27/3/16

Marx y la periferia

Karl Marx ✆ Xavier Lorman
Claudio Katz    |   Es sabido que Marx modificó su visión de los países subdesarrollados. Inicialmente concebía una ligazón pasiva de estas naciones con el auge y declive del capitalismo mundial. Posteriormente realzó la resistencia al colonialismo. Ese giro fue intensamente discutido en los años 70 por los investigadores de su obra. El trasfondo de ese interés era el entusiasmo por las revoluciones socialistas en la periferia.  Los marxistas evaluaban la continuada brecha entre economías avanzados y retrasadas, a la luz de las intuiciones expuestas por el autor de El Capital. Los autores nacionalistas criticaban la hostilidad (o indiferencia) de Marx hacia el mundo colonial. Los neoliberales impugnaban o demonizaban su obra. ¿Cómo abordó Marx el problema de la periferia?
Socialismo cosmopolita
En su primera visión Marx supuso que la periferia repetiría la industrialización del centro. Consideró que el capitalismo se expandiría a escala mundial creando un sistema interdependiente, que facilitaría tránsitos acelerados al socialismo. Estimaba que el despojo de los artesanos y los campesinos conduciría a una expropiación ulterior de los confiscadores. El Manifiesto Comunista presenta esa mirada. El capitalismo es retratado como un régimen que derriba murallas y expande su dominación desde el centro hacia la periferia (Marx, 1967).

Sobre el estilo del Manifiesto Comunista

Umberto Eco
✆ Tullio Pericoli
El 29 noviembre de 1847, durante las sesiones del Segundo Congreso de la Bund der Kommunisten (Liga de los comunistas) llevado a cabo en Bruselas, Karl Marx y Friedrich Engels recibieron el encargo de redactar un plan estratégico para la clase obrera. El proyecto había nacido durante el Primer Congreso, celebrado en Londres cinco meses antes, en el que Engels redactó un primer esbozo programático bajo el nombre de "Draft of a communist confession of faith" (Credo comunista) que fue aprobado como base de discusión y enviado a todas las filiales o "comunas" para su estudio y discusión. Una semana antes de la realización de aquellas sesiones en la capital belga, Engels le escribió a Marx una carta en la que le decía: "Piensa algo en la profesión de fe. A mí me parece que lo mejor sería prescindir de la forma de catecismo y dar a la cosa el título de 'Manifiesto Comunista'. La forma adoptada hasta ahora no sirve, ya que habrá que exponer, más o menos, algo de historia. Yo llevaré el texto de aquí, el que yo he redactado, en tono sencillamente narrativo, pero muy mal escrito, con una prisa espantosa".

Enrique Dussel y su Filosofía de los Sistemas Económicos

Ilustración ✆ Natalia Rizzo
José Gandarilla   |    Luego del estallido de la crisis económica de proporciones colosales que se ha extendido por el globo entero, en su más reciente forma de manifestación desde 2008 a la fecha, se ha actualizado la discusión sobre los problemas de la desigualdad económica, la concentración de la riqueza y los inmensos problemas asociados a la pobreza y a las malogradas promesas del desarrollo. De ello fueron expresión no solo el debate animado a propósito de la aparición del libro de Thomas Piketty (El capital en el siglo XXI, México, FCE, 2014, 663 pp.); o la consigna aglutinadora de los distintos movimientos ocuppy y el grito de “los indignados” (interpelaciones que se dirigían en contra de un orden social que favorece y enriquece insultantemente al 1% de los grandes propietarios del capital corporativo mundializado, y a los grupos de poder que instrumentan políticamente dicho proyecto); sino también la conciencia creciente de que los problemas de la economía anuncian desequilibrios más profundos que se instalan en los perfiles de lo que se ha dado en llamar “crisis civilizatoria”, al seno de la cual la continuación del modelo neoliberal (asumido como el agregado de recomendaciones crematísticas que han conducido a este desastre), no hace sino confirmar el carácter irracional de la racionalidad, que se pretende criterio de rigor indisputable y dictaminación científica de la disciplina económica, y que bajo ese amparo aspira conducir los destinos de la humanidad.