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Adolfo Sanchez Vazquez ✆ Cristina Serrano Ortuño
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Stefan Gandler | Adolfo
Sánchez Vázquez, en su obra Filosofía de
la praxis, nos presenta en un pasaje preliminar del capítulo sobre las Tesis sobre Feuerbach sus puntos
decisivos: “Marx formula en sus Tesis
sobre Feuerbach una concepción de la objetividad, fundada en la praxis, y
define su filosofía como la filosofía de la transformación del mundo”. Estos dos aspectos no pueden ser separados. El
mundo material solamente puede ser concebido junto con el concepto de su
transformación.
Cuando Marx pone en el centro de todas las relaciones
humanas a la actividad práctica, transformadora del mundo, no puede quedarse
sin consecuencias graves el terreno del conocimiento. La relación
praxis-conocimiento se presenta de tres maneras en las Tesis:
— La praxis como fundamento del conocimiento (Tesis 1 sobre Feuerbach).
— La praxis como criterio del conocimiento (Tesis 2 sobre Feuerbach).
— La praxis como fin del conocimiento.
“La intervención de la
praxis en el proceso de conocimiento lleva a superar la antítesis entre
idealismo y materialismo”, es decir “entre la concepción del conocimiento como
conocimiento de objetos producidos o creados por la conciencia y la concepción
que ven en él una mera reproducción ideal de objetos en sí”. Hay que ir
más allá de las dos posiciones: ni se puede permanecer en una teoría idealista
de conocimiento, ni en una “teoría realista como la del materialismo
tradicional que no es sino un desenvolvimiento del punto de vista del realismo
ingenuo”.
Sánchez Vázquez señala en este lugar que distintos
intérpretes de Marx sacan diferentes conclusiones de la introducción de la
noción de praxis al problema del conocimiento; menciona al respecto tres
posiciones:
- 1a. posición: [...] el hecho de que la praxis sea un factor
en nuestro conocimiento no significa que no conozcamos cosas en sí.
- 2a. posición: [...] la aceptación de este papel decisivo de
la praxis entraña que no conocemos lo que las cosas son en sí mismas, al margen
de su relación con el hombre, sino cosas humanizadas por la praxis e
integradas, gracias a ella, en un mundo humano (punto de vista de Gramsci).
- 3a. posición: [...] se sostiene acertadamente que sin la
praxis como creación de la realidad humana-social no es posible el conocimiento
de la realidad misma (posición de K. Kosik).
La diferencia entre las posiciones 2a. y 3a. aquí no es
inmediatamente obvia. A partir del conjunto de la Filosofía de la praxis se
puede esbozar a grandes rasgos la diferencia de las tres posiciones entre sí,
así como respecto de la valoración de Sánchez Vázquez. Mientras la primera posición
por cierto admite pero subestima la relevancia gnoeseológica de la praxis humana,
la posición 2a. va en contrasentido y da a la praxis humana una relevancia tal
que fuera de ella ya no existe ninguna realidad. (Esta posición de Gramsci la
llama Sánchez Vázquez, en otro lugar, con las palabras del propio Gramsci,
“inmanentismo absoluto”, “historicismo absoluto” y “humanismo absoluto”.
La tercera posición aprecia igualmente como la segunda, la
relevancia gnoseológica de la praxis como insustituible; pero a diferencia de
la 2a. no hace de esto una afirmación ontológica y tiene así una posición en
común que reconoce la primacía del objeto.
En lo subsiguiente nuestro autor tendrá que explicar por qué
es la tercera posición aquella que considera “acertada”. Regresa con este fin
al texto original de Marx para tratar de averiguar su “verdadero sentido”. Un
texto que se le presenta originalmente problemático por las distintas
interpretaciones y hasta contradictorias a las cuales da lugar.’
Seguimos ahora a Sánchez Vázquez en el detalle de las Tesis
sobre Feuerbach, en el que intenta sondear los tres aspectos mencionados: la
praxis como fundamento, como criterio de verdad y como fin del conocimiento.
Gabriel Vargas Lozano. Editor. En torno a la obra de Adolfo Sánchez Vázquez
(Filosofía, Ética, Estética y Política). México: Facultad de Filosofía
y Letras. UNAM, 1995