Retrato de Jeremy Bentham |
Roberto Valencia / El filósofo inglés Jeremy Bentham
no sólo es conocido por haber desarrollado el concepto de panóptico, sino que
por haber mencionado otro término de carácter económico como el "fondo de
trabajo", sistematizado por él en el siglo XVIII y que más tarde sería
abordado por Karl Marx dentro de su tratado sobre la economía política, más
conocido como El Capital (Tomo I).
Bentham, en su Manual de Economía Política (capítulo XIII)
señala que una de las formas de aumentar la riqueza es a través del aumento de
la masa de capitales y el empleo más ventajoso de los capitales. "Hemos visto que bajo el cuidado del
interés individual, los capitales tomarán una dirección mas ventajosa que bajo
el cuidado de los gobiernos", indica Bentham en algo que dos siglo más
tarde sería un principio copiado por un chileno: José Piñera, al crear el
sistema de capitalización individual como nuevo régimen de pensiones. Otra sentencia de Bentham es que "la masa de capitales se aumenta por las producciones del trabajo,
en mejor escala que el consumo". Y una de las producciones del trabajo
se manifiesta en el impuesto al trabajo que significa el descuento previsional
que sólo se le aplica al trabajador a fin de mes para destinar una parte de su
salario a su cuenta previsional.
El incremento en la masa del capital es un principio del
ahorro previsional sobre la base de las rentabilidades que se obtengan de la
inversión de los recursos, los cuales -según Bentham- aumentan más desde el
punto de vista individual por sobre el social.
"En el caso de que un individuo aumente su dinero, aumenta su riqueza. Si su fortuna consiste hoy en mil guineas, y él tiene mañana dos mil, es dos veces tan rico como el día anterior, puede pedir dos veces la misma cantidad de todos los trabajos. Esto no es lo mismo para la comunidad. Si su numerario metálico es hoy de un millón de libras esterlinas, y mañana fuese de dos millones, su riqueza no está duplicada como la del individuo; la comunidad no sería más rica, en el interior, sino en la apariencia. En lugar de tener a su disposición una cantidad doble de productos no tendría mas que la misma cantidad", sostiene Bentham en algo que siglos después aún es postulado por los defensores de la eficiencia de la capitalización individual respecto al sistema de reparto universal, lo que también se resume en la sentencia de Bentham: "bajo el cuidado del interés individual, los capitales tomarán una dirección más ventajosa que bajo el cuidado de los gobiernos".
Años más tarde Marx dedica unos párrafos críticos a las
ideas de Bentham en el primer tomo de El
Capital, donde parte recordando el carácter elástico en las magnitudes del
capital, el capital variable que se invierte en la fuerza de trabajo, a través
del impuesto que se descuenta de los salarios que entrega el capital al
trabajo.
"Los hechos que sirven de base a este dogma son muy sencillos. En primer lugar, el obrero no tiene voz ni voto cuando llega la hora de dividir la riqueza social en medios de disfrute para los que no trabajan y en medios de producción. En segundo lugar, sólo en casos excepcionales y muy propicios puede aumentar el llamado "fondo de trabajo" a costa de la "renta" de los ricos".
La idea primigenia que empuja al sistema de capitalización
individual chileno, con AFPs que ponen los recursos del salario del trabajo en
otros países, encuentra sus raíces en el modelo del fondo de trabajo benthamiano,
constituido por el capital variable, analizad por Marx: "la parte más considerable del producto excedente anual, arrancado
al obrero inglés sin equivalente, no se capitaliza en la misma Inglaterra, sino
en otros países. Con este capital adicional exportado se exporta una parte de
ese "fondo de trabajo" creado " por Dios y por Bentham".
Al referirse a Dios Marx hace referencia a la filosofía de la naturaleza
sostenida por el liberalismo en base a las ideas del derecho natural.
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