Hans-Jürgen Krahl ✆ Foto: Euro Synergies |
Nicolás González Varela | “Estoy totalmente seguro que
habría sido un hombre notable” escribía al enterarse de su muerte el Alma Mater de la Escuela de Frankfurt,
Max Horkheimer. En la noche del 14 de febrero de 1970 un automóvil derrapa
sobre la fina capa de hielo que recubre la Ruta federal 252 en la localidad de
Wrexen, al norte de Hesse. El vehículo, que estaba girando en una curva, queda
sin control y choca frontalmente con un camión que se dirigía en sentido
inverso. El estudiante Hans-Jürgen Krahl de 27 años, que ocupaba el lugar del
acompañante, muere en el acto; el conductor Franz-Josef Bevermeier de 25 años,
fallece poco después ya en el hospital; los otros pasajeros, Claudia y Jakob
Moneta, se encuentran gravemente heridos. En las columnas del diario Frankfurter Rundschau, el periodista
Wolfgang Schütte compara a Krahl con… Robespierre, sus enormes facultades como
agitador, “la terrible consecuencia de sus visiones teóricas” así como su papel
destacado y dominante junto a Rudi Dutschke en la nueva izquierda alemana.
Después de su entierro en el cementerio de Rickling, una centena de militantes de la combativa SDS (Sozialistische Deutsche Studentenbund),[1] provenientes de toda Alemania Federal y de Berlín-Oeste, se reúnen en la Techniche Universität de Hannover y deciden, de manera informal y asamblearia, disolver la asociación estudiantil. Un mes más tarde la disolución será anunciada oficialmente en Frankfurt. El balance era obvio: el audaz itinerario teórico-político que había iniciado Krahl, con su figura única de Teórico-Agitador (agitativsten Theoretiker como lo define Reinicke en su homenaje póstumo)[2] no tendría continuidad entre sus propios camaradas, que jamás volverían a seguir sus huellas, ni sobre el plano intelectual, ni sobre la arena política revolucionaria. Krahl fue un póstumo: no tuvo la oportunidad de publicar nada, en su Nachlass, ordenado por amigos y camaradas del SDS, quedan esbozos y intentos de una nueva configuración de la Teoría Crítica.
Después de su entierro en el cementerio de Rickling, una centena de militantes de la combativa SDS (Sozialistische Deutsche Studentenbund),[1] provenientes de toda Alemania Federal y de Berlín-Oeste, se reúnen en la Techniche Universität de Hannover y deciden, de manera informal y asamblearia, disolver la asociación estudiantil. Un mes más tarde la disolución será anunciada oficialmente en Frankfurt. El balance era obvio: el audaz itinerario teórico-político que había iniciado Krahl, con su figura única de Teórico-Agitador (agitativsten Theoretiker como lo define Reinicke en su homenaje póstumo)[2] no tendría continuidad entre sus propios camaradas, que jamás volverían a seguir sus huellas, ni sobre el plano intelectual, ni sobre la arena política revolucionaria. Krahl fue un póstumo: no tuvo la oportunidad de publicar nada, en su Nachlass, ordenado por amigos y camaradas del SDS, quedan esbozos y intentos de una nueva configuración de la Teoría Crítica.
Hans-Jürgen Krahl,
nacido en 1943 en Sarstedt cerca de Hannover, en un miserable Land subdesarrollado como lo era la Baja
Sajonia según sus propias palabras; un vez terminado su Abitur se traslada en 1964 a Göttingen para estudiar
simultáneamente Filosofía, Historia, Filología y Matemáticas. Dos años más
tarde, conociendo la historia de la Escuela de Frankfurt y la del creciente
movimiento de izquierda estudiantil francfurtiano, se traslada a la ciudad,
decisión que él mismo califica de “eminentemente política”. Su conversión al
pensamiento crítico es tortuosa pero fulminante: de joven abraza la ideología
mística y neconservadora de la Ludendorffbund,
cuya ideología filomilitarista (Ludendorff, compañero de ruta de Hitler, era un
santo militar germánico para la nueva derecha alemana) se basaba en la mística
de Meister Eckhart y de Roswitha de Gandersheim; a continuación milita en un
ultraminoritario Partido Alemán de los Guelfos, finalmente en una Burschenschaft (corporación estudiantil)
tradicional y de derecha que todavía practica la Mensur, combate de esgrima con reglas estrictas entre miembros de
una Schlagende Verbindung con armas
de filo (en una similar fue herido en la frente un estudiante llamado Karl
Marx). Dentro de las actividades de esta Burschenschaft,
HJK tiene la oportunidad de escuchar a un antiguo miembro de la asociación y
mientras tomaba cerveza y comía una pata de cordero, le explicaba que la clase
obrera alemana estaba destinada a permanecer siempre subyugada y estúpida y que
“nosotros” estábamos llamados a formar la nueva elite del poder. Algo se rebeló
en su interior, estaba en crisis pero sin ver una rápida resolución. Finalmente
HJK no se afiliará a ningún partido de izquierda o al SPD sino… a la juventud
de los partidos socialdemócratas cristianos, la Junge Union, que adhiere a la CDU. HJK describirá esta etapa de su
existencia, dos años, como la de una enorme clarificación ideológica de un
típico burgués de provincias: “fue el primer paso para liberarme de la
ideología de ‘Sangre y Tierra’”[3] La Ideología Alemana de
1960’s estaba esencialmente compuesta para Krahl de la autodeterminación
teorética (theoretischen Selbsbestimmung) mística propuesta por Martin
Heidegger, “una Filosofía que puede aventurarse con el Imperialismo”. Ante la
perspectiva crítica de HJK no hay duda del contenido de la Analítica
existencial: Heidegger ha devenido en un entscheidenden
Ideologen, “en uno de los ideólogos decisivos de la clase dominante”. Su
decisión de instalarse en Frankfurt tenía además un componente filosófico de
trasfondo: el deseo de escuchar las clases de Theodor Wesemgrund Adorno, que
finalmente será el promotor de su tesis de doctorado titulada
significativamente “Las Leyes naturales del desarrollo capitalista en la obra
de Marx”.[4] En 1964 ingresa en la SDS (Sozialistische Deutsche
Studentenbund), donde debido a sus consolidados conocimientos en Kant y Hegel
asi como su energía como portavoz y eficacia discursiva se transforma en uno de
los portaparole más conocidos de la
izquierda combativa junto al famoso Rudi Dutschke. La idea que se establece
cada vez con más fuerza es que la famosa Kritische
Theorie frankfurtiana no puede concebirse como un proyecto puramente
académico unilateral sino que debe descender a la práctica y ganarse una
utilidad política emancipadora. El núcleo fundamental (Lehrmeinung) de la
doctrina marxiana es que “la Explotación es una forma de dominio que se apoya
sobre un alto grado de encubrimiento y mistificación (Verschleierung) que
encubre el Intercambio y las Instituciones de la Opresión (Institutionen der
Ünterdruckung)”,[5]
los tribunales de la Burguesía y el Poder coercitivo del Derecho y del Estado.
La retraducción en las coordenadas de la lucha práctica era clara: se debe
desarrollar una Teoría, a partir de un Marx recuperado, que haga comprender al
Proletariado, “a su Mundo lingüístico y consciencial” (Sprach- un
Bewusstseinwelt), el Dominio tardocapitalista que se encuentra velado de
infinitas manipulaciones e integraciones. La auténtica “Teoría Crítica” debe
desenmascarar y descubrir este Dominio material a través de la intervención de
los nuevos intelectuales orgánicos del movimiento, que HJK define como
“intelectuales políticos” (politische Intellektuelle), guiados por una
consciencia antiautoritaria. Las nuevas tareas se interconectan dialécticamente
con un diagnóstico epocal de HJK sobre el Capitalismo como civilización:
vivimos (en los 1960’s) la muerte del Individuo burgués, la pérdida definitiva
de la Ideología de una esfera pública liberal y de una comunicación libre de
todo dominio, el derrumbe y descomposición de todo contenido emancipador de la
Burguesía.
Krahl se
transforma en un “teórico de la Praxis emancipadora” (como lo define Detlev
Claussen), con tesis vigorosas, fundamentadas filosóficamente pero que a veces
llega a rozar el ridículo: HJK debuta como tribuno en 1967, después de un
“Teach-In” espontáneo para protestar contra la muerte del estudiante Benno
Ohnesorg, asesinado por la policía, al parecer leyó un discurso “hegelizante”,
casi incomprensible, repleto de conceptos sociológicos complicados, de tal
calibre que muchos estudiantes abandonaron el auditorio antes que terminara su
lectura. En la fase más dinámica y antiautoritaria del movimiento estudiantil
entre 1967 y 1969, y a despecho de su debut, HJK será una de las mayores
autoridades teóricas en el SDS, que no dependía de “efectos de masa” ni
resortes retóricos para enunciar sus profundas tesis y argumentos agresivos a
un auditorio encandilado. La Nueva Izquierda debía transformarse, según Krahl,
en un movimiento de emancipación social, que debería distinguirse con claridad
tanto del reformismo socialdemócrata y el Marx “segundointernacionalista”,
como, por otra parte, del Socialismo estatista y autoritario del DiaMat stalinista y sus prolongaciones
naturales: el Materialismo Dialéctico y el partido centralizado de cuadros
profesionales. Entender la Kritik de
Marx al Capitalismo no como una teoría escolar más en la Historia de las Ideas,
ni siquiera como una justificación del Pesimismo desde el confort del “Gran
Hotel Abismo”, cuyo paradigma será el ”eternamente schopenhaueriano”
Horkheimer, sino como una obra abierta viva para guiarse en las condiciones de
emancipación de la clase obrera, hizo inevitable que HJK chocara con la misma
institución académica y con las dos máximas autoridades francfurtianas: Max
Horkheimer y su mentor Theodor W. Adorno. Hay que situar a HJK, su esfuerzo
teórico, sus problemáticas y sus polémicas en el contexto de la Alemania
Federal de inicios de los 1960’s. El SDS era la organización estudiantil dentro
del legendario SPD, partido que luego de la prohibición del KPD (por parte de
la Corte Constitucional en 1956) era el único representante de los intereses de
los Arbeitnehmer (en la jerga
socialdemócrata el Proletariado) y que se preparaba para asumir funciones de
gobierno. El SDS devino sin quererlo en una forma de agregación de izquierda,
en el ala radical de la escena política pluralista, el lugar en el cual
confluía toda la Intelligentsia
socialista, anarco-comunista y criptotrotskista que se organizaba a la
izquierda del SPD. La discusión teórico-política se centraba en torno a dos grandes ejes: 1) análisis
económico del Spätkapitalismus (Tardocapitalismo,
concepto acuñado por el sociólogo weberiano Werner Sombart que incluye la Gilged Age),[6] entendido como un fenómeno
históricamente nuevo (a la vez la partícula “tardo” connotaba su inminente
final catastrófico) y analizado a la luz de la destrucción de las
organizaciones obreras efectuadas por el Nacionalsocialismo y del
disciplinamiento paramilitar de la posguerra; el concepto sería retomado por la
izquierda “luxemburguista”, no-leninista en los 1930’s (como la economista
polaca Natalie Moszkowska)[7] y después de 1945 por
economistas heterodoxos como Paul Samuelson y Joseph Schumpeter, teóricos
trotskistas como Ernst Mandel[8]; el término tuvo un
renacimiento en 1960’s en el área de la lengua alemana (en especial en Austria
y Alemania bajo la tradición del Austromarxismus
y el retorno de los frankfurtianos del forzoso exilio), por ejemplo Theodor
Adorno defendió en 1968 su uso para la descripción de la sociedad burguesa
actual por sobre el término equívoco de “Sociedad Industrial” (controversia que
no se podía reducir, según Adorno, a una mera disputa terminológica, sino que
se trataba de una cuestión “sustancialmente decisiva” para el futuro de la
Crítica)[9]; también un periférico a
la Escuela de Frankfurt como Leo Kofler (quién había criticado al stalinistischer Marxismus relacionando
su origen en la materialidad de una nueva burocracia)[10] desarrolló el concepto en
su Dialéctica con la Técnica racionalizadora en 1971;[11] en 1973 otro
frankfurtiano, Jürgen Habermas, contra quién polemizará el propio HJK, le
dedicará un libro a la nueva forma de Capitalismo y a sus problemas de
legitimación;[12]
2) el Neomarxismo, en especial la kritische
Theorie, el corpus de ideas de la
llamada “Escuela de Frankfurt”, cuyo espíritu era entendido como una crítica a
la Modernidad burguesa (incluida la Técnica y el Cientificismo) y a la vez una
negación del Dia Mat, el Marxismo
fosilizado de la URSS como el amaestrado de la IIº Internacional. Las “Armas de
la Crítica” de HJK son heterodoxas, por fuera o directamente enfrentado al canon
tradicional: el Marx “auténtico”, utilizando las nuevas ediciones
crítico-históricas de sus escritos, en la época la MEGA (I) de Riazanov y la nueva MEGA
(II), y dentro del corpus marxiano
privilegiando textos despreciados u ignorados por el Vulgärmarxismus (Manuscritos
de 1844; La Sagrada Familia, La Ideología Alemana, la Einleitung de 1857, la Zur Kritik de 1859, los Grundrisse, Das Kapital, o textos considerados menores o seundarios); en
segundo lugar una recuperación materialista de Kant y Hegel, en especial el
Hegel de la Logik; en último lugar en
los desarrollos teóricos creativos del llamado “Marxismo Occidental”, autores
malditos durante años: la propia Escuela de Frankfurt, Grossmann, Korsch,
Lefebvre, Lukács, Luxemburg, Rubin, incluso Sigmund Freud.
A partir de
mediados de los años 1960’s un grupo minoritario del SDS (entre otros Rudi
Dutschke y HJK) comenzaron a trabajar en torno a una ruptura con la forma
pasiva de práctica intelectual a través de acciones militantes, en especial
contra la guerra en Vietnam y contra la estructura patriarcal de la Universidad
alemana, repleta de conservadores y exnazis (Heidegger et altri), para simbolizar la violencia y el arbitrio de un sistema
autoritario, anacrónico y profundamente antidemocrático. Después de la muerte
en una manifestación del estudiante Benno Ohnesorg (1967) y el atentado que le
costará la vida a Rudi Dutschke (1968) el movimiento se extenderá de los medios
pequeñoburgueses estudiantiles hacia capas juveniles de la clase obrera protestando
contra las nuevas “Leyes de Emergencia” que legalizaban la guerra civil de baja
intensidad contra la oposición apoyada desde arriba por el SPD. En el culmine
de su expansión, el SDS fue constreñido a asumir un rol histórico que superaba
sus fuerzas teóricas y políticas: el papel de cerebro colectivo y de instancia
cooperativa de elaboración estratégica y de organización nacional de todo aquel
enorme potencial subversivo que las formas-partido tradicionales expulsaban o
no podían integrar. Ante la multiplicidad de frentes de lucha el SDS quedó
desbordado: mientras muchos militantes universitarios se multiplicaban apoyando
diferentes conflictos sociales transversales (desde el típico conflicto fabril
pasando por las protestas contra el aumento del transporte público),
erosionando la pequeña pero ejecutiva unidad organizativa original del SDS, el
núcleo revolucionario estudiantil dentro de la Universidad se reducía, los
activistas más dinámicos abandonaban la lucha o derivaban hacia el maximalismo
que desembocaría en la autodisolución de 1969. Dentro de estas coordenadas
dramáticas pero vitales y de eminente práctica política hay que proponer la
situación hermenéutica concreta de los escritos e intervenciones de HJK, que se
proponen como meta el autoesclarecimiento y la determinación teórica de la
política del SDS. Cuando en 1969 se inicia el proceso de descomposición y
fraccionamiento, HJK ve la necesidad urgente de fundar una posición
revolucionaria históricamente nueva, de iniciar la lucha por una identidad
política que no puede ser conquistada desde el interior de una ya existente Weltanschauung proletaria codificada, ni
tampoco desde el interior de un Radikalismus
moral.[13]
El objetivo es una
Dialéctica abierta de la propia consciencia antiautoritaria, tal como HJK la
había descripto en los años 1968-1969. Se trata de su Aufheben como momento inicial. El primer paso negativo y de trabajo
destructivo es la superación en el SDS del “Antiautoritarismo abstracto”
(abstrakten Antiautoritarismus), pero evitando caer en la negación abstracta
del Antiautoritarismo, el Pragmatismo. Ya en una intervención en un “Teach-In”
en el invierno de 1969-1970, HJK, posicionándose contra la “Liquidación” sin
más de esta Fase del movimiento, había reclamado el combate tanto contra la
Fracción tecnocrática (Technokratisierrungprozesse), que se autolimita a una
administración pulcra y una reforma burguesa de la Universidad, como contra una
Fracción proletaria-maximalista, según la cual la Universidad burguesa no
cumple ninguna función esencial en la lucha de clases.[14] La propia evolución de la
lucha política en Alemania Occidental y la no-simetría con la misma consciencia
de clase, demostraban que la retraducción de la Crítica de la Economía Política
y la propia eficacia e influencia política de la SDS era mucho más mediada de
lo pensado. La ola inédita de huelgas salvajes de septiembre de 1969, en las
que participaron 150.000 trabajadores de la industria del metal y el carbón, en
las cuales las bases obreras expresaban además el descontento enfrentándose a
la burocracia sindical, no se cristalizaron en nuevos niveles de organización
que permitiera “otra” radicalización política.[15] La apelación de la SDS a
la Clase Obrera y al movimiento de realizar un boicot activo a las elecciones
de 1969 fue seguido por una parte ínfima, incluso en los medios estudiantiles y
por primera vez desde 1945 el núcleo duro de la clase obrera alemana voto
mayoritariamente por el SPD, por el partido reformista que además con gran
habilidad intentaba integrar los intereses pragmáticos del movimiento
estudiantil en la política de un renovado Estado social. El shock provocado por estas dos derivas
objetivas, la tendencia a la autodisolución del SDS y la comprobación que las
masas seguían ligadas a las viejas organizaciones tradicionales de una manera
mucho más profunda de lo que se había supuesto, condujo a HJK al renacimiento
de liquidar definitivamente la Fase antiautoritaria del movimiento. Sobre este
punto además coincidían los tecnócratas pragmáticos, que buscaban una alianza
con el ala izquierda del SPD y con el grupo “Spartakus” (organización
estudiantil del DKP, sucesor post 1945 del mítico KPD) para imponer una nueva
Política de reformas, mientras los dogmáticos buscaban reconstruir el auténtico
“Marxismo-Leninismo” y el genuino movimiento obrero. El reclamo de liquidar la
Fase antiautoritaria del movimiento hizo que HJK intentara reformular a Marx
bajo la nueva luz del Capitalismo tardío, cortando el nudo gorgiano entre la
constricción a transformarse en un vagón de cola del reformismo sistémico del
SPD y, por el otro lado, el miedo a la integración en el sistema (rehusarse a
cualquier compromiso como “falsa radicalidad”) que solo desemboca en un
aislamiento, en una “ghettización”, en refugiarse en una mítica “pureza
revolucionaria” de la conciencia de las masas, sin tener la capacidad de
reconstruirla, reconfigurarla y radicalizarla. En las “Tesis sobre la relación
general entre la Inteligencia científica y la Consciencia de Clase proletaria”,[16] HJK deconstruye la
impostación ya clásica del problema si la Intelligentsia
forma parte o no de la Clase proletaria, indicando que con la propia mutuación
del Capitalismo en sus formas, se modifica la relación Capital-Trabajo y con
ella el propio concepto histórico de Proletariado. Allí además criticaba en
forma de tres Grundfragen, en forma
de interrogaciones, el Marxismus
dogmático que bloqueaba la resolución de problemas decisivos sobre no solo el
plano teórico, sino sobre la Teoría de la Revolución y de la misma Estrategia,
un “inconsciente Tradicionalismo que mide las situaciones revolucionarias con
el implícito y exclusivo metro de la Miseria material, de la Opresión física y
de la victoriosa Revolución de Octubre”. También sobre la misma Konstitution de la legendaria
Consciencia de Clase, HJK se preguntaba: “¿Cómo se puede comprender el problema
de la génesis histórica de la Consciencia de Clase en vez de presuponerla ya
constituida y metafísicamente materializada en el Partido y reducida a una
Consciencia psicológica empírica?”[17] Como señalaba su maestro
Adorno, “el Ser social no produce in-mediatamente la Conciencia de Clase”. La
tercera Grundfrage de HJK gira en
torno a comprender y valorar desde la Teoría de la Revolución de Marx la
decadencia pequeñoburguesa del propio SDS, la miseria del movimiento
estudiantil y la crisis de la Consciencia antiautoritaria de la Intelligenz científica, además
interpretar la ineficacia y descomposición de la Crítica de la Ideología
(proyecto final de los frankfurtianos) como la negación a aprehender el nexo de
coerción del Trabajo Abstracto (abstrakter Arbeit), sin ignorar la nueva
cualidad histórica de la misma Ciencia como eminente Fuerza Productiva del
Capital, Ideologiekritik que falla al
asumir ciegamente la interpretación del rol de la Intelligenz en la lucha de clases dictada por el movimiento obrero
oficial. Para HJK la respuesta correcta a estas tres Grundfragen marxistas, en pleno sentido heideggeriano, tendrá una influencia decisiva sobre la
elección de una correcta Estrategia para el proceso socialrevolucionario en el
Occidente avanzado, sobre la construcción de una Teoría de la Revolución
(Theorie der Revolution) y sobre una auténtica Rekonstruktion del Marx vulgarizado.
Notas
[1] Fundada en Hamburgo el 2 de
septiembre de 1946, originalmente como rama estudiantil del Partido
Socialdemócrata Alemán (SPD), lentamente fue alejándose de la ideología
socialdemócrata hasta que en 1961 sus militantes fueron expulsados del SPD. A
finales de los años 1960’s el movimiento estudiantil tuvo una gran actividad en
las movilizaciones de protesta política y constituyó uno de los principales
apoyos de la Äußerparlamentarische Opposition (ÄPO), en especial contra las
políticas del gobierno conservador de Kurt Georg Kiesinger. El SDS buscaba
forzar una reforma del sistema universitario alemán y una mayor democratización
del mismo, aunque sus protestas se extendían a otros ámbitos como eran las
manifestaciones contra la Guerra de Vietnam. Después de alcanzar en 1968 su
momento de mayor apogeo, el 21 de marzo de 1970 el SDS fue disuelto en
Fráncfort por una asamblea estudiantil, coincidiendo en el tiempo con la
llegada a la cancillería federal del socialdemócrata Willy Brandt y las
reformas que se emprendieron en el sistema universitario. Véase: Tilman
Fichter/ Siegward Lönnendonker: Kleine
Geschichte des SDS. Der Sozialistische Deutsche Studentenbund von Helmut
Schmidt bis Rudi Dutschke, Klartext-Verlag, Essen, 2007.
[2] Helmut Reinicke: Für Krahl; Internationale Marxistische
Diskussion Nr. 37; Berlin, 1973, p. 5.
[3] Krahl,
Hans-Jürgen: “Angaben zu Person”, en: Konstitution
und Klassenkampf. Schriften und Reden 1966-1970; Verlag Neue Kritik,
Frankfurt, 1985, p. 20; véase en el capítulo V‚ ‚Die Studentenbewegung und die Gewaltfrage’ la voz Hans-Jürgen
Krahl, en: Kailitz, Susanne; Von den
Worten zu den Waffen?: Frankfurter Schule, Studentenbewegung, RAF und die
Gewaltfrage, VS Verlag, Weisbaden, 2007, p. 118 y ss.
[4] El título
completo era: „Die Naturgesetze der kapitalistischen Entwicklung in der Lehre
von Marx. Zum geschichtsphilosophischen Gehalt des historischen Materialismus“.
[5] Krahl,
Hans-Jürgen: “Angaben zu Person”, en: Konstitution
und Klassenkampf. Schriften und Reden 1966-1970; Verlag Neue Kritik,
Frankfurt, 1985, p. 23.
[6] Sombart, Werner:
Der Moderne Kapitalismus, 2 Bände. Duncker und Humblot, Leipzig, 1902;
Sombart terminaría adhiriendo al Nacionalsocialismo.
[7] Natalie Moszkowska; Zur Dynamik des Spätkapitalismus; Verlag
Der Aufbruch, Zurich; 1943., el texto original es de 1935; hay edición en
español: Contribución a la dinámica del
capitalismo tardío; Pasado y Presente, México, 1981
[8] Mandel, Ernst; Der Spätkapitalismus. Versuch einer
marxistischen Erklärung, Suhrkamp, Frankfurt a.M. 1972, fue su disertación
para el Doctorado en Filosofía; en español: El
Capitalismo tardío, México, Era, 1972.
[9] Adorno,
Theodor (ed.); Spätkapitalismus oder
Industriegesellschaft?; Verhandlungen des 16. Deutschen Soziologentages in
Frankfurt am Main, Enke Verlag, Stuttgart, 1968, pp. 12-26; en español: Escritos sociológicos I, 2: Obra
completa 8/2; Akal, Madrid, 2004, pp. 330-346
[10] Kofler, Leo:
Marxistischer oder stalinistischer
Marxismus? Eine Betrachtung über die Verfälschung der marxistischen Lehre durch
die stalinistische Bürokratie; Verlag für Publizistik, Köln, 1951.
[11] Kofler, Leo: Technologische Rationalität im
Spätkapitalismus, Makol Verlag, Frankfurt, 1971.
[12] Habermas, Jürgen: Legitimationsprobleme im Spätkapitalismus; Suhrkamp, Frankfurt;
1973; hay edición en español: Problemas
de legitimación en el Capitalismo tardío; Amorrortu Editores, Buenos Aires,
[13] Krahl, Hans-Jürgen:
“Zur Ideologiekritik des antiautoritären Bewusstseins“ (1969), en: Konstitution und Klassenkampf. Schriften und
Reden 1966-1970; Neue Kritik, Frankfurt am Main, 1985, p. 278-284.
[14] Krahl, Hans-Jürgen:
“Rede auf einem ‘Teach-in’ zur Wahl des Studiantenparlaments im Wintersemester
1969/70”, en: ibidem, p. 313.
[15] En la RFT dominaba el sindicato único
que era por definición políticamente “neutro” y cuyos dirigentes se encuentran
obligados a mantener la responsabilidad nacional de la “paz social” y la
responsabilidad salarial; su competencia objetiva es despolitizar los
conflictos y el sofocamiento de todo elemento espontáneo o fuera del control de
la organización sindical; su función es elementalmente defensiva de las formas
de explotación más severas. Sobre las huelgas salvajes alemanas de 1969, que no
pueden ser comparables con el Autunno
caldo de Italia, véase: Michael Schumann; Die Septemberstreiks-Ausnahme oder Auftakt?: ein empirischer Beitrag
zur Analyse der Streikbewegung im September 1969; Soziologisches
Forschungsinstitut, Europäisches Verlagsanstalt, Frankfurt, 1971; AA. VV.: Spontane Arbeitsniederlegungen im September
1969, Institut fuer angewandte Sozialwissenschaft, Bad Godesberg, 1970 y
Swenson, Peter: Fair Shares: Unions, Pay,
and Politics in Sweden and West Germany, Cornell University Press, Ithaca,
1989, le dedica parte de un capítulo a la ola huelguista de Septiembre de 1969,
p. 72 y ss.
[16] Krahl,
Hans-Jürgen: “Thesen zum allgemeinen Verhältnis von wissenschaftlicher
Intelligenz und proletarischem Klassenbewusstsein“ (1969), en: Konstitution und Klassenkampf. Schriften und
Reden 1966-1970; Neue Kritik, Frankfurt am Main, 1985, p. 330-347.
[17] Krahl,
Hans-Jürgen, ibidem, p. 330.
II
Crítica marxiana y
el problema de la Konstitution
Foto: Hans-Jürgen Krahl |
El dilema al que se enfrentaba
HJK, y el propio Neomarxismo o Marxismo “abierto”, era el uso dogmático y
legitimador de una Teoría basada en Marx abstraída de toda mutación y
dialéctica con la Historia material, una Ciencia de la legitimación alejada y
opuesta a la auténtica Kritik marxiana.
La funcionalización de Marx por parte de una rígida Moral organizativa era solo
posible, en su coherencia interna, al precio de una regresión histórica y de
una restauración ciega de modelos ya superados de organización de la lucha de
clases. El Marxismo no puede presuponer una Praxis perennis para todo tiempo y lugar, asi como no es posible que la
problemática de la Konstitution de la
consciencia de clase pueda reprimirse a un problema de técnica organizativa
sobre el modo en que debemos traducir una Teoría (conocida y re-conocida como
Verdad) en la violencia material de la clase proletaria estructurada en
organizaciones de defensa y lucha. Punto
de vista: que en realidad es la exacta posición desde la cual debemos hacer la
interpretación, la función, el instrumento; los obreros, en aquel punto del
desarrollo capitalista tardío, eran una clase parcial. Cuanto más el Capital se
transforma en general intellect, tanto más el obrero se hace potencial
fuerza subversiva, por el solo hecho de ser interés particular, y no de casta,
no de cuerpo. No de grupo, ni de status, sino de clase, es decir una organizada
fuerza de conflicto que lucha y que comanda sobre el terreno que la producción
neocapitalista ha abierto entre fábrica y sociedad. Con ello, y solamente con
ellos, podemos finalmente dejar de alardear con los valores universales, porque
desde el punto de vista de ellos estos son siempre ideológicamente burgueses.
Es de su lado que puede saberse dónde y como se debe golpear. La “parcialidad”, el punto de
vista de la parte (proletaria) sobre la Totalidad represiva y unidimensionalidad
se tranforma, desde una convicción teórica y compromiso subjetivo, en una
profesion de fe, un “nosotros creemos”, abstractamente declamatoria, un ritual
de autoconfirmación desde el punto de vista de una clase revolucionaria
trascendental en ausencia de una clase revolucionaria real. Como natural
correspondencia, en el otro polo le corresponde la “academización” de la Kritik (paradigma de ello la Escuela de
Frankfurt) y una recepción de Marx políticamente neutra. Esta forma de
conciencia teórica tiene como presupuesto no explícito una Identidad constante
de la Esencia del orden social burgués, más allá de su forma fenoménica
(accidental, contingente, ocasional), con consecuencias fatales no solo en la
propia autointerpretación de Marx, sino en la práctica. Marx (vulgarizado a
esquemas de manual, a una mitología conceptual) simplemente se “aplica”, mal o
bien, a una realidad fija e inmutable; y este método anacrónico se caracteriza
por la renuncia a la determinación histórico-materialista de la propia Teoría,
cuestión que ya había sido señalada en los 1930’s por Karl Korsch. La Kritik marxiana, y la Teoría crítica in toto, se reduce y deforma en sostener
un patrimonio de sabiduría de determinados escritos de los Clásicos obreros,
sin posibilidades de agregados o nuevas lecturas autónomas, escindido de la
Historia material e inadecuado para las nuevas tareas políticas. HJK intenta
salir de esta encrucijada del Paleomarxismus
e intentar buscar una salida a este dilema de la relación Teoría y Praxis, a
través de una “Reconstrucción críticofilosófica (philosophiekritische
Rekonstruktion) de la Teoría revolucionaria”, del entero marco teórico
socialista, tanto de la tradición kautskiana como la del Dia Mat stalinista. La diferencia, es decir la contraposición de
Política e Historia, encuentra aquí su lejano lugar de origen. Dos planos,
donde se opera un enfrentamiento en torno a los medios, más que de una
divergencia entre los fines. El Hegelianismo se encontraba a gusto como en casa
en la ideología de los obreros como “clase general”, teñida además de ética
kantiana en el horizonte segundointernacionalista y de Dialéctica materialista
en el tercerointernacionalista. Rekonstruktion en HJK no significa
“reconstitución de un Marx puro” como reclaman periódicamente sectas y grupos
dogmáticos, sino la aplicación de la Kritik
marxiana a las propias figuras del Marxismo. La Kritik marxiana, aggiornada
a las propias modificaciones de su objeto crítico, exige categorías adecuadas a
las transformación morfológica del Capitalismo tardío en forma de
“Determinaciones de Existencia”, Existenzbestimmungen.
En un texto-esbozo
escrito para una nueva revista crítica de Economía Política,[1] HJK aclara su hipótesis,
acuñando el concepto de “Marxismo Occidental” (westlichen Marxismus): “la
transformación en la Subsunción real del Trabajo al Capital… ha impuesto una
mutación en la Constitución categorial (kategorialen Verfassung) del modo de
producción capitalista, una mutuación en la totalidad del Trabajo abstracto que
ha eliminado de la Economía Política moderna la cuestión de la Verdad. Las
Categorías de la Ciencia económica moderna son despolitizadas, ya no se
refieren más a la Sociedad burguesa en su complejidad, a la División del
Trabajo y al Intercambio, pero al mismo tiempo son politizadas en sentido
instrumental en cuanto son traducibles en Prognosis de Técnica social y en
imperativos hipotéticos de la intervención estatal, de la concentración y de la
tecnologización requerida por la valorización del Capital”. La Kritik marxiana de la Economía Política
(=Doctrina de las Leyes naturales del Desarrollo capitalista según HJK) se
entendía a sí misma como Reflexión que construye la sociedad y la praxis bajo
el aspecto de su transformación radical, de ahí su carácter revolucionario,
pierde ahora el fundamento material de su Mundo histórico. El (nuevo) Mundo
histórico de produccción capitalista se presenta ahora como una conexión
“natural” de crisis, la Historia real del movimiento obrero revolucionario y el
proceso de socialización del Tardocapitalismo han hecho problemática la misma
categoría de Objetividad en la relación entre Crisis y Revolución. Llegado ha
este punto ciego, HJK considera que la Kritik
exige una explícita autorreflexión sobre el plano de la Teoría del
Conocimiento para el esclarecimiento el contenido del nexo que existe entre
“las Leyes naturales de la Sociedad (burguesa) y la Acción consciente del
Proletariado”.[2]
Lo que sucede es que en el Marxismo occidental (caso Lukács; caso Korsch; caso
del Kulturpessimismus de
Horkheimer&Adorno) el primado de la Consciencia de Clase y de la
Emancipación que debería ser el adecuado al nivel del Trabajo productivo y a la
estructura de las necesidades del proletariado avanzado no es capaz de
recoger/capturar la novedad revolucionaria de la Historia concreta de la
Acumulación del Capital actual, de tal forma la Reflexión crítica-cognitiva se
escinde fatalmente de la Crítica real de la Economía Política, tal como sucede
en “la generalización de una Filosofía trascendental (Lukács) o en la
restricción de una Filología marxiana (Korsch)”. La hipótesis materialista de
HJK es que se ha producido una pérdida histórica de “Teoría” por parte de la
moderna Ciencia de la Economía, “una incapacidad de establecer al cuestión de
la Verdad”. Si la Economía Política del Capitalismo tardío no puede ni siquiera
plantearse la Warheitsfrage,
significa que la Lógica de la Esencia que la Reflexión de la Kritik de Marx tenía como una de sus
condiciones esenciales, que permitía según Marx una crítica materialista al
Sistema capitalista desde y a partir de sus propias categorías, como le
señalaba a Lassalle en pleno trabajo sobre los Grundrisse “Critica de las
categorías económicas (Kritik der ökonomischen Kategorie) o, if you like,
el Sistema de la Economía burguesa expuesto de manera crítica (kritisch
dargestellt). Es a la vez Exposición (Darstellung) del Sistema y, a través de
esa Exposición, la Crítica del mismo”,[3] ya no es posible. Las
categorías económicas mismas revelan el estar así constituidas por la forma de
las relaciones sociales producidas en la División del Trabajo, del Trabajo
Abstracto, y por ello permiten, de tal modo, a la Kritik entenderlas como verdaderas Existenzbestimmungen de la sociedad burguesa, son sus Daseinsform (Formas de Existencia). La
Teoría economica tardoburguesa, que refleja la actual Subsunción real del
Trabajo al Capital, ya no puede hacer acceder a la Reflexión marxiana en la
Realidad contradictoria de la Lógica de la Esencia y del Fenómeno de la cosa
misma, a la Totalidad económica de la Producción. La progresión de la
racionalización analítica de la Teoría se encuentra necesariamente conectada
con su instrumentalización inmediata, y en esta aplicación de la Teoría, según
HJK, la cuestión de la finalidad social queda excluida del ámbito del
conocimiento racional y derivado como residuo a una Decisión moral. Los límites
cognoscitivos de la Burguesía, reflejos fijos e inadecuados de lo real, ya
limitados en la Economía vulgar en la época de Marx, se restringen aún más, por
lo que ella ya no se encuentra en grado de poder acceder a la Sociedad bourgeois como Totalidad (Totalität), ni
siquiera en una forma ideológica distorsionada o en el que pueda realizarse la
Inversión (Umkehrung) marxiana que se
despliega en Das Kapital. De tal
manera, se elimina la cuestión de la Verdad que ya no puede hallarse en al referencia por parte del investigador
descriptivo a un pre-existente Mundo histórico factual. Sabemos que la Teoría
revolucionaria, la Kritik, ha
materializado la concordancia clásica entre el Pensamiento y su Objeto transformándola en el problema de
mediación entre Teoría y Praxis (en el sentido de las Thesis über Feuerbach) y que con tal postura metodológica ha
recogido en el mismo concepto de Verdad la Contradicción con la Realidad, ya
que el Methode no es más que la
construcción de la Totalidad expuesta en su Esencialidad, como señalaba Hegel.
La Teoría marxiana
contiene una Doctrina histórica de la Realidad social del Universal abstracto
que, como momento continuo, relaciona íntimamente el Darstellungswiese, la Exposición genética (tal como se presenta en Das Kapital) con la Kritik completamente elaborada de la Economía Política. Tal historische Lehre es constitutiva para
la propia pertinencia del concepto materialista de Historia, según HJK. La
Sociedad Burguesa es la más compleja y desarrollada organización histórica de
la producción para Marx, y es por ello que las Categorías (Kategorien) que
expresan sus condiciones y la comprensión de su organización, no solo permiten
al mismo tiempo comprender la organización y las Relaciones de Producción de
todas las formas de sociedad pasadas, sino que son además “Formas de Ser”
(Daseinsform), “Determinaciones de Existencia” (Existenzbestimmungen) del modo
productivo actual. Como en general en toda Ciencia social u histórica, dirá
Marx en la Einleitung de 1857, al
observar el desarrollo de las Categorías económicas (ökonomische Kategorien)
“hay que tener siempre en cuenta que el Sujeto (la moderna Sociedad burguesa)
es algo dado tanto en la Realidad como en la Mente, y que las Categorías [de la
Economía Política] expresan por lo tanto Formas de Ser, Determinaciones de
Existencia, a menudo simples aspectos de esta sociedad determinada.”[4] Estas Kategorien se encuentran exactamente invertidas (umgekehrte) en
relación con lo que podría ser bien su Orden natural o del que le correpondería
a su Orden sucesorio en el curso del desarrollo histórico. Su Orden de sucesión
(Reihenfolge) dentro del Capitalismo se encuentra determinado por las
relaciones que existen entre ella en la moderna sociedad burguesa, por su
Articulación interior (Gliederung innerhalb). Las Kategorien fundamentales son las que constituyen la Articulación
interna de la Sociedad Burguesa en sí misma y sobre ellas reposan las clases
fundamentales que son Capital, Trabajo Asalariado y la Tierra: la Umkehrung de estas Categorías es el
trabajo esencial de la Kritik materialista.
Ya en la obra de 1847 Misère de la
Philosphie, la polémica contra el Proudhonnisme
en la izquierda europea, Marx sostiene que en la Economía Política se expresan
Relaciones “de la producción burguesa” como Kategorien,
categorías, fijas, inmutables, eternas. Estas Categorías son la expresión
teórica (theoritische Ausdruck) del movimiento histórico de las Relaciones de
Producción, es decir: no se trata de meras ideas arbitrarias y pensamientos
espontáneos, fantasmagóricamente independientes de las relaciones reales, sino
que la Materia, la argamasa de las Kategorien
es “la Vida activa y dinámica de los Hombres”[5] Las Kategorien económicas no son más que “expresiones teóricas (die
theoretischen Ausdrücke), abstracciones de las Relaciones de Producción
sociales”, ya que los hombres al establecer las Relaciones sociales con arreglo
al desarrollo de su producción material “crean también los Principios, las
Ideas y las Categorías conforme a sus relaciones sociales”, por lo que las Kategorien, como auténticas Daseinsform, “son productos históricos y
transitorios”. Las Kategorien
entonces expresan la relaciones burguesas incluyendo el Antagonismo
(Widerspruch) que constituye la Wesen,
la Esencia (como verdad del Ser) de dichas categorías en apariencia universales
y ahistóricas. Ya en Das Kapital Marx
definirá a las Kategorien burguesas
como Formas (alienadas) de la vida humana (Formen des menschlichen Lebens) que
deben ser sometidas a la Reflexión (Nachdenken), o sea: al Análisis científico,
para llegar a su Verdad, camino y progreso que es inverso, entgegengesetzten Weg, al que ha seguido el desarrollo real. Las Kategorien poseen la fijeza propia como
si fueran “Formas naturales” de la vida social (Naturformen des
gesellschaftlichen Lebens), antes de que los Hombres procuren dilucidar “no el
Carácter histórico de esas Formas –que ya cuenta para ellos como algo inmutable–
sino su Contenido”.[6]
Esas “Forma insensata” (verrückten Form), como le llama Marx, son la base del
Fetichismo de la Mercancía, del Misticismo del Mundo mercantil y el
encubrimiento y velo sobre el Carácter social del trabajo bajo el Capital. Las Kategorien de la Economía Burguesa son
finalmente Formas del Pensar, Gedankeformen,
“socialmente válidas, y, por lo tanto, objetivas, para las Relaciones de
Producción que caracterizan ese
Modo de Producción social históricamente
determinado: la Producción de Mercancías”. En las Kategorien en tanto Formas de Existencia (Daseinsform), dirá Marx,
se encuentran “envueltas” (eingehüllt) y embozadas determinadas condiciones
históricas, que implican una División del Trabajo tan desarrollada dentro de la
sociedad como para que se consume la Separación (Scheidung) entre Valor de Uso
y Valor de Cambio. Es interesante que Marx, según HJK a través de una Rezeption, una recepción bien
diferenciada de la Logik hegeliana,
aportará a su visión anterior de la Dialéctica una corrección inmanente
(immanente Korrektur): la Abstracción conceptual (begriffliche Abstraktion) ya
no es más acusada nominalísticamente de ausencia de contenido, sino entendida
como un medio para aproximarse al complejo Mundo objetual burgués y para
concretizar “en el Pensamiento intuiciones que en la inmediatez son
abstractas”.[7]
La Kritik marxiana no es otra cosa
que este trabajo de konretisieren, en
palabras de Marx el único Método científico correcto, die wissenschaftlich richtige Methode, en el cual las “Determinaciones
abstractas (abstrakter Bestimmung) conducen a la reproducción de lo Concreto
por el camino del Pensamiento”.[8] Lo concreto es lo concreto
porque es el “Recapitulación de múltiples determinaciones”, por lo tanto, dirá
Marx, “Unidad de lo diverso” (Einheit des Mannigfaltigen), aparece en el
Pensamiento como “Proceso de Recapitulación”, como Resultado, no como punto de
partida, aunque consista en ser el auténtico punto de partida, y, como tal, el
punto de partida además tanto para la Intuición (Anschauung) como para la
Representación (Vorstellung). En una fórmula feliz Marx sintetizará su Método
como “la manera de apropiarse (anzueignen) lo Concreto, de reproducirlo (zu
reproduzieren) como un Concreto espiritual”. No es casualidad que el Max tardío
califique en 1880 a su Método, toda Filosofía y toda Metafísica se resume en el
Methode que no es más que “el
esqueleto del Todo y erigido en lo que tiene de esencial” (Hegel), de
Analítico, analytische Methode, “que
no arranca del Hombre, sino de un período social económicamente dado”.[9] En cuanto al problema del
Método, Marx reconoce, un año después de publicar Das Kapital, basarse en el de Hegel pero eliminado su Forma
idealista-objetiva, ya que “la Dialéctica de Hegel es la Forma fundamental de
toda Dialéctica (Grundform aller Dialektik), pero solo después de despojarse de su Forma mística (nach Abstreifung ihrer mystischen Form), y eso es precisamente lo
que distingue mi Método.”[10] Recordemos que en su Wissenschaft der Logik Hegel definía así
la Dialéctica como momento del propio Juicio del conocer racional: “ese momento
tanto Sintético como Analítico del Juicio,
por cuyo medio lo Universal inicial se determina a partir de sí mismo como lo Otro con respecto a sí, debemos
llamarlo como dialéctico (dialektische)”.[11] Para Hegel, como para el
propio Marx, el Methode absoluto del
Conocer es “analítico”, ya que encuentra la ulterior Determinación de su
Universal inicial (por ejemplo: la categoría económica de Mercancía) solamente
en éste mismo, consituyendo la absoluta Objetividad de la Kritik, determinado
inmediatamente como Universal simple, como Categoría simple (en términos
marxianos como una einfachen Kategorien),
de la que el mismo Método es la certeza. El Methode
es por eso lo Universal de la Forma del Contenido, ya que tanto para Marx
como para Hegel todo Contenido tiene su Verdad en la Forma, la Form “es la Base absoluta ya la suprema
Verdad” (Hegel). El Método (dialéctico), inmanentemente crítico con respecto a
las Kategorien y a los Universales
abstractos, no solo constituye una multitud de ciertas determinaciones, sino el
Concepto en tanto Ser-determinado-en-y-para-sí (An-und-für-sich-Bestimmtsein
des Begriffs),[12]
por lo tanto lo que constituye el Methode
dialéctico (tanto en Hegel como en Marx) son las Determinaciones del
Concepto mismo y sus relaciones, que ahora tienen que ser consideradas en su
significación de determinación del propio Método. Por ello tanto en Hegel como
en Marx es tan decisivo el Comienzo (Anfange) del progreso de la Kritik en el Modo de Exposición, en el Darstellungswiese en Das Kapital, ya que cuando el Comienzo
no se ha efectuado de manera arbitraria, ni se ha hecho con una “falta de
Consciencia categórica” (Hegel)[13] es siempre de naturaleza
muy simple. Puesto que el Anfang es
un Inicio (Categoría simple al nivel de la Certeza sensible, como la
Mercancía), su contenido material es siempre un Inmediato (Unmittelbares), algo
sin mediación, pero un In-mediato tal que tiene el Sentido y la Forma de la
Universalidad abstracta (abstrakter Allgemeinheit). Ya sea constituido por un
contenido del Ser, de la Esencia o del Concepto, el Comienzo por lo tanto es
siempre algo “asumido”, “hallado”, “encontrado”, asertórico (por cuanto es un
in-mediato). Pero como en el caso de la Mercancía, no es un inmediato de la
Intuición sensible o de la Representación, sino del Pensar (Denken), que a
causa de su inmediación, puede llamarse también para Hegel una Intuición
suprasensible, incluso puede hablarse de que se trata de una Intuición
“interior” (übersinnliches, innerliches Anschauen). Como el conocer es tanto
para Hegel como para Marx un “pensar conceptual”, este begreifendes Denken su comienzo debe hacerse desde un Simple pero
que debe ser un Universal, una Categoría, cuya determinación debe ser a la vez
esencial (como la Mercancía) pero solo como Determinación abstracta del Pensar
y del Concepto, como abstrakter
Bestimmung, incluso en oposición con el Ser de las cosas. Esta primera
Universalidad es una Universalidad inmediata (abstracta), una referencia
abstracta al Ser, a sí misma, ya que todo demostrar o deducir concierne siempre
a una Mediación (Vermittlung) que ya presupone la elevación de la
Representación (Conciencia empírica) y que razona críticamente hasta el punto
de vista del pensar. A la misma Conciencia, incluso para aquella sofisticada
como la filosófica, bajo el imperio del Trabajo Abstracto, de la Abstracciones
universales (allgemeinsten Abstraktionen) el Movimiento de las Kategorien se le aparece como el
verdadero acto de Producción cuyo resultado es el Mundo. La Conciencia (falsa e
ingenua) cree que el Pensamiento conceptual (begreifende Denken) es el Hombre
real y el Mundo pensado en estas Kategorien
es como tal la única Realidad. Para Marx esto es solo pertinente en la
medida en que la Totalidad concreta (konkrete Totalität) como Totalidad del
Pensamiento (Gedankentotalität), como un Gedankenkonkretum,
un Concreto del Pensamiento, es en los hechos un producto del Pensamiento, de
la misma conceptualización, es decir: producto del trabajo de elaboración que
transforma intuiciones y representaciones en conceptos. El Sujeto real (reale
Subjekt) mantiene, antes como después del Begreifens,
su Autonomía fuera de la Mente, al menos durante el tiempo en que el cerebro se
comporte de manera exclusiva en modo especulativo, teórico. Como consecuencia
para Marx también en el Methode
teórico (analítico o sintético) es necesario que el Sujeto real (=la Sociedad
burguesa con su modo de producir y relacionarse) esté siempre presente en la
Representación (Vorstellung) como su premisa.
Excursus
Abstracto/ Concreto (Abstraktionstheorie: abstrakt/ konkret)
Los
dos términos poseen una Historia conceptual larga y tortuosa hasta ser un
concepto popular en el s. XVIII. De la tradición aristotélica tardía llega en
Boecio como abstractio como propuesta
de traducción del término técnico griego τὰ ἐξ ἀφαιρέσεως (ta eks aphairéseos) o directamente de ἀφαίρεσις
(aphairesis) que aparece en la obra de Aristóteles (De
caelo III, 1, 299 a 15; De anima I, 1, 403 b 14; III, 4, 429 b 18;
III, 7, 431 b 12; III, 8, 432 a 4; Met. VII, 4 1029 b 29-33; XI, 3, 1061
a 28; XIII, 2, 1077 a 36-b 14), en su obra significa literalmente “Sustracción”
(eliminación de una parte seleccionada por el intelecto, de manera activa o
pasiva). La tradición escolástica aceptó la concepción de Boecio e incluso su
graduación en tres grados en la abstractio:
1) abstracción física (prescinde de
toda nota individualizante pero no de la Materia sensible); 2) abstracción matemática (que prescinde de
los atributos materiales-sensibles, pero no de las propiedades inteligibles de
la propia Materia relacionadas con la Extensión); 3) abstracción metafísica (que prescinde de toda propiedad relacionada
con la extensión,para considerar al Ente en cuanto Ente). El intelecto posible
o pasivo, en la Escolástica, recibe al “fantasma” que se transmite a los
sentidos; luego el intelecto agente o activo libera al “fantasma” de todas las referencias espacio-temporales y
abstrae la Especie inteligible, la cual uniéndose como Forma al intelecto
posible, da lugar al acto cognoscitivo verdadero y auténtico. La abstractio ya es entendida como un
proceso de producción de lo Inteligible o de un Universal. Sin embargo en la
Edad Media abstractio se emparentó
con un verbo griego utilizado por los neoplatónicos, χωρίζειν (separar, escindir),
que distanciaba cosas sensuales y cosas materiales en esferas autónomas y
estancas. Ya en el Platón histórico existía esa tendencia: en Politeia (VII, 28b; 534b) el término aphairen surge en la explicación sobre
la separación total de la Idea de Bien de todo lo demás; en Fedro (67c) su usa para ilustrar la
total escisión sin posibilidad de cancelación entre el Alma y el Cuerpo. El
Nominalismo medieval bajo influencia neoplátonica relaciona el abstractio con lo ideal separado de la
Materia (separata), mientras que lo
Concreto se refiere a individualidades existenciales. Hegel, gran filósofo de
la Tradición, vuelve a referise a la
abstractio en el sentido aristotélico: lo Abstracto es algo simple; lo
Concreto es algo complejo y múltiple; el Conocimiento verdadero parte de una
Determinación simple-abstracta (abstrakt-einfachen Bestimmung) para progresar
dialécticamente hacia lo concreto, que es siempre Totalidad de las múltiples
determinaciones que se van sumando (konkreten Totalität). En Kant lo Abstracto
aparece como concepto general, dentro del proceso del Pensamiento, como uno de
“los Aktus lógicos:
Comparación-Reflexión-Abstracción”, y definirá la abstractio como “una Condición negativa que puede generar las ideas
generales” (Logik, 1801); pero Kant
vuelve a ahondar una diferencia en el uso de los términos “Abstracto/ Concreto”
al hablar de utilizar en el nivel de conceptos autónomos en dos modos: que
serían in
abstracto e in
concreto, cuya diferencia no se encuentra en los propios conceptos sino en
la distancia (Entfernung) o proximidad con las más altas categorías (p. ej.:
Género o Individuo), de esa manera in
abstracto acepta “poco de muchas cosas” y en el caso del in concreto “reconocemos en algunas
cosas mucho”. El Abstrakt “malo” en
Kant se presneta bajo la forma de hypostasis,
“meras ilusiones”, bloße Blendwerk, y entiende que solo existen en el
Pensamiento, pero con la misma Calidad (Qualität) que un Objeto real
independiente fuera del sujeto que piensa; Kant derivará de este antiguo
término técnico-filosófico griego el verbo “hipostasiar” (hypostasieren):
imponer un Pensamiento al que se le atribuye reralidad efectiva (KrVer, A 386, A 392, A 395, A 402). En
Hegel se produce una inversión del sentido ordinario y “natural” del par
Abstracto/ Concreto, el Concepto es lo “simplemente Concreto”, es más: el
Pensamiento “libre y verdadero” es (debe serlo) en sí mismo concreto (Enzyk, #14), lo verdadero sólo lo es si
puede desarrollarse dentro de sí como concreto en una unidad que llama
Totalidad; a su vez cuando “la Verdad es abstracta, es que no es verdad” (VorGesPhil, #2b). En su acepción
hegeliana, Abstrakt significa, como
en la tradición de Wolff, atenerse a un solo predicado. En Hegel Abstrakt no es la aplicación kantiana de
las Formas trascendentales al material del conocimiento sino “la superación y
reducción del Material sensible como mero fenómeno a lo Esencial, que sólo se
manifiesta en el Concepto” (HGW,
12.21; WissLog, 520); lo abstracto es
“algo” que está en el Pensamiento pero en tanto que abstracto enfrentado a lo
Dialéctico y a lo Especulativo; Abstrakt entonces un “vacío y singularidad
absoluta” de una Conciencia que es Razón pero puramente formal, “negativa” (HGW 6, 281, 294): la dinámica del
Abstrakt es “eliminar todo Ser inmediato para solo ser el Ser puro negativo de
la Conciencia” (PhG, 115). Como
“Identidad abstracta” solo puede ser un primer momento ideal de la existencia
del Espíritu, por ejemplo cuando analiza el Trabajo en el capitalismo como algo
que lo hace “más mecánico, más embotado, sin Espíritu… un quehacer vacío” (HGW, 198), Abstrakt en Hegel es empobrecimietno, falsa Identidad, Identidad
formal del Entendimiento, que hace caso omiso a la Distinción, y además,
prescinde “de una parte de la multiplicidad
presente en lo Concreto” (Enzyk,
#115); lo Abstrakt en cuanto
Identidad deficiente, es un momento de la Lógica de la Esencia. Feuerbach,
siguiendo críticamente a Hegel, le dará a la abstractio un sentido todavía más negativo y pobre, que aparece
como algo independiente enfrentado y opuesto a lo sensual (Materia) al decir
que “Abstraer es poner la Esencia de la Naturaleza fuera de la Naturaleza, la Esencia del Hombre fuera del Hombre, la Esencia del Pensamiento, fuera del acto de pensar. La Filosofía de Hegel, al fundar sus
Sistema enteramente sobre esos actos de Abstracción (Abstraktionsakten), ha alienado al Hombre de sí mismo.” (Vorl. Thesen z. Reform d. Phil., 1842). En
este punto tomará la posta un joven Marx. Los marxistas han tratado el problema
en su mayoría bajo el punto de vista metodológico o de problema gnoseológico.
En muchos casos, se deberá demostrar que la Kritik,
el Método de Das Kapital se
estableció en realidad en la Einleitung,
la “Introducción de 1857“ en la Dialéctica de ascender o progresar de lo
Abstracto a lo Concreto. El joven Marx en su crítica a la Filosofía del Derecho
de Hegel (1843), retoma los elementos positivos hegelianos pero ya desde el
punto de vista crítico de Feuerbach; allí define Abstrakt como una proceso de mistificación en el cual se convierte
en Producto (Produkt), en Predicado de cualquier Idea, lo que en la Totalidad
concreta es el Sujeto; Abstrakt es un
Objeto que no ha partido del Objeto mismo sino del puro Pensamiento, de “un
Pensamiento definido en sí mismo dentro de la esfera abstracta de la Lógica” (KHegS; 209, 213, 215), el proceso que
inicia y determina un Abstrakt
(“hipóstasis”, termino acuñado de manera moderna por Kant; KrVer, A 386, A 392, A 395, A 402), asigna a cualquier Objeto una
relación única y necesaria con una Idea abstracta (abstrakten Idee) y termina
clasificando al Objeto como un mero eslabón en el proceso de la vida de la
Idea; Marx denomina a la abstractio como
una “abstracción sustantivizada” (verselbständigte Abstraktionen), y ya en este
texto el Abstrakt es una Realidad
efectiva, abstracta pero real, un Existente (Bestehn) definido en términos
abstractos, un Objeto cuya determinación es totalmente general (allgemeine
Bestimmung), una Realidad abstracta cuya Sustancialidad (Substantialität) representa
una Necesidad: el Abstrakt entonces
puede entenderse como una Substantialität
que “aparece escindida en realidades o actividades independientes, pero
esencialmente determinadas”. El joven Marx llamará a este proceso
“Hipostatización”, y consiste en separar un predicado de su sujeto,
hipostasiarlo para hacer de él una categoría abstracta (a través de una
separación/objetivación, una Vergenständlichung/Objektivation) que luego
se encarna en una Existencia empírica cualquiera.
Notas
[1] Krahl,
Hans-Jürgen: „Programmentwurf für die Zeitschrift ‚Hefte für Politischen
Ókonomie’“ (1969); en: ibidem, p.348
y ss.
[2] Krahl,
Hans-Jürgen: ibidem, p. 349.
[3] Marx, Karl,
carta a Ferdinand Lassalle, 22 de febrero, 1858, en: Karl Marx/ Friedrich
Engels: Werke. MEW
Band 29, Dietz
Verlag, Berlin (DDR), 1983, p. 550; en español: Marx, Karl; Contribución a la crítica de la economía
política, Siglo XXI, México, 1980, p. 316.
[4] Marx, Karl: “Einleitung von 1857”,
en: Karl Marx/Friedrich Engels; Werke;
Band 13; Dietz Verlag, Berlin/DDR; 1971, pp. 615-641; en español: Elementos fundamentales para la Crítica de
la Economía Política. Grundrisse
1857-68. I; Siglo XXI, México, 1986, p. 21.
[5] Marx, Karl: Das Elende der Philosohie. Antwort auf
Proudhons "Philosophie des Elends", en: Karl Marx/Friedrich
Engels; Werke; Band 4; Dietz Verlag, Berlin/DDR;
1972, pp. 126-127; en español: Miseria de
la Filosofía. Respuesta a la „Miseria de la filosofía“
del señor Proudhon;
Siglo XXI, Buenos Aires, 1974, pp. 84-85
[6] Marx, Karl; Das Kapital I; Ullstein, Frankfurt am
Main, 1983; pp. 54-55; en español: El
Capital; Tomo I/ Vol. I; Siglo XXI, México, 1983, pp. 92-93.
[7] Krahl,
Hans-Jürgen: “Zur Wesenslogik der marxschen Wareanalyse“ (1966/1967), en: Konstitution und Klassenkampf. Schriften und
Reden 1966-1970; Neue Kritik, Frankfurt am Main, 1985, p. 31.
[8] Marx, Karl:
“Einleitung von 1857”, en: Karl Marx/Friedrich Engels; Werke; Band 13; Dietz Verlag, Berlin/DDR; 1971, pp. 615-641; en
español: Elementos fundamentales para la
Crítica de la Economía Política. Grundrisse 1857-68. I; Siglo XXI, México, 1986, p. 21.
Marx sintomáticamente utiliza el término técnico hegeliano para expresar las
famosas “categorías” de la Filosofía Crítica kantiana.
[9] Marx, Karl: „Randglossen zu
Adolph Wagners ‚Lehrbuch der politischen Ökonomie’“; en: Karl Marx/Friedrich
Engels; Werke; Band 19, (Karl) Dietz Verlag, Berlin/DDR, 1971, p.
371; en español: Notas marginales al
„Tratado de Economía Política” de Adolph Wagner; Cuadernos de Pasado y
Presente, México, 1982, p. 51.
[10] Carta a
Kugelmann del 6 de marzo de 1868; en: en: Karl Marx/Friedrich Engels; Werke; Band 32, (Karl) Dietz Verlag,
Berlin/DDR, 1971, p. 540; en español: Carlos Marx/ Federico Engels: Correspondencia, Editorial Cártago,
Buenos Aires, 1973, p. 197.
[11] Georg Wilhelm
Friedrich Hegel: Wissenschaft der Logik;
en: Werke. Band 6, Suhrkamp, Frankfurt a. M. 1979,
p. 556 (traducción propia); en español: Ciencia
de la Lógica. Segunda parte, Ediciones Solar, Buenos Aires, 1968, p. 567.
[12] Georg Wilhelm Friedrich Hegel, ibidem; p. 552; en español: 563.
[13] Hallazgo hegeliano el de la kategorischen Bewußtlosigkeit que
llegará a la Critica de la Ideología marxiana.
http://nangaramarx.blogspot.com/ |