Natalia N. L.
Brezina
Karl Marx & Vladimir Lenin © Vito Potenza |
El
periodismo ahora devenido en una carrera terciaria o universitaria se
caracterizó por ser un oficio donde sus profesionales se formaban en la
práctica misma, en la vorágine de la información y en la necesidad de crearse
una base cultural que se fomentaba en el mismo trabajo del día a día.
“La lectura era una adicción laboral. Los
autodidactas suelen ser ávidos y rápidos, y los de aquellos tiempos lo fuimos
de sobra para seguir abriéndole paso en la vida al mejor oficio del mundo… como
nosotros mismos lo llamábamos. (…) La creación posterior de las escuelas de
periodismo fue una reacción escolástica contra el hecho cumplido de que el
oficio carecía de respaldo académico. (…) las empresas se han empeñado a fondo
en la competencia feroz de la modernización material y han dejado para después
la formación de su infantería (…) La deshumanización es galopante.”, así
describía el oficio del periodista, Gabriel García Márquez en la 52° asamblea
de la Sociedad Interamericana de Prensa, SIP, en Los Ángeles, U.S.A., octubre 7
de 1996.
Karl
Marx y Vladimir Lenin también signaron un precedente en materia de periodismo:
el estilo panfletario que denunciaba la desigualdad social y exponía los intereses
de la burguesía. La clase dominante cuenta no sólo con el Estado como
herramienta de dominación que ante un conflicto falla a favor de sus intereses,
ya sea por cooptación o a través de su aparato represivo, sino que además
también es poseedora en muchos casos de los medios de comunicación que se
forjan para mantener su discurso como hegemónico. De aquí la importancia en
–como lo hicieron Marx y Lenin- en desarrollar un estilo panfletario,
contestatario, y que se articule en un conjunto de tácticas que respondan a una
estrategia conjunta que represente la lucha de los oprimidos.