Michael Löwy
Mientras que el film de Raoul Peck sobre el joven Marx está en las salas en este momento (*) , merece la pena interrogarse sobre la relación de Marx con la revolución, y en particular con la Revolución Francesa. Según Michael Löwy, Marx quedó literalmente fascinado por la Revolución Francesa, como otros muchos intelectuales alemanes de su generación; aquella era a sus ojos, sencillamente, la revolución por excelencia –o más precisamente- “la revolución más gigantesca (“Kolossalste”)” que haya conocido la historia”[1].
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Se sabe que en 1844, había tenido la intención de escribir un libro
sobre la Revolución Francesa, a partir de historia de la Convención.
Desde 1843, había empezado a consultar las obras, a tomar notas, a
despellejar los periódicos y las colecciones. En primer lugar son sobre
todo las obras alemanas, -Karl Friederich Ernst Ludwig y Wilhelm
Wachsmuth- pero a continuación predominaron los libros franceses,
especialmente las memorias del miembro de la C Levasseur, cuyos
extractos llenan varias páginas del cuaderno de notas de Marx redactado
en París en 1844. Además de esos carnets (reproducidospor Maximilien
Rubel en el volumen III de las Obras en la Pléiäde), las referencias citadas en estos artículos o estos libros atestiguan la amplia bibliografía consultada: L’Histoire parlementaire de la Révolution française, de Buchez et Roux, L’Histoire de la Révolution française,
de Louis Blanc, las de Carlyle, Mignet, Thiers, Cabet, los textos de
Camille Desmoulin, Robespierre, Saint-Just, Marat, etc. Se puede
encontrar una relación parcial de esa bibliografía en el artículo de
Jean Bruhat sobre “Marx et la Révolution française ”, publicado en los ” Annales historiques de la Révolution française ”, en abril-junio de 1966.