Natalia N. L.
Brezina
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Karl Marx & Vladimir Lenin © Vito Potenza
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El
periodismo ahora devenido en una carrera terciaria o universitaria se
caracterizó por ser un oficio donde sus profesionales se formaban en la
práctica misma, en la vorágine de la información y en la necesidad de crearse
una base cultural que se fomentaba en el mismo trabajo del día a día.
“La lectura era una adicción laboral. Los
autodidactas suelen ser ávidos y rápidos, y los de aquellos tiempos lo fuimos
de sobra para seguir abriéndole paso en la vida al mejor oficio del mundo… como
nosotros mismos lo llamábamos. (…) La creación posterior de las escuelas de
periodismo fue una reacción escolástica contra el hecho cumplido de que el
oficio carecía de respaldo académico. (…) las empresas se han empeñado a fondo
en la competencia feroz de la modernización material y han dejado para después
la formación de su infantería (…) La deshumanización es galopante.”, así
describía el oficio del periodista, Gabriel García Márquez en la 52° asamblea
de la Sociedad Interamericana de Prensa, SIP, en Los Ángeles, U.S.A., octubre 7
de 1996.
Karl
Marx y Vladimir Lenin también signaron un precedente en materia de periodismo:
el estilo panfletario que denunciaba la desigualdad social y exponía los intereses
de la burguesía. La clase dominante cuenta no sólo con el Estado como
herramienta de dominación que ante un conflicto falla a favor de sus intereses,
ya sea por cooptación o a través de su aparato represivo, sino que además
también es poseedora en muchos casos de los medios de comunicación que se
forjan para mantener su discurso como hegemónico. De aquí la importancia en
–como lo hicieron Marx y Lenin- en desarrollar un estilo panfletario,
contestatario, y que se articule en un conjunto de tácticas que respondan a una
estrategia conjunta que represente la lucha de los oprimidos.
El 1
de junio de 1848 en Alemania comenzó la publicación de la Nueva Gaceta del Rin cuya constitución se reducía a la dirección de
Karl Marx, según cuenta Federico Engels en “Marx
y la Nueva Gaceta del Rin (1848-1849)”,
que se convirtió en un órgano de denuncia frente a la nobleza en la Revolución
Alemana de 1848.
“No teníamos más que adversarios
despreciables, y a todos ellos los tratábamos con el mayor de los desprecios”.
El primer número de la Gaceta empezó con un artículo que ridiculizaba la
“poquedad del parlamento de Fráncfort, la esterilidad de sus larguísimos
discursos y la inutilidad de sus cobardes resoluciones.”. El objetivo de
las notas era provocar el “espanto” del demócrata pequeño burgués y ese espanto
era para la Nueva Gaceta del Rin, la
prueba de que “habíamos dado en el blanco”, relata Engels.
Enfrentaban
también la pequeña burguesía democrática siempre que “ésta pretendía velar sus
contradicciones de clase con el proletariado con la frase favorita de que
“todos queremos lo mismo, nuestras diferencias se deben todas a meros
equívocos”.
La
insurrección de los obreros de París de 1848 demostró cómo Marx y la Nueva Gaceta del Rin estaban del lado de
los insurrectos, y tras la derrota se ensalzó la memoria de aquellos en el
artículo “Die Junierevolution”.
Lenin
en su gran libro de formación teórico-práctico “¿Qué hacer?” sienta las bases de cómo debe realizarse una correcta
agitación política. Recuerda como el contenido principal de las “octavillas”
(párrafos breves, sintéticos, en un panfleto) consistía en “denunciar la
situación existente en las fábricas”, y cómo se convirtieron en puntos de
partida para despertar la conciencia de clase.
Ante
la pregunta “¿en qué debe consistir la educación política?”,
Lenin
explica:
“Hay que hacer agitación con
motivo de cada hecho concreto de opresión. Y puesto que las más diversas clases
de la sociedad son víctimas de esta opresión, puesto que se manifiesta en los
más diferentes ámbitos de la vida y de la actividad sindical, cívica, personal,
familiar, científica. ¿No es evidente que incumpliríamos nuestra misión de
desarrollar la conciencia política de los obreros si no asumiéramos la tarea de
organizar una campaña de denuncias políticas de la autocracia en todos los
aspectos? Para hacer agitación con motivo de las manifestaciones concretas de
la opresión es preciso denunciar estas manifestaciones”. (1. La agitación
política y su restricción por los economicistas, Cap. III: Política
Tradeunionista y Política Socialdemócrata, ¿Qué
hacer?, V. Lenin.).
El “¿Qué hacer?” surgió en el marco del
artículo “¿Por dónde empezar?” publicado en Iskra
en mayo de 1901. El artículo planteaba el contenido principal de la agitación
política, organización y el plan de crear una organización combativa de toda
Rusia. “Iskra” o “La Chispa” fue
el primer periódico clandestino de toda Rusia fundado por Lenin en 1900 y
desempeñó un papel decisivo en la creación del partido marxista revolucionario
de la clase obrera. Lenin oficiaba de Redactor en Jefe y Director. El lema del
periódico: “Una chispa puede incendiar la
pradera”.