"No hay porvenir sin Marx. Sin la memoria y sin la herencia de Marx: en todo caso de un cierto Marx: de su genio, de al menos uno de sus espíritus. Pues ésta será nuestra hipótesis o más bien nuestra toma de partido: hay más de uno, debe haber más de uno." — Jacques Derrida

"Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y les han sido legadas por el pasado. La tradición de todas las generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos. Y cuando éstos aparentan dedicarse precisamente a transformarse y a transformar las cosas, a crear algo nunca visto, en estas épocas de crisis revolucionaria es precisamente cuando conjuran temerosos en su auxilio los espíritus del pasado, toman prestados sus nombres, sus consignas de guerra, su ropaje, para, con este disfraz de vejez venerable y este lenguaje prestado, representar la nueva escena de la historia universal" Karl Marx

31/10/14

Indagando en los orígenes aristotélicos del pensamiento de Marx

“El hombre es por naturaleza un animal social” | Aristóteles
“Si el hombre es sociable por naturaleza, sólo en sociedad puede desarrollar su verdadera naturaleza, cuya fuerza debe ser medida, no con la del individuo particular, sino con la de la sociedad” | Karl Marx (1)
Aristóteles ✆ Raffaello 

Sofía Sanz Alonso   |   Veintitrés siglos después de su muerte, el genio de Aristóteles sigue aportando una luz esclarecedora y decisiva para comprensión de las ciencias sociales de ayer y de hoy. Parece indiscutible que el pensamiento de Aristóteles ha sido y sigue siendo uno de los fundamentales ejes rectores de la filosofía en Occidente y en parte de Oriente. Como supo apreciar en su día Dante, Aristóteles es maestro de los que saben y por tanto, también encontramos en Marx la impronta del filósofo ateniense. Por este motivo nos proponemos analizar, someramente algunos de los puntos de conexión que hemos podido observar en ambos pensadores, siguendo la estructura que presentamos a continuación.

1. El hombre como ser social

Para Aristóteles, el hombre es un zoon politikon, un animal social o político, en la medida en que necesita vivir en la polis, en la comunidad social y política para realizar sus propios fines: la vida buena, racional, virtuosa. De este modo, la comuni- dad se convierte en el “marco” necesario para que el hombre alcance sus fines: la ciudad subsiste (…) para el vivir bien. (2)

Pero también es importante resaltar la dimensión individual del hombre en el pensamiento de Aristóteles, puesto que el ideal más elevado, la vida teorética o contemplativa de la verdad, se sitúa en el ámbito del hombre individual. La vida racional se desarrolla, por tanto, a nivel individual, pero sólo es posible encomunidad (si no, uno se convierte en una bestia o en un dios). En definitiva, la felicidad a la que aspira el hombre, sólo se puede alcanzar a través del desarrollo de su naturaleza a la vez individual y social.

Esta doble dimensión también la encontramos en Marx. En primer lugar, la superación de la alienación de la sociedad capitalista implica el desarrollo del individuo social:
En esta transformación (…) [aparece como el pilar fundamental] la apropiación del hombre de su propia fuerza productiva universal, la comprensión y el dominio de la naturaleza por el conjunto de la sociedad;[supone] en resumen, el desarrollo del individuo social [el subrayado es nuestro]. Marx, Elementos fundamentales, 1857-1858, pág. 592 y sigs (3).
En segundo lugar (y unido a lo anterior), sólo en sociedad, el hombre puede, una vez destruidos todos los antagonismos, reencontrarse consigo mismo, autorrealizarse: sólo en sociedad puede [el hombre] desarrollar su verdadera naturaleza y por tanto, alcanzar sus fines. No obstante, ese retorno a su ser, ese retorno al hombre rico, dotado de todos sus sentidos (4) tiene también un carácter individual: es una libre expansión del individuo (5), pero de un individuo social:
A consecuencia de la transformación de la actividad individual en actividad inmediatamente general o social, los elementos materiales de la producción se despojan de esa forma de alienación. Estos elementos son puestos entonces como propiedad, como cuerpo social orgánico en el que los individuos se reproducen, por cierto, como seres aislados, pero también, al mismo tiempo, como seres sociales", Marx, Elementos fundamentales, 1857-1858, pág. 438 y sigs (6).
El individuo es ser social. La manifestación de su vida (…) es, por consiguiente, manifestación y afirmación de la vida social. Marx, Manuscritos, 1844; MEW, EB, I, pág. 538 y sigs (7).

2. Valor de uso y valor de cambio

Cada objeto de propiedad tiene un doble uso. Ambos son usos del mismo objeto, pero no de la misma manera; uno es propio del objeto y el otro no.

Por ejemplo, el uso de un zapato:
como calzado y como objeto de cambio. Aristóteles, Política, 1988, pág. 68
Aristóteles inaugura la distinción conceptual de valor de uso y valor de cambio, una distinción fundamental para todo sistema teórico de economía política hasta la época moderna. Así, aunque con importantes cambios en el contenido de su significado, esta división teórica, está presente tanto en los economistas clásicos como en Marx. De hecho, El Capital comienza explicando estos conceptos.

Para Marx, lo que constituye el valor de uso de un bien es la materialidad de la mercancía misma (8); y éste carácter de la mercancía no depende de que (…) cueste al hombre mucho o poco trabajo (9)elaborarla. El valor de uso es, por tanto, una magnitud cualitativa, que constituye el contenido material de la mercancía, cualquiera que sea la forma social de ésta.

Por el contrario, el valor de cambio aparece como una relación cuantitativa, [es] la proporción en que se cambian valores de uso por valores de uso de otra (10). Para ello, hay que reducirlos necesariamente a un algo común [el subrayado es nuestro] respecto al cual representan un más o un menos, un algo común que no puede consistir en una propiedad geométrica, física o química, ni en ninguna otra propiedad natural de las mercancías (11). Y es precisamente aquí, en la determinación de ese algo común donde se presentan las diferencias entre Marx y Aristóteles.

Para Aristóteles ese patrón común de medida del valor está vinculado a una cualidad subjetiva, vinculado a la satisfacción de necesidades:
Es por tanto, necesario que todos los bienes sean medidos por medio de un único patrón, como habíamos dicho más arriba. Y este patrón no es otro, en realidad, que la necesidad [el subrayado es nuestro], que es el vínculo universal (porque si los hombres no tuvieran necesidad de nada, o si sus necesidades no fueran parecidas, no habría ningún intercambio, o los intercambios serían diferentes). Aristóteles, Ética a Nicómaco, 1983; pág. 117
Por el contrario, para Marx, ese patrón común es representado por una magnitud objetiva: el trabajo abstracto empleado para la producción de mercancías: si prescindimos del valor de uso de las mercancías, éstas sólo conservan una cualidad: la de ser productos del trabajo (12); es decir, todas se pueden reducir al mismo trabajo humano, al trabajo humano abstracto. Por tanto, lo que determina la magnitud de valor (de cambio) de un objeto no es más que la cantidad de trabajo socialmente necesario (…) para su producción (13).

Aunque el valor de cambio revista la forma de dinero, la forma dinero es, únicamente, el reflejo en una sola mercancía de las relaciones de valor entre todas las mercancías (14), que son en trabajo abstracto. El dinero sólo es su forma específica de valor.

Además, el trabajo abstracto aparece en el modo de producción capitalista como una mercancía, una mercancía que posee la cualidad de ser fuente de valor y precisamente, más valor del que ésta misma posee; es decir, puede crear plusvalía (15). Para el capitalista, éste es el el valor de uso de la mercancía fuerza de trabajo, su capacidad para crear plusvalía, que utilizará como capital para que le rinda una nueva plusvalía (16):
El trabajo materializado se conserva e incrementa mediante la absorción de trabajo vivo, convirtiéndose en un valor que engendra valor (17): se convierte en capital y funciona como tal. Marx, Resultados, 1865; PL, EC, II, pág. 417 y sigs (18).
Por último, debemos resaltar que la magnitud de valor cambia (…) al cambiar la capacidad productiva del trabajo (19) y ésta depende de una serie de factores como la destreza del obrero, de los medios de producción, del nivel de progreso de la ciencia, la organización social del proceso de producción…

Un aumento de la productividad del trabajo modifica la cantidad de trabajo abstracto necesario para la producción de los mismos valores de uso que antes. Si disminuye el tiempo de trabajo necesario al introducir, por ejemplo, nueva tecnología, y la jornada de trabajo sigue siendo la misma, aumenta la plusvalía o el tiempo de trabajo gratuito para el capitalista. Siempre se requiere cierta cantidad de trabajo excedente para hacer frente a posibles contingencias y progresiva expansión del proceso de reproducción (llamado acumulación desde el punto de vista capitalista). (20)

Así pues, el capital procura constantemente suprimir el tiempo de trabajo necesario (por lo tanto, reducir al trabajador a un mínimo, es decir, a convertir su trabajo en una pura fuerza de trabajo viva) (21).

3. Economía frente a crematística. Capitalismo frente a comunismo

Aristóteles distingue dos modos de adquisición: la economía o administración de la casa y la crematística. La economía tiene por fin último la vida buena, racional, en definitiva, la felicidad humana, mientras que la crematística persigue únicamente la acumulación de una riqueza ilimitada (entendida como abundancia de dinero), persigue por tanto, el máximo lucro.

Aquí volvemos a encontrar un punto de conexión ente Marx y Aristóteles, en la medida en que Marx habla de modos de producción que forman parte de la prehistoria humana (22), cuya última forma antagónica es el capitalismo; y de una nueva formación social, la sociedad comunista, que supone la superación de todas las contradicciones inherentes a los modos de producción anteriores, permitiendo al hombre experimentar su propia humanidad (23) y desarrollar incondicionalmente todas sus potencialidades (24).

Por tanto, encontramos, tanto en Marx como en Aristotéles sendos modos de producción que permiten alcanzar los fines que cada autor considera inherentes a la naturaleza humana, y otros dos modos de producción (o de artes de adquisición, en términos aristotélicos), que suponen la negación de los anteriores fines. Veamos, a continuación con más detalle cada uno de ellos.
3.1 Crematística y modo de producción capitalista
“Ella parece tener por objeto el dinero”,  Aristóteles, Política, 1988; pág. 71
“La producción de plusvalía, el lucro: tal es la ley absoluta de este modo de producción”, Marx, El Capital, Volumen I
Aristóteles habla de tres formas de crematística: el comercio de compra y venta, que tiene por objeto el máximo lucro (25); la usura al que considera el más antinatural de todos los negocios, puesto que en ella, la ganancia procede del mismo dinero (y no de aquello para lo que éste se inventó) (26); y el trabajo asalariado. Comercio, bancos y trabajo asalariado: los tres pilares del capitalismo.

Éste último factor mencionado por Aristóteles, el trabajo asalariado, ocupará un lugar central en el pensamiento de Marx: el capital, pues, presupone el trabajo asalariado; el trabajo asalariado presupone el capital. Se presuponen mutuamente; cada uno de ellos origina al otro (27).

Consideremos ahora la cuestión de la riqueza en la crematística y en el capitalismo. La crematística persigue una riqueza sin límites, entendiendo riqueza como abundancia de dinero (28), por ello, según Aristóteles, no se da en esta clase de crematística un límite en su fin (29), ya que su fin, el máximo lucro, es por definición ilimitado. No es difícil encontrar aquí los puntos de conexión entre la crematística y las dinámicas de acumulación de capital:

El capital tiene como finalidad inmediata no el valor de uso, sino el valor en sí, que no puede realizar sin la apropiación directa del tiempo de plustrabajo,que constituye su riqueza [el subrayado es nuestro]. Marx, Elementos fundamentales, 1857-1858; pág. 592 y sigs (30).

Por ello, el capital tiende constantemente a crear más plustrabajo. Su fin, el del capitalismo es la acumulación misma de capital, una magnitud móvil que se amplía con la producción misma. Pero precisamente, esta tendencia hacia la universalidad a la que el capital tiende sin cesar (31) para expandirse al máximo, encierra en sí misma los límites, que en determinada etapa de su desarrollo histórico lo impulsarán a su autodestrucción.

Por otra parte, esta riqueza ilimitada de dinero que persigue la crematística es, según Aristóteles, justamente censurada, pues no es conforme a la naturaleza, sino a expensas de otros, el individuo trabajador se aliena a sí mismo (…) para servir al enriquecimiento de otro a costa de su propia miseria (33).

Esto, que para Aristóteles es antinatural, en Marx se traduce en alienación. Explicaremos, a continuación, brevemente el signficado de alienación.

El trabajo es alienador en primer lugar, porque es un trabajo que se realiza para otra persona, no pertenece al propio trabajador, sino que pertenece a otro. El obrero pone su vida en el trabajo, pero el trabajo no es para él, adquiere una existencia propia, es independiente de él, es ajeno a su persona (34). En el proceso de acumulación (autovalorización) del capital, el trabajador crea valor, pero un valor que le es extraño, es ajeno a él, no es para él y por ello supone un proceso de empobrecimiento del obrero:su vida es el sacrificio de su vida (…) en su producción, produce su aniquilación (35).

En segundo lugar, es alienador porque el obrero no se realiza con su trabajo, el trabajo es exterior al obrero, no constituye una parte de su naturaleza; el trabajo en sí mismo no es la satisfacción de una necesidad, sino un medio para satisfacer otras necesidades. En lugar de ser la esencia del hombre, es puro medio para su subsistencia. De este modo, la producción de la vida material (el trabajo) y la actividad personal, divergen tanto la una de la otra, que parece que la vida del trabajador es todo aquello que hace fuera de su trabajo. Por ello Marx considera que el trabajo es una actividad negativa de la actividad personal. Actividad laboral y autorrealización no sólo no coinciden, sino que divergen de tal forma que cuanto más intensamente trabaja, más pobre es su vida interior y menos se pertenece a sí mismo; el obrero sólo se encuentra a sí mismo fuera de su trabajo (36), y en consecuencia, se niega a sí mismo cuando está en él.

Podríamos decir, por tanto, que el trabajo es alienador en la medida en que el hombre no alcanza sus fines en cuanto a hombre, no vive de acuerdo con lo que Marx considera su naturaleza humana: la economía capitalista considera una forma alienada de relación social como la forma verdadera y original, la forma que corresponde a la naturaleza humana- (37)

Por lo tanto, en el modo de producción capitalista se niega, se equivoca, se invierte la auténtica naturaleza del hombre, puesto que ésta aparece de forma alienada; es más, se presenta, falsamente, como la verdadera naturaleza humana.

Por último, Marx y Aristóteles coinciden en el papel que le atribuyen al dinero. Ya hemos visto como la acumulación ilimitada de riqueza, entendida como dinero, es para Aristóteles el fin de la crematística; es decir, el dinero y su incremento, se convierten en este arte de adquisición, en un fin en sí mismo y no un medio para el intercambio. Lo mismo sucede en el capitalismo, en el que, el dinero, convertido en capital, se convierte también en fin en sí mismo: con capital se compra la mercancía fuerza de trabajo, de la que se extrae plusvalor, que a su vez, se vuelve a transformar en capital, pero un capital incrementado con respecto al inicial (K-M-K+): el capital es trabajo muerto que, como vampiro, sólo se nutre chupando trabajo vivo y cuya vida es más pletórica cuanto más chupa (38). El capital, por tanto, se conserva e incrementa absorbiendo trabajo vivo.

En el modo de producción capitalista, se produce únicamente para obtener plusvalía, para expandir el capital inicial. el capital tiene como finalidad inmediata no el valor de uso, sino el valor en sí [...], que constituye su riqueza.

Además, el dinero , este esclavo amarillo, prostituta de la humanidad como lo califica Shakespeare (39), cumple una función alienadora en el capitalismo: la perversión y confusión de todas las cualidades humanas y naturales, la conciliación de incompatibles, ésta es la fuerza divina del dinero, es la de una esencia como esencia del hombre enajenada…el dinero es la riqueza de la humanidad en forma extrañada (40).
3.2. Economía y comunismo 
“Cosas distintas son la crematística y la riqueza según la naturaleza”, Aristóteles, Política, 1988, pág. 71
“El comunismo como superación positiva de la propiedad privada, y por tanto, de la autoalienación humana, significa la apropiación real de la naturaleza humano por y para el hombre (…) Es el retorno completo del hombre a sí mismo en tanto ser social, vale decir, como ser humano”, Marx, Manuscritos, 1844; MEW, EB, I, pág. 533 y sigs (41).
Tanto la economía aristotélica como el comunismo comparten el hecho de ser los modos de producción que para cada autor permiten al hombre alcanzar sus fines.

Por una parte, la crematística, arte de adquisición natural para los que administran la casa y la ciudad, tiene por fin último la vida racional, fin de los hombres. Para ello, subsiste con objeto de completar la autosuficiencia natural de los hombres:

Debe facilitar o bien procurar que exista el almacenamiento de aquellas cosas necesarias para la vida y útiles para la comunidad de una ciudad o de una casa,[puesto que] la verdadera riqueza proviene de éstos.Aristóteles, Política, 1988, pág. 67

Pero es ésta, una riqueza limitada, ya que está relacionada con lo necesario para la vida buena y virtuosa, con la autosuficiencia del hombre. Por ello, aunque pueda compartir medios como el comercio o el dinero con la crematística, no comperte fines. Es decir, mientras en la crematística el comercio sirve como un medio para acumular la máxima cantidad de dinero, en la economía el intercambio sólo se utiliza para completar autosuficiencia humana y el dinero únicamente cumple una función de mediación para el intercambio, pero no es el objeto del mismo (que es la autosuficiencia y en última instancia, la vida racional). Por tanto, aunque ambas, economía y crematística utilicen el mismo medio, se distinguen por los fines que persiguen: vida buena, una y máximo lucro, la segunda.

En definitiva, de los dos artes de adquisición que distingue Aristóteles, uno es por naturaleza y otro es antinatural; uno permite al hombre realizar sus fines y el otro no.

Este mismo esquema lo vemos, en esencia, repetido en Marx cuando habla de modos de producción alienadores, negadores de la naturaleza humana y de una nueva formación social, una nueva sociedad en la que el hombre se despoja de toda alienación y se reencuentra con su verdadera naturaleza en el reino de la libertad (42), donde la producción será calculada con miras a la riqueza de todos (43) y el tiempo de trabajo necesario se adecuará (…) a las necesidades del individuo social (44).

Como resultado de la tendencia al desarrollo de las fuerzas productivas materiales en el capitalismo, se crearán al mismo tiempo las condiciones objetivas y subjetivas para su destrucción. Cuando esto suceda, cuando se haya abolido la propiedad privada de los medios de producción y por tanto, se hayan superado todos los antagonismos, cuando el trabajo no sea únicamente un medio de vida, sino la primera necesidad vital (45), cuando el hombre haya organizado el mundo humanamente y el trabajo vuelva a ser su esencia; sólo entonces se constituirá la base material de un sociedad humana libre en la que el hombre reencontrado con su verdadera naturaleza humana, podrá autorrealizar su individualidad como un hombre total (46).
4. Conclusión: La importancia de los fines 
“Todo arte y toda investigación científica, lo mismo que toda acción y elección, parecen tender a algún bien”, Aristóteles, Ética a Nicómaco, 1983, pág. 1
Lo que resume, en definitiva, el aristotelismo de Marx, es el lugar central que otorga (aunque no de una manera explícita) a los fines. Son éstos de una importancia crucial en la teoría de Marx, no sólo en su concepción de la historia, sino en toda la dimensión ética y social de su pensamiento. Ahora bien, estos fines humanos tienen un carácter histórico y social determinado, no son fines ni ideales platónicos; son, en definitiva, fines que se deben alcanzar mediante la transformación revolucionaria consciente del hombre deshumanizado, a través de la praxis, que tendrá como resultado la recuperación de su verdadera naturaleza.

Lo que permite distinguir a Marx entre modos de producción prehistóricos y la sociedad comunista, que supone la ruptura total con lo anterior, es el hecho de que los primeros niegan los que considera los verdaderos fines del hombre, su auténtica humanidad, su naturaleza, que se materializará en la sociedad comunista. El capitalismo, como última forma antagónica, es visto, por tanto, como la negación de todos los valores que caracterizan a la naturaleza humana.

Por el contrario, la consideración del comunismo como humanismo, nos indica cual que es la verdadera naturaleza del ser humano y por tanto, el fin al que deben tender los hombres, para lo cual es necesario la abolición del régimen del capital, cúspide de la inhumanidad (47), separación de todo lo humano.

Comunismo-capitalismo es, por tanto, la oposición entre humanismo y negación de lo humano; entre el retorno del hombre a sí mismo y alienación; entre el deber ser, y lo que es; entre el ideal y la realidad que debe ser transformada.

En resumidas cuentas, a mi parecer, aquí se encuentra el fundamental legado aristotélico de Marx. Ambos comparten una visión teleológica de la naturaleza humana; eso sí, en Marx existe junto a otra dimensión descriptiva, analítica e histórica, que otorga al marxismo su carácter científico. Al igual que en el maestro griego, cuya teoría gira en torno a los fines (todo existe en la medida en que es fin), para Marx, es la adecuación a los fines del hombre lo que hace del comunismo afirmación (48), porque es la negación de la negación; es la negación del capitalismo, aniquilador de la verdadera esencia humana. Son estos fines, los del ser humano, los que impulsan a Marx a formular toda una compleja teoría que desvela las contradicciones del modo de producción capitalista para forjar uno nuevo; son estos fines los que impulsan a transformar el mundo en un mundo humano; un mundo en el que el interés privado del hombre se confunda con el interés humano y en el que la producción tenga por objeto la riqueza de todos.

Notas

(1) En: RUBEL, M. (ed); Páginas escogidas de Marx para una ética socialista, Volumen 2: Revolución y socialismo; Buenos Aires, Amorrutu Editores, 1970; pp. 209-210
(2) ARISTÓTELES, Política (traducción y notas de GARCÍA VALDÉS, Manuela), Madrid, Biblioteca Básica Gredos, 1988; pág. 49
(3) En: RUBEL, M. (ed); op. Cit.; pág. 239
(4) MARX, Manuscritos, 1844; MEW, EB, I, pág. 538 y sigs.; en: RUBEL, M. (ed); op. Cit.; pág. 219
(5) MARX, Elementos fundamentales, 1857-1858, pág. 592 y sigs.; en: RUBEL,M. (ed); op. Cit.; pág. 239
(6) En: RUBEL, M. (ed); op. Cit; pág. 46
(7) En: RUBEL, M. (ed); op. Cit.; pág. 219
(8) MARX, Karl; El capital, crítica de la economía política, Volumen I; México, Fondo de Cultura Económica; 1968; pág. 4
(9) Idem
(10) Idem
(11) Idem; pág.5
(12) MARX, Karl; El capital, crítica de la economía política, Volumen I; México, Fondo de Cultura Económica; 1968; pág.5
(13) Idem; pág. 7
(14) Idem; pag. 96-97
(15) El tiempo de trabajo del obrero se divide en trabajo necesario, tiempo en el que reproduce el valor de su fuerza de trabajo, y en trabajo adicional o plustrabajo, tiempo en el que genera plusvalía. Es decir, la plusvalía es el valor que el trabajo del obrero asalariado crea después de cubrir el valor de su fuerza de trabajo. Por ejemplo, si un trabajador emplea 10 horas de trabajo para producir 20x y recibe como salario el equivalente a 10x Tarda 5 horas en producir esta cantidad), se diría que el trabajo socialmente necesario de ese trabajador son cinco horas y durante las cinco horas restantes de su jornada está produciendo plusvalía para el capitalista.
(16) Por ello, sostiene Marx que la producción de plusvalia es el principal resorte que mueve el desarrollo de las fuerzas productivas bajo el capitalismo
(17) El trabajo creador de valor de cambio se caracteriza finalmente por el hecho de que las relaciones sociales entre personas, por así decirlo, se presentan invertidas, como relación social entre las cosas. (MARX, Contribución a la crítica de la economía política, pág. 23; citado en: RUBIN, Isaak I.; Ensayos sobre la teoría marxista del valor; Buenos Aires, Cuadernos de Pasado y Presente, 1974) . Es decir, las relaciones de producción en el capitalismo revisten la forma de relación entre cosas. Esto es denominado fetichismo del capital.
(18) En: RUBEL, M. (ed); op. Cit; pág. 47
(19) MARX, Karl; El capital, crítica de la economía política, Volumen I; México, Fondo de Cultura Económica; 196; pág. 7
(20) MARX, Karl; El capital, crítica de la economía política, Volumen III; pág. 871 y sigs.; en: MARX, K.; Sociología y filosofía social; Barcelona, Ediciones Península; 1978; pág. 177
(21) MARX, Elementos fundamentales, 1857-1858, pág. 715 y sigs.; en: RUBEL, M. (ed); op. Cit; pág. 44
(22) MARX: “Prólogo a la contribución de la economía política”, en Introducción General a la crítica de la economía política. 1857 , México, Pasado y Presente, 1984; pp. 66-68
(23) MARX, La Sagrada Familia, 1845; MEW, II; pág. 138; en: RUBEL, M. (ed); op. Cit; pág. 209
(24) MARX, Karl; El capital, crítica de la economía política, Volumen III; pág. 871 y sigs.; en: MARX, K., Sociología y filosofía social; Barcelona, Ediciones Península; 1978; pág. 279
(25) ARISTÓTELES, Política (traducción y notas de GARCÍA VALDÉS, Manuela), Madrid, Biblioteca Básica Gredos, 1988; pág. 70
(26) Idem; pág. 74
(27) TAC (1849) MEGA I/6; pág. 485; en: MARX, K., Sociología y filosofía social; Barcelona, Ediciones Península; 1978; pág. 168
(28) ARISTÓTELES, Política (traducción y notas de GARCÍA VALDÉS, Manuela), Madrid, Biblioteca Básica Gredos, 1988; pág. 70
(29) Idem; pág. 71
(30) En: RUBEL, M. (ed); op. Cit; pág. 240
(31) MARX, Elementos fundamentales, 1857-1858; pág. 311 y sigs.; en: RUBEL, M. (ed); op. Cit; pp.199-200
(32) ARISTÓTELES, Política, Op. Cit.; pág. 74
(33) MARX, Elementos fundamentales, 1857-1858; pág. 438 y sigs.; en: RUBEL, M. (ed); op. Cit.; pp. 43-44
(34) MEF (1844) MEGA, I/3, pp.83-84, en: MARX, K., Sociología y filosofía social; Barcelona, Ediciones Península; 1978; pág. 192
(35) MARX, Manuscritos, 1844; MEW, EB, I, pág. 450 y sigs.; en: RUBEL, M. (ed); op. Cit; pág. 210
(36) Todas las anteriores en: MEF (1844) MEGA, I/3, pp.83-86; en: MARX, K., Sociología y filosofía social; Barcelona, Ediciones Península; 1978; pp. 191-192
(37) MARX, Estudios económicos de los cuadernos de notas de Marx (1844-1845) MEGA I/3, pp. 536-537; en: MARX, K., Sociología y filosofía social; Barcelona, Ediciones Península; 1978; pág. 193
(38) MARX, El Capital; citado en: ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA URSS. INSTITUTO DE ECONOMÍA; Manual de Economía Política; México, Grijalbo, 1956
(39) Citado en: MARX, K.; Manuscritos de París. Anuarios franco-alemanes 1844; Barcelona, Crítica (Grupo Editorial Grijalbo); 1978; pág. 406
(40) Ídem; pág. 408
(41) En: RUBEL, M. (ed); Op. Cit; pg. 222
(42) MARX, El capital, Volumen III; en: MARX, K., Sociología y filosofía social; Barcelona, Ediciones Península; 1978; pág. 278
(43) MARX, Elementos fundamentales, 1857-1858, pág. 592 y sigs.; en: RUBEL, M. (ed); Op. Cit; pág. 241
(44) Ídem; pág. 240
(45) CPG (1875); en: MARX, K., Sociología y filosofía social; Barcelona, Ediciones Península; 1978; pág. 282
(46) MARX, Manuscritos, 1844; MEW, EB, I, pág. 538 y sigs.; en: RUBEL, M. (ed); Op. Cit; pág. 219
(47) MARX, La Sagrada Familia; citado en: RUBIN, Isaak I.; Ensayos sobre la teoría marxista del valor; Buenos Aires, Cuadernos de Pasado y Presente, 1974
(48) MARX, Manuscritos, 1844; MEW, EB, I, pág. 544 y sigs.; en: RUBEL, M. (ed); Op. Cit; pág. 223

Bibliografía
Bibliografía básica
ARISTÓTELES, Ética Nicomaquea (versión y notas de GÓMEZ ROBLEDO, Antonio), México, UNAM, 1983
ARISTÓTELES, Política (traducción y notas de GARCÍA VALDÉS, Manuela), Madrid, Biblioteca Básica Gredos, 1988
MARX, Karl; El capital, crítica de la economía política, Volumen I; México, Fondo de Cultura Económica; 1968
MARX, K.; Sociología y filosofía social; Barcelona, Ediciones Península; 1978 ( título orig.: Selected Writings in sociology and social philosophy; selección de textos de T.B Bottomore y M. Rubel)
MARX, K.; Manuscritos de París. Anuarios franco-alemanes 1844; Barcelona, Crítica (Grupo Editorial Grijalbo); 1978
RUBEL, M. (ed); Páginas escogidas de Marx para una ética socialista, Volumen 2: Revolución y socialismo; Buenos Aires, Amorrutu Editores, 1970
Bibliografía complementaria
ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA URSS. INSTITUTO DE ECONOMÍA; Manual de Economía Política; México, Grijalbo, 1956
BECKER, W.; La teoría marxista del valor, Barcelona, Editorial Alfa, 1972
BIANCHI, M., La teoría del valor desde los clásicos a Marx; Comunicación, Serie B, 1976
RUBIN, Isaak I.; Ensayos sobre la teoría marxista del valor; Buenos Aires, Cuadernos de Pasado y Presente, 1974
SCHMITT, Alfred; El concepto de naturaleza en Marx, Madrid, Biblioteca del Pensamiento Socialista, 1977
 





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Todo lo sólido se desvanece en el aire; todo lo sagrado es profano, y los hombres, al fin, se ven forzados a considerar serenamente sus condiciones de existencia y sus relaciones recíprocasKarl Marx

Not@s sobre Marx, marxismo, socialismo y la Revolución 2.0

— Notas notables
Cecilia Feijoo: Apuntes sobre el Concepto de Revolución Burguesa en Karl Marx — Red Diario Digital
Moishe Postone: Il compito della teoria critica oggi: Ripensare la critica del capitalismo e dei suoi futuri — Blackblog Franco Senia
Pierre-Yves Quiviger: Marx ou l'élimination des inégalités par la révolution — Le Point
Hernán Ouviña: Indigenizar el marxismo — La Tinta
Emmanuel Laurentin: Les historiens américains et Karl Marx — France Culture
Adèle Van Reeth: Le Capital de Karl Marx: La fabrique de la plus-value — France Culture
Manuel Martínez Llaneza: Reproches a Marx acerca de El Capital (Bajo la égida de Friedrich Engels) — Rebelión
Victoria Herrera: Marx y la historia — Buzos
Alejandro F. Gutiérrez Carmona: La vigencia del pensamiento marxista — Alianza Tex
Víctor Arrogante: El Capital y las aspiraciones de la clase trabajadora — Nueva Tribuna
Mauricio Mejía: Karl Marx, el poeta de la mercancía — El Financiero
Emmanuel Laurentin: Karl Marx à Paris: 1843-1845 — France Culture
Jacinto Valdés-Dapena Vivanco: La teoría marxista del Che Guevara — Bohemia
Aldo Casas: El marxismo como herramienta para la lucha — La necesidad de la formación en la militancia — La Tinta
Evald Vasiliévich Iliénkov: La dialéctica de lo abstracto y lo concreto en El Capital de Marx — Templando el Acero
Vincent Présumey: Suivi des écrits de Karl Marx / 1837-1848 - Part I, Part II, Part III & Part IV — Mediapart
Roman Rosdolky: Marx ésotérique et Marx exotérique — Palim Psao
Lepotier: Marx, Marxisme, Cui bono? — Bella Ciao
Andrea Vitale: La critica di Pareto a Marx: una abborracciatura — Operai e Teoria
Annelie Buntenbach: Marx provides us with a glimpse behind the scenes of capitalism — Marx 200
Antoni Puig Solé: La Ley del Valor y la ecología en Marx — Lo que somos
Vladimiro Giacché: Note sui significati di "Libertà" nei Lineamenti di Filosofia del Diritto di Hegel — Il Comunista
Salvador López Arnal: Manuel Sacristán (1925-1985) como renovador de las tradiciones emancipatorias — Rebelión
Paúl Ravelo Cabrera: Marx, Derrida, el Gesto Político y la supercapitalización mundial — Scribb
Dino Greco: In difesa del marxismo — Sollevazione
Alberto Quiñónez: Arte, praxis y materialismo histórico — Rebelión
Josefina L. Martínez: Feminismo & Socialismo marxista - Eleanor Marx, la cuestión de la mujer y el socialismo — Rebelión
John Bellamy Foster: Marx y la fractura en el metabolismo universal de la naturaleza — Scribb
José Manuel Bermudo Ávila: Concepto de Praxis en el joven Marx — Scribb
Carlos Oliva Mendoza: Adolfo Sánchez Vázquez: ¿marxismo radical o crítica romántica? — InfoLibre
Bernardo Coronel: ¿El marxismo es una ciencia? — La Haine
Sylvain Rakotoarison: Le capitalisme selon Karl Marx — Agora Vox

— Notas y comentarios sobre El Capital
António Ferraz: Os 150 anos do livro ‘O Capital’, de Karl Marx — Correio do Minho
Horacio Tarcus: Traductores y editores de la “Biblia del Proletariado” - Parte I & Parte II — Memoria
Emmanuel Laurentin: Le Capital, toujours utile pour penser la question économique et sociale? — France Culture
J.M. González Lara: 150 años de El Capital — Vanguardia
Roberto Giardina: Il Capitale di Marx ha 150 anni — Italia Oggi
Alejandro Cifuentes: El Capital de Marx en el siglo XXI — Voz
Marcela Gutiérrez Bobadilla: El Capital, de Karl Marx, celebra 150 años de su edición en Londres — Notimex
Mario Robles Roberto Escorcia Romo: Algunas reflexiones sobre la vigencia e importancia del Tomo I de El Capital — Memoria
Antoni Puig Solé: El Capital de Marx celebra su 150° aniversario — Lo que Somos
Jorge Vilches: El Capital: el libro de nunca acabar — La Razón
Carla de Mello: A 150 años de El Capital, la monumental obra de Karl Marx — Juventud Socialista del Uruguay
Rodolfo Bueno: El Capital cumple 150 años — Rebelión
Diego Guerrero: El Capital de Marx y el capitalismo actual: 150 años más cerca — Público
José Sarrión Andaluz & Salvador López Arnal: Primera edición de El Capital de Karl Marx, la obra de una vida — Rebelión
Sebastián Zarricueta: El Capital de Karl Marx: 150 años — 80°
Marcello Musto: La durezza del 'Capitale' — Il Manifesto
Esteban Mercatante: El valor de El Capital de Karl Marx en el siglo XXI — Izquierda Diario
Michael Roberts: La desigualdad a 150 años de El Capital de Karl Marx — Izquierda Diario
Ricardo Bada: El Capital en sus 150 años — Nexos
Christoph Driessen: ¿Tenía Marx razón? Se cumplen 150 años de edición de El Capital — El Mundo
Juan Losa: La profecía de Marx cumple 150 años — Público
John Saldarriaga: El Capital, 150 años en el estante — El Colombiano
Katia Schaer: Il y a 150 ans, Karl Marx publiait ‘Le Capital’, écrit majeur du 20e siècle — RTS Culture
Manuel Bello Hernández: El Capital de Karl Marx, cumple 150 años de su primera edición — NotiMex
Ismaël Dupont: Marx et Engels: les vies extravagantes et chagrines des deux théoriciens du communisme! — Le Chiffon Rouge
Jérôme Skalski: Lire Le Capital, un appel au possible du XXIe siècle - L’Humanité
Sebastiano Isaia: Il Capitale secondo Vilfredo Pareto — Nostromo

— Notas y reportajes de actualidad
Román Casado: Marx, Engels, Beatles, ese es el ritmo de Vltava — Radio Praga
María Gómez De Montis: El Manifiesto Comunista nació en la Grand Place — Erasmus en Flandes
Enrique Semo: 1991: ¿Por qué se derrumbó la URSS? — Memoria
Michel Husson: Marx, un économiste du XIXe siècle? A propos de la biographie de Jonathan Sperber — A L’Encontre
César Rendueles: Todos los Marx que hay en Marx — El País
Alice Pairo: Karl Marx, Dubaï et House of cards: la Session de rattrapage — France Culture
Sebastián Raza: Marxismo cultural: una teoría conspirativa de la derecha — La República
Samuel Jaramillo: De nuevo Marx, pero un Marx Nuevo — Universidad Externado de Colombia
Sergio Abraham Méndez Moissen: Karl Marx: El capítulo XXIV de El Capital y el “descubrimiento” de América — La Izquierda Diario
Joseph Daher: El marxismo, la primavera árabe y el fundamentalismo islámico — Viento Sur
Francisco Jaime: Marxismo: ¿salvación a través de la revolución? — El Siglo de Torreón
Michel Husson: Marx, Piketty et Aghion sur la productivité — A l’encontre
Guido Fernández Parmo: El día que Marx vio The Matrix — Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires
Cest: Karl Marx y sus "Cuadernos de París" toman vida con ilustraciones de Maguma — El Periódico
Leopoldo Moscoso: 'Das Kapital': reloading... — Público
Laura "Xiwe" Santillan: La lucha mapuche, la autodeterminación y el marxismo — La Izquierda Diario
José de María Romero Barea: Hölderlin ha leído a Marx y no lo olvida — Revista de Letras
Ismaël Dupont: Marx et Engels: les vies extravagantes et chagrines des deux théoriciens du communisme! — Le Chiffon Rouge Morlai
Francisco Cabrillo: Cómo Marx cambió el curso de la historia — Expansión
El “Dragón Rojo”, en Manchester: Cierran el histórico pub donde Marx y Engels charlaban "entre copa y copa" — BigNews Tonight
Marc Sala: El capitalismo se come al bar donde Marx y Engels debatían sobre comunismo — El Español

— Notas sobre debates, entrevistas y eventos
Fabrizio Mejía Madrid: Conmemoran aniversario de la muerte de Lenin en Rusia — Proceso
Segundo Congreso Mundial sobre Marxismo tendrá lugar en Beijing — Xinhua
Debate entre Andrew Kliman & Fred Moseley — Tiempos Críticos
David McNally & Sue Ferguson: “Social Reproduction Beyond Intersectionality: An Interview” — Marxismo Crítico
Gustavo Hernández Sánchez: “Edward Palmer Thompson es un autor que sí supo dar un giro copernicano a los estudios marxistas” — Rebelión
Alberto Maldonado: Michael Heinrich en Bogotá: El Capital de Marx es el misil más terrible lanzado contra la burguesía — Palabras al Margen
Leonardo Cazes: En memoria de Itsván Mészáros — Rebelión (Publicada en O Globo)
Entrevista con István Mészáros realizada por la revista persa Naghd’ (Kritik), el 02-06-1998: “Para ir Más allá del Capital” — Marxismo Crítico
Rosa Nassif: “El Che no fue solo un hombre de acción sino un gran teórico marxista” Agencia de Informaciones Mercosur AIM
Entrevista a Juan Geymonat: Por un marxismo sin citas a Marx — Hemisferio Izquierdo
Juliana Gonçalves: "El Capital no es una biblia ni un libro de recetas", dice José Paulo Netto [Português ] — Brasil de Fato
Entrevista a Michael Heinrich: El Capital: una obra colosal “para desenmascarar un sistema completo de falsas percepciones” — Viento Sur
Alejandro Katz & Mariano Schuster: Marx ha vuelto: 150 años de El Capital. Entrevista a Horacio Tarcus — La Vanguardia
Salvador López Arnal: Entrevista a Gustavo Hernández Sánchez sobre "La tradición marxista y la encrucijada postmoderna" — Rebelión
Jorge L. Acanda: "Hace falta una lectura de Marx que hunda raíces en las fuentes originarias del pensamiento de Marx" — La Linea de Fuego

— Notas sobre Lenin y la Revolución de Octubre
Guillermo Almeyra: Qué fue la Revolución Rusa — La Jornada
Jorge Figueroa: Dos revoluciones que cambiaron el mundo y el arte — La Gaceta
Gilberto López y Rivas: La revolución socialista de 1917 y la cuestión nacional y colonial — La Jornada
Aldo Agosti: Repensar la Revolución Rusa — Memoria
Toni Negri: Lenin: Dalla teoria alla pratica — Euronomade
Entretien avec Tariq Ali: L’héritage de Vladimir Lénine — Contretemps
Andrea Catone: La Rivoluzione d’Ottobre e il Movimento Socialista Mondiale in una prospettiva storica — Marx XXI
Michael Löwy: De la Revolución de Octubre al Ecocomunismo del Siglo XXI — Herramienta
Serge Halimi: Il secolo di Lenin — Rifondazione Comunista
Víctor Arrogante: La Gran Revolución de octubre — El Plural
Luis Bilbao: El mundo a un siglo de la Revolución de Octubre — Rebelión
Samir Amin: La Revolución de Octubre cien años después — El Viejo Topo
Luis Fernando Valdés-López: Revolución rusa, 100 años después — Portaluz
Ester Kandel: El centenario de la Revolución de octubre — Kaos en la Red
Daniel Gaido: Come fare la rivoluzione senza prendere il potere...a luglio — PalermoGrad
Eugenio del Río: Repensando la experiencia soviética — Ctxt
Pablo Stancanelli: Presentación el Atlas de la Revolución rusa - Pan, paz, tierra... libertad — Le Monde Diplomatique
Gabriel Quirici: La Revolución Rusa desafió a la izquierda, al marxismo y al capitalismo [Audio] — Del Sol

— Notas sobre la película “El joven Karl Marx”, del cineasta haitiano Raoul Peck
Eduardo Mackenzie:"Le jeune Karl Marx ", le film le plus récent du réalisateur Raoul Peck vient de sortir en France — Dreuz
Minou Petrovski: Pourquoi Raoul Peck, cinéaste haïtien, s’intéresse-t-il à la jeunesse de Karl Marx en 2017? — HuffPost
Antônio Lima Jûnior: [Resenha] O jovem Karl Marx – Raoul Peck (2017) — Fundaçâo Dinarco Reis
La película "El joven Karl Marx" llegará a los cines en el 2017 — Amistad Hispano-Soviética
Boris Lefebvre: "Le jeune Karl Marx": de la rencontre avec Engels au Manifeste — Révolution Pernamente

— Notas sobre el maestro István Mészáros, recientemente fallecido
Matteo Bifone: Oltre Il Capitale. Verso una teoria della transizione, a cura di R. Mapelli — Materialismo Storico
Gabriel Vargas Lozano, Hillel Ticktin: István Mészáros: pensar la alienación y la crisis del capitalismo — SinPermiso
Carmen Bohórquez: István Mészáros, ahora y siempre — Red 58
István Mészáros: Reflexiones sobre la Nueva Internacional — Rebelión
Ricardo Antunes: Sobre "Más allá del capital", de István Mészáros — Herramienta
Francisco Farina: Hasta la Victoria: István Mészáros — Marcha
István Mészáros in memoriam : Capitalism and Ecological Destruction — Climate & Capitalism.us