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| A la manera de Dalí ✆ Matt Groening |
Michel Husson &
Francisco Louça | El mundo se hunde en la segunda Gran
Depresión de su historia moderna. La crisis financiera provocada por las
hipotecas subprime desencadenó una recesión global en 2009 y una nueva recesión
comienza en Europa en 2012. A través de este proceso, está en curso una recomposición
sustancial del régimen social de acumulación. Aunque el concepto de crisis es
sin duda ambiguo, suelen asociársele tres significados: una crisis periódica,
una crisis de regulación y una crisis sistémica. El período actual puede ser descrito
como una crisis de regulación, pero también como una crisis sistémica. Este
artículo pretende abordar la actual fase de la onda larga del capitalismo
tardío.
El tiempo largo del
capital

El concepto de crisis de regulación ha sido discutido desde
hace tiempo como parte de una visión de un capitalismo tendente al equilibrio y
auto estructurante. Por el contrario, partimos de la concepción propuesta por
Dockès y Rosier (1), es decir, la de un “orden productivo” neoliberal, teniendo
en cuenta que el capitalismo redefine periódicamente su modo de funcionamiento
para hacer frente a sus contradicciones. De hecho, el capitalismo se basa en un
mecanismo social de explotación y acumulación del capital, pero su modo de funcionamiento
evoluciona con el
tiempo.
Esta visión era el punto de partida de la teoría de Kondratiev
de los ciclos largos de la coyuntura (2), como se le llamó en su época o, más
tarde, las ondas largas del desarrollo capitalista. El concepto de “ciclo”
sugiere la idea equivocada de automatismo y repetición que es incompatible con
la evidencia histórica. León Trotsky, adversario de Kondratiev, compartió su
punto de vista de entender la acumulación económica como un proceso
ondulatorio. En un artículo publicado en 1923 escribió: “Observamos en la
historia que los ciclos homogéneos están agrupados en series. Épocas enteras de
desarrollo capitalista suceden cuando un cierto número de ciclos están caracterizados
por auges agudos sucesivos y crisis débiles y de corta vida. Como resultado obtenemos
un fuerte movimiento ascendente de la curva básica del desarrollo capitalista. Tendremos
épocas de estancamiento cuando esta curva, aunque pasando a través de oscilaciones
cíclicas parciales, permanece aproximadamente en el mismo nivel durante décadas.
Y, finalmente, durante ciertos períodos históricos la curva básica, aunque
pasando como siempre a través de oscilaciones cíclicas, se inclina hacía abajo
en su conjunto, señalando el declive de las fuerzas productivas” (3). El esquema
que se reproduce ilustra su visión de estos ciclos.