24/11/14

La “otra” Escuela de Frankfurt: Hans-Jürgen Krahl, teórico de la Praxis emancipadora – I & II

Hans-Jürgen Krahl ✆ Foto: Euro Synergies 
Nicolás González Varela   |  “Estoy totalmente seguro que habría sido un hombre notable” escribía al enterarse de su muerte el Alma Mater de la Escuela de Frankfurt, Max Horkheimer. En la noche del 14 de febrero de 1970 un automóvil derrapa sobre la fina capa de hielo que recubre la Ruta federal 252 en la localidad de Wrexen, al norte de Hesse. El vehículo, que estaba girando en una curva, queda sin control y choca frontalmente con un camión que se dirigía en sentido inverso. El estudiante Hans-Jürgen Krahl de 27 años, que ocupaba el lugar del acompañante, muere en el acto; el conductor Franz-Josef Bevermeier de 25 años, fallece poco después ya en el hospital; los otros pasajeros, Claudia y Jakob Moneta, se encuentran gravemente heridos. En las columnas del diario Frankfurter Rundschau, el periodista Wolfgang Schütte compara a Krahl con… Robespierre, sus enormes facultades como agitador, “la terrible consecuencia de sus visiones teóricas” así como su papel destacado y dominante junto a Rudi Dutschke en la nueva izquierda alemana. 

Después de su entierro en el cementerio de Rickling, una centena de militantes de la combativa SDS (Sozialistische Deutsche Studentenbund),[1] provenientes de toda Alemania Federal y de Berlín-Oeste, se reúnen en la Techniche Universität de Hannover y deciden, de manera informal y asamblearia, disolver la asociación estudiantil. Un mes más tarde la disolución será anunciada oficialmente en Frankfurt. El balance era obvio: el audaz itinerario teórico-político que había iniciado Krahl, con su figura única de Teórico-Agitador (agitativsten Theoretiker como lo define Reinicke en su homenaje póstumo)[2] no tendría continuidad entre sus propios camaradas, que jamás volverían a seguir sus huellas, ni sobre el plano intelectual, ni sobre la arena política revolucionaria. Krahl fue un póstumo: no tuvo la oportunidad de publicar nada, en su Nachlass, ordenado por amigos y camaradas del SDS, quedan esbozos y intentos de una nueva configuración de la Teoría Crítica.

Hans-Jürgen Krahl, nacido en 1943 en Sarstedt cerca de Hannover, en un miserable Land subdesarrollado como lo era la Baja Sajonia según sus propias palabras; un vez terminado su Abitur se traslada en 1964 a Göttingen para estudiar simultáneamente Filosofía, Historia, Filología y Matemáticas. Dos años más tarde, conociendo la historia de la Escuela de Frankfurt y la del creciente movimiento de izquierda estudiantil francfurtiano, se traslada a la ciudad, decisión que él mismo califica de “eminentemente política”. Su conversión al pensamiento crítico es tortuosa pero fulminante: de joven abraza la ideología mística y neconservadora de la Ludendorffbund, cuya ideología filomilitarista (Ludendorff, compañero de ruta de Hitler, era un santo militar germánico para la nueva derecha alemana) se basaba en la mística de Meister Eckhart y de Roswitha de Gandersheim; a continuación milita en un ultraminoritario Partido Alemán de los Guelfos, finalmente en una Burschenschaft (corporación estudiantil) tradicional y de derecha que todavía practica la Mensur, combate de esgrima con reglas estrictas entre miembros de una Schlagende Verbindung con armas de filo (en una similar fue herido en la frente un estudiante llamado Karl Marx). Dentro de las actividades de esta Burschenschaft, HJK tiene la oportunidad de escuchar a un antiguo miembro de la asociación y mientras tomaba cerveza y comía una pata de cordero, le explicaba que la clase obrera alemana estaba destinada a permanecer siempre subyugada y estúpida y que “nosotros” estábamos llamados a formar la nueva elite del poder. Algo se rebeló en su interior, estaba en crisis pero sin ver una rápida resolución. Finalmente HJK no se afiliará a ningún partido de izquierda o al SPD sino… a la juventud de los partidos socialdemócratas cristianos, la Junge Union, que adhiere a la CDU. HJK describirá esta etapa de su existencia, dos años, como la de una enorme clarificación ideológica de un típico burgués de provincias: “fue el primer paso para liberarme de la ideología de ‘Sangre y Tierra’[3] La Ideología Alemana de 1960’s estaba esencialmente compuesta para Krahl de la autodeterminación teorética (theoretischen Selbsbestimmung) mística propuesta por Martin Heidegger, “una Filosofía que puede aventurarse con el Imperialismo”. Ante la perspectiva crítica de HJK no hay duda del contenido de la Analítica existencial: Heidegger ha devenido en un entscheidenden Ideologen, “en uno de los ideólogos decisivos de la clase dominante”. Su decisión de instalarse en Frankfurt tenía además un componente filosófico de trasfondo: el deseo de escuchar las clases de Theodor Wesemgrund Adorno, que finalmente será el promotor de su tesis de doctorado titulada significativamente “Las Leyes naturales del desarrollo capitalista en la obra de Marx”.[4] En 1964 ingresa en la SDS (Sozialistische Deutsche Studentenbund), donde debido a sus consolidados conocimientos en Kant y Hegel asi como su energía como portavoz y eficacia discursiva se transforma en uno de los portaparole más conocidos de la izquierda combativa junto al famoso Rudi Dutschke. La idea que se establece cada vez con más fuerza es que la famosa Kritische Theorie frankfurtiana no puede concebirse como un proyecto puramente académico unilateral sino que debe descender a la práctica y ganarse una utilidad política emancipadora. El núcleo fundamental (Lehrmeinung) de la doctrina marxiana es que “la Explotación es una forma de dominio que se apoya sobre un alto grado de encubrimiento y mistificación (Verschleierung) que encubre el Intercambio y las Instituciones de la Opresión (Institutionen der Ünterdruckung)”,[5] los tribunales de la Burguesía y el Poder coercitivo del Derecho y del Estado. La retraducción en las coordenadas de la lucha práctica era clara: se debe desarrollar una Teoría, a partir de un Marx recuperado, que haga comprender al Proletariado, “a su Mundo lingüístico y consciencial” (Sprach- un Bewusstseinwelt), el Dominio tardocapitalista que se encuentra velado de infinitas manipulaciones e integraciones. La auténtica “Teoría Crítica” debe desenmascarar y descubrir este Dominio material a través de la intervención de los nuevos intelectuales orgánicos del movimiento, que HJK define como “intelectuales políticos” (politische Intellektuelle), guiados por una consciencia antiautoritaria. Las nuevas tareas se interconectan dialécticamente con un diagnóstico epocal de HJK sobre el Capitalismo como civilización: vivimos (en los 1960’s) la muerte del Individuo burgués, la pérdida definitiva de la Ideología de una esfera pública liberal y de una comunicación libre de todo dominio, el derrumbe y descomposición de todo contenido emancipador de la Burguesía.

Krahl se transforma en un “teórico de la Praxis emancipadora” (como lo define Detlev Claussen), con tesis vigorosas, fundamentadas filosóficamente pero que a veces llega a rozar el ridículo: HJK debuta como tribuno en 1967, después de un “Teach-In” espontáneo para protestar contra la muerte del estudiante Benno Ohnesorg, asesinado por la policía, al parecer leyó un discurso “hegelizante”, casi incomprensible, repleto de conceptos sociológicos complicados, de tal calibre que muchos estudiantes abandonaron el auditorio antes que terminara su lectura. En la fase más dinámica y antiautoritaria del movimiento estudiantil entre 1967 y 1969, y a despecho de su debut, HJK será una de las mayores autoridades teóricas en el SDS, que no dependía de “efectos de masa” ni resortes retóricos para enunciar sus profundas tesis y argumentos agresivos a un auditorio encandilado. La Nueva Izquierda debía transformarse, según Krahl, en un movimiento de emancipación social, que debería distinguirse con claridad tanto del reformismo socialdemócrata y el Marx “segundointernacionalista”, como, por otra parte, del Socialismo estatista y autoritario del DiaMat stalinista y sus prolongaciones naturales: el Materialismo Dialéctico y el partido centralizado de cuadros profesionales. Entender la Kritik de Marx al Capitalismo no como una teoría escolar más en la Historia de las Ideas, ni siquiera como una justificación del Pesimismo desde el confort del “Gran Hotel Abismo”, cuyo paradigma será el ”eternamente schopenhaueriano” Horkheimer, sino como una obra abierta viva para guiarse en las condiciones de emancipación de la clase obrera, hizo inevitable que HJK chocara con la misma institución académica y con las dos máximas autoridades francfurtianas: Max Horkheimer y su mentor Theodor W. Adorno. Hay que situar a HJK, su esfuerzo teórico, sus problemáticas y sus polémicas en el contexto de la Alemania Federal de inicios de los 1960’s. El SDS era la organización estudiantil dentro del legendario SPD, partido que luego de la prohibición del KPD (por parte de la Corte Constitucional en 1956) era el único representante de los intereses de los Arbeitnehmer (en la jerga socialdemócrata el Proletariado) y que se preparaba para asumir funciones de gobierno. El SDS devino sin quererlo en una forma de agregación de izquierda, en el ala radical de la escena política pluralista, el lugar en el cual confluía toda la Intelligentsia socialista, anarco-comunista y criptotrotskista que se organizaba a la izquierda del SPD. La discusión teórico-política se centraba en  torno a dos grandes ejes: 1) análisis económico del Spätkapitalismus (Tardocapitalismo, concepto acuñado por el sociólogo weberiano Werner Sombart que incluye la Gilged Age),[6] entendido como un fenómeno históricamente nuevo (a la vez la partícula “tardo” connotaba su inminente final catastrófico) y analizado a la luz de la destrucción de las organizaciones obreras efectuadas por el Nacionalsocialismo y del disciplinamiento paramilitar de la posguerra; el concepto sería retomado por la izquierda “luxemburguista”, no-leninista en los 1930’s (como la economista polaca Natalie Moszkowska)[7] y después de 1945 por economistas heterodoxos como Paul Samuelson y Joseph Schumpeter, teóricos trotskistas como Ernst Mandel[8]; el término tuvo un renacimiento en 1960’s en el área de la lengua alemana (en especial en Austria y Alemania bajo la tradición del Austromarxismus y el retorno de los frankfurtianos del forzoso exilio), por ejemplo Theodor Adorno defendió en 1968 su uso para la descripción de la sociedad burguesa actual por sobre el término equívoco de “Sociedad Industrial” (controversia que no se podía reducir, según Adorno, a una mera disputa terminológica, sino que se trataba de una cuestión “sustancialmente decisiva” para el futuro de la Crítica)[9]; también un periférico a la Escuela de Frankfurt como Leo Kofler (quién había criticado al stalinistischer Marxismus relacionando su origen en la materialidad de una nueva burocracia)[10] desarrolló el concepto en su Dialéctica con la Técnica racionalizadora en 1971;[11] en 1973 otro frankfurtiano, Jürgen Habermas, contra quién polemizará el propio HJK, le dedicará un libro a la nueva forma de Capitalismo y a sus problemas de legitimación;[12] 2) el Neomarxismo, en especial la kritische Theorie, el corpus de ideas de la llamada “Escuela de Frankfurt”, cuyo espíritu era entendido como una crítica a la Modernidad burguesa (incluida la Técnica y el Cientificismo) y a la vez una negación del Dia Mat, el Marxismo fosilizado de la URSS como el amaestrado de la IIº Internacional. Las “Armas de la Crítica” de HJK son heterodoxas, por fuera o directamente enfrentado al canon tradicional: el Marx “auténtico”, utilizando las nuevas ediciones crítico-históricas de sus escritos, en la época la MEGA (I) de Riazanov y la nueva MEGA (II), y dentro del corpus marxiano privilegiando textos despreciados u ignorados por el Vulgärmarxismus (Manuscritos de 1844; La Sagrada Familia, La Ideología Alemana, la Einleitung de 1857, la Zur Kritik de 1859, los Grundrisse, Das Kapital, o textos considerados menores o seundarios); en segundo lugar una recuperación materialista de Kant y Hegel, en especial el Hegel de la Logik; en último lugar en los desarrollos teóricos creativos del llamado “Marxismo Occidental”, autores malditos durante años: la propia Escuela de Frankfurt, Grossmann, Korsch, Lefebvre, Lukács, Luxemburg, Rubin, incluso Sigmund Freud.

A partir de mediados de los años 1960’s un grupo minoritario del SDS (entre otros Rudi Dutschke y HJK) comenzaron a trabajar en torno a una ruptura con la forma pasiva de práctica intelectual a través de acciones militantes, en especial contra la guerra en Vietnam y contra la estructura patriarcal de la Universidad alemana, repleta de conservadores y exnazis (Heidegger et altri), para simbolizar la violencia y el arbitrio de un sistema autoritario, anacrónico y profundamente antidemocrático. Después de la muerte en una manifestación del estudiante Benno Ohnesorg (1967) y el atentado que le costará la vida a Rudi Dutschke (1968) el movimiento se extenderá de los medios pequeñoburgueses estudiantiles hacia capas juveniles de la clase obrera protestando contra las nuevas “Leyes de Emergencia” que legalizaban la guerra civil de baja intensidad contra la oposición apoyada desde arriba por el SPD. En el culmine de su expansión, el SDS fue constreñido a asumir un rol histórico que superaba sus fuerzas teóricas y políticas: el papel de cerebro colectivo y de instancia cooperativa de elaboración estratégica y de organización nacional de todo aquel enorme potencial subversivo que las formas-partido tradicionales expulsaban o no podían integrar. Ante la multiplicidad de frentes de lucha el SDS quedó desbordado: mientras muchos militantes universitarios se multiplicaban apoyando diferentes conflictos sociales transversales (desde el típico conflicto fabril pasando por las protestas contra el aumento del transporte público), erosionando la pequeña pero ejecutiva unidad organizativa original del SDS, el núcleo revolucionario estudiantil dentro de la Universidad se reducía, los activistas más dinámicos abandonaban la lucha o derivaban hacia el maximalismo que desembocaría en la autodisolución de 1969. Dentro de estas coordenadas dramáticas pero vitales y de eminente práctica política hay que proponer la situación hermenéutica concreta de los escritos e intervenciones de HJK, que se proponen como meta el autoesclarecimiento y la determinación teórica de la política del SDS. Cuando en 1969 se inicia el proceso de descomposición y fraccionamiento, HJK ve la necesidad urgente de fundar una posición revolucionaria históricamente nueva, de iniciar la lucha por una identidad política que no puede ser conquistada desde el interior de una ya existente Weltanschauung proletaria codificada, ni tampoco desde el interior de un Radikalismus moral.[13]

El objetivo es una Dialéctica abierta de la propia consciencia antiautoritaria, tal como HJK la había descripto en los años 1968-1969. Se trata de su Aufheben como momento inicial. El primer paso negativo y de trabajo destructivo es la superación en el SDS del “Antiautoritarismo abstracto” (abstrakten Antiautoritarismus), pero evitando caer en la negación abstracta del Antiautoritarismo, el Pragmatismo. Ya en una intervención en un “Teach-In” en el invierno de 1969-1970, HJK, posicionándose contra la “Liquidación” sin más de esta Fase del movimiento, había reclamado el combate tanto contra la Fracción tecnocrática (Technokratisierrungprozesse), que se autolimita a una administración pulcra y una reforma burguesa de la Universidad, como contra una Fracción proletaria-maximalista, según la cual la Universidad burguesa no cumple ninguna función esencial en la lucha de clases.[14] La propia evolución de la lucha política en Alemania Occidental y la no-simetría con la misma consciencia de clase, demostraban que la retraducción de la Crítica de la Economía Política y la propia eficacia e influencia política de la SDS era mucho más mediada de lo pensado. La ola inédita de huelgas salvajes de septiembre de 1969, en las que participaron 150.000 trabajadores de la industria del metal y el carbón, en las cuales las bases obreras expresaban además el descontento enfrentándose a la burocracia sindical, no se cristalizaron en nuevos niveles de organización que permitiera “otra” radicalización política.[15] La apelación de la SDS a la Clase Obrera y al movimiento de realizar un boicot activo a las elecciones de 1969 fue seguido por una parte ínfima, incluso en los medios estudiantiles y por primera vez desde 1945 el núcleo duro de la clase obrera alemana voto mayoritariamente por el SPD, por el partido reformista que además con gran habilidad intentaba integrar los intereses pragmáticos del movimiento estudiantil en la política de un renovado Estado social. El shock provocado por estas dos derivas objetivas, la tendencia a la autodisolución del SDS y la comprobación que las masas seguían ligadas a las viejas organizaciones tradicionales de una manera mucho más profunda de lo que se había supuesto, condujo a HJK al renacimiento de liquidar definitivamente la Fase antiautoritaria del movimiento. Sobre este punto además coincidían los tecnócratas pragmáticos, que buscaban una alianza con el ala izquierda del SPD y con el grupo “Spartakus” (organización estudiantil del DKP, sucesor post 1945 del mítico KPD) para imponer una nueva Política de reformas, mientras los dogmáticos buscaban reconstruir el auténtico “Marxismo-Leninismo” y el genuino movimiento obrero. El reclamo de liquidar la Fase antiautoritaria del movimiento hizo que HJK intentara reformular a Marx bajo la nueva luz del Capitalismo tardío, cortando el nudo gorgiano entre la constricción a transformarse en un vagón de cola del reformismo sistémico del SPD y, por el otro lado, el miedo a la integración en el sistema (rehusarse a cualquier compromiso como “falsa radicalidad”) que solo desemboca en un aislamiento, en una “ghettización”, en refugiarse en una mítica “pureza revolucionaria” de la conciencia de las masas, sin tener la capacidad de reconstruirla, reconfigurarla y radicalizarla. En las “Tesis sobre la relación general entre la Inteligencia científica y la Consciencia de Clase proletaria”,[16] HJK deconstruye la impostación ya clásica del problema si la Intelligentsia forma parte o no de la Clase proletaria, indicando que con la propia mutuación del Capitalismo en sus formas, se modifica la relación Capital-Trabajo y con ella el propio concepto histórico de Proletariado. Allí además criticaba en forma de tres Grundfragen, en forma de interrogaciones, el Marxismus dogmático que bloqueaba la resolución de problemas decisivos sobre no solo el plano teórico, sino sobre la Teoría de la Revolución y de la misma Estrategia, un “inconsciente Tradicionalismo que mide las situaciones revolucionarias con el implícito y exclusivo metro de la Miseria material, de la Opresión física y de la victoriosa Revolución de Octubre”. También sobre la misma Konstitution de la legendaria Consciencia de Clase, HJK se preguntaba: “¿Cómo se puede comprender el problema de la génesis histórica de la Consciencia de Clase en vez de presuponerla ya constituida y metafísicamente materializada en el Partido y reducida a una Consciencia psicológica empírica?”[17] Como señalaba su maestro Adorno, “el Ser social no produce in-mediatamente la Conciencia de Clase”. La tercera Grundfrage de HJK gira en torno a comprender y valorar desde la Teoría de la Revolución de Marx la decadencia pequeñoburguesa del propio SDS, la miseria del movimiento estudiantil y la crisis de la Consciencia antiautoritaria de la Intelligenz científica, además interpretar la ineficacia y descomposición de la Crítica de la Ideología (proyecto final de los frankfurtianos) como la negación a aprehender el nexo de coerción del Trabajo Abstracto (abstrakter Arbeit), sin ignorar la nueva cualidad histórica de la misma Ciencia como eminente Fuerza Productiva del Capital, Ideologiekritik que falla al asumir ciegamente la interpretación del rol de la Intelligenz en la lucha de clases dictada por el movimiento obrero oficial. Para HJK la respuesta correcta a estas tres Grundfragen marxistas, en pleno sentido heideggeriano,  tendrá una influencia decisiva sobre la elección de una correcta Estrategia para el proceso socialrevolucionario en el Occidente avanzado, sobre la construcción de una Teoría de la Revolución (Theorie der Revolution) y sobre una auténtica Rekonstruktion del Marx vulgarizado.

Notas

[1] Fundada en Hamburgo el 2 de septiembre de 1946, originalmente como rama estudiantil del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), lentamente fue alejándose de la ideología socialdemócrata hasta que en 1961 sus militantes fueron expulsados del SPD. A finales de los años 1960’s el movimiento estudiantil tuvo una gran actividad en las movilizaciones de protesta política y constituyó uno de los principales apoyos de la Äußerparlamentarische Opposition (ÄPO), en especial contra las políticas del gobierno conservador de Kurt Georg Kiesinger. El SDS buscaba forzar una reforma del sistema universitario alemán y una mayor democratización del mismo, aunque sus protestas se extendían a otros ámbitos como eran las manifestaciones contra la Guerra de Vietnam. Después de alcanzar en 1968 su momento de mayor apogeo, el 21 de marzo de 1970 el SDS fue disuelto en Fráncfort por una asamblea estudiantil, coincidiendo en el tiempo con la llegada a la cancillería federal del socialdemócrata Willy Brandt y las reformas que se emprendieron en el sistema universitario. Véase: Tilman Fichter/ Siegward Lönnendonker: Kleine Geschichte des SDS. Der Sozialistische Deutsche Studentenbund von Helmut Schmidt bis Rudi Dutschke, Klartext-Verlag, Essen, 2007.
[2] Helmut Reinicke: Für Krahl; Internationale Marxistische Diskussion Nr. 37; Berlin, 1973, p. 5.
[3] Krahl, Hans-Jürgen: “Angaben zu Person”, en: Konstitution und Klassenkampf. Schriften und Reden 1966-1970; Verlag Neue Kritik, Frankfurt, 1985, p. 20; véase en el capítulo V‚Die Studentenbewegung und die Gewaltfrage’ la voz Hans-Jürgen Krahl, en: Kailitz, Susanne; Von den Worten zu den Waffen?: Frankfurter Schule, Studentenbewegung, RAF und die Gewaltfrage, VS Verlag, Weisbaden, 2007, p. 118 y ss.
[4] El título completo era: „Die Naturgesetze der kapitalistischen Entwicklung in der Lehre von Marx. Zum geschichtsphilosophischen Gehalt des historischen Materialismus“.
[5] Krahl, Hans-Jürgen: “Angaben zu Person”, en: Konstitution und Klassenkampf. Schriften und Reden 1966-1970; Verlag Neue Kritik, Frankfurt, 1985, p. 23.
[6] Sombart, Werner: Der Moderne Kapitalismus, 2 Bände. Duncker und Humblot, Leipzig, 1902; Sombart terminaría adhiriendo al Nacionalsocialismo.
[7] Natalie Moszkowska; Zur Dynamik des Spätkapitalismus; Verlag Der Aufbruch, Zurich; 1943., el texto original es de 1935; hay edición en español: Contribución a la dinámica del capitalismo tardío; Pasado y Presente, México, 1981
[8] Mandel, Ernst; Der Spätkapitalismus. Versuch einer marxistischen Erklärung, Suhrkamp, Frankfurt a.M. 1972, fue su disertación para el Doctorado en Filosofía; en español: El Capitalismo tardío, México, Era, 1972.
[9] Adorno, Theodor (ed.); Spätkapitalismus oder Industriegesellschaft?; Verhandlungen des 16. Deutschen Soziologentages in Frankfurt am Main, Enke Verlag, Stuttgart, 1968, pp. 12-26; en español: Escritos sociológicos I, 2: Obra completa 8/2; Akal, Madrid, 2004, pp. 330-346
[10] Kofler, Leo: Marxistischer oder stalinistischer Marxismus? Eine Betrachtung über die Verfälschung der marxistischen Lehre durch die stalinistische Bürokratie; Verlag für Publizistik, Köln, 1951.
[11] Kofler, Leo: Technologische Rationalität im Spätkapitalismus, Makol Verlag, Frankfurt, 1971.
[12] Habermas, Jürgen: Legitimationsprobleme im Spätkapitalismus; Suhrkamp, Frankfurt; 1973; hay edición en español: Problemas de legitimación en el Capitalismo tardío; Amorrortu Editores, Buenos Aires,
[13] Krahl, Hans-Jürgen: “Zur Ideologiekritik des antiautoritären Bewusstseins“ (1969), en: Konstitution und Klassenkampf. Schriften und Reden 1966-1970; Neue Kritik, Frankfurt am Main, 1985, p. 278-284.
[14] Krahl, Hans-Jürgen: “Rede auf einem ‘Teach-in’ zur Wahl des Studiantenparlaments im Wintersemester 1969/70”, en: ibidem, p. 313.
[15] En la RFT dominaba el sindicato único que era por definición políticamente “neutro” y cuyos dirigentes se encuentran obligados a mantener la responsabilidad nacional de la “paz social” y la responsabilidad salarial; su competencia objetiva es despolitizar los conflictos y el sofocamiento de todo elemento espontáneo o fuera del control de la organización sindical; su función es elementalmente defensiva de las formas de explotación más severas. Sobre las huelgas salvajes alemanas de 1969, que no pueden ser comparables con el Autunno caldo de Italia, véase: Michael Schumann; Die Septemberstreiks-Ausnahme oder Auftakt?: ein empirischer Beitrag zur Analyse der Streikbewegung im September 1969; Soziologisches Forschungsinstitut, Europäisches Verlagsanstalt, Frankfurt, 1971; AA. VV.: Spontane Arbeitsniederlegungen im September 1969, Institut fuer angewandte Sozialwissenschaft, Bad Godesberg, 1970 y Swenson, Peter: Fair Shares: Unions, Pay, and Politics in Sweden and West Germany, Cornell University Press, Ithaca, 1989, le dedica parte de un capítulo a la ola huelguista de Septiembre de 1969, p. 72 y ss.
[16] Krahl, Hans-Jürgen: “Thesen zum allgemeinen Verhältnis von wissenschaftlicher Intelligenz und proletarischem Klassenbewusstsein“ (1969), en: Konstitution und Klassenkampf. Schriften und Reden 1966-1970; Neue Kritik, Frankfurt am Main, 1985, p. 330-347.
[17] Krahl, Hans-Jürgen, ibidem, p. 330.


II


Crítica marxiana y el problema de la Konstitution

Foto: Hans-Jürgen Krahl
El dilema al que se enfrentaba HJK, y el propio Neomarxismo o Marxismo “abierto”, era el uso dogmático y legitimador de una Teoría basada en Marx abstraída de toda mutación y dialéctica con la Historia material, una Ciencia de la legitimación alejada y opuesta a la auténtica Kritik marxiana. La funcionalización de Marx por parte de una rígida Moral organizativa era solo posible, en su coherencia interna, al precio de una regresión histórica y de una restauración ciega de modelos ya superados de organización de la lucha de clases. El Marxismo no puede presuponer una Praxis perennis para todo tiempo y lugar, asi como no es posible que la problemática de la Konstitution de la consciencia de clase pueda reprimirse a un problema de técnica organizativa sobre el modo en que debemos traducir una Teoría (conocida y re-conocida como Verdad) en la violencia material de la clase proletaria estructurada en organizaciones de defensa y lucha. Punto de vista: que en realidad es la exacta posición desde la cual debemos hacer la interpretación, la función, el instrumento; los obreros, en aquel punto del desarrollo capitalista tardío, eran una clase parcial. Cuanto más el Capital se transforma en general intellect, tanto más el obrero se hace potencial fuerza subversiva, por el solo hecho de ser interés particular, y no de casta, no de cuerpo. No de grupo, ni de status, sino de clase, es decir una organizada fuerza de conflicto que lucha y que comanda sobre el terreno que la producción neocapitalista ha abierto entre fábrica y sociedad. Con ello, y solamente con ellos, podemos finalmente dejar de alardear con los valores universales, porque desde el punto de vista de ellos estos son siempre ideológicamente burgueses. Es de su lado que puede saberse dónde y como se debe golpear. La “parcialidad”, el punto de vista de la parte (proletaria) sobre la Totalidad represiva y unidimensionalidad se tranforma, desde una convicción teórica y compromiso subjetivo, en una profesion de fe, un “nosotros creemos”, abstractamente declamatoria, un ritual de autoconfirmación desde el punto de vista de una clase revolucionaria trascendental en ausencia de una clase revolucionaria real. Como natural correspondencia, en el otro polo le corresponde la “academización” de la Kritik (paradigma de ello la Escuela de Frankfurt) y una recepción de Marx políticamente neutra. Esta forma de conciencia teórica tiene como presupuesto no explícito una Identidad constante de la Esencia del orden social burgués, más allá de su forma fenoménica (accidental, contingente, ocasional), con consecuencias fatales no solo en la propia autointerpretación de Marx, sino en la práctica. Marx (vulgarizado a esquemas de manual, a una mitología conceptual) simplemente se “aplica”, mal o bien, a una realidad fija e inmutable; y este método anacrónico se caracteriza por la renuncia a la determinación histórico-materialista de la propia Teoría, cuestión que ya había sido señalada en los 1930’s por Karl Korsch. La Kritik marxiana, y la Teoría crítica in toto, se reduce y deforma en sostener un patrimonio de sabiduría de determinados escritos de los Clásicos obreros, sin posibilidades de agregados o nuevas lecturas autónomas, escindido de la Historia material e inadecuado para las nuevas tareas políticas. HJK intenta salir de esta encrucijada del Paleomarxismus e intentar buscar una salida a este dilema de la relación Teoría y Praxis, a través de una “Reconstrucción críticofilosófica (philosophiekritische Rekonstruktion) de la Teoría revolucionaria”, del entero marco teórico socialista, tanto de la tradición kautskiana como la del Dia Mat stalinista. La diferencia, es decir la contraposición de Política e Historia, encuentra aquí su lejano lugar de origen. Dos planos, donde se opera un enfrentamiento en torno a los medios, más que de una divergencia entre los fines. El Hegelianismo se encontraba a gusto como en casa en la ideología de los obreros como “clase general”, teñida además de ética kantiana en el horizonte segundointernacionalista y de Dialéctica materialista en el tercerointernacionalista. Rekonstruktion en HJK no significa “reconstitución de un Marx puro” como reclaman periódicamente sectas y grupos dogmáticos, sino la aplicación de la Kritik marxiana a las propias figuras del Marxismo. La Kritik marxiana, aggiornada a las propias modificaciones de su objeto crítico, exige categorías adecuadas a las transformación morfológica del Capitalismo tardío en forma de “Determinaciones de Existencia”, Existenzbestimmungen.
   
En un texto-esbozo escrito para una nueva revista crítica de Economía Política,[1] HJK aclara su hipótesis, acuñando el concepto de “Marxismo Occidental” (westlichen Marxismus): “la transformación en la Subsunción real del Trabajo al Capital… ha impuesto una mutación en la Constitución categorial (kategorialen Verfassung) del modo de producción capitalista, una mutuación en la totalidad del Trabajo abstracto que ha eliminado de la Economía Política moderna la cuestión de la Verdad. Las Categorías de la Ciencia económica moderna son despolitizadas, ya no se refieren más a la Sociedad burguesa en su complejidad, a la División del Trabajo y al Intercambio, pero al mismo tiempo son politizadas en sentido instrumental en cuanto son traducibles en Prognosis de Técnica social y en imperativos hipotéticos de la intervención estatal, de la concentración y de la tecnologización requerida por la valorización del Capital”. La Kritik marxiana de la Economía Política (=Doctrina de las Leyes naturales del Desarrollo capitalista según HJK) se entendía a sí misma como Reflexión que construye la sociedad y la praxis bajo el aspecto de su transformación radical, de ahí su carácter revolucionario, pierde ahora el fundamento material de su Mundo histórico. El (nuevo) Mundo histórico de produccción capitalista se presenta ahora como una conexión “natural” de crisis, la Historia real del movimiento obrero revolucionario y el proceso de socialización del Tardocapitalismo han hecho problemática la misma categoría de Objetividad en la relación entre Crisis y Revolución. Llegado ha este punto ciego, HJK considera que la Kritik exige una explícita autorreflexión sobre el plano de la Teoría del Conocimiento para el esclarecimiento el contenido del nexo que existe entre “las Leyes naturales de la Sociedad (burguesa) y la Acción consciente del Proletariado”.[2] Lo que sucede es que en el Marxismo occidental (caso Lukács; caso Korsch; caso del Kulturpessimismus de Horkheimer&Adorno) el primado de la Consciencia de Clase y de la Emancipación que debería ser el adecuado al nivel del Trabajo productivo y a la estructura de las necesidades del proletariado avanzado no es capaz de recoger/capturar la novedad revolucionaria de la Historia concreta de la Acumulación del Capital actual, de tal forma la Reflexión crítica-cognitiva se escinde fatalmente de la Crítica real de la Economía Política, tal como sucede en “la generalización de una Filosofía trascendental (Lukács) o en la restricción de una Filología marxiana (Korsch)”. La hipótesis materialista de HJK es que se ha producido una pérdida histórica de “Teoría” por parte de la moderna Ciencia de la Economía, “una incapacidad de establecer al cuestión de la Verdad”. Si la Economía Política del Capitalismo tardío no puede ni siquiera plantearse la Warheitsfrage, significa que la Lógica de la Esencia que la Reflexión de la Kritik de Marx tenía como una de sus condiciones esenciales, que permitía según Marx una crítica materialista al Sistema capitalista desde y a partir de sus propias categorías, como le señalaba a Lassalle en pleno trabajo sobre los GrundrisseCritica de las categorías económicas (Kritik der ökonomischen Kategorie) o, if you like, el Sistema de la Economía burguesa expuesto de manera crítica (kritisch dargestellt). Es a la vez Exposición (Darstellung) del Sistema y, a través de esa Exposición, la Crítica del mismo”,[3] ya no es posible. Las categorías económicas mismas revelan el estar así constituidas por la forma de las relaciones sociales producidas en la División del Trabajo, del Trabajo Abstracto, y por ello permiten, de tal modo, a la Kritik entenderlas como verdaderas Existenzbestimmungen de la sociedad burguesa, son sus Daseinsform (Formas de Existencia). La Teoría economica tardoburguesa, que refleja la actual Subsunción real del Trabajo al Capital, ya no puede hacer acceder a la Reflexión marxiana en la Realidad contradictoria de la Lógica de la Esencia y del Fenómeno de la cosa misma, a la Totalidad económica de la Producción. La progresión de la racionalización analítica de la Teoría se encuentra necesariamente conectada con su instrumentalización inmediata, y en esta aplicación de la Teoría, según HJK, la cuestión de la finalidad social queda excluida del ámbito del conocimiento racional y derivado como residuo a una Decisión moral. Los límites cognoscitivos de la Burguesía, reflejos fijos e inadecuados de lo real, ya limitados en la Economía vulgar en la época de Marx, se restringen aún más, por lo que ella ya no se encuentra en grado de poder acceder a la Sociedad bourgeois como Totalidad (Totalität), ni siquiera en una forma ideológica distorsionada o en el que pueda realizarse la Inversión (Umkehrung) marxiana que se despliega en Das Kapital. De tal manera, se elimina la cuestión de la Verdad que ya no puede hallarse  en al referencia por parte del investigador descriptivo a un pre-existente Mundo histórico factual. Sabemos que la Teoría revolucionaria, la Kritik, ha materializado la concordancia clásica entre el Pensamiento  y su Objeto transformándola en el problema de mediación entre Teoría y Praxis (en el sentido de las Thesis über Feuerbach) y que con tal postura metodológica ha recogido en el mismo concepto de Verdad la Contradicción con la Realidad, ya que el Methode no es más que la construcción de la Totalidad expuesta en su Esencialidad, como señalaba Hegel.

La Teoría marxiana contiene una Doctrina histórica de la Realidad social del Universal abstracto que, como momento continuo, relaciona íntimamente el Darstellungswiese, la Exposición genética (tal como se presenta en Das Kapital) con la Kritik completamente elaborada de la Economía Política. Tal historische Lehre es constitutiva para la propia pertinencia del concepto materialista de Historia, según HJK. La Sociedad Burguesa es la más compleja y desarrollada organización histórica de la producción para Marx, y es por ello que las Categorías (Kategorien) que expresan sus condiciones y la comprensión de su organización, no solo permiten al mismo tiempo comprender la organización y las Relaciones de Producción de todas las formas de sociedad pasadas, sino que son además “Formas de Ser” (Daseinsform), “Determinaciones de Existencia” (Existenzbestimmungen) del modo productivo actual. Como en general en toda Ciencia social u histórica, dirá Marx en la Einleitung de 1857, al observar el desarrollo de las Categorías económicas (ökonomische Kategorien) “hay que tener siempre en cuenta que el Sujeto (la moderna Sociedad burguesa) es algo dado tanto en la Realidad como en la Mente, y que las Categorías [de la Economía Política] expresan por lo tanto Formas de Ser, Determinaciones de Existencia, a menudo simples aspectos de esta sociedad determinada.”[4] Estas Kategorien se encuentran exactamente invertidas (umgekehrte) en relación con lo que podría ser bien su Orden natural o del que le correpondería a su Orden sucesorio en el curso del desarrollo histórico. Su Orden de sucesión (Reihenfolge) dentro del Capitalismo se encuentra determinado por las relaciones que existen entre ella en la moderna sociedad burguesa, por su Articulación interior (Gliederung innerhalb). Las Kategorien fundamentales son las que constituyen la Articulación interna de la Sociedad Burguesa en sí misma y sobre ellas reposan las clases fundamentales que son Capital, Trabajo Asalariado y la Tierra: la Umkehrung de estas Categorías es el trabajo esencial de la Kritik materialista. Ya en la obra de 1847 Misère de la Philosphie, la polémica contra el Proudhonnisme en la izquierda europea, Marx sostiene que en la Economía Política se expresan Relaciones “de la producción burguesa” como Kategorien, categorías, fijas, inmutables, eternas. Estas Categorías son la expresión teórica (theoritische Ausdruck) del movimiento histórico de las Relaciones de Producción, es decir: no se trata de meras ideas arbitrarias y pensamientos espontáneos, fantasmagóricamente independientes de las relaciones reales, sino que la Materia, la argamasa de las Kategorien es “la Vida activa y dinámica de los Hombres”[5] Las Kategorien económicas no son más que “expresiones teóricas (die theoretischen Ausdrücke), abstracciones de las Relaciones de Producción sociales”, ya que los hombres al establecer las Relaciones sociales con arreglo al desarrollo de su producción material “crean también los Principios, las Ideas y las Categorías conforme a sus relaciones sociales”, por lo que las Kategorien, como auténticas Daseinsform, “son productos históricos y transitorios”. Las Kategorien entonces expresan la relaciones burguesas incluyendo el Antagonismo (Widerspruch) que constituye la Wesen, la Esencia (como verdad del Ser) de dichas categorías en apariencia universales y ahistóricas. Ya en Das Kapital Marx definirá a las Kategorien burguesas como Formas (alienadas) de la vida humana (Formen des menschlichen Lebens) que deben ser sometidas a la Reflexión (Nachdenken), o sea: al Análisis científico, para llegar a su Verdad, camino y progreso que es inverso, entgegengesetzten Weg, al que ha seguido el desarrollo real. Las Kategorien poseen la fijeza propia como si fueran “Formas naturales” de la vida social (Naturformen des gesellschaftlichen Lebens), antes de que los Hombres procuren dilucidar “no el Carácter histórico de esas Formas –que ya cuenta para ellos como algo inmutable– sino su Contenido”.[6] Esas “Forma insensata” (verrückten Form), como le llama Marx, son la base del Fetichismo de la Mercancía, del Misticismo del Mundo mercantil y el encubrimiento y velo sobre el Carácter social del trabajo bajo el Capital. Las Kategorien de la Economía Burguesa son finalmente Formas del Pensar, Gedankeformen, “socialmente válidas, y, por lo tanto, objetivas, para las Relaciones de Producción que caracterizan ese Modo de Producción social históricamente determinado: la Producción de Mercancías”. En las Kategorien en tanto Formas de Existencia (Daseinsform), dirá Marx, se encuentran “envueltas” (eingehüllt) y embozadas determinadas condiciones históricas, que implican una División del Trabajo tan desarrollada dentro de la sociedad como para que se consume la Separación (Scheidung) entre Valor de Uso y Valor de Cambio. Es interesante que Marx, según HJK a través de una Rezeption, una recepción bien diferenciada de la Logik hegeliana, aportará a su visión anterior de la Dialéctica una corrección inmanente (immanente Korrektur): la Abstracción conceptual (begriffliche Abstraktion) ya no es más acusada nominalísticamente de ausencia de contenido, sino entendida como un medio para aproximarse al complejo Mundo objetual burgués y para concretizar “en el Pensamiento intuiciones que en la inmediatez son abstractas”.[7] La Kritik marxiana no es otra cosa que este trabajo de konretisieren, en palabras de Marx el único Método científico correcto, die wissenschaftlich richtige Methode, en el cual las “Determinaciones abstractas (abstrakter Bestimmung) conducen a la reproducción de lo Concreto por el camino del Pensamiento”.[8] Lo concreto es lo concreto porque es el “Recapitulación de múltiples determinaciones”, por lo tanto, dirá Marx, “Unidad de lo diverso” (Einheit des Mannigfaltigen), aparece en el Pensamiento como “Proceso de Recapitulación”, como Resultado, no como punto de partida, aunque consista en ser el auténtico punto de partida, y, como tal, el punto de partida además tanto para la Intuición (Anschauung) como para la Representación (Vorstellung). En una fórmula feliz Marx sintetizará su Método como “la manera de apropiarse (anzueignen) lo Concreto, de reproducirlo (zu reproduzieren) como un Concreto espiritual”. No es casualidad que el Max tardío califique en 1880 a su Método, toda Filosofía y toda Metafísica se resume en el Methode que no es más que “el esqueleto del Todo y erigido en lo que tiene de esencial” (Hegel), de Analítico, analytische Methode, “que no arranca del Hombre, sino de un período social económicamente dado”.[9] En cuanto al problema del Método, Marx reconoce, un año después de publicar Das Kapital, basarse en el de Hegel pero eliminado su Forma idealista-objetiva, ya que “la Dialéctica de Hegel es la Forma fundamental de toda Dialéctica (Grundform aller Dialektik), pero solo después de despojarse de su Forma mística (nach Abstreifung ihrer mystischen Form), y eso es precisamente lo que distingue mi Método.”[10] Recordemos que en su Wissenschaft der Logik Hegel definía así la Dialéctica como momento del propio Juicio del conocer racional: “ese momento tanto Sintético como Analítico del Juicio, por cuyo medio lo Universal inicial se determina a partir de sí mismo como lo Otro con respecto a sí, debemos llamarlo como dialéctico (dialektische)”.[11] Para Hegel, como para el propio Marx, el Methode absoluto del Conocer es “analítico”, ya que encuentra la ulterior Determinación de su Universal inicial (por ejemplo: la categoría económica de Mercancía) solamente en éste mismo, consituyendo la absoluta Objetividad de la Kritik, determinado inmediatamente como Universal simple, como Categoría simple (en términos marxianos como una einfachen Kategorien), de la que el mismo Método es la certeza. El Methode es por eso lo Universal de la Forma del Contenido, ya que tanto para Marx como para Hegel todo Contenido tiene su Verdad en la Forma, la Form “es la Base absoluta ya la suprema Verdad” (Hegel). El Método (dialéctico), inmanentemente crítico con respecto a las Kategorien y a los Universales abstractos, no solo constituye una multitud de ciertas determinaciones, sino el Concepto en tanto Ser-determinado-en-y-para-sí (An-und-für-sich-Bestimmtsein des Begriffs),[12] por lo tanto lo que constituye el Methode dialéctico (tanto en Hegel como en Marx) son las Determinaciones del Concepto mismo y sus relaciones, que ahora tienen que ser consideradas en su significación de determinación del propio Método. Por ello tanto en Hegel como en Marx es tan decisivo el Comienzo (Anfange) del progreso de la Kritik en el Modo de Exposición, en el Darstellungswiese en Das Kapital, ya que cuando el Comienzo no se ha efectuado de manera arbitraria, ni se ha hecho con una “falta de Consciencia categórica” (Hegel)[13] es siempre de naturaleza muy simple. Puesto que el Anfang es un Inicio (Categoría simple al nivel de la Certeza sensible, como la Mercancía), su contenido material es siempre un Inmediato (Unmittelbares), algo sin mediación, pero un In-mediato tal que tiene el Sentido y la Forma de la Universalidad abstracta (abstrakter Allgemeinheit). Ya sea constituido por un contenido del Ser, de la Esencia o del Concepto, el Comienzo por lo tanto es siempre algo “asumido”, “hallado”, “encontrado”, asertórico (por cuanto es un in-mediato). Pero como en el caso de la Mercancía, no es un inmediato de la Intuición sensible o de la Representación, sino del Pensar (Denken), que a causa de su inmediación, puede llamarse también para Hegel una Intuición suprasensible, incluso puede hablarse de que se trata de una Intuición “interior” (übersinnliches, innerliches Anschauen). Como el conocer es tanto para Hegel como para Marx un “pensar conceptual”, este begreifendes Denken su comienzo debe hacerse desde un Simple pero que debe ser un Universal, una Categoría, cuya determinación debe ser a la vez esencial (como la Mercancía) pero solo como Determinación abstracta del Pensar y del Concepto, como abstrakter Bestimmung, incluso en oposición con el Ser de las cosas. Esta primera Universalidad es una Universalidad inmediata (abstracta), una referencia abstracta al Ser, a sí misma, ya que todo demostrar o deducir concierne siempre a una Mediación (Vermittlung) que ya presupone la elevación de la Representación (Conciencia empírica) y que razona críticamente hasta el punto de vista del pensar. A la misma Conciencia, incluso para aquella sofisticada como la filosófica, bajo el imperio del Trabajo Abstracto, de la Abstracciones universales (allgemeinsten Abstraktionen) el Movimiento de las Kategorien se le aparece como el verdadero acto de Producción cuyo resultado es el Mundo. La Conciencia (falsa e ingenua) cree que el Pensamiento conceptual (begreifende Denken) es el Hombre real y el Mundo pensado en estas Kategorien es como tal la única Realidad. Para Marx esto es solo pertinente en la medida en que la Totalidad concreta (konkrete Totalität) como Totalidad del Pensamiento (Gedankentotalität), como un Gedankenkonkretum, un Concreto del Pensamiento, es en los hechos un producto del Pensamiento, de la misma conceptualización, es decir: producto del trabajo de elaboración que transforma intuiciones y representaciones en conceptos. El Sujeto real (reale Subjekt) mantiene, antes como después del Begreifens, su Autonomía fuera de la Mente, al menos durante el tiempo en que el cerebro se comporte de manera exclusiva en modo especulativo, teórico. Como consecuencia para Marx también en el Methode teórico (analítico o sintético) es necesario que el Sujeto real (=la Sociedad burguesa con su modo de producir y relacionarse) esté siempre presente en la Representación (Vorstellung) como su premisa.

Excursus
Abstracto/ Concreto (Abstraktionstheorie: abstrakt/ konkret)
Los dos términos poseen una Historia conceptual larga y tortuosa hasta ser un concepto popular en el s. XVIII. De la tradición aristotélica tardía llega en Boecio como abstractio como propuesta de traducción del término técnico griego τ ξ φαιρέσεως (ta eks aphairéseos) o directamente de φαίρεσις (aphairesis) que aparece en la obra de Aristóteles (De caelo III, 1, 299 a 15; De anima I, 1, 403 b 14; III, 4, 429 b 18; III, 7, 431 b 12; III, 8, 432 a 4; Met. VII, 4 1029 b 29-33; XI, 3, 1061 a 28; XIII, 2, 1077 a 36-b 14), en su obra significa literalmente “Sustracción” (eliminación de una parte seleccionada por el intelecto, de manera activa o pasiva). La tradición escolástica aceptó la concepción de Boecio e incluso su graduación en tres grados en la abstractio: 1) abstracción física (prescinde de toda nota individualizante pero no de la Materia sensible); 2) abstracción matemática (que prescinde de los atributos materiales-sensibles, pero no de las propiedades inteligibles de la propia Materia relacionadas con la Extensión); 3) abstracción metafísica (que prescinde de toda propiedad relacionada con la extensión,para considerar al Ente en cuanto Ente). El intelecto posible o pasivo, en la Escolástica, recibe al “fantasma” que se transmite a los sentidos; luego el intelecto agente o activo libera al “fantasma”  de todas las referencias espacio-temporales y abstrae la Especie inteligible, la cual uniéndose como Forma al intelecto posible, da lugar al acto cognoscitivo verdadero y auténtico. La abstractio ya es entendida como un proceso de producción de lo Inteligible o de un Universal. Sin embargo en la Edad Media abstractio se emparentó con un verbo griego utilizado por los neoplatónicos, χωρίζειν (separar, escindir), que distanciaba cosas sensuales y cosas materiales en esferas autónomas y estancas. Ya en el Platón histórico existía esa tendencia: en Politeia (VII, 28b; 534b) el término aphairen surge en la explicación sobre la separación total de la Idea de Bien de todo lo demás; en Fedro (67c) su usa para ilustrar la total escisión sin posibilidad de cancelación entre el Alma y el Cuerpo. El Nominalismo medieval bajo influencia neoplátonica relaciona el abstractio con lo ideal separado de la Materia (separata), mientras que lo Concreto se refiere a individualidades existenciales. Hegel, gran filósofo de la Tradición, vuelve a referise a la abstractio en el sentido aristotélico: lo Abstracto es algo simple; lo Concreto es algo complejo y múltiple; el Conocimiento verdadero parte de una Determinación simple-abstracta (abstrakt-einfachen Bestimmung) para progresar dialécticamente hacia lo concreto, que es siempre Totalidad de las múltiples determinaciones que se van sumando (konkreten Totalität). En Kant lo Abstracto aparece como concepto general, dentro del proceso del Pensamiento, como uno de “los Aktus lógicos: Comparación-Reflexión-Abstracción”, y definirá la abstractio como “una Condición negativa que puede generar las ideas generales” (Logik, 1801); pero Kant vuelve a ahondar una diferencia en el uso de los términos “Abstracto/ Concreto” al hablar de utilizar en el nivel de conceptos autónomos en dos modos: que serían in abstracto e in concreto, cuya diferencia no se encuentra en los propios conceptos sino en la distancia (Entfernung) o proximidad con las más altas categorías (p. ej.: Género o Individuo), de esa manera in abstracto acepta “poco de muchas cosas” y en el caso del in concreto “reconocemos en algunas cosas mucho”. El Abstrakt “malo” en Kant se presneta bajo la forma de hypostasis, “meras ilusiones”, bloße Blendwerk, y entiende que solo existen en el Pensamiento, pero con la misma Calidad (Qualität) que un Objeto real independiente fuera del sujeto que piensa; Kant derivará de este antiguo término técnico-filosófico griego el verbo “hipostasiar” (hypostasieren): imponer un Pensamiento al que se le atribuye reralidad efectiva (KrVer, A 386, A 392, A 395, A 402). En Hegel se produce una inversión del sentido ordinario y “natural” del par Abstracto/ Concreto, el Concepto es lo “simplemente Concreto”, es más: el Pensamiento “libre y verdadero” es (debe serlo) en sí mismo concreto (Enzyk, #14), lo verdadero sólo lo es si puede desarrollarse dentro de sí como concreto en una unidad que llama Totalidad; a su vez cuando “la Verdad es abstracta, es que no es verdad” (VorGesPhil, #2b). En su acepción hegeliana, Abstrakt significa, como en la tradición de Wolff, atenerse a un solo predicado. En Hegel Abstrakt no es la aplicación kantiana de las Formas trascendentales al material del conocimiento sino “la superación y reducción del Material sensible como mero fenómeno a lo Esencial, que sólo se manifiesta en el Concepto” (HGW, 12.21; WissLog, 520); lo abstracto es “algo” que está en el Pensamiento pero en tanto que abstracto enfrentado a lo Dialéctico y a lo Especulativo; Abstrakt entonces un “vacío y singularidad absoluta” de una Conciencia que es Razón pero puramente formal, “negativa” (HGW 6, 281, 294): la dinámica del Abstrakt es “eliminar todo Ser inmediato para solo ser el Ser puro negativo de la Conciencia” (PhG, 115). Como “Identidad abstracta” solo puede ser un primer momento ideal de la existencia del Espíritu, por ejemplo cuando analiza el Trabajo en el capitalismo como algo que lo hace “más mecánico, más embotado, sin Espíritu… un quehacer vacío” (HGW, 198), Abstrakt en Hegel es empobrecimietno, falsa Identidad, Identidad formal del Entendimiento, que hace caso omiso a la Distinción, y además, prescinde “de una parte de la multiplicidad  presente en lo Concreto” (Enzyk, #115); lo Abstrakt en cuanto Identidad deficiente, es un momento de la Lógica de la Esencia. Feuerbach, siguiendo críticamente a Hegel, le dará a la abstractio un sentido todavía más negativo y pobre, que aparece como algo independiente enfrentado y opuesto a lo sensual (Materia) al decir que “Abstraer es poner la Esencia de la Naturaleza fuera de la Naturaleza, la Esencia del Hombre fuera del Hombre, la Esencia del Pensamiento, fuera del acto de pensar. La Filosofía de Hegel, al fundar sus Sistema enteramente sobre esos actos de Abstracción (Abstraktionsakten), ha alienado al Hombre de sí mismo.” (Vorl. Thesen z. Reform d. Phil., 1842). En este punto tomará la posta un joven Marx. Los marxistas han tratado el problema en su mayoría bajo el punto de vista metodológico o de problema gnoseológico. En muchos casos, se deberá demostrar que la Kritik, el Método de Das Kapital se estableció en realidad en la Einleitung, la “Introducción de 1857“ en la Dialéctica de ascender o progresar de lo Abstracto a lo Concreto. El joven Marx en su crítica a la Filosofía del Derecho de Hegel (1843), retoma los elementos positivos hegelianos pero ya desde el punto de vista crítico de Feuerbach; allí define Abstrakt como una proceso de mistificación en el cual se convierte en Producto (Produkt), en Predicado de cualquier Idea, lo que en la Totalidad concreta es el Sujeto; Abstrakt es un Objeto que no ha partido del Objeto mismo sino del puro Pensamiento, de “un Pensamiento definido en sí mismo dentro de la esfera abstracta de la Lógica” (KHegS; 209, 213, 215), el proceso que inicia y determina un Abstrakt (“hipóstasis”, termino acuñado de manera moderna por Kant; KrVer, A 386, A 392, A 395, A 402), asigna a cualquier Objeto una relación única y necesaria con una Idea abstracta (abstrakten Idee) y termina clasificando al Objeto como un mero eslabón en el proceso de la vida de la Idea; Marx denomina a la abstractio como una “abstracción sustantivizada” (verselbständigte Abstraktionen), y ya en este texto el Abstrakt es una Realidad efectiva, abstracta pero real, un Existente (Bestehn) definido en términos abstractos, un Objeto cuya determinación es totalmente general (allgemeine Bestimmung), una Realidad abstracta cuya Sustancialidad (Substantialität) representa una Necesidad: el Abstrakt entonces puede entenderse como una Substantialität que “aparece escindida en realidades o actividades independientes, pero esencialmente determinadas”. El joven Marx llamará a este proceso “Hipostatización”, y consiste en separar un predicado de su sujeto, hipostasiarlo para hacer de él una categoría abstracta (a través de una separación/objetivación, una Vergenständlichung/Objektivation) que luego se encarna en una Existencia empírica cualquiera.

Notas

[1] Krahl, Hans-Jürgen: „Programmentwurf für die Zeitschrift ‚Hefte für Politischen Ókonomie’“ (1969); en: ibidem, p.348 y ss.
[2] Krahl, Hans-Jürgen: ibidem, p. 349.
[3] Marx, Karl, carta a Ferdinand Lassalle, 22 de febrero, 1858, en: Karl Marx/ Friedrich Engels: Werke. MEW Band 29, Dietz Verlag, Berlin (DDR), 1983, p. 550; en español: Marx, Karl; Contribución a la crítica de la economía política, Siglo XXI, México, 1980, p. 316.
[4] Marx, Karl: “Einleitung von 1857”, en: Karl Marx/Friedrich Engels; Werke; Band 13; Dietz Verlag, Berlin/DDR; 1971, pp. 615-641; en español: Elementos fundamentales para la Crítica de la Economía Política. Grundrisse 1857-68. I; Siglo XXI, México, 1986, p. 21.
[5] Marx, Karl: Das Elende der Philosohie. Antwort auf Proudhons "Philosophie des Elends", en: Karl Marx/Friedrich Engels; Werke; Band 4; Dietz Verlag, Berlin/DDR; 1972, pp. 126-127; en español: Miseria de la Filosofía. Respuesta a la „Miseria de la filosofía“ del señor Proudhon; Siglo XXI, Buenos Aires, 1974, pp. 84-85
[6] Marx, Karl; Das Kapital I; Ullstein, Frankfurt am Main, 1983; pp. 54-55; en español: El Capital; Tomo I/ Vol. I; Siglo XXI, México, 1983, pp. 92-93.
[7] Krahl, Hans-Jürgen: “Zur Wesenslogik der marxschen Wareanalyse“ (1966/1967), en: Konstitution und Klassenkampf. Schriften und Reden 1966-1970; Neue Kritik, Frankfurt am Main, 1985, p. 31.
[8] Marx, Karl: “Einleitung von 1857”, en: Karl Marx/Friedrich Engels; Werke; Band 13; Dietz Verlag, Berlin/DDR; 1971, pp. 615-641; en español: Elementos fundamentales para la Crítica de la Economía Política. Grundrisse 1857-68. I; Siglo XXI, México, 1986, p. 21. Marx sintomáticamente utiliza el término técnico hegeliano para expresar las famosas “categorías” de la Filosofía Crítica kantiana.
[9] Marx, Karl: „Randglossen zu Adolph Wagners ‚Lehrbuch der politischen Ökonomie’“; en: Karl Marx/Friedrich Engels; Werke; Band 19,  (Karl) Dietz Verlag, Berlin/DDR, 1971, p. 371; en español: Notas marginales al „Tratado de Economía Política” de Adolph Wagner; Cuadernos de Pasado y Presente, México, 1982, p. 51.
[10] Carta a Kugelmann del 6 de marzo de 1868; en: en: Karl Marx/Friedrich Engels; Werke; Band 32, (Karl) Dietz Verlag, Berlin/DDR, 1971, p. 540; en español: Carlos Marx/ Federico Engels: Correspondencia, Editorial Cártago, Buenos Aires, 1973, p. 197.
[11] Georg Wilhelm Friedrich Hegel: Wissenschaft der Logik; en: Werke. Band 6, Suhrkamp, Frankfurt a. M. 1979, p. 556 (traducción propia); en español: Ciencia de la Lógica. Segunda parte, Ediciones Solar, Buenos Aires, 1968, p. 567.
[12] Georg Wilhelm Friedrich Hegel, ibidem; p. 552; en español: 563.
[13] Hallazgo hegeliano el de la kategorischen Bewußtlosigkeit que llegará a la Critica de la Ideología marxiana.
http://nangaramarx.blogspot.com/