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Stefan Gandler ✆ Julio Estrella |
Marxismo, existencialismo, modernidad, economía y cultura
son los temas que dieron forma al pensamiento del filósofo riobambeño Bolívar
Echeverría. Tres años después de su muerte (en Ciudad de México, donde estaba
establecido desde la década de los 70), habrá todavía quienes ven como un
enigma sus casi 30 años de trabajo filosófico. Stefan Gandler, exponente en el
evento 'Bolívar Echeverría: Trascendencia e impacto para América Latina en el
siglo XXI' (sostenido por el Instituto de Altos Estudios Nacionales entre el 5
y 8 de noviembre pasados) lo ve en definitiva como un filósofo subestimado en
vida, e "injustamente poco valorado" en su natal Ecuador. Tras su
muerte, como suele ocurrir, ha resurgido el interés en sus aportes analíticos
de la modernidad -que, según Gandler, Echeverría entendía "incluso mejor
que muchos de los autores del llamado Primer Mundo"- y sus interesantes
reinterpretaciones de las teorías marxistas.
¿Cómo se puede empezar
a entender la filosofía de Bolívar Echeverría?
Echeverría hace una crítica a la modernidad capitalista.
Confronta dos filosofías muy diferentes que, para él, confluyen de cierta
manera: por un lado la
ideología de Carlos Marx, y por el otro la de Martin
Heidegger, que no critica el capitalismo pero sí ciertos aspectos de la
modernidad. Es ahí donde Echeverría trata de darle un giro al marxismo no
solamente fijado en la parte económica, como en muchas interpretaciones, sino
también en la parte cultural, civilizatoria y de la vida cotidiana, o lo que él
llama el Valor de Uso.
En palabras sencillas,
¿en qué consiste el Valor de Uso?
En la teoría de Marx hay dos lados de la producción: el del
Valor -ganancias, inversiones, plusvalía- y el del Valor de Uso, enfocado más
en la parte cotidiana; la pregunta de qué produzco en vez de cuánto. Por
ejemplo, ¿maíz o trigo? Es un capitalismo muy diferente. Bolívar diría que el
Valor de Uso además de económico, es también civilizatorio, y que es en eso en
lo que se distinguen las culturas: no por su idioma o creencias, sino por el
Valor de Uso de su producción. Cada uno expresa un mensaje: no solamente
produzco algo que me hace más rico o que me ayuda a sobrevivir, sino algo
específico, que elijo. En cada momento que produzco un producto agrícola
específico -maíz en México, trigo en Europa, etcétera- estoy mandando también
un mensaje civilizatorio.
¿Y cuál es el mensaje?
¿Qué dice de una cultura?
Esto lleva a otro punto central de la filosofía de
Echeverría, que son los cuatro ethe -plural de ethos- de la modernidad
capitalista: la realista, la clásica, la romántica y la barroca, que le
interesa mucho. Lo barroco como forma de vida. El ethos realista, que predomina
en el mundo, dice que es lo mismo hacerse rico que estar feliz: tener buena comida,
una casa agradable, un ambiente que me agrada. El ethos barroco dice que es
imposible ser feliz en el mundo capitalista porque aunque se tenga mucho dinero
-aparte de que es difícil- el Valor de Uso en el capitalismo está
intrínsicamente destruido. Un ejemplo es el agua en México. El agua de la llave
no es potable, y se hacen muy ricas las empresas de agua embotellada. Entonces
la destrucción del Valor de Uso constituye una ventaja para el capitalismo. En
México hay gente de pueblo que no tiene dinero ni para comer durante una
semana, y cuando la hija cumple 15 años hace una fiesta enorme que toma años
para pagar. En términos de Valor es una locura, pero no en Valor de Uso, porque
se rescata la fiesta, la buena comida, la felicidad. Es una locura, pero dice
Echeverría que no más que el ethos
realista, que se hace la ilusión de que tener mucho dinero sí hace feliz.
De los cuatro ethos,
¿el barroco es el menos nocivo?
Los cuatro son irracionales porque son parte del sistema
capitalista, que para Echeverría es irracional por definición, pero dentro de
esta irracionalidad hay varias maneras de vivirla. Bolívar diría que el ethos
que existe en México y Ecuador parece a primera vista más irracional y que
requiere modernizarse. Pero no es así. Ecuador y México son tan modernos como
EE.UU., solo que es otra variante de la modernidad. En los 90, cuando en México
Carlos Salinas decía que lo iba a modernizar todo con el neoliberalismo,
Echeverría decía que sería problemático remplazar al ethos barroco por el realista
porque se perderían algunos aspectos importantes para una sociedad capitalista.
Un ejemplo es el meztizaje cultural. Es algo que se da más en el ethos barroco.
El ethos realista se trata de pureza, perfección, de que las cosas sean como
aparentan, y es difícil que convivan diferentes culturas. El ethos barroco es
caótico y acepta el caos como algo inevitable; este caos de personas que no
hablan el mismo idioma y tienen formas de vivencia cotidiana muy diferentes. El
barroco dice "Sí, no es posible... pero lo hacemos de todos modos".
Es menos racista, más abierto, más flexible. Es un punto esencial de
Echeverría, porque yo creo que el debate sobre el racismo de hoy no llega a la
raíz del problema.
¿Qué recomendaría de
la bibliografía de Echeverría?
Muchos libros, pero resaltaría 'El discurso crítico de
Marx', 'El valor de uso y Utopía', 'Las ilusiones de la modernidad' y 'La forma
natural de la reproducción social'.
Stefan Gandler es doctor en
Filosofía por la Universidad Goethe de Frankfurt. Doctor de Filosofía
y Teoría Social en la Universidad Nacional Autónoma de México. Profesor de
'Marxismo crítico en México. Autor de ‘Adolfo Sánchez Vásquez y Bolívar Echeverría'
(2007).