Karl Marx & Friedrich Nietzsche ✆ A.d. |
Luís Eustáquio Soares | 1. Trenzar un texto con las siguientes
cabelleras. Una de Nietzsche. El último cristiano muerto en la cruz. Otra de
Marx. La dialéctica de Hegel constituye un método molesto, pero está
cabeza-abajo. Otra de Wittgenstein. No existe otro lugar para tener una idea de
lo que hay, sino en el estado civil de las contradicciones y en su estado en el
mundo civil. Cualquier otra dimensión, para entender cualquier fenómeno,
tenderá a volverse mera especulación o simplemente una metafísica mortal.
2. A través de
Nietzsche y de Marx, considerar los siguientes conceptos: uno de Deleuze y
Guattari. La palabra orden, así definida en Mil mesetas: la unidad mínima
del lenguaje no es el fonema sino la palabra de orden, que funciona como el
parásito de la lengua, estando tanto más presente cuando más la suponemos
ausente. Está, pues, en las tranquilas conversaciones de los trabajadores que
disfrutan el derecho sagrado a las vacaciones. Está en el cariño de un padre
burgués al hijo. Está en el “Yo te amo” de una pareja de enamorados.
3. En su
variación infinita, una palabra de orden carga siempre en sí una sentencia de
muerte.
4. A través de
Nietzsche y de Marx, considerar lo que alguna vez Félix Guattari designó como
política existencial molar y política existencial molecular. La primera
constituida por todo aquello que es o se volvió institucional, fijo,
normatizado o simplemente atrapado o dispuesto a ser capturable por el Estado.
La lucha femenina por el derecho al voto sería, desde este punto de vista, una
lucha en el plano de la política existencial molar, lo mismo que el derecho al
aborto. Ambas son legítimas demandas presentadas al Estado. Son, pues, molares.
Una política existencial molecular, por otro lado, emerge de los bordes, no es
previsible ni reconocible por el saber institucional. No se fija, por ejemplo,
en el ámbito binario de las divisiones de género, hombre o mujer; ni en las
divisiones étnicas establecidas: blanco, negro, indio, amarillo. Ser brasileño,
español, venezolano, americano, musulmán, judío, trabajador, burgués y todo lo
demás que se constituye como identidad, desde este punto de vista, sería molar.
Lo molecular es siempre otra cosa de otra cosa en otra cosa.
5. A través de
Nietzsche y de Marx, pensar el concepto genérico de Alain Badiou, en vista del
inquietante mundo contemporáneo. Para Badiou, lo genérico es la condición
intrínseca del evento. Constituye un agujero en el saber. Es aquello que no es,
en lugar de aquello que es. Lo genérico diluye lo que es hasta el absurdo
límite a partir del cual somos todos absolutamente iguales, esto es, genéricos.
Ahí reside, pues, la condición universal del genérico. Un ejemplo: si no somos
negros, blancos, hombres, mujeres, gays, brasileños, venezolanos, burgueses,
revolucionarios, somos simplemente iguales en nuestras paradójicas
singularidades genéricas.
6. Una vez
presentado el marco teórico-metodológico de este ensayo, considerar la
siguiente premisa, con Marx y Wittgenstein: el imperialismo
occidental-estadounidense o estadounidense-occidental opera produciendo una humanidad
al revés, de las siguientes formas: 1) podemos y debemos ser moleculares,
genéricos, revolucionarios, indefinibles desde que la palabra de orden que nos
sacude sea: no dar la importancia debida al imperialismo
occidental-estadounidense porque es o sería molar; 2) luchar teniendo en cuenta
una agenda molar contra la cual el mundo molecular genérico de una humanidad al
revés deba actuar y, actuando, concebirse, siempre cabeza-abajo, como más y más
molecular, por el simple motivo de que cree estar siendo molecular porque
combate el plano existencial molar; 3) el plano molar presentado por el
imperialismo estadounidense-occidental, para los creativos moleculares
genéricos revolucionarios del combativo mundo actual se constituye como
fundamentadas o fundamentalistas identidades nacionales, estatales, étnicas,
clasistas, genéricas, ideológicas, principalmente teniendo en cuenta la
división entre lo religioso y lo laico, entre izquierda y derecha, entre
democracia y dictadura, entre revolucionarios y reformistas —desde que el plano
molar [por parcial] (profundamente molecular [por total: Notas del Trad.]) del
imperialismo estadounidense-occidental sea o venga a ser puesto en un plano
secundario.
7. Este es el
estado civil de nuestras contradicciones y su estado en el mundo civil, hoy:
una humanidad molecular, puesta al revés, combatiéndose a sí misma a través de
la sentencia de muerte del imperialismo occidental-estadounidense que,
parasitariamente, dicta: sea revolucionario, sea genérico, sea laico, sea religioso,
sea izquierdista, sea derechista, cacen a dictadores o impíos, pero jamás
pregunten o centren su atención en mí porque, si así lo hicieren se volverán
maniqueístas, anacrónicos, molares [por
parciales: Nota del traductor] y, por lo tanto, no serán lo que deben ser,
eternamente, orgullosamente —cabeza-abajo [o
al revés: Nota del traductor].
8. Esta humanidad
falsamente genérica, molecular, revolucionaria, creativa, cabeza-abajo en
relación al imperialismo estadounidense-occidental, es producida por la
industria cultural, tal como es definida por Adorno y Horkheimer, enDialéctica
de la Ilustración: la industria cultural es planetaria y produce la cultura de
un mundo que somete sin cesar el trabajo colectivo y la naturaleza.
9. La industria
cultural molecular, revolucionaria y genérica, cabeza-abajo en relación al
imperialismo occidental-estadounidense, está claramente para imponerse sobre el
trabajo colectivo y sobre la naturaleza creyendo, paradójicamente, que libera a
ambos, el trabajo y la naturaleza, de las mallas dictatoriales del plano molar
agendado por el imperialismo occidental-estadounidense como el lugar de la
lucha libertaria, razón por la cual ocurre a partir de un escenario, siempre
planetario, en el que el teatro de la guerra está anclado en identidades
molares, por más que estas se vean como moleculares, principalmente
considerando el choque entre izquierda y derecha, fundamentalistas religiosos y
subjetividades laicas, dictadores y demócratas.
10. Pues aunque
la industria cultural se encarne en soportes mediático-tecnológicos del mundo
de la información de masas, incluyendo radio, televisión, Internet, cine,
soportes de papel, principalmente teniendo en cuenta las corporaciones o los
conglomerados empresariales mediáticos, ella en verdad captura la humanidad
molecular, genérica y revolucionaria toda, poniendo cabeza abajo al
presentarnos como reales sujetos ficcionales de un mundo tramado por el
imperialismo estadounidense-occidental sin que pongamos este como el foco
principal — porque es así que nos hacemos más que nunca “de cabeza para abajo”.
11. No es por
nada que el mercantilismo sea el nombre común de esa humanidad ilustrada para
ser la palabra de orden de la trama del imperialismo occidental-estadounidense
de una humanidad que vive y lucha para liberarse de los planos molares, en los
cuales y a través de los cuales el imperialismo estadounidense-occidental nunca
tiene la relevancia que debe tener siendo, cuando mucho, un plano entre otros.
12. El dominio de
las finanzas, en la contemporaneidad, es consecuencia directa de una humanidad
ilustrada para quedar cabeza-abajo creyendo estar de pie, contra los planos
molares establecidos por el imperialismo occidental-estadounidense, pues es
contra todo lo que es productivo, o puede ser, que el imperialismo
estadounidense-occidental actúa, captura, toma, pone cabeza-abajo.
13. Así como el
mundo de las finanzas es el parasitismo por excelencia del mundo de la
producción real, el imperialismo estadounidense-occidental constituye el
parásito-mayor del mundo productivo de las personas de carne y hueso.
14. Este es el
escenario, pues, de lo que se ha designado como golpe suave, teniendo en
cuenta, por ejemplo, el libro De la dictadura a la democracia (1993)
de Eugene Sharp, que se volvió el cínico teórico medíocre de las tácticas y
estrategias que el imperialismo estadounidense-occidental debe seguir para
tumbar “suavemente” gobiernos que no se someten integralmente al golpe de
democracia de los bancos y de los oligarcas.
15. El manual del
“golpe suave” de Eugene Sharp constituye, si se lee como es propuesto, un
desviar la atención. Quieren, a través de él, que distraigamos nuestra atención
sobre países que están en la mira del imperialismo estadounidense-occidental
—para criticarlos, antes que todo. Con eso, se tiende a no percibir algo que
precede a todo, que es: el “golpe suave” ya viene siendo aplicado hace algún
tiempo contra toda la humanidad y se da poniéndonos cabeza-abajo de tal manera
que nos volvamos “ilustrados” para luchar contra planos molares agendados por
el imperialismo estadounidense-occidental.
16. El mundo
actual es este en el que la humanidad está representada gráficamente para
aplicar “golpes suaves” contra sí misma, a partir del plano molecular
falsamente genérico en que vivimos —cabeza-abajo.
17. Así como el
parasitismo financiero constituye una variable fascista de nuestra condición,
orquestada como golpe suave cabeza-abajo contra nosotros mismos, la industria
cultural, ahora entendida literalmente, constituye la piedra de toque para la
realización del golpe suave, del cual somos a la vez agentes y pacientes,
contra la humanidad en su conjunto.
18. Una
democracia radical de las corporaciones mediáticas internacionales nunca fue
tan necesaria. Solo tendremos condiciones de visualizarla de pie, a partir de
la constitución de una ciudadanía planetaria, pues el objetivo de la dictadura
mediática que captura a la humanidad, siendo igualmente planetario, es este:
ponernos en guerra contra nosotros mismos, dejando de lado el imperialismo
estadounidense-occidental —siempre partiendo de la agenda establecida por este
como un “golpe suave” en que nos metemos, odiándonos, combatiéndonos,
matándonos.
19. Ir a las
calles, en la contemporaneidad, nunca fue tan urgente. Pero no nos engañemos.
Por más que nuestras demandas sean justas, ellas no pueden volverse de forma
alguna rehenes de la dictadura mediática internacional.
20. Estamos en la
obligación histórica de separar la paja del trigo, en un mundo que nos confunde
por todos lados, tanto que el trigo se vuelve paja y esta se vuelve trigo. Para
salir de este lío que tenemos, son fundamentales tres premisas y deben estar en
las calles, siempre: 1) el imperialismo occidental-estadounidense sí es el
principal enemigo de la humanidad; 2) entender con claridad cuál es su agenda y
cómo esta nos coloca cabeza-abajo es la condición principal de nuestras
políticas existenciales molares [parciales] y moleculares ;3) no son los
gobiernos, independientemente de sus perfiles, los que deben ser objetos
tácticos o estratégicos de nuestras luchas, sino las corporaciones mediáticas
nacionales e internacionales.
21. A título de
ejemplo, una huelga de profesores no conseguirá nada (o casi nada, que puede
ser peor que nada), se establece una interlocución directa con el alcalde, el
gobernador o el presidente de turno. Su interlocución debe ser con la
corporación mediática más poderosa de su entorno social.
22. Ella es el
verdadero alcalde, gobernador o presidente, porque habla em nombre del
imperialismo occidental-estadounidense y está en la primera línea de los
alcaldes, los gobernadores y el presidente para cargar el siguiente servilismo:
la humanidad rendida a la financiación de la vida, via sumisión integral al
imperialismo estadounidense-occidental.
23. Este es,
pues, el estado civil de nuestras contradicciones, en la contemporaneidad. Si
no producimos sentidos revolucionarios a partir de él, seremos, cuando mucho,
los últimos cristianos.
24. No sin muchas
vueltas, moriremos en las cruces de las olas marítimas de los altares del
imperialismo occidental-estadounidense, como sus agentes laicos o religiosos,
si no salimos de ese mar de lodo en que estamos metidos y fuimos metidos por
nuestros propios deseos tr(amados).
25. Nada menos
adecuado para entender lo contemporáneo, que los posmodernos entusiasmados
defensores de las teorías de Gilles Deleuze, Félix Guattari, Michel Foucault,
Alain Badiou. Como religiosos, están siempre encontrando multiplicidades
rizomáticas, subjetividades singulares, eventos y tal en las tramas del
imperialismo occidental-estadounidense —mediático mercantilista manto mortal
bajo el cual nos asfixiamos en las calles del mundo en cuanto la oligarquía
occidental-estadounidense celebra. ¡Tim-Tim!
Traducción del portugués por
Luis Carlos Muñoz Sarmiento