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Karl Marx ✆ Anne Simon
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Fred
Moseley | La larga y continua controversia en torno
del análisis del “problema de la transformación” de Marx no ha puesto
suficiente atención en el método lógico utilizado por Marx en los tres tomos de
El capital. La interpretación más
común del problema de la transformación se basa en los trabajos de Bortkiewicz
(1952), Sweezy (1968), Seton (1957), Morishima (1973), Medio (1972), Steedman
(1985) y otros. Esta interpretación de la teoría de Marx se define en este
artículo como la interpretación “neorricardiana”. El método lógico atribuido a
la teoría de Marx por esta interpretación es fundamentalmente el mismo que el
método de la teoría de la producción lineal (por ejemplo, la teoría de Sraffa).
En este artículo se argumenta que el método lógico de la teoría de la
producción difiere de manera fundamental del propio método de Marx y, por
consiguiente, que las conclusiones a las que llega la interpretación
neorricardiana de la teoría de Marx no se aplican a ésta, sino que se refieren
sólo a la teoría de la producción lineal.
En la sección I de este artículo se analiza
brevemente la conocida interpretación neorricardiana del problema de la
transformación. En las siguientes cuatro secciones se examinan aspectos
importantes del método lógico de Marx y se contrastan éstos con la
interpretación neorricardiana del método de Marx, es decir, con el método de la
producción lineal. En la siguiente sección se responde a la crítica
neorricardiana ampliamente aceptada de que Marx “no logró transformar los
insumos de capital constante y el capital variable” en su determinación de los
precios de producción. En la última sección se contrasta de manera sucinta la
interpretación que se presenta aquí con la “nueva solución” al problema de la
transformación desarrollada recientemente por Foley, Dumenil y Lipietz.
I.
La interpretación neorricardiana
Como lo mencionamos antes, la interpretación
neorricardiana supone que el método de la teoría de Marx es esencialmente el método
de la teoría de la producción lineal. Los presupuestos (givens) fundamentales
de la teoría de la producción, supuestamente incluidos en la teoría de Marx,
son las cantidades físicas de las condiciones técnicas de producción y el
salario real. Estas condiciones técnicas y el salario real proporcionan un
sistema de ecuaciones simultáneas que determina los valores de cambio (los
valores-trabajo o precios) de las mercancías producidas y, dependiendo de la
condición que se suponga, la tasa de plusvalía o la tasa de ganancia, que son
las variables desconocidas del sistema.
Según la interpretación neorricardiana, el Tomo
I de El capital trata acerca del
“sistema de valores”, en el cual las variables principales que se determinan
son los valores-trabajo de las mercancías individuales. Estos valores-trabajo
individuales se derivan de las condiciones técnicas de producción y del salario
real, que son los presupuestos (givens) del sistema. La tasa de plusvalía en
términos de valor también se determina junto con los valores de las mercancías
individuales. La lógica de este método se muestra en la siguiente “ecuación de
valores”:
aij +
(li bj j) (1 + s) = i (1)
donde aij se refiere a los insumos materiales
requeridos para producir cada mercancía, li se refiere a los insumos actuales
de trabajo requeridos para producir cada mercancía, bj a los bienes incluidos
en el salario real, s a la tasa de plusvalía y i al valor de cada mercancía. Las matrices a y l constituyen las
“condiciones técnicas de producción”, las cuales, junto con el salario real,
determinan los valores individuales y la tasa de plusvalía.
Las cantidades de capital constante, capital
variable y plusvalía (sea para las industrias individuales o para la economía
en su conjunto) pueden entonces derivarse de estos valores-trabajo individuales
de la siguiente manera: se supone que el capital constante es igual al
valor-trabajo de los bienes de producción; se supone que el capital variable es
igual al valor-trabajo de los bienes salario, y se supone que la plusvalía es
igual al valor-trabajo de los bienes que constituyen el excedente. Finalmente,
la tasa de ganancia se define como la relación entre la plusvalía y la suma del
capital variable y constante, donde las magnitudes absolutas en ambas relaciones
son definidas en términos de valor-trabajo, como se señaló anteriormente.
El Tomo III, según esta interpretación, se
relaciona con el “sistema de precios”, en el cual Marx intenta transformar las
variables de valor-trabajo determinadas en el Tomo I en las variables de
precios correspondientes. En el análisis del Tomo III las condiciones técnicas
y el salario real nuevamente están dadas, al igual que en el Tomo I. Además,
las magnitudes de valor derivadas en el Tomo I también están dadas. De estos
presupuestos se deriva una serie de “multiplicadores de transformación” que
pueden utilizarse para convertir el valor-trabajo de cada mercancía (o cada
departamento) en su precio correspondiente. La tasa de ganancia en términos de
precio también se determina junto con los precios de las mercancías
individuales. Esta lógica se demuestra en la siguiente “ecuación de precios”:
(aij j xj + li bj j xj) (1 + r) = i xi =
pi (2)
donde x representa la serie de multiplicadores
de transformación (precio por unidad de valor de cada mercancía) y r la tasa de
ganancia. Aquí podemos observar que los precios individuales se determinan por
las condiciones técnicas de producción, el salario real y los valores
individuales. Las cantidades de capital constante, capital variable y plusvalía
son “revaluadas” en términos de precios como los precios de los bienes de
producción, de los bienes-salario, y de los bienes que constituyen el
excedente, respectivamente.
La interpretación neorricardiana concluye que
la anterior es la solución lógica y satisfactoria del problema de la
transformación. Sin embargo, tres implicaciones importantes se encuentran en
este método para solucionar el problema de la transformación, que reduce
significativamente o incluso elimina la utilidad de la teoría del valor de
Marx. Primera, sólo una de las dos igualdades totales importantes que Marx
subraya (véase infra) puede funcionar al mismo tiempo: o la magnitud total de
precios es igual a la magnitud total de valores (o los precios proporcionales a
los valores-trabajo) o la magnitud total de ganancias es igual a la magnitud
total de plusvalía, pero no ambas al mismo tiempo. Segunda, la tasa de ganancia
derivada del sistema de precios es diferente de la tasa de ganancia derivada
del sistema de valores, y estas dos tasas pueden tener tendencias divergentes.
Finalmente, la principal crítica de muchos neorricardianos es que el análisis
del sistema de valores del Tomo I es “redundante” o es una “desviación
innecesaria” (por ejemplo, Steedman, 1985). Los mismos precios y la tasa de
ganancia pueden derivarse directamente de las condiciones técnicas y del
salario real dados sin primero derivar los valores, y luego transformándolos en
precios.
Lo que argumento a continuación es que el
método lógico de la teoría de la producción lineal que está supuesta en esta
interpretación neorricardiana de la teoría de Marx difiere en aspectos
fundamentales del propio método lógico de Marx. En las siguientes sec-ciones
examinaremos las principales diferencias entre el método de Marx y la
interpretación neorricardiana.
II.
Capital en general y muchos capitales
La primera diferencia importante entre la
interpretación neorricardiana y la teoría de Marx se relaciona con el orden de
determinación entre las magnitudes económicas totales (como el precio o las
ganancias totales) y las magnitudes individuales correspondientes. La
interpretación neorricardiana generalmente hace caso omiso de las magnitudes
totales, pero de manera implícita supone que estas magnitudes totales
determinan subsecuentemente a las magnitudes individuales como la suma de estas
últimas. Yo argumento, por lo contrario, que en la teoría de Marx, las
magnitudes totales se determinan antes e independientemente de las magnitudes
individuales. Con las magnitudes totales dadas, estas últimas son entonces
determinadas en una etapa posterior del análisis.
Marx expresó este orden supuesto de
determinación entre las magnitudes totales y las individuales en términos de la
distinción entre el “capital en general” (o capital social total) y los “muchos
capitales” (o com-petencia).1 El análisis del capital en general concierne a
las propiedades que todos los capitales tienen en común. Puesto que estas
propiedades son compartidas por todos los capitales, el análisis del capital en
general resulta necesariamente en un análisis de todos los capitales en
conjunto, es decir, del capital social total: “Acá tenemos que entendernos con
el capital en cuanto tal (say the capital of the whole society). La diversidad
de los capitales no nos incumbe aún” (Marx, 1984a, p. 290). “Si por ejemplo
con-sidero el capital global de una nación, por contraposi-ción con el trabajo
asalariado total, lo estoy considerando en general” (Marx, 1982a, p. 425; véase
también Marx, 1980a, p. 384; Rosdolsky, 1978, páginas 74-75).
La propiedad común más fundamental y esencial
de todos los capitales es su capacidad de autoexpansión. Así, en general, el
fin principal del análisis del capital en el Tomo I es mostrar la manera en que
el capital social aumenta en magnitud, es decir, cómo se determina la cantidad
total de plusvalía en la economía en su conjunto. Marx introdujo el marco
general para su análisis del capital en general en el Capítulo IVdel Tomo I
(“Transformación del dinero en capital”). Este marco analítico general se expresa
simbólicamente como D-M-D', donde D' = D + D. En esta fórmula D representa el capital dinerario total invertido en
la economía capitalista en su conjunto, y D' representa el capital dinerario
total recuperado después de determinado periodo (no especificado en esta
primera etapa del análisis). D representa la cantidad total de plusvalía producida durante ese
periodo en la economía capitalista en su conjunto, la cual incluye no sólo la
ganancia industrial, sino también la ganancia comercial, el interés y la renta.
El resto del Tomo I se dedica principalmente a un análisis de los determinantes
de la magnitud de este D. “Esta finalidad del proceso –que x se transforme en x + x– muestra además el curso que debe seguir la investigación” (Marx,
1983a, p. 5). “La investigación del origen de la plusvalía ha conformado, por
consiguiente, el problema más importante de la economía política desde los
fisiócratas hasta nuestros días” (Marx y Engels, 1988, p, 28).
Marx frecuentemente ejemplificaba el análisis
del capital en general con un capital individual, usualmente un capital de la
industria del algodón. Sin embargo, este capital individual no es el tema real
del análisis de Marx. Como ejemplo, un capital individual se considera en el Tomo
I sólo como representante característico del capital social total (Rosdolsky,
1978, p. 77; Foley, 1986, p. 15). Puesto que el análisis es acerca de las
propiedades comunes compartidas por todos los capitales, cualquier capital
podría servir como representante del capital total. “En la producción
capitalista [por ejemplo, en el Tomo I], cada capi-tal se considera como una
parcela, como parte alícuota del capital total” (Marx, 1980a, p. 384).
Entonces, el Tomo III se relaciona
principalmente con el nivel de abstracción de los muchos capitales.2 El
principal tema del análisis de los muchos capitales en el Tomo III es la
división de la plusvalía entre los capitalistas individuales y en las partes
componentes individuales. Dicho de otra manera, el análisis de los muchos
capitales se refiere a la distribución de la plusvalía, a diferencia de la
producción de la plusvalía. Puesto que las magnitudes individuales son
determinadas después de las magnitudes totales, la distribución de la plusvalía
se determina después de la producción de la plusvalía. “El beneficio de los capitalistas como clase o el beneficio del capital
debe existir antes de que sea posible repartirlo, y es el colmo de los absurdos
querer explicar su origen a partir de su reparto” (Marx, 1982a, p. 208;
cursivas nuestras).
La sección 2 del Tomo III analiza la
distribución de la plusvalía entre las ramas individuales de la producción, y
las secciones 4a-6a analizan la subsecuente división de la plusvalía en
ganancia industrial, ganancia mercantil, interés y renta. Este ensayo se
refiere al primero de estos dos temas: la distribución de la plusvalía entre
las ramas de la producción. Dado que esta distribución ocurre principalmente
por medio de los precios de las mercancías individuales, el análisis de los
muchos capitales también implica necesariamente la determinación de estos
precios individuales. En este análisis de los precios individuales y los
componentes individuales de la plusvalía, el precio total de todas la
mercancías en conjunto y la plusvalía total de la economía como un todo son
tomados como dados, como determinados en el Tomo I (véase infra para un examen
más amplio de este último punto).3
Marx consideró su análisis de la cantidad
total de la plusvalía anterior a su división en partes individuales como uno de
los tres aspectos “fundamentales nuevos” de El
capital. “En contraste con toda la economía polí-tica anterior, la cual
desde el principio trata los diferentes fragmentos de la plusvalía con sus
formas fijas de renta, ganancia e interés como ya dados, yo primero trato la
forma general de la plusvalía, en la cual todos estos fragmentos se encuentran
todavía sin diferenciarse –como solución por decirlo de alguna manera” (Marx y
Engels, 1975, p. 186; cursivas nuestras; véase también ibid., p. 180; Marx,
1980a, pp. 40 y 81).
En el análisis de Marx del capital en general,
las partes individuales de la plusvalía y otros fenómenos relacionados con los
capitales individuales se dese-chan totalmente de manera intencional; es decir,
se hace abstracción de estos fenómenos individuales: “La introducción, aquí, de
muchos capitales, no debe perturbar nuestro análisis. La relación entre los
muchos capitales, antes bien, se aclarará luego que hayamos considerado lo que
todos tienen en común: ser capital” (Marx, 1982a, p. 4).
Es importante recordar este método de
abstracción porque los fenómenos individuales a menudo parecen contradecir
prima facie los supuestos hechos y las conclusiones a las que se llega en el
análisis del capital en general. En el análisis posterior de los muchos
capitales, la división de la plusvalía en las partes individuales y otras
magnitudes individuales se explica con base en los supuestos hechos y las
conclusiones logradas en el análisis previo del capital en general. En el
proceso, las contradicciones aparentes se resuelven y resultan ser congruentes
con los supuestos y las conclusiones anteriores. De esta manera, el análisis
del capital en general proporciona lo que Marx llamó los “eslabones
intermedios”, que resultan necesarios antes de que pueda darse una explicación
del fenómeno relacionado con los muchos capitales (véase los pasajes citados
anteriormente, y a Rosdolsky (1978, pp. 414-415 y 618-619).
Marx llamó la atención sobre su método de
abstracción en dos pasajes importantes del Tomo I de El capital: en el Capítulo IV Marx argumenta que el origen de la
plusvalía no puede explicarse mientras el análisis esté restringido sólo a la
esfera de la circulación, donde las únicas actividades que se toman en
consideración son la compra y la venta. Según el supuesto de Marx, estas
actividades implican el intercambio de valores equivalentes. Ninguna plusvalía
puede crearse mediante este intercambio de equivalentes. Marx señala que esta
conclusión parece estar en contradicción con la existencia de la ganancia de
los comerciantes y el interés de los banqueros. Los comerciantes y banqueros se
dedican (más o menos) exclusivamente a actividades de la circulación, sin
embargo; los comerciantes obtienen ganancias y los banqueros obtienen intereses
como resultado de sus actividades.
Marx afirma que para explicar estos fenómenos
aparentemente contradictorios se necesita “una larga serie de pasos
intermedios”, la cual ha estado “totalmente ausente” en el análisis hasta
ahora. Dicho de otra manera, antes de que Marx analice los componentes
individuales de la plusvalía, primero analiza la determinación de la cantidad
total de plusvalía en el ámbito del capital en general. En este análisis
previo, las partes individuales de la plusvalía son ignoradas completamente.
Marx promete explicar esta aparente contradicción en una etapa posterior del
análisis: “En el curso de nuestra investigación nos encontraremos con que tanto
el capital comercial como el capital que rinde interés son formas derivadas”
(Marx, 1978a, p. 201; cursivas nuestras).
El segundo pasaje se relaciona específicamente
con el “problema de la transformación”. En el Capítulo IX Marx analiza tres
leyes que se derivan de su teoría de la plusvalía. La tercera ley dice que la
cantidad de plusvalía producida durante un periodo dado es proporcional a la
cantidad de capital variable invertido (con la tasa de plusvalía como el factor
de proporcionalidad). Marx señala que si esta ley se aplica directamente a las
industrias individuales, entonces parece estar en contradicción con los
fenómenos observables que se refieren a que los capitales individuales con
proporciones desiguales de capital variable y capital constante tienden a
realizar tasas iguales de ganancia (es decir, que la ganancia es proporcional
al capital total, no sólo al capital variable). Marx entonces señala que “para
resolver esta contradicción aparente se requieren aún muchos eslabones
intermedios” (Marx, 1978a, p. 372). Dicho de otra manera, esta contradicción
aparente no puede resolverse en el ámbito del análisis del capital en general,
sino que sólo puede resolverse en el análisis posterior de los muchos
capitales. La resolución de Marx de esta contradicción aparente es, por
supuesto, su solución al problema de la transformación.4
Marx argumenta que Ricardo y sus seguidores no
pudieron dar una explicación satisfactoria del fenómeno de las tasas iguales de
ganancia precisamente porque no siguieron el método de abstracción descrito
antes. En lugar de abstraer primero las tasas iguales de ganancia en el
análisis del capital en general, y luego explicar este fenómeno en el análisis
subsecuente de los muchos capitales con base en las explicaciones previas,
Ricardo presupuso las tasas iguales de ganancia junto con la ley del valor en
el primer capítulo de sus Principios y luego examinó hasta qué punto estos
diferentes supuestos resultaban mutuamente contradictorios. Así, Ricardo omitió
los “eslabones intermedios” esenciales, y pretendió probar la conformidad
directa de la ley del valor con las tasas iguales de ganancia. Ésta es una
tarea imposible, como lo han señalado Malthus y muchos otros.
En el Capítulo X de las Teorías sobre la
plusvalía, Marx examina ampliamente esta fatal debilidad metodológica de la
teoría de Ricardo. Debido a la importancia de este aspecto, vale la pena citar
ampliamente algunos pasajes de este capítulo:
El
método de Ricardo puede, por tanto, expresarse así: parte de la determinación
de la magnitud del valor de la mercancía por el tiempo de trabajo y pasa
luego a investigar si las demás relaciones y categorías
económicas contradicen a esta determinación o hasta qué punto la
modifican. A primera vista se comprende tanto la justificación histórica de
este método de proceder, su necesidad científica en la historia de la
economía, como también su insuficiencia científica, insuficiencia que no se
manifiesta tan sólo (formalmente) en el modo como se expone, sino también en
que conduce a resultados erróneos, puesto que salta eslabones
intermedios y trata de mostrar directamente la congruencia de
las categorías económicas entre sí (Marx, 1980b, p.
145;).
En vez de presuponer esta tasa general
de ganancia, Ricardo habría debido más bien investigar hasta qué punto su
existencia corresponde en general a la determinación de los valores por el
tiempo de trabajo, y entonces habría visto que, en vez de corresponder a
ella, la contradice prima facie y que, por tanto, su
existencia debe razonarse por medio de una serie de eslabones
intermedios, desarrollo muy diferente del hecho de subsumirla sencillamente
bajo la ley de los valores (Marx, 1980b, pp. 153-154;)
Como se ve, si se le reprochara
incurrir en una abstracción excesiva, el reproche fundado sería cabalmente el
contrario: falta de capacidad de abstracción, incapacidad de perder de
vista las ganancias en virtud de los valores de las mercancías, hecho que la
competencia se encarga de po-ner de manifiesto ante él (Marx, 1980b,
p. 169;).
En vez de presuponer esta tasa general
de ganancia, Ricardo habría debido más bien investigar hasta qué punto su
existencia corresponde en general a la determinación de los valores por el
tiempo de trabajo, y entonces habría visto que, en vez de corresponder a
ella, la contradice prima facie y que, por tanto, su
existencia debe razonarse por medio de una serie de eslabones
intermedios, desarrollo muy diferente del hecho de subsumirla sencillamente
bajo la ley de los valores (Marx, 1980b, pp. 153-154;).
Como se ve, si se le reprochara
incurrir en una abstracción excesiva, el reproche fundado sería cabalmente el
contrario: falta de capacidad de abstracción, incapacidad de perder de
vista las ganancias en virtud de los valores de las mercancías, hecho que la
competencia se encarga de po-ner de manifiesto ante él (Marx, 1980b,
p. 169;).
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En una carta a su amigo, el doctor Kugelmann,
Marx comenta nuevamente en torno de la decisiva diferencia entre su método y el
de Ricardo:
La
ciencia consiste, justamente, en demostrar cómo opera la ley del valor. Así
pues, si quisiéramos comenzar a “explicar” todos los fenómenos que
contradicen, en apariencia, esta ley, sería necesario poder dar la ciencia
antes de la ciencia. Éste es, precisamente, el error de Ricardo, que, en el
primer capítulo sobre el valor, todas las categorías posibles, que primero
hay que demostrarlas, las da por supuestas, para demostrar su adecuación con la ley del valor (Marx,
1975, p. 106, y Marx y Engels, 1975, p. 196).5
Así, podemos concluir que, según el método de
Marx, las magnitudes económicas totales se determinan en el análisis del
capital en general en el Tomo I, antes y de manera independiente de la
determinación de las magnitudes individuales en el análisis de los muchos
capitales en el Tomo III, y que las magnitudes totales previamente determinadas
están dadas en el análisis subsecuente de las magnitudes individuales. Y lo que
es más importante, la cantidad total de plusvalía se determina antes que las
partes individuales en las cuales se divide esta plusvalía, y está dada en el
análisis subsecuente de las partes individuales. Las siguientes secciones
analizan aún más la naturaleza de lo que se da por sentado en la teoría de Marx
en estos dos niveles de abstracción. |
III.
Los supuestos en términos de dinero
Otra diferencia importante entre la
interpretación neorricardiana y el método de Marx se relaciona precisamente con
lo que está dado, primero en la teoría de la plusvalía de Marx en el Tomo I y
luego en su teoría de los precios de producción en el Tomo III. La
interpretación neorricardiana considera que los supuestos que están dados
fundamentalmente en ambas etapas de la teoría de Marx son los mismos de la
teoría de la producción lineal: las cantidades físicas de las condiciones
técnicas de la producción y el salario real. Por lo contrario, yo argumento que
los supuestos que están dados fundamentalmente en la teoría de Marx son las
cantidades de dinero, las cantidades de trabajo abstracto y la cantidad de
dinero que representa una hora de trabajo abstracto. Esta sección se centra en
las cantidades de dinero que Marx toma como dadas.
El marco analítico para la teoría de Marx es
la circulación del capital. Como lo examinamos antes, Marx introdujo primero la
circulación del capital en el Capítulo IVdel Tomo I en la manera abreviada en
que aparece en la circulación: D-M-D'. Como bien se sa-be, la forma completa de
la circulación del capital, la cual incluye el proceso de producción, es
D-M...P...M '-D '. El punto importante para nuestros propósitos es que el punto
inicial de estas fórmulas es D –una suma de dinero invertida como capital para
la compra de los medios de producción y la fuerza de trabajo. “Todo nuevo
capital entra por primera vez en escena –o sea en el mercado– siempre como
dinero, dinero que a través de determinados procesos habrá de convertirse en
capital” (Marx, 1978a, p. 180).
Yo afirmo que la magnitud de este D que inicia
la cir-culación del capital es tomado como dado en la teoría del surgimiento de
la plusvalía de Marx en las últimas etapas de la circulación del capital.
Ciertamente, la teoría de la plusvalía de Marx explica cómo esta cantidad dada
de dinero incrementa su magnitud, es decir, cómo el dinero se transforma en
capital. Lo que se toma por dado en la teoría de la plusvalía del Tomo I son
cantidades totales de dinero invertidas como capital en la economía capitalista
en su conjunto. Esta interpretación se apoya, antes que nada, en la estructura
misma de la formulación de la circulación del capital de Marx, la cual se
inicia con una suma de dinero.
La interpretación neorricardiana, por lo
contrario, hace caso omiso de la formulación de la circulación del capital en
términos de dinero de Marx, y parece implicar que el marco analítico de la
teoría de Marx es algo como M...P...M, que podría describirse como “la
producción de mercancías por medio de mercancías”, donde los supuestos
fundamentales son las cantidades físicas de los insumos de la producción. Este
marco analítico es fundamentalmente diferente de la transformación del dinero
en capital.
Mi interpretación de que el capital-dinero
inicial en la circulación del capital se toma como dado se comprueba aún más
por el desarrollo lógico de los conceptos clave de Marx en las secciones 1a, 2a
y 3a de El capital. En la sección
primera, Marx deriva la necesidad del dinero de un análisis de las mercancías
(véase Murray, 1993). En la segunda, como hemos visto, Marx define el capital
en términos de este concepto previamente derivado del dinero: como dinero que
deviene más dinero. El título de la sección segunda, debe recordarse, es “La
transformación del dinero en capital”. Marx expresa claramente esta relación
lógica entre dinero y capital en el siguiente pasaje:
El desarrollo del capital presupone ya el pleno desarrollo del valor de cambio de la mercancía y, por tanto, su sustantivación en dinero. En el proceso de producción y circulación del capital se parte del valor como entidad sustantiva que se mantiene, incrementa y mide su incremento con respecto a su magnitud originaria. La relación entre el [valor] presupuesto a la producción y el valor resultante de ella –en cuanto valor resultante, el capital es capital por oposición a la ganancia– constituye lo trascendente y determinante de todo el proceso de producción capitalista (Marx, 1980c, p. 116;).
La sección tercera analiza luego el origen del
incremento del dinero característico del capital, con el capital-dinero inicial
tomado como dado (taken as given). En esta sección Marx no deja súbitamente de
tomar en cuenta el desarrollo lógico previo del dinero, del capital y de la
plusvalía de las secciones primera y segunda, e introduce de la nada las
condiciones técnicas de producción y el salario real como los supuestos
(givens) en su teoría de la plusvalía. En lugar de eso, las secciones primera y
segunda proporcionan los presupuestos lógicos para su análisis de la plusvalía
en la sección tercera y más allá de ésta. Los argumentos presentados por Smith
(1993), Murray (1993) y Arthur (1993), los cuales demuestran las conecciones
necesarias entre los conceptos de mercancías, dinero y capital de Marx, también
respaldan la interpretación que se presenta aquí en el sentido de que los
supuestos de la teoría de la plusvalía de Marx son las cantidades de dinero
invertidas como capital. La interpretación neorricardiana, por otra parte, no
tiene una explicación para el análisis de Marx de las secciones primera y
segunda, o para la relación lógica entre estas dos secciones y la teoría de la
plusvalía de la sección tercera.
Finalmente, mi interpretación también se apoya
textualmente en los numerosos pasajes que se refieren al capital-dinero en los
diversos borradores de El capital;
capital-dinero que inicia la circulación del capital como el “capital
presupuesto” o el “capital postulado” o el “punto de partida” de la circulación
del capital (véase, por ejemplo, el Capítulo IVdel Tomo I de El capital y los diversos borradores
originales de este ca-pítulo en Marx, 1984a, pp. 189-204; Marx y Engels, 1987,
pp. 501-507, y Marx y Engels, 1988, pp. 9-20). Un pasaje en especial claro del
manuscrito intitulado “Resultados del proceso inmediato de producción” es el
siguiente:
Como
aquí sólo hemos de ocuparnos del dinero en cuanto punto de partida del
proceso inmediato de producción, basta con formular una sola observación: el
capital no existe aquí todavía más que como una suma dada de valor =
D (dinero), en el cual se ha extinguido todo valor de uso; por
consiguiente bajo la forma de dinero... Si el capital inicial era una suma
de valor = x, esta xdebe transformarse y se transforma en capital,
en x + x, es decir en una suma de
dinero o suma de valor = a la suma de valor originaria + un excedente por
arriba de esta suma de valor inicial; en la magnitud monetaria dada
+ dinero adicional; en el valor dado + plusvalía. En su condición
de suma de dinero, x es a priori una magnitud constante,
cuyo incremento por tanto es = 0. En el curso del proceso ha de transformarse
en otra magnitud que contiene un elemento variable. Es menester descubrir
este componente y a la vez comprobar por medio de qué fases intermedias la
magnitud originalmente constante se convierte en una variable (Marx, 1983a, pp. 4-5;).
|
Como lo indica este pasaje, el procedimiento
metodológico de Marx es tomar una cantidad de dinero como dada y analizar cómo
esta cantidad dada de dinero aumenta su magnitud –es decir, cómo se trans-forma
en capital. El capital-dinero inicial que Marx toma como dado en su teoría de
la plusvalía se supone que es la “forma de apariencia” objetiva del trabajo
social abstracto. Esta función del dinero como la forma de apariencia del
trabajo abstracto es la principal conclusión del análisis previo de las
mercancías en la sección primera del Tomo I.
En
cuanto medida de valor, el dinero es la forma de manifestación
necesaria de la medida del valor inmanente a las mercancías:
el tiempo de trabajo (Marx, 1978a, p. 115; cursivas en el original).
El dinero es ahora trabajo objetivado, sin importar si posee la forma de
dinero o de una mercancía en particular (Marx y
Engels, 1987, p. 502).
El punto de partida [del capital] es
dinero... la forma convertida de la mercancía, en el cual... el trabajo
contenido en ella toma la forma de trabajo social general (Marx y Engels,
1988, p. 134).
El punto de partida [del capital] es
dinero... la forma convertida de la mercancía, en el cual... el trabajo
contenido en ella toma la forma de trabajo social general (Marx y Engels,
1988, p. 134).
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Esta importante conclusión se presupone
entonces en el resto de El capital y,
en particular, en su teoría de la plusvalía. Así, el capital-dinero total que
se toma como dado en el inicio de la sección segunda del Tomo I, al igual que
cualquier otra cantidad de dinero, supuestamente representa una cantidad
definida de trabajo social abstracto. La cantidad precisa de trabajo social
abstracto representada por una cantidad dada de dinero depende del valor del
dinero (posteriormente veremos más al respecto), el cual Marx también lo toma
como dado (Marx, 1978a, p. 144).
IV.
La teoría del precio y de la plusvalía totales
Esta sección examina con mayor detalle la
teoría del precio y de la plusvalía totales de Marx que se presentan en la
sección tercera del Tomo I. Hemos visto que Marx toma como dado el
capital-dinero inicial invertido en la primera fase de la circulación del
capital. Marx dividió este capital-dinero inicial dado (D) en dos partes
componentes: capital constante (C), invertido en medios de producción, y
capital variable (V), invertido en fuerza de trabajo. Algebraicamente: D = C +
V (todos definidos en términos de dinero). Según la teoría del valor y de la plusvalía
de Marx, estas dos cantidades dadas de capital-dinero total desempeñan
funciones totalmente diferentes en la determinación del precio total de las
mercancías y, por consiguiente, en la determinación de la cantidad total de
plusvalía.
La cantidad de capital constante, equivalente
al precio de los medios de producción, deviene un com-ponente del precio total
del producto final. Dicho de otra manera, el precio de los medios de producción
se “transfiere” al precio del producto final.
Como,
a excepción del trabajo nuevo agregado, los elementos mismos de la producción
capitalista ya entran en el proceso de producción como mercancías, esto es
con precios determinados, tenemos que el valor que pone el capital
constante ya está dado como precio: por ejemplo, en el caso de arriba, £80
para lino, maquinaria, etcétera (Marx, 1983a, p.
118;).
Si tomamos la sociedad en un momento
cualquiera, advertimos que en todas las esferas de producción,... existe al
mismo tiempo un determinado capital –que debe presuponerse como condición de
la producción... Es cierto que el valor de este... capital debe
reaparecer en el valor del producto, dentro del proceso de producción en que,
como una de las condiciones de producción, representa un valor
presupuesto (Marx, 1980a, p. 98; véase también Marx, 1982a, p. 297;
Marx y Engels, 1988, p. 20). Si tomamos la sociedad en un momento
cualquiera, advertimos que en todas las esferas de producción,... existe al
mismo tiempo un determinado capital –que debe presuponerse como condición de
la producción... Es cierto que el valor de este... capital debe
reaparecer en el valor del producto, dentro del proceso de producción en que,
como una de las condiciones de producción, representa un valor
presupuesto (Marx, 1980a, p. 98; véase también Marx, 1982a, p. 297;
Marx y Engels, 1988, p. 20).
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El capital constante que es tomado como dado y
es transferido al precio del producto final representa los costos actuales de
remplazo de los medios de producción existentes, no los costos históricos de
estos medios de producción (Marx, 1978a, pp. 252-253; 1984b, p. 653; 1980a, p.
98; 1980b, pp. 380-381 y 438; 1980c, pp. 160-161). Los costos actuales de
remplazo pueden diferir de los costos históricos reales por dos razones: un
cambio tecnológico en la producción de los medios de producción y/o cambios en
el valor del dinero. Carchedi (1991 y 1993)6 examina ampliamente el caso del
cambio tecnológico.
El capital variable, el cual es igual al
precio de la fuerza de trabajo, no se torna un componente del precio del
producto final. En lugar de ello, el capital variable es sustituido por el
trabajo actual, y este trabajo produce un valor nuevo, el cual se torna en el
segundo componente del precio total de las mercancías. Este componente de valor
nuevo del precio de las mercancías producidas por el trabajo actual reproduce
el capital variable invertido en la fuerza de trabajo, y proporciona la
plusvalía de los capitalistas (véase infra).
Lo
característico del capital variable es que una parte de capital determinada,
dada (y por ende, como tal, constante), una suma dada de valor se intercambia
por una fuerza que se valoriza: la fuerza de trabajo, que no sólo reproduce
su valor, pagado por el capitalista, sino que al mismo tiempo produce un
plusvalor, un valor que no existía antes y que no es pagado por ningún
equivalente. Esta propiedad característica de la parte de capital
desembolsada en salarios, que la distingue toto coelo [por completo], como
capital variable, del capital constante (Marx,
1978b, p. 264).
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Las diferentes funciones desempeñadas por el
capital constante y el capital variable en la determinación del precio de las
mercancías son destacadas por Marx en su discusión de la categoría de “precio
de costo” en el capítulo i del Tomo III de El
capital. El argumento principal de Marx en este análisis es que la
categoría de precios de costo borra la distinción decisiva entre capital
constante y capital variable y lo hace aparecer como si ambos tipos de capital
transfirieran su valor al precio del producto. Marx destaca que, según su
teoría, sólo el valor del capital constante se transfiere al precio del
producto.
Sabemos
además [véase Tomo I, vol. i, pp. 255-256] que, el valor del producto recién
creado de £600 se compone de 1) el valor que reaparece del capital constante
de £400 gastado en medios de producción, y 2) un valor recién producido de
£200... En virtud del carácter adecuado del trabajo,... el valor de los
medios de producción consumidos, por un monto de £400, se transfiere de estos
medios de producción al producto. Por ello, este antiguo valor reaparece como
componente del valor del producto, pero no se origina en el proceso de
producción de esta mercancía. Sólo existe como componente del valor de la
mercancía porque existía antes como parte constitutiva del capital
adelantado. Por ende, el capital constante gastado resulta repuesto por la
parte del valor mercantil que él mismo añade al valor de la mercancía. De ahí
que este elemento del precio de costo... constituye un componente del valor
mercantil, porque es el valor de capital gastado, o porque los medios de
producción cuestan tanto o cuanto dinero.
Todo lo contrario ocurre con el otro componente del precio de costo. Pero ese
valor de capital adelantado no entra de modo alguno en la formación del nuevo
valor (Marx, 1983b, pp. 32-33).
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Además de estas cantidades de capital-dinero,
Marx también toma como dadas en su teoría del precio total de las mercancías
dos variables adicionales: i) la cantidad total de trabajo abstracto actual que
se requiere para producir las mercancías (Lc), y II) la cantidad de dinero que
representa una hora de trabajo abstracto, o la tasa a la cual el trabajo
abstracto pro-duce valor nuevo por hora (m). El trabajo abstracto es definido
por Marx como trabajo homogéneo en el cual los trabajos específicos de
diferente destreza y distintas intensidades se reducen a cantidades
equivalentes de trabajo calificado de intensidad promedio. Así, el concepto de trabajo
abstracto actual de Marx difiere de los requerimientos de trabajo actual que
son tomados como dados en la teoría de la producción lineal porque esta última
trata todo tipo de trabajo como igual y no toma en consideración las diferentes
calificaciones e intensidades.7 Estas dos variables juntas determinan la
cantidad total de valor nuevo (N) producida durante el periodo actual (N =
mLc).
La teoría de la determinación de los precios
totales de las mercancías de Marx puede entonces representarse algebraicamente
por medio de las siguientes ecuaciones:
P = C +
N (3a)P = C +
mLc (3b)
donde P representa el precio de las mercancías
y C el capital constante.
Así, según la teoría de Marx, el capital
constante y el valor-monetario transferido de los medios de producción al
precio del producto final no se derivan de, ni son necesariamente
proporcionales al, trabajo requerido para producir los medios de producción. En
lugar de ello, se supone que este valor transferido es igual al capital
constante invertido en los medios de producción, el cual, como hemos visto, se
toma como dado. Este capital constante, al igual que cualquier otra cantidad de
dinero, representa una cantidad definida de trabajo social abstracto. “El valor
de los medios de producción se presupone, puesto que el tiempo de trabajo
contenido en los medios de producción fue expresado en sus precios en su modo
general, como trabajo social” (Marx y Engels, 1988, p. 73).
La cantidad precisa de trabajo abstracto
“pasado” (Lp) representado por el capital constante depende del valor del
dinero (1/m) y se determina mediante la siguiente ecuación:
Lp = C/m (4)
Esta cantidad de trabajo abstracto pasado
representada por el capital constante será igual al trabajo requerido para
producir los medios de producción, o el trabajo “incorporado” en los medios de
producción, sólo y únicamente sólo si el precio de los medios de producción es
proporcional a sus valores trabajo (es decir, Pmp = mLmp):
Lp =
C/m = Pmp /m = mLmp /m = Lmp (5)
En el Tomo I, Marx supone provisionalmente que
el precio de los medios de producción es proporcional al trabajo “incorporado”
en ellos. En estricto sentido, la proporcionalidad exacta entre precio y tiempo
de trabajo sólo se aplica al producto total; pero puesto que los precios de las
mercancías individuales no se analizan en el Tomo I, no existen bases para
hacer otros supuestos acerca de estos precios individuales o acerca del precio
de cualquier parte del producto total, como serían los medios de producción.
Desde luego, en el Tomo III se determina que los precios de las mercancías
individuales no serán en general pro-porcionales al trabajo incorporado en
ellas. En este caso, el trabajo abstracto pasado representado por el capital
constante no será igual al trabajo incorporado en los medios de producción. Sin
embargo, esta desigualdad no hace diferencia en la cantidad de valor monetario
transferido de los medios de producción al precio del producto final. En ambos
casos, el valor transferido es igual al capital constante, el cual es tomado
como dado. Otros autores que han argumentado que el valor transferido de los
medios de producción al precio del producto final es igual al precio de los
medios de producción, sin importar si este precio es proporcional al trabajo
incorporado en los medios de producción, incluye a Carchedi (1984 y 1991),
Mattick, Jr. (1981), Wolff et al. (1983), y Mage (1963, apéndice A).
De esta teoría del precio total, Marx deriva
la cantidad total de plusvalía (S) producida en un periodo determinado. Esta
derivación puede ser brevemente resumida en términos algebraicos de la
siguiente manera: 8
S = P -
K (6)P = C + N
(7)K = C + V
(8)S = (C + N)
- (C + V) (9)= N - V= mLc - mLn= m (Lc -
Ln)S = mLs
donde K representa los costos de producción
totales, Ln el tiempo de trabajo necesario o el tiempo requerido para que el
trabajo actual reproduzca el equivalente del capital variable (=V/m), y Ls el
tiempo de trabajo excedente.9 Para nuestros propósitos, los puntos principales
de esta derivación son: i) C, V, Lc, y m dados en esta teoría, como lo
analizamos antes; ii) la cantidad total de plusvalía se deriva como una función
de la cantidad total del trabajo excedente, y III) la cantidad total de
plusvalía que se determina de esta manera entonces se toma como dada en el
análisis subsecuente de la distribución de la plusvalía y de los precios de
producción de Marx en el Tomo III, el cual analizaremos más detalladamente en
la siguiente sección.
V.
La teoría de los precios de producción
Primero especificaré las cantidades que se
toman como dadas en la teoría de los precios de producción de Marx. Para
comenzar, como ya lo mencioné, la cantidad total de plusvalía se toma como
dada, tal como se determinó en el análisis previo del capital en general,
siguiendo el método de abstracción de Marx, en el cual las conclusiones de un
nivel de abstracción se presuponen en las etapas posteriores del análisis. De
esta manera, el análisis de los determinantes de la plusvalía total en el nivel
del capital en general es un “eslabón intermedio” en el análisis de la
distribución de la plusvalía al nivel de los muchos capitales.
Al
considerar la ganancia, se presupone como dada la plusvalía (Marx, 1980c, p. 325, cursivas nuestras).
Ganancia (ganancia empresarial más
interés) y renta son nada más que modos peculiares que asumen partes
especiales del plusvalor de las mercancías. La magnitud del plusvalor es
el límite que se opone a la suma de magnitudes de las partes en que se puede
descomponer (Marx, 1981, p. 1059, cursivas nuestras).
Por consiguiente, está dado el
límite absoluto de la parte de valor que constituye el plusvalor y se
resuelve en ganancia y renta de la tierra; lo determina el excedente de la
parte impaga de la jornada laboral por encima de su parte paga, esto es, la
parte de valor del producto global en que se realiza ese plustrabajo. Si,
como hice, denominamos ganancia al plusvalor así determinado en sus límites y
calculado sobre el capital global adelantado, esa ganancia, considerada según
su magnitud absoluta, será igual al plusvalor, o sea que en sus límites
estará determinada por las mismas leyes que éste (Marx, 1981, pp.
1091-1092). Ganancia (ganancia empresarial más
interés) y renta son nada más que modos peculiares que asumen partes
especiales del plusvalor de las mercancías. La magnitud del plusvalor es
el límite que se opone a la suma de magnitudes de las partes en que se puede
descomponer (Marx, 1981, p. 1059, cursivas nuestras). Por consiguiente, está dado el
límite absoluto de la parte de valor que constituye el plusvalor y se
resuelve en ganancia y renta de la tierra; lo determina el excedente de la
parte impaga de la jornada laboral por encima de su parte paga, esto es, la
parte de valor del producto global en que se realiza ese plustrabajo. Si,
como hice, denominamos ganancia al plusvalor así determinado en sus límites y
calculado sobre el capital global adelantado, esa ganancia, considerada según
su magnitud absoluta, será igual al plusvalor, o sea que en sus límites
estará determinada por las mismas leyes que éste (Marx, 1981, pp.
1091-1092).
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Estas dos últimas citas se refieren a la
división de la plusvalía en ganancia industrial, interés y renta, pero el mismo
principio metodológico de que la cantidad total de ganancia se determina antes
que las partes individuales y establece el límite para esta última, también se
aplica a la división de la plusvalía entre las ramas individuales de la producción.
En
este análisis de los precios de producción también se toma como dada la tasa
promedio o general de ganancia, nuevamente determinada por el análisis previo
del capital en general en el Tomo I. La ta-sa general de ganancia es igual a
la razón entre la plusvalía total y el capital total.
La tasa de ganancia nace cuando la plusvalía total producida se calcula a
base del capital total del sociedad ([de la] clase de los capitalistas) (Marx, 1980b, p. 399).
Esta tasa de ganancia, expresada en
términos absolutos, no puede ser más que la plusvalía producida (anualmente)
por la clase capitalista en relación con el capital total avanzado por la
sociedad en su conjunto (Marx y Engels, 1975, p. 193).
Su supuesto [de los precios de
producción] es la existencia de una tasa general de ganancia (Marx,
1983b, pp. 198-199). Esta tasa de ganancia, expresada en
términos absolutos, no puede ser más que la plusvalía producida (anualmente)
por la clase capitalista en relación con el capital total avanzado por la
sociedad en su conjunto (Marx y Engels, 1975, p. 193). Su supuesto [de los precios de
producción] es la existencia de una tasa general de ganancia (Marx,
1983b, pp. 198-199).
|
Finalmente, las cantidades individuales de
capital constante y capital variable invertidas en cada industria también se
toman como dadas, como cantidades de dinero, en este análisis de los precios de
producción.10 “La parte de capital variable y constante consumida en la
producción de las mercancías en cada inversión individual... estaría dada”
(Marx, 1983b, p. 201; cursivas nuestras).
Las dos sumas de estas cantidades individuales
de capital constante y capital variable obviamente son iguales a las cantidades
totales de capital constante y capital variable que se toman como dadas en el
análisis del capital en general en el Tomo I.
Ahora nos centraremos en el método de
determinación de los precios de producción de Marx, basado en estas cantidades
dadas. Según el método de Marx, la determinación de los precios de las
mercancías individuales es una cuestión simple y directa. “Si los límites del
valor y del plusvalor están dados, resulta fácil comprender cómo la competencia
transforma los valores en precios de producción” (Marx, 1983b, pp. 400-401).
Según la teoría de Marx, las mercancías
individuales no se intercambian en general a precios proporcionales a los
tiempos de trabajo contenidos en ellas. Dicho de otra manera, las mercancías
individuales no se intercambian a precios que permitan a los capi-talistas de
cada industria obtener la cantidad exacta de plusvalía producida en esa
industria. En lugar de ello, las mercancías individuales tienden a
inter-cambiarse a precios que permiten a los capitalistas de cada rama
particular recuperar el capital consumido en la producción y obtener la tasa
promedio de ganancia sobre el total del capital avanzado. La tasa promedio es
ella misma igual a la tasa general de ga-nancia del capital total, el cual,
como dijimos antes, se determina en el análisis del capital en general del Tomo
I y está presupuesto en el análisis de la distribución de la plusvalía. Marx
denomina precios de producción de las mercancías a los precios de las
mer-cancías individuales que resultan de tal distribución proporcional de la
plusvalía entre las industrias individuales.
La determinación del precio de producción de
cada mercancía está dado por la siguiente ecuación:
Pi = (Ci + Vi ) + R
Di (10)
donde Pi representa el precio de producción de
cada mercancía, Ci el flujo periódico de capital constante consumido en cada
industria, Vi el flujo periódico de capital variable gastado en cada industria,
R la tasa general de ganancia y Di el fondo total de capital dinerario avanzado
en cada industria.
La cantidad de ganancia incluida en el precio
de cada mercancía (=R Di) en general no será igual a la cantidad de plusvalía
realmente contenida en esa mercancía, y por consiguiente el precio de producción
de cada mercancía en general no será proporcional al tiempo de trabajo
requerido para producirla. Sin embargo, la cantidad total de plusvalía no se
altera por la redistribución de la plusvalía entre las industrias individuales
de acuerdo con la cantidad total de capital invertido. Tomadas en conjunto, las
divergencias de las ganancias individuales de las plusvalías individuales se
equilibran, de tal modo que la suma de las ganancias individuales es igual a la
cantidad total de plusvalía (S), como se determina en el análisis del capital
en general en el Tomo I.
Finalmente, en contraste con la interpretación
neorricardiana, la tasa general de ganancia obviamente no cambia en la
determinación de los precios de producción de Marx, puesto que se toma como
dada en este análisis y no se determina simultáneamente junto con los precios
de producción, como ocurre en la interpretación neorricardiana. Según el método
de Marx, no existen dos tasas de ganancia; sólo hay una tasa de ganancia, la
“tasa de ganancia en términos de precios”, la cual se determina en el análisis
del capital en general del Tomo I y se toma como dada en el análisis de los
muchos capitales en el Tomo III.
VI.
Respuesta a la crítica neorricardiana
Según la interpretación neorricardiana, el
análisis de la determinación de los precios de producción de Marx resumida
arriba, es lógicamente incompleta y contradictoria porque Marx no logró
transformar las cantidades de capital constante y capital variable invertidas
en cada industria de sus magnitudes, en valor a sus magnitudes en precio. Esta
crítica se inició con Bort-kiewicz (1952, p. 9): “[Marx] incurrió en el error
de dejar ciertas magnitudes sin alteración de la tabla de va-lores al pasar a
la de precios. Al transformar valores en precios es inadmisible excluir de este
cálculo a los capitales constante y variable invertidos en las diversas esferas
de la producción”.
Swezzy (1968, p. 115) repitió esta misma
crítica en su influyente Theory of
Capitalist Development:
La
fuente del error de Marx no es difícil de descubrir. En su esquema de
precios, los desembolsos de los capitalistas en capital constante y variable
se mantienen exactamente como estaban en el esquema de valores; en otras
palabras, el capital constante y el capital variable utilizados en la
producción se siguen expresando en términos de valor. Ahora bien, es obvio
que en un sistema en el cual el cálculo de precios es universal, tanto el
capital utilizado en la producción como el producto mismo deben expresarse en
términos de precios. El problema es que Marx sólo llegó a la mitad del camino
en transformar valores en precios. No debe sorprendernos que este
procedimiento lleve a resultados contradictorios.
|
En el debate subsecuente se concluyó que es
posible corregir el “error” de Marx y completar la trans-formación de los
insumos de capital constante y capital variable de magnitudes en valor a
magnitudes en precio. Sin embargo, como lo analizamos en la sección i, de esta
“solución” neorricardiana se desprenden tres implicaciones importantes: i) sólo
una de las dos igualdades totales de Marx puede, en general, mantenerse al mismo
tiempo; ii) la tasa de ganancia en términos de “precio” no será igual a la tasa
de ganancia en términos de “valor”, y III) el análisis del sistema de valores
del Tomo I es “redundante” o es una “desviación innecesaria” porque los mismo
precios y la tasa de ganancia pueden derivarse directamente de las condiciones
técnicas de producción y del salario real dados.
Yo argumento que estas críticas se basan en
una interpretación neorricardiana de la teoría de Marx, la cual supone un
método lógico diferente del propio método de Marx, como lo examinamos antes. En
particular, esta crítica supone un método diferente de determinación de las
cantidades individuales del capital constante y capital variable invertidas en
cada industria. Según la interpretación neorricardiana, los supuestos (givens)
fundamentales en la teoría de Marx (como en la teoría de la producción lineal)
son las cantidades físicas de las condiciones técnicas de producción y del
salario real. De acuerdo con este método, las cantidades de capital constante y
capital variable de cada industria se derivan de estas condiciones técnicas y
del salario real. En el Tomo I, las cantidades de capital constante son
determinadas como los valores-trabajo de los medios de producción dados
empleados en cada industria. En el Tomo III, estas cantidades de capital
constante en términos de valor se toman como dadas y luego se transforman en
los precios correspondientes de estos mismos medios de producción. Así, en la
transición del Tomo I al III, la cantidad de los medios de producción permanece
igual (tomados como dados), pero la cantidad de capital constante derivada de
estos medios de producción dados cambia. Un método similar se sigue para el
capital variable. El capital variable en cada industria es primero determinado
como los valores-trabajo de los bienes salario dados y luego se transforma en
los precios de esos mismos bienes salario. Son precisamente estas
transformaciones del capital constante y capital variable de magnitudes en
términos de valor a magnitudes en términos de precio por las que se acusa a
Marx de no haber logrado hacerlas.
Sin embargo, hemos argumentado arriba que,
según el método de Marx, las cantidades individuales de capital constante y
capital variable invertidas en cada industria no se derivan de las condiciones
técnicas de producción y del salario real, sino que se toman como dadas en
términos de dinero. En el análisis del capital en general del Tomo I, estas
cantidades de capital constante y capital variable invertidas en cada industria
no se toman en consideración en absoluto; más precisamente, no son determinadas
como los valores-trabajo de las cantidades de medios de producción y de bienes
salario en cada industria. Sólo las cantidades totales de capital constante y
capital variable se consideran en el análisis del Tomo I, y estas cantidades
totales son tomadas como dadas. Así, las cantidades individuales de capital
constante y capital variable en términos de valor no pueden tomarse como dadas
en el Tomo III, como determinadas en el Tomo I, puesto que ellas aún no son
analizadas en este último. En lugar de ello, las cantidades individuales de
capital constante y capital variable se toman como dadas en términos de precio
en el análisis subsecuente del Tomo III (es decir, como cantidades de dinero).
De acuerdo con el método de Marx, estas
cantidades de capital constante y capital variable no necesitan ser
transformadas de términos de valor a términos de precio, sino que ellas ya
están en términos de precio porque se toman como dadas en términos de precio.
La transición del Tomo I al III no es una transición de valores-trabajo a
precios; es una transición de precios totales a precios individuales. Así, Marx
“no dejó de transformar los insumos” de valores a precios. Según el método de
Marx, no hay tal transformación que hacer. Carchedi (1991 y 1993) y Mattick,
Jr. (1981) también destacan que los insumos de capital constante y capital
variable se toman como dados en términos de precio en la determinación de los
precios de producción y, por consiguiente, no tienen que ser transformados de
magnitudes de valor a magnitudes de precio.
Por otra parte, las cantidades de medios de
producción y de bienes salario que las cantidades dadas de capital constante y
capital variable comprarán serán diferentes dependiendo de si, o no, los
precios de los medios de producción y de los bienes salario son proporcionales
a sus valores-trabajo. Por ejemplo, si el precio de los medios de producción es
mayor que su precio proporcional al trabajo, entonces la cantidad dada de
capital constante monetario comprará una cantidad menor de medios de producción
que si estos dos precios fueran iguales. De manera similar, si el precio de los
bienes salario es menor que su precio proporcional al trabajo, entonces la
cantidad dada de capital variable comprará una cantidad mayor de bienes salario
que si estos dos precios fueran iguales (Marx, 1984a, pp. 393-396).
De este modo, el método de Marx es
fundamentalmente opuesto al de la interpretación neorricardiana: al pasar del Tomo
I al III, Marx mantiene sin variación las cantidades monetarias de capital
constante y variable, y esta transición tiene como resultado cambios en las
cantidades físicas de los medios de producción y de los bienes-salario que los
capitales constante y variable dados adquirirán. (Este cambio no se refiere a
un cambio real, sino a un cambio de la cantidad hipotética de los medios de
producción y de los bienes-salario que los capitales constante y variable dados
comprarían si los precios fueran proporcionales a sus valores-trabajo, de las
cantidades reales de medios de producción y de bienes-salario que los capitales
constante y variable dados realmente compran con precios que no son
proporcionales a sus valores-trabajo.) El método neorricardiano, por otra
parte, mantiene las cantidades de medios de producción y de bienes-salario sin
variación, y la transición al Tomo III tiene como resultado cambios en las
cantidades de capital constante y capital variable (nuevamente, no un cambio
real). Así, la omisión de transformar las cantidades de capital constante y
capital variable puede ser sólo un problema en la teoría neorricardiana, pero
no resulta un problema para la teoría de Marx.
A menudo se argumenta que aunque Marx no logró
transformar el capital constante y el capital variable de términos en valor a
términos en precios, reconoció explícitamente en unos cuantos pasajes que tal
transformación debía hacerse, pero no reconoció todas las implicaciones de
terminar la transformación (por ejemplo, Steedman, 1985, pp. 30-32). Los
pasajes citados más a menudo a este respecto son Marx, (1983b, pp. 203, 208 y
263-264). Sin embargo, un nuevo examen de estos pasajes desde la perspectiva
del método de Marx, como se esboza arriba, sugiere una interpretación
totalmente diferente. Como ya lo discutimos antes, el “valor transferido” de
los medios de producción al precio del producto final es igual al capital
constante dado, o al precio de los medios de producción, sea o no este precio
proporcional al tiempo de trabajo incorporado en los medios de producción. En
estos pasajes del Tomo III, Marx sencillamente llama la atención al hecho de
que en el Tomo I hizo el supuesto provisional de que el precio de los medios de
producción es proporcional al tiempo de trabajo incorporado en los medios de
producción, pero ahora este supuesto provisional es abandonado. Sin embargo,
esta determinación ulterior del precio de los medios de producción no implica
que el capital constante necesite ser transformado ulteriormente, porque el
capital constante no se deriva del tiempo de trabajo requerido para producir
los medios de producción, sino que se toma como dado. Ni que esta determinación
ulterior del precio de los medios de producción afecte el valor transferido de
los medios de producción, el cual es igual al capital constante dado en ambos
casos. Sencillamente significa que el capital constante dado y, por
consiguiente, el valor transferido ya no se supone como proporcional al tiempo
de trabajo incorporado en los medios de producción.
Finalmente, las tres implicaciones importantes
de la “solución” neorricardiana al problema de la transformación examinado
antes no sigue el propio método lógico de Marx. Como se muestra en la sección
anterior, las dos igualdades totales de Marx son verdaderas de manera simultánea,
y la determinación de los precios individuales no altera la tasa de ganancia;
más bien la tasa de ganancia se toma como dada en la determinación de los
precios individuales. Con respecto a la tercera implicación, la crítica de
“redundancia” de los neorricardianos, de las características del método lógico
de Marx examinadas antes se desprende que los valores de las mercancías, como
las define Marx, no pueden derivarse de las condiciones técnicas de producción
por dos razones fundamentales: primera, el concepto de trabajo abstracto de
Marx difiere de los requerimientos de trabajo actuales incluidos en las
condiciones técnicas de producción porque estas últimas no toman en
consideración las diferentes calificaciones y diferentes intensidades del
trabajo. Segunda, el “trabajo pasado”, que se representa por el capital
constante en general, no es igual al trabajo “incorporado” en los medios de
producción. Por consiguiente, los valores de las mercancías, como son definidas
por Marx, no son una “desviación innecesaria” de las condiciones técnicas de
producción a los precios de las mercancías, sino que son un supuesto
indispensable de la teoría de la ganancia de Marx.11
VII.
Comparación con la “nueva solución” al problema de la transformación
En los años recién pasados ha surgido una
“nueva solución” al problema de la transformación que ocupa un terreno
intermedio entre la interpretación neorricardiana y la interpretación
presentada aquí. Esta nueva solución originalmente se presentó de manera
independiente por Foley (1982) , Dumenil (1980 y 1983) y Lipietz (1982) y ha
obtenido gran atención y aceptación entre los economistas marxistas y radicales
(aunque sin duda aún es un punto de vista minoritario). Esta sección revisa
brevemente algunos puntos importantes de esta nueva solución, y la contrasta
con la interpretación aquí presentada.
La principal similitud entre la nueva solución
y la interpretación presentada aquí es que la nueva solución también toma como
dado el capital variable en términos monetarios, en lugar de derivar el capital
variable de una cantidad dada de bienes salarios, como en la interpretación
neorricardiana. Esta cantidad dada de capital variable en términos monetarios
aún es la misma en la transición del Tomo I al III. La justificación de esta
interpretación no se realiza en términos del método lógico de Marx; en lugar de
ello se argumenta que este supuesto proporciona una representación más exacta
de la relación real entre capitalistas y trabajadores en la sociedad
capitalista. “Los trabajadores en la sociedad capitalista no negocian por, o
reciben, una canasta de mercancías como pago por la fuerza de trabajo, sino que
reciben una suma de dinero, el salario monetario, que ellos luego son libres de
gastarlo como lo deseen” (Foley, 1982, p. 43).
Foley también argumenta que esta
interpretación proporciona un mejor entendimiento de la naturaleza específica
de la explotación en el capitalismo y de la naturaleza de la lucha de clases
entre capitalistas y trabajadores. Él cree que esta interpretación nos permite
percibir que la explotación capitalista no es idéntica a la existencia de un
producto excedente y que la meta de las luchas de los trabajadores no debe ser
la eliminación del producto excedente per se, sino que debe ser la eliminación
de las relaciones sociales del capitalismo en las cuales los capitalistas se
apropian del producto excedente en la forma de plusvalía.
Esta nueva solución también redefine la
igualdad del precio total para referirse al precio neto del producto total en
lugar del precio bruto. De esta interpretación (y del supuesto de un salario
monetario dado) se desprende que esta igualdad redefinida del precio total y la
igualdad de la ganancia total ambas pueden mantenerse al mismo tiempo.
Sin embargo, esta nueva solución trata al
capital constante de manera diferente que el capital variable. No toma al
capital constante como dado en términos monetarios, sino que deriva el capital
constante de una cantidad dada de medios de producción, como en la
interpretación neorricardiana. Así, la magnitud del capital constante cambiará
en la transformación de valores a precios, como en la interpretación
neorricardiana. Dado que la magnitud del capital constante cambia, el precio
total de las mercancías no será proporcional al valor-trabajo total de las
mercancías, y la tasa de ganancia en “precios” no será igual a la tasa de
ganancia en “valor”, nuevamente como en la inter-pretación neorricardiana.
De esta manera, existe una incongruencia
metodológica en esta nueva solución en su tratamiento del capital constante y
el capital variable. El capital variable se toma como dado en términos
monetarios, pero el capital constante se deriva de cantidades físicas dadas.
Quienes proponen este punto de vista no proporcionan una razón para este tipo
de tratamiento. Yo argumento que puesto que tanto el capital constante como el
capital variable son componentes del capital total invertido por los
capitalistas, estos dos componentes deben ser tratados de manera paralela. O
ambos deben tomarse como dados en términos monetarios, como en la teoría de
Marx, o bien ambos deben derivarse de las cantidades físicas dadas, como en la
teoría de la producción lineal.
En determinado punto, Foley (1982, pp. 44-45)
parece presentar un argumento general para tomar como dado todo el capital
monetario invertido en las empresas capitalistas (tanto el capital constante
como el capital variable), en lugar de tomar como dados “la producción y la
distribución de los valores de uso”:
Una
diferencia notable entre la manera en que Marx trata el problema de la
transformación y otros tratamientos posteriores es que Marx describe ambas
economías únicamente en términos de las cuentas de las empresas capitalistas;
no especifica la producción y distribución reales de los valores de uso.
Tratamientos posteriores, tal vez en nombre del rigor teórico, describen
ambas economías en términos de la producción y distribución de valores de uso
particulares, y derivan las cuentas de las empresas capitalistas de esta
información supuesta sobre la producción y la distribución. Cuando mantenemos
constante la producción y la distribución de los valores de uso, ocurre
que... el valor agregado total y la ganancia total no pueden ser ambas las
mismas en las dos [economías]. Deseo sugerir que Marx contaba con buenas razones
teóricas para describir las dos economías en términos de las cuentas de las
empresas capitalistas en lugar de en términos de la producción y distribución
de los valores de uso. Los hechos sociales pertinentes a la lucha y el cambio
en una sociedad capitalista se refieren a la producción y distribución del
valor mismo, y la producción, distribución y consumo reales de los valores de
uso que se derivan de estas luchas toman un lugar secundario.
|
Me parece que el argumento de Foley podría
aplicarse al capital constante y al capital variable. Sin embargo, Foley lo
aplica sólo al capital variable, es decir, sólo a la distribución de los
valores de uso. No lo aplica al capital constante o a la producción de los
valores de uso. He argumentado arriba que, de acuerdo con el método de Marx,
ambos, el capital constante y el capital variable, son tomados como dados en
términos monetarios. Este argumento se basa en: i) la fórmula de la circulación
del capital de Marx, D-M-D', la cual es el marco analítico general de la teoría
de Marx y que comienza con una suma dada de dinero; ii) la relación lógica
entre las secciones primera, segunda y tercera del Tomo I de El capital, según la cual el desarrollo
de los conceptos de dinero y capital en las secciones primera y segunda proporcionan
los presupuestos lógicos para el análisis de la plusvalía en la sección tercera
y posteriores, y III) los numerosos pasajes en los cuales Marx afirma que la
cantidad del capital monetario inicial está presupuesto en su teoría de la
plusvalía. Quienes aceptan esta nueva solución deben proporcionar una
explicación para sus diferentes tratamientos del capital constante y el capital
variable y deberían o refutar los tres puntos anteriores o bien mostrar cómo
son congruentes con su interpretación.
Conclusión
Este trabajo ha argumentado que la
interpretación neorricardiana prevaleciente atribuye a la teoría de Marx un
método lógico (el método de la producción lineal) que es fundamentalmente
diferente del propio método de Marx. Las dos diferencias fundamentales
examinadas fueron el orden de determinación entre las magnitudes totales y las
magnitudes individuales y la naturaleza de los dados o presupuestos de la
teoría de Marx. En este trabajo se ha argumentado además que, si se sigue el
método de Marx, su deter-minación de los precios de producción en el Tomo III
de El capital no está lógicamente
errada como lo afirman los neorricardianos. Ambas igualdades totales de Marx
(el valor total es igual al precio total y la ganancia total es igual a la plusvalía
total) se desprenden de la conclusión necesaria de este método. Y, finalmente,
la tasa de ganancia no cambia como resultado de esta determinación de los
precios de producción. Así, el largo recorrido de la bibliografía
neorricardiana respecto al “problema de la transformación” de Marx a partir de
Bortkiewicz en adelante, de hecho no se ajusta a la teoría de Marx, sino que se
ajusta sólo a la teoría de la producción lineal, o al intento equivocado de
interpretar la teoría de Marx en términos de la teoría de la producción lineal.
No he argumentado que la teoría de Marx sea
necesariamente superior a la teoría de la producción lineal. El poder
explicativo relativo de estas dos teorías está más allá del alcance de este
trabajo, pero ésta es obviamente la siguiente pregunta que debe abordarse. Sin
embargo, una evaluación significativa de los méritos relativos de estas dos
teorías no es posible sin primero obtener una compresión clara del carácter
único de la teoría de Marx y sus diferencias de la teoría de la producción
lineal. El propósito de este trabajo ha sido contribuir a esta compresión de la
teoría de Marx.
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Notas
1. Mi interpretación de la distinción de Marx
entre “capital en general” y “muchos capitales”, se basa en gran medida en
Mattick, Sr., (1959 y 1969), y Rosdolsky (1978).
2. Las secciones 1a. y 3a. del Tomo III siguen
en el ámbito de abstracción del capital en general. El Tomo II también se
encuentra a este nivel de abstracción. Este último analiza las diversas
características compartidas por todos los capitales que provienen del proceso
de circulación, a diferencia del proceso de producción.
3. De la distinción metodológica entre el
capital en general y los muchos capitales de Marx, podemos observar que la
interpretación de las “aproximaciones sucesivas” del método de Marx adoptado
por Sweezy y muchos otros es errónea. Según la interpretación de las
aproximaciones sucesivas, el Tomo I de El
capital hace los supuestos simplificadores de que los precios de las
mercancías individuales son iguales (o proporcionales) a sus valores, y la
composición del capital en todas las industrias es igual. Después, en el Tomo III,
las composiciones desiguales del capital son introducidas, y se desarrolla una
teoría de precios más realista. La tasa de ganancia también se determina
simultáneamente con los precios en este análisis del Tomo III, de manera
similar a la interpretación de la producción lineal del método de Marx. Sin
embargo, según la distinción de Marx entre el capital en general y los muchos
capitales, el análisis del capital en el Tomo I desecha completamente los
precios de las mercancías individuales y las composiciones de los capitales
individuales. No se hace suposición alguna acerca de la igualdad de las
composiciones individuales del capital porque los capitales individuales no
entran aún en el análisis. Además, la transición lógica al Tomo III no está
marcada por un cambio en el supuesto respecto a la composición de los capitales
individuales, sino que está marcada por un cambio en el nivel de abstracción
del capital en general a los muchos capitales, donde los fenómenos
individuales, como la composición de los capitales individuales, se toman en
consideración por primera vez. Finalmente, la cantidad total de la ganancia y
la tasa general de ganancia son tomadas como dadas (given) en el análisis del Tomo
III sobre la distribución de la plusvalía y la determinación de los precios
individuales, como lo discutiremos en la siguiente sección. Para un examen más
amplio de la interpretación de las aproximaciones del método de Marx, véase
Moseley, 1982, Cap.1.
4. Hay que señalar que Marx no sugiere aquí
(ni en ningún otro texto) el supuesto simplificador de las composiciones
iguales para todos los capitales. En lugar de ello, en su análisis del capital
en general, Marx hace abstracción completamente de los capitales individuales y
de sus composiciones, y promete tomarlas en consideración en una etapa
posterior del análisis.
5. Los seguidores de Ricardo (James Mills,
James McCulloch, Thomas de Quincey y otros) continuaron intentando deducir el
fenómeno particular del capitalismo directamente de la ley del valor, sin
éxito. Marx (1980c) discute estos “lastimosos” intentos en detalle en el Capítulo
Xx del Tomo III de Teorías sobre la plusvalía (“Disolución de la escuela
ricardiana”). Véase en especial las pp. 59-60, 73-77 y 171-172.
6. Carchedi fue uno de los primeros, junto con
Mattick Jr. (1981), en destacar que, a diferencia de la interpretación
neorricardiana prevaleciente, el capital constante y el capital variable en la
teoría de Marx son tomados como dados en términos monetarios. Hasta donde
conozco, ningún autor neorricardiano ha respondido a los argumentos de
Carchedi.
7. Para un análisis más amplio del concepto de
trabajo abstracto de Marx, véase Moseley, 1992, pp. 44-53; 1991, pp. 30-31.
8. El propio Marx ilustró su teoría de la
plusvalía con ejemplos numéricos y no presentó una formulación algebraica
general.
9. Para las definiciones de tiempo de trabajo
necesario y tiempo de trabajo excedente , véase Marx, 1978a, pp. 258-263.
10. Al igual que el capital constante total
examinado arriba, estas cantidades individuales de capital constante son
tomadas como dadas en términos de los costos de remplazo actuales, no los
costos históricos reales, de los medios de producción existentes.
11. Otras críticas neorricardianas de la
teoría del valor de Marx –por ejemplo, que en el caso de la producción
conjunta, los valores pueden ser indeterminados o incluso negativos, y que con
una elección de técnica, la determinación de la tasa de ganancia es lógicamente
previa a la determinación de los valores– también supone el método lógico de la
teoría de la producción lineal (en particular, suponen que los supuestos
fundamentales de la teoría de Marx son las cantidades físicas de las
condiciones técnicas de producción). Así, estas críticas, al igual que las
analizadas en el texto, no se aplican a la teoría de Marx, pero sí se aplican a
los errores de interpretación de la teoría de Marx en términos de la teoría de
la producción lineal.
Nota
de Fred Moseley
Este artículo fue originalmente publicado en
el libro del mismo autor, cuyo título es Marx’s
Method in Capital: A Reexamination, Estados Unidos, Humanities Press, 1993.
Todos los artículos de este libro fueron presentados en la conferencia del
mismo título que se realizó en el Mount Holyoke College, Amherst, Mass., del 3
al 7 de junio de 1991. Traducción del inglés de Lily Bug.
Debo señalar que me beneficié en gran medida
de la discusión de mi trabajo en la conferencia señalada en la nota anterior.
También han contribuido mucho las continuas discusiones durante los años recién
pasados con Paul Mattick, Mino Carchedi y Geert Reuten, aunque no estén de
acuerdo con todas las opiniones expresadas aquí y no sean responsables de
ninguno de los errores que puedan existir.