- “Pienso que el reciente brote de protesta alrededor del
mundo incluye un retorno al debate sobre la economía política y las
desigualdades, un debate que lleva a la gente de regreso a mucho de lo que Marx
ha escrito y analizado”.
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Immanuel Wallerstein ✆ A.d.
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-Gao Jingyu (GJ): El
“socialismo real” de la Unión Soviética —el cual supuestamente estaba basado en
lo que es llamado el “marxismo-leninismo”— falleció hace 20 años. ¿Cómo ves al
marxismo-leninismo hoy en día?
- Immanuel Wallerstein (IW): El marxismo-leninismo está
muerto. No hay manera en que sea capaz de re- emerger . Pero ni el leninismo ni
el marxismo están muertos. Y el mismo Lenin está en camino a la resurrección
histórica en Rusia. Desafortunadamente, el fracaso en distinguir analíticamente
entre estos varios conceptos es amplio, e incapacita un pensamiento claro no
sólo en Rusia sino en todas partes del mundo. El marxismo-leninismo fue una invención pos-1923 de los
altos mandos soviéticos. Fue impuesto a los partidos comunistas a lo largo del
mundo, y se convirtió en una camisa de fuerza en que eran forzados a operar (o
ser denunciado como contrarrevolucionario). Lo que hemos venido a llamar
marxismo-leninismo fue elaborado como un catecismo que fue incesantemente
repetido, pero cuyos detalles podrían alterarse cuando sea que el liderazgo
soviético decidiera cambiar las tácticas geopolíticas. Fue una rígida doctrina
que de hecho fue bastante maleable, pero maleable sólo para el liderazgo
soviético.
El marxismo-leninismo no tuvo una definición intelectual
permanente. Era tanto un grave pecado adherir a una versión obsoleta del
marxismo-leninismo como participar en un debate intelectual serio acerca de su
última versión aprobada. El marxismo-leninismo fue una doctrina viable mientras vivió
Stalin, y podría hacerla cumplir por medio de repetidas purgas, y afuera de la
URSS a través del largo alcance de la estructura ejecutiva soviética. Cuando
Stalin murió, la cuestión política inmediata si alguien más podría asumir el
control de esta estructura ejecutiva. La respuesta resultó ser no.
El informe de Kruschev para el XX Congreso del Partido
Comunista de la Unión Soviética (PCUS) representó la rebelión de la
nomenklatura en contra de la estructura ejecutiva stalinista. Sin embargo,
Kruschev no permitió por ello otra versión del marxismo-leninismo que
consiguiera la conservación estable del régimen, lo cual fue la intención de
Kruschev. En vez de eso, su informe socavó irreparablemente la legitimidad de
la doctrina, como muchas personas dentro y fuera de las estructuras del Partido
Comunista observaron abiertamente. Para la época en que Gorbachov llegó al
poder, nadie en el mundo siguió siendo en algún sentido significativo un
marxista-leninista.
No obstante, la muerte del marxismo-leninismo no
constriccionó por mucho tiempo la vida continua tanto del marxismo como del
leninismo como construcciones intelectuales y políticas. De hecho, era casi
todo lo contrario.
La muerte del marxismo-leninismo dio nueva vida tanto al
marxismo como al leninismo. La muerte del marxismo-leninismo liberó al marxismo
como un modo de análisis y como una inspiración para varias tendencias
políticas de izquierda alrededor del mundo. Por una cosa, relegitimó un debate
sobre las propias ideas de Marx. La gente realmente empezó a leer los mismos
escritos de Marx en vez de confiar en versiones abreviadas propagadas por los
voceros del marxismo-leninismo. Ni tampoco fue el redescubrimiento de las ideas
de Marx reservadas a las personas en la izquierda política.
La crisis económica mundial de las últimas décadas, y
especialmente de los últimos años, ha llevado incluso a los expertos
conservadores a encontrar ideas útiles, e incluso apremiantes, en los análisis
de Marx. En 1999, una encuesta de la BBC News Online preguntó a los encuestados
británicos por el nombre del gran pensador del milenio. Karl Marx encabezó la
encuesta.
Sin embargo, lo que es más interesante que el resurgimiento
que las propias ideas de Marx es la supervivencia del leninismo como una
doctrina. ¿Cómo puede ser esto si el marxismo-leninismo está muerto? Para
responder esa interrogante, tenemos que analizar qué es el leninismo. Marx
famosamente dijo , “no soy marxista ”. Lenin bien habría dicho “no soy
leninista ”.
-GJ: Entonces, ¿qué
cree usted que constituye al leninismo?
-IW: El leninismo no es realmente el resumen de las propias
ideas de Lenin como es expuesto en sus varios escritos. Ni son sus prácticas
como un líder del CPSU y de la Unión Soviética. Es una estrategia de gobernar
un país. Como tal, el leninismo es practicado en muchos países bajo otros
nombres, o bajo sin ningún nombre del todo. Me parece que el leninismo es una
estrategia compuesta, que comprende la combinación de seis características.
1] Es la práctica de un partido/movimiento que cree que
tiene que obtener el poder estatal de una forma u otra, y una vez en el poder,
permanecer allí de una forma u otra. Sin el poder estatal, este partido/movimiento
cree que nada puede ser conseguido. El leninismo, por consiguiente, rechaza
cualquiera y todas las versiones de estrategias anarquistas, las cuales también
han re-emergido en la estela de la muerte del marxismo-leninismo.
2] Una vez que el partido/movimiento ha conseguido el poder
del Estado, su objetivo más inmediato es fortalecer el aparato estatal. El
objetivo es aislar la estructura estatal en dos direcciones, tanto en contra de
disidentes internos y de las fuerzas descentralizadas y en contra de la
capacidad de las fuerzas externas de limitar la capacidad estatal para
perseguir sus objetivos. Esto podría llamarse incrementar el grado en que un
Estado es soberano, no teóricamente sino en la práctica.
3] El partido/movimiento es organizado como una estructura
jerárquica que opera con un mecanismo de control de arriba hacia abajo. Esto,
por eso, busca impedir cualquier y todos los vínculos de estructuras locales y
de nivel medio, inclusive aquellas ubicadas al interior del partido/movimiento.
Esta es la característica crucial que lleva a algunos analistas a denuncias al
leninismo como no democrático, o al menos que no cumple los procesos formales
típicos de un sistema electoral multipartidista con partidos alternativos
gobernantes.
4] El principal objetivo político no es, como se alega a
menudo, la retención del poder por el bien del régimen de los gobernantes. El
principal objetivo político es alcanzar el crecimiento económico, como lo es
medido en una escala comparativa mundial. Todas las demás preocupaciones son
subordinadas a la primacía del crecimiento económico. Esto es decir, que hay
otras preocupaciones de seguro —por ejemplo: la persecución de una política
sensible vis-à-vis el medio ambiente— pero tales otras preocupaciones estaban
en segundo lugar en el orden de prioridad.
5] Ideológicamente, el partido/movimiento se presenta a sí
mismo, de hecho se piensa a sí mismo, como un baluarte del anti-imperialismo.
Este es su lenguaje cuando está hablando a sus propios ciudadanos, al menos la
mayor parte del tiempo. Cuando se habla al resto del mundo, el lenguaje
anti-imperialista es usado cuando es diplomáticamente útil. Sin embargo, puesto
que la retórica anti-imperialista es un tema indispensable en el marco
compuesto del leninismo, el leninismo no puede existir en Estados en la cima de
la estructura geopolítica de poder mundial.
6] La práctica del partido/movimiento en el poder es
fundamentalmente pragmática, nunca dogmática. El partido/movimiento corregirá
su práctica cuando sea considerado necesario para mantener en el poder al
partido/movimiento. Es pragmático, incluso sobre la cuestión de si es más útil
reconocer públicamente que es pragmático que de negarlo.
Llamo leninista a estos partidos/movimientos solo cuando
esas seis características están ahí. Es la combinación de todas las seis
características lo que hace del leninismo un modo efectivo tal de conservación
del régimen. Algunas veces, después de un golpe militar, el nuevo régimen
presenta su régimen como el equivalente al de un partido/movimiento.
Efectivamente, este tratará de crear un nuevo partido/movimiento que este
controle. Sin embargo, esta forma parece ganar menos legitimidad que el
partido/movimiento normal leninista. Hay partidos/movimientos dentro de los
cuales los militares ganan autonomía considerable y en que los militares asumen
importantes funciones económicas.
-GJ: ¿Qué cree usted
que significa el leninismo para el sistema-mundo?
-IW: Cuando uno mira alrededor del mundo hoy en día, uno
puede ver muchos Estados en el cual el grupo en el poder se desempeña según
estar reglas, combinando todas las seis características. La mayoría de ellos no
usan el término leninismo para describirse a sí mismos. Por supuesto, no
tenemos que llamar leninista a esta fórmula para el dominio estatal. En cuanto
a la Unión Soviética, no sabemos realmente cómo habría evolucionado el régimen
si Lenin hubiese vivido 10 años más. El punto a subrayar es que el leninismo,
como lo he descrito, no tiene un vínculo necesario con el marxismo o con las
propias ideas de Marx. Cuando la Unión Soviética colapsó, y con ella el Partido
Comunista de la Unión Soviética, el nuevo régimen en la Federación Rusa se
enfrentó a la decisión de qué hacer con Lenin, el hombre, como un símbolo
histórico y una memoria histórica. Ellos parecen no haber encontrado muy fácil
tomar una decisión definitiva. Por una parte, no solo estaba muerto el marxismo-leninismo
como un catecismo, sino que la gran mayoría de la población rusa parecía estar
muy contenta con esto. El uso de cualesquiera término —marxismo o leninismo—
cayó en una amplia desaprobación, a pesar de la supervivencia de un movimiento
que reclamó ser un movimiento comunista. Sin embargo, el régimen decidió no
borrar todas las alusiones positivas a Lenin. Algunas estatuas y retratos se
vinieron abajo, y otras no. La tumba de Lenin todavía está ahí en la Plaza
Roja. Está cerrada por algún tipo de renovación por el momento, pero parece que
reabrirá. Sospecho que será nuevamente posible visitar la tumba.
Cuando visité recientemente Moscú me llamó la atención de
cuántos objetos materiales relacionados con Lenin eran ofrecidos a la venta en
mercados públicos —poleras, pequeñas réplicas, etc.—. ¿Tales objetos eran
comprados solamente por turistas extranjeros? ¿O algunos de estos eran
comprados por jóvenes rusos? Y si es así, ¿por qué? Y, ¿este fenómeno crecerá
en importancia en la siguiente década o dos, y es más que solo nostalgia o
kitsch?
Podría ser notado como un principio histórico general del
sistema-mundo moderno que las naciones nunca parecen eliminar a las grandes
figuras históricas de su memoria histórica y de su celebración histórica, sin
embargo aunque hayan sido controvertidos. Después de 200 años, los franceses
finalmente parecen haber llegado a un acuerdo con la idea de que la Revolución
de 1789 debería ser vista como una parte positiva de su legado. Una manera en
que ellos hicieron esto es al engendrar interpretaciones diferentes, incluso
conflictivas, de lo que sucedió durante la Revolución Francesa. En efecto,
grupos diferentes están celerando realmente diferentes cosas. Pero solo un
puñado hoy en día denuncia a la Revolución sin reservas. Algo parecido parece
haber sucedido con la memoria de Napoleón.
Por supuesto, Lenin sigue siendo una figura controvertida en
Rusia. La opinión está muy dividida, y en este sentido Lenin no es una figura
unificadora. La memoria histórica Nacional parece necesitar héroes
unificadores, y siempre está en la búsqueda de ellos. Pero la imagen actual de
Lenin es menos importante que la imagen futura de Lenin. Lo que necesitamos
considerar es cómo presentarán Lenin los libros de texto a los colegiales en el
2050. Sospecho que harán de él una figura central de la historia Rusa del siglo
XX y que enfatizarán cuatro cosas acerca de él.
Primero, pienso que será presentado como un nacionalista ruso, quien rescató a Rusia de su colapso nacional debido a la incompetencia
del ancien régime —incompetencia militar, incompetencia política, incompetencia
social—. Se dirá que mantuvo unida a Rusia de cara a la intervención extranjera
y los movimientos secesionistas. Él hizo posible reconstruir las fuerzas
armadas.
Segundo, pienso que será alabado particularmente por llevar
a cabo las reformas que von Witte defendió y fue políticamente incapaz de
obtener. Recuerda su eslogan: el socialismo es igual a los soviets más
electricidad. En el 2050, la gente solo notará la mitad de la electricidad del
eslogan.
Será dicho que estas reformas hicieron posible la
industrialización de Rusia, su “modernización”, y por eso la base de un serio
incremento del Producto Nacional Bruto (PNB) de Rusia. Esta evaluación será
comparable a la evaluación de Tocqueville de la Revolución francesa.
Tocqueville vio a la Revolución Francesa como la continuación del impulso
colbertista de la modernización francesa, la cual se había estancado en el
siglo XVIII por la resistencia de elementos del ancien régime.
Tercero, creo que será alabado por ser simultáneamente un
occidentalizador (“electricidad” y ponerse al día) y un tercer-mundista. La
Conferencia de Bakú de 1920 será vista como el abrazamiento de Rusia como el
líder efectivo de los “pueblos del Este”. Quizás en el 2050, los “pueblos del
Este” —lo que hoy en día llamamos el Sur global— no querrán darle a Rusia
demasiado crédito en este aspecto. Todo es una razón más para que los rusos en
el 2050 hagan reivindicaciones por este logro, y acreditar a Lenin por ello.
Analistas más sutiles podrían decir que Lenin fue el primero
en resolver el debate occidentalizador-eslavófilo (anti-occidentalizador) al
ser ambos simultáneamente. Esta es la forma en que tales eternos debates
culturales a menudo se resuelven. En añadidura, estos analistas podrían notar
que al enfatizar el apoyo por las revoluciones en los países no-occidentales,
él silenciosamente terminó el apoyo para las irremediables insurrecciones en
Europa occidental.
Los libros de texto escolares no pondrían esto de esta
manera, pero los historiadores de universidades podrían sacar libros junto con
estos lineamientos. Y cuando lo hagan, el mensaje se filtrará hacia la
conciencia del pueblo, y los hará orgullosos.
Finalmente, Lenin será visto como un líder decisivo. Él tomó
el tren hasta estación Finlandia. Él persuadió a los líderes bolcheviques a
tomar el poder “permaneciendo en las calles”. Incluso la Nueva Política
Económica (NEP) será tomada como una señal de decisión. Él sabía cuándo cambiar
de marcha pronto y de manera importante. Lenin pudo haber estado en lo correcto
o equivocado, pero él fue definitivamente un líder decisivo.
En el 2050 Lenin podría ser el héroe nacional de Rusia en el
siglo XX. Eso no nos dice nada del destino ya sea del marxismo o del leninismo
en el 2050, en Rusia o en otras partes. Y lo repito, la única cuestión segura
es que el marxismo-leninismo no solo habrá desaparecido del mundo real, sino
muy posiblemente de los recuerdos reales de la gente.
-GJ: Su pudiéramos
considerar al stalinismo como la continuación del leninismo en que su
estructura ejecutiva mantuvo al régimen leninista, entonces ¿quién cree usted
que debiera ser considerado responsable por el colapso de tal régimen, Lenin y
Stalin o aquellos que socavaron la legitimidad del marxismo-leninismo tales
como Kruschev y Gorbachov?
-IW: Nunca he usado la palabra stalinismo. He hablado de
Stalin como aplicación de la doctrina del marxismo-leninismo. Recuerda que dije
que Lenin no era leninista. Stalin lo fue . No fue inevitable que el régimen
soviético se haya derrumbado. El régimen en China no se ha desmoronado,
ciertamente no todavía si es que.
Sí, Kruschev socavó crucialmente la legitimidad de la
doctrina. Esto fue claro casi inmediatamente. La gente en Rusia todavía no
decide de si esto se trataba de su gran crédito o su gran descrédito. Pero esta
no fue una decisión individual. Kruschev reflejó la fuerte presión de la nomenklatura,
para quienes las homicidas purgas se habían convertido en una amenaza personal
insoportable.
En cuanto a Gorbachov, él será eventualmente recordado como
el único que hizo posible realizar los cambios que todos querían sin matanza o
represión. Él intentó salvar a la Unión Soviética, no a Rusia. Casi tuvo éxito,
pero cometió algunos errores en la última fase. Y por consiguiente, tenemos lo
que tenemos hoy en día.
-GJ: Algunos
académicos ponen a los partidos leninistas y los partidos fascistas en la misma
categoría después de comparar sus estructuras. Ambos partidos son descritos al
ser caracterizados de sistemas anti-parlamentos, que es la razón principal por
su fracaso al establecer la democracia al empoderar a los ciudadanos.
Este es el problema de
un “déficit democrático”, en la frase de Robin Blackburn, un problema que tanto
Lenin como Mao Tse-Tung intentaron resolver pero que fracasaron. ¿Diría usted
que el régimen está destinado a nunca evitar un déficit democrático? ¿Es este
el talón de Aquiles del régimen?
-IW: No considero a los partidos fascistas, o los nazis,
como lo mismo que los partidos leninistas. Por una cosa, no pueden ser en
ningún sentido considerados anti-imperialistas en sus doctrinas o en sus
acciones. Recuerda de nuevo, en mi discusión, insistí que el leninismo tuvo
seis componentes, y consideré que los regímenes son leninistas sólo si
manifestaban todos los seis componentes.
Sí, por supuesto, los regímenes leninistas tienen un déficit
democrático. Pero también, en mi perspectiva, lo tienen los regímenes
parlamentarios multipartidistas. No tenemos ningún país en el mundo hoy en día
que en mi opinión sea democrático. La democracia es algo que todavía tenemos
que construir.
-GJ: ¿Qué tipo de
relación existe entre Lenin y Marx? Me recuerda a la comparación de Badiou que
hace de Pablo “un Lenin para quien Cristo ha sido el equívoco Marx”.
-IW: No me gusta esta analogía. Marx no fue un dios . Él fue
un pensador y un militante. En términos de perseguir una estrategia política
apropiada para avanzar, hubo alternativas posibles. Las dos principales fueron
aquellas expuestas por Lenin y Bernstein. La estrategia de Lenin tuvo mayor
sentido en un país como Rusia. La estrategia de Bernstein tuvo mayor sentido en
un país como Alemania. En el largo plazo ninguna estrategia ha funcionado
realmente. Hoy en día todos estamos repensando las estrategias de
transformación social, precisamente porque estas dos estrategias fueron un
fracaso.
-GJ: ¿Por qué son
aquellos Estados, en las áreas o regiones menos desarrolladas, propensos a
adoptar un régimen leninista?
-IW: En orden de perseguir una estrategia “parlamentaria”,
tú necesitas una situación en la que al menos la mitad, o más, de la población
son parte de la “clase media” según estándares mundiales. Esto no es
precisamente cierto de las áreas “menos desarrolladas”. De ese modo el
leninismo parece más plausible.
-GJ: La caída del
comunismo destruyó al socialismo marxista como proyecto político, pero le dio a
los análisis de Marx del capitalismo un nuevo aliciente en su vida solamente en
la academia. Bajo la condición de la deslegitimación del discurso y
representaciones colectivas de clases, un individualismo ascendente, el
consumismo y preocupaciones de estilo de vida, el socialismo ya no es el ideal
común para la izquierda como alguna vez lo fue en el siglo XX. La principal
fuerza de izquierda, la socialdemocracia, se ha reducido a ser una cultura de
preferencia después de la neoliberalización, como usted dijo. Los otros
movimientos de protesta han corrido ya sea al anarquismo o al extremismo.
Las fragmentadas fuerzas de la izquierda desconfían entre
sí. El marxismo ya no parece ser más una teoría para los movimientos radicales.
Ernesto Laclau y Chantal Mouffe han argumentado que sólo un discurso democrático
podría deslegitimar el sistema existente y articular diferentes fuerzas de
protesta. ¿Es posible para la democracia emprender esta tarea? Entonces, ¿qué
tipo de rol tomará el marxismo en los futuros movimientos? ¿Son las recientes
revueltas por los derechos democráticos en el área arábiga una señalización de
esto?
-IW: No creo que el resurgimiento del marxismo esté limitado
a la academia. Pienso que el reciente brote de protesta alrededor del mundo
incluye un retorno al debate sobre la economía política y las desigualdades, un
debate que lleva a la gente de regreso a mucho de lo que Marx ha escrito y
analizado. ¿Será el “socialismo” su proyecto político? Todo depende de lo que
queramos decir por socialismo. Estamos en medio de una confusión que no es meramente
política sino también intelectual. Sería más prudente en mis predicciones
acerca de lo que sucederá en los próximos 20 o 30 años, y más optimista.
-GJ: ¿Cómo evalúas a
Mao Tse-Tung? ¿Recibirá comentarios similares como los que has predicho para
Lenin en el 2050?
-IW: Mao Tse-Tung probablemente será recordado positivamente
por dos cosas. Él liberó al partido chino, y por eso a la Revolución china, del
control de Stalin. Y reunificó China, una tarea histórica de grandes líderes
chinos. Por supuesto, él hizo muchas cosas negativas. ¿Se desvanecerán de la
memoria?
Muy posiblemente. La memoria no es eterna. Es creada, y
recreada, constantemente. Dependerá de los historiadores chinos. Pero éstos
dependerán de la atmósfera política total de China en 2050.