Eddy Sánchez |
Durante la última etapa del franquismo y gran parte de la transición a
la democracia, la influencia del marxismo en una parte de los economistas
españoles, facilitó el desarrollo de marcos conceptuales muy ricos, donde la
dimensión histórica adquiría un especial protagonismo. La progresiva hegemonía
del neoliberalismo provocó una vuelta al pensamiento neoclásico o de esquemas
positivistas, al que la izquierda intentó anteponer un tibio pensamiento
institucionalista o enfoques derivados del posmodernismo, que desembocaron en
un abandono del marxismo. La crisis actual pone de relieve la insuficiencia de estos
marcos teóricos para poder abordar con un mínimo rigor la realidad económica
española actual en toda su dimensión, lo que reabre el debate de la
recuperación de los enfoques marxistas o estructuralistas en el debate
económico y social actual. [...] la Fundación de
Investigaciones Marxistas (FIM) organiza en la Facultad de Ciencias de la
Información de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), las
jornadas Historiografía, Marxismo y compromiso político en España. Del
franquismo a la actualidad, en la que se reunirán más de un centenar de
científicos sociales, y que contará con la participación en su clausura del
prestigioso historiador Josep Fontana.
Con dicho encuentro se sientan las bases para la
recuperación y actualización de los estudios e investigaciones realizados a
finales de la década de los setenta y principio de los ochenta del siglo XX,
verdadera época dorada en el debate económico español, y cuya relevancia se
encuentra en ser los debates académicos que tenían lugar en el momento del
tramo final de la lucha contra el franquismo, así como el inicio de la crisis
de la década de los 70 y de la inserción plena de la economía española en la
globalización a través de la entrada en la CEE (hoy UE), hechos sin los que no
se podría entender la crisis actual en nuestro país.
Uno de los grandes temas de debate se centraba en la
caracterización de la economía española. Como bien expone Albert Recio, en esos
momentos se debatía en qué medida se trataba de una economía capitalista
desarrollada o, por el contrario, era una economía que conservaba rasgos
semifeudales, cuáles eran las fuerzas económicas más dinámicas y cuáles las más
retrógadas. No se trataba de un mero debate retórico, tenía importantes
connotaciones políticas. El tipo de evolución socio-política o las mismas
propuestas de cambio dependían de una parte de esta evaluación.
Para unos, el régimen franquista representaba los intereses
de una oligarquía retrógrada, que frenaba las fuerzas productivas y que, por
tanto, justificaba la formación de una amplia alianza interclasista que
acabaría por derribarlo e implantaría un modelo económico de economía mixta a
la europea. Para otros, en cambio, el franquismo representaba un modelo
dictatorial compatible con la modernización y el crecimiento económico
capitalista, una variante del modelo de capitalismo monopolista que, con mayor
o menor radicalismo, dominaba en la mayor parte de economías capitalistas.
Entre los partidarios de este análisis predominaban las posturas inscritas en
proyectos políticos de orientación anticapitalista.
Este debate intelectual produjo una serie de trabajos
orientados a analizar en qué consistía el capitalismo español, quiénes eran sus
actores principales, cuáles eran sus mecanismos de poder. Algo que en la
actualidad no existe, al predominar los estudios y debates sobre aspectos
relacionados con la microeconomía o estudios de caso concretos y parciales, que
restan profundidad conceptual y abandonan cualquier empeño de tomar nuestra
realidad social desde su dimensión estructural. Esto repercute de manera negativa
en la izquierda, la cual sufre una desconexión entre una propuesta política
elevada (proceso constituyente) con un programa económico menor.
Es necesario que la izquierda tome el debate y la
investigación en el campo de la economía, y lo sitúe a la altura de otros
campos de las ciencias sociales. Es necesario partir de reconocer la
imposibilidad de investigar las características del capitalismo español en
nuestros días, sin hacer una profunda incursión en el campo de la historia de
la formación de ese capitalismo y de cómo se ha gestado la dominación de las
relaciones de producción capitalistas en nuestro país.
De este estudio se desprenden un continuo histórico que va
desde el Antiguo Régimen al capitalismo contemporáneo, marcado por una
“transición dependiente” hacia la construcción de un capitalismo periférico,
verdadero proyecto central del bloque de poder formado por el capital
extranjero y los sectores rentistas nacionales, que con sus variaciones y
transformaciones, sigue vigente en nuestros días.
Quisiera dedicar este artículo al profesor Francisco Javier
Braña, Catedrático de Economía por la USAL, que junto con otros académicos
iniciaron una serie de investigaciones que son ahora recuperadas por una nueva
generación de investigadores, que partimos de la necesidad de estudiar los
principales problemas del desarrollo de la economía española desde una
dimensión histórica y estructural.