"No hay porvenir sin Marx. Sin la memoria y sin la herencia de Marx: en todo caso de un cierto Marx: de su genio, de al menos uno de sus espíritus. Pues ésta será nuestra hipótesis o más bien nuestra toma de partido: hay más de uno, debe haber más de uno." — Jacques Derrida

"Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y les han sido legadas por el pasado. La tradición de todas las generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos. Y cuando éstos aparentan dedicarse precisamente a transformarse y a transformar las cosas, a crear algo nunca visto, en estas épocas de crisis revolucionaria es precisamente cuando conjuran temerosos en su auxilio los espíritus del pasado, toman prestados sus nombres, sus consignas de guerra, su ropaje, para, con este disfraz de vejez venerable y este lenguaje prestado, representar la nueva escena de la historia universal" Karl Marx

4/11/13

El ‘Testamento Político’ de Engels | La cuestión de la autonomía de la Política según el marxismo

Ariel Mayo  |  [...] Las derrotas sufridas por el movimiento obrero en el período comprendido entre las décadas del 70 y el 90 del siglo pasado acarrearon, en el plano de la teoría del Estado, un retroceso hacia concepciones que rechazan la lucha de clases como fundamento de la política y que conciben al Estado como un ente neutral, capaz de conducir a la sociedad rumbo a la “justicia social”. La democracia es elevada al rango de remedio universal para todos los problemas sociales. En este contexto, todas las obras que “huelan a clase social”, que utilicen ese concepto para caracterizar los procesos políticos, son condenadas al olvido. En nombre del respeto a la pluralidad es canonizado un pensamiento que ignora prolijamente la realidad de desigualdad, de opresión y de sometimiento que padecemos todos los días. El progresismo hace un elogio del lugar común y combate la desigualdad en las palabras, mientras la fortalece en los hechos. El capitalismo es convertido en el estado natural de la humanidad y la explotación es aceptada como algo que no se puede remediar.

 Volver a leer a los clásicos (¡tantas veces se ha dicho esta frase!) significa adoptar un punto de partida que arranca en el reconocimiento de la existencia de las clases sociales como hecho primordial para analizar los procesos políticos. Ni más ni menos. Lejos de leerlos en búsqueda de una receta universal para los problemas de nuestra época, su lectura nos proporciona pistas para orientarnos en el mundo dominado por el capital, con la certeza de que esa lectura es sólo el comienzo y no el final de la crítica de la realidad. Los clásicos del marxismo, así como otros autores que han abordado la relación entre el Estado, la política y las clases desde diferentes perspectivas teóricas, se encuentran al comienzo del camino, no en la línea de llegada. Los dogmatismos pueden ser buenos para las iglesias, no así para los trabajadores.

Engels y la discusión de la autonomía de la política en la “Introducción de 1895”

La ‘Introducción’ de Friedrich Engels (1820-1895) a ‘Las luchas de clases en Francia’ de Karl Marx (1818-1883) ha sido calificada de verdadero “testamento político” del primero (1). Es un documento dirigido a la socialdemocracia alemana; por tanto, su lectura exige, para su cabal comprensión, cierto conocimiento de la situación del partido alemán en 1895 (en especial, de las tensiones existentes al interior de éste). En este trabajo no voy a ahondar en esta cuestión, ni tampoco propondré un análisis del modo en que Engels caracteriza al libro de Marx. En otro lugar haré un comentario de Las luchas de clases; esta postura puede justificarse a partir del mismo Engels, quien en la ‘Introducción’ se concentra en el período posterior a las Revoluciones de 1848.

La ‘Introducción’ gira en torno a la idea de que los cambios en la estructura económica permiten explicar las transformaciones en la política. Así, las Revoluciones de 1848 son consecuencia de la crisis comercial de 1846, en tanto que su derrota es efecto del ascenso económico experimentado a partir de 1848.
“El trabajo que aquí reeditamos fue el primer ensayo de Marx para explicar un fragmento de la historia contemporánea mediante su concepción materialista, partiendo de la situación económica existente.” (p. 9).
¿En qué consiste el mecanismo explicativo empleado por Marx?
“…se trataba de poner de manifiesto, a lo largo de una evolución de varios años, tan crítica como típica para toda Europa, el nexo causal interno; se trataba pues de reducir, siguiendo la concepción del autor, los acontecimientos políticos a efectos de causas, en última instancia económicas.” (p. 9-10).
Desde el punto de vista engelsiano, la política no es autónoma. Esto significa que el político no crea la realidad a gusto, sino que el menú de opciones de que dispone se encuentra limitado por las condiciones económicas con las que se encuentra (2). El político puede elegir, más no puede elegir cualquier cosa. Esto, y no otra cosa, es la “concepción materialista de la historia”. 

Es cierto que pasajes como el que hemos citado abonan la tesis de que el marxismo es un reduccionismo económico. Dicha tesis implica el desconocimiento de la concepción marxista del proceso de producción. A este respecto conviene tener presente la conocida afirmación del Manifiesto de que “la historia de todas las sociedades es la historia de la lucha de clases” (3). El énfasis en el papel de la economía no debe ser tomado como la negación de la lucha de clases, sino como un recordatorio de que esa lucha de clases se libra sobre un terreno concreto, que no es elegido por los contendientes y que limita las opciones que estos pueden elegir. Así, en el prólogo a la Contribución a la crítica de la economía política, Marx afirma lo siguiente:
“Una formación social jamás perece hasta tanto no se hayan desarrollado todas las fuerzas productivas para las cuales resulta ampliamente suficiente, y jamás ocupan su lugar relaciones de producción nuevas y superiores antes de que las condiciones de existencia de las mismas no hayan sido incubadas en el seno de la propia antigua sociedad. De ahí que la humanidad siempre se plantee solo tareas que puede resolver, pues considerándolo más profundamente siempre hallaremos que la propia tarea sólo surge cuando las condiciones materiales para su resolución ya existen o, cuando menos, se hallan en proceso de devenir.” (4). (El resaltado es mío – AM-).
El pretendido determinismo económico es, en rigor, el reconocimiento de que la lucha de clases no es autónoma. Pero la concepción de fondo, el núcleo duro de la teoría de Marx, sigue siendo la tesis de que la historia es lucha de clases.

Engels aplica las ideas sobre la relación entre política y economía en su análisis de los cambios en la situación política europea a partir de 1848. Corresponde, desde el punto de vista analítico, dos momentos en dicha utilización. El primero consiste en el examen de las causas de la derrota de las revoluciones de 1848. El segundo, en el estudio de las condiciones que posibilitaron el crecimiento del movimiento socialista en las décadas que siguieron a la derrota de las revoluciones.

Las revoluciones europeas de 1848 o, mejor dicho, el ciclo de su desarrollo y derrota, requieren para su explicación del análisis de las condiciones económicas del período (2). Según Engels, Marx llegó a esta conclusión cuando pudo retomar los estudios de historia económica en 1850:

“La crisis del comercio mundial producida en 1847 había sido la verdadera madre de las revoluciones de febrero y marzo, y que la prosperidad industrial, que había vuelto a producirse desde mediados de 1848 y que en 1849 y 1850 llegaba a su pleno apogeo, fue la fuerza animadora que dio nuevos bríos a la reacción europea otra vez fortalecida.” (p. 12).

La lucha por la “libertad” se había dado dentro de límites bien precisos. Las aspiraciones de emancipación de los sectores populares chocaron contra el muro constituido por las posibilidades latentes de desarrollo capitalista, las que comenzaron a desplegarse a partir de 1850. Las condiciones económicas existentes en 1848-1850 eliminaban al socialismo del menú de salidas posibles a la crisis revolucionaria. En este sentido, el texto de Engels puede ser leído como una autocrítica de las ilusiones marxistas en 1848:

“Cuando estalló la revolución de febrero, todos nosotros nos hallábamos en lo tocante a nuestra manera de representarnos las condiciones y el curso de los movimientos revolucionarios, bajo la fascinación de la experiencia histórica anterior, particularmente la de Francia (…) no podía caber para nosotros ninguna duda, en las circunstancias de entonces, de que había comenzado el gran combate decisivo y de que este combate había de llevarse a término en un solo período revolucionario, largo y lleno de vicisitudes, pero que sólo podía acabar con la victoria definitiva del proletariado.” (p. 14-15).

La afirmación del peso de las condiciones económicas va dirigida, aunque suene paradójico, contra las mencionadas ilusiones marxistas de la época. No se trata de establecer un férreo determinismo económico, sino de marcar los límites de lo que es posible hacer en política. Tampoco es, por cierto, el elogio del posibilismo, sino el reconocimiento de que la construcción política no sale de la nada. La voluntad revolucionaria no aumenta el número de opciones disponibles en un momento y lugar determinados, pero es imprescindible para obtener el mejor resultado una vez que se ha tomado partido por una de las opciones del menú. 

La derrota de las revoluciones de 1848 es concebida, por tanto, como la confirmación de que la política revolucionaria no es autónoma y, a la vez, como el quiebre de un modelo de acción revolucionaria identificado con la Revolución Francesa de 1789.

“El período de las revoluciones desde abajo se había cerrado, por el momento; a éste siguió un período de revoluciones desde arriba.” (p. 21).

El ciclo de revoluciones iniciado en 1789 no podía escapar a su carácter burgués, porque las condiciones económicas imperantes durante todo el período (que se cierra en 1848) no permitían otra cosa. La lucha por un régimen democrático era lo mejor a que podían aspirar los sectores populares; sin embargo, los dirigentes y militantes socialistas creían que la instauración del régimen democrático sería el punto de partida para el inmediato pasaje al socialismo. De ahí el énfasis engelsiano en afirmar el peso de la economía sobre la política. 

A modo de resumen de lo anterior, el socialismo no era factible en 1848 porque el capitalismo estaba en pañales. Engels expresa esto de manera rotunda: 

“La historia nos ha dado un mentís a nosotros y a cuantos pensaban de un modo parecido. Ha puesto de manifiesto que, por aquel entonces, el estado del desarrollo económico en el continente distaba mucho de estar maduro para poder eliminar la producción capitalista; lo ha demostrado por medio de la revolución económica que desde 1848 se ha adueñado de todo el continente, dando, por vez primera, verdadera carta de ciudadanía a la gran industria en Francia, Austria, Hungría, Polonia y últimamente en Rusia, y haciendo de Alemania un país industrial de primer orden. Y todo sobre la base capitalista, lo cual quiere decir que esta base tenía todavía, en 1848, gran capacidad de expandirse.” (p. 19).

El límite de las revoluciones de 1848 era la capacidad de expansión de las fuerzas productivas bajo el capitalismo. Dicho en términos generales, el límite de la política es, pues, el conjunto de condiciones económicas. La voluntad, por más tenaz que sea, no puede ir más allá de ese límite. 


Las revoluciones de 1848, a pesar del entusiasmo y la voluntad, no podían ser otra cosa que revoluciones burguesas. Marx y Engels tomaron conciencia de ello dándose la cabeza contra la pared. Pero el horizonte burgués de la política europea también se impuso sobre las esperanzas de los sectores conservadores que derrotaron a los revolucionarios. Ellos también comprobaron en carne propia que era imposible volver al mundo anterior a 1789. Los vencedores terminaron realizando los objetivos (burgueses) de las revoluciones de 1848. Las ilusiones populares fueron desechadas, las realidades burguesas se vieron concretadas. Este, y no otro, fue el contenido de las “revoluciones desde arriba” que se llevaron adelante en las décadas de 1850 y 1860.

Notas

(1) Para la redacción de este trabajo utilicé la traducción española de la ‘Introducción’ de Engels, incluida en la siguiente edición: Marx, Karl. (1973). Las luchas de clases en Francia de 1848 a 1850. Buenos Aires: Anteo. (pp. 9-38).
(2) En La ideología alemana Marx y Engels abordaron la cuestión: “en cada una de sus fases [se refieren a cada fase de la historia de las sociedades] se encuentra un resultado material, una suma de fuerzas de producción, una relación históricamente creada con la naturaleza y entre unos y otros individuos, que cada generación transfiere a la que le sigue, una masa de fuerzas productivas, capitales y circunstancias, que, aunque de una parte sean modificadas por la nueva generación, dictan a ésta, de otra parte, sus propias condiciones de vida y le imprimen un determinado desarrollo, un carácter especial; de que, por tanto, las circunstancias hacen al hombre en la misma medida que éste hace a las circunstancias.” (p. 41; el resaltado es mío – AM -). (Marx, Karl y Engels, Friedrich. (1985). La ideología alemana. Buenos Aires: Cartago y Ediciones Pueblos Unidos.). Cabe señalar que Marx y Engels rechazan explícitamente la concepción que sostiene que son las circunstancias (económicas) las que determinan exclusivamente la conducta de los hombres. En la aceptación de que los hombres hacen a las circunstancias está contenida en germen la tesis de la historia como lucha de clases.
(3) El pasaje completo dice: “La historia de todas las sociedades hasta nuestros días es la historia de la lucha de clases.” A continuación, Marx y Engels agregan: “Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos, maestros y oficiales, en una palabra: opresores y oprimidos se enfrentaron siempre, mantuvieron una lucha constante, velada unas veces y otras franca y abierta; lucha que terminó siempre con la transformación revolucionaria de toda la sociedad o el hundimiento de las clases en pugna.”  (p. 32-33). La cita está tomada de: Marx, Karl y Engels, Friedrich. (1983). Obras escogidas. Moscú: Progreso. 
(4) Marx, Karl. (2000). [1° edición: 1859]. Contribución a la crítica de la economía política. México D. F.: Siglo XXI. El fragmento citado se encuentra en la página 5.

◆ El que busca, encuentra...

Todo lo sólido se desvanece en el aire; todo lo sagrado es profano, y los hombres, al fin, se ven forzados a considerar serenamente sus condiciones de existencia y sus relaciones recíprocasKarl Marx

Not@s sobre Marx, marxismo, socialismo y la Revolución 2.0

— Notas notables
Cecilia Feijoo: Apuntes sobre el Concepto de Revolución Burguesa en Karl Marx — Red Diario Digital
Moishe Postone: Il compito della teoria critica oggi: Ripensare la critica del capitalismo e dei suoi futuri — Blackblog Franco Senia
Pierre-Yves Quiviger: Marx ou l'élimination des inégalités par la révolution — Le Point
Hernán Ouviña: Indigenizar el marxismo — La Tinta
Emmanuel Laurentin: Les historiens américains et Karl Marx — France Culture
Adèle Van Reeth: Le Capital de Karl Marx: La fabrique de la plus-value — France Culture
Manuel Martínez Llaneza: Reproches a Marx acerca de El Capital (Bajo la égida de Friedrich Engels) — Rebelión
Victoria Herrera: Marx y la historia — Buzos
Alejandro F. Gutiérrez Carmona: La vigencia del pensamiento marxista — Alianza Tex
Víctor Arrogante: El Capital y las aspiraciones de la clase trabajadora — Nueva Tribuna
Mauricio Mejía: Karl Marx, el poeta de la mercancía — El Financiero
Emmanuel Laurentin: Karl Marx à Paris: 1843-1845 — France Culture
Jacinto Valdés-Dapena Vivanco: La teoría marxista del Che Guevara — Bohemia
Aldo Casas: El marxismo como herramienta para la lucha — La necesidad de la formación en la militancia — La Tinta
Evald Vasiliévich Iliénkov: La dialéctica de lo abstracto y lo concreto en El Capital de Marx — Templando el Acero
Vincent Présumey: Suivi des écrits de Karl Marx / 1837-1848 - Part I, Part II, Part III & Part IV — Mediapart
Roman Rosdolky: Marx ésotérique et Marx exotérique — Palim Psao
Lepotier: Marx, Marxisme, Cui bono? — Bella Ciao
Andrea Vitale: La critica di Pareto a Marx: una abborracciatura — Operai e Teoria
Annelie Buntenbach: Marx provides us with a glimpse behind the scenes of capitalism — Marx 200
Antoni Puig Solé: La Ley del Valor y la ecología en Marx — Lo que somos
Vladimiro Giacché: Note sui significati di "Libertà" nei Lineamenti di Filosofia del Diritto di Hegel — Il Comunista
Salvador López Arnal: Manuel Sacristán (1925-1985) como renovador de las tradiciones emancipatorias — Rebelión
Paúl Ravelo Cabrera: Marx, Derrida, el Gesto Político y la supercapitalización mundial — Scribb
Dino Greco: In difesa del marxismo — Sollevazione
Alberto Quiñónez: Arte, praxis y materialismo histórico — Rebelión
Josefina L. Martínez: Feminismo & Socialismo marxista - Eleanor Marx, la cuestión de la mujer y el socialismo — Rebelión
John Bellamy Foster: Marx y la fractura en el metabolismo universal de la naturaleza — Scribb
José Manuel Bermudo Ávila: Concepto de Praxis en el joven Marx — Scribb
Carlos Oliva Mendoza: Adolfo Sánchez Vázquez: ¿marxismo radical o crítica romántica? — InfoLibre
Bernardo Coronel: ¿El marxismo es una ciencia? — La Haine
Sylvain Rakotoarison: Le capitalisme selon Karl Marx — Agora Vox

— Notas y comentarios sobre El Capital
António Ferraz: Os 150 anos do livro ‘O Capital’, de Karl Marx — Correio do Minho
Horacio Tarcus: Traductores y editores de la “Biblia del Proletariado” - Parte I & Parte II — Memoria
Emmanuel Laurentin: Le Capital, toujours utile pour penser la question économique et sociale? — France Culture
J.M. González Lara: 150 años de El Capital — Vanguardia
Roberto Giardina: Il Capitale di Marx ha 150 anni — Italia Oggi
Alejandro Cifuentes: El Capital de Marx en el siglo XXI — Voz
Marcela Gutiérrez Bobadilla: El Capital, de Karl Marx, celebra 150 años de su edición en Londres — Notimex
Mario Robles Roberto Escorcia Romo: Algunas reflexiones sobre la vigencia e importancia del Tomo I de El Capital — Memoria
Antoni Puig Solé: El Capital de Marx celebra su 150° aniversario — Lo que Somos
Jorge Vilches: El Capital: el libro de nunca acabar — La Razón
Carla de Mello: A 150 años de El Capital, la monumental obra de Karl Marx — Juventud Socialista del Uruguay
Rodolfo Bueno: El Capital cumple 150 años — Rebelión
Diego Guerrero: El Capital de Marx y el capitalismo actual: 150 años más cerca — Público
José Sarrión Andaluz & Salvador López Arnal: Primera edición de El Capital de Karl Marx, la obra de una vida — Rebelión
Sebastián Zarricueta: El Capital de Karl Marx: 150 años — 80°
Marcello Musto: La durezza del 'Capitale' — Il Manifesto
Esteban Mercatante: El valor de El Capital de Karl Marx en el siglo XXI — Izquierda Diario
Michael Roberts: La desigualdad a 150 años de El Capital de Karl Marx — Izquierda Diario
Ricardo Bada: El Capital en sus 150 años — Nexos
Christoph Driessen: ¿Tenía Marx razón? Se cumplen 150 años de edición de El Capital — El Mundo
Juan Losa: La profecía de Marx cumple 150 años — Público
John Saldarriaga: El Capital, 150 años en el estante — El Colombiano
Katia Schaer: Il y a 150 ans, Karl Marx publiait ‘Le Capital’, écrit majeur du 20e siècle — RTS Culture
Manuel Bello Hernández: El Capital de Karl Marx, cumple 150 años de su primera edición — NotiMex
Ismaël Dupont: Marx et Engels: les vies extravagantes et chagrines des deux théoriciens du communisme! — Le Chiffon Rouge
Jérôme Skalski: Lire Le Capital, un appel au possible du XXIe siècle - L’Humanité
Sebastiano Isaia: Il Capitale secondo Vilfredo Pareto — Nostromo

— Notas y reportajes de actualidad
Román Casado: Marx, Engels, Beatles, ese es el ritmo de Vltava — Radio Praga
María Gómez De Montis: El Manifiesto Comunista nació en la Grand Place — Erasmus en Flandes
Enrique Semo: 1991: ¿Por qué se derrumbó la URSS? — Memoria
Michel Husson: Marx, un économiste du XIXe siècle? A propos de la biographie de Jonathan Sperber — A L’Encontre
César Rendueles: Todos los Marx que hay en Marx — El País
Alice Pairo: Karl Marx, Dubaï et House of cards: la Session de rattrapage — France Culture
Sebastián Raza: Marxismo cultural: una teoría conspirativa de la derecha — La República
Samuel Jaramillo: De nuevo Marx, pero un Marx Nuevo — Universidad Externado de Colombia
Sergio Abraham Méndez Moissen: Karl Marx: El capítulo XXIV de El Capital y el “descubrimiento” de América — La Izquierda Diario
Joseph Daher: El marxismo, la primavera árabe y el fundamentalismo islámico — Viento Sur
Francisco Jaime: Marxismo: ¿salvación a través de la revolución? — El Siglo de Torreón
Michel Husson: Marx, Piketty et Aghion sur la productivité — A l’encontre
Guido Fernández Parmo: El día que Marx vio The Matrix — Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires
Cest: Karl Marx y sus "Cuadernos de París" toman vida con ilustraciones de Maguma — El Periódico
Leopoldo Moscoso: 'Das Kapital': reloading... — Público
Laura "Xiwe" Santillan: La lucha mapuche, la autodeterminación y el marxismo — La Izquierda Diario
José de María Romero Barea: Hölderlin ha leído a Marx y no lo olvida — Revista de Letras
Ismaël Dupont: Marx et Engels: les vies extravagantes et chagrines des deux théoriciens du communisme! — Le Chiffon Rouge Morlai
Francisco Cabrillo: Cómo Marx cambió el curso de la historia — Expansión
El “Dragón Rojo”, en Manchester: Cierran el histórico pub donde Marx y Engels charlaban "entre copa y copa" — BigNews Tonight
Marc Sala: El capitalismo se come al bar donde Marx y Engels debatían sobre comunismo — El Español

— Notas sobre debates, entrevistas y eventos
Fabrizio Mejía Madrid: Conmemoran aniversario de la muerte de Lenin en Rusia — Proceso
Segundo Congreso Mundial sobre Marxismo tendrá lugar en Beijing — Xinhua
Debate entre Andrew Kliman & Fred Moseley — Tiempos Críticos
David McNally & Sue Ferguson: “Social Reproduction Beyond Intersectionality: An Interview” — Marxismo Crítico
Gustavo Hernández Sánchez: “Edward Palmer Thompson es un autor que sí supo dar un giro copernicano a los estudios marxistas” — Rebelión
Alberto Maldonado: Michael Heinrich en Bogotá: El Capital de Marx es el misil más terrible lanzado contra la burguesía — Palabras al Margen
Leonardo Cazes: En memoria de Itsván Mészáros — Rebelión (Publicada en O Globo)
Entrevista con István Mészáros realizada por la revista persa Naghd’ (Kritik), el 02-06-1998: “Para ir Más allá del Capital” — Marxismo Crítico
Rosa Nassif: “El Che no fue solo un hombre de acción sino un gran teórico marxista” Agencia de Informaciones Mercosur AIM
Entrevista a Juan Geymonat: Por un marxismo sin citas a Marx — Hemisferio Izquierdo
Juliana Gonçalves: "El Capital no es una biblia ni un libro de recetas", dice José Paulo Netto [Português ] — Brasil de Fato
Entrevista a Michael Heinrich: El Capital: una obra colosal “para desenmascarar un sistema completo de falsas percepciones” — Viento Sur
Alejandro Katz & Mariano Schuster: Marx ha vuelto: 150 años de El Capital. Entrevista a Horacio Tarcus — La Vanguardia
Salvador López Arnal: Entrevista a Gustavo Hernández Sánchez sobre "La tradición marxista y la encrucijada postmoderna" — Rebelión
Jorge L. Acanda: "Hace falta una lectura de Marx que hunda raíces en las fuentes originarias del pensamiento de Marx" — La Linea de Fuego

— Notas sobre Lenin y la Revolución de Octubre
Guillermo Almeyra: Qué fue la Revolución Rusa — La Jornada
Jorge Figueroa: Dos revoluciones que cambiaron el mundo y el arte — La Gaceta
Gilberto López y Rivas: La revolución socialista de 1917 y la cuestión nacional y colonial — La Jornada
Aldo Agosti: Repensar la Revolución Rusa — Memoria
Toni Negri: Lenin: Dalla teoria alla pratica — Euronomade
Entretien avec Tariq Ali: L’héritage de Vladimir Lénine — Contretemps
Andrea Catone: La Rivoluzione d’Ottobre e il Movimento Socialista Mondiale in una prospettiva storica — Marx XXI
Michael Löwy: De la Revolución de Octubre al Ecocomunismo del Siglo XXI — Herramienta
Serge Halimi: Il secolo di Lenin — Rifondazione Comunista
Víctor Arrogante: La Gran Revolución de octubre — El Plural
Luis Bilbao: El mundo a un siglo de la Revolución de Octubre — Rebelión
Samir Amin: La Revolución de Octubre cien años después — El Viejo Topo
Luis Fernando Valdés-López: Revolución rusa, 100 años después — Portaluz
Ester Kandel: El centenario de la Revolución de octubre — Kaos en la Red
Daniel Gaido: Come fare la rivoluzione senza prendere il potere...a luglio — PalermoGrad
Eugenio del Río: Repensando la experiencia soviética — Ctxt
Pablo Stancanelli: Presentación el Atlas de la Revolución rusa - Pan, paz, tierra... libertad — Le Monde Diplomatique
Gabriel Quirici: La Revolución Rusa desafió a la izquierda, al marxismo y al capitalismo [Audio] — Del Sol

— Notas sobre la película “El joven Karl Marx”, del cineasta haitiano Raoul Peck
Eduardo Mackenzie:"Le jeune Karl Marx ", le film le plus récent du réalisateur Raoul Peck vient de sortir en France — Dreuz
Minou Petrovski: Pourquoi Raoul Peck, cinéaste haïtien, s’intéresse-t-il à la jeunesse de Karl Marx en 2017? — HuffPost
Antônio Lima Jûnior: [Resenha] O jovem Karl Marx – Raoul Peck (2017) — Fundaçâo Dinarco Reis
La película "El joven Karl Marx" llegará a los cines en el 2017 — Amistad Hispano-Soviética
Boris Lefebvre: "Le jeune Karl Marx": de la rencontre avec Engels au Manifeste — Révolution Pernamente

— Notas sobre el maestro István Mészáros, recientemente fallecido
Matteo Bifone: Oltre Il Capitale. Verso una teoria della transizione, a cura di R. Mapelli — Materialismo Storico
Gabriel Vargas Lozano, Hillel Ticktin: István Mészáros: pensar la alienación y la crisis del capitalismo — SinPermiso
Carmen Bohórquez: István Mészáros, ahora y siempre — Red 58
István Mészáros: Reflexiones sobre la Nueva Internacional — Rebelión
Ricardo Antunes: Sobre "Más allá del capital", de István Mészáros — Herramienta
Francisco Farina: Hasta la Victoria: István Mészáros — Marcha
István Mészáros in memoriam : Capitalism and Ecological Destruction — Climate & Capitalism.us