or economic
growth and apply only to hypothetical static economies in which neither the
scale of output nor the technology changes. The resulting static values are a
special, limiting case of dynamic values, which converge to them only tendentially
and in the absence of technical change. Under conditions of technical change,
dynamic values — and the prices and profit rates derived from them — differ
systematically from those derived from simultaneous equation systems, and
therefore provide a different foundation for economics.We
show that the behaviour of dynamic values corresponds more closely to observed
reality than either neoclassical equilibrium prices or static labour values by
showing how, in a dynamic framework, the rate of profit can, and in general
does, fall despite productivity-enhancing technical change.
These
results provide a rigorous foundation for the study of capital movements and
technical change which is superior to conventional neoclassical price theory,
calling for a radical reappraisal of the debate on value in this century.
Traducción por A.
Sebastián Hdez. Solorza