22/10/14

Lenin y la cuestión agraria rusa

Lenin 
✆ Petr Vasilevich Vasilev  
Gabriel Oyhantçabal   |   Este artículo es parte de una serie que comenzó con el número anterior y que busca recuperar las principales reflexiones de los intelectuales y militantes que desde una perspectiva pos-capitalista han abordado lo que se conoce como cuestión o problema agrario. Mientras que en el número pasado abordamos las principales reflexiones que dejó Karl Marx, en esta oportunidad dejaremos algunas pistas sobre los aportes teóricos de Vladimir Ilich Ulianov, mejor conocido como Lenin, protagonista de la Revolución Rusa de 1917 y de la creación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). [Ver en Ñángara Marx: Marx y los campesinos]

La elección de Lenin no es casual, ya que al igual que su referente intelectual (Marx), sus ideas además de tener valor en sí mismas, fueron ampliamente difundidas a lo largo y ancho del planeta de 1919 en adelante, con la organización de la III Internacional Comunista 1 y la posterior divulgación del marxismo-leninismo como doctrina oficial de la URSS. Su pensamiento influyó en los debates políticos y académicos que se dieron en diversos rincones del mundo, sobre todo desde las perspectivas críticas o de izquierda. En Nuestra América sus tesis sobre el desarrollo capitalista, la cuestión agraria y la evolución del campesinado provocaron una fuerte polémica entre los “campesinistas” defensores de la supervivencia del campesinado como sustrato de la nueva sociedad, y los “descampesinistas” que señalaban su inexorable desaparición en las economías capitalistas. 

Sin embargo como bien señala Shanin (1979) una cosa fue la reflexión de Lenin en los albores del 900, y otra bastante diferente fue la divulgación que de sus ideas hizo el Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), que no en pocas ocasiones convirtió sus tesis en dogmas religiosos aplicables a todo tiempo y lugar.

El que pertenece al río Lena

Tal es el significado de Lenin, el apodo que asumió Vladimir Ilich Ulianov para desarrollar su actividad política. Nació en 1870 en una familia de la pequeña nobleza de la ciudad de Simbirsk, ubicada a 900 km de Moscú. Su padre fue funcionario público y Consejero de Estado del zar  Nicolás II, sin embargo el vínculo con las ideas socialistas fue a través de su hermano mayor, Aleksandr, que integró la organización “Voluntad del Pueblo”, una facción de los populistas rusos que en 1881 ultimó al zar Alejandro II y en 1887 intentó asesinar a su heredero, el zar Alejandro III, provocando su detención y posterior ejecución.

Fue un estudiante brillante que se graduó de abogado en 1891 en la Universidad de San Petersburgo. Si bien ejerció algunos años defendiendo a pequeños campesinos, dedicó su vida a la militancia revolucionaria viviendo durante varios períodos en el exilio. En 1895 participó en la fundación de la “Unión de lucha por la emancipación de la clase trabajadora”, con la que en 1898 junto a otros dirigentes marxistas funda el Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR). En1903 durante su 2º Congreso el POSDR se divide en dos facciones: la mayoritaria (“bolcheviques”)liderada por Lenin y la minoritaria (“mencheviques”). Estas dos facciones coexistieron conflictivamente en el seno del partido, sosteniendo fuertes polémicas en torno a la Revolución de1905 2 ,la Primera  Guerra Mundial (1914-1917) y finalmente la Revolución Rusa (1917), donde los bolcheviques conducen el proceso revolucionario, y el Congreso de los Soviets de Rusia elige a Lenin como Presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo. Con ese cargo Lenin protagoniza el período conocido como “Comunismo de guerra” (1918-1920) cuando se enfrentan en una cruenta guerra civil el poder bolchevique con los enemigos internos con apoyo militar de varias potencias (Inglaterra, Japón, Estados Unidos, Alemania), y luego participa en el diseño de la Nueva Política Económica (NEP) que intentó sacar a la URSS de los estragos generados por siete años de guerra. En plena aplicación de la NEP muere en enero de 1924.

La Rusia zarista

A comienzos del siglo XX Rusia era considerada una potencia en Europa a pesar de tener un desarrollo capitalista atrasado con presencia de estructuras feudales (la servidumbre 3 fue abolida recién en 1861). Hasta 1905 no habían partidos políticos legales ni elecciones, y el control político y militar lo ejercía la autocracia zarista que transmitía el mando por herencia. En 1917 Rusia (sin incluir territorios anexos al imperio) contaba con alrededor de 85 millones de habitantes, 80% de los cuales eran campesinos (68 millones), y sólo 3 millones de obreros urbanos radicados fundamentalmente en Petrogrado (Fitzpatrick, 2005). De esta forma el problema de la tierra o la cuestión agraria era crucial. Según Lenin (1954), la particularidad del problema agrario en Rusia se explicaba por el extraordinario atraso de esta con respecto a Europa, con relaciones capitalistas fuertemente dominadas por relaciones feudales que deformaban su desarrollo. La estructura agraria según datos del censo de 1905, daba cuenta de que 30.000 grandes propietarios de origen feudal controlaban 76 millones de hectáreas (2200 hectáreas/establecimiento) mientras que 10 millones de familias campesinas controlaban 79 millones de hectáreas (7,9 hectáreas/establecimiento), situación que mantenía en los hechos sistemas de servidumbre en las grandes haciendas.

El qué hacer ante la cuestión agraria rusa, fue un motor de debates y reflexiones entre la “inteliguentsia” rusa, integrada fundamentalmente por universitarios jóvenes muy críticos del zarismo que exigían reformas que incrementaran las libertades y los derechos del pueblo ruso. Dentro de la “inteliguentsia” habían dos grandes agrupamientos: los “populistas rusos” o narodniks 4, que se oponían a las reformas capitalistas por los estragos que generó en Europa occidental y sostenían que el campesinado conduciría el derrocamiento de la monarquía y el cambio revolucionario; y los “marxistas” que crecieron en oposición a los populistas, y defendían las reformas democrático-burguesas y el desarrollo capitalista en Rusia como paso necesario para el desarrollo de una clase obrera que posteriormente construyera el socialismo. Es en este sentido que Fitzpatrick (2005) sostiene que los marxistas en Rusia pregonaban no sólo una ideología revolucionaria, sino también una ideología modernizadora.

En este contexto Lenin, desde el “bando” de los marxistas y en dura polémica con los populistas y sus continuadores (los socialistas-revolucionarios), desarrolla sus reflexiones sobre el desarrollo del capitalismo, la cuestión agraria, el rol del campesinado, y las alianzas fundamentales para llevar adelante el proceso revolucionario. Sus posiciones estuvieron fuertemente marcadas por eventos cruciales de su época: las revoluciones de 1905 y 1917, la Primera Guerra Mundial (1914-1917) y la guerra civil (1918-1920).

El desarrollo del capitalismo

Lenin era antes que nada un “revolucionario profesional”, si cabe el término, mucho antes que un académico, por lo que toda su reflexión teórica está orientada a encontrar respuestas políticas para construir el socialismo. Es por eso que sus reflexiones se encuentran en libros, en un sinnúmero de artículos políticos y periodísticos y en las propias resoluciones y debates en los congresos del POSDR (1898-1917) y del Partido Comunista Ruso (PCR) (1917-1923). En el caso particular de sus reflexiones sobre la cuestión agraria la obra más importante e influyente de Lenin es el libro El desarrollo del capitalismo en Rusia (publicado en 1899) y en especial el capítulo II, que además fue base del programa agrario del POSDR de 1903 y 1905.

Lenin creía firmemente que para avanzar hacia la revolución socialista primero era necesario avanzar en reformas políticas y económicas que desarrollaran el capitalismo en Rusia, así como defendía la necesidad del protagonismo político del POSDR, como vanguardia de la clase obrera, endicho proceso. En particular durante la Revolución de 1905 los bolcheviques defendían una revolución democrático-burguesa que terminase con el zarismo y concretara el “reparto negro” (la distribución de tierras) entre los campesinos bajo la conducción del proletariado. Abramovay (1992) es muy enfático en señalar que no es posible comprender sus primeros textos (1893-1905) sin tener en cuenta el contexto en el cual escribió, donde al tiempo que defendía la revolución democrático- burguesa, tenía que demostrar, a diferencia de los populistas, la heterogeneidad de un mundo rural que mostraba cada vez más rasgos de polarización capitalista (proletariado y burguesía), lo que volvía una necesidad la revolución socialista bajo la conducción del proletariado.

En El desarrollo del capitalismo en Rusia intenta demostrar, utilizando el método de Marx y con base en las estadísticas generadas por los zemstvos 5, el proceso de diferenciación social del campesinado en las dos clases fundamentales del capitalismo: burgueses (campesinos ricos) y proletarios (campesinos pobres). Para Lenin se trataba de un proceso de descomposición interna del propio campesinado (Shanin, 1979), generado por la penetración del capitalismo en el campo que iba conformando un mercado interno donde los trabajadores venden su fuerza de trabajo y compran los bienes necesarios para su reproducción, y los burgueses compran fuerza de trabajo y medios de producción y consumo. Su tesis central es que la economía campesina no representa una formación específica y que está en proceso de desintegración ya que “la comunidad campesina rusa no es antagónica al capitalismo, sino por el contrario, es su base más profunda y sólida” (Lenin, 1982:113).En otras palabras, es la comuna rural rusa la base sobre la cual se desarrolla el capitalismo en el campo, por eso la descampesinización es interna en la medida que constantemente produce elementos capitalistas 6.

En dicho texto Lenin (1982) clasificó al campesinado ruso en tres grandes clases a partir de la tenencia de la tierra, la posesión de animales de tracción y la compra/venta de fuerza de trabajo. En un extremo están los campesinos ricos o burguesía rural que acumulan tierra y animales detracción, compran fuerza de trabajo y desarrollan empresas industriales y comerciales. En otro extremo están los campesinos pobres o proletariado rural, que no tienen suficientes medios de producción para producir los bienes necesarios para su reproducción y venden parte de su fuerza de trabajo. Y en el “medio” están los campesinos medios, que tienen los medios de producción (tierra y animales) estrictamente suficientes para producir, no venden ni compran fuerza de trabajo, y son los que originan las otras dos clases. Estos son los “destinados” a desaparecer 7.

Es interesante observar como al comparar la evolución del campesinado entre los censos de caballos de 1888-1891 y 1896-1900 afirma que se asiste a un proceso de desintegración del campesinado ya que se incrementa el número de campesinos pobres (sin caballos) y se reduce el número de campesinos ricos (con más de 3 caballos). Sin embargo, las cifras totales muestran un incremento de casi 1 millón de establecimientos, lo que evidencia la reproducción del campesinado en base al incremento de la fracción pobre. La desintegración del campesinado que analiza Lenin no supone desplazamiento de la producción ni del campo, sino incremento de campesinos pobres que combinan la producción agrícola en su tierra con la venta de parte de su fuerza de trabajo. El autor explica esta particularidad en su quinta tesis al final del capítulo, según la cual la penetración del capitalismo en la agricultura es lento y asume formas variadas, entre ellas y en particular en Rusia, la producción de proletariado “fijado” a pequeñas parcelas de tierra que permite descontar salario(porque los alimentos los produce el propio asalariado) y retener mano de obra en el campo.

La agenda socialista

El desarrollo del capitalismo en Rusia fue el texto que canonizó el PCUS bajo la conducción de Joseph Stalin difundiendo la idea de la diferenciación social y la desintegración del campesinado como tendencia inevitable del desarrollo capitalista al estilo de las leyes de la naturaleza. De esta forma más que demostrar la existencia de la diferenciación social, el foco estaba en identificar las formas y la velocidad del proceso. Sin embargo como señala Shanin (1979) la propia postura de Lenin fue evolucionando con el correr de los años y de la coyuntura política rusa. En 1906 publica el folleto Revisión del programa agrario del partido obrero, donde relativiza algunas de sus tesis y que es base del libro de 1907 El programa agrario de la socialdemocracia en la primera revolución rusa de 1905-1907, donde Lenin defiende las reivindicaciones del campesinado relacionadas con la nacionalización de la tierra, la expropiación de la tierra de los terratenientes y su reparto entre los campesinos pobres y medios.

Ya en 1917, en pleno desarrollo de la revolución, Lenin se enfoca en la alianza de clases necesaria para la victoria sobre la burguesía y los restos del zarismo. Por más que nunca abandona la tesis de que la vanguardia de la revolución es el proletariado urbano e industrial organizado por el POSDR, destaca la necesidad de organizar como su principal aliado al proletariado rural y a los campesinos pobres (los semi-proletarios), y de despertar creciente simpatía entre los campesinos medios. Esta concepción se desarrolla más plenamente durante la construcción del Estado soviético, cuando se enfrenta al desafió de abastecer de alimentos a las ciudades y generar excedentes para potenciar la industrialización, para lo cual es muy enfático en la defensa de políticas de apoyo a los campesinos medios (tierra, insumos, maquinaria, apoyo técnico, créditos) y a sus organizaciones cooperativas como principal soporte de la agricultura socialista, antes incluso que las grandes haciendas estatales, sobre las que afirma que, a pesar de ser superiores técnicamente, se deben desarrollar lentamente conforme se generen las bases materiales y culturales necesarias para su consolidación.

En el artículo Sobre la cooperación, uno de sus últimos escritos publicado en 1923, Lenin indicaba que la “labor cultural entre los campesinos persigue precisamente como objetivo económico la cooperación. Si pudiéramos organizar en las cooperativas a toda la población, ya estaríamos con ambos pies en el suelo socialista” (Lenin, 1954: 739). Estas reflexiones forman parte de las discusiones sobre la NEP, que colocó la necesidad de construir un “capitalismo de Estado” cediendo parte las actividades productivas al capital privado con control estatal, al tiempo que ubicaba la cooperación, y la labor “cultural” asociada a esta, como motor de la construcción del socialismo una vez conquistado el poder del Estado. La cita a continuación es elocuente:
“Ahora tenemos derecho a afirmar que, para nosotros, el simple desarrollo de las cooperativas se identifica (...) con el desarrollo del socialismo, y al mismo tiempo nos vemos obligados a reconocer el cambio radical que se ha operado en todo nuestro punto de vista sobre el socialismo. Ese cambio radical consiste en que antes poníamos y debíamos poner el centro de gravedad en la lucha política, en la revolución, en la conquista del poder, etc. Ahora el centro de gravedad se desplaza hacia la labor  pacífica de organización "cultural"” (Lenin, 1954: 738, negritas del autor).
Sus reflexiones fueron abortadas de cuajo con su muerte en enero de 1924, dando lugar a una dura polémica en el seno del Comité Central por la conducción del partido y del Estado Soviético, que finalizó con la “coronación” de Stalin en 1927. Por su parte el debate sobre la cuestión agraria se cerró en 1929 cuando Stalin resolvió impulsar la industrialización de la URSS a partir de los excedentes de los campesinos que fueron obligados a la colectivización forzada y a emigrar a las ciudades para trabajar en la industria (entre 1928 y 1932 más de 10 millones de campesinos dejaron la agricultura) (Fitzpatrick, 2005). Al mismo tiempo, los intelectuales críticos de la colectivización fueron paulatinamente purgados política y físicamente, entre ellos, Alexander Chayanov.

Cierre parcial

Las líneas que presentamos hasta aquí son necesariamente parciales y requieren de mayor  profundidad. Al igual que en el artículo del número anterior buscamos sintetizar los aportes de los intelectuales que abordaron la cuestión agraria desde la perspectiva de los sectores populares rurales. Es evidente que sus reflexiones merecen ser contextualizadas para poder entender mejor su particularidad así como para identificar qué nos pueden aportar a la reflexión de “nuestra” cuestión agraria, en Uruguay y en pleno siglo XXI. Sobre todo nos interesa rescatar la riqueza del abordaje de Lenin de la situación rusa, con sus aciertos y limitaciones, que muestran un enfrentamiento permanente de la teoría con la realidad en la búsqueda de respuestas para la acción política para y por los pobres del campo.

Bibliografía

ABRAMOVAY, R. 1992. Paradigmas do Capitalismo Agrário en Questão (cap. 1). Sâo Paulo,Editora Unicamp.DE LA GARZA TOLEDO, E. 1983. Notas metodológicas sobre el desarrollo del capitalismo en Rusia (cap. 5). En: El método del concreto-abstracto-concreto. México, UAM. Disponible enhttp://docencia.izt.uam.mx/egt/publicaciones/libros/El%20metodo/indice.htm
FITZPATRICK, S. 2005. La revolución rusa. Buenos Aires, Siglo XXI. 237 p. LENIN, V. I. 1982 [1899]. O desenvolvimento do capitalismo na Russia (cap. 2).Traducción José Paulo Netto. Sâo Paulo, Abril cultural.LENIN, V. I. 1954. La alianza de la clase obrera y el campesinado. Moscú, Editorial Progreso. 774 p.
LENIN, V. I.1973. Obras completas. Tomo III (1905-1912). Moscú, Editorial Progreso. Disponible en marxists.org/espanol/lenin/obras/oe12/lenin-obrasescogidas03-12.pdf     
SHANIN, T. 1979. Definiendo al campesinado: conceptualizaciones y desconceptualizaciones. Pasado y presente de un debate marxista. Agricultura y sociedad, Nº 11: 9-52. Disponible en http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=82399

Notas

1 Fundada en 1919 por el Partido Comunista de Rusia y otros grupos socialistas para superar la II Internacional (la internacional social-demócrata). Fue la impulsora de la fundación de partidos comunistas en todo el planeta.
2 Desencadenada por el fracaso ruso en la guerra con el Japón de 1904, la Revolución de 1905 por más que no logró derrocar al zarismo, y las reformas políticas y económicas fueron menores, desembocó en la creación de un parlamento consultivo (la Duma) y en la promoción de una reforma agraria liberal (Fitzpatrick, 2005).
3 La servidumbre es una forma de contrato social y jurídico típica del feudalismo mediante la cual el siervo quedaba al servicio del señor feudal, quien tenía la potestad de decidir en numerosos asuntos de su vida. La condición de siervo era hereditaria y no podía abandonar la tierra sin el permiso de su señor.
4 Nombre con el que se conoció a los revolucionarios rusos de 1860 y 1870, que significa yendo con el pueblo (narod).
5 Creados en 1864, fueron los centros oficiales de investigación y extensión rural donde trabajaban agrónomos y economistas, muchos vinculados al populismo. Generaron una importantísima base de datos sobre el campesinado ruso a partir de la cual se formularon la principales teorías sobre este sujeto.
6 Para De la Garza (1983) Lenin utiliza en su trabajo el método hipotético-deductivo y no estrictamente el método marxista, ya que primero deriva sus hipótesis sobre la diferenciación social del marco teórico expuesto por Marx en El Capital y luego las intenta verificar con datos de la realidad rusa. De esta forma no logra dar cuenta de la totalidad de la formación social rusa y de sus diferencias con el capitalismo inglés.
7 Según estimaciones de Lenin (1982), el campesinado ruso se integraba a fines del siglo XIX por un 50% de pobres, un 20% de ricos y un 30% de medios sobre un total de más de 11,2 millones de establecimientos.
 


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