23/1/14

La teoría marxista del valor y la ley de decrecimiento de la tasa de ganancia | Esbozo de una crítica marxista del capitalismo actual

Karl Marx ✆ Jim
Alfredo Apilanez  |  En nuestra opinión el origen de la teoría marxista del valor coincide por un lado con una necesidad de completar la formulación de David Ricardo (quién llegó a explicar el 93% del valor por la aportación del trabajo a la producción pero no extrajo las consecuencias oportunas de este hecho), que había sido la cumbre máxima de la economía clásica, y, por otro lado, por la necesidad también imperiosa de dar una fundamentación científica a la "injusticia moral" del capitalismo, denunciada antes de Marx por muchos economistas y pensadores de su tiempo (para empezar por el propio Engels en "La situación de la clase obrera en Inglaterra").

Asimismo, el estudio del problema del origen del beneficio empresarial (que había ocasionado enormes quebraderos de cabeza a Ricardo y a todos los economistas clásicos, discusión apasionante en la que no vamos a entrar a fondo por no ser el objeto del presente trabajo), llevó a Marx al concepto de plusvalía (o trabajo excedente), y sólo a partir de ahí, a la idea de explotación del obrero por el empresario capitalista que se apropia de una parte de su tiempo o fuerza de trabajo sin dar nada a cambio. Es decir, como vemos, el origen del beneficio capitalista (y esto tiene una importancia decisiva desde el punto de vista moral), no reside en el

La tasa de ganancia y las crisis en el análisis marxista

Karl Marx ✆ A.d.  
Rolando Astarita  |  En el pensamiento marxista ha habido dos líneas interpretativas esenciales de la crisis. Por un  lado, la que pone el centro en la ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia, y sostiene que las crisis se deben a las contradicciones que anidan en la producción y la acumulación capitalista. Se trata de una explicación endógena de la crisis. Los autores que más influencia han tenido en esta tradición son Grossmann (1984), Mandel (1979, 1986) y Shaikh (1991, 2000). Es un abordaje que Brenner (1998) llama “fundamentalista”, porque sería el que más se acerca a la visión de Marx.

Por otro lado están los autores que, al decir Grossmann, proponen explicaciones exógenas de la crisis. Algunos porque hacen derivar la crisis de la contradicción entre la producción capitalista y el consumo. Otros, en cambio, sostienen que la contradicción central es entre la producción y las finanzas, como ocurre con la actual tesis de la “financiarización”. También están los autores de la corriente “profit squeeze”, que sostienen que la crisis se debe al alza de los salarios en la fase expansiva del ciclo económico, que lleva a la baja de los beneficios y a la caída de la inversión. Una variante de este pensamiento sostiene que, más en general, las crisis capitalistas ocurren porque la clase obrera resiste al capital y lo obliga a huir de la acumulación.  Otro caso de explicación exógena

La tasa de ganancia

Karl Marx ✆ Ashfin Sabouki 
Karl Marx  |  [a]  La fórmula general del capital es D - M - D'; es decir, que se vuelca a la circulación una suma de valor para extraer de ella una suma de valor mayor. El proceso que genera esa suma de valor mayor es la producción capitalista; el proceso que la realiza es la circulación del capital. El capitalista produce la mercancía no por la mercancía misma, no por su valor de uso ni para su consumo personal. El producto que interesa en realidad al capitalista no es el propio producto palpable, sino el excedente de valor del producto por encima del valor del capital consumido en él. El capitalista adelanta el capital global sin tener en cuenta el diferente papel que desempeñan sus componentes en la producción del plusvalor. Adelanta de igual manera todos esos componentes no sólo para reproducir el capital adelantado, sino para producir un excedente de valor por encima del mismo. Sólo puede transformar en valor mayor el valor del capital variable que adelanta, si lo intercambia por trabajo vivo, si explota trabajo vivo. Pero sólo puede explotar el trabajo, si adelanta al mismo tiempo las condiciones para la efectivización de ese trabajo: medios de trabajo y objeto de trabajo, maquinaria y materia prima; es decir, haciendo que una suma de valor que se halla en su poder adopte la forma de condiciones de producción, del mismo modo que, en general, sólo es un capitalista, sólo puede llevar a cabo el proceso de explotación [48] del trabajo por el hecho de que, en

Visión marxista de la tasa de ganancia y descomposición capitalista

Karl Marx ✆ Victor Minca
Pablo Heller  |  Marx denominó a la tendencia decreciente de la tasa de ganancia “la ley más importante de la economía política”. Dicha ley es la que más controversias ha suscitado no sólo dentro de la economía convencional sino dentro de la propia literatura marxista. No es para menos, porque lo que la ley postula es la tendencia al colapso del capitalismo a partir de sus propias leyes internas. Las mismas leyes que explican su desarrollo y apogeo son las que lo conducen a su decadencia y disolución. La tendencia a la baja de la tasa de ganancia se origina, contradictoriamente, en el propio impulso capitalista a autovalorizarse e incrementar la ganancia. El método fundamental para lograrlo es el aumento de la productividad del trabajo, que permite comprimir el tiempo de trabajo necesario para la reproducción de la fuerza de trabajo y, de ese modo, aumentar el tiempo de trabajo excedente apropiado por el capitalista.

La mecanización es el recurso por excelencia del que se vale el capital para promover ese proceso, y eso supone una inversión creciente en maquinarias e insumos (capital constante) en proporción mayor que la invertida en fuerza de trabajo. El producto final

Lenin, sobre dependencia y liberación nacional (I - II & III)

Lenin
✆ Mosaico en la ciudad de Sochi
Rolando Astarita  |  En la izquierda está muy generalizada la idea de que la mayoría de los países de América Latina, a excepción de Cuba, y tal vez Venezuela, mantiene una relación de tipo semicolonial, o neocolonial, con las grandes potencias, EEUU en primer lugar. Y que por este motivo, es necesario luchar por realizar la tarea histórica de la liberación nacional, o “la segunda independencia”. En contraposición a esta postura, desde hace años sostengo que países como Argentina, México o Chile, no son semicolonias, y que no está planteada, como demanda pendiente, la liberación nacional. Esta postura conecta con la distinción de Lenin entre países dependientes, por un lado, y países coloniales y semicoloniales; y su noción del contenido de la liberación nacional. En términos generales, podemos decir que se trata de un enfoque muy minoritario en la izquierda, aunque ya ha sido avanzado por diferentes marxistas. Entre ellos, por Dabat y Lorenzano (1984); por mi parte, he desarrollado estas ideas en Economía política de la dependencia y el subdesarrollo (UNQ, 2010), y en los años 1990, en la revista Debate Marxista. 

En lo que sigue presento primero la postura de Lenin; la comparo luego con la interpretación instalada en la izquierda, según fue presentada por Milcíades Peña; en tercer lugar, argumento por qué es superior el enfoque leninista, y las consecuencias que se

Henri Lefebvre y la revolución de la vida cotidiana, la ciudad y el Estado

Kanishka Goonewardena   |   Buena parte de las influyentes lecturas de Henri Lefebvre desarrolladas en el mundo anglosajón han sido parciales y han reflejado de forma invariable preocupaciones meramente disciplinares y académicas o las modas intelectuales dominantes en un determinado período; es el caso de la crítica de la economía política de su pensamiento urbano a principios de los 70 o la lectura geográfico-postmoderna de La producción del espacioa partir de los años 80, que aún persiste en un ‘Tercer Espacio’. El resultado es que muchos Lefebvres viven hoy con nosotros, veinte años después de su muerte, incluido un Lefebvre liberal-demócrata responsable de las interpretaciones más edulcoradas del ‘Derecho a la Ciudad’, completamente afines al status quo. Argumentando contra estas lecturas desradicalizadoras, el presente ensayo intenta revivir el espíritu revolucionario de su trabajo sobre las ciudades, la urbanización y el espacio, no a través de una exploración histórico-intelectual al uso de toda su obra, y no sin someterlo al juicio crítico allí donde sea necesario, sino recuperando el sentido del animal político radical y el espíritu anti-filosófico que Lefebvre fue. Mostramos aquí, sin concesiones, a un Lefebvre humanista y marxista heterodoxo a través de una exégesis crítica de los conceptos con los que contribuyó más originalmente al marxismo y con los cuales teorizó lo urbano: vida cotidiana, Estado y totalidad.

¿Qué Derecho a la Ciudad?

Ahora somos todos seguidores de Lefebvre, si a esto se le puede llamar serlo. Porque se ha reivindicado a Lefebvre con distintos fines desde colectivos muy variados, incluyendo a marxistas, heideggarianos y nietscheanos, así como anarquistas, postmodernos y liberales de variadas denominaciones.