Karl Marx ✆ A.d. |
David Pavón-Cuéllar |
En un pasaje de La Sagrada
Familia, Marx y Engels describen lo que ellos mismos llaman “la forma
general de la locura”. Su descripción aspira explícitamente a la generalidad.
Pretende aplicarse, por lo tanto, a cualquier tipo de enloquecimiento. En todos
los casos, la locura sería, según Marx y Engels, “el estado en que cae el hombre aislado del mundo exterior”. Este
aislamiento haría que el “mundo sensible”, el mundo material que podemos captar
por los sentidos, se transformara en “simple idea”, lo cual, a su vez, haría
que “las simples ideas se transformaran en seres sensibles”. En otras palabras,
que son también las de Marx y Engels, “las
alucinaciones del cerebro adquieren formas visibles, casi palpables, de
fantasmas sensibles”. Vemos que Marx y Engels distinguen tres momentos en el proceso
que desemboca en la locura. Primero el aislamiento con respecto al mundo
exterior material y sensible, después la reducción de este mundo a simples
ideas y finalmente la transformación de las ideas en seres sensibles, tan
sensibles como el mundo exterior, pero desprovistos de materialidad.