31/3/16

Marxismo y socialismo en el Ecuador — La cuestión de los orígenes

Ricardo Melgar Bao   |   La historia de la izquierda ecuatoriana no ha explorado suficientemente sus orígenes, adoleciendo además, de los lastres ideológicos de las versiones militantes. Proponemos una relectura a partir de la relevancia que tuvo en su momento la revista Antorcha, la crisis del liberalismo en el poder y la fuerza renovadora de la llamada Revolución Juliana. Nuestra perspectiva es interdisciplinaria, próxima a la Antropología Social, o a lo que en América del Sur se denomina Antropología Histórica, en el marco de una reconocida y prolongada crisis de paradigmas y fronteras disciplinarias.
Primera entrada historiográfica
Socialismo y marxismo representan historias diferenciadas, con fases relevantes de convergencias y rupturas, que sirvieron de base para la configuración de sus respectivas identidades ideológicas, políticas y culturales. Su historia adolece de los lastres ideológicos de las versiones militantes, las cuales quedan insertas en lo que Eric Hobsbawm designó críticamente como «Historia-sectaria», [1] es decir, aquella que se subordinó a la pedagogía política partidaria. [2]  Esta vertiente interpretativa parte de cuatro premisas discutibles: que el auténtico socialismo es marxista o marxista-leninista; que encarna y representa al proletariado, que su trayectoria es lineal o teleológica, y que no existe más tradición socialista o comunista que la propia. La crítica a dicha representatividad clasista y la defensa de la diversidad de la izquierda socialista y sus varios legados ha sido sustentada por Alexis Páez. [3] 

28/3/16

La Teoría de la Crisis de Marx — Su proceso de formación

Karl Marx ✆ John Minnon 
Makoto Itoh   /    La teoría de la crisis de Marx, tal como aparece en El Capital, constituye un punto focal de su crítica sistemática de la economía clásica. Para ella, la economía capitalista es un orden natural definitivo de la sociedad humana. A diferencia de los clásicos, la teoría de Marx plantea científicamente la ley del movimiento de la producción capitalista, con sus formas y mecanismos históricos. Sin esta teoría sistemática no podemos esclarecer la necesidad lógica de las crisis cíclicas, las cuales ponen de manifiesto la naturaleza contradictoria de la economía capitalista en todas sus complejas interrelaciones.

Al estudiar fenómenos de esta complejidad, el nivel de abstracción y su base empírica cobran particular importancia. La teoría de la crisis que se encuentra en El Capital fue desarrollada para demostrar como un principio básico la inevitabilidad de las crisis cíclicas, y fue erigida sobre la base empírica de las crisis cíclicas más típicas de mediados del siglo XIX, a saber, la base histórica más apropiada para abstraer los fundamentos de dichos fenómenos.

Una rilettura teorica e politica del Manifesto del Partito Comunista

Karl Marx & Friedrich Engels
✆ Ricardo Viera
«Lo spettro del comunismo ha cessato di inquietare l’Europa, ma il Manifesto non ha cessato di inquietare i rivoluzionari». Wal Suchting, What is Living and What is Dead in the Communist Manifesto?, p. 163.

Riccardo Bellofiore   |   Riprendere in mano, a centocinquant’anni dalla sua comparsa, il Manifesto del partito comunista può essere fatto con metodi e obiettivi diversi1. E’ possibile, evidentemente, collocare l’opuscolo nella temperie politica e culturale degli anni in cui vide la luce; come è possibile soggiacere alla tentazione di un confronto immediato tra il testo e la realtà che abbiamo di fronte. Un approccio “storico”, il primo; un approccio “attualizzante”, il secondo. Esemplare, in un certo senso, del primo è la riedizione della Einaudi, con la lunga e utile postfazione di Bruno Bongiovanni, mentre esemplare del secondo, è l’introduzione che Eric Hobsbawm ha premesso alla ristampa inglese della Verso, uscita anch’essa quest’anno. Entrambe, però, mettono bene in rilievo i rischi di operazioni del genere. Da una parte, la riduzione del Manifesto a “classico”, quando non a documento di un’altra epoca, con una nascosta, ma non meno efficace, sterilizzazione dell’impatto presente di quelle pagine. Dall’altra parte, all’opposto, la rivendicazione al Manifesto di una dimensione profetica, sia pure dimezzata: dove la profezia sta nell’avere anticipato - con la sola colpa di averlo fatto con troppo grande anticipo - i caratteri del capitalismo mondializzato dei nostri giorni; e il suo essere dimezzata sta nella spiacevole circostanza che, giusto quando le previsioni “analitiche” di Marx si sarebbero concretizzate, esse avrebbero al contempo distrutto il soggetto sociale che doveva farsi messaggero di una società futura, meno disumana e portatrice di una libertà più autentica nell’eguaglianza2 .

27/3/16

Marx y la periferia

Karl Marx ✆ Xavier Lorman
Claudio Katz    |   Es sabido que Marx modificó su visión de los países subdesarrollados. Inicialmente concebía una ligazón pasiva de estas naciones con el auge y declive del capitalismo mundial. Posteriormente realzó la resistencia al colonialismo. Ese giro fue intensamente discutido en los años 70 por los investigadores de su obra. El trasfondo de ese interés era el entusiasmo por las revoluciones socialistas en la periferia.  Los marxistas evaluaban la continuada brecha entre economías avanzados y retrasadas, a la luz de las intuiciones expuestas por el autor de El Capital. Los autores nacionalistas criticaban la hostilidad (o indiferencia) de Marx hacia el mundo colonial. Los neoliberales impugnaban o demonizaban su obra. ¿Cómo abordó Marx el problema de la periferia?
Socialismo cosmopolita
En su primera visión Marx supuso que la periferia repetiría la industrialización del centro. Consideró que el capitalismo se expandiría a escala mundial creando un sistema interdependiente, que facilitaría tránsitos acelerados al socialismo. Estimaba que el despojo de los artesanos y los campesinos conduciría a una expropiación ulterior de los confiscadores. El Manifiesto Comunista presenta esa mirada. El capitalismo es retratado como un régimen que derriba murallas y expande su dominación desde el centro hacia la periferia (Marx, 1967).

Sobre el estilo del Manifiesto Comunista

Umberto Eco
✆ Tullio Pericoli
El 29 noviembre de 1847, durante las sesiones del Segundo Congreso de la Bund der Kommunisten (Liga de los comunistas) llevado a cabo en Bruselas, Karl Marx y Friedrich Engels recibieron el encargo de redactar un plan estratégico para la clase obrera. El proyecto había nacido durante el Primer Congreso, celebrado en Londres cinco meses antes, en el que Engels redactó un primer esbozo programático bajo el nombre de "Draft of a communist confession of faith" (Credo comunista) que fue aprobado como base de discusión y enviado a todas las filiales o "comunas" para su estudio y discusión. Una semana antes de la realización de aquellas sesiones en la capital belga, Engels le escribió a Marx una carta en la que le decía: "Piensa algo en la profesión de fe. A mí me parece que lo mejor sería prescindir de la forma de catecismo y dar a la cosa el título de 'Manifiesto Comunista'. La forma adoptada hasta ahora no sirve, ya que habrá que exponer, más o menos, algo de historia. Yo llevaré el texto de aquí, el que yo he redactado, en tono sencillamente narrativo, pero muy mal escrito, con una prisa espantosa".

Enrique Dussel y su Filosofía de los Sistemas Económicos

Ilustración ✆ Natalia Rizzo
José Gandarilla   |    Luego del estallido de la crisis económica de proporciones colosales que se ha extendido por el globo entero, en su más reciente forma de manifestación desde 2008 a la fecha, se ha actualizado la discusión sobre los problemas de la desigualdad económica, la concentración de la riqueza y los inmensos problemas asociados a la pobreza y a las malogradas promesas del desarrollo. De ello fueron expresión no solo el debate animado a propósito de la aparición del libro de Thomas Piketty (El capital en el siglo XXI, México, FCE, 2014, 663 pp.); o la consigna aglutinadora de los distintos movimientos ocuppy y el grito de “los indignados” (interpelaciones que se dirigían en contra de un orden social que favorece y enriquece insultantemente al 1% de los grandes propietarios del capital corporativo mundializado, y a los grupos de poder que instrumentan políticamente dicho proyecto); sino también la conciencia creciente de que los problemas de la economía anuncian desequilibrios más profundos que se instalan en los perfiles de lo que se ha dado en llamar “crisis civilizatoria”, al seno de la cual la continuación del modelo neoliberal (asumido como el agregado de recomendaciones crematísticas que han conducido a este desastre), no hace sino confirmar el carácter irracional de la racionalidad, que se pretende criterio de rigor indisputable y dictaminación científica de la disciplina económica, y que bajo ese amparo aspira conducir los destinos de la humanidad.

24/3/16

¿Subestimó Marx el carácter fetichista del valor de uso? — Sobre valor y poder en general

Karl Marx
✆ Koichiro Suzuki
"Por tanto, las mercancías y las cosas en general solo tienen un valor en cuanto representaciones del trabajo humano; no en cuanto son cosas de por sí, sino en cuanto son encarnaciones del trabajo social." — Karl Marx

Miguel Candioti   /   En el comienzo del libro primero de El capital, Marx profundiza en la explicación de un fenómeno cuya denuncia atraviesa toda su obra a partir de los Manuscritos de París, a saber: el hecho de que en la sociedad burguesa el trabajo se encuentre enajenado en el valor de sus productos. A diferencia de la economía clásica, Marx no se contenta con el descubrimiento de que el trabajo es la fuente de eso que aparece como una propiedad objetiva de las cosas; él pretende mostrar por qué los productos del trabajo se presentan como objetos con valor propio, y probar que esto no es algo natural o inevitable. Subraya entonces que el pleno desarrollo del fenómeno del valor solo se da históricamente en un tipo de sociedad cuya producción es predominantemente una producción de mercancías. Una sociedad así supone dos condiciones básicas: 1) que los diversos medios de producción no aparezcan unificados como propiedad del conjunto de la sociedad, sino fragmentados como propiedad privada de productores particulares; 2) que los diferentes productores privados, al no poder elaborar por sí mismos todo lo que requieren para satisfacer sus múltiples necesidades, tengan que llevar al mercado una cantidad del propio producto para intercambiarla por una cantidad equivalente de producto ajeno.

23/3/16

El concepto de Estado capitalista en el pensamiento de Nicos Poulantzas

Alberto Bonnet    |    Este trabajo analiza críticamente el concepto de Estado capitalista de Nicos Poulantzas/1. La importancia de los aportes de Poulantzas a la crítica marxista del Estado alcanza para justificar nuestra empresa. La teoría del Estado formulada por Poulantzas entre fines de los sesenta y comienzos de los setenta sobre las bases del marxismo estructuralista francés de cuño althusseriano, junto con la formulada casi simultáneamente por los intelectuales reunidos en el denominado debate de la derivación del Estado dentro de la tradición más dialéctica del marxismo alemán, es en los hechos uno de los dos abordajes más sistemáticos de la problemática del Estado capitalista en el marxismo del siglo pasado/2.

Pero a esta justificación se agrega el hecho de que el pensamiento de Poulantzas suscita en nuestros días un renovado interés. La estrategia política de la “vía democrática al socialismo” propuesta por Poulantzas a fines de los setenta, en particular, ha sido rescatada por varios de los intelectuales vinculados con las nuevas fuerzas de izquierda emergentes de la crisis europea como Syriza y, en menor medida, Podemos. Stathis Kouvelakis, miembro del Comité Central de Syriza y firmante de la Plataforma de Izquierda, por ejemplo, decía en una entrevista reciente: “por una parte, vemos una confirmación de la aptitud de la opción gramsciana-poulantziana de tomar el poder a través de elecciones, pero combinando esto con movilizaciones sociales, y rompiendo con el concepto del poder dual como un ataque insurreccional al Estado desde afuera –puesto que el Estado debe ser tomado desde adentro y desde afuera, desde arriba y desde abajo”/3. 

22/3/16

Esboço de uma crítica marxista da teoria da “utilidade marginal”

Karl Marx ✆ Tellez 
Seiji Seron   /   Em 1919, o dirigente bolchevique Nikolai Bukharin publicou pela primeira vez seu livro Teoria econômica da classe rentista (Economic theory of the leisure class). Este livro, praticamente desconhecido no Brasil – e ainda sem tradução em português – é, talvez, a melhor crítica marxista já escrita da teoria econômica burguesa ensinada até hoje nas universidades de economia.

Exilado pelo regime czarista em 1911, Bukharin rapidamente foge da Sibéria em direção à Viena, onde assiste às palestras do prof. Eugen Bohm von Bawerk, um dos principais nomes da Escola Austríaca de economia, a mesma de Ludwig von Mises – “menos Marx, mais Mises” –, Friedrich A. Hayerk e Murray Rothbard, alguns dos heróis do panteão MBL. Durante seus seis anos de exílio, Bukharin se ocupará “com o plano de formular uma crítica sistemática da economia teórica da nova burguesia” e, especialmente, de Bohm-Bawerk, até retornar à Rússia, em 1917 (Preface to the Russian Edition). Neste artigo –, que queremos que seja só o primeiro de vários –, faremos um resumo do segundo capítulo do livro de Bukharin.

17/3/16

El legado de Louis Althusser al marxismo

Marta Harnecker   /   Este texto contiene mis respuestas a preguntas realizadas por varios entrevistadores en diferentes épocas de mi vida sobre el tema de Althusser y el marxismo [1] Es un pequeño homenaje, algo tardío, a quien ha significado tanto para mi vida intelectual y política a los 50 años de la publicación de sus dos primeros libros: Pour Marx y Lire Le Capital.
Louis Althusser ✆ Anahí Rivera 
1. Del catolicismo militante al marxismo
— ¿Cómo llegaste a encontrarte con Althusser? 

1. —Para responder a tu pregunta tengo que hacer un largo rodeo.

2. —Empezaría por decir cómo llegué a interesar en el marxismo Y esto no ocurrió un día para otro. Creo que las condiciones fueron preparándose desde 1958 o1959. En ese momento yo era alumna de la Escuela de Psicología de la Universidad Católica de Santiago y había llegado a ser presidenta de la Acción Católica Universitaria. Con un grupo dirigente de dicha organización y otros compañeros de la Universidad Católica de Santiago, comenzamos a plantearnos cómo lograr hacer más efectivo el principio cristiano del amor al prójimo. El libro del filósofo francés Jacques Maritain: Humanismo Cristiano era una especie de Biblia para nosotros.

16/3/16

Le marxisme est-il «eurocentrique»?

Karl Marx  ✆ Arton 
Lance Selfa   |   Beaucoup de gens qui militent aujourd’hui sont entrés en contact avec les idées marxistes pendant leurs études à l’université ou lors d’activités qui s’y déroulent ou encore dans des livres écrits par des universitaires. A travers ces canaux, certaines interprétations de Karl Marx et du marxisme ont acquis la force d’une espèce de sagesse conventionnelle. L’une de ces idées figées est que le marxisme serait « eurocentrique » et n’aurait donc pas grand-chose à apporter aux masses populaires du monde globalisé du 21e siècle. 

 English
Cette lecture du marxisme est virtuellement hégémonique dans certains milieux académiques. Par exemples, les professeurs d’études post-coloniales María do Mar Castro Varela et Nikita Dhawan soutiennent que Marx a défendu « un modèle eurocentrique de l’émancipation politique qui ignore constamment le vécu des sujets colonisés dans les sociétés non-occidentales » et aurait « échoué dans la tentative de développer son étude de l’Inde et de l’Afrique en une analyse exhaustive de l’impérialisme ». Pour ces auteurs, l’analyse de Marx a négligé « les groupes dépossédés de leurs droits tels que les peuples colonisés ».

Historia Diplomática Secreta del Siglo XVIII — El enigma ruso: el esclavo-soberano

Karl Marx
✆ Víctor Minca
Karl Marx   |   La influencia preponderante que Rusia ganó por sorpresa en Europa en diferentes épocas ha atemorizado a los pueblos de Occidente, que se le han sometido como a una fatalidad o sólo lo han resistido por momentos. Pero junto a la fascinación vemos renacer constantemente un escepticismo que la sigue como su sombra, mezclando la nota ligera de la ironía a los gritos de los pueblos agonizantes, burlándose de la verdadera grandeza del poderío ruso como de la actitud que adopta un histrión para deslumbrar y engañar. Otros imperios han suscitado durante su infancia dudas semejantes; pero Rusia se volvió un coloso sin haberlas disipado. Nos ofrece el único ejemplo histórico de un enorme imperio que, incluso tras unas realizaciones de envergadura mundial, no deja de ser considerado como un asunto de creencia y no de hecho. Desde principios del siglo XVIII hasta hoy, no hay un sólo autor que haya creído posible dispensarse de probar su existencia, para empezar, antes de glorificarla o criticarla. Pero seamos espiritualistas o materialistas hacia Rusia, es decir, consideremos su existencia como un hecho palpable o como una simple visión de pueblos europeos con la conciencia llena de remordimientos, la pregunta sigue siendo la misma: ¿Cómo ha logrado esta potencia, o este fantasma de potencia, adquirir semejantes dimensiones y suscitar, por un lado, la denuncia apasionada de la amenaza que constituía para el mundo al repetir el fenómeno de una monarquía universal y, por otro lado, la furiosa negación de esa amenaza?

15/3/16

Recuperar la teoría de la praxis — La cuestión sindical en la tradición marxista

Karl Marx
✆ René Le Honzec
Jesús R. Rojo   |   El sindicalismo ha situado siempre —hoy esto se nota con especial intensidad— a las fuerzas revolucionarias en una encrucijada teórica respecto a sus fines, medios y hasta su propia función en la contienda de clases. ¿Son los sindicatos mayoritarios aún útiles para los trabajadores como clase? ¿Su desprestigio es fruto de una artimaña por parte de los que pretenden desarmar a los trabajadores o consecuencia de una sistemática traición de clase por parte de las cúpulas? Antes de poder plantearnos las respuestas es necesario dar unos pasos atrás. Hay que tomar perspectiva antes de emitir una firme sentencia que condene a los sindicatos a la presión de la posición protagonista o al más vergonzoso trastero de las estructuras estériles. Para ello haremos un recorrido a lo largo de los más ilustres autores de la tradición de pensamiento marxista buscando pautas, métodos de análisis y propuestas políticas que puedan ser de ayuda en el abordaje de esta cuestión. Ni Marx, ni Engels, ni ninguno de sus seguidores intelectuales crearon nunca una teoría acerca del sindicalismo que pueda aplicarse indistintamente a todos los periodos históricos o a todas las coyunturas sociales. Sin embargo, no radica ahí la dificultad de comprender la importancia o el desarrollo de la «no teoría» del sindicalismo a lo largo de la obra de estos autores; se erraría al pretender aplicar cualquiera de las conclusiones de los clásicos de la tradición marxista a un fenómeno moderno sin un análisis y una contextualización previos.

14/3/16

La inmensa revolución de Karl Marx

«El 14 de marzo, a las tres menos cuarto de la tarde, dejó de pensar el más grande pensador de nuestros días. Apenas le dejamos dos minutos solo, y cuando volvimos, le encontramos dormido suavemente en su sillón, pero para siempre. Es de todo punto imposible calcular lo que el proletariado militante de Europa y América y la ciencia histórica han perdido con este hombre. Muy pronto se dejará sentir el vacío que ha abierto la muerte de esta figura gigantesca.  

Así como Darwin descubrió la ley del desarrollo de la naturaleza orgánica, Marx descubrió la ley del desarrollo de la historia humana: el hecho, tan sencillo, pero oculto bajo la maleza ideológica, de que el hombre necesita, en primer lugar, comer, beber, tener un techo y vestirse antes de poder hacer política, ciencia, arte, religión, etc.; que, por tanto, la producción de los medios de vida inmediatos, materiales, y por consiguiente, la correspondiente fase económica de desarrollo de un pueblo o una época es la base a partir de la cual se han desarrollado las instituciones políticas, las concepciones jurídicas, las ideas artísticas e incluso las ideas religiosas de los hombres y con arreglo a la cual deben, por tanto, explicarse, y no al revés, como hasta entonces se había venido haciendo. 

Marx, Engels et «l’inverti»

Le 22 juin 1869, Friedrich écrit de Manchester à son ami Karl à Londres:

Karl Marx & Friedrich Engels
✆ Cássio Loredano
« Ainsi donc, tout ce que Wilhelm a réussi, 1 c’est d’obtenir que les lignes masculino-féminine et totalement féminine des Lassalliens fusionnent ! […] C’est assurément un « inverti » tout à fait surprenant que tu m’as envoyé. Ce sont vraiment des révélations tout à fait contre nature. Les pédérastes commencent à se compter et trouvent qu’ils constituent une puissance dans l’État. Seule manquait l’organisation, mais d’après ce texte, il semble qu’elle existe déjà en secret. […] « Guerre aux cons, paix aux trous-du-cul » [en français dans le texte], dira-t-on maintenant. […] Au reste, il n’y a qu’en Allemagne qu’un type de ce genre puisse monter sur scène, ériger en théorie cette saloperie et proclamer :introite [entrez], etc. Malheureusement, il n’a pas encore le courage d’avouer qu’il « en » est et se voit obligé, coram publico [en public], d’opérer « par devant », même s’il ne le fait pas « en entrant par devant », comme il le dit une fois par erreur. Mais attends un peu que le nouveau Code pénal d’Allemagne du Nord ait reconnu les droits du cul [en français], alors il chantera une autre chanson. Nous autres, pauvres gens du devant, avec notre naïf penchant pour les femmes, nous serons alors traités de belle façon. Si Schweitzer était bon à quelque chose, il faudrait lui faire soutirer, à cet étrange bonhomme, les noms et qualités de hauts et très hauts pédérastes, ce qui, étant donné leurs affinités spirituelles, ne lui serait certainement pas difficile. » 2

11/3/16

Vigencia del marxismo

“No se trata de reformar la propiedad privada, sino de abolirla; no se trata de paliar los antagonismos de clase, sino de abolir las clases; no se trata de mejorar la sociedad existente, sino de establecer una nueva…. Nuestro grito de guerra ha de ser siempre: ¡La revolución permanente!” —  Karl Marx, Mensaje a la Liga de los Comunistas, 1850

Marcelo Colussi   /   “El Amo tiembla aterrorizado delante del Esclavo porque sabe que, inexorablemente, tiene sus días contados”. Esta frase, que no es exactamente de Hegel pero que lleva su cuño, es la fuente inspiradora del joven Marx. Las luchas de clases son el motor de la historia: la Dialéctica del Amo y del Esclavo que esbozara Hegel en su Fenomenología del Espíritu sigue siendo de una precisión meridiana. La simple constatación de nuestro mundo circundante nos pone en contacto con cotidianas luchas a muerte en torno al poder. La conclusión de Marx a partir de esa inspiración no podía ser otra: el mundo está injustamente estructurado, y el trabajo de las grandes mayorías sostiene los privilegios de unos pocos. Por tanto: es hora de transformar ese estado de cosas.

10/3/16

Karl Marx en John Rawls

John Rawls ✆ Mardy Rawls
Jorge Giraldo Ramírez   |   La emergencia del problema de la igualdad en el firmamento liberal —de la cual John Rawls es el principal responsable— debería haber suscitado una pregunta que la más simple curiosidad demandaba, ¿cuáles podrían ser las fuentes culturales y teóricas de un esfuerzo, duradero y minucioso hasta la obsesión, como el del filósofo estadounidense? La respuesta nunca fue evidente en la obra de Rawls, puesto que, como afirma Thomas Nagel, ésta se caracterizó por un estilo impersonal. Hubo que esperar hasta 1994, cuando Thomas Pogge escribió tal vez el primer boceto biográfico del pensador de Baltimore, para identificar la religión y, más específicamente, el cristianismo, como el origen de buena parte de sus inquietudes morales y sociales, hasta el punto de que ella formó en buena medida su temperamento (Nagel, 2003: 27) y le inclinó en un principio a “estudiar para el sacerdocio” (Pogge, 2010: 23)

Sin embargo, para quienes nos formamos en la tradición socialista siempre quedaba la sensación de que Karl Marx podía ser una especie de interlocutor oculto de Rawls, quien trataba de reestructurar el pensamiento liberal acomodando las exigencias de justicia social en un marco interpretativo que prioriza la libertad, tal como lo había hecho ya la Iglesia católica en el último tercio del siglo XIX.

9/3/16

Para un Programa de Estudios sobre los marxismos latinoamericanos

Karl Marx ✆ Die Kleinert 
Horacio Tarcus   |   Ha transcurrido un siglo y medio desde que llegaron a Latinoamérica los incipientes ecos de la Asociación Internacional de los Trabajadores. Con ellos y detrás de ellos, el nombre de Karl Marx aparecía por primera vez en la prensa del continente. Era el comienzo de una historia compleja, signada por los más intrincados procesos de recepción, adaptación, traducción, aclimatación, aculturación, hibridación o antropofagización, según ha querido pensárselos desde perspectivas diversas. Si dejamos fuera las visiones más simplistas y exteriores de la relación entre Marx y Latinoamérica (una concibe el marxismo como una teoría universal disponible para su aplicación en cualquier tiempo y lugar; otra lo data y localiza de modo tan radical que termina reduciéndolo a una astucia de la razón eurocéntrica), descubrimos una historia densa en acercamientos, usos y apropiaciones, rica en perplejidades y malentendidos, encuentros y desencuentros. Las relaciones entre Marx y Latinoamérica nacieron con la forma de un doble desencuentro: el de Marx con Latinoamérica —cuyo revelador más evidente fue su diatriba contra “Bolívar y Ponte”, por no hablar de los textos de Engels sobre la invasión francesa a México de 1861—2  y el de Latinoamérica con Marx —si traemos a cuento el texto de Martí de 1883, que rendía honores a éste por haberse puesto del lado de los débiles, pero le reprochaba predicar la religión del odio de clases y no la del amor—.3  

8/3/16

Marx y los tres periodismos

Una reconstrucción de la carrera periodística de Marx. Vericuetos, debates y confrontaciones
Karl Marx & Friedrich Engels en la imprenta donde
se editaba la Rheinische Zeitung, Colonia
Museo Marx & Engels, Moscú ✆ E. Chapiro

Alejandro Galliano   |   “La Gaceta Renana a las ideas comunistas en su forma actual no puede concederles ni siquiera realidad teórica y por lo tanto aún menos puede desear o considerar posible y su realización práctica” Ese fragmento fue escrito por Karl Marx, reportero y futuro jefe de redacción de la Gaceta Renana, el 16 de septiembre de 1842. En su frondoso currículum de filósofo, economista, político y modelo de afiches revolucionarios figuran veinte años de trabajo como periodista. En una época de baja alfabetización y de diarios pensados como voceros de un grupo específico, Marx fue un profesional y eficiente operador político, un periodista militante y un prensero mal pagado.

El periodismo fue para Marx la salida de emergencia de una carrera académica frustrada. La Universidad de Berlín comenzó en los ´40s una purga de toda la influencia “antirreligiosa" de Hegel, en el marco del endurecimiento político del recién coronado Federico Guillermo IV de Prusia. El gritón y ateo Bruno Bauer fue enviado a enseñar a Bonn y el propio Marx, discípulo de Bauer, prefirió defender su tesis allí. Para 1841 estaba doctorado y sin trabajo. Por intermedio de Bauer pudo meter un par de artículos en las revistas de Arnold Ruge, otro académico proscripto. Pero su destino periodístico estaba en otro lado.

7/3/16

Karl Marx sobre James Anderson y la Teoría de la Renta

Karl Marx ✆ Carlín
Rolando Astarita   |   […] los marxistas que sostienen que la renta diferencial se origina por un precio de monopolio, están por detrás de la teoría de la renta de Ricardo. Pero también están por detrás de James Anderson. Recordemos que Anderson fue el descubridor de la teoría de la renta, la cual formuló en varios artículos publicados entre 1777 y 1802. Luego, en 1815, su teoría fue reproducida por Edward West y Thomas Malthus (Marx afirma que el primero no conocía el trabajo de Anderson, pero sí Malthus, quien lo habría plagiado); y de allí fue tomada por Ricardo, quien tampoco parece haber conocido los escritos de Anderson. Para profundizar en el tema de la renta, en esta breve nota presento algunas de las consideraciones más importantes sobre el trabajo de Anderson que hace Marx en el tomo II de Teorías de la plusvalía (las citas corresponden a la edición Cartago, Buenos Aires, 1975). Además de intentar clarificar la noción de la renta diferencial, con esto busco animar a los lectores a estudiar no solo El Capital, sino también Teorías de la plusvalía. En lo que sigue doy por conocido el mecanismo básico por el que se forma la renta diferencial: el precio del producto agrícola está determinado por la producción obtenida en la tierra menos fértil, de manera que las tierras más fértiles posibilitan el surgimiento de una plusganancia permanente, que es la renta que se apropia el terrateniente.

4/3/16

Sobre la filosofía en Marx

Karl Marx
✆ Mariano de Quilmes
 
Esteban Mora   /   Siempre es recurrente algún capítulo o mención sobre la filosofía de Marx. He tratado de evitarlo lo más posible (lo cual no quiere decir que no haya una filosofía o epistemología implícita en todo esto), pero creo que es inevitable. La versión más corriente (difundida especialmente desde Lukács) es que Marx es simple y llanamente un hegeliano, que la forma se desprende completamente del objeto (Althusser) o sale más allá de lo fáctico para realizar la síntesis conceptual elaborada en El capital a través del concepto de totalidad, y que su método, por lo tanto, es lógico en un sentido simple y sencillamente deductivo. Nosotros pretendemos interpretar que la forma tal y como la entiende Marx nunca se desprende de su materia u objeto, que esta forma nunca es esencial (como lo es desde Aristóteles hasta el idealismo alemán) sino aparente, que la totalidad que proclama Lukács no es ningún concepto sintético sino que es completamente mundano: el capital global de una sociedad o de la economía global, y que su método, aunque lógico y deductivo, no deja de estar problematizado por cierta relación de inducción experimental y empírica.

Althusser proclamó que no existía filosofía explícita o positiva en Marx, y  que había que buscar implícitamente sus posiciones filosóficas a lo largo de su obra económica, e incluso temprana. Algo así como leer entre líneas las posiciones filosóficas del autor. Pero esto es radicalmente falso. 

3/3/16

Spinoza dopo Marx — Apuntes de lectura

Baruch Spinoza
✆ Ben Nadler
Nicolás González Varela   /   Existió una época en Occidente en que uno podía ser condenado a muerte por ser spinozista. Y no se trataba de un malentendido ni una alegoría. Ya en 1717 Buddeus denomina a Bento de Spinoza como el atheorum nostra aetate princeps (“el gran jefe de los ateos de nuestros tiempos”). Alrededor de 1744 un profesor de Pisa, llamado Tommaso Vincenzo Moniglia, resumía en un libro en el que atacaba los llamados “filósofos fatalistas”, que la erosión del altar, el trono y los privilegios se debía a una corriente diabólica llamada Spinosismo. Otro escritor, Daniele Concina, llamaba a las ideas derivadas de Spinoza de questa mostruosa divinita spinosiana. Bayle en su difundido Dictionnaire historique et critique, escrito entre 1647 y 1706, afirmaba que Spinoza era el primer ateo sistemático: “Il a été un athée de système, et d’une méthode toute nouvelle, quoique le fond de sa doctrine lui fût commun avec plusieurs autres philosophes anciens et modernes, européens et orientaux”; incluso llamaba a uno de sus libros más políticos, precisamente el Tractatus theologicus-politicus de “livre pernicieux et détestable”. Y no era exageración: el Tractatus será colocado en el Index Librorum Prohibitorum et Expurgatorum de la Inquisición como “libro prohibido” el 3 de febrero de 1679. Incluso en el tardío año de 1816, realizando una revisión del estado de Europa, un contrailustrado llamado Antonio Valsecchi razonaba que las causas intelectuales de la Gran Revolución francesa no se encontraban en Rousseau o Voltaire sino en las obras de “Tommaso Hobbes d’Inghilterra, e Benedetto Spinosa di Olanda.” 

1/3/16

Marx para hoy: Introducción — Los marxismos dominantes del siglo XIX y XX

Karl Marx ✆ Jeeva Catram
Marcello Musto   |   Pocos hombres han conmovido al mundo como lo hizo Karl Marx. A su muerte, casi desapercibida en la gran prensa, siguieron los ecos de la fama en un período tan corto que casi no se lo puede comparar en la historia. Su nombre apareció prontamente en los labios de los obreros de Detroit y Chicago, y en los de los primeros socialistas indios en Calcuta. Su imagen formó parte del escenario del primer congreso bolchevique en Moscú, luego de la revolución. Su pensamiento inspiró los programas y estatutos de todas las organizaciones políticas y sindicales del movimiento obrero, desde la Europa continental hasta Shanghai. Sus ideas cambiaron a la filosofía, la historia y la economía en forma irreversible.

Pero no tardó mucho en que surgieron los intentos para convertir sus teorías en una ideología rígida. Su pensamiento, indiscutiblemente crítico y abierto, aunque a veces tentado por el determinismo, cedió a la presión del clima cultural de la Europa de fines del siglo XIX. Era una cultura impregnada por concepciones sistemáticas, sobre todo la del darwinismo. Para responder a esta presión, el “marxismo ortodoxo”, recién nacido en las páginas de la revista Die neue Zeit, de Karl Kautsky, tomó rápidamente las formas de este modelo.