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Karl Marx ✆ Etten Carvallo
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Guillermo Ricca | Este
artículo es el resultado parcial de una investigación más amplia sobre la
relación entre clases subalternas e identificación política en la obra de José Aricó. En el mismo se
reconstruye el posicionamiento de Aricó en el marxismo crítico latinoamericano y
su relación con diferentes momentos de la política en Argentina y América
Latina, a la vez que se analiza la polémica respuesta dada por Aricó en Marx y América Latina en torno al eurocentrismo
de Marx y la vigencia de ese enfoque frente a otras perspectivas
contemporáneas.
“Una herencia nunca se
re-une, no es nunca una consigo misma. Su presunta unidad, si existe, sólo
puede consistir en la inyunción de reafirmar eligiendo. Es
preciso quiere decir es
preciso filtrar, cribar,
criticar, hay que escoger entre los varios posibles que habitan la misma
inyunción. Y habitan contradictoriamente en torno a un secreto”. | Jacques Derrida
El trabajo persistente de muchos intelectuales y militantes
por habitar ese espacio inhabitable, el espacio de la destrucción del marxismo,
no ya para salvar verdades incontrastables ni filosofías universales de la
historia, sino para convertirse en “sujetos de la crisis” como señalara
oportunamente Alain Badiou1, supo dar forma singular a un legado para nada
unívoco. Si la multifacética,
abierta y a veces paradójica herencia de Marx
tiene una “sobrevida espectral”2 después del marxismo, como dice Elías Palti a
propósito de Derrida, es porque de algún modo esa obra fue concebida al calor
mismo de la crisis. La constitución del marxismo estuvo atravesada por
tensiones que, como indica José Aricó, muestran su pretendida unidad
incuestionada como “paradigma evanescente” o como “metáfora polémica”3. Oscar
del Barco supo también poner en cuestión tempranamente la pretendida clausura
del discurso de Marx y dejar como en relieve las aristas incómodas de un
pensamiento de la crisis, atento de manera obsesiva a la constante metamorfosis
de su objeto4. Esta bibliografía crítica y, a la vez, inmanente a la herencia
de Marx, producida en América Latina a comienzos de los años ochenta, en el
contexto de la derrota revolucionaria, las dictaduras cívico militares e
incipientes procesos de apertura democrática, hoy puede ser leída en una nueva
perspectiva. Cierto interés renovado por la obra de Marx no puede desgajarse de
la emergencia de nuevos sujetos y nuevos procesos políticos, sociales y
culturales con un frente común en la región: las desigualdades persistentes, profundizadas
por las dictaduras y por las políticas del consenso de Washington. Pero tampoco
puede deslindarse ese interés de los itinerarios tortuosos y diversos de la
racionalidad moderna de la que el mismo Marx forma parte en más de un sentido.
No sólo en lo relativo a su posición como enunciador “europeo”. Si hemos de
reconocer a Mariátegui como marxista, como sugiere Aricó, debemos considerarlo
también como exponente de una modernidad con carácter propio, latinoamericana, capaz
de vincular la gran cuestión de la emancipación indígena con el problema de la
nación y la propiedad de la tierra.
Acaso la expresión –de resonancias sorelianas– “comunismo agrario del ayllu”5 presente
en los Siete ensayos… sea un reflejo de esa síntesis original, fecunda y a la
vez poco transitada.
La reciente re edición de Marx y América Latina de José María Aricó6 en un nuevo contexto político
de la región es una ocasión para re pensar el trabajo que Aricó proyectó como
“desincrustación” y “secularización” de Marx respecto a la ortodoxia del
marxismo de la KOMINTERN e intentar relaciones entre esa operación de lectura
contextual de una obra dispersa, en el difícil vínculo con nuestro continente y
el “emergente”7 de una cultura política de rasgos instituyentes en la región.
Tampoco debe perderse de vista el carácter ensayístico y
fragmentario del trabajo de Aricó, orientado sin embargo por un objetivo de
largo aliento: identificar las razones del desencuentro entre las clases y
grupos subalternos y una cultura política de contestación y transformación
radical de la sociedad, tal como se imaginó a sí misma la tradición socialista.
Cultura que constituye uno de los itinerarios de la modernidad latinoamericana
y que está lejos de ser un camino trillado o acabado. Desde esta perspectiva
crítica, la lectura de Juan B Justo y de Mariátegui que propone Aricó, alumbra
alternativas que, en línea con las Tesis
de Benjamin, desbrozan el camino de aquella “cita secreta entre generaciones”8 abierta
por la lucha de clases; porque “nada de lo que alguna vez sucedió ha de darse
por perdido”9, esto es, en la perspectiva de Aricó, la incipiente y luego
frustrada confluencia de corrientes nacional populares y socialismo en América
Latina10.
Notas del presente
extracto
1 Cf. BADIOU, A (1990). ¿Se
puede pensar la política? Buenos Aires, Nueva Visión.
2 PALTI, E (2010). Verdades
y saberes del marxismo. Reacciones de una tradición política ante su crisis.
Buenos Aires, FCE, p. 135.
3 ARICÓ, J (2010). Marx
y América Latina, Buenos Aires, FCE, p. 88.
4 Cf. Del BARCO, O (2008). “Hacia el otro Marx”, In: El
Otro Marx. Buenos Aires, Milena Caserola, pp. 21-41. Hay edición más
reciente en Del BARCO, 0 (2010). Alternativas
de lo post humano. Córdoba, Caja Negra, pp. 23-45.
5 MARIÁTEGUI, JC (2009). Siete
ensayos de interpretación de la realidad peruana, Buenos Aires, Capital
Intelectual, p 78.
6 En Febrero de 2012 se anuncia la publicación de un título
inédito de Aricó por el Fondo de Cultura Económica con estudio preliminar de
Horacio Crespo: Nueve lecciones de
economía y política marxista, curso en el Colegio de México.
7 El concepto es utilizado en el sentido que le confiere
Raymond Williams. Cf. WILLIAMS, R (1981). Marxismo
y literatura, Madrid, Grijalbo, pp. 146-149.
8 BENJAMIN, W (1973). “Tesis
de filosofía de la historia”, In: Discursos interrumpidos, Madrid, Taurus,
p. 178.
9 ARICÓ, J (1985). “El
Marximo en América Latina: ideas para abordar de otro modo la vieja cuestión”,
Opciones, n° 7, Septiembre-Diciembre Santiago de Chile, Chile, p. 75.
10 Cf. ARICÓ, J (1991). “1917
y América Latina”, Nueva Sociedad, nº.111, Caracas, Venezuela, pp. 14-22; PORTANTIERO,
JC (1979). Estudiantes y política en América Latina, México, Siglo XXI.