Maurice Merleau-Ponty ✆ Karine Daisay |
Mª Carmen López Sáenz | Este
trabajo analiza cómo Merleau-Ponty emplea la fenomenología y el marxismo para
comprender la evolución de su situación histórica. La autora distingue una
primera fase, marcada por la experiencia vivida de la guerra y la esperanza
marxista, de otra que comienza en 1950, se desencanta del comunismo y
aboga por una izquierda no comunista o un nuevo liberalismo. Afirma que el
filósofo no experimenta una conversión, ya que continúa criticando el sistema
soviético, tanto como las insuficiencias de la democracia occidental. Aunque
defiende las libertades de Occidente, no se adhiere al anti-comunismo, sino que
continúa denunciando a ambos bloques. La autora vincula esta segunda etapa con
el curso sobre la “institución” impartido por Merleau-Ponty. Evalúa,
finalmente, las consecuencias políticas de su nueva ontología y su validez para
el presente.
1. La vuelta a las
cosas mismas como radicalización del filosofar
Merleau-Ponty interpretó la máxima husserliana de la vuelta «a las cosas mismas» como exigencia de
radicalidad, es decir de ir a la raíz de los problemas, al ser humano mismo. Cualquiera
de las facetas de éste se encuentra comprometida políticamente. Por eso, radicalizar
la filosofía en sentido marxista, era realizarla en la vida individual, y
también en sentido fenomenológico, reflexionar sobre