"No hay porvenir sin Marx. Sin la memoria y sin la herencia de Marx: en todo caso de un cierto Marx: de su genio, de al menos uno de sus espíritus. Pues ésta será nuestra hipótesis o más bien nuestra toma de partido: hay más de uno, debe haber más de uno." — Jacques Derrida

"Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y les han sido legadas por el pasado. La tradición de todas las generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos. Y cuando éstos aparentan dedicarse precisamente a transformarse y a transformar las cosas, a crear algo nunca visto, en estas épocas de crisis revolucionaria es precisamente cuando conjuran temerosos en su auxilio los espíritus del pasado, toman prestados sus nombres, sus consignas de guerra, su ropaje, para, con este disfraz de vejez venerable y este lenguaje prestado, representar la nueva escena de la historia universal" Karl Marx

21/12/15

El concepto de Valor Intrínseco de Marx

Karl Marx
✆ Dzhemma S. Benina
Andrew Kliman   |   Este artículo pretende mostrar que el concepto de valor intrínseco –valor como distinto de valor de cambio– se convirtió en un elemento importante de la crítica de la economía política realizada por Karl Marx [1]. La existencia de la diferencia no es desconocida, pero su importancia para el trabajo de Marx es menospreciada y la naturaleza de la distinción es comúnmente malentendida.

La Sección I muestra que la incomprensión y la falta de reconocimiento del concepto valor intrínseco de Marx son generalizadas, y sugiere que éstas son parcialmente responsables de las afirmaciones de que su teoría del valor es inconsistente lógicamente. La Sección II investiga el proceso por el cual Marx desarrolló la diferencia entre valor y valor de cambio, la cual no se encontraba todavía explícita en su trabajo de 1859 Contribución a la Crítica de la Economía Política. La Sección III analiza la primera sección de El Capital, mostrando que donde usualmente se considera que Marx está avanzando en una ‘teoría del valor’, en realidad busca establecer la existencia del valor como distinto del valor de cambio. La Sección IV discute la relevancia del concepto valor intrínseco, sugiriendo que Marx lo utilizó para convertir al valor de una categoría que expresa relaciones entre cosas a una que expresa relaciones entre humanos (trabajadores) y cosas, y que por ello el concepto le ayudó a unificar su teoría del valor, su análisis de la producción capitalista y su teoría del fetichismo.
I. Concepciones erróneas comunes
Se pueden aducir muchos ejemplos para mostrar que el concepto de valor intrínseco y la diferencia entre valor y valor de cambio se malentienden con frecuencia. Espero que cuatro basten para ejemplificar el punto. Para comenzar, Foley escribe que “la mercancía…también puede ser intercambiada por otras mercancías. Esta característica de intercambiabilidad es lo que Marx llama valor. Es importante entender que Marx comprende el valor como la sustancia contenida en cantidades definidas en cada mercancía.2 En realidad, lo que Marx llama valor no es la característica de intercambiabilidad, sino la propiedad común que todas las mercancías poseen. Cosas que (en su terminología) no tienen valor y por ello no son mercancías, como la tierra y los títulos bursátiles, también son intercambiables.3 Además, no es claro qué significado puede darse a esta noción donde la “característica de intercambiabilidad está “contenida en las mercancías, mucho menos en “cantidades definidas.

Mandel escribe que “el dinero…es sobre todo una mercancía cuyo valor sirve al resto de las demás mercancías para que expresen su propio valor de cambio.4 Esta afirmación es confusa desde la perspectiva de Marx. Mandel parece decir que “el dinero… es sobre todo la forma del valor o valor de cambio reconocida socialmente, el cuerpo sobre el cual todas las demás mercancías expresan su propio valor, el cual, sin embargo, es algo diferente.

Cuando Marx escribe en El Capital que el “valor de cambio [es] el modo de expresión, la “forma de apariencia”, de un contenido distinguible de él5 , es decir valor, Meek6 malinterpreta esto como la aseveración de que la sustancia del valor debe ser algo distinguible de la mercancía y no que el valor es distinguible del valor de cambio7 . Quizás no es sorprendente esta manera de entender la teoría del valor, donde no se reconoce diferencia alguna en los conceptos valor y valor de cambio, debido a que en la Crítica de la Economía Política valor y valor de cambio no se distinguen explícitamente a diferencia de la exposición correspondiente en El Capital. 8

No obstante, quizás la señal más clara de confusión alrededor de la relación entre valor y valor de cambio en el trabajo de Marx es la afirmación que hace Schumpeter, ambivalente y contradictoria, afirmando que la
“… teoría del valor [de Marx] es la ricardiana…Existe una gran diferencia en las palabras, el método de deducción y la implicación sociológica, pero no hay diferencia en el teorema mismo, el cual importa por si sólo al teórico de hoy. No obstante, podría quedar abierto el debate sobre si esto es todo lo que le importaba a Marx. Él se encontraba bajo la misma ilusión que Aristóteles, verbigracia, que el valor, a pesar de ser un factor en la determinación de los precios relativos, es, sin embargo, distinto a y existe independiente de, los precios relativos o relaciones de cambio. La proposición de que el valor de una mercancía es la cantidad de trabajo contenido en ella difícilmente puede significar otra cosa. Si es así, entonces hay una diferencia entre Ricardo y Marx, dado que los valores de Ricardo son simplemente valores de cambio o precios relativos. Es importante mencionar esto porque si pudiéramos aceptar esta perspectiva del valor, gran parte de su teoría que parece insostenible, o incluso carente de sentido, para nosotros dejaría de serlo. Por supuesto no podemos.9
Schumpeter sugiere, en concordancia con la “interpretación liberal [Whig] de la historia del pensamiento económico, que el “valor en los trabajos de Marx significa “valor de cambio, a pesar de su propia “ilusión porque esto es lo que significa para “el teórico de hoy, que es quien posee una comprensión más acertada del tema. Sin embargo, como el mismo Schumpeter admite, él se permite juzgar como “insostenible o incluso insignificante gran parte de la teoría de Marx que “dejaría de serlo si se aceptara la interpretación opuesta.

Muchos otros también han juzgado gran parte del trabajo de Marx como “insostenible, o incluso carente de sentido porque lo han traducido a los términos “modernos. En particular, sus explicaciones de la transformación de valores en precios de producción y la ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia únicamente han mostrado ser contradictorias en sí mismas si y cuando las cuestiones y categorías teóricas se traducen en ecuaciones simultáneas.

Un elemento necesario de esta traducción es precisamente la reducción del concepto de valor a valor de cambio (precio relativo o razón de cambio) nada más. Bortkiewicz comienza su famosa crítica de Marx afirmando que, cuando se refiere a
“… la incongruencia cuantitativa de valor y precio…valor no puede tener otro significado más que la magnitud que indica cuántas unidades del bien que sirve como medida de valor se obtienen en intercambio por una mercancía… En este sentido, el valor es meramente el índice de una relación de cambio y no debe ser confundido con …valor absoluto .10 [subrayado añadido]
Desde Bortkiewicz y hasta la actualidad esta premisa es la que subyace a todas las revisiones que pretenden corregir o completar la explicación de Marx sobre la transformación de valores en precios de producción. Los valores y los precios conviven como dos sistemas de razones de cambio autocontenidos y discordantes. Por tanto la explicación de Marx parece ser inconsistente lógicamente porque, aun cuando los productos se intercambien en las proporciones que aseguran una ganancia uniforme, su explicación deja a los insumos (el valor del capital constante y variable adelantados) “en términos de valor, lo cual se considera que significa que se intercambian en proporción a las cantidades de trabajo requeridas para reproducirlos.

Sin embargo, en cuanto se entiende valor como valor intrínseco, como un quantum de trabajo abstracto coagulado en las mercancías (o la expresión monetaria de él), entonces, con el tiempo, el valor del capital constante y variable adelantados deja de ser sinónimo del trabajo requerido para reproducir los insumos adquiridos por medio de estos adelantos. Si uno acepta la demostración contenida en el Tomo 1 de El Capital: el intercambio no puede alterar el valor total en existencia, entonces, aun cuando los insumos se intercambien a precios que difieren de los valores, el capital adelantado para estos insumos sigue siendo, para usar la expresión ubicua de Marx, una suma de valor. Que haya comenzado por el “valor del capital constante y variable no significa que él implícitamente asumiera que los insumos se intercambian a sus valores.

El Teorema de Okishio, que presuntamente refuta la ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia de Marx, también reduce el valor a valor de cambio. En la tasa de ganancia de Okishio únicamente importan los precios relativos. Debido a que el denominador de su tasa de ganancia no es la suma de valor adelantada para los insumos previo a la producción, sino es el costo de reposición postproducción, los cambios en sus precios absolutos en el curso del periodo de producción son eliminados. Por tanto, si por ejemplo, los precios caen durante el periodo debido a un cambio tecnológico, la tasa de ganancia de Marx –la tasa de rendimiento del capital adelantado realmente– puede caer aun cuando la tasa de Okishio, basada en el costo de reemplazo, deba aumentar.

El punto no es que las acusaciones de inconsistencia interna pueden ser rechazadas simplemente reconociendo que Marx tenía un concepto de valor intrínseco irreducible al valor de cambio. Estas cuestiones son mucho más complejas que esto. No obstante, es en parte por esta distinción entre valor y valor de cambio que la interpretación “temporal y de sistema único de la teoría del valor de Marx ha demostrado que la explicación de la transformación de Marx y la ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia pueden ser comprendidas de tal manera que sean internamente consistentes. 11
II. Desarrollo de la distinción valor/valor de cambio
La economía política clásica distinguía entre dos significados de valor, valor de uso y valor de cambio. El concepto de valor “real o “absoluto siempre estuvo presente, especialmente en el trabajo de Ricardo, pero no se distinguía claramente del valor de cambio y tampoco jugaba un papel relevante en el pensamiento de Ricardo. En este caso, como en muchos otros, Marx empleó al principio las categorías económicas tal como las habían presentado los clásicos. En la Contribución a la Crítica de la Economía Política de 1859 su trabajo no distinguía claramente entre valor (o valor intrínseco) y valor de cambio. No obstante, Marx, en sus escritos hechos durante los trece años posteriores, aumentó pronunciadamente esta diferencia y se convirtió en un punto focal de su análisis. Esta sección investiga dicho proceso.

Rubin fue quizás el primero en notar de forma escrita el avance conceptual, consistente en la distinción entre valor y valor de cambio, contenido en El Capital. En las primeras páginas de la Contribución a la Crítica de la Economía Política contiene un fragmento “sutil e imperceptible entre los dos términos donde Marx usa el término “valor de cambio para referirse a ambos conceptos.12 Aparentemente de forma independiente, Raya Dunayevskaya reconoció posteriormente la misma cuestión y sugirió que “hasta la última publicación de la Contribución a la Crítica de la Economía Política en 1859, [Marx] aun utilizó valor de cambio en el sentido de [sinónimo de] valor y no en el sentido de forma de valor. Él estaba “dando por sentado” todavía que “cualquiera sabe” que las relaciones de producción están realmente involucradas en el intercambio de cosas.13

El análisis textual de Dunayevskaya ubica esta transición como parte de una evolución más general en el énfasis hecho por Marx. Él había expresado por vez primera la forma de apariencia fantástica de las relaciones de producción bajo el capitalismo. Marx enfatizaba cada vez más la naturaleza “pervertida de las relaciones de producción capitalistas – particularmente con la segunda edición alemana de 1872 y la edición francesa de 1872- 1875 de El Capital, escrita después de su experiencia con los “trabajadores libres y asociados de la Comuna de Paris– como la que dota a lo fantástico de una apariencia de necesidad. 14

Un elemento que influyó en el cambio de énfasis de Marx fue su lectura de la Disertación Crítica de Samuel Bailey. Rubin argumenta convincentemente que Bailey, quien argumentaba que el valor de una cosa es meramente la cantidad de otra cosa por la cual se intercambia, era el “oponente que Marx tenía en mente cuando distinguía al valor de valor de cambio en El Capital. 15

La Crítica de la Economía Política fue publicada en Junio de 1859. No fue sino hasta más tarde ese año que Marx trabajo por primera vez sobre la Disertación Crítica16 Su Manuscrito Económico de 1861-1863 contiene una discusión extendida del trabajo de Bailey (y del autor anónimo de las Observaciones sobre ciertas disputas verbales en la Economía Política).

Marx comenzó por primera vez a desarrollar, en las poco más de cuarenta páginas, un argumento que aparecería después de forma diferente en las primeras páginas de El Capital. Él se esfuerza en mostrar que, siendo que dos mercancías cualitativamente iguales se intercambian, entonces éstas comparten una propiedad común y que aquello a lo que se le llama valor es precisamente esta propiedad común, sustancia, o “tercera cosa que ambas contienen, y que no es ni una mercancía ni la otra.17 Así, el valor de una mercancía le “pertenece por así decirlo, en lugar de “pertenecerle” a la otra mercancía por la cual se intercambia. Por tanto, el acto de intercambio en lugar de establecer el valor de las mercancías, como argumentó Bailey, únicamente expresa el valor que las mercancías tienen antes e independientemente de este acto.18

Este complejo de cuestiones será discutido con mayor detalle en la siguiente sección, la cual trata sobre las primeras páginas de El Capital. Aquí me gustaría enfocarme en otras dos dimensiones de la crítica de Marx, siendo que las dos están relacionadas con la distinción que hace Ricardo entre el valor “absoluto y el valor “relativo. Marx argumentó previamente, en el Manuscrito de 1861-1863, que Ricardo no había definido esta diferencia claramente y que no la había mantenido consistentemente, y que Bailey sosteniendo que el concepto ricardiano de valor era contradictorio, había explotado estos problemas.19  Además, Marx creía que la distinción de Ricardo era imprecisa en sí misma y que este problema era la base del (incorrecto) argumento de Bailey de que los ricardianos habían absolutizado el valor, hipostasiándolo en una entidad en lugar de una relación.

Así, Marx argumentó que el valor no es absoluto sino relativo en dos sentidos distintos, siendo el segundo aquél al que Ricardo llamó absoluto:
“todas las mercancías, en tanto valores de cambio, sólo son expresiones relativas del tiempo social de trabajo y su relatividad consiste no nada más en la razón bajo la cual se intercambian una por otra, sino la razón, de todas ellas, con respecto al tiempo social de trabajo, la cual es su sustancia.20 
Este punto no es únicamente “técnico. Permite a Marx criticar la fetichización de las cosas que él detecta en el concepto de valor sostenido por Bailey y el autor de las Observaciones. Cuando él menciona (aparentemente por primera vez) el famosos argumento del valor como una “tercera cosa (“Para estimar el valor de A en B, A debe tener valor independiente del valor en B, y ambos deben ser iguales a una tercera cosa expresada en ambas) Marx advierte inmediatamente que
“Es erróneo decir que el valor de una mercancía se transforma de algo relativo en algo absoluto. Por el contrario, la mercancía, como valor de uso, aparece como algo independiente, mientras que como valor aparece como algo completamente contingente, algo meramente determinado por su relación con el mismo tiempo de trabajo simple socialmente necesario.”21
Es entonces cuando Marx vuelve el argumento de sus oponentes contra ellos mismos por absolutizar el valor. El autor de las Observaciones “transforma el valor en algo absoluto, “una propiedad de las cosas” en lugar de ver en él algo relativo 22. (Como argumentaré ahora, Marx acepta que el valor es una propiedad de las mercancías, pero argumenta que esto no es por su existencia como cosas). De forma parecida “Bailey es un fetichista porque concibe al valor…como una relación de los objetos entre sí, mientras que únicamente es una representación en los objetos, una expresión objetiva de una relación entre los hombres, una relación social, la relación de los hombres con su actividad productiva recíproca 23 .

Aquí Marx critica a estos autores no sólo por fallar en reconocer que el valor está determinado por el tiempo de trabajo. Al afirmar que absolutizan y fetichizan el valor, él está criticando las nociones de que el valor es transhistórico, inmutable y que la producción dirigida a expandir el valor (el modo capitalista de producción) es una forma social de producción “absoluta.

Estas críticas aparecen prominentemente en la sección sobre el fetichismo de la mercancía en el primer capítulo del Tomo 1 de El Capital, el cual culmina con una crítica de Bailey y el autor de las Observaciones. Están prefiguradas en los Manuscritos, donde argumenta que “como valores, las mercancías son magnitudes sociales, esto es, algo absolutamente diferente de sus “propiedades” como “cosas”, Marx afirma que “donde el trabajo es comunal, las relaciones entre los hombres en su producción social no se manifiestan como “valores” de “cosas”.24 Y notando la relación variable entre la cantidad de mercancías y la cantidad de trabajo necesario para producirlas (el segundo sentido del valor relativo) Marx sugiere que debido a que Ricardo
“… argumenta que la riqueza social no depende del valor de las mercancías producidas…debería haber sido muy claro para él que un modo de producción cuyo único objetivo es el plusvalor, en otras palabras, que se basa en la pobreza relativa de la masa de los productores, no puede ser una forma absoluta de producción de la riqueza.” 25
Cabe resaltar que tales consideraciones provienen de, y quizás se encuentran fuertemente relacionadas con, la discusión más técnica sobre el valor realizada por Marx. Las distinciones analíticas que Marx hace aquí lo ayudan a forjar la unidad en su teoría del valor, el proceso de producción y la teoría del fetichismo.

Su identificación de un segundo significado de valor relativo –la relatividad o variabilidad del valor de las mercancías en términos del tiempo de trabajo– también se encuentra muy relacionado con el creciente énfasis en el carácter temporal del valor. Él afirma esta oposición con el argumento de Bailey cuando dice que el “valor es una relación entre las mercancías contemporáneas.26 Dado que en la perspectiva de Bailey el concepto de valor intrínseco como distinto del valor de cambio es superfluo, él argumenta que no puede decirse que el valor “propio de la mercancía suba o baje. Simplemente una mercancía se intercambia por más o menos de otra mercancía en diferentes momentos, y es fútil y carece de sentido atribuir su relación cambian a un cambio “dentro de alguna de ellas.

Marx se dirige rápidamente al concepto de valor intrínseco por medio del argumento de la “tercera cosa desarrollado en estas páginas. Habiendo rechazado la premisa de Bailey también rechaza su conclusión. Los valores sí pueden compararse en diferentes momentos y Bailey es un “tonto en pensar lo contrario: “¿Acaso no es un hecho que en el proceso de la circulación o en el proceso de reproducción del capital, el valor de un periodo se compara constantemente con el de otro periodo, una operación sobre la cual se basa la producción misma?.27 En efecto, ahora Marx sitúa el proceso global del proceso de circulación del capital (D-M-D) dentro del contexto del valor intrínseco como una variable histórica, “valor en proceso o “valor dinámico:
“…La relación entre el valor que antecede a la producción y el valor que resulta de ella –capital como valor antecedente es capital en comparación con la ganancia– constituye el factor general y decisivo en el proceso global de la producción capitalista. No sólo es una expresión de valor independiente, como en el dinero, sino valor dinámico, valor que se mantiene a sí mismo en un proceso en el que los valores de uso pasan por las formas más variadas. Por tanto, en el capital la existencia independiente del valor se eleva a un poder más elevado que en dinero.” 28
Deben presentarse dos puntos importantes aquí. Primero, la misma existencia de ganancia demuestra que los valores en efecto son comparables en el tiempo, esto porque el concepto de ganancia es tal comparación. (Lo mismo puede decirse en referencia al crédito). Segundo, la dinámica del capitalismo como sistema productor de valor únicamente puede entenderse una vez que se concibe al valor como algo independiente del valor de cambio, algo que “se mantiene a sí mismo o persiste a lo largo del proceso de producción.

Esta concepción de valor como algo inter-temporal aparecerá prominentemente en el Capítulo 4 del Tomo 1 de El Capital, donde Marx también lo llama “valor…como sustancia que se mueve a sí misma 29 y está dotada de voluntad, “Verwerung (valor que se expande a sí mismo).30 Además, en el Tomo 2, en un fragmento donde Marx critica de nuevo a Bailey por negar la comparación inter-temporal de los valores aparece el mismo concepto como “Verselbstsändigung (autonomización) del valor.31 Aquí Marx se encuentra ocupado no nada más con la auto-expansión del valor sino principalmente con su interrupción –crisis económica. Los avances tecnológicos conducen a una “revolución en el valor, lo cual a su vez provoca que las sumas de valor adelantado que ya existían como capital sean destruidas. Así el valor se convierte en un poder autónomo:
“Si el valor del capital social sufre una revolución en su valor puede suceder que el capital individual [de un capitalista] sucumba a esto y sea destruido porque no pueda cumplir con las condiciones de este movimiento en el valor… Estas revoluciones periódicas en el valor nos confirman lo que ellos ostensiblemente refutan: la independencia que adquiere el valor como capital, la cual se mantiene e intensifica a través de su movimiento.32
Por tanto, aunque Bailey haya señalado la variabilidad de los valores de las mercancías como evidencia de que es un espejismo entender el concepto de valor como algo distinto de una razón de cambio monetaria, Marx argumenta que esta variabilidad implica precisamente lo contrario. La expansión y la destrucción del capital son la expansión y destrucción del valor. Bailey no logró identificar que el valor existe fuera del proceso de cambio debido a que había fusionado valor y valor de cambio 33, pero la independencia y la duración de la existencia del valor no es una “mera abstracción…el movimiento del capital industrial es esta abstracción en acción34 .

Otro momento de desarrollo de la distinción valor/valor de cambio ocurre con la revisión que hace Marx de las segundas ediciones del Tomo 1 de El Capital tanto en alemán como en francés. 35 Examinaré el texto revisado más adelante, pero me gustaría hacer notar aquí algunas diferencias de la sección inicial de la edición de 1867 con El Capital que conocemos. Primero, la discusión del carácter del valor de la mercancía –desde la mención inicial del valor de cambio hasta la afirmación de que las mercancías son trabajo cristalizado– es aproximadamente 1/3 más corta en la edición de 1867. Una razón es que la diferencia entre trabajo concreto y abstracto se hace hasta después en el texto, no cuando Marx se encuentra derivando el trabajo abstracto como la sustancia del valor.

Segundo, el fragmento en las ediciones revisadas donde Marx elucida que el “valor de cambio no puede ser otra cosa más que el modo de expresión, la “forma de apariencia”, de un contenido distinguible de él, no aparece en la edición de 1867.36 En un punto posterior dentro del texto, cuando investiga lo que tienen en común las mercancías, él escribe que “las mercancías deben considerarse en principio como valores, independientes de su relación de intercambio o de su forma, donde aparecen como valores de cambio 37. Esta formulación parece hacer una distinción menos aguda entre el contenido y la forma del valor. Además, el hecho de que el valor de cambio es diferente del valor se menciona como una premisa del argumento y por consiguiente carece la fuerza de una conclusión.

Tercero, en la edición de 1867, Marx escribe que “el valor de cambio [del trigo] permanece incambiado sin importar si se expresa en x botas, y jabones, z oro, etc. Por tanto debe distinguirse de estas múltiples formas de expresión 38. No obstante, estas “formas de expresión son los valores de cambio del trigo, lo que realmente “permanece incambiado es un elemento común que expresan todas estas mercancías. El texto circundante aclara que esto es a lo que Marx se refería, pero las ediciones posteriores, quizás buscando una mayor precisión, no sugieren que el valor de cambio es el elemento común. Esta y otras revisiones, así como la expansión de esta parte del texto, sirven como indicadores de que él no estaba satisfecho con la presentación en la primera edición.
III. El análisis en El Capital de la mercancía
En esta sección argumentaré que el objetivo principal del análisis que realiza Marx al inicio de El Capital era establecer una distinción clara entre valor y valor de cambio, romper con la concepción de valor como razón de cambio. Esta interpretación difiere agudamente de la perspectiva usual, la cual sostiene que en las páginas iniciales Marx se encontraba avanzando una “teoría del valor trabajo (es decir, una teoría donde las razones de cambio se encuentran gobernados por las cantidades relativas de trabajo), al menos como una “primera aproximación a la realidad.39

En respuesta a la crítica de Adolph Wagner, Marx enfatizó que “ni el “valor”, ni el “valor de cambio” son mis sujetos, sino la mercancía… De lo que parto es de la forma social más simple en la que el producto del trabajo se presenta en la sociedad contemporánea y ésta es la “mercancía”. 40 Mi tesis, la distinción entre valor y valor de cambio es el punto focal de este análisis inicial, puede parecer que contradiga este punto. Sin embargo, en realidad refuerza el punto de Marx, dado que su análisis desvela que el valor, a diferencia del valor de cambio, es una propiedad intrínseca de la mercancía misma. Además, una razón principal por la que los comentadores han leído una teoría del valor de razones de cambio en el capítulo es que parecen haber malentendido el objeto de análisis, tomándolo como el intercambio y la determinación de las razones de cambio. Por tanto, para establecer mi tesis contraria, frecuentemente tendré motivo para enfatizar que el objeto de análisis de Marx es la mercancía misma.

Por supuesto, Marx examina la “relación de cambio, la expresión de igualdad entre una mercancía con otra.41 Pero, como veremos, lo hace para poder establecer que el valor es intrínseco a la mercancía. Es hasta el segundo capítulo titulado “El proceso de intercambio donde Marx comienza a investigar el acto de intercambio; el título del Capítulo 1 es “La Mercancía.

Aunque el título de la primera sección aclara que los dos “factores de la mercancía son valores de uso y valor, Marx aclara primero que las mercancías son valores de uso y “portadores materiales del valor de cambio.42 En lugar de que esto indique que el valor y el valor de cambio son lo mismo para él, Marx simplemente está adoptando el punto de vista de los economistas, pero únicamente provisionalmente. Como escribe después en el capítulo (en un fragmento que no era parte de la primera edición):
“Cuando al principio de este capítulo dijimos de manera habitual que la mercancía es valor de uso y valor de cambio, esto es, estrictamente hablando, erróneo. Una mercancía es valor de uso u objeto de utilidad y “valor. Aparece como la cosa dual que realmente es en cuanto su valor posee su propia forma particular de manifestación… Esta forma de manifestación es el valor de cambio, y la mercancía jamás tiene esta forma cuando se la ve aisladamente, sino únicamente en una relación de valor o en una relación de intercambio con una segunda mercancía.” 43
Por tanto Marx comienza con la “forma de manifestación como parte de una estrategia analítica que buscaba permitir al lector ver “más allá de la relación de intercambio de las mercancías para enfocarse en la mercancía misma, en aislamiento. En efecto, él se mueve inmediatamente para distinguir el contenido, valor, de su forma de manifestación. Debido a que el valor de cambio “aparece como la razón en la que una cosa se intercambia por otra, y debido a que esta razón se encuentran cambiando constantemente, el “valor de cambio parece ser algo accidental y meramente relativo, y por ello su valor intrínseco, es decir, valor de cambio inseparablemente conectado con la mercancía, inherente a ella, parece una contradicción en los términos. Consideremos la cuestión más de cerca.44

La “cuestión que Marx desea considerar no es si la razón cuantitativa de intercambio es accidental o determinada. Por el contrario, ¿el valor es un fenómeno accidental –uno que surge únicamente de manera contingente, en y a través del acto de intercambio, un fenómeno que no es otra cosa que esta relación entre cosas, “algo…puramente relativo, o si es posible lo contrario –que el valor sea intrínseco, “inherente a la mercancía misma?

Por tanto, es para demostrar que el valor es en efecto inherente a la mercancía que Marx se dirige hacia la relación de intercambio; el tema en cuestión no es el intercambio, sino la mercancía. Él nota que, debido a que la mercancía (un quarter de trigo) se intercambia por una variedad de otras cosas “en las proporciones más diversas, “tiene múltiples valores de cambio en lugar de uno.45 Sus valores de cambio son las otras cosas por las cuales se intercambia, si 5 latas de pulidor de botas, 10 yardas de seda o 1/35 de onza de oro, etc., se intercambian por un quarter de trigo, los valores de cambio del trigo son las 5 latas de pulidor de botas, las 10 yardas de seda y el 1/35 de onza de oro. Marx está mostrando que, cuando se considera que el valor es valor de cambio o precio relativo, el valor no es una “propiedad de la mercancía sino que es otra mercancía, el cuerpo físico de otra mercancía.

No obstante, aun cuando los diversos valores de cambio del trigo son diferentes físicamente, cada uno es igualmente “el valor de cambio de un quarter de trigo. Como valores de cambio deben ser “de igual magnitud y por consiguiente “expresar algo igual.46 En otras palabras, todos ellos son “igualmente la expresión de otra cosa. 47 Por consiguiente Marx concluye: “el valor de cambio no puede ser otra cosa que el modo de expresión, la “forma de apariencia”, de un contenido distinguible de él.48 (Sólo es hasta la siguiente página que este contenido finalmente se denota como “valor). Él no está ocupado aquí en la causalidad o la magnitud, sino en extraer la relación entre, y la diferencia entre, la forma y el contenido de esta igualdad.49

El párrafo siguiente parece derivar el mismo resultado al mirar dos mercancías intercambiándose entre sí. Esta aparente repetición puede entenderse bajo la luz del desarrollo subsecuente del valor de cambio en la tercera sección del capítulo. Como hemos visto, Marx está buscando disipar la apariencia de que el valor de cambio es accidental. Esta apariencia surge cuando se considera la relación de cambio como un intercambio entre dos mercancías únicamente. En la Sección 3, Marx llamará a esto la “forma accidental del valor.50 Marx toma esta forma del valor aquí, en las páginas iniciales de El Capital, para disipar la apariencia justo después de presentar lo que después llamará la “forma total o expandida del valor.51 El punto aquí es que, una vez establecido el contenido igual de cada serie de mercancías, el contenido igual de dos mercancías puede ser reconocido con mayor facilidad.

Al comenzar con la forma total del valor también disipa la ilusión opuesta, una ilusión que es la más sorprendente en la “forma dinero52 del valor –es decir, que la segunda mercancía, con la que se intercambia la primera, es valor en sí mismo, está “dotada con la forma del valor por la naturaleza misma 53 y que la primera es por consiguiente valuable en virtud de su intercambio con la segunda. Por tanto, el examen de la forma desplegada del valor ayuda a demostrar que hay un contenido idéntico en cada mercancía y que este contenido es diferente a cualquiera de las mercancías.

Habiendo establecido primero este contenido, común a, pero distinguible de todas las mercancías, Marx puede ahora voltear hacia la relación de dos mercancías y derivar la conclusión de “la existencia de un elemento común de magnitud idéntica en dos cosas diferentes… Ambas son iguales a una tercera cosa, la cual a su vez, no es ni la una, ni la otra.54

Este argumento de la “tercera cosa ha sido continuamente malentendido. Marx no se pregunta qué permite a las mercancías (mucho menos al valor de uso como tal) intercambiarse como Böhm-Bawerk creyó. Böhm-Bawerk, al llamar a la conclusión de Marx un “supuesto, argumentó que el “cambio de propiedad en el intercambio involucra “desigualdad en lugar de igualdad –evidentemente porque cada propietario quiere la otra mercancía.55 Irónicamente cuando Marx finalmente voltea hacia el proceso de intercambio en el Capítulo 2 afirma exactamente lo mismo.56

Sin embargo, reitero que el objeto de investigación de Marx en el Capítulo 1 no es el intercambio, sino la naturaleza de la mercancía misma. No se está preguntando por qué se intercambian las mercancías (en lugar de ser consumidas o atesoradas), y tampoco qué permite intercambiarlas –él argumenta después en el texto que los productos en principio “se vuelven intercambiables por medio del mutuo deseo de los propietarios por alienarlas.57 En cambio, Marx se pregunta cómo es qué se intercambian las mercancías.58

Puesto de manera diferente, él deriva la existencia del valor intrínseco de un postulado cambio de equivalentes, no al revés. En el párrafo anterior, él procede de magnitudes iguales de valores de cambio para derivar un contenido común a todos ellos. De manera similar, aquí él procede del intercambio de dos mercancías equivalentes para derivar su igualdad a una tercera cosa: si “1 quarter de maíx = x cwt de hierro59 entonces un elemento común de “magnitud idéntica existe en cada uno. Sin embargo, una vez más, el argumento de la “tercera cosa responde a una pregunta muy diferente – ¿cómo es qué intercambian las mercancías?

Además, Marx aún está tratando con forma y contenido. La determinación causal y la magnitud de la razón de intercambio no están bajo estudio aquí. Böhm-Bawerk, entre otros, aparentemente creía lo opuesto cuando objetó que los elementos químicos no se unen “porque poseen un grado exactamente igual de afinidad química.60Aun cuando Marx hubiera querido afirmar, ya sea como “teoría o como “primera aproximación, que un quarter de maíz se intercambia por x cwt de hierro porque en esa precisa razón las dos son de igual valor, él fue capaz de hacerlo en términos claros y no ambiguos61. Sin embargo, otra vez, el argumento de la “tercera cosa responde a una pregunta muy diferente –¿cómo qué se intercambian las mercancías?

Para entender el argumento subsecuente de Marx es crucial reconocer que él ya ha establecido que las mercancías se intercambian como portadores de valor intrínseco, una “tercera cosa, presenta en cada una. Ahora voltea hacia una pregunta distinta: ¿cuál es esta tercera cosa?. También es crucial reconocer que, dado que se ha mostrado que “existe en cada mercancía el elemento en común62, la búsqueda es por una “propiedad63 de la mercancía misma. Por consiguiente, Marx discontinúa el examen de la relación de cambio, la cual buscaba precisamente para establecer que la tercera cosa existe y regresa a una investigación de la mercancía.

Parece que no entender estos puntos ha conducido a muchos críticos a alegar que Marx asevera, en lugar de probar, cuál es el elemento común, o que su prueba es falsa, dado que algunos posibles candidatos –por ejemplo, la utilidad, la escasez, la existencia de las mercancías como cosas apropiadas64 - no son considerados. Es muy cierto que las cosas no podrían intercambiarse como mercancías a menos de que fueran escasas, que fueran propiedad de alguien y que fueran útiles. Pero ninguna de estas es una propiedad de las cosas mismas, todas son relaciones entre las cosas y la gente. (Aun cuando la utilidad de las cosas depende de las propiedades físicas, la utilidad misma no es una propiedad). La base de estas críticas es una idea falsa del objeto de investigación en este punto.

Esto no significa que Marx probó que el elemento común es el trabajo (abstracto). Primero, él ni siquiera dice que lo es, a pesar de la creencia común de lo contrario.65 Marx escribe en realidad: “una única propiedad permanece, el ser productos del trabajo (énfasis añadido).66 Aquí otra vez el error resulta de una falta de atención al hecho de que la mercancía, no el intercambio o lo que regula el intercambio, es el objeto de análisis. Segundo, una vez que se reconoce que el objeto de análisis es la mercancía misma, y que a lo que Marx se refiere con “mercancía es (a) una cosa útil que también es (b) el producto del trabajo67, no hay necesidad de prueba. Una vez que todas las propiedades físicas de la mercancía que lo hacen útil se rechazan como propiedad común –son propiedades cualitativas, pero la relación de cambio como relación cuantitativa se abstrae de las cualidades de las mercancías68 –es evidente por sí mismo que la “única propiedad que permanece es la de ser productos del trabajo.69

Lo que no es evidente por sí mismo, lo que nadie había identificado antes de Marx, es el carácter dual de este trabajo.70 Las mercancías son diferentes no sólo como cosas útiles, concretas, sino (por la misma razón) también como productos de los diferentes tipos de actividades laborales útiles o concretas. Sólo como productos del “trabajo humano en abstracto es que son iguales.71

Observando a las mercancías desde el punto de vista en que tienen algo en común, entonces, lo que permanece, de acuerdo a Marx, es únicamente un residuo.72 Nada físico, concreto o útil –sobre ellas o sobre el trabajo que las produce– queda. Lo único que queda es una mera abstracción, una “objetividad fantasmagórica, son meramente cantidades coaguladas de trabajo humano… Como cristales de esta sustancia social que les es común a todas son valores– valores mercantiles.73
IV. Relevancia del concepto valor intrínseco
La discusión precedente ha sugerido que El Capital llega al concepto de valor intrínseco a través de un análisis de la naturaleza de la mercancía misma. Además, creo que para apreciar la relevancia del concepto valor intrínseco es útil comprender por qué Marx estaba preocupado por analizar la naturaleza de la mercancía. Primero consideraré su objeto de investigación, la mercancía, después su método de análisis y finalmente relacionaré esta discusión con la distinción entre valor y valor de cambio.
          Objeto de investigación
Ha sido un largo debate establecer si el “valor es el trabajo o únicamente está determinado por el trabajo en la teoría de Marx.74 Creo que ambas son correctas. Al final del Capítulo Uno Marx aclara su postura: “La fuerza humana de trabajo en su estado fluido, o trabajo humano, crea valor, pero no es en sí mismo valor. Se convierte en valor en su estado coagulado, en forma objetiva.75 Por tanto, el trabajo vivo crea valor, es la “”sustancia generadora de valor”76, mientras que la mercancía considerada es la contenedora de este trabajo en forma objetiva, el trabajo muerto, es valor.77 La identificación directa de trabajo y valor, así como al separación de trabajo y valor, aparece entonces de la misma falla, la falla en reconocer que en el pensamiento de Marx, el trabajo de los trabajadores sufre una transformación en el proceso de producción: es enajeda y toma una existencia autónoma en el producto como valor.78 El aparente trivial valor de uso resulta también ser un valor, “el resumen de la enajenación de los trabajadores por su actividad.79 Es esta relación enajenada la que permite a la actividad, trabajo, sea separable de los productores –en lugar de una forma de auto-expresión concreta– y se convierta en autónoma, una “propiedad abstracta del objeto mismo.80

Por tanto, cuando Marx argumentó que el trabajo abstracto que los trabajadores desempeñan se incorpora en la mercancía como valor, no nada más está envolviendo el hecho obvio de que el trabajo es conferido (para usar la expresión de Ricardo) a las mercancías con un “montón de palabrería Hegeliana y disparates como sugirió Joan Robinson.81 Marx no veía la personificación del trabajo como valor en un sentido transhistórico o realidad tecnológica, sino como una relación enajenada y fetichizada entre el sujeto y el objeto: “es únicamente una época históricamente específica de desarrollo la que presenta al trabajo gastado en la producción de un artículo útil como una propiedad “objetiva” de este artículo, es decir, como valor. Sólo entonces el producto del trabajo se convierte en una mercancía.82

La relevancia que Marx atribuye a esta transformación del producto del trabajo en mercancía parece ser poco apreciada. Esta falta de apreciación es una fuente de malinterpretaciones para el argumento contenido en las páginas iniciales de El Capital. Así como se argumentó en muchos puntos del análisis del texto de Marx, realizado en la sección anterior, la razón por la que muchos comentadores interpretaron un intento por establecer una teoría del valor con razones de cambio es que consideraron al intercambio como objeto de análisis o construyeron el argumento como uno cuantitativo sin que se les ocurriera que su preocupación primordial era investigar la naturaleza de la mercancía misma.
          Método de investigación
Una razón por la que no se les ocurrió a muchos es sin duda porque la tradición empiricista juzga que la investigación de la naturaleza de las cosas (lo que son en lugar de cómo se comporta) está fuera de las responsabilidades de la ciencia.83 Por ejemplo, donde los Aristotélicos sostuvieron que los objetos caían debido a una cualidad que poseían, su peso, los físicos científicos han repudiado este tipo de explicación y en su lugar únicamente han buscado describir la manera en que los objetos caen.84

No obstante, también existe una razón más específica en este caso, esta es que se acepta la mercancía “tal cual aparece a primera vista, como una cosa extremadamente obvia, como algo trivial.85 Los intérpretes “cometen el error de tratarla como una forma natural y eterna [y por consiguiente] pasan por alto [su] especificidad.86 En otras palabras, no se reconoce que la mercancía sea valor y valor de uso, un artefacto que existe únicamente en un tipo específico de sociedad. La especificidad histórica del valor se desplaza a la esfera del intercambio de mercado.

Aceptar los datos de la experiencia inmediata es aceptar lo dado en la realidad. Por supuesto uno puede descubrir cuáles son los hechos, cómo se interrelacionan, determinar las condiciones que les permiten existir (es decir “explicarlos por otros hechos), etc., pero si “tomamos lo que nos es dado tal y como es,… no tenemos derecho a preguntarnos si, y en qué medida, es racional en su propia naturaleza.87 El objeto es primario y el pensamiento debe adecuarse a él; su autoconformación, su indivisible simplicidad es cuestionada.88 Es sobre este terreno firme sobre lo que descansa todo lo demás. Por tanto, para Böhm-Bawerk “la grave falla del sistema Marxista [de la cual] todo lo demás surge necesariamente es que “Marx no ha deducido los principios fundamentales de su sistema de los hechos, ya sea por medios de un creíble empirismo o de un análisis económico-psicológico sólido, él lo funda en un terreno no más sólido que una dialéctica formal.89

Aunque el análisis de Marx sobre la naturaleza de la mercancía sin duda alguna no cumple con los requisitos de Böhm-Bawerk, no es un formalismo vacío, la “construcción a priori’ que Böhm-Bawerk pensó que era.90 Marx distinguió su enfoque del de Adolph Wagner, quien habría tenido
“… valor de uso y valor de cambio… derivados directamente del concepto valor, no como yo de un concretum, la mercancía… De lo que parto es de la forma social más simple en la que el producto del trabajo se presenta en la sociedad contemporánea y esta es la “mercancía. La analizo…” 91 [énfasis omitido]
Por tanto, en lugar de construir un sistema de conceptos autocontenidos de manera a priori, él analizó la construcción interna de lo concreto de la sociedad capitalista analizando su “forma elemental.92 Esto es, Marx describió la realidad inmediata sin aceptar la forma simple “en la que aparece a primera vista como la verdad total de ella.93 Que lo concreto es una unidad de diversos elementos.94 El análisis, es decir la separación, es el medio a través del cual se puede entender esta diversidad. Marx, analizando la mercancía como una unidad de opuestos en lugar de aceptar su estado dado, estaba dando los fundamentos de su análisis posterior sobre las contradicciones del capitalismo; desde su perspectiva, el terreno factual al que Böhm-Bawerk se referiría posteriormente como todo excepto sólido. Como Dunayevskaya ha argumentado “no hay algo simple sobre la mercancía… La mercancía, desde los comienzos del capitalismo, es un reflejo del carácter bifacético del trabajo. Es, desde el principio, una unidad de opuestos –valor de uso y valor– que en estado embrionario contiene todas las contradicciones del capitalismo.95
          Valor vs. Valor de Cambio
Los economistas clásicos habían distinguido entre valor de uso y valor de cambio, así como los aspectos naturales y sociales de la riqueza capitalista. Sin embargo, dada esta distinción Marx se preguntó ¿por qué los constituyentes naturales de esta riqueza nunca aparecen por su propia naturaleza como sociales, “al mismo tiempo como caracteres sociales y como meras cosas?96

El valor, tal como aparece en el intercambio, es claramente una relación social. El intercambio es una actividad social y una de las cosas intercambiadas, el dinero, es la forma socialmente reconocida del valor. Sin embargo, también es una relación objetoobjeto, una relación entre mercancías como cosas. El valor de cambio de 20 yardas de lino es una cantidad específica de otra cosa (por ejemplo 1 abrigo, 1/35 de onza de oro, etc.). Por tanto tenemos, la famosa frase de Marx, “relaciones sociales entre cosas97 .

Al inicio estas relaciones parecen accidentales, y no relaciones reales entre las cosas mismas, sino algo dependiente de los caprichos de los intercambiadores y establecido efímeramente por ello.98 No obstante, esta relación de intercambio es estable. Una cosa está relacionada con la totalidad de todas las demás aun cuando se encuentre separada del acto de intercambio99 -se expresa a sí misma como la misma, al igual que el resto de las demás mercancías aun cuando no pueda ser intercambiada por todas las demás al mismo tiempo. Ahora se ve que la relación objeto-objeto es independiente de los intercambiadores; las cosas son “figuras autónomas dotas con una vida propia, que entran en relaciones unas con otras.100

Sin embargo Marx se preguntó ¿de dónde proviene este “fetichismo del mundo de las mercancías?101 Su respuesta, en gran medida, ya está dada en las páginas iniciales de su trabajo. Él se “mete detrás del mundo cerrado de las relaciones objeto-objeto al abstraer el objeto individual de su relación con otros objetos y por ello surge la “tercera cosa a la palestra: toda mercancía es un producto del trabajo. Por tanto, él sostiene que el análisis de la mercancía muestra que las cosas entran en relaciones sociales unas con otras, no porque tengan la habilidad natural de hacerlo, sino porque se relacionan como “portadoras de una tercera cosa.

Por tanto, como valores, las mercancías se relacionan entre sí como productos del trabajo y no como meras cosas. Este simple hecho involucra un cambio radical en la perspectiva. “Detrás de la relación de los productos entre sí se encuentra la relación del producto individual con su productor. La investigación del valor ha cambiado entonces de una que se refiere a una relación objeto-objeto a una que se refiere a una relación sujeto-objeto.

Desde la perspectiva de Marx, esta relación sujeto-objeto es enajenada. Debido a que el trabajador está enajenado de su trabajo desempeñado cuando produce la mercancía, su trabajo puede tomar una existencia autónoma, “como una propiedad “objetiva” de ese artículo, es decir, como su valor102. Por tanto, el concepto de valor como “intrínseco a la mercancía expresa una relación de producción específicamente histórica. Por esta razón Marx repudió la noción de “valor absoluto de Ricardo y en su lugar afirmó que el valor es relativo, una relación.

Sin duda alguna Ricardo y otros también tenían una “teoría del valor trabajo. Sin embargo ellos concebían la relación entre trabajo y valor como meramente causal y por consiguiente externa. La razón en la que dos cosas se intercambian se reducía a las cantidades relativas de trabajo requeridas para producirlas. Hasta el punto extremo que lleva a Ricardo a utilizar un concepto de valor “real o “absoluto, razón por la cual no sólo falló en distinguirlo claramente del valor de cambio, sino que lo utilizó únicamente para rastrear la causa del cambio en la razón de intercambio. Su pregunta era ¿cuál valor de las mercancías ha cambiado y por consiguiente causó que la razón de intercambio se modificara? El tema de interés siempre siguió siendo dilucidar las relaciones entre las mercancías mismas. En cambio, gracias a que Marx distingue claramente entre valor y valor de cambio logró crear una categoría que expresara una relación interna entre trabajo y valor, trabajadores y producto.

Si uno se refiere al proceso de trabajo como transhistórico, una realidad técnica que se queda medianamente inalterada cuando toma una forma capitalista, no parecer ser un gran logro. Sin embargo, si uno observa la producción capitalista como lo hizo Marx, como “el gobierno de las cosas sobre el hombre, el trabajo muerto sobre los vivos, del producto sobre el productor… la inversión del sujeto en objeto y viceversa 103 entonces el concepto que expresa la especificidad de esta relación –”valor, es decir, el trabajo pasado que dominar al trabajo vivo104 – toma un significado mucho más grande.
Referencias
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Schumpeter, Joseph A 1950, Capitalism, Socialism and Democracy third edition, New York: Harper &Row.
Notas
1 Me gustaría agradecer a Kevin Anderson, Paresh Cattpadyhay, Peter Hudis, Ted McGlone, Patrick Murray, Alejandro Ramos Martínez, Bruce Roberts y dos árbitros anónimos por su inusual ayuda gracias a sus críticas y sugerencias. La típica advertencia aplica.
2 Foley 1986, p. 13.
3 Marx 1977, p. 131, p. 197.
4 Mandel 1968, p. 242.
5 Marx 1977, p. 127.
6 Marx 1977, p. 127.
7 Tomada fuera de contexto, esta aseveración de Marx en efecto puede parecer implicar que la mercancía, no el valor, es el “contenido que aparece en la forma de valor de cambio, pero no pienso que esta lectura tenga sentido cuando se pone en contexto. En cualquier caso, Marx, en un punto posterior en el capítulo aclara que el valor de cambio es la forma de apariencia del valor mismo: el valor de una mercancía posee su propia forma de manifestación… Esta forma de manifestación es el valor de cambio (Marx 1977, p. 152). Se discutirán estos temas con mayor detalle más adelante en este trabajo.
8 Meek 1956, p. 158.
9 Schumpeter 1950, p. 23 y n. 23.
10 Bortkiewicz 1952, p. 5.
11 Ver por ejemplo el trabajo de Carchedi, de Haan, Freeman, Kliman y McGlone en Freeman y Carchedi (Ed.) 1996; Kliman y McGlone 1999.
12 Rubin 1973, p. 107.
13 Duyanevskaya 1988, p. 100.
14 En la Guerra Civil en Francia, Marx escribió que los comuneros querían “transformar […] los medios de producción, la tierra y el capital … en instrumentos de los trabajadores libres y asociados (Marx 1968a, p. 61). En el Capítulo 1 del Tomo I de El Capital él imaginó una sociedad en la que la producción “se convierte en producción de [personas (Menschen)] libremente asociadas y se basa en su control consciente y planeado(Marx 1977, p. 173).
15 Rubin 1973, p. 108.
16 Draper 1985, p. 99 y 1986, p.11.
17 Un argumento superficial parecido en sus Grundrisse 1857-8 (Marx 1973, p. 141-3) intentó distinguir el valor de una mercancía de su existencia física para poder explicar la necesidad del dinero y no para identificar el valor mismo como propiedad común de las mercancías.
18 Marx, en El Capital, argumentó que los precios de las mercancías, así como sus valores, están determinados antes de que entren a la circulación La teoría cuantitativa del dinero “tenía sus raíces en la hipótesis absurda…de que las mercancías entran al proceso de circulación sin un precio y que el dinero entra sin un valor (Marx 1977, p. 220). El valor de una mercancía se expresa en su precio antes de que entre a la circulación y por consiguiente es una precondición de la circulación, no su resultado (Marx 1977, p. 260).
19 Marx 1968b, p. 170-2.
20 Marx 1968b, p. 172; ver Marx 1971, pp. 132-3.
21 Marx 1971, pp. 128-9.
22 Marx 1971, p. 130.
23 Marx 1971, p. 147.
24 Marx 1971, p. 129.
25 Marx 1971, p. 126.
26 Citado en Marx 1971, p. 154.
27 Marx 1971, p. 154.
28 Marx 1971, p. 131.
29 Marx 1977, p. 256
30 Marx 1977, p. 252.
31 Marx 1981ª, pp. 185-6
32 Marx 1981a, p. 185.
33 Marx 1981a, p. 186.
34 Marx 1981a, p. 185.
35 La edición en francés se publicó en serie, y las revisiones de las partes posteriores se realizaron hasta 1875. Sin embargo, el primer capítulo fue revisado en 1872, aproximadamente al mismo tiempo en que se hicieron las revisiones en alemán.
36 Marx 1977, p. 127.
37 Marx 1972, p. 8.
38 Marx 1972, p. 7.
39 Marx sostenía con certeza que el valor se determina por el tiempo de trabajo, pero cuestiono la postura de que intentó explicar los precios relativos sobre la base del tiempo de trabajo. En cualquier caso mi argumento aquí es que la sección inicial no realiza tal intento.
40 Marx 1975, p. 183 y p. 198.
41 Marx 1977, p. 127.
42 Marx 1977, pp. 125-6.
43 Marx 1977, p. 152 (énfasis añadido).
44 Marx 1977, p. 126.
45 Marx 1977, p. 127.
46 Marx 1977, p. 127. A mi parecer esta conclusión sigue necesariamente una vez que se da por sentada la premisa inicial de Marx. Él afirma no nada más que un quarter de trigo “se intercambia por otras mercancías, sino que el trigo mismo “tiene un valor de “cambio (o es un “portador material de valor de cambio). Dada esta premisa, logra mostrar que el trigo en efecto “tiene diversos valores de cambio en lugar de uno, que cada uno de estos valores de cambio es una expresión intercambiable de la misma cosa, el valor de “cambio del trigo, y que por ello “expresa algo igual. Cualquier reto a esta conclusión debe por consiguiente retar la premisa inicial. Uno debe argumentar que, aun cuando el trigo se intercambia por otras mercancías, no “tiene (en cualquier otro sentido) un valor de cambio.
Tal situación es ciertamente posible. En efecto creo que se obtiene siempre que el intercambio sea meramente contingente, eventos efímeros. Pero aquí Marx estaba considerando a la sociedad capitalista. Es un hecho que en esta sociedad –aun separado de y previo a cualquier intercambio de nuestro trigo– nosotros pensamos y decimos que “tiene un valor (o precio) de “su valía, tanta cantidad de dinero. Además, actuamos sobre esta base, calculamos “el valor de nuestros activos y nuestra “riqueza neta, decidimos comprar artículos si “valen más que el precio de etiqueta, etc. y lo hacemos antes de intercambiar y aun cuando intercambiemos o no.
Uno podría objetar que aun cuando tenemos la misma premisa de Marx, que las mercancías “tienen valor de cambio, es “falsa. En un sentido esto es correcto (y su teoría del fetichismo de la mercancía hace este punto precisamente). Pero Marx estaba analizando nuestras relaciones sociales –cómo actuamos, hablamos y pensamos bajo el capitalismo. En este contexto, la premisa es simplemente un hecho, así que el reto falla.
Previamente argumentamos que Marx no podía haber derivado con éxito la equivalencia de las mercancías entre sí del mero fenómeno de intercambio y que en cambió lo derivó de un hecho particular sobre el capitalismo –las mercancías “tienen valor de cambio. Si este argumento es correcto, entonces otorga un soporte adicional a la perspectiva de que el Capítulo 1 de El Capital analiza relaciones específicamente capitalistas, la “riqueza de las sociedades en las que predomina el modo de producción capitalista (Marx 1977, p. 125) y no (como muchos autores han argumentado tradicionalmente) una sociedad pre -capitalista de intercambio.
47 Por tanto la igualdad es cualitativa. Sin embargo, las mercancías aún “expresarían algo igual, ya sea que se intercambien por siete o nueve bushels de trigo en lugar de un quarter (ocho bushels).
48 Marx 1977, p. 127.
49 Ver Marx 1975, p. 198: “mercancía” es, por un lado valor de uso y por otro lado “valor”, no valor de cambio, debido a que la mera forma de apariencia no es el contenido.
50 Marx 1977, p. 139.
51 Marx 1977, p. 154.
52 Marx 1977, p. 162.
53 Marx 1977, p. 149.
54 Marx 1977, p. 127.
55 Böhm-Bawerk 1984, pp. 68-69.
56 “Todas las mercancías son no valores de uso para sus propietarios y valores de uso para su no propietarios. Por consiguiente deben cambiar de manos (Marx 1977, p. 179).
57 Marx 1977, p. 182.
58 Ver Marx 1971, p. 144: “¿cuál es esta unidad de objetos intercambiados entre sí? ¿…como es qué vuelven intercambiables?
59 Marx 1977, p. 127.
60 Böhm-Bawerk 1984, p. 69.
61 Comparemos el argumento de la “tercera cosa con el fragmento al final del Capítulo 5 (pp. 268-9 y n. 269) en el que Marx afirma por primera vez –pero sólo como supuesto– que valores iguales se intercambian: “El propietario del dinero…debe comprar sus mercancías a su valor, venderlas a su valor…Si los precios realmente difieren de los valores entonces debemos reducir los primeros a los segundos, es dec ir, no considerar esta situación por ser accidental.
62 Marx 1977, p. 127.
63 Marx 1977, pp. 127-8.
64 Böhm-Bawerk 1984, pp. 74-5.
65 Böhm-Bawerk 1984, p. 77: “esto muestra que se busca al trabajo como el factor común; Kay 1979, p. 51: “El argumento de Marx es…que en el intercambio, el trabajo es la propiedad común que regula los términos de intercambio.
66 Marx 1977, p. 128.
67 Böhm-Bawerk 1984, p. 71, estaba quizás justificador en quejarse que Marx omitiera mencionar esto desde el inicio. Sin embargo Marx estaba siguiendo la delimitación famosa del término “mercancía de Ricardo 1982, p.12.
68 Marx 1977, pp. 127-8.
69 Marx 1977, p. 128.
70 “En tanto encuentra su expresión en valor, este [trabajo] ya no posee la misma característica que cuando es creador de valores de uso. Fui el primero en notar y examinar críticamente esta naturaleza dual del trabajo contenido en las mercancías (Marx 1977, p. 132).
71 Marx 1977, p. 128.
72 Marx 1977, p. 128.
73 Marx 1977, p. 128.
74 Ver por ejemplo Rubin 1973, p. 111ff.
75 Marx 1977, p. 142.
76 Marx 1977, p. 129.
77 Elson 1979, p. 132-3 también ha reconocido este punto.
78 Ver Marx 1964, p. 122-3: “El trabajador pone su vida en el objeto, y su vida deja de pertenecer a sí mismo sino al objeto…La enajenación del trabajador en su producto no nada más significa que su trabajo se convierte en un objeto, sino que asume una existencia externa, pero que existe independientemente, fuera de él y lo enajena, y permanece opuesta a él como un poder autónomo. La vida que ha dado al objeto se vuelve contra sí como una fuerza hostil y ajena.
79 Marx 1964, p. 124.
80 Ver Marx 1964, p. 124: “¿Cómo podría el trabajador mantenerse en una relación ajena con el producto de su actividad si so se enajena a sí mismo en el acto de producción mismo? El producto no es más que el resultado de la actividad, de la producción.”
81 Robinson 1953, p. 20.
82 Marx 1977, pp. 153-4.
83 Agradezco a Patrick Murray por traer esto a mi atención.
84 Ver por ejemplo Kline, 1967, pp. 287-8.
85 Marx 1977, p. 163.
86 Marx 1977, p. 174.
87 Hegel 1975, p. 64..
88 Hegel 1975, pp. 40-41.
89 Böhm-Bawerk 1984, p. 101.
90 Marx 1977, p. 102.
91 Marx 1975, p. 189 y p. 198.
92 Marx 1977, p. 125.
93 Marx 1977, p. 163.
94 Marx tomó esta concepción de lo concreto de Hegel. Refiriéndose a la “totalidad concreta por ejemplo, Hegel 1989, p. 830 escribió que “como concreto, es diferenciado consigo mismo. En su Introducción a los Grundrisse, Marx 1973, p. 101 argumentó que “lo concreto es concreto porque es la concentración de muchas determinaciones, por tanto unidad de lo diverso.
95 Duyanevskaya 1988, p. 99 (énfasis añadido).
96 Marx 1981b, p. 969.
97 Marx 1977, p. 166.
98 Marx 1977, p. 126.
99 Marx 1977, p. 127.
100 Marx 1977, p. 165
101 Marx 1977, p. 126.
102 Marx 1977, p. 126.
103 Marx 1977, p. 990.
104 Marx 1981b, p. 136.

Andrew Kliman es profesor de Economía en la Universidad de Pace en Nueva York. Autor de ‘Reclaiming Marx’s Capital. A refutation of the myth of inconsistency’ y de ‘The failure of capitalist production’. Correo-e: akliman@pace.edu.
Traducido del inglés por A. Sebastián Hdez. Solorza, quien es estudiante de la Licenciatura en Economía en el Instituto Tecnológico Autónomo de México – ITAM Correo-e: a.sebastian.hdz.s@gmail.com
 Texto en PDF: 23 pp.
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Todo lo sólido se desvanece en el aire; todo lo sagrado es profano, y los hombres, al fin, se ven forzados a considerar serenamente sus condiciones de existencia y sus relaciones recíprocasKarl Marx

Not@s sobre Marx, marxismo, socialismo y la Revolución 2.0

— Notas notables
Cecilia Feijoo: Apuntes sobre el Concepto de Revolución Burguesa en Karl Marx — Red Diario Digital
Moishe Postone: Il compito della teoria critica oggi: Ripensare la critica del capitalismo e dei suoi futuri — Blackblog Franco Senia
Pierre-Yves Quiviger: Marx ou l'élimination des inégalités par la révolution — Le Point
Hernán Ouviña: Indigenizar el marxismo — La Tinta
Emmanuel Laurentin: Les historiens américains et Karl Marx — France Culture
Adèle Van Reeth: Le Capital de Karl Marx: La fabrique de la plus-value — France Culture
Manuel Martínez Llaneza: Reproches a Marx acerca de El Capital (Bajo la égida de Friedrich Engels) — Rebelión
Victoria Herrera: Marx y la historia — Buzos
Alejandro F. Gutiérrez Carmona: La vigencia del pensamiento marxista — Alianza Tex
Víctor Arrogante: El Capital y las aspiraciones de la clase trabajadora — Nueva Tribuna
Mauricio Mejía: Karl Marx, el poeta de la mercancía — El Financiero
Emmanuel Laurentin: Karl Marx à Paris: 1843-1845 — France Culture
Jacinto Valdés-Dapena Vivanco: La teoría marxista del Che Guevara — Bohemia
Aldo Casas: El marxismo como herramienta para la lucha — La necesidad de la formación en la militancia — La Tinta
Evald Vasiliévich Iliénkov: La dialéctica de lo abstracto y lo concreto en El Capital de Marx — Templando el Acero
Vincent Présumey: Suivi des écrits de Karl Marx / 1837-1848 - Part I, Part II, Part III & Part IV — Mediapart
Roman Rosdolky: Marx ésotérique et Marx exotérique — Palim Psao
Lepotier: Marx, Marxisme, Cui bono? — Bella Ciao
Andrea Vitale: La critica di Pareto a Marx: una abborracciatura — Operai e Teoria
Annelie Buntenbach: Marx provides us with a glimpse behind the scenes of capitalism — Marx 200
Antoni Puig Solé: La Ley del Valor y la ecología en Marx — Lo que somos
Vladimiro Giacché: Note sui significati di "Libertà" nei Lineamenti di Filosofia del Diritto di Hegel — Il Comunista
Salvador López Arnal: Manuel Sacristán (1925-1985) como renovador de las tradiciones emancipatorias — Rebelión
Paúl Ravelo Cabrera: Marx, Derrida, el Gesto Político y la supercapitalización mundial — Scribb
Dino Greco: In difesa del marxismo — Sollevazione
Alberto Quiñónez: Arte, praxis y materialismo histórico — Rebelión
Josefina L. Martínez: Feminismo & Socialismo marxista - Eleanor Marx, la cuestión de la mujer y el socialismo — Rebelión
John Bellamy Foster: Marx y la fractura en el metabolismo universal de la naturaleza — Scribb
José Manuel Bermudo Ávila: Concepto de Praxis en el joven Marx — Scribb
Carlos Oliva Mendoza: Adolfo Sánchez Vázquez: ¿marxismo radical o crítica romántica? — InfoLibre
Bernardo Coronel: ¿El marxismo es una ciencia? — La Haine
Sylvain Rakotoarison: Le capitalisme selon Karl Marx — Agora Vox

— Notas y comentarios sobre El Capital
António Ferraz: Os 150 anos do livro ‘O Capital’, de Karl Marx — Correio do Minho
Horacio Tarcus: Traductores y editores de la “Biblia del Proletariado” - Parte I & Parte II — Memoria
Emmanuel Laurentin: Le Capital, toujours utile pour penser la question économique et sociale? — France Culture
J.M. González Lara: 150 años de El Capital — Vanguardia
Roberto Giardina: Il Capitale di Marx ha 150 anni — Italia Oggi
Alejandro Cifuentes: El Capital de Marx en el siglo XXI — Voz
Marcela Gutiérrez Bobadilla: El Capital, de Karl Marx, celebra 150 años de su edición en Londres — Notimex
Mario Robles Roberto Escorcia Romo: Algunas reflexiones sobre la vigencia e importancia del Tomo I de El Capital — Memoria
Antoni Puig Solé: El Capital de Marx celebra su 150° aniversario — Lo que Somos
Jorge Vilches: El Capital: el libro de nunca acabar — La Razón
Carla de Mello: A 150 años de El Capital, la monumental obra de Karl Marx — Juventud Socialista del Uruguay
Rodolfo Bueno: El Capital cumple 150 años — Rebelión
Diego Guerrero: El Capital de Marx y el capitalismo actual: 150 años más cerca — Público
José Sarrión Andaluz & Salvador López Arnal: Primera edición de El Capital de Karl Marx, la obra de una vida — Rebelión
Sebastián Zarricueta: El Capital de Karl Marx: 150 años — 80°
Marcello Musto: La durezza del 'Capitale' — Il Manifesto
Esteban Mercatante: El valor de El Capital de Karl Marx en el siglo XXI — Izquierda Diario
Michael Roberts: La desigualdad a 150 años de El Capital de Karl Marx — Izquierda Diario
Ricardo Bada: El Capital en sus 150 años — Nexos
Christoph Driessen: ¿Tenía Marx razón? Se cumplen 150 años de edición de El Capital — El Mundo
Juan Losa: La profecía de Marx cumple 150 años — Público
John Saldarriaga: El Capital, 150 años en el estante — El Colombiano
Katia Schaer: Il y a 150 ans, Karl Marx publiait ‘Le Capital’, écrit majeur du 20e siècle — RTS Culture
Manuel Bello Hernández: El Capital de Karl Marx, cumple 150 años de su primera edición — NotiMex
Ismaël Dupont: Marx et Engels: les vies extravagantes et chagrines des deux théoriciens du communisme! — Le Chiffon Rouge
Jérôme Skalski: Lire Le Capital, un appel au possible du XXIe siècle - L’Humanité
Sebastiano Isaia: Il Capitale secondo Vilfredo Pareto — Nostromo

— Notas y reportajes de actualidad
Román Casado: Marx, Engels, Beatles, ese es el ritmo de Vltava — Radio Praga
María Gómez De Montis: El Manifiesto Comunista nació en la Grand Place — Erasmus en Flandes
Enrique Semo: 1991: ¿Por qué se derrumbó la URSS? — Memoria
Michel Husson: Marx, un économiste du XIXe siècle? A propos de la biographie de Jonathan Sperber — A L’Encontre
César Rendueles: Todos los Marx que hay en Marx — El País
Alice Pairo: Karl Marx, Dubaï et House of cards: la Session de rattrapage — France Culture
Sebastián Raza: Marxismo cultural: una teoría conspirativa de la derecha — La República
Samuel Jaramillo: De nuevo Marx, pero un Marx Nuevo — Universidad Externado de Colombia
Sergio Abraham Méndez Moissen: Karl Marx: El capítulo XXIV de El Capital y el “descubrimiento” de América — La Izquierda Diario
Joseph Daher: El marxismo, la primavera árabe y el fundamentalismo islámico — Viento Sur
Francisco Jaime: Marxismo: ¿salvación a través de la revolución? — El Siglo de Torreón
Michel Husson: Marx, Piketty et Aghion sur la productivité — A l’encontre
Guido Fernández Parmo: El día que Marx vio The Matrix — Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires
Cest: Karl Marx y sus "Cuadernos de París" toman vida con ilustraciones de Maguma — El Periódico
Leopoldo Moscoso: 'Das Kapital': reloading... — Público
Laura "Xiwe" Santillan: La lucha mapuche, la autodeterminación y el marxismo — La Izquierda Diario
José de María Romero Barea: Hölderlin ha leído a Marx y no lo olvida — Revista de Letras
Ismaël Dupont: Marx et Engels: les vies extravagantes et chagrines des deux théoriciens du communisme! — Le Chiffon Rouge Morlai
Francisco Cabrillo: Cómo Marx cambió el curso de la historia — Expansión
El “Dragón Rojo”, en Manchester: Cierran el histórico pub donde Marx y Engels charlaban "entre copa y copa" — BigNews Tonight
Marc Sala: El capitalismo se come al bar donde Marx y Engels debatían sobre comunismo — El Español

— Notas sobre debates, entrevistas y eventos
Fabrizio Mejía Madrid: Conmemoran aniversario de la muerte de Lenin en Rusia — Proceso
Segundo Congreso Mundial sobre Marxismo tendrá lugar en Beijing — Xinhua
Debate entre Andrew Kliman & Fred Moseley — Tiempos Críticos
David McNally & Sue Ferguson: “Social Reproduction Beyond Intersectionality: An Interview” — Marxismo Crítico
Gustavo Hernández Sánchez: “Edward Palmer Thompson es un autor que sí supo dar un giro copernicano a los estudios marxistas” — Rebelión
Alberto Maldonado: Michael Heinrich en Bogotá: El Capital de Marx es el misil más terrible lanzado contra la burguesía — Palabras al Margen
Leonardo Cazes: En memoria de Itsván Mészáros — Rebelión (Publicada en O Globo)
Entrevista con István Mészáros realizada por la revista persa Naghd’ (Kritik), el 02-06-1998: “Para ir Más allá del Capital” — Marxismo Crítico
Rosa Nassif: “El Che no fue solo un hombre de acción sino un gran teórico marxista” Agencia de Informaciones Mercosur AIM
Entrevista a Juan Geymonat: Por un marxismo sin citas a Marx — Hemisferio Izquierdo
Juliana Gonçalves: "El Capital no es una biblia ni un libro de recetas", dice José Paulo Netto [Português ] — Brasil de Fato
Entrevista a Michael Heinrich: El Capital: una obra colosal “para desenmascarar un sistema completo de falsas percepciones” — Viento Sur
Alejandro Katz & Mariano Schuster: Marx ha vuelto: 150 años de El Capital. Entrevista a Horacio Tarcus — La Vanguardia
Salvador López Arnal: Entrevista a Gustavo Hernández Sánchez sobre "La tradición marxista y la encrucijada postmoderna" — Rebelión
Jorge L. Acanda: "Hace falta una lectura de Marx que hunda raíces en las fuentes originarias del pensamiento de Marx" — La Linea de Fuego

— Notas sobre Lenin y la Revolución de Octubre
Guillermo Almeyra: Qué fue la Revolución Rusa — La Jornada
Jorge Figueroa: Dos revoluciones que cambiaron el mundo y el arte — La Gaceta
Gilberto López y Rivas: La revolución socialista de 1917 y la cuestión nacional y colonial — La Jornada
Aldo Agosti: Repensar la Revolución Rusa — Memoria
Toni Negri: Lenin: Dalla teoria alla pratica — Euronomade
Entretien avec Tariq Ali: L’héritage de Vladimir Lénine — Contretemps
Andrea Catone: La Rivoluzione d’Ottobre e il Movimento Socialista Mondiale in una prospettiva storica — Marx XXI
Michael Löwy: De la Revolución de Octubre al Ecocomunismo del Siglo XXI — Herramienta
Serge Halimi: Il secolo di Lenin — Rifondazione Comunista
Víctor Arrogante: La Gran Revolución de octubre — El Plural
Luis Bilbao: El mundo a un siglo de la Revolución de Octubre — Rebelión
Samir Amin: La Revolución de Octubre cien años después — El Viejo Topo
Luis Fernando Valdés-López: Revolución rusa, 100 años después — Portaluz
Ester Kandel: El centenario de la Revolución de octubre — Kaos en la Red
Daniel Gaido: Come fare la rivoluzione senza prendere il potere...a luglio — PalermoGrad
Eugenio del Río: Repensando la experiencia soviética — Ctxt
Pablo Stancanelli: Presentación el Atlas de la Revolución rusa - Pan, paz, tierra... libertad — Le Monde Diplomatique
Gabriel Quirici: La Revolución Rusa desafió a la izquierda, al marxismo y al capitalismo [Audio] — Del Sol

— Notas sobre la película “El joven Karl Marx”, del cineasta haitiano Raoul Peck
Eduardo Mackenzie:"Le jeune Karl Marx ", le film le plus récent du réalisateur Raoul Peck vient de sortir en France — Dreuz
Minou Petrovski: Pourquoi Raoul Peck, cinéaste haïtien, s’intéresse-t-il à la jeunesse de Karl Marx en 2017? — HuffPost
Antônio Lima Jûnior: [Resenha] O jovem Karl Marx – Raoul Peck (2017) — Fundaçâo Dinarco Reis
La película "El joven Karl Marx" llegará a los cines en el 2017 — Amistad Hispano-Soviética
Boris Lefebvre: "Le jeune Karl Marx": de la rencontre avec Engels au Manifeste — Révolution Pernamente

— Notas sobre el maestro István Mészáros, recientemente fallecido
Matteo Bifone: Oltre Il Capitale. Verso una teoria della transizione, a cura di R. Mapelli — Materialismo Storico
Gabriel Vargas Lozano, Hillel Ticktin: István Mészáros: pensar la alienación y la crisis del capitalismo — SinPermiso
Carmen Bohórquez: István Mészáros, ahora y siempre — Red 58
István Mészáros: Reflexiones sobre la Nueva Internacional — Rebelión
Ricardo Antunes: Sobre "Más allá del capital", de István Mészáros — Herramienta
Francisco Farina: Hasta la Victoria: István Mészáros — Marcha
István Mészáros in memoriam : Capitalism and Ecological Destruction — Climate & Capitalism.us