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Friedrich Engels ✆ Ufuk Sucsuzer
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Joseph Ferraro | Numerosos son los estudios, que, de un modo
u otro, sostienen la existencia de diferencias fundamentales entre el
materialismo de Marx, por un lado, y el de Engels, por otro, e incluso entre la
dialéctica marxiana y la engelsiana. Para Marx la dialéctica es operativa sólo
en la historia; para Engels también lo es en la naturaleza. Es Engels, y no
Marx, el autor del materialismo dialéctico. Más aun, debido al interés del
Engels tardío en las ciencias positivas y en la dialéctica de la naturaleza, el
marxismo oficial ha concebido el materialismo histórico como si fuera una
ciencia natural, con las consecuencias de imponer un determinismo en la
historia y destruir la libertad transformadora del hombre en la misma tal como
fue concebida por Marx.’ Implicada en la postura anterior es que la dialéctica
de la naturaleza de Engels se reduce a una aplicación a priori de la dialéctica
idealista hegeliana? Quizá quien más profundamente ha criticado a la dialéctica
de la naturaleza de Engels por sus influencias hegelianas ha sido Lucio
Colletti.
De acuerdo con Colletti, si abrimos el segundo libro
de la Ciencia de la lógica de Hegel, encontraremos allí,
expuesta con toda claridad, la dialéctica de la materia tal como se halla, por
ejemplo, en el Anti-Dühring de Engels. Colletti explica a este
respecto que “como coronación de su crítica del principio de identidad y de no
contradicción, Hegel advierte que, contra ese principio, hay que afirmar que
“todas las cosas son en sí mismas contradictorias”, precisamente en el sentido
de que esta proposición expresa, frente a las otras, la verdad y la esencia de
las cosas’.
Para Hegel, “uno de los prejuicios fundamentales de la vieja
lógica y de la representación ordinaria [es] el de que la contradicción no
constituye una determinación tan esencial e inmanente como la
identidad“. 3 Pero, la verdad para Hegel —y lo será también
para Engels—4 es que
“hablando de un orden
de precedencia y manteniendo separadas las dos determinaciones, habría que
considerar a la contradicción como la más profunda y esencial, puesto que,
frente a ella, la identidad no es más que la determinación del simple elemento
inmediato, del ser muerto, mientras que la contradicción es la raíz de todo
movimiento y vitalidad; todo lo que se mueve sólo tiene un instinto y una
actividad en cuanto que comporta en sí mismo una contradicción.” 5
Colletti continúa con el pensamiento
de Hegel sobre la contradicción. Para Hegel —dice— la
contradicción lógica existe en todas las cosas y, por tanto, es algo
real. Aunque, por lo general, la gente cree que la contradicción se halla
alejada de las cosas y que no hay una nada contradictoria, Hegel sostiene que
“no tenemos por qué inquietarnos ante afirmaciones del tipo de que la
contradicción no se da, no existe”. La contradicción es
“…lo negativo en su
determinación esencial, como el principio de todo moverse; moverse que no
consiste sino en un explicarse y mostrarse de la contradicción. Incluso el
movimiento externo sensible no es más que su existencia inmediata. Algo se
mueve no en tanto que en este Ahora es aquí y en otro Ahora es allá, sino
solamente en tanto que es aquí y no es aquí en un único y mismo Ahora, en tanto
que al mismo tiempo es y no es en este Aquí.”
El movimiento, pues, “es la contradicción misma como
existente”. 6
Pero, todavía hay más doctrina de Hegel sobre la
contradicción que resulta ser muy importante para el materialismo dialéctico.
Según Colletti, Hegel concluye que
…de igual manera, el
moverse interno, el verdadero y propio moverse consiste sólo en que algo
es en sí mismo el mismo y su ausencia, lo negativo de él
mismo, bajo un mismo y único respecto [el subrayado es
nuestro]. La identidad abstracta consigo misma no es todavía vitalidad… Una
cosa es vital solamente en cuanto que contiene en sí misma la contradicción, y
es propiamente esa fuerza comprendiendo y manteniendo en si’ la contradicción. 7
Colletti ha citado estas páginas de
la Lógica de Hegel para demostrar que se halla aquí el
nacimiento del materialismo dialéctico de Engels. Incluso, Colletti afirma
que el primer dialéctico de la materia ha sido Hegel; y agrega: “el
primero y —vale la pena añadirlo— también el único, puesto que después de él no
ha habido más que simple transcripción mecánica”. 8
Por supuesto, estas afirmaciones son graves. Dibujan
a Engels como puramente hegeliano y en desacuerdo
con Marx sobre la dialéctica. 9 Pero, no son
fortuitas. Colletti tiene evidencia para sustentar lo que dice; y la
evidencia consiste en una comparación de citas
del Anti-Dühring de Engels con las que hemos visto de
la Lógica de Hegel. Para resumir el pensamiento
de Hegel que vimos en las citas
anteriores, Colletti consigna que “la identidad no es más que la
determinación del simple elemento inmediato, del ser muerto; en cambio, la
contradicción es la raíz del movimiento y de la vitalidad”. Y, ¿qué
afirma Engels en el Anti-Dühring?
…mientras consideramos
las cosas en un estado de reposo, sin vida, cada una por si misma, una junto a
otra, una después de otra, no hallamos en ellas ninguna contradicción… Pero
algo muy distinto ocurre cuando consideramos las cosas en su movimiento, en su
cambio, en su vida, en su acción recíproca. El movimiento mismo es una
contradicción e incluso el simple movimiento mecánico local puede realizarse
únicamente porque un cuerpo está en un único y mismo lugar y no está en él. El
movimiento es precisamente el continuo plantear y resolver al mismo tiempo esta
contradicción. 10
Además de esta transcripción de Hegel por parte
de Engels, vimos en la Lógica que para Hegel sólo es vital
una cosa “en cuanto que lleva en sí misma
la contradicción, o sea, sólo porque es ella misma y lo negativo de ella misma
a un tiempo”. Y el pensamiento que encontrarnos en el Anti-Dühring no
es otro. Para Engels, como para Hegel, “la vida consiste ante todo en
el hecho de que a cada instante un ser es él mismo y su otro. Por tanto, la
vida es una contradicción presente en las cosas y en los fenómenos, una
contradicción que se plantea y se resuelve constantemente. Tan pronto como cesa
la contradicción, cesa también la vida y sobrevive la
muerte”. 11 Para Colletti, pues, aunque Hegel es
idealista y Engels se dice a sí mismo materialista, los dos “definen
del mismo modo la realidad y aquello que les parece abstracto o
irreal”. 12
No sólo tenemos una mera transcripción de Hegel en
lo que se refiere al modo comoEngels concibe la contradicción, sino que
esta transcripción también da lugar a consecuencias serias. En
la Lógica de Hegel, podemos decir que lo finito contiene en si
la contradicción lógica; y no tiene verdadera realidad, ya que se verá superado
por su contradictorio. 13 Pero lo contradictorio de lo finito es lo
infinito o lo absoluto; 14 y, por consiguiente, se forma un proceso
por el que un ser finito y accidental termina en un ser absolutamente
necesario. “Lo absoluto es [pues] porque lo finito es la oposición que se
contradice en sí misma”. 15
Aunque Colletti no entra en detalle para demostrar
cómo Hegel va de lo finito hasta lo infinito, se puede ver que según
el primero la dialéctica de la materia en Hegel resulta ser un
idealismo en tanto que “impulsa a lo finito a destruirse y elimina así todo
fundamento materialista” para llegar a Dios como su fundamento. 16 Para
el idealismo o la filosofía hegeliana, en tanto que lo finito no es, es decir,
deja de ser, lo Absoluto es. Para Hegel, pues, la dialéctica de la
naturaleza es “un momento esencial de toda conciencia religiosa”;
y Engels, por sostener la dialéctica de la naturaleza, cree que está
haciendo materialismo cuando, de hecho, está haciendo idealismo. Esta
interpretación errónea de Hegel por parte de Engels, este creer
que hay una asunción materialista en el texto de Hegel, advierteColletti,
“está en la base de casi un siglo de marxismo teórico”. 17
Además de haber repetido la ley dialéctica hegeliana de la
penetración de los contrarios, Engels, según Colletti, hizo lo mismo
referente a la ley del trueque de cambios de cantidad en cualidad. Hagamos
énfasis en la comparación entre el pensamiento de Engels y el
de Hegel propuesta por Colletti.
Según Colletti, en
la Lógica de Hegel encontramos la ley del trueque de
cantidad en cualidad. En esa obra se afirma que “en las combinaciones químicas,
con la mutación progresiva de las relaciones de mixtión, se presentan… crisis y
saltos cualitativos” en varias sustancias. Hegel da como ejemplo las
combinaciones del oxígeno y del nitrógeno. Estos “dan lugar a los distintos
óxidos de nitrógeno y ácidos nítricos que se producen sólo con determinadas
relaciones cuantitativas de la mixtíón y que, sin embargo, poseen cualidades
esencialmente distintas”. Por otra parte, nos dice Colletti, prestamos
atención a la Dialéctica de la naturaleza de Engels, éste,
“razonando acerca del paso de la cantidad a cualidad y viceversa, nos advierte
de que ‘el campo en el cual esa ley de la naturaleza (¡) descubierta por Hegel
(!) puede celebrar sus mayores éxitos es la química”; y uno de los ejemplos
que Engels da para ilustrar esta ley es el de las combinaciones de
oxígeno con nitrógeno. 18 Colletti concluye, pues, que la ley
que propone Engels es absolutamente la misma que la que se encuentra
en Hegel y también los ejemplos y, por tanto, que “la dialéctica de
la materia del ‘materialismo dialéctico’ es la misma que encontramos en la obra
de Hegel”. 19 Se sigue que por admitir la dialéctica dentro del
materialismo dialéctico, lo que Engels hizo fue introducir “la
dialéctica idealista dentro del marxismo”. 20
Por supuesto, según Colletti, Engels había
sostenido la validez de otra ley dialéctica hegeliana, la de la negación de la
negación. Sin embargo, antes de ver la crítica
de Colletticontra Engels referente a la misma, quisiéramos
llamar la atención sobre la contradicción, tal como fuera concebida por Hegel en
su Lógica, sin referencia a la interpretación de la misma
por Colletti.
La
contradicción en la Lógica
La Lógica de Hegel trata de varias
categorías universales y de la deducción de una de
otra. Hegel empieza la Lógica con la idea o categoría del
ser, del puro ser. Esta idea, siendo la más universal de todas, no puede tener
“ninguna otra determinación; es igual sólo a sí misma” y, por tanto, “es la
pura indeterminación y el puro vacío”. Pero como tal, la idea del ser ha
producido de sí misma, de hecho, la idea de su contradictoria, es decir, de la
nada. El ser y la nada, pues, son una y la misma. 21
Empleando estas categorías como ejemplo, podemos ver lo
que Hegel quiere dar a entender por contradicción y podemos captar el
sentido de su dialéctica. Antes de leer la Lógica, el lector pudo pensar que el
ser y la nada eran ideas completamente distintas, identidades completamente
separadas una de la otra. Pero hemos descubierto que bajo un aspecto común, es
decir, el de la pura indeterminación, etc., el ser y la nada son lo mismo. La
contradicción inherente a las “cosas” para Hegel, pues, no consiste en que
una cosa sea y no sea a la vez pero en otro sentido, consiste en que sea y no
sea a la vez y en el mismo sentido o respecto, un hecho del que Colletti se
dio bien cuenta. 22
Se ha tratado la contradicción, pero no ha sido
explicitada la relación entre ésta y el movimiento. Finalmente, la necesidad de
hacer esto estriba en que Hegel y Colletti, siguiendo
a Hegel para criticar a Engels, han dicho que “la contradicción
es la raíz de todo movimiento y vitalidad” 23 ¿Cómo entender esto?
Regresemos a nuestro ejemplo. Primero, el
ser produce de sí mismo su contradictorio, la nada, la que es una
primera negación. Pero en tanto que el puro ser y la pura nada son… la misma cosa,
tenemos la negación de la primera negación, es decir, que el ser traspasa en la
nada y la nada en el ser, o sea, que “cada uno desaparece en su opuesto”. La
verdad de este concepto contradictorio “consiste en este movimiento del
inmediato desaparecer de uno en otro”, es decir, su verdad consiste en otra
categoría producto de las primeras dos y que las sintetiza: la
del devenir. 24
Aquí podemos ver otra característica de la dialéctica
hegeliana: la de la necesidad. No hay posibilidad alguna de que el devenir no
pueda surgir de las otras dos categorías. Ni el ser ni la nada pueden mantener
su identidad, aislado uno de la otra. En tanto que el ser es la pura
indeterminación y el puro vacío, necesariamente implica la nada; y en tanto que
el ser es la nada bajo el aspecto de ser indeterminado, etc., el ser
forzosamente pasa en la nada y esta en el ser.
Sin embargo, el proceso no acaba ahí. Esta dialéctica, esta
contradicción existente en el ser, trae consigo más consecuencias o movimiento
que sólo la del devenir. Como puede verse, el devenir contiene el ser y la
nada. Por un lado, el ser pasa en la nada; y, por otro, la nada en el ser. En
el primer caso tenemos el parecer; y en el segundo,
el nacer. 25 La unidad de contrarios que ha existido en el ser
—el hecho de que el ser sea ser y nada bajo el mismo aspecto y a la vez- nos ha
producido otras categorías: el devenir, el nacer y el perecer. De este modo, la
contradicción “es la raíz de todo movimiento y vitalidad”.
La identidad
y el principio de contradicción
Hegel continúa deduciendo otras categorías en su obra sobre
la Lógica. Después del devenir con sus dos momentos de nacer y perecer, Hegel
deduce el ser determinado (o existencia);26 luego la de Algo y Otro, la
finitud, la infinitud, etc., hasta llegar a las categorías de esencia y su
apariencia. Esta diferencia también se ve superada cuando se llega a la
categoría de donde eventualmente, entre otras, surgen las categorías -de la
identidad y de la contradicción, junto con las afirmaciones referentes a la contradicción
como lo más profundo de las cosas, etc., las que vimos al iniciar este
artículo. Más ¿que entraña brevemente la derivación de estas últimas
categorías?
Si consideramos la categoría o idea de la esencia,
descubrimos que ésta tiene su propio no-ser (la primera contradicción) en si
misma (la apariencia) y lo rechaza de si misma. La apariencia, pues, es el
no-ser de la esencia. Tenemos una diferenciación, un movimiento necesario, un
movimiento que sólo puede tomar lugar por la negatividad que la esencia tiene
en sí de diferenciarse de la apariencia. Pero esta diferencia se elimina. La
apariencia no sólo es el no-ser de la esencia, sino que ésta es el no-ser de la
apariencia. Bajo este mismo aspecto de ser el no-ser del otro, la esencia es la
apariencia y la apariencia la esencia, lo que, a su vez, da lugar al movimiento
necesario que llega a la identidad, es decir, lo que da lugar a la negación de
la primera negación. 27
Este mismo tipo de dialéctica se repite en lo que se refiere
a la idea de la identidad. Esta tiene en sí su contrario, lo que rechaza o
distingue de si. La identidad, para ser tal, es el no-ser de la diferencia, y
ésta, para ser tal, es el no-ser de la identidad. Bajo este mismo aspecto del
no-ser del otro, se elimina la distinción entre los dos y se realiza la
negación de la negación. En tanto que cada uno es el no-ser del otro, entonces
la identidad es diferencia y la diferencia es identidad, y procedemos a otra
categoría que resulta ser la síntesis de estas dos, es decir, la igualdad. 28 Sin
embargo, la igualdad y la desigualdad se refieren mutuamente. La
una no es la otra; por tanto, bajo este aspecto de no ser el otro,
son idénticas; hay la negación de la negación y una nueva síntesis en otra
categoría, la de lo positivo. 29 Pero lo positivo es el no—ser de lo
negativo, y lo negativo es el no-ser de lo positivo. Luego, positivo y negativo
son lo mismo y llegamos a la categoría de la contradicción, es decir, donde la
categoría es ella misma la determinación que resulta negativa con respecto a
ella y, a la vez, excluye esta determinación de sí misma. Como ser-otro de lo
negativo, lo positivo se identifica con lo negativo; pero, a la vez, como
positivo, lo excluye de sí mismo. 30
“Todas las cosas están en contradicción en si mismas”, nos
ha dicho Hegel y lo mismoColleti, citando a Hegel; y ahora
tenemos el contexto de estas palabras para que podamos entender su significado.
“Todas las cosas están en contradicción en si mismas” en el sentido de ser y
no-ser a la vez y bajo el mismo aspecto. Todas las cosas se diferencian,
mediante una primera negación; todas las cosas niegan la diferenciación
mediante la negación de la negación. La contradicción, de este modo, resulta
ser “la raíz de todo movimiento y vitalidad, pues sólo al contener una
contradicción en si, una cosa se mueve, tiene impulso y
actividad” 31 y tanto la primera negación como la negación de la
negación constituyen un proceso necesario. La dialéctica de Hegel, tal
como puede apreciarse, tiene tres características fundamentales:
a) la contradicción existe en la cosa bajo un único y mismo
aspecto;
b) la contradicción da origen al movimiento, y
c) el proceso no es un proceso fortuito sino determinado por
la necesidad lógica, es decir, no hay posibilidad alguna de que no se realice
la primera negación y, luego, la negación de la negación.
Ahora bien, la dialéctica de Engels tiene otro
modo de concebir la contradicción; ¿acaso se trata de una mera trascripcíón
mecánica, como afirma Colletti?
La
contradicción y la negación de la negación en Engels
En el Anti-Dühring, Engels da algunos
ejemplos que ayudan a entender la diferencia entre su propio concepto de
dialéctica y el de Hegel. Da un caso en que la contradicción se halla en
cosas naturales, y explica que “todo ser orgánico es, en todo instante, el
mismo y otro”, y luego explica su afirmación. Cada ser orgánico es el mismo y
otro en el sentido de que “en todo instante va asimilando materias absorbidas
del exterior y eliminando otras de su seno”. Más aun, “en todo instante, en su
organismo mueren unas células y nacen otras, y en el transcurso de un
periodo más o menos largo, la materia de que está formado ese organismo se
renueva completamente, y nuevos átomos de materia vienen a ocupar el lugar de
los antiguos”. 32 En la naturaleza existe la contradicción en las
cosas; pero esta contradicción no consiste en que una cosa sea y no sea bajo el
mismo aspecto como en el pensamiento de Hegel, sino en que sea y no sea
bajo diferentes aspectos.
El hecho de que en la naturaleza no tenemos la contradicción
lógica hegeliana puede verse por la consideración de otro caso. “Tomemos… un
grano de cebada”, diría Engels. Por supuesto, para que ése se
desarrolle, para que haya una primera negación, el grano de cebada tiene que
contener la contradicción, es decir, es preciso que sea grano de cebada y que
no lo sea simultáneamente: el grano es grano y planta a la vez. Pero esta
contradicción en el grano de cebada no hay que entenderla en el sentido
hegeliano. Para Hegel, el grano sería el no-ser de la planta y la planta,
el no-ser del grano. Existe la contradicción en tanto que es y no es en el
mismo sentido y tanto el proceso se desarrolla con necesidad lógica. Pero en el
caso del grano de cebada como es concebida por Engels, por otra parte, ése
puede ser aplastado bajo los pies o molido. Cuando esto acontece, se lleva a
cabo una primera negación; pero ésta hace imposible la segunda. La planta, no
surge del grano por necesidad lógica, sino por una necesidad física, ya que
supone las condiciones reales adecuadas. El grano de cebada es grano de cebada
y planta, pero sólo es una planta en posibilidad. Si lo aplasto, destruyó tal
posibilidad. Más aun, para que el grano germine necesita de circunstancias
normales y propicias. Necesita sembrarse “en tierra conveniente” y la influencia
del calor y de la humedad. Cuando estén presentes estas condiciones,
entonces tendremos una necesidad física y la planta germinará. “El grano, pues,
como tal, se extingue, es negado, y en su lugar brota la planta que nace de él,
la negación del grano. Y, ¿cuál es la marcha normal (el subrayado es
nuestro) de la vida de esta planta?“, pregunta Engels; y responde: “La
planta crece, florece, se fecunda y produce, por último, nuevos granos de cebada
y, tan pronto como éstos maduran, muere la espiga, se niega a su vez. Y como
fruto de esta negación de la negación nos encontramos otra vez con el grano de
cebada inicial, pero no ya en forma simple, sino en un número diez, veinte,
treinta veces mayor”. En el caso de las dalias y las orquídeas, dice Engels,
gracias a las artes de la jardinería, el resultado del proceso de la negación
de la negación no sólo son “más simientes, sino simientes cualitativamente
mejoradas, que darán flores más bellas, y cada repetición de este proceso, cada
nueva negación de la negación representará un grado más alto en esta escala de
perfeccionamiento”. 33
Pero todavía hay más. Engels considera que “lo
mismo que este proceso se desarrolla en el grano de cebada, se desarrolla en la
mayoría de los insectos, por ejemplo en las mariposas. Nacen del huevo mediante
la negación del huevo, atraviesan sus metamorfosis hasta llegar a la madurez
sexual, copulan y mueren por un nuevo acto de negación, tan pronto como el
proceso de procreación se consuma y la hembra pone sus numerosos
huevos“. 34 Engels muestra así cómo la dialéctica
puede ser derivada de la naturaleza; y por lo tanto su visión de la
dialéctica no resulta una mera transcripción de Hegel.
Hemos visto que Engels, como materialista, pretende que
las leyes de la dialéctica pueden ser derivadas de la naturaleza orgánica; y
hemos visto esto específicamente en relación con la contradicción inherente en
las cosas y con la negación de la negación. Veamos ahora lo mismo referente al
mundo inorgánico.
En geología se representa a la tierra como el producto de
“una serie de desmoronamientos sucesivos de formaciones rocosas antiguas y de
sedimentaciones de formaciones nuevas”. Esto a su vez da lugar a “la formación
de un suelo en que se mezclan los más diversos elementos químicos en un estado
de pulverización mecánica que permite la mayor y más variada vegetación”. Sin
embargo, en tanto que en la formación de la tierra se trata del remplazo de una
capa por otra y de fuerzas que niegan capas anteriores, es claro que se puede
derivar de la geología la ley de la negación de la negación, sin necesidad de
hacer mención explícita de esta derivación a cada paso; y podemos describir a
la geología tal como Engels mismo lo hace, es decir, como una serie
de negaciones negadas. 35 Engels puntualizó que él
y Marx habían regresado a los griegos, pensadores dialécticos, a la
vez que materialistas, y entre éstos, la cabeza más universal de todas, la
persona que junto con Hegel, antes de Marx, había ya desarrollado e
investigado las formas dialécticas, según Engels,
era Aristóteles. 36 No traicionamos el pensamiento
de Engels y Marx, pues, si afirmamos que un modo, no
el único sino un modo, por el que existe la contradicción en todas las
cosas es por ser éstas lo que son en acto y lo que no son en potencia, una
terminología que Marx mismo utilizó en varias ocasiones. 37
Sin embargo, con respecto al parecer nuestro hay
en Coletti otra falta de entendimiento del pensamiento
de Engels: Critica la ley de negación de la negación en tanto
—dice—Engels admite que llamar negación de la negación al proceso
particular del grano de cebada desde su germinación hasta su muerte no dice
absolutamente nada, pues “como el cálculo integral es también negación de la
negación”, caímos en el “absurdo de que el proceso biológico de una espiga de
cebada es cálculo integral o incluso socialismo”38. Por tanto,
según Colletti, Engels, al sostener que ésta es una ley general, no
vio que esta
…ley se confirma en
todos los casos, porque confirmación real de ella no la hay en ningún caso…
Una ley que no explica ningún proceso particular, no explica nada y, por tanto,
no es una ley Y esta “única ley del movimiento”, en la medida en que
incluye a todos los movimientos concretos emitiendo las particularidades de
cada proceso real singular, es, justamente, una “ley” idealista, esto
es, una ley sin correlato objetivo alguno que hace abstracción de todos
los procesos específicos o reales y, por lo tanto, del mundo. 39
Pero Colletti no ha captado el sentido de la afirmación
de Engels. Lo que éste afirmó en realidad es lo siguiente:
Dicho se está que
cuando digo que el proceso que recorre, por ejemplo, el grano de cebada desde
que germina hasta que muere la planta que lo arroja, es una negación de la
negación, no digo nada del proceso especial(el subrayado es de Engels) de
desarrollo por el que pasa el grano. Pues si pretendiese afirmar lo contrario
(es decir, si pretendiese afirmar algo sobre el proceso especial o particular
por afirmar que es la negación de la negación), siendo como es también el
cálculo integral negación de la negación, caería en el absurdo de sostener que
el proceso de vida de un tallo de cebada es el cálculo integral, o, si se
quiere, es el socialismo. 40
Lo que Engels sostiene es que si estuviéramos
diciendo algo del proceso especial del grano de cebada, del cálculo integral y
del socialismo, en vez de abstraer de éste para formar la ley, entonces al
afirmar que sus procesos son la negación de la negación, todos los procesos
particulares serian iguales con el resultado de que la cebada resulta ser
cálculo integral e incluso socialismo. Contrario a lo afirmado
por Colletti, una ley, para ser general, tiene que abstraer del proceso
especial o particular.
Cuando hablo de la caída de cuerpos, que S=atz no digo
nada del proceso especial. Esta ley no me dice nada referente a si el cuerpo
que cae es humano, un avión, una piedra, etc. Si es humano, esta ley no me dice
nada referente a si cae de cabeza, o si da vueltas en el aire, etc. Tampoco sé
absolutamente nada referente a las razones de la caída, si alguien quiso
suicidarse, etc. Lo mismo acontece en relación con las leyes biológicas.
Es una ley que el sexo existe para la reproducción eventual.
Pero esta ley no me dice nada del proceso especial de cada especie, de cómo se
distingue la crianza de las mariposas y los peces, etc. Debe ser obvio que para
que una ley tenga generalidad o universalidad, es preciso abstraer de los
procesos especiales. Sin embargo, para Colletti, en tanto que una tal ley de
la caída de los cuerpos o de la reproducción se confirma en todos los casos, no
hay confirmación real de ella en ningún caso, y que una tal ley que no le dice
nada de los procesos particulares, no le explica nada y no es ley, y
finalmente, en tanto que tales leyes incluyen todos los procesos concretos,
omitiendo las particularidades de cada proceso real particular, resultan ser
leyes idealistas. Realmente, es dificil contener la risa ante tales
afirmaciones.
De lo que hemos desarrollado sobre la contradicción y la ley
de la negación de la negación, debe colegirse que la dialéctica de la materia
de Engels no consiste en una mera transcripción de la dialéctica de
la materia que se halla en Hegel. Se trata de dialécticas distintas. En lo
que se refiere a la presencia de la contradicción en todas las
cosas, Hegel sostiene que una cosa es y no es en el mismo sentido,
mientras Engels sostiene que es en diferentes sentidos; en lo que se
refiere al proceso de la negación de la negación, para Hegel se trata de un
proceso necesario; para Engels, a pesar de las tergiversaciones de su
pensamiento por sus discípulos, tal necesidad se halla ausente. Y, por último,
aunque los dos filósofos sostienen que todo movimiento depende de la
contradicción, no conciben el movimiento en el mismo sentido.
Antes de terminar esta parte sobre la contradicción
en Hegel y en Engels, quisiéramos emplear un ejemplo más,
utilizado por Colletti en su esfuerzo de tratar de probar que la
dialéctica de la naturaleza de Engels es una mera transcripción de la
de Hegel. Colletti ha intentado probar que Engels repite
casi textualmente las palabras de Hegel (en su
lógica). Engels dice en el Anti-Dühring
…el movimiento es de
por si una contradicción; el simple desplazamiento mecánico de lugar sólo puede
realizarse gracias al hecho de que un cuerpo esté al mismo tiempo, en el mismo
instante, en un lugar y en otro, gracias al hecho de estar y no estar al mismo
tiempo en el mismo sitio. Y el surgimiento continuo y la simultánea solución de
esta contradicción es precisamente lo que constituye el movimiento. 41
Si interpretamos esta cita de modo hegeliano, tendríamos
algo como lo siguiente: Lugar A es el Ser-otro de lugar B, y lugar B es el
ser-otro de lugar A. Los dos lugares, por tanto, son uno y lo mismo y, por consiguiente,
el uno trasciende en el otro; y se realiza un proceso Lógico necesario de
movimiento.
Sin embargo, si derivamos la significación de la
contradicción existente sin recurrir a Hegel, vemos que el cuerpo está realmente
en un lugar y sólo en posibilidad en el otro. La contradicción engelsiana se
define de otro modo que la hegeliana; y, por tanto, hay la posibilidad de que
el movimiento no se realice, lo cual es inadmisible en
la Lógica de Hegel.
En relación con la dialéctica de la naturaleza de Engels, habíamos visto
que según Colletti, debido a la dialéctica de lo finito y lo infinito o
absoluto que se ve implicada en la dialéctica de la
naturaleza, Engels creyó que estaba haciendo materialismo cuando de
hecho estaba haciendo idealismo. Expliquemos un poco más detalladamente el
razonamiento de Colletti.
El lector recordará que en Hegel la idea del ser,
una idea finita, se trasladó al no-ser; y las dos ideas, al devenir, etc. Este
proceso continúa en la Lógica de Hegel hasta llegar a la
idea absoluta, la que podemos llamar una especie de dios, de donde surge el ser
lógico del mundo. Para Hegel, pues, lo finito es eventual y necesariamente
trasciende en lo infinito y en el Absoluto; y lo hace, tal
como Colletti lo ha dicho, debido a la contradicción lógica que
existe en las ideas. Para Colletti, en tanto que la dialéctica de la
naturaleza de Engels resulta ser una transcripción de la
de Hegel, Engels no se daba cuenta de que él tuvo que llegar a
los mismos resultados que Hegel. Sin embargo, como hemos visto, la
dialéctica de Engels no sólo es diferente de la de Hegel sino que
además Engels trata de objetos del mundo real en vez de ideas,
como Hegel. Más aun, Hegel habia negado la posibilidad de una
evolución en la naturaleza; y la dialéctica de la naturaleza
de Engels consiste precisamente en esa
posibilidad. 42 Colletti se equivocó, al creer
que Engels estaba haciendo idealismo cuando, de hecho, hacia
materialismo.
Los cambios
cuantitativos que se convierten en cualitativos
Colletti nos había dicho que en el caso de la
última ley de la dialéctica —la de los cambios cualitativos que devienen
cualitativos y viceversa- como en el caso de las otras,Engels meramente
transcribió parte de la Lógica de Hegel, incluso los ejemplos,
sin embargo, la mención de esta ley por parte de Engels no sólo se
halla en la Dialéctica de la naturaleza, una obra publicada después de su
muerte (1895), sino también en el Anti-Dühring, publicado en 1878, es
decir, cuando Marx vive todavía.
Eugen Dühring había acusado a Marx, en
efecto, de lo mismo de que Colletti acusa a Engels, es decir, de
haber meramente transcrito a Hegel. Dühring había afirmado,
en relación con la ley de la negación de la negación,
que Marx en El Capital, sin poder probar la eventualidad de la
revolución socialista de otro modo, había razonado, en efecto, que en tanto
que Hegel propuso la ley de la negación de la negación, por
consiguiente era preciso que sucediera la revolución socialista. Engels,
sin embargo, demostró que la interpretación de Dühring es
falsa. Engels explicó que cuando Marx llamó a este proceso la
negación de la negación,
no pensaba ver en ello
una demostración de su necesidad histórica. Por el contrario: después de
demostrar históricamente que este proceso en parte se ha realizado ya en la
práctica y en parte debe aún realizarse, sólo después de esto, lo define como
proceso que se realiza de acuerdo con una ley dialéctica determinada. 43
Lo que Dühring hizo en relación con la negación de
la negación, lo hizo también con los cambios cuantitativos que se truecan en cualitativos.
Dühring afirmó que “¡cuál cómico nos resulta, por ejemplo, la evocación de
la idea nebulosa y confusa de Hegel de que la cantidad se trueca en calidad y
de que, por tanto, al llegar a un determinado límite, un anticipo, por el mero
hecho de crecer cuantitativamente, se convierte en capital“. 44
Para aclarar el pensamiento de Marx en El
Capital y demostrar la falsificación por Dühring, Engels explica
lo que Marx hizo. Nos dice que primero “Marx saca de la investigación
precedente sobre el capital constante y variable y la plusvalía la conclusión
de que no todas las sumas de dinero o de valor pueden convertirse en capital,
pues para ello es necesario que se concentre en manos de un poseedor de dinero
o de mercancías un mínimo determinado de dinero o de valores de
cambio”; 45 y luego Marx hace lo que puede ser considerado
como una derivación de la ley hegeliana.
Engels pone por caso el de un obrero que trabaja 12
horas diarias, ocho para sí mismo, es decir, para crear el valor de su salario,
y las otras cuatro por el capitalista, para surtirle una plusvalía. Si el
patrón quisiera el mismo nivel de vida de un
obrero, necesitaría emplear a dos de éstos (sacando cuatro horas
de plusvalía de cada uno) y disponer de una suma de valor que le permita
dotarles “de materias primas, medios de trabajo y salarios”. Sin embargo, la
producción capitalista y el capitalista no persiguen “como objetivo la mera
subsistencia, sino el incremento de la riqueza”; y, por tanto, “no bastará que
se den esos elementos para que nuestro empresario, con sus dos obreros, sea ya
un capitalista. Para poder vivir el doble de bien que un obrero corriente y
volver a transformar, además, en capital la mitad de la plusvalía producida”,
prosigue Engels, “tendría que ocupar a ocho obreros, y por tanto,
poseer el cuádruple de la suma de valor que necesitaría para ocupara
dos”. 46
Como en el caso de la ley de la negación de la negación, Dühring interpreta
que Marx atribuye a la ley hegeliana la afirmación con respecto que “la
cantidad se trueca en calidad, por tanto, ¡al llegar a un determinado límite,
un anticipo… se convierte en capital”; pero el hecho es que sólo después de sentar
las condiciones que vimos —y esto en relación con otras deducciones encaminadas
a ilustrar y fundamentar el hecho de que no basta una suma cualquiera pequeña
de valor para convertirse en capital, sino que para ello todo periodo de
desarrollo y toda rama de industria tiene su determinado limite mínimo-,
apunta Marx: “Aquí, como en las ciencias naturales, se confirma la
exactitud de aquella ley descubierta por Hegel en su Lógica, según la cual al
llegar a un cierto punto, los cambios puramente cuantitativos se truecan en
diferencias cualitativas”. Y Marx agrega que “la teoría molecular aplicada
en la química moderna y desarrollada científicamente por
vez primera en los estudios de Laurent y Gerhardt, no descansa en otra
ley”. 47 En el Anti-Dühring, pues, Engels no pretende
defender el pensamiento de Hegel sino el de Marx; y contrario a Colletti,
Marx y Engels sostuvieron la existencia de esta ley en la naturaleza no porque
la encontraran en la Lógica de Hegel, sino porque la hallaron,
como Hegel mismo, operativa en la química entre otros lugares.
En resumen, es preciso afirmar que seguramente hay cierta
semejanza entre algunas expresiones de Engels referentes a la
dialéctica y las de Hegel, y tal como Colletti ha demostrado,
una coincidencia en los ejemplos empleados por ambos. Pero tal coincidencia no
significa un acuerdo en ideas. Colletti se ha equivocado en su
interpretación por haber considerado las expresiones en el materialismo
de Engels, fuera del contexto de la obra en que se encuentran y de otras
obras tardías de Engels. Tal como hemos demostrado en este articulo, la
dialéctica de la materia de Engels no es la misma que la
de Hegel.
Notas
1 Algunas obras que tratan este tema de un modo u otro
incluyen a Shlomo Avineri, The social And political thought of Karl Marx,
Cambridge, England: Cambridge University Press, 1975; Frederic L.
Bender, The betrayal of Marx, New York, Harper and Row, 1975; Thomas
Blukeley, La escolástica soviética Madrid, Siglo XXI; Irving
Fetschern Marx and marxism, New York, Herder and Herdcr, 1971; Georges
Gurvitch, Dialéctica y sociología, Madrid, Alianza, 1971; Sidney
Hook From Hegel to Marx, Ann Arbor: University of Michigan Press, 1962; Z.
A. Jordan, The evolution of dialectical materialism: a philosophical and
sociological analysis, London, Macmillan and Company Limited, New York, St,
Martín’s Press, 1967; George Lichtheim, Marxism: an historical and
critical study, New York; London, Frederick A. Praegcr, 1963; Georg
Lukács, Historia y consciencia de clase, México, Editorial Grijalbo, 1985;
Jean-Paul Sartre, Critica de la razón dialéctica, Buenos Aires, Losada,
1963; Alfred Schmidt, El concepto de naturaleza en Marx, México, Siglo
XXI, 1976; Robert Tucker, Philosophy and myth in Karl Marx,
Cambridge, Cambridge University Press, 1972.
2 Por ejemplo, véanse Hook, Hegel and Marx, págs. 75-76;
Lichthim, Marxism: and historical and critical study, págs. 244249;
Jordan, The evolution of dialectical materialism: a philosophical and
sociological analysis, págs. 65-111; Schmidt, El concepto dc naturaleza en
Marx, págs. 211-220.
3 Colletti, La dialéctica de la materia en Hegel y el
materialismo dialéctico, México, Editorial Grijalbo, 1977, pág. 21.
4 Ibid, págs. 25-26.
5 Ibid,págs. 21-22. En otro lugar, Colletti afirma que
en tanto que Hegel sostenía la objetividad del movimiento, se vio
forzado a negar la validez del principio de no-contradicción. Véase Colletti,
El marxismo y Hegel, México, Editorial Grijalbo, 1977, pág. 162.
6 Ibid, pág. 22-23. Véase pág. 25.
7 Ibid, pág. 23. Véase pág. 25.
8 Ibid.
9 Véase Colletti, El marxismo y Hegel, pág. 158.
10 Colletti, La dialéctica de la materia en Hegel y el
materialismo dialéctico, págs. 23-24. Véase El marxismo y
Hegel, págs. 159-160.
11 Ibid pág. 24.
12 Ibíd.
13 Ibid.
14 Ibid.
15 Ibid, págs. 26-27.
16 Ibid, pág. 28.
17 Ibid, pág. 29.
18 Ibid, págs. 56-57.
19 Ibid, pág. 57.
20 Hegel. El marxismo y Hegel, pág. 148.
21 Hegel. Ciencia de la lógica (Buenos Aires:
Ediciones Solar, 1982), T. I, pág. 108. Por supuesto, por las limitaciones
de espacio, simplificamos algunos de los pasos dialécticos. Los
simplificamos, pero no los violamos.
22 Colletti. La dialéctica de la materia en Hegel y el
materialismo dialéctico, págs. 23-25.
23 Ibid, págs. 21-22.
24 Hegel, Ciencia de la lógica, T. l, pág. 108.
25 Ibid, T. I, págs. 136-137.
26 Ibid, T. t, pág 138.
27 Ibid, T. II, págs. 13-32.
28 Ibid, T. II, págs. 36-38.
29 Ibid, T. II, págs. 47-49,
30 Ibid, T. II, págs. 53-65.
31 Ibid, T. II, págs. 72-73.
32 Engels, Anti-Dühring (Montevideo: Ediciones
Pueblos Unidos, 1960). Véase pág. 102.
33 Ibid, págs. 164-165.
34 lbid.
35 Ibid, págs. 165-166.
36 Ibid, pág. 29. Véase págs. 146-402,
404-405; Dialéctica de la naturaleza, México, Editorial Grijalbo,
1961. págs. 7, 12, 25-26, 168, 171, 189. En El capital, México,
Fondo de Cultura Económica, 1975, I, 25, Marx expresa su admiración por
Aristóteles. Dice que “estas dos últimas características de la forma
equivalencial se nos presentarán todavía con mayor claridad si nos
remontamos al gran pensador que primero analizó la forma del valor,
como tantas otras formas del pensamiento, de la sociedad y de
la naturaleza”. Nos referimos a Aristóteles.
37 Véanse Marx. El capital, T. I, pág. 130; Crítica de
la dialéctica de Hegel y de la filosofia hegeliana en general, en
Escritos económicos varios, México, Editorial Grijalbo, 1962, págs. 50-54.
38 Colletti, El marxismo y Hegel, págs. 151-152.
39 lbid.
40 Engels, Anti-Dühring, pág. 171.
41 lbid., págs. 146-147.
42 Véase Engels, Dialéctica de la naturaleza, págs. 6-20.
43 Engels, Anti—Dühring, Pág. 163.
44 lbid, pág. 151.
45 lbid
46 Ibíd, pág. 152.
47 lbid, pág. 154. Véase Marx, El capital, pág. 247, nota S.