Karl Marx ✆ A.d. |
► “Aquellos que tienen el privilegio de saber, tienen
la obligación de actuar.” | Albert
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Oscar Fernández | ¡Volver
a Marx! Viejo grito de denuncia, rechazo y hastío. Periódicamente retoma el
centro de la escena cuando el conformismo, la mansedumbre, la mediocridad, la
apología y la legitimación entusiasta del orden establecido amenazan desdibujar
el sentido crítico de las ciencias sociales. (N. Kohan: 2005). El trabajo intelectual de Marx ha sido leído de distintas
formas. En él se incluyen obras de teoría y crítica económica, polémicas
filosóficas, manifiestos de organizaciones políticas, cuadernos manuscritos de
trabajo y artículos periodísticos sobre la actualidad del siglo XIX. Muchas de
sus obras las escribió junto con Engels. Los principales temas sobre los que
trabajó Marx fueron la crítica filosófica, la crítica política y la crítica de
la economía política.
El marxismo surgió en los años 40 del siglo XIX. Las
necesidades de un progreso social que había puesto al desnudo los vicios radicales
del régimen capitalista, de todo el sistema de explotación, el despertar del
proletariado a las luchas políticas, los grandes descubrimientos en las
ciencias naturales y el nivel de las investigaciones históricas y sociales
plantearon ante el pensamiento social la tarea de elaborar una teoría nueva,
científica, que pudiese responder a las cuestiones suscitadas por la vida.
Entenderemos por “marxismo” a la teoría científica que
expresa los intereses históricos revolucionarios del proletariado como clase
social. Su producción va a estar condicionada por la existencia de esta clase
cuyos intereses históricos van a pasar por la supresión de toda forma de
explotación. Será el punto de vista proletario de Carlos Marx y Federico
Engels, el que les permitirá producir esta teoría apoyándose, pero a la vez
rompiendo con ellos, en los logros del pensamiento iluminista (Rousseau,
Montesquieu, Locke, Hume) la economía política clásica (Smith, Ricardo y John
Stuart Mill) la filosofía alemana (Kant, Hegel, Nietzsche y Heidegger) y el
socialismo francés (Fourier, Proudhon y Saint-Simón)
Si el liberalismo había removido las bases del mundo
medieval que agonizó durante la Edad Moderna, el nacimiento del marxismo
sacudió hasta sus más profundas raíces el pensamiento liberal burgués del siglo
XIX. Como dicen Marx y Engels en sus primeras palabras del Manifiesto
Comunista: “Un fantasma recorre Europa, el fantasma del comunismo”. Nada mejor
que esa frase para comprender lo que significó y sigue significando el marxismo
para los intereses económicos poderosos.El poeta no se equivocaba cuando
afirmaba que la vida es sueño: enefecto, desde su aparición, el marxismo ha
sido la sempiterna pesadillade quienes todavía creen en la “justicia” del
capitalismo.
La aportación marxista a la educación comprende, por un
lado, la conformación de una nueva teoría de la educación y, por otro, la
crítica a la escuela entendida como instrumento que mantiene y sustenta las
diferencias sociales. La educación se analiza dentro del contexto más amplio de
la sociedad y de la política. Por tanto, las críticas principales no están
referidas a cuestiones metodológicas, sino al papel que cumple la escuela más
allá del aula, es decir, al contexto de las relaciones sociales. Para Marx y
Engels, la escuela en el capitalismo reproduce la fábrica, ambas producen y
reproducen la división social del trabajo y la división entre el trabajo físico
y el intelectual. Mientras que para Max Webber, seguidor de Marx, la escuela es
alienante en tanto reproduce, estructural y funcionalmente, la religión y
legitima las formas de dominación de la burguesía.
Las concepciones educativas de Marx y Engels,al igual que
las económicas, utilizan como instrumento práctico el método materialista
dialéctico e histórico, realista y crítico, que parte de lo concreto, estudia
los hechos y sus contradicciones y plantea la transformación de la realidad.
El proyecto educativo emancipador salvadoreño deberá
plantear una educación "revolucionaria y transformadora", dentro de
una sociedad clasista donde impera la opresión y la exclusión social, que han
convertido nuestro país en un nido de violencia incontrolable; donde la clase
dominante, precisamente por ser la poseedora de la gran propiedad privada de
los medios de producción y acaparadora de la riqueza que produce la nación,
explota, discrimina y somete a las clases oprimidas, aunque la administración
del Estado –como en el caso presente- esté en manos de corrientes progresistas
y de alguna influencia del pensamiento revolucionario.
Según Paolo Freire (1921-1997) filósofo y pedagogo,
humanista cristiano, es suficiente cambiar la conciencia de los hombres para
terminar cambiando materialmente la sociedad. Sin duda toca un punto importante
y por demás capital en la lucha contra el dominio burgués. Pero la naturaleza y
complejidad del problema indica que es preciso cambiar primero la estructura
económica de la sociedad --a esto se llama "cambio estructural"--
que, en nuestro caso, consiste en un proceso para consolidar la propiedad social
de los medios de producción, y volver a la posesión de las empresas públicas
que fueron privatizadas.
Es cierto que, en determinado momento del desarrollo social,
cuando se han cerrado todas las puertas para un ulterior crecimiento de las
fuerzas productivas de la sociedad, las expresiones súper-estructurales y entre
ellas la educación, se rebelan contra la estructura económica caduca para
transformarla radicalmente, en última instancia en esto consiste la revolución
social. Este desarrollo, desde la perspectiva liberal burguesa sin embargo, no
tiene nada que ver con el planteamiento educativo que apunta a la
transformación de un nuevo modelo educativo liberador, solo se trata de un
intento más de maquillar un capitalismo salvaje que está arrastrando al
conjunto de la humanidad a la barbarie, aún y cuando insistan en apropiarse de
las banderas de la libertad y la justicia, elajeno discurso, enclenque y
oportunista, de la oligarquía burguesa.