Foto: Christopher Hill |
Miguel Lagrotta | Dentro
del programa propuesto por el Prof. Devoto el caso inglés me motivó
a desarrollar una aproximación sencilla a tres autores británicos
que han trabajado mucho y en distintos planos historiográficos. Para iniciar el
tema tomaremos la definición del problema propuesta por Devoto […]:
“ la historiografía inglesa es, de todas las historiografías europeas, la más empírica, en la cual el empirismo es la práctica natural del historiador y ese empirismo lleva, efectivamente, a que algunas dimensiones de la historia hayan sido muy poco desarrolladas en el siglo XX en Inglaterra como por ejemplo la filosofía de la historia. En el caso inglés la ciencia social más desarrollada es la economía, entonces uno podría decir: la historiografía inglesa es en buena medida, a lo largo del s. XX una historiografía política y cuando no es una historiografía política es una historiografía económica.” [1]
El resultado de toda investigación, incluso modesta como la
presente, debe igualmente conducir a una reflexión final que debería superar y
apuntalar las conclusiones. Edward P. Thompson señala al respecto que:
“Sólo nosotros, los que ahora vivimos podemos dar un “sentido” al pasado. Ahora bien, este pasado siempre ha sido, entre otras cosas, resultado de un razonamiento de valores. Al recuperar ese proceso, al mostrar cómo aconteció realmente la secuencia causal, debemos, hasta donde la disciplina lo permita, mantener nuestros juicios de valores en suspenso. Pero una vez recuperada esta historia quedamos en libertad para expresar nuestros juicios sobre ella.”
A lo que añade, que en un sentido ese juicio “no cambiará nada. Y no obstante, puede
cambiarlo todo. Porque estamos diciendo que estos valores y no esos otros, son
los que hacen que esta historia tenga sentido para nosotros, y que estos son
los valores que tratamos de extender y apoyar en nuestro presente. Si lo
logramos, volvemos a la historia y la dotamos de nuestras significaciones...” [2]
El estudio de estos autores, me ha permitido
considerar sus obras como un proceso histórico con distintos niveles y
profundidades en sus análisis ya sean sus trabajos realizados antes
o después del XX congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética. Por
ejemplo, el pensamiento historiográfico de E.P. Thompson, según su prologuista
y continuador Josep Fontana, “está
situado en la corriente que abandona los rígidos esquemas formales del pasado y
pretende devolver su papel fundamental a aquello que los propios Marx y Engels
ponían en primer lugar: la concepción de la Historia como resultado de la lucha
de clases, como un perpetuo tejer y destejer de equilibrios, alianzas y
enfrentamiento colectivos”
El objetivo que me planteo es tomar estos autores como
referentes manejando en forma sistemática los siguientes libros:
El Estado Absolutista de Perry Anderson
“La dominación del Estado absolutista fue la dominación de la nobleza feudal en la época de la transición al capitalismo. Su final señalaría la crisis del poder de esa clase: la llegada de la revoluciones burguesas y la aparición del Estado capitalista” [3]
“De la Reforma a la Revolución industrial 1530-1780” de
Christopher Hill
“Últimamente se ha puesto de moda afirmar que las miserias de los trabajadores durante la Revolución Industrial son el invento ex post facto de historiadores sentimentales(…) Las estadísticas permiten demostrar que tanto la renta nacional como los índices salariales medios subieron después de 1780. Se dice por consiguiente, que los trabajadores de las fábricas debían de estar en mejor posición económica.” [4]
“La Formación de la Clase Obrera en Inglaterra” de E. P
.Thompson
“Las presiones tendentes a la disciplina y el orden se extendían desde la fábrica, por una parte, y la escuela dominical, por otra, a todos los aspectos de la vida: el ocio, las relaciones personales, la forma de hablar, los modales. Junto con la mediación disciplinaria de las fábricas, las iglesias, las escuelas, y los magistrados y militares, se establecieron medios cuasioficiales para reforzar una conducta moral ordenada.” [5]
Trato de conciliar su tronco común y sus diferencias
interpretativas y conceptuales en un trabajo de extensión y profundidad modesta
tomando a E.P. Thompson como el eje del trabajo. El concepto de clase y su
evolución van a determinar las cercanías y lejanías conceptuales entre estos
autores.
Perry Anderson
En 1974, el inglés Perry
Anderson publica El estado absolutista. El autor propone
superar la oposición entre aspectos económicos y aspectos
político-institucionales en las distintas definiciones sobre feudalismo. Para
Anderson, se trata de una falsa dicotomía. Como en todos los modos de
producción pre-capitalistas, la extracción del excedente generado por los
productores directos - los campesinos- se realiza en el feudalismo a través de
mecanismos coercitivos de diversa índole, que deben buscarse generalmente en el
ámbito de la política, el derecho, la religión, el parentesco. Por ello, la
definición de feudalismo de Anderson incluye la servidumbre tanto
como las relaciones feudo-vasalláticas y el señorío.
"Todos los medios de producción anteriores al capitalismo operan a través de sanciones extraeconómicas, de parentesco, consuetudinarias, religiosas, legales o políticas. Siempre es imposible interpretar estas sanciones como algo separado de las relaciones económicas (...). El feudalismo comporta siempre la servidumbre y la protección militar del campesinado por una clase social de nobles, que ejerce un monopolio exclusivo de la ley y de los derechos privados de justicia, dentro de un marco político de soberanía fragmentada. Lo que distingue al modo europeo de producción feudal es su específica organización en un sistema verticalmente articulado de soberanía fragmentada y de propiedad escalonada". [6]
Redactor de muchos años de “New Left Review”, Perry Anderson
ha sido descrito como " uno de los principales pensadores Marxistas
contemporáneos"[7]. Desarrolla
tanto la sustancia como el estilo, la obra de Anderson se
extiende desde el excepcionalismo inglés al absolutismo europeo, de la política
de transiciones latinoamericanas, a los cambios en el Marxismo Occidental, de
los orígenes del postmodernismo, al exterminismo y la guerra fría.[8]
Su trabajo de
dos volúmenes sobre el absolutismo europeo y la transición al feudalismo,
publicado a los treinta y cinco años, fue descrito en la New York Review of Books como " un formidable logro intelectual,
" distinguido tanto por su ´profundidad conceptual como por su
estilo. Como un colaborador regular de The London Review of Books. Nacido en Londres en 1938,
Anderson vivió en China cuando
su padre fue trasladado a desempeñar funciones en la Aduana Imperial Marítima.
Después de la guerra, la familia se muda al sur de Irlanda. En 1956, Anderson
ingresa al Colegio Worcester, Oxford donde sus intereses van desde la filosofía
y la psicología a idiomas como el ruso y el francés. Su llegada en Oxford
coincide con la invasión soviética a Hungría y la crisis de Suez y con la
efervescencia de la Nueva Izquierda británica, en la cual él se hizo un actor
central. Si hay discontinuidades y rupturas dentro de la carrera intelectual de
Anderson, hay también continuidades profundas, no es menor su atención al
cambio histórico y político en el largo plazo.[9]
Tendremos que hablar de
las características que singularizaron al Estado Absolutista en Occidente,
y utilizar la opinión de Perry Anderson que afirma que se trata de un Estado
feudal y no de un Estado capitalista. El Absolutismo término que
procede del latín absolutus (“acabado” “perfecto”), fue el
principal modelo de gobierno en Europa durante la época Moderna, caracterizado
por la teórica concentración de todo el poder del Estado en mano del monarca
gobernante. [10]
La implantación del
absolutismo representó un cambio sustancial en la concepción sobre la
dependencia de las autoridades intermedias entre el súbdito y el Estado,
situación que comportó la creación de una burocracia eficaz, un ejército
permanente y una hacienda centralizada.
Su comienzo político se
inició en los siglos XIV y XV, alcanzó la plenitud entre los siglos XVI y XVII
y declinó entre formas extremas e intentos reformistas a lo largo del siglo
XVIII. En este sistema de gobierno, el Estado y el monarca se consideraban como
una única entidad situada por encima de la ley, y el concepto de derecho divino
de los reyes era la justificación que legitimaba la pretensión de soberanía
indivisible.
Anderson, debate atemporalmente con Marx y Engel, quienes caracterizaban al Estado Absolutista como un Estado Burgués (equilibrio entre la vieja nobleza feudal y la nueva burguesía). Anderson sostiene que dicho estado es el aparato reorganizado y potenciado de la dominación feudal, el caparazón político de una nobleza amenazada.
Anderson, debate atemporalmente con Marx y Engel, quienes caracterizaban al Estado Absolutista como un Estado Burgués (equilibrio entre la vieja nobleza feudal y la nueva burguesía). Anderson sostiene que dicho estado es el aparato reorganizado y potenciado de la dominación feudal, el caparazón político de una nobleza amenazada.
Para Perry Anderson el
fin de la servidumbre no significa el fin de las relaciones feudales en el
campo; las relaciones de producción rural continuaron siendo feudales ya que la
propiedad agraria aristocrática cerró el paso al mercado libre de tierra (renta
en dinero); el trabajo no se convirtió en fuerza de trabajo. [11]
Los nobles
terratenientes continuaron siendo la clase económica y políticamente dominante.
Para Anderson, el Feudalismo es una unidad orgánica de economía y política
distribuida en una cadena de soberanías fragmentadas.
La naturaleza política
del absolutismo ha sido frecuentemente tema de controversia dentro del
materialismo histórico. Para Anderson los Estados Absolutistas en los comienzos
de la Edad Moderna tienen el trasfondo del anterior feudalismo europeo. En la
primera parte de la obra analiza las estructuras generales de Absolutismo como
sistema de Estado, a partir del Renacimiento. A partir de allí las difíciles
relaciones entre monarquía y nobleza que Perry Anderson periodiza en un esquema
general, en el cual compara la evolución de España, Francia, Inglaterra y
Suecia con Italia donde no se llega a consolidar el sistema absolutista y trata
de explicar las causas.
La segunda parte
desarrolla el fenómeno en Europa Oriental, se estudian las monarquías absolutas
de Prusia, Austria y Rusia. Se pone énfasis en el caso polaco y en el Imperio
Turco Otomano en el complicado proceso de los Balcanes que define al
Absolutismo como fenómeno absolutamente europeo.
La tercera parte se
dedica al desarrollo europeo y su posición dentro de la evolución histórica
universal.
La labor que Perry
Anderson, sólo o en colaboración con miembros destacados de la redacción de la
revista británica New Left Review (NLR), ha desarrollado desde comienzos de
1960 como referente político-intelectual de los debates que han ido surgiendo
dentro de la izquierda europea, define la trayectoria de alguien que ha sido
definido como "el intelectual marxista británico más brillante Thompson
alude con lo anterior a como hombres y mujeres "experimentan las
situaciones productivas y las relaciones dadas en que se encuentran en tanto
que necesidades e intereses y en tanto que antagonismos, "elaborando"
luego su experiencia dentro de las coordenadas de su conciencia y su cultura …”[12]
Christopher Hill
John Edward Christopher
Hill (York, Inglaterra 6 de febrero de 1912–23 de febrero de
2003) fue un historiador británico, de tendencia marxista. Christopher
Hill, nombre con el que firmaba y es citado, ingresó en el Balliol College,
Oxford en 1931. En 1932 obtuvo el Premio Lothian, y
ganó un grado de honor de primera clase. Dos años más tarde obtuvo el All Souls Prize Fellowship. Más tarde,
en Balliol, Hill se aproximó al marxismo e ingresó en el Partido
Comunista. Pasó el año 1935 en la Unión Soviética. A su vuelta de Moscú,
trabajó en Balliol como tutor de historia moderna. En 1941 fue comisionado como
teniente en la Infantería Ligera de Oxford. Durante la Segunda Guerra
Mundial ingresó en la inteligencia militar. Por esa época, Hill comenzó a
publicar sus artículos sobre la historia de Inglaterra en el siglo XVII,
tomando parte en un debate entre historiadores marxistas de 1940.
En 1946, Hill y
muchos otros historiadores marxistas formaron el Grupo de historiadores
del Partido Comunista. Sin embargo, pronto quedó descontento con la carencia de
democracia interna del Partido Comunista, dejándolo en 1956 (año de
la invasión soviética de Hungría), después del rechazo de uno de sus
informes sobre Hungría. Después de 1957, la carrera de Hill entró en fase
ascendente. Sus estudios sobre la historia de Inglaterra en el siglo XVII
fueron divulgados y reconocidos. En 1965, fue elegido rector de
Balliol, cargo que mantuvo hasta 1978. La mayor parte de la obra de
Christopher Hill trata del proceso conocido como Revolución Inglesa, y
mantuvo un notable intercambio intelectual con historiadores de tendencia
marxista con los que le unían puntos de contacto pero también de divergencia,
tanto políticamente como en cuestiones historiográficas y metodológicas en
torno al materialismo histórico; como fueron E. Hobsbawm y E.
Thompson. [13]
Dentro del planteo
general que realiza el Prof. Devoto, Hill es el menos cautivante de los
historiadores marxistas, más que nada por su especificidad en los análisis y
temas históricos:“como ustedes saben el grupo marxista tiene un tercer nombre
importante que es el nombre de Hill, el gran especialista en el siglo XVll
inglés: en la revolución inglesa.Ahora ¿por qué no Hill? A diferencia de
Thompson y Hobsbawm es una figura menos pública –menos pública entre los
historiadores y mucho menos pública entre el público en general- y fuera de
Inglaterra ¿por qué? Porque en gran medida aunque él es un miembro del partido
comunista –es un poquito mayor que Hobsbawm y Thompson (unos 10 años)- fue
sustancialmente un académico, formó parte del grupo de historiadores
comunistas, en el 35 fue a Moscú, un activista muy temprano. Pero
sustancialmente sí ustedes miran es un historiador muy clásico –es decir- es un
historiador que trabajaba con temas acotados, trabajaba abundantemente con
fuentes primarias, claramente colocado dentro de los límites que impone el
empirismo –hizo una carrera clásica.” [14]
El libro que hemos
tomado como referente para continuar el análisis comparado de algunos autores
británicos es “De la Reforma a la Revolución Industrial 1530-1780”
donde se sostiene que “lo que se conoce menos, lo que se conoce mal
es la larga etapa del despegue. ¿Por qué Inglaterra superó a España en el curso
del siglo XVI, a Holanda a lo largo del XVII y a Francia durante el XVIII?
¿Cuáles fueron los pasos conducentes de la debilidad de los primeros Tudor al
poderío de los Hannover? ¿Cómo, a partir del momento en que se vio reducida al
territorio insular, Gran Bretaña avanzó hacia la unificación interna, primero,
y hacia la hegemonía mundial, después? En cada etapa, un elemento configurador
dio sentido al trayecto correspondiente: primero, la reforma religiosa, como
afirmación del nacionalismo inglés; luego la revolución política, como
expresión de clases sociales opuestas; finalmente, la revolución económica como
resultado de la doble victoria de la clase burguesa sobe la gentry del norte y
del oeste y sobre los pobres de las ciudades. El análisis señala la permanente
interacción de la religión, la política y la economía. Concluye Hill: “La Britannia
triunfante del Setecientos es obra, al mismo tiempo, del anglicanismo, de los
comunes y de las “cabezas redondas” londineses”. Podemos agregar que
Christopher Hill estudia las creencias de grupos radicales como los diggers,
los ranters, los levellers y otros, y los impulsos sociales y emocionales que
dieron origen a su aparición. Analiza a las clases ricas y pobres y sus
relaciones. Da forma a una interpretación que afirma que la Revolución burguesa
fue producto de un proceso profundo y de clara transformaciones de la sociedad.[15]
Para tratar de
fundamentar las diferencias conceptuales entre los autores debemos referirnos a
algunos aspectos del proceso revolucionario ingles. Para
introducir brevemente todo el proceso revolucionario inglés entre 1640 y 1660,
se cita normalmente a Hobbes para concluir, que hubo altas y bajas
revolucionarias entre los años 1640 y 1660. Se dice que lo que ocurrió en estos
años fue una gran Revolución similar a la que se dio en el Continente.
Chistopher Hill, fue uno de los historiadores que
trabajó más para mantener vigente la interpretación marxista, y parte de la
idea de que en Inglaterra se dieron las mismas fases revolucionarias que
sufrieron las revoluciones de 1789 y de 1917:
1) Revolución de la nobleza y de sectores privilegiados del sistema.
2) Pánico y presión a las élites disconformes.
3) Guerra civil. Desviación progresiva hacia la izquierda.
4) Ejecución del rey y proclamación de la República y giro hacia la derecha.
5) Dictadura militar de Cromwell
De todo este proceso, según Hill, salen victoriosos los
capitalistas, los hombres de negocios que se apoyaron en un gobierno
fuerte que asegurase su estabilidad económica y social. Hill aplica al
caso inglés una serie de fases para defender la teoría de entender la
revolución inglesa como la primera "revolución burguesa". [16]
Entre sus
obras se encuentran Economic Problems of the Church (1955), Puritanism
And Revolution (1958), Intellectual Origins of the English
Revolution (1965 y revisado en 1996), The Century of
Revolution (1961), AntiChrist In 17th-century England (1971), The World Turned Upside Down (1972)
Murió el 23 de febrero de 2003, 18 días después de su 91
cumpleaños. Estaba casado y tenía tres hijos.[17]
E. P. Thompson
Edward Palmer Thompson (1924-1993). Historiador e intelectual británico.
Influyó decisivamente en el pensamiento marxista británico,
separándolo del europeo y dándole carácter propio, dentro de lo que se conoce
como socialismo humanista. Nacido en Oxford de
padres misioneros metodistas. Luchó en la Segunda Guerra Mundial, en una
compañía de tanques en Italia. Estudió en el Corpus Christi College de Cambridge.
Comprometido políticamente con la izquierda y
la paz, en 1946 forma el Grupo de Historiadores del Partido Comunista o Grupo
de Cambridge, con Christopher Hill, Eric Hobsbawm, Rodney Milton, Dona
Torr y otros. En 1948 se casa con Dorothy Towers, también
historiadora de la misma tendencia. El grupo se articulará en torno a la
revista Past and Present desde
1952, y sobrevivirá a su abandono del Partido Comunista(1956, a raíz de la
invasión soviética de Hungría). Juega un papel clave en los comienzos de
la corriente conocida como Nueva Izquierda (New Left) a finales de
los años 1950. Se significó por su postura crítica desde la izquierda frente a
los gobiernos laboristas de 1964-1970 y 1974-1979. Durante los años
1980 lideró el movimiento de intelectuales contra las armas nucleares en
Europa. Intervino en la apertura del diálogo entre el movimiento pacifista de
Europa occidental y los disidentes de la Europa del Este dominada por
la Unión Soviética, por lo que desde ésta se le acusó de actuar al
servicio del imperialismo americano.
Profesor en distintas universidades de Inglaterra y Estados
Unidos, abandono la Universidad de Warwick en
protesta por su creciente comercialización en detrimento de la
actividad académica. Ataca al marxismo estructuralista de
Althusser y sus seguidores británicos de la New Left Review (revista y corriente de la que Thompson se
había alejado a partir del segundo periodo de ésta, que incluía elementos
cercanos al trotskismo). Este episodio provocó un jugoso debate
historiográfico, con aportaciones cruzadas entre él mismo (Pobreza de la
Teoría, 1978) y New Left, con Perry Anderson a la cabeza (Past and Present o Past
& Present es una revista de historia publicada
cuatrimestralmente por la Oxford University Press y realizada por la
Sociedad Past and Present. Fue
fundada en 1952 por una serie de historiadores asociados al Grupo de
Historiadores del Partido Comunista, entre los que se incluían Edward
Palmer Thompson y Eric Hobsbawm. Esta publicación fue pionera en el
desarrollo de la historia social.)
Su producción historiográfica se centra en la historia
social, sobre todo en el movimiento obrero de la Inglaterra de
la Revolución Industrial. Ensayista y articulista, también publicó
las biografías de William Morris y William Blake. Su
obra esencial es La formación de la clase obrera en
Inglaterra (1963), donde revisa la interpretación marxista tradicional
desde un materialismo histórico no dogmático. Paradójicamente, la
primera traducción del título en español era mucho más marxista (en
ese sentido dogmático) que la del autor: La formación histórica de la
clase obrera: Inglaterra, decía, mientras que el título que Thompson dio a
su libro en inglés es The making of
the english working class, mucho más cercano a la realidad que a los
esquemas conceptuales abstractos. Produjo gran número de libros y artículos
entre los que es destacable por la difusión del concepto que le da
título La economía moral de la multitud en Inglaterra (1979), donde
reclama para el estudio de las sociedades históricas la misma
complejidad metodológica que usa la antropología cultural en el estudio de
las sociedades primitivas.
"Todos los medios de producción anteriores al capitalismo operan a través de sanciones extraeconómicas, de parentesco, consuetudinarias, religiosas, legales o políticas. Siempre es imposible interpretar estas sanciones como algo separado de las relaciones económicas (...). El feudalismo comporta siempre la servidumbre y la protección militar del campesinado por una clase social de nobles, que ejerce un monopolio exclusivo de la ley y de los derechos privados de justicia, dentro de un marco político de soberanía fragmentada. Lo que distingue al modo europeo de producción feudal es su específica organización en un sistema verticalmente articulado de soberanía fragmentada y de propiedad escalonada".[18]
E. P. Thompson fue uno de los historiadores más originales e
influyentes del siglo XX, cuyas enseñanzas cambiaron radicalmente el modo en
que toda una generación contemplaba el pasado. Su obra contiene los pasos
de La formación de la clase obrera en Inglaterra, de Costumbres en
común o de William Morris, Albion's Fatal Tree o Whigs
and Hunters, que mejor reflejan el compromiso del conocimiento con la
imaginación y la convicción, actitud que rigió siempre la vida y la obra de
Thompson. Edward P. Thompson, de quien Hobsbawm ha dicho que «tenía
la capacidad de producir algo que era cualitativamente distinto de lo que
escribimos los demás y que es imposible medir con la misma escala: llamémosle
simplemente genio». Bajo los mitos de la revolución agrícola y de la
Ilustración, Thompson descubre la realidad de una cultura plebeya
que se legitimaba con la la costumbre, pero cuyo objetivo esencial
era la lucha por las necesidades y las expectativas de la comunidad. El Prof.
Devoto explica el desarrollo de la carrera de E.P. Thompson de la siguiente
manera sosteniendo
“... que Thompson nunca quiso ser un académico. De todos los historiadores que vamos a ver es el único historiador consecuentemente militante y que enseñó en una universidad de manera estable como profesor durante poco tiempo, detestaba el ambiente académico, él era un revolucionario, no hablaba para profesores universitarios, quería de algún modo transformar la sociedad: no la comunidad de historiadores. Paradojalmente no transformó la sociedad, pero claramente fue –hay algunas estadísticas sobre eso, lo dice Hobsbawm- el historiador más citado por los investigadores en la Inglaterra de la segunda posguerra.” [19]
Tras la publicación de La formación de la clase obrera
en Inglaterra, en 1963,Surge el gran debate sobre la clase como categoría
histórica. Se ve claramente en Thompson que las clases sólo pueden ser
definidas como fenómenos concretos: No ve la clase como una ‘estructura’, ni
siquiera como una ‘categoría’, sino como algo que tiene lugar de hecho en las
relaciones humanas. Todavía más, la noción de clase entraña la noción de
relación histórica.
“En los años que van entre 1780 y 1832, la mayor parte de la población trabajadora inglesa llegó a sentir una identidad de intereses común a ella misma y frente a sus gobernantes y patronos. Esta clase gobernante estaba muy dividida, y de hecho sólo ganó cohesión a lo largo de los mismos años porque se superaron ciertos antagonismos (o perdieron su importancia relativa) frente a una clase obrera insurgente. De modo que en 1832 la presencia de la clase obrera era el factor más significativo de la vida política británica (...)
He intentado distinguir entre las experiencias de grupos
distintos --artesanos, trabajadores a domicilio y peones-- y mostrar cómo todos
ellos llegarían a actuar, pensar y sentir, no en los viejos términos de
deferencia y reclusión localista, sino en los de clase (...) El resultado de
este período de "formación"
queda fuera de este libro, cuando en los años del cartismo aquellos grupos
diversos encontraron instituciones, programas, formas de actuación y maneras de
pensar comunes. Con todo, incluso en 1839 no se extinguieron las diferentes
perspectivas de cada grupo, y pueden percibirse como una tensión en el interior
del movimiento común. Con el fracaso del cartismo, y contribuyendo a que se
produjera, cada grupo se distanció de los demás otra vez, lo que dio comienzo a
una nueva etapa de instituciones y relaciones de clase”.
[20]
E.P. Thompson analiza el surgimiento del capitalismo
industrial desde dos perspectivas: la visión de que el capitalismo es el
producto del surgimiento de una ética de trabajo producto del protestantismo, y
la visión Marxista de que el capitalismo es producto de un proceso material,
caracterizado por el desarrollo de las fuerzas productivas y los medios de
producción en la historia. Thompson demuestra que es posible atar ambas
perspectivas en una visión amplia del surgimiento del capitalismo, como un
proceso de producción y como una cultura que tiene como fin regular el tiempo y
el espacio de trabajo, regulación que queda en las manos de las clases
propietarias de los medios para producir. [21]
El campesinado europeo y los pescadores tenían una visión
muy diferente a las del capitalismo. Ellos controlan sus herramientas, tienen
sus tierras o tienen acceso a la naturaleza , tienen sus propios talleres,
poseen sus conocimientos, y por lo tanto controlan lo que producen, el tiempo
en el que lo hacen, y el espacio donde lo hacen posible.
Según Thompson, fueron dos los mecanismos sociales y
culturales que precipitaron esa ruptura: el uso del reloj y la ética
protestante. Thompson propugna una visión de la clase que se aleja de la
rigidez y el determinismo económico que estaban presentes en los análisis de la
historiografía marxista de su tiempo. En opinión del historiador británico, la
clase no es un concepto estático e intemporal, sino una realidad cambiante inserta
en el juego de relaciones sociales e inseparable de ellas. Y la conciencia de
clase no está directamente determinada por las relaciones de producción, sino
que entre una y otras los elementos culturales ejercen un papel mediador.[22]
Esta toma de distancia respecto a la determinación de lo
económico efectuada por Thompson no pareció suficiente a otros historiadores
que insistieron en la primacía de lo cultural sobre lo material en la
construcción de la identidad de clase y rebajaron el carácter central de ésta
como clave interpretativa de la organización de la sociedad surgida de la
revolución industrial. Los nuevos planteamientos suponían un "giro
lingüístico", pues el lenguaje (escrito, oral o simbólico) asumía el papel
de creador de la conciencia sustituyendo en esta función a la realidad
material. En este texto Gareth S. Jones, un autor que se había mostrado sensible
a la influencia del lenguaje en un extenso trabajo en el que se replanteaba la
naturaleza del Cartismo (publicado dentro de Languages of class, 1983),
afirma que la clase es una identidad producida por el discurso y que la
burguesía es una creación retórica al servicio de las luchas políticas del
primer tercio del siglo XIX en Inglaterra y Francia.[23]
Las concepciones de Thompson se desarrollaron tras su
ruptura con el estalinismo en 1956, cuando comenzó a orientar todos sus
esfuerzos al examen histórico de la clase obrera, fundamentalmente la de Gran
Bretaña, a realizar una intensa experiencia en talleres de enseñanza e
investigación sobre y para las clases populares, y a
practicar una incansable militancia independiente en el movimiento socialista y
antinuclear.
En La formación
de la clase obrera en Inglaterra, Thompson determina su
concepción de que una clase social se define no previa o exclusivamente a
partir de sus determinaciones “objetivas”. El autor introduce en el momento
mismo de la construcción del concepto de clase las dimensiones de la acción y
la subjetividad, en un plano dado por la temporalidad histórica: “Por clase, entiendo un fenómeno histórico
que unifica una serie de sucesos dispares y aparentemente desconectados, tanto
por lo que se refiere a la materia prima de la experiencia, como a la
conciencia.” [24]
La experiencia de clase está ampliamente determinada por las
relaciones de producción en las que los hombres nacen, o en las que entran de
manera involuntaria. La conciencia de clase es la forma en que se expresan
estas experiencias en términos culturales: encarnadas en tradiciones, sistemas
de valores, ideas y formas institucionales. Si bien la experiencia aparece como
algo determinado, la conciencia de clase no lo está. Podemos ver una cierta lógica en
las respuestas de grupos laborales similares que tienen experiencias similares,
pero no podemos formular ninguna ley. La conciencia de clase surge del
mismo modo en distintos momentos y lugares, pero nunca surge exactamente de la
misma forma[25]
De este modo, Thompson intentó producir un replanteo de la
teoría marxista, al reordenar jerárquicamente y recombinar el lugar y la
relación de los conceptos de clase, conciencia y lucha de clases, cuestionando
toda interpretación estructuralista o economicista: La operación teórica de
Thompson impugna la ecuación lineal: a) existen determinadas relaciones de
producción; b) instantáneamente derivadas de ellas, se hallan las clases; c) se
desarrolla la lucha de clases. En esta concepción, que él
denomina idealismo marxista-estructuralista, encuentra una concepción
completamente errónea y antidialéctica: “que las clases existen, independientemente
de relaciones y luchas históricas, y que luchan porque existen, en
lugar de surgir su existencia de la lucha.”
Conclusión
Thompson rechaza la doctrina según la cual la clase obrera
sería el resultado de las nuevas formas productivas. El no ve a la clase como
una estructura y menos aún como una categoría, sino efectivamente como algo que
tiene lugar en las relaciones entre seres humanos. Esto no significa un
"culturalismo puro." La experiencia de clase se halla en gran medida
determinada por las relaciones de producción del entorno en que uno nace- o
ingresa- en contra de su voluntad". La conciencia de clase, en cambio,
"es el modo en que se interpretan y transmiten culturalmente estas
experiencias: se encarna en tradiciones, sistema de valores, ideas y formas
institucionales". [26]
Thompson ha señalado que no basta con que hubiera fábricas
para que el conjunto de los trabajadores formara una clase, como así también
que los cambios en las relaciones de producción y en las condiciones de trabajo
provocados por la revolución industrial no fueron impuestos, sino que el inglés
nacido libre incorporó en este proceso conceptos, modos de comportamiento
y valores establecidos mucho tiempo atrás. De aquí que Thompson señale que en
la transformación los obreros desempeñaron un papel activo.[27] El
concepto de una cultura popular plebeya que se resiste a las condiciones y
prácticas de poder establecidas aparece repetidamente en los estudios de
inspiración marxista de las sociedades preindustriales y de la temprana era
industrial. Esto se puede leer claramente en la primera parte de su libro La
Formación de la Clase obrera en Inglaterra.
La definición de clase de Thompson, la encontramos en la
página 479 del segundo tomo de La
Formación de la Clase Obrera en Inglaterra:
“Los sociólogos que han detenido la maquinaria del tiempo y, con gran derroche de aspavientos conceptuales, han bajado a mirar la sala de máquinas, nos dicen que en ninguna parte ni en modo alguno han logrado detectar y clasificar una clase. Sólo pueden hallar una multitud de gentes con diferentes ocupaciones, ingresos, situación jerárquica y todo lo demás. Sin duda tiene razón, puesto que una clase no es tal o cual parte de la máquina, sino el modo como esa máquina funciona una vez que se le ha puesto en marcha. No se trata de este o de aquel interés, sino de la fricción de intereses, del movimiento como tal, del calor y del ruido atronador. La clase es una conformación social y cultural que no puede ser definida de modo abstracto tomada aisladamente, sino tan solo a partir de sus relaciones con otras clases. Y, en último término, la definición sólo es posible en el medio tiempo, esto es, como acción y como reacción, cambio y conflicto. Cuando hablamos de una clase estamos pensando en un conjunto de gente difusamente delimitado que participa del mismo cúmulo de intereses, experiencias sociales, tradiciones y sistemas de valores; que tiene una predisposición a actuar como clase, a definirse a sí mismo en sus acciones y en su conciencia, en relación a otros grupos de gente, de un modo clasista. Pues la clase en sí misma no es una cosa, es un acontecer.”
Finalmente el Profesor Devoto llega a definir la principal
obra de Thompson manejando algunos conceptos distintos a los que hemos
sostenido pero que me ayudan a cerrar conceptualmente este trabajo:
“Thompson (por pedido de un editor) decide escribir una historia de la clase obrera inglesa; debía comenzar en 1830 y terminar en 1945. Thompson convence a su editor de empezar en 1790 y escribe una enorme cantidad de páginas y termina en 1830. Ese libro es en su momento una revolución historiográfica: porque saca el estudio de la clase obrera del lugar institucional, estructural en el cual estaba colocado. Todos los aportes teóricos. Es un libro que abre caminos, el camino de los sujetos, del estudio de los sin nombre, etc. Es un libro que muestra el conflicto que generó la revolución industrial y determinados sujetos. Es una historia mirada desde abajo. En libro escrito en prosa violenta, un libro que atrapa, complejiza el problema. Tiene dos ideas: a – la clase obrera no tiene naturaleza, sino que tiene historia. Lo que busca es construir la autobiografía de la clase obrera inglesa. En esa indagación de la experiencia de la clase obrera descubre múltiples experiencias y relaciones que crea la clase obrera. El libro cuenta con dos o tres puntos muy discutidos: por ejemplo es un libro donde no hay mujeres, es una historia de hombres. Una historia demasiado centrada en el conflicto y la historia es ‘acomodación y conflicto’.” [28]
La obra de Perry Anderson: El Estado
Absolutista concluye:
“Las monarquías española, inglesa y francesa fueron derrotadas o derrocadas por revoluciones burguesas iniciadas desde abajo, mientras que los principados italianos y alemanes fueron fueron eliminados por revoluciones burguesas iniciadas, tardiamente, desde arriba”
La Obra de Christopher Hill: De la Reforma a la Revolución Industrial 1530-1780 concluye:
“La revolución industrial daría a luz a un movimiento obrero que desafiaría a la propiedad privada de forma bastante más seria de cómo lo hiciera More, recogería las ideas arrojadas por Winstanley y concebiría una sociedad en la que el trabajo asalariado sería abolido y en su lugar se instalaría la libertad común”
La Obra de E.P. Thompson La formación de la Clase obrera en Inglaterra concluye:
Post Scriptum: “He intentado distinguir entre las experiencias de grupos distintos-artesanos, trabajadores a domicilio y peones- y mostrar como todos ellos llegarían a actuar, pensar y sentir, no en los viejos términos de deferencia y reclusión localista, sino en los de clase.(…)
Bibliografía
Anderson, Perry. El Estado Absolutista.
Anderson, Perry. Campos de Batalla
Hill, Christopher. El Mundo Trastornado
Hill, Christopher De la Reforma a la Revolución Industrial
1530-1780
Hobsbawn,Eric. La Era de la Revolución 1789-1848
Hobsbawn, Eric. La Era del Capital 1848-1875
Thompson E.P. La Formación de la Clase Obrera en Inglaterra
Socialist
Review, No.168, October 1993, pp.20-22.
Referencias
utilizadas desde la WEB
C:\Documents and
Settings\x.X-89C6B66688AF4\Escritorio\IADE_org_ar - Perry Anderson_ El laboratorio implacable de
la historia - Cultura y Educación - Noticias, Artículos Especiales y
Dossiers.mht
http://www.marxists.org/archive/hallas/works/1993/10/thompson.htm
http://ocw.mit.edu/NR/rdonlyres/History/21H-991JFall-2004/94300A1E-88DC-4D77-851A-13996AE15DA2/0/response4_b.pdf
http://www.suite101.com/print_article.cfm/british_history/30963
http://ocw.mit.edu/NR/rdonlyres/History/21H-991JFall-2004/94300A1E-88DC-4D77-851A-13996AE15DA2/0/response4_b.pdf
http://www.suite101.com/print_article.cfm/british_history/30963
C:\Documents
and Settings\x.X-89C6B66688AF4\Escritorio\Duncan Hallas Working class historian
(1993).mht
Referencia utilizada
del Curso de Investigación en Historia Contemporánea
Devoto, F. La historiografía contemporánea
europea entre tradición y renovación. Tensiones, corrientes y perspectivas en
el Siglo XX. Claeh. Posgrado en investigación en Historia Contemporánea.
Montevideo. 2007
Notas
[1] Devoto, F. La
historiografía contemporánea europea entre tradición y renovación.
Tensiones, corrientes y perspectivas en el Siglo XX. Claeh. Posgrado en
investigación en Historia Contemporánea. Montevideo. 2007
[2] Miseria de la
teoría, traducción del inglés de Joaquim Sempre, Barcelona: Crítica-Grijalbo,
1981, 72-73.
[3] Anderson,
Perry. El Estado Absolutista. Siglo XXI de España. 14 edición. Pág.37
[4] Hill,
Christopher. De la Reforma a la Revolución Industrial
1530-1780. Ariel Historia. Barcelona.Pp. 295
[5] Thompson,E.P. La
formación de la Clase obrera en Inglaterra.Editorial Critica Barcelona 1989.
Pp.448
[6] Anderson,
Perry,El Estado Absolutista.Siglo XXI de España. 14 edición 1996 Introducción.
[7] Anderson,
Perry. Campos de Batalla.Tercer. Mundo Editores. Bogotá 1992. Presentación
[8] Anderson Perry.
NLR. Estados Unidos y la Guerra Fría. Edición Digital en Español
[10] Anderson,
Perry. El Estado Absolutista. Siglo XXI de España. 14 edición 1996.
Prologo.
[11] Anderson,
Perry. Op.Cit.Pp.10 y Ss.
[12] Thompson,E.P. La
formación de la Clase obrera en Inglaterra.Editorial Critica Barcelona 1989.
[14] Devoto,
F. La historiografía contemporánea europea entre tradición y
renovación. Tensiones, corrientes y perspectivas en el Siglo XX. Claeh.
Posgrado en investigación en Historia Contemporánea. Montevideo. 2007
[15] Hill,
Christopher. De la Reforma a la Revolución Industrial 1530-1780 Ariel
Historia Barcelona 1980-Presentación del editor.
[16] Hill,
Christopher. El Ideario popular extremista en la Revolución Inglesa del
Siglo XVII.Siglo XXi de España 1972.. Introducción Pp.2 y Ss.
[18] Thompson,E.P. La
formación de la Clase obrera en Inglaterra.Editorial Critica Barcelona 1989.
Prologo de Joseph Fontana.. Pp.X y Ss.
[19] Devoto,
F. La historiografía contemporánea europea entre tradición y
renovación. Tensiones, corrientes y perspectivas en el Siglo XX. Claeh.
Posgrado en investigación en Historia Contemporánea. Montevideo. 2007
[20] E.P.
Thompson, La formación de la clase obrera en Inglaterra, Barcelona,
Crítica, 1989, I, p. XVI y II, pp.477-478
[22] Edward P. Thompson, La formación de la
clase obrera en Inglaterra, Barcelona, Crítica, 1989 [1963], I, pp. XIII-XIV; y "The peculiarities
of the English" [1965] (The poverty of theory and other essays, Londres,
Merlin Press, 1978, p. 85) §
[23] Fuente: Gareth Stedman Jones, "El
proceso de la configuración histórica de la clase obrera y su conciencia
histórica", Historia Social, 17 (1993), pp. 115-129
[24] Thompson,
E.P., La formación de la clase obrera en Inglaterra (2 vols.)
Barcelona, Crítica, 1989 (1ª ed. en inglés: 1963), pág.xiii.
[25] .” Idem,
págs.xiii-xiv, cursivas en el original.
[26] Thompson,E.P. La
formación de la Clase obrera en Inglaterra.Editorial Critica Barcelona 1989.
[27] E.P.
Thompson, La formación de la clase obrera en Inglaterra, Barcelona,
Crítica, 1989, I, pp.477-478
[28] [28] Devoto,
F. La historiografía contemporánea europea entre tradición y
renovación. Tensiones, corrientes y perspectivas en el Siglo XX. Claeh.
Posgrado en investigación en Historia Contemporánea. Montevideo. 2007