20/10/17

La transición de Marx hacia el dinero sin valor intrínseco en El Capital, Capítulo 3

Martha Campbell

En el capítulo 3 de El Capital, Tomo 1, Marx sentó las bases para el dinero sin valor intrínseco. El dinero tiene una expresión de valor, la lista de precios de mercancías leída al revés debido a su lugar como forma de equivalente universal. La explicación de Marx del dinero como medio de circulación y atesoramiento establece que esta expresión –la tasa de cambio entre el dinero y el valor de las mercancías– se mantiene si el dinero tiene valor intrínseco o no. Con esto, la expresión del ‘valor’ del dinero es suficiente para que el dinero exprese el valor de las mercancías y que por ello funcione como medida de valor, sin importar si el valor del dinero es real o imaginario. Esta interpretación se deriva de la Teoría Marxista de la moneda de S. De Brunhoff.
Introducción
La teoría del dinero de Marx llama la atención porque sostiene que explica qué es el dinero y porqué es necesario. No obstante, pareciera que la teoría estuviera viciada por el supuesto de que el dinero es una mercancía, el oro. En el mejor de los casos Foley dice que “desorienta” porque significaría que la teoría monetaria de Marx “no corresponde con las realidades histórica e institucional del capitalismo”.[1] Numerosos académicos han tratado con el problema que desencadena, argumentado que los elementos cruciales de la teoría monetaria de Marx no dependen de que el dinero sea una mercancía, que las ideas más relevantes de la teoría (variadas según la concepción de los diferentes académicos) pueden separarse del supuesto frecuente de Marx.[2]
En este artículo yo argumento, contrario a otros, que Marx mismo muestra que el dinero no necesita ser una mercancía aun cuando continúe con el supuesto a lo largo de El Capital, Tomo I.[3] Además, él muestra esto temprano en El Capital, desde el Capítulo 3. Como argumentaré, la explicación de las funciones del dinero en el Capítulo 3 establece que la expresión de valor del dinero, la contraparte del precio de una mercancía ordinaria es suficiente para que el dinero exprese el valor de las mercancías ordinarias. Esto provee la base para una reconsideración del dinero como dinero-crédito –que Marx sabe muy bien es el dinero del capitalismo– en El Capital, Tomo III (o lo hubiera sido si el tomo hubiera sido revisado).
La inspiración de este argumento proviene de la Teoría Marxista de la moneda de De Brunhoff. Por esta razón, mi revisión del capítulo 3 de El Capital se apoya en su enfoque y se refiere extensamente a su discusión del dinero en la circulación simple de mercancías. No obstante, no es claro que de Brunhoff misma reconociera la conclusión a la que he llegado desde su trabajo, es decir, que Marx mostró que el dinero no necesariamente debe tener valor intrínseco. Estoy construyendo sobre su trabajo en lugar de repetirlo o interpretarlo.
A continuación mostraré (Sección 2) los elementos del argumento de De Brunhoff que son más importantes para mi tesis. En la sección subsecuente (Sección 3) considero el significado de la doble conmensurabilidad de las mercancías –como valores y como precios– con la que comienza Marx el Capítulo 3. Después me dirijo al capítulo 3 (Sección 4) tomando las funciones del dinero en el orden que Marx las presenta, pero en sentido inverso para considerar la primera y segunda funciones a la luz de la tercera. Es este último paso el que yo argumento que sostiene la tesis de que el valor del dinero podría ser imaginario.
Elementos clave del enfoque de de Brunhoff sobre el dinero en El Capital, Parte I
Para brindar un significado preliminar de lo que involucra la interpretación de De Brunhoff, enlisto los elementos clave de ella que son relevantes para mi tesis. Su relevancia se mostrará a plenitud cuando se apliquen a la interpretación del Capítulo 3 de El Capital de Marx.
La contribución más importante de De Brunhoff en este contexto es su tesis de que las tres funciones que desempeña el dinero en la circulación simple son, para Marx, aspectos del dinero. Esto significa que son distinciones que podemos aislar en el pensamiento pero no coexisten necesariamente en el dinero mismo. La evidencia textual que ella ofrece para esto es que Marx usa el título, dinero, únicamente para la tercera sección del capítulo 3 de El Capital, cuando él llega al tercer conjunto de funciones del dinero. De este conjunto, el atesoramiento es la más importante para la tesis de De Brunhoff porque, como veremos, une a los dos anteriores (medida de valor y medio de circulación). Como ella dice: “la paradoja de esta tercera función es que introduce al dinero “propio” al final de un análisis enteramente dedicado al dinero.”[4] Esta tesis sobre la unidad de las funciones del dinero da forma a la interpretación de De Brunhoff del capítulo 3 de El Capital como un todo. La conduce a ver que, aun cuando Marx presenta cada función del dinero por separado, lo que él está mostrando realmente es que se apoyan mutuamente entre ellas. Como cada función se apoya en las otras dos, las tres son mutuamente necesarias –requeridas para cada una– y por consiguiente, una.[5]
Segundo, De Brunhoff se enfoca en la forma del equivalente universal como la que distingue al dinero. Esto parecería obvio de la explicación de Marx. Sin embargo, tanto su supuesto de que el dinero es una mercancía y su insistencia de que las mercancías son doblemente conmensurables (como valores y precios) podría sugerir una alternativa distinta: que Marx incluye estas características para conectar al dinero con el trabajo. Debido a su énfasis en la forma, De Brunhoff reconoce a ésta como la opción incorrecta que reduciría a Marx de vuelta a Ricardo. Aunque De Brunhoff no profundiza en esto, la diferencia entre ellos es que la teoría de Ricardo es que el valor es el trabajo, mientras que para Marx el valor es la forma social del trabajo en el capitalismo.
Tercero, el énfasis de De Brunhoff de que la desmaterialización es una rasgo característico del dinero como medio de circulación, sin importar el tipo de dinero –oro, notas bancarias–  que se considere. La desmaterialización del dinero es importante en este contexto porque es un paso crucial en la transición de Marx hacia el dinero sin valor intrínseco (aunque De Brunhoff no lo lleva tan lejos).
No obstante, me encuentro completamente en desacuerdo con la tesis de De Brunhoff de que Marx presenta una teoría general del dinero en la Parte 1 de El Capital. En la descripción de ella, esta es una teoría que aplica a “cualquier economía monetaria” o “el estudio del dinero en su aspecto general, independiente de la forma capitalista de producción”.[6] Sostengo, contrariamente, que en la Parte 1 de El Capital, Marx describe la circulación simple de mercancías, que es única del capitalismo y un aspecto abstracto de él. Es la superficie del modo capitalista de producción en el sentido en que es la manera en que se ve el capitalismo a primera vista, todo lo que veríamos si no investigáramos más.[7]
En la siguiente sección defiendo esta alternativa a la teoría general del dinero de De Brunhoff. Si su visión no perjudicara la teoría de Marx podría hacerse a un lado. Como se verá en la siguiente sección, sí la perjudica: oscurece la plena integración de la producción y circulación que, para Marx, es distintiva del modo capitalista de producción. Esta integración, como argumentaré, es la razón de la insistencia de Marx sobre la doble conmensurabilidad de las mercancías al inicio del capítulo 3 de El Capital. Finalmente, el argumento de la siguiente sección también dará sustento a la manera en que Marx se distinguía de Ricardo, es decir, que Marx sostiene que el valor es la forma social del trabajo en el capitalismo, mientras que Ricardo establece que el valor es el trabajo (Marx dice “la sustancia del valor…es el trabajo”).[8] La comparación de De Brunhoff entre Marx y Ricardo sugiere que deberíamos aceptar esta forma de diferenciarlos, aunque ella no lo dice por sí misma.
Valor y dinero como equivalente universal
El argumento del capítulo 3 de El Capital, que es el énfasis de este artículo, irrumpe en un desarrollo que ya se encuentra en progreso. Específicamente, Marx comienza el capítulo con la afirmación de que “las mercancías son en sí mismas conmensurables” en lugar de que esto lo haga el dinero.[9] Él insiste, en otras palabras, que existe una doble igualación: la denominación de los precios de las mercancías en unidades dinerarias es la contraparte de una conmensurabilidad interna de los valores de las mercancías en términos de tiempo de trabajo. La base para esta afirmación es dada por la explicación previa de Marx del valor y el dinero como equivalentes universales. Se mostrará brevemente lo que esto implica.
En su primera aproximación a los valores de las mercancías y el dinero como equivalente universal, Marx atribuye ambos a un aspecto del tipo de trabajo social que produce las mercancías, esto es, que es simultáneamente social –conectado y unificado– y realizado independiente –formado por actividades laborales que son desempeñadas aisladas entre sí y con el fin del beneficio privado.[10]Que sea social e independiente son “condiciones contradictorias mutuamente excluyentes”, pero Marx sostiene que, de hecho, estas condiciones coexisten en la producción de mercancías. Su coexistencia es posible debido al carácter de valor de las mercancías y al dinero como equivalente universal. Esto da lugar a la primera explicación de Marx del valor y el dinero: que resultan de, y vuelven posible, que el trabajo social sea simultáneamente independiente.
Una aclaración antes de proceder: el trabajo privado e independiente es sólo el aspecto más simple del trabajo que produce mercancías. Todo el desarrollo en la Parte 1 de El Capital se desprende de él y detalla lo que implica. Para ver este desarrollo, el extraordinariamente simple carácter de trabajo social privado e independiente debe quedar en mente. La falta de atención a su carácter simple conduce a dos tipos de malinterpretaciones: el trabajo social privado e independiente no debe ser sobre-concretizado –convertido en la descripción de un modo de producción completo (como lo hace, por ejemplo, la interpretación de la producción simple de mercancías)– ni tomado como una explicación completa del valor de las mercancías. En el desarrollo posterior en El Capital, Marx argumentará que las mercancías son producto del capital.[11] Mirando en retrospectiva desde ahí, la Parte 1 de El Capital, podemos ver que la producción privada e independiente es una descripción abstracta de las empresas capitalistas: producen separadas unas de otras y por cuenta privada por el fin de su ganancia individual. Inicialmente, la pareja, dinero como equivalente universal y valor, se explican únicamente como el “espacio para moverse” a la contradicción entre el trabajo social e independiente.
Cómo ocurre esto, Marx explica, es que la producción es tanto independiente como social porque es indirectamente social: porque las actividades laborales se conectan únicamente por el intercambio de productos. Las actividades laborales en realidad están integradas, pero la conexión entre ellas se desplaza hacia afuera en relaciones de intercambio entre los objetos producidos y también, post festum, retrasadas hasta después de que se complete su producción.[12] Para que el intercambio de productos unifique las actividades laborales aisladas en un todo social, debe ocurrir el intercambio monetario. La unificación lograda por medio del intercambio de todas las mercancías en dinero requiere que el dinero combine las cuatro características que Marx identifica por separado en la sección de la forma-valor (Sección 3) del capítulo 1 de El Capital. Primero, debido a que la contradicción entre social e independiente es desplazada hacia las relaciones de intercambio de productos, el intercambio monetario involucra una posición opuesta entre las mercancías y el dinero. El dinero es el polo social (posee la cualidad de intercambiabilidad directa) que las mercancías ordinarias producidas independientemente aspira a ser (por sus aspiraciones, sus valores ideales, muestran que están hechas con la intención de productos sociales pero que no han probado serlo hasta que su última transformación en dinero tiene éxito). Segundo, el intercambio monetario también debe ser completamente incluyente; como Marx lo explica con la forma expandida del valor, para que el intercambio monetario integre todas las actividades laborales, debe vincular cada producto entre sí. Tercero, debe vincular los productos de manera unificada para que todas las actividades laborales se conviertan en un trabajo social. Como Marx explica en la forma general del valor, lo hace relacionando todas las mercancías ordinarias a una y la misma mercancía dinero (que añade universalidad a la intercambiabilidad directa del dinero). Finalmente, la costumbre debe establecer una única mercancía en particular para que sea universal y directamente intercambiable –esto es, que sea dinero.
El valor es la contraparte del dinero como equivalente universal; de hecho, se deriva primero del intercambio de valor descrito como precio dinerario en todo excepto el nombre.[13] Esta derivación revela la cualidad que tiene el trabajo por su manera de socialización. Como esto es trabajo visto a través de la lente del precio monetario –trabajo abstracto como lo llama Marx– tiene exactamente el mismo carácter como dinero: es directamente social y homogéneo, cada parte de él al igual que cada una de las otras. Debido a que el trabajo abstracto es la consecuencia de la socialización de la producción mediada por el intercambio monetario, es la primera especificación del trabajo –el primer aspecto de la forma social del trabajo– que surge de la contradicción entre trabajo social e independiente.[14] Por la derivación de la forma social del trabajo, el trabajo abstracto del dinero, Marx presupone que el trabajo es moldeado por su socialización a través del intercambio monetario. ¿Qué justifica esta presuposición?
La base para esto es que la mediación por el intercambio monetario es necesario cuando la producción social es privada e independiente. La producción es entonces inseparable del intercambio. La necesidad de su conexión es un rasgo distintivo del modo capitalista de producción.[15] Para agravar las dificultades de comprenderlo, el intercambio y el dinero están simplemente presentes en otras configuraciones, pero no son necesarios para ellas.[16]
Como ilustra el caso del trabajo abstracto y el dinero como equivalente universal, la interconexión necesaria entre la producción y el intercambio resulta en una duplicación de determinaciones sociales –las contrapartes del intercambio y la producción.[17] Debido a que esta interconexión es distintiva del capitalismo, al menos el único rasgo distintivo revelado hasta ahora, sus muestras aparecen a lo largo de la Parte 1 de El Capital. Una versión de ella es que el requerimiento de que los productos sean intercambiados ya es inherente en la forma social indirecta en que está organizada su producción. Marx llama a este requerimiento el carácter valor de las mercancías. Que la producción social esté orientada exclusivamente hacia el intercambio vuelve a los productos portadores de la conexión entre las actividades laborales. Como portadores de esa conexión, los productos son valores.[18] Segundo, la mediación por el intercambio necesariamente tiene un aspecto post festum, la cual requiere una cualificación adicional: como el carácter social de los productos se establece como definitivo únicamente por su transformación en dinero, podría parecer que el intercambio sólo vuelve sociales a los productos y que la producción no es social. Marx preserva la integración de la producción con el intercambio, que es lo característico de este modo de producción y toma en cuenta que el intercambio es post festum por la cualificación de que los valores de las mercancías son ideales previo al intercambio y reales hasta que ocurre.[19] Tercero, la duplicación es capturada de nuevo en las referencias de Marx a las formas de apariencia y “a un contenido distinguible de” ellas: las conexiones en el intercambio son visibles porque son indirectas y únicamente como conexiones de actividades laborales es que ocupan un lugar necesario en el modo de producción.[20] Este lugar necesario las vuelve formas de apariencia: el campo visible del intercambio muestra el carácter que tiene la producción (por ejemplo que sus productos son mercancías) porque es inseparable del intercambio. Marx trae todo esto a la superficie en los párrafos iniciales del capítulo 3 de El Capital: la conmensurabilidad exterior de las mercancías en términos de precio dinerario es la forma de apariencia necesaria de la conmensurabilidad interna en términos de tiempos de trabajo.[21] La doble conmensurabilidad de las mercancías es la marca de la integración de la producción mediante el intercambio. Esto es único y distintivo del capitalismo. Si dejamos fuera la conmensurabilidad interna estamos en un mundo no capitalista donde el intercambio podría estar presente pero no es necesario.
Con esto regreso al resto del capítulo 3 de El Capital y a De Brunhoff.
 Capítulo 3 de El Capital
          1 El dinero como medida
De Brunhoff enfatiza dos puntos en la presentación de Marx del dinero como medida. La primera es justo la recién abordada, que las mercancías son conmensurables como valores. Como lo explica De Brunhoff, el dinero no tiene el “misterioso poder de volver conmensurables a las mercancías entre sí”; en la concepción de Marx del intercambio de mercancías, “no hay ‘circulación de valores de uso’”.[22] En otras palabras, la equivalencia de mercancías se manifiesta en los precios, no se impone sobre las mercancías por los precios. Como se argumentó en la sección previa, esto es cierto porque la producción está orientada exclusivamente hacia el intercambio e integrada por él.
El segundo es que el dinero expresa y, por consiguiente, mide el valor por su forma de equivalente universal. De Brunhoff parece sugerir que Marx presenta al dinero como mercancía precisamente para enfatizar que su forma es su única diferencia con las demás mercancías. Como él dice “el dinero como mercancía metálica es de la misma naturaleza que las otras mercancías”, su forma, o su “socialmente validado monopolio de equivalencia” es “lo que caracteriza su función social como dinero”.[23] Explicado de manera diferente (sobre la base del argumento que he presentado en la Sección 3), el supuesto de que el dinero es una mercancía, oro, continúa la línea de desarrollo que comienza con el trabajo privado e independiente. Aun cuando Marx pudiera presentar alguna manera de justificar esto, violaría el principio sobre el cual se basa su argumento de introducir algo externo (por ejemplo, un candidato favorito es la idea de que el dinero “es en sí mismo un mero símbolo” establecido por el “consenso universal de la humanidad”).[24]
Debido a que es la posición del dinero en la forma de equivalente lo que permite que el dinero mida el valor, el dinero no puede tener precio (esto lo desplazaría de la forma equivalente). El valor del dinero sí tiene una expresión alternativa, esto es: “para encontrar la magnitud del valor expresado del dinero sólo tenemos que leer al revés las cifras de un listado de precios” dice Marx.[25] En otras palabras, un valor del dinero está implícito en los precios de las mercancías. Por supuesto que el dinero aurífero de Marx tiene un valor intrínseco. Él dice que considera al oro como la mercancía dinero “por simplicidad” pero no es inmediatamente obvio si la simplificación consiste en establecer una única mercancía en particular (por ejemplo, el oro en lugar de la plata) o en establecer una mercancía en lugar de un objeto sin valor.[26]
Existe material para apoyar cada una de estas interpretaciones. Por un lado, la analogía que hace Marx con el peso en el capítulo 1 de El Capital sugiere que el dinero debe tener valor intrínseco para medir el valor (el hierro tiene peso al igual que un pan de azúcar y se puede medir el peso del pan de azúcar por esta razón).[27] Por el otro lado, Marx dice después en su sección sobre la medida que “una cosa puede…tener un precio [una expresión de valor, mc] sin tener valor.”[28] Esto podría leerse como una anticipación del dinero sin valor intrínseco. Cualquier objeto sin valor (papel o registros bancarios) que ocupa la forma de equivalente universal tendría aún una expresión de valor implícita en los precios de las mercancías precisamente porque ocupa esa forma. Además, aun cuando esa expresión del valor sea imaginaria, Marx sostiene que es “un hecho dado socialmente” lo que le atribuye objetividad social real.[29] Esto deja una apertura para que el dinero carezca de valor intrínseco. Pero no haría pensar inicialmente en esta medida porque esto incluiría tanto al dinero como a las mercancías en el mismo círculo de precios. Parecería entonces que el dinero  vuelve conmensurables a las mercancías. Debe mostrarse cómo la pérdida del valor intrínseco del dinero no amenaza la conmensurabilidad de las mercancías como valores. Como veremos, esa pérdida surge de las propias funciones del dinero.
Un último punto a cerca de De Brunhoff sobre la medida: para apreciar la relevancia de su énfasis en la forma de equivalente universal, es importante reconocer la alternativa que ella está rechazando. Esta es que Marx asume que el oro es el dinero para mantener una conexión entre el dinero y el trabajo gastado en la producción del oro. Como De Brunhoff dice: “Es tentador pensar que Marx comenzó [con]…un análisis del dinero metálico para combinar la tradición del dinero mercancía con la teoría del valor como trabajo, como Ricardo había hecho previamente.”[30]
Debido a que Marx distingue al dinero de las mercancías por su forma de equivalente universal, De Brunhoff sostiene que su “examen de la circulación metálica no es un regreso a las premisas de Ricardo.” Este punto es crucial, en tanto que, a esta altura de El Capital, es la distinción crucial entre Marx y Ricardo (cuya teoría frecuentemente sirve como el modelo de la teoría laboral del valor como tal), por tanto vale la pena expandir sobre la base de lo presentado en la sección anterior. La idea de que Marx supone que el oro es el dinero, para conectar al dinero con el tiempo de trabajo directamente, omite la necesidad del intercambio monetario, esto es, por dinero. Como se explicó en la sección anterior, el tiempo de trabajo que constituye el valor de las mercancías es el tiempo de trabajo en tanto es transformado por su presentación en precios dinerarios (trabajo abstracto). Esto es cierto para el oro, aun cuando se asuma que el oro sea el dinero, al igual que lo es para cualquier otra mercancía. El trabajo abstracto que constituye el valor del oro sólo es accesible en la expresión de valor del dinero, la lista de precios leída en sentido inverso. Pensando en el tiempo de trabajo que constituye el valor del oro como el realmente gastado en la producción de oro, mezcla el trabajo concreto y abstracto. El supuesto de Marx de que el oro es dinero no es un pequeño truco para borrar la diferencia entre los dos. Para establecer este punto de otra manera, la última fuente de diferencia entre Marx y Ricardo sobre el valor es que la teoría de Marx comienza del carácter privado e independiente del trabajo que produce mercancías y deriva de este la necesidad del dinero. En contraste, la teoría del valor de Ricardo se refiere al trabajo como tal, sin un carácter social y presenta al dinero como una “forma ceremonial”. Todo esto está implícito en el énfasis de De Brunhoff sobre la forma dinero.[31]
          2 El dinero como medio de circulación
Pasando de la primera a la segunda función del dinero como medio de circulación De Brunhoff enfatiza la interdependencia entre las dos. Su interdependencia es evidencia para su idea de que las “funciones” separadas del dinero –como usualmente se conciben– son por lo contrario aspectos simultáneos del dinero para Marx.
Por otro lado, sólo es con la segunda función del dinero que se activa la forma de equivalente universal y adquiere existencia real; el dinero como medio de circulación tiene “el poder universal de intercambio”.[32] Como medida, el dinero implica “la necesidad de intercambios”, pero no los lleva a cabo.[33] Por tanto De Brunhoff dice que la segunda función del dinero es la “garantía práctica” del rol del dinero como medida; da “su pleno significado” a “la fijación de precios” lograda por la medida, al hacer de estos precios la base de los intercambios reales.[34] Esto reitera la conclusión de Marx en la sección sobre la medida: “el oro sirve como una medida ideal del valor únicamente porque ya se ha establecido como la mercancía-dinero en el proceso del intercambio.”[35] Por un lado, el dinero deriva su función ideal como medida por desempeñar el papel de equivalente en el intercambio real. Por otro lado, el dinero como medio de circulación presupone su función como medida: únicamente actualiza los precios y no los ‘fija’. Para repetir la aseveración de De Brunhoff sobre este punto, “no hay valores de uso circulantes” como supone la teoría cuantitativa.[36] Las mercancías entran a la circulación con precios ya establecidos y el dinero con un valor ya establecido, por ahora, un valor intrínseco. Separado de la medida, el dinero como medio de circulación “tendría un carácter puramente funcional” –su rol común como medio de intercambio.[37]
Con los precios dados por la función de medida del dinero, el nuevo problema que surge por su función de medio de circulación es identificar la ley que gobierna la cantidad de dinero en circulación. Siguiendo su método usual, Marx inicialmente plantea el problema en la versión más simple posible. Revelará tanto los elementos del problema como una línea de desarrollo hacia una explicación más compleja.[38] En este caso, la versión más simple es una historia sobre la extracción de oro –un ‘modelo’– bajo el supuesto de que el circulante es la moneda de contenido áureo completo. Este modelo es usado para identificar una cantidad requerida de circulante. Conforme avanza la historia, el oro entra a la circulación con un valor dado, el cual se expresa en la tasa de cambio entre él y las otras mercancías en su orige. Con el valor del dinero dado, se muestra fácilmente que la cantidad de dinero requerida para la circulación está determinada por las necesidades del intercambio: la suma de los precios de las mercancías a ser realizados y la velocidad del dinero. Debido a que ambos elementos son variables, también lo es la cantidad requerida de circulante. Para que la cantidad real de circulante corresponda con la cantidad requerida, debe existir un mecanismo a través del cual, la primera se ajuste continuamente a la segunda. Una manera de describir este mecanismo de ajuste es llamarlo un cambio en la velocidad del dinero. Sin embargo, un decremento en la velocidad del dinero es exactamente lo mismo que un incremento en el atesoramiento (el dinero debe estar en algún lugar, aun cuando este sea sólo el bolsillo de alguien, cuando la velocidad disminuye porque no se gasta). Debido a que las dos versiones tienen el mismo significado, el mecanismo de ajuste puede explicarse en términos de cualquiera. De Brunhoff lo presenta en términos de atesoramiento, simplificará la cuestión para seguirla porque es la versión por la que eventualmente Marx opta.[39] Entonces, siguiendo la línea de De Brunhoff, el mecanismo de ajuste es el atesoramiento: la cantidad de dinero en circulación es la cantidad requerida por la existencia de atesoramientos. Esto absorbe la diferencia entre la cantidad de dinero, aquí el oro, en existencia y la cantidad que se requiere para la circulación.
Si comparamos la explicación de Marx con la teoría cuantitativa podríamos decir que esta última carece de una noción de cantidad requerida de circulante porque omite la función de medida del dinero. En la explicación de Marx la cantidad requerida depende de los precios establecidos por la tasa de cambio entre el oro y otras mercancías, a través del cual el oro expresa sus valores. A diferencia de la teoría cuantitativa que sólo asume que circula todo el oro en existencia. Alternativamente podríamos decir que la teoría cuantitativa omite la tercera función del dinero, atesoramiento, a través del cual se ajusta a la cantidad requerida. Este mecanismo de ajuste preserva la tasa de cambio entre el oro y las otras mercancías que se obtuvo cuando el oro entró a la circulación. Estas dos maneras de comparar la teoría de Marx con la teoría cuantitativa son contrapartes entre sí.
 Para llevar este argumento un paso adelante: recién se argumentó que el atesoramiento preserva la tasa de cambio entre el dinero y las otras mercancías cuando entra a la circulación, ajustando la cantidad de circulante a la cantidad requerida (este es simplemente el principio básico de que la circulación no cambia el valor de algo, aplicado aquí al oro). Con el oro, esta tasa inicial es la expresión de un valor intrínseco. No obstante, por el mismo argumento, el atesoramiento preservaría la tasa inicial de cualquier cosa que fuera dinero, ya fuera que la tasa expresara valor intrínseco o no. Esto implica que todo lo que necesita el dinero para cumplir su función como medida es una expresión de valor –no valor en sí mismo– y, como se argumentó previamente, debe hacerlo porque ocupa la forma equivalente. El último elemento de la historia del oro es el camino que sigue para suministrar al dinero sin valor intrínseco.
La moneda de contenido áureo completo no puede circular porque se desgasta o se desmaterializa cuando circula. Como resultado, las monedas gastadas que circulan son símbolos, no de valor, sino de moneda de contenido áureo completo. Esto abre la posibilidad de introducir papel dinero emitido por el estado, debido a que es igual de capaz que la moneda desgastada de simbolizar la cantidad de oro en monedas de contenido áureo completo. Si este tipo de papel moneda no puede ser atesorado porque sólo es un símbolo del oro en la función del dinero como medio de circulación, entonces se devalúa cada vez que su cantidad excede las necesidades del intercambio. La devaluación del dinero significa que los precios aumentan. Esto podría sugerir que Marx acepta la teoría cuantitativa, al menos para este tipo de dinero.[40] De Brunhoff rechaza esta sugerencia rotundamente: “En lugar de tender hacia una teoría cuantitativa del papel moneda, él [Marx] busca deshacerse de la teoría cuantitativa para todos los tipos de dinero. Marx rechaza completamente la teoría cuantitativa del dinero; aceptarla a un nivel limitado socavaría la lógica de su teoría monetaria.”[41] Aceptar la teoría cuantitativa incluso para un tipo de dinero reduciría al dinero meramente a medio de circulación o, en otras palabras, eliminar la función del dinero como medida.[42] Marx preserva esta función y su vínculo con el dinero como medio de circulación con su explicación del papel moneda como un símbolo del oro. Esto da lugar a su explicación para el poder de compra reducido de una unidad de dinero provocado por una sobre-emisión de papel (asumiendo que no es atesorado): si la cantidad de papel es incrementado al doble de la cantidad que podría estar en circulación “El efecto es el mismo a si la alteración hubiera ocurrido en la función del oro como estándar de precios.”[43] En la explicación de Marx, el papel moneda no cumple con leyes enteramente distintas, sino a las mismas leyes derivadas para el oro, modificadas por el supuesto de que no es atesorado.
Habiendo hecho a un lado cualquier duda de que Marx retoma la teoría cuantitativa, De Brunhoff argumenta que el principio real que surge de esta consideración del papel moneda es la desmaterialización del circulante. Esto, ella dice, es un principio general que aplica para cualquier tipo de dinero “todo el dinero que circula se desmaterializa.”[44] Este principio es ejemplificado con dos tipos de dinero considerados hasta ahora: el dinero áureo se desmaterializa por el desgaste cuando  circula y el papel por el decremento en el estándar de precios cuando la cantidad en circulación excede la cantidad de oro que habría circulado. No se considera aquí el dinero-crédito pero cuando De Brunhoff sí lo considera, ella sostiene que tiene su propio tipo de desmaterialización, es decir, su tendencia a volverse ficticio. El dinero crédito circula en el circuito de capital, en lugar de circulación simple. En la circulación en este sentido, el dinero-crédito se vuelve ficticio –se desmaterializa– cuando deja de cumplir “las condiciones de la circulación del capital [real]” al encerrarse en sí mismo y separándose del valor de las mercancías en los circuitos del capital industrial.[45] Cada tipo de circulante se desmaterializa a su propia manera, pero el punto aquí es que todo el dinero que circula se desmaterializa de alguna manera. Debido a que el dinero debe ser un medio de circulación, se desprende que todo el dinero se desmaterializa. El modelo del oro de Marx sugiere que la función de atesoramiento del dinero es igual de necesaria. Si el dinero desmaterializado no puede ser atesorado nos encontramos con un impasse: el dinero no puede existir porque sus funciones necesarias se excluyen entre sí. La explicación del atesoramiento de Marx explica por qué el dinero sería atesorado aun cuando se desmaterializa –carece de valor intrínseco: se atesora porque desempeña sus otras funciones como medida y como medio de circulación. Como veremos, las tres funciones del dinero se apoyan entre sí en lugar de excluirse y como cada una se requiere para apoyar las otras dos, debe tener las tres para ser dinero.
          3 Dinero
La característica común del tercer conjunto de las funciones del dinero –atesoramiento, medio de pago y dinero mundial– es que el dinero es la “única forma del valor” (significando que las mercancías sólo son valores de uso opuestos a él).[46] Por esta razón, el dinero “debe aparecer en persona” para desempeñar este conjunto de funciones. Sin embargo, la ‘persona’ no tiene que ser el oro. Si se establece un ‘representante’ como la única forma de valor, sería la persona que debe presentarse para desempeñar estas funciones. El párrafo introductorio de Marx a la sección titulada “dinero” es extraordinariamente enrevesado pero podemos estar seguros de que un ‘representante’ es adecuado para las funciones descritas. Para el momento en que Marx llega a la segunda de estas, medio de pago, él nos dice que una crisis monetaria es una de las ocasiones donde las mercancías sólo son valores de uso y que las notas bancarias (el ‘representante’) funcionan exactamente como la única forma del valor –en tanto estén ahí. Esto coloca el énfasis en la función precedente, el atesoramiento, como el lugar donde ocurre la desvinculación del dinero del valor intrínseco.
Aun cuando Marx presenta las razones para el atesoramiento en términos del dinero-oro, las razones mismas no tienen relación con el valor intrínseco del oro. Por lo contrario, son consecuencias de las otras dos funciones del dinero. Estas, a su vez, se derivan de la forma dinero.
Los motivos para atesorar son, primero que el dinero es “la forma de equivalente universal de todas las demás mercancías y la encarnación directamente social de todo el trabajo humano.”[47] La forma de equivalente universal hace que el dinero sea la medida de valor y la unidad en la que se denominan todos los precios. Marx se refiere a este aspecto del dinero observando (en su exposición inmediatamente anterior) que cambios en el valor del dinero no le impiden ser la unidad denominadora: 200 onzas de oro siguen “conteniendo más valor que 100 onzas.” Aquí es la forma de equivalente universal y no el valor intrínseco del oro, lo que está en juego; además, la referencia es a la denominación en unidades dinerarias y no al origen de esta función denominadora, la medida del valor. Segundo, el dinero se atesora porque “es el representante universal de la riqueza porque es directamente convertible en cualquier mercancía.” Esta es la forma de equivalente universal activada. El poder de realmente convertirse en cualquier cosa le pertenece al dinero como medio de circulación.
Las dos funciones anteriores del dinero ahora se presentan como razones para atesorar. Además deben notarse dos puntos sobre cómo los ha presentado Marx. Primero, el dinero (en cualquier función) no es la encarnación directa del trabajo humano o el ‘representante universal de la riqueza’ a menos que la producción y el intercambio estén integrados en una única unidad, en un modo de producción. Marx nos ha llevado a esto en los párrafos precedentes a la sección sobre el atesoramiento, al hacer un recuento histórico del aumento en la “amplitud de la circulación de mercancías” desde sus “mismos inicios” a su estado completamente incluyente donde “la circulación es el gran alambique social al que se lanza todo”. La amplitud de la circulación de mercancías aumenta el “poder del dinero” despertando la “fiebre por el oro” –por “la mercancía como valor de cambio o el valor de cambio como mercancía.” Con esta inversión, la forma generada por el intercambio, valor de cambio, se vuelve a sí misma el fin del intercambio.[48]
Segundo, justo antes de esta referencia a las dos funciones del dinero (descritas previamente), Marx cambia su atención del valor intrínseco del oro a su forma valor. Un aspecto de este desplazamiento ya ha sido señalado: la función de medida de valor del dinero es referida únicamente por su efecto, denominación de precios en unidades dinerarias. En otro intento por cambiar nuestra atención, Marx dice que para los bárbaros y campesinos el “valor es inseparable de la forma valor.” Si sostuviéramos esta errada noción nosotros mismos, esto debería convencernos de pensar diferente. En caso contrario, la siguiente extraña oración de Marx nos alerta al punto de nuevo: “el valor del dinero varía ya sea como resultado de [1] una variación en su propio valor o [2] un cambio en el valor de las mercancías.”[49] El primero aplica si el dinero es el oro con valor intrínseco. El segundo no: el valor del dinero con valor intrínseco –oro– no varía con un cambio en el valor de las mercancías (Marx no dice otras mercancías; el dinero no es una mercancía). El único sentido en que el valor del dinero puede cambiar en [2] es si ‘valor’ significa la expresión de la que habló Marx en la sección sobre la medida – el “hecho dado socialmente en la forma de precios de las mercancías.”[50] En caso de que aun así no hayamos captado el punto, Marx nos da un último empujón: “cualitativamente  y formalmente considerado,… el dinero es el representante universal de la riqueza material.” El dinero se atesora por su forma de equivalente universal.
De Brunhoff señala que el “aspecto cualitativo del dinero” es considerado en otras teorías y “hoy en día se le llama la ‘liquidez’ del dinero.”[51] La preferencia por la liquidez (la demanda de dinero como reserva de valor) combina los aspectos de medida y medio de cambio distinguidas por Marx. El aspecto de medida porque el dinero es la unidad de denominación de los precios, no tiene precio; a diferencia de cualquier activo, es insensible a una caída en los precios. Los atesoradores no pueden experimentar una pérdida de capital. El aspecto de medio de cambio es la cualidad de la liquidez: que el dinero pueda convertirse rápidamente en cualquier otra cosa. Para reiterar el punto establecido hasta ahora: el dinero se atesora por su forma; como equivalente universal es medida y por ello la unidad de denominación de los precios; como medida activada, el dinero ejerce su poder como medio de cambio.
La otra parte de esto es que el atesoramiento respalda las otras dos funciones del dinero. Marx ya ha presentado este argumento en conexión con el dinero como medio de circulación y regresa a él en el último párrafo de la sección sobre el atesoramiento. El flujo y reflujo de dinero entre circulación y atesoramiento asegura que el medio de circulación siempre esté disponible en la cantidad suficiente para encargarse del volumen de valores mercantiles a ser realizados. Además es la misma cosa la que se mueve entre una función y otra (el dinero fluye entre las dos). De esto es evidente que ser el medio de circulación y ser atesorado son dos aspectos del dinero. No sólo que son complementos entre sí: el atesoramiento permite que el dinero sea el medio de circulación y el medio de circulación es atesorado porque es el prerrequisito para satisfacer necesidades y producir.[52]
El tercer aspecto de esto es que la relación complementaria entre el carácter del dinero como atesoramiento y como medio de circulación al mismo tiempo preserva la tasa de cambio entre el dinero y todas las mercancías. Esta tasa se deriva del hecho de que el dinero alternadamente asume su carácter de medio circulante y atesoramiento. De esto surge que la tasa es en sí misma un aspecto del dinero. Está inseparablemente combinada con las otras dos porque está creada por ellas. El tercer aspecto es la magnitud expresada en la lista de precios leída en sentido inverso, esto es cierto sin importar si el dinero tiene valor intrínseco o no. Esto es ahora todo lo que se necesita para que funcione como medida.[53]
Sería forzado decir que Marx hace explícito el tercer aspecto del dinero. Como se argumentó primero, la preservación de la tasa de cambio del dinero con las mercancías ya está en su explicación del medio de circulación, es mucho más visible en el modelo del oro de Marx. Marx vuelve a ella en la última oración de la sección sobre el atesoramiento: “Las reservas creadas por el atesoramiento sirven como canales a través de los cuales el dinero puede fluir hacia adentro y hacia fuera de la circulación para que la circulación misma nunca  desborde a sus bancos.”[54] Esta es una referencia a la teoría cuantitativa y una invitación para compararla una vez más con la explicación de Marx.
Debido a que la teoría cuantitativa identifica al dinero con ‘la circulación’, si la cantidad de dinero incrementa entonces no hay otra cosa que el dinero pueda hacer salvo desbordarse–devaluarse (el dinero está en todos lados, es llevado a las tiendas en carretillas, es papel tapiz en los baños de las personas). Esto no tiene relación alguna con el hecho de que el dinero tenga o carezca de valor intrínseco; de acuerdo a la teoría cuantitativa, aplica tanto al oro como al papel. Resulta, por lo contrario, de que la teoría cuantitativa niega el aspecto de atesoramiento del dinero.
Reconsiderada desde esta perspectiva, es evidente que Marx adopta esta misma negación en su discusión previa sobre la circulación de papel moneda emitido por el estado.[55] Sin embargo, él dirigirá su atención a un punto diferente que el notado por la teoría cuantitativa. Su argumento de que el estándar de precios cae si “el papel moneda excede su límite adecuado” se basa en el supuesto de que el papel moneda no fluye entre circulación y atesoramientos.[56] Si el papel fuera atesorado nunca ‘excedería su propio límite’ –desbordar sus bancos– ni disminuiría el estándar de precios. La idea de que la devaluación es causada por la sobre-emisión –la acción del estado– proviene de la teoría cuantitativa. La teoría de Marx, contrariamente, implica que la causa reside en el rechazo de atesorarlo. Marx insinúa esto: es la característica única del papel emitido por el estado que adquiere su “validez objetiva social” del estado.[57] La pierde si la autoridad del estado entra en cuestionamiento y habiéndola perdido, el dinero del estado está en “peligro de ser descreditado universalmente” –que deje de ser dinero.[58] En tales ocasiones, el papel emitido por el estado no sería atesorado. Pero esto es porque su validez es cuestionable o, en otras palabras, no es claro que es dinero. No es porque el estado imprimió más de su ‘propio límite’. En tanto la autoridad del estado es seguro, su papel debería moverse entre circulación y atesoramientos y como resultado mantener el estándar de precios.
Este contraste con la teoría cuantitativa muestra que encontramos el mismo argumento en las secciones sobre la circulación y sobre el atesoramiento. Esto no debería ser sorprendente porque la tesis de Marx es que los dos son aspectos complementarios del dinero. En ambas secciones el tercer aspecto está presente como su resultado. Marx nos brinda una manera de verlo, pero nos deja a nosotros descubrirlo.[59] Establecido como el resultado de la interacción entre medio de circulación y atesoramiento, este tercer aspecto, la medida, ha evolucionado de su carácter inicial como mercancía con valor intrínseco a una tasa de cambio que es una forma valor (la forma relativa expandida). Esta podría ser la expresión de un valor intrínseco pero no necesariamente debe serlo. El dinero “podría adquirir la forma de” una mercancía a través de esta expresión “sin tener valor”.[60]
Esto prepara el camino para que (mucho) más adelante se explique el dinero-crédito. En la Parte 1 de El Capital Marx está considerando la circulación simple de mercancías por sí misma. Él se apega al papel emitido por el estado porque es “el único tipo de papel moneda que emerge directamente del circulante metálico o de la misma circulación simple de mercancías”.[61] En su manera rebuscada Marx nos deja saber que el dinero-crédito es el dinero del capitalismo: el dinero que el capital crea para sí mismo.[62] Él nos dice que esto “implica relaciones que todavía son desconocidas desde el punto de vista de la circulación simple de mercancías.[63] En otras palabras, implica al capital, su circulación y su diferenciación en sus formas particulares, industrial, comercial y capital financiero. Hasta que Marx hubiera explicado estos, el dinero-crédito no puede ser explicado. Por otro lado, el dinero-oro es adecuado para que estas ‘relaciones aún desconocidas’ –las presuposiciones de dinero-crédito– sean desarrolladas. Lo que Marx estableció hasta ahí es, en palabras de De Brunhoff, la “unidad de los aspectos funcionales del dinero” y derivado de ellos, la desvinculación del dinero de su valor intrínseco.[64]
Conclusión
Se explicó por qué Marx no puede comenzar El Capital con el dinero-crédito. Este artículo ha buscado explicar tanto por qué Marx comienza con el dinero como mercancía como con la manera en que él establece que el dinero no debe serlo.
En respuesta a la primera parte, la visión general de la Sección 3 sostuvo que el punto inicial lógico del argumento de El Capital es el carácter privado e independiente del trabajo (no el trabajo mismo), que Marx presenta en el capítulo 1 de su segunda sección de El Capital. Todo lo que sigue se deriva de eso, es dado como la razón por la que los productos toman la forma de mercancías y esto, a su vez, muestra la necesidad de un equivalente universal, de dinero. El dinero no puede ser más que una mercancía si el argumento tiene que adherirse a esta línea de desarrollo.
La respuesta a la segunda parte es desarrollada en etapas a lo largo del capítulo 3 de El Capital. Para iniciar, el modelo del oro de Marx contiene todos los tres aspectos del dinero de la manera más simple posible. Sin embargo, Marx cambia su énfasis, hace que un aspecto u otro sea más prominente. Cuando su énfasis se dirige a la circulación, el atesoramiento surge de manera auxiliar por su rol en el ajuste de la cantidad de circulante. Podríamos deducir que la interacción entre el atesoramiento y la circulación provoca que la expresión de valor del dinero se ajuste al valor intrínseco del oro. Sin embargo, en este contexto, existe poco incentivo para considerar la expresión de valor del dinero porque el valor intrínseco del oro sólo es presupuesto.
La transición al papel moneda emitido por el estado comienza la desvinculación del dinero de una mercancía-dinero y así del valor intrínseco. Con el énfasis en la circulación, el punto parece ser que la  circulación no requiere que el dinero tenga valor intrínseco. No obstante, con el papel moneda el valor del dinero se vuelve el centro de atención porque parece depender de la cantidad de papel en circulación, mientras se encontraba dado en el caso del oro.
La desvinculación del dinero del valor intrínseco ocurre realmente cuando el énfasis cambia hacia el atesoramiento. Esto es porque los motivos para el atesoramiento no tienen relación alguna con el valor intrínseco del dinero. El dinero se atesora por sus otros dos aspectos: esto es la unidad de denominación de los precios y el medio de circulación (estos son la fuente de su liquidez). Con esto podemos ver que la cantidad de circulante se ajusta de la misma manera, ya sea que el dinero sea oro o papel. Por un lado, analizando de nuevo la discusión de Marx sobre el papel en circulación, podemos ver que la razón de que parezca que el valor del dinero dependa de su cantidad era que la circulación era considerada por sí misma (como en la teoría cuantitativa). Por otro lado, debido a que el mecanismo de ajuste que aplica al papel y al oro es el mismo, ese mecanismo de ajuste mantiene la expresión de valor del dinero ya sea que exprese un valor real o imaginario. Un resultado general de todo este argumento es por consiguiente que el dinero no debe tener necesariamente valor intrínseco.
Uno ve las dificultades de Marx: el dinero es una cosa triple. Para mostrar que el dinero es atesorado por la cualidad formal que adquiere de sus otros dos aspectos, él debe explicar qué son estos otros dos aspectos. Sin embargo, para mostrar a estos últimos él debe presuponer el atesoramiento. ¿Podría haber explicado todo esto de manera más clara? Posiblemente, pero él estaba tratando de hacernos pensarlo por nosotros mismos. ¿De qué otra manera llegamos a conocer las cosas?
Trabajos citados
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____. “The Credit System.” In The Culmination of Capital: Essays on Volume III of Marx’s Capital. Edited by M. Campbell and G. Reuten. Houndsmills, Basingstoke, Hampshire and New York, Palgrave Macmillan, 2002.
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Notas
[1]  Foley 2005, p. 46.
[2] Hasta ahora esta ha sido mi propia estrategia, ver por ejemplo Campbel 2002. Otros ejemplos incluyen a Reuten, quien establece que “es obvio que una teoría marxista del dinero-crédito puede ser construida” y provee una lista de autores a quienes aplica (2005, p. 114). Otros no incluidos en la lista de Reuten son Arthur 2044:114, Ganssmann 2012: especialmente pp. 57-8 y 1998. Esto es un muestreo: una lista completa sería muy larga.
[3] Marx dice: “A lo largo de este trabajo asumo que el oro es la mercancía-dinero” (1867: 188). Por “este trabajo” considero que se refiere al Tomo I. Debido a que no me referiré a otros tomos de El Capital en este artículo, me refiero al Tomo I sólo como El Capital.
[4] De Brunhoff 1976, pp. 38-9. Ella anticipa el mismo punto previamente: “Uno es inmediatamente sorprendido por la discusión del tercer punto [el título de la tercera sección del capítulo 3] bajo el título “Dinero” en un capítulo enteramente dedicado al dinero y sus diversas funciones.” (ibid, p.25).
[5] Reuten ha llegado a la misma conclusión de manera independiente: “El título de la sección 3 es ‘Dinero’. Significa que sólo en esa sección el dinero se constituye.” (2005, pp. 86).
[6] De Brunhoff 1976, p. 25, p. 19; el énfasis es suyo. Quizás más contundentemente asevera que es “dinero estudiado en abstracción del capitalismo” (ibdi, p. xiii). Sin embargo, en otras ocasiones ella describe la Parte 1 de El Capital de la misma manera en que yo lo haría: para Mar es “necesario comenzar con ‘simple’, es decir, circulación abstracto para entender al dinero en la forma capitalista de producción.” (ibid, p. 22). Parece que De Brunhoff ha llegado a su concepción ‘general’ de El Capital, Parte 1, por las siguientes razones: Ella ve que, para Marx, el dinero en el capitalismo es el dinero-crédito. Ella también ve que la teoría en El Capital, Parte 1, es necesaria para entender el dinero-crédito (desde su perspectiva, así las características del capital no se confunden con las características del dinero). Ella debe encontrar una manera de explicar por qué esto último es cierto. Finalmente, ella rechaza la interpretación lógico-histórica de El Capital para mantener que el argumento de la Parte 1 es lógica (Marx no introdujo el dinero-oro porque es históricamente anterior). La idea de que la Parte 1 es general sirve para todos los propósitos.
[7] He explicado esto más a detalle en Campbell 2013.
[8] Marx 1867, p. 131.
[9] Marx 1867, p. 188.
[10] Marx dice que las formas útiles del trabajo…son “llevadas a cabo independientemente y privadamente por los productores individuales”, alternativamente, “sólo los productos de actividades laborales mutuamente independientes, desempeñadas aisladamente puede enfrentarse entre sí como mercancías.” (1867, p. 133 y p. 132). Él se esfuerza mucho por distinguir la producción privada e independiente de la división del trabajo, la cual es prácticamente universal.
[11] Ver Campbell 2013.
[12] Debido a que la conexión social entre actividades laborales se desplaza hacia el intercambio monetario de productos, Murray (2005) habla del dinero como una forma social desplazada. Ver también Gansmann 2012, pp. 57-8.
[13] En su primera descripción del valor de cambio en El Capital, Marx procede de su apariencia inicial como “algo accidental y puramente relativo”, a la forma expandida de que una mercancía “debe tener múltiples valores de cambio en lugar de uno” y finalmente a la conclusión de que estos múltiples son “de magnitud idéntica” y por ello “expresan algo igual”. Estas son, en breve, los elementos de la forma valor elaborada en el Capítulo 1 de la Sección 3. Ver Marx 1867, pp. 126-7.
Traducido del inglés por por A. Sebastián Hdez. Solorza.
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