Foto: Otto Bauer (1881–1938) |
Damián López | Resulta
bastante corriente señalar el llamativo desfasaje existente entre la emergencia
y expansión del nacionalismo y los Estados nacionales durante los siglos XIX y XX
y el tardío desarrollo de teorías y estudios de caso que los analizaran en profundidad.
Como es sabido, el boom sobre tales temas se produjo fundamentalmente a
comienzos de los ’80, aunque aun antes pueden rastrearse algunos importantes
antecedentes que, desde las más diversas corrientes de interpretación, y según
el autor que se trate, fueron rescatados posteriormente en cuanto habrían anticipado
elementos relevantes. Entre esta diversa bibliografía, que va de Ernest Renan a
Karl Deutsch, algunas veces se incluyen los debates sobre la cuestión nacional
dentro del marxismo, destacándose aquí por su cantidad y calidad la producción
de importantes figuras de la Segunda Internacional (1889-1914) como Karl
Kautsky, Rosa Luxemburg, Lenin, etc. Sin embargo, en este segundo caso se
trata en general de investigaciones que se centran en el contexto específico de
producción y en la discusión teórica al interior del marxismo; los libros de referencia
sobre el nacionalismo, en tanto, normalmente otorgan poca relevancia teórica a
aquellos aportes.
Aunque esta percepción sobre la inactualidad teórica de los
acercamientos al problema nacional por parte de los miembros de la Segunda
Internacional es materia de un arduo debate que no podemos presentar aquí por
razones de espacio, puede decirse que en
términos generales existen ciertos
déficit comunes en la mayoría de ellos que en parte la sustentan. Es que en
rigor se trataba de los primeros esfuerzos por analizar un fenómeno
prácticamente no tematizado en la obra de Marx y Engels. A partir de este pobre
legado, los marxistas de la Segunda Internacional debieron ensayar posiciones
en relación a un fenómeno que cobraba cada vez mayor relevancia, y debe
reconocérseles que, tal vez impulsados por necesidades prácticas, produjeron
algunas obras de gran profundidad comparadas con las disponibles en aquel
contexto. Debe destacarse, por otra parte, que esos estudios sólo pueden comprenderse
en relación con otros debates que delimitaban las distintas posiciones en pugna
dentro de la Segunda Internacional: la cuestión colonial, la discusión en torno
al reformismo, etc. Esto último implicaba cierto desplazamiento teórico hacia
problemas relacionados, aunque no idénticos, al de la caracterización de los Estados
y movimientos nacionales. Por eso, en esos escritos nos encontramos
generalmente con elementos relevantes para una teoría sobre el nacionalismo, aunque
estos se hallan dispersos, ya que se articulan en función de resolver otros
problemas; como resultado, su lectura nos deja muchas veces la sensación de una
elusión, o subvaloración de la problematicidad propia del fenómeno nacional.
Existe sin embargo una obra producida por un miembro de la
Segunda Internacional a la que no puede reprochársele formalismo alguno ni
subestimación del papel histórico de las naciones en el siglo XX que comenzaba.
En ella se intentaba «ensayar el método
marxiano de investigación social en un nuevo campo de trabajo». Se trata
del brillante libro del marxista austríaco Otto Bauer La cuestión de las nacionalidades y la socialdemocracia, una de las
obras más lúcidas y eruditas producidas dentro de esta tradición, y tal vez la
más importante sobre el tema en su propio tiempo. Terminado en 1906, el libro
fue publicado por primera vez en 1907, y contó con una segunda edición en 1924.
Muy influyente –y discutido– dentro de la Segunda
Internacional, el trabajo de Bauer es a veces citado, pero escasamente
valorado, por la mayoría de los investigadores actuales del nacionalismo. Pero
aquellas razones que explican en parte la percepción sobre la inactualidad del
aporte de los miembros de la Segunda Internacional (dejamos de lado el hecho de
que un análisis más preciso matizaría esto), difícilmente puedan esgrimirse en
el caso de Bauer. Aunque el contexto sea compartido, su trabajo requiere
especial atención, lo cual sólo se ha reconocido en escasísimos casos. A poco
más de cien años de la publicación de un libro con sabor a clásico, el objetivo
de este artículo es, aunque sin pretender ser exhaustivo, recorrer algunos
problemas nodales del mismo, estableciendo un balance preliminar sobre el
aporte de esta obra y su relación con algunos debates actuales entre los más influyentes
estudios del nacionalismo. Pero antes de esto, será necesario comenzar diciendo
algo sobre el específico contexto de producción del libro, ya que no es casual
que el mismo haya sido escrito por un miembro de la socialdemocracia austriaca,
perteneciente al denominado «austromarxismo», en los albores de la crisis de un
Estado multinacional como el imperio austro-húngaro.
Miembro de la socialdemocracia austriaca, y alineado en el «centro» hasta 1917, cuando pasa a conformar el ala
izquierda del partido, Otto Bauer (1881-1938) produjo una de las obras más
inteligentes de la historia del marxismo sobre el problema nacional. Publicada
en 1907, ‘La cuestión de las nacionalidades
y la socialdemocracia’ sorprende aún hoy por su profundidad y refinamiento
teórico. Este artículo tiene por objeto el análisis de los aspectos nodales de
la teoría baueriana sobre la nación,
contenida fundamentalmente en ese libro, teniendo presente el particular
contexto previo a la Primera Guerra y la concreta finalidad con el que fue
producido originalmente. Una versión preliminar de este trabajo fue presentada como
ponencia en las XII Jornadas Interescuelas realizadas en Bariloche en octubre
de 2009. El autor agradece a Patricio Geli y a Alberto Pérez, por sus comentarios.
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