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Karl Marx & John Maynard Keynes
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Vicenç Navarro | Una de las causas de la crisis financiera y económica que ha recibido escasa atención ha sido la evolución de la distribución de las rentas entre las derivadas del capital y las derivadas del trabajo, a lo largo del periodo post II Guerra Mundial. El
conflicto capital-trabajo, al cual Karl Marx dedicó especial atención, hasta el
punto de considerarlo como el hilo conductor de la historia (“la historia de la
humanidad es la historia de la lucha de clases”) , ha perdido visibilidad en
los análisis de las crisis actuales, sustituido por los análisis de los
comportamientos de un sector del mundo del capital, es decir, el capital
financiero, sin dar suficiente importancia al conflicto del capital (y no solo
de su componente financiero) con el mundo del trabajo. Los datos, sin embargo,
continúan acentuando la importancia de la relación capital-trabajo en la
génesis de las crisis económica y financiera que están ocurriendo en estos
momentos.
Durante el periodo entre el fin de la II Guerra Mundial y
los años setenta (definido como la época dorada del capitalismo), el Pacto
Social entre el mundo del trabajo y el mundo del capital (en el cual el primero
aceptaba el principio de propiedad privada de los medios de producción a cambio
de aumentos salariales -condicionados al aumento de la productividad- y del
establecimiento del estado del bienestar) dio como resultado un aumento muy
notable de las rentas del trabajo que alcanzaron su máximo nivel en la década
de los setenta.
La participación de los salarios (en términos de
compensación por empleado) en la renta nacional alcanzó cifras récord entonces.
En los países que serían más tarde la UE-15 (el grupo de países más
desarrollados económicamente en la Unión Europea), este porcentaje era el
72,9%. En Alemania, el porcentaje era 70,4%, en Francia 74,3%, en Italia 72,2%,
en Gran Bretaña 74,3% y en España 72,4%. Al otro lado del Atlántico Norte, en
EEUU, era 69,9% (European