21/10/13

Filosofía y materialismo | Adolfo Sánchez Vázquez & Alfred Schmidt

Adolfo Sánchez Vázquez
✆ Cristina Serrano Ortuño
Stefan Gandler  |  Adolfo Sánchez Vázquez y la Teoría Crítica de la sociedad tienen en común, a pesar de varias diferencias importantes, el partir de una interpretación de Marx y del marxismo sin caer en el dogmatismo predominante hasta los años ochenta del siglo XX. En lo siguiente vamos a concentrarnos, en lo referente a la tradición de la Teoría Crítica a uno de los seguidores, alumnos y colaboradores más importantes de Horkheimer, Adorno, Marcuse, Benjamin y Neumann, muy probablemente el más relevante entre los hoy en día vivos: Alfred Schmidt. Aparte de la gran seriedad con la cual ha desarrollado sus trabajos, también es indicada esta decisión por el hecho que Schmidt es el autor de esta tradición teórica que más conocimiento directo tiene de la obra de Marx. Para Adolfo Sánchez Vázquez, como también para los autores de la Teoría Crítica, una de las cuestiones filosóficas fundamentales es la de la relación entre el idealismo y el materialismo (premarxiano) y la del carácter, al fin y al cabo materialista, de una interpretación de Marx orientada a la praxis.[1]

Estas problemáticas teóricas tenían y tienen consecuencias de largo alcance por cuanto dan origen a que una filosofía y una teoría marxista crítica deban atreverse a caminar sobre la cuerda floja permanentemente, una cuerda floja conceptual a la que ésta tendencia filosófica debe, en buena medida, su encanto y su importancia, pero que, a la vez, es un motivo filosófico interno para que

Teoría crítica y materialismo hoy | Alfred Schmidt y la filosofía marxista en México

Adolfo Sánchez Vázquez
✆ Helguera
Stefan Gandler  |  Alfred Schmidt y Adolfo Sánchez Vázquez tienen en común que parten de Marx sin caer en el dogmatismo. Schmidt es uno de los alumnos y colaboradores más importantes de Horkheimer, Adorno, y Marcuse, muy probablemente el más relevante entre los aún vivos al inicio del siglo XXI, no solamente por su gran seriedad filosófica, sino también porque en esta tradición teórica es el que más conocimiento directo tiene de la obra de Marx. Para él como para Sánchez Vázquez –él filósofo marxista no dogmático hispanoparlante–, una de las cuestiones filosóficas fundamentales es la de la relación entre el idealismo y el materialismo (premarxiano) y la del carácter, al fin y al cabo materialista, de una interpretación de Marx orientada a la praxis.

Presentación  |  Escribimos el siguiente texto con el doble afán de honrar, por un lado, a dos profesores universitarios eméritos, ambos filósofos materialistas, y fallecidos en los últimos dos años, por otro lado, para rescatar y comparar algunas de sus aportaciones conceptuales centrales en el actual debate de la teoría marxista. Al dedicarnos en lo siguiente al análisis de sus pensamientos, daremos especial énfasis a sus tempranas obras sobre Karl Marx, que ambos presentaron originalmente como tesis de doctorado en los años sesenta del siglo veinte. Aunque Adolfo Sánchez Vázquez (Algeciras, Cádiz 1915 – México, D.F. 2011) pertenece a otra generación que Alfred Schmidt (Berlin 1931 – Frankfurt/ M. 2012), ambos impactaron –cada uno en su contexto

El materialismo dialéctico de Alfred Schmidt

  • “La verdadera dialéctica no es un monólogo del pensador solitario consigo mismo, es un diálogo entre tú y yo” | Karl Marx
Karla Sánchez Félix   |  En los años sesenta del siglo XX muchos de los pensadores regresaron a los textos marxianos con la finalidad de encontrar una solución a su presente. Pero en esta búsqueda se involucraron diversos intereses para refutarlos, dogmatizarlos o leerlos críticamente. En esta última veta cabe mencionar a los herederos de la tradición de la Teoría Crítica, entre ellos, Alfred Schmidt, quien se encargó de rechazar el marxismo ortodoxo y reivindicar el método dialéctico, orientado hacia una dirección materialista, pues, siguiendo de cerca a Marx, la dialéctica representaba el único método revolucionario que los hegelianos de derecha habían dejado de lado y reducido a clave idealista.

La explicación de la dialéctica como método está presente en la mayor parte de sus obras. Entre las principales destaca su disertación con la que obtuvo el doctorado en filosofía bajo la supervisión de Horkheimer y Adorno: 'El Concepto de Naturaleza en Marx' (1960). En dicho texto sobresale la crítica a los naturalistas, quienes identificaron el proceso de naturaleza con el de la historia humana y, a los filósofos que hicieron de la materia una sustancia. En oposición a ello,

Para un materialismo ecológico

  • “Marx dice que las revoluciones son las locomotoras de la historia mundial. Pero tal vez se trata de algo completamente diferente. Tal vez las revoluciones son el manotazo hacia el freno de emergencia que da el género humano que viaja en ese tren.” | Walter Benjamin, Tesis sobre la historia y otros fragmentos.
Alfred Schmidt  |  Cuando el autor estaba trabajando en la redacción final de su tesis de doctorado se desconocían conceptos que actualmente predominan en los debates científicos y de política actual, como por ejemplo: “conciencia ecológica”, “límites del crecimiento”, “civilización alternativa”, “técnica blanda” o “crisis ecológica”. En ese entonces, por cierto, estaba ya desacreditado un progresismo ingenuo. La Dialéctica de la ilustración3 de Horkheimer y Adorno había instruido (entre otros puntos) sobre las implicaciones nocivas del desarrollo técnico para la naturaleza. Además, alguien como el autor, dedicado más en detalle a Marx y Engels, pudo encontrar, también en sus escritos, dudas respecto de las bendiciones del sistema industrial. Mientras tanto, la problemática ecológica ha llegado a tales dimensiones que sobrepasa toda discusión meramente académica. La pregunta sobre el progreso se ha convertido desde hace tiempo en la cuestión de la sobrevivencia de la humanidad. La “destrucción de los medios de subsistencia naturales de la sociedad”, acentuado ya en el Postscriptum 1971,4 de la segunda edición de la obra, que

Capitalismo 2013 | Anatomia della politica attraverso l’economia

  • a) Il caso italiano (1945 – 2013)
  • b) La depressione mondiale ed i funerali dell’ “autonomia del politico”
Antonio Carlo  |  Nei miei precedenti articoli sulla crisi mondiale1 ho sottolineato la centralità, quasi oppressiva, dell’economica sulla società nel suo complesso e sulla politica in particolare: una crisi strutturale senza soluzioni possibili, o meglio una depressione che è un crollo graduale già in atto ed irreversibile, produce l’impotenza della politica. Eppure c’è stato un tempo in cui la politica ha avuto un peso notevole negli equilibri della società capitalistica, non nel senso che essa potesse dirigere o pianificare l’economia capitalistico-mercantile, ma nel senso che la politica, lo Stato, sceglievano tra le alternative di sviluppo possibile e compatibili con la logica del capitalismo e del profitto: un esempio per tutti, l’alternativa che caratterizza tutta la storia del XIX secolo tra protezionismo e libero scambio, attorno a cui vi furono conflitti terribili all’interno della classe dominante che in un caso esplosero nella prima guerra dell’era industriale: la guerra di Secessione americana2. Oggi questo non è più possibile perché alternative di sviluppo non c’è ne sono più: gli Stati sopravvivono galleggiando sulla crisi, senza prospettive di medio-lungo periodo, cosa che evidenzio nell’ultimo lungo paragrafo di questo lavoro, dove si pone in luce come nessun Governo sappia in quale modo affrontare la cause della crisi, che appare una maledizione incomprensibile caduta dal cielo, al più si accenna a fenomeni che sono delle mere concause (gli eccessi speculativi) senza affrontare il nodo principale che è il fatto che questo sistema