En más de una oportunidad, dando clase en la UBA, me encontré con alumnos que están convencidos de que, de acuerdo a la teoría de Marx, la riqueza depende del valor producido. También muchos marxistas parecen participar de esta idea. Sin embargo, Marx (también Ricardo) es muy claro al distinguir entre valor y riqueza. De hecho, no encuentro que ninguna de las personas que confunden valor y riqueza, pueda citar algún pasaje de El Capital (o de los Principios de economía política y tributación) que diga que la riqueza depende del valor. ¿En dónde se origina entonces esta tesis, que se ha expandido en Argentina? Hasta donde alcanza mi conocimiento, el lío lo ha metido el profesor Juan Iñigo Carrera. Por ejemplo, escribe:
[…] el PBI a precios constantes se limita a reflejar de manera gruesa la evolución seguida por la producción material realizada en el país. Es, en el mejor de los casos, un indicador de la escala que tiene la producción de valores de uso en una economía. Pero, como sabemos, en las sociedades donde impera el modo de producción capitalista, la riqueza presenta una forma social general muy distinta a la de ser un mero cúmulo de valores de uso. Aquí, la riqueza tiene la forma social general de ser una masa de valor. O dicho más groseramente, nadie es más rico simplemente porque produzca más; su riqueza depende también del valor unitario relativo de lo que produzca. (¿Qué crisis?, Razón y Revolución, nº 9, 2002, pp. 3 y 4, énfasis añadido.)
Como puede verse, Iñigo Carrera afirma que la riqueza depende
(en el sentido de identidad, esto es, si no se produce más valor, no hay más
riqueza) del valor unitario relativo de lo que se produce. Considero que es un
error pensar que esto pueda tener algo que ver con la teoría del valor trabajo.
Veamos el asunto con algún detalle.
Valor de uso, riqueza y valor en Marx
Apenas iniciado el capítulo 1 de El Capital, Marx escribe: Los valores de uso constituyen el
contenido material de la riqueza, sea cual sea la forma social de esta. En la
forma de sociedad que hemos de examinar [donde predomina el modo de producción
capitalista], son a su vez portadores materiales de valor de cambio (pp. 44-5,
Siglo XXI). Dos cuestiones a remarcar: primero, los valores de uso son los que
verdaderamente integran la riqueza material (además de El Capital, véase, por ejemplo, la Crítica del Programa de Gotha). En segundo lugar, el valor es la forma
social que adquiere el valor de uso –o sea, la riqueza material- en la sociedad
capitalista. Por eso, solo al precio de confundir contenido material y forma
social se puede decir que la magnitud de la riqueza puede medirse por el valor.
La realidad es que la fuente de la riqueza material es tanto la naturaleza como el trabajo, en su carácter de trabajo concreto. Por eso dice Marx que el trabajo no es la fuente única de los valores de uso que produce, de la riqueza material (p. 53); también en Contribución a la crítica de la Economía Política: Es un error decir que el trabajo, en cuanto produce valores de uso, es la única fuente de la riqueza que ha producido, es decir, de la riqueza material (p. 19). En cambio, la fuente del valor es el trabajo en tanto trabajo abstracto, o sea, en tanto gasto humano de energía: Todo trabajo es, por un lado, gasto de fuerza humana de trabajo en sentido fisiológico, y es en esta condición de trabajo humano abstractamente humano, como constituye el valor de la mercancía (p. 57). Dicho de otra manera, el trabajo del sastre produce valor no en tanto trabajo sastreril (o sea, en su determinación material como actividad productiva) sino como trabajo abstracto general, el cual pertenece a un contexto social que no ha enhebrado el sastre (Contribución a la crítica de la Economía Política, Siglo XXI, p. 19).
Esta distinción entre trabajo concreto y trabajo abstracto
permite, a su vez, entender que con el aumento de la productividad del trabajo se
pueda incrementar la riqueza material, sin que aumente el valor. Lo explica
Marx:
[…] supongamos que el trabajo necesario para la producción de una chaqueta se duplica, o bien que disminuye a la mitad. En el primero de los casos una chaqueta valdrá tanto como antes dos; en el segundo, dos de esas prendas valdrán lo que antes una… En sí y para sí, una cantidad mayor de valor de uso constituirá una riqueza material mayor; dos chaquetas, más riqueza que una. (…) No obstante, a la masa creciente de riqueza material puede corresponder una reducción simultánea de su magnitud de valor. Este movimiento antitético deriva del carácter bifacético del trabajo. Por eso, y en tanto la fuerza productiva es siempre fuerza productiva de trabajo útil, concreto, un cambio en la fuerza productiva del trabajo en nada afecta el trabajo representado en el valor (pp. 56-7; énfasis añadido).
Por eso la riqueza real de la sociedad y la posibilidad de
ampliar constantemente el proceso de su reproducción dependen de la
productividad del trabajo y de las condiciones más o menos fecundas en que este
se lleva a cabo (véase, por ejemplo, El
Capital, t. 3, p. 1044).
Por otra parte, Marx se refiere al oro como la existencia
material de la riqueza abstracta, o el representante material de la riqueza
material (Contribución a la crítica de la
Economía Política p. 113), en tanto es directamente convertible en el
objeto de cualquier necesidad. Esto es, en su carácter metálico puro contiene,
oculta, toda la riqueza material desplegada del mundo de las mercancías. Lo
cual también significa que en la medida en que aumenta la productividad, y por ende
baja el valor individual de las mercancías, aumenta la riqueza. Por ejemplo,
supongamos que x cantidad de oro permite adquirir 2 A; supongamos luego que se
duplica la productividad del trabajo aplicado a producir A, de manera que la
misma cantidad x de oro permite adquirir ahora 4 A. El oro es convertible en
mayor cantidad de objetos A, que constituyen la riqueza material. El incremento
de la riqueza se ve entonces tanto en el aumento de la cantidad de valores de
uso A, como en el poder de adquisición del oro.
Interludio: Ricardo sobre riqueza y valor, y Say
A pesar de que Ricardo no hizo el análisis del doble
carácter del trabajo, distinguió sin embargo entre valor y riqueza. En los Principios de economía política y
tributación, y en una formulación muy similar a la que vimos en Marx,
escribe: […] la riqueza difiere esencialmente del valor, ya que este depende no
de la abundancia sino de la facilidad o dificultad de la producción. El trabajo
de un millón de hombres en la industria producirá siempre el mismo valor, pero
no siempre la misma riqueza (p. 205). También: […] dos países que poseen
precisamente la misma cantidad de todas las cosas necesarias y comodidades de
vida son igualmente ricos, pero el valor de sus riquezas respectivas depende de
la relativa facilidad o dificultad con que fueron producidas (Principios de economía política y
tributación, FCE, p. 208).
La cuestión tiene, por supuesto, consecuencias sobre la
teoría del valor, como observa Ricardo en crítica a Say. Es que si se mide la
riqueza (o sea, la masa de valores de uso) por el valor, se debe concluir que
la medida de la utilidad es el valor. Con lo cual llegaríamos a la tesis, que
defendía Say, de que las cosas son valiosas en la medida en que tienen utilidad
(véase Principios de economía política y
tributación, pp. 209-210).
Marx sobre riqueza, valor y las contradicciones del capitalismo
La distinción entre valor y riqueza es esencial para
comprender el carácter inherentemente contradictorio del desarrollo de las
fuerzas productivas bajo el capitalismo. Es que el medio –desarrollo de la
producción de valores de uso- entra en constante conflicto con el objetivo, la
valorización del capital (véase Marx, El
Capital, t. 3, p. 321). Esto es, el valor de uso y el valor, se desarrollan
de forma contradictoria. Pero es imposible entender la contradicción si se pone
un signo igual entre los polos contradictorios. Y esta distinción entre
producción de riqueza y generación de valor, a su vez, es esencial para entender el carácter antagónico de la producción
capitalista: a medida que se desarrollan las fuerzas productivas se
incrementa la acumulación de riqueza burguesa en un polo, y miseria, trabajo
enajenado o embrutecedor, ignorancia, en el otro. Para ponerlo con un ejemplo,
si el aumento de la fuerza productiva del trabajo permite duplicar la
producción de A, y si ese incremento en bienes materiales va a parar a manos de
la clase capitalista, habrá aumentado la distancia entre la riqueza apropiada
por la clase capitalista en relación a la que posee la clase trabajadora, independientemente de que el valor de A haya
bajado a la mitad. Es la base de la tesis de Marx sobre que, a medida que
se desarrolla la acumulación capitalista aumenta la polarización social.
Es entonces en este sentido –esto es, de relación
contradictoria– que se puede decir que la producción de riqueza depende del
valor: si peligra, o no se produce, la valorización del capital, se frena y
retrocede la producción de riqueza material. Pero eso no significa que la
magnitud de la riqueza material (o sea, la producción de valores de uso) se
mida por la producción de valor.
Estamos al nivel de los conceptos elementales. Por supuesto,
muchas personas pueden discrepar con la teoría de Marx; pero en ese caso, hay
que decirlo claramente, y no pretender hacer pasar gato por liebre, como reza
el dicho. No hay forma de hacerle decir a El
Capital que la riqueza se mide por la producción del valor. La lectura de
cualquier texto –clásico, o no– exige un mínimo de rigurosidad.
Ya en una entrada anterior sostuve que en el fundamento de
mis diferencias con el profesor está el concepto de valor: según Marx, el valor
es una categoría social, no individual (véase aquí).
Pero es un error todavía más básico, si se quiere, confundir valor y riqueza. Y
lo más lamentable es que el error se ha instalado en muchos sectores de la
izquierda, incluso más allá del marxismo.