6/3/14

Marx y la ciencia de los comportamientos políticos

Karl Marx ✆ Rob Spencer 
Thalía Fung Riverón  |  1. El pensamiento totalizador de Karl Marx no impidió que se acercara a la esfera de los comportamientos humanos, por el contrario, en sus obras histórico-políticas como “El 18 de Brumario de Luis Bonaparte”, “Las luchas de clases en Francia de 1848-1850”, “La guerra civil en Francia” trata las conductas de las macrogrupos, microgrupos y dirigentes, lo cual se mantiene en su obra cumbre “El Capital” ,donde no desdeña el análisis del comportamiento inclusive de individuos; pero es el discurso de la lógica de las totalidades y las mediaciones de alto nivel de generalidad el que caracteriza su expresión, lo cual lo peculiariza como filósofo, sin minusvalorar su fin político y económico.

2. No obstante, la relación hombre en tanto conciencia-naturaleza, sociedad-naturaleza, no son el comienzo de la famosa inversión metodológica que cualifica el materialismo filosófico de Carlos Marx. Es precisamente en el campo
de los macrocomportamientos políticos estado-sociedad civil, donde se produce la ruptura definitiva y definitoria con Hegel y el descubrimiento del condicionante social. Es en categorías de la ciencia política y del derecho, en las cuales encuentra Marx el determinismo económico-político.

3. Para ello se había preparado intelectualmente, de manera inicial, de modo quizá inconsciente. Aunque desdeñaba la melodía pétrea y, en cierto modo, empíricamente registrable de Hegel, supo que caía en sus brazos teóricos al intentar un sistema que lo contradijera. Pero con la inversión sociedad civil-estado, se autoclarificó respecto a los macromecanismos que operan en la sociedad. Después sobrevendrían las determinaciones economía-política, relaciones de producción y relaciones de reproducción, se develaría el concepto de modo de producción; no obstante, el hallazgo metodológico de aquel par de categorías implicaba un cambio decisivo para el análisis de la sociedad moderna y se proyectaría hacia las intermediaciones que pudieran sobrevenir antes de alcanzar la sociedad verdaderamente armónica y solidaria consigo y, por supuesto, con su otro yo, la naturaleza.

4. Es la interacción sociedad civil-estado un aporte esencial para trabajar la esfera política comportamental. El haber descuidado dicha relación que posee su propia identidad influyó, de modo indudable, en los desmontajes de los proyectos socialistas de Europa Oriental y de la URSS.

5. Llama la atención que donde dicha relación nunca se definió en los términos occidentales, la situación ha sido, hasta ahora, otra. Sigue, sin duda, esta relación interactiva constituyendo un mecanismo que no puede soslayarse en los procesos de tendencia socialista, así como, por supuesto, en la estabilidad de las sociedades modernas en general.

6. La elevación a la esfera del comportamiento que se plantea en la Introducción a la “Contribución a la Crítica de la Economía Política” posee un valor metodológico extraordinario para las ciencias que poseen como objeto, comportamientos, porque devela: a) la diferencia existente entre lo general, sus mediaciones y el fenómeno concreto, b) el hecho de que no es científico examinar el fenómeno, aunque sea de modo multidimensional, sin buscar lo permanente, lo regular, lo vinculante con las determinaciones de otros fenómenos, c) los cambios que se producen tanto en el fenómeno como en lo que Marx llamó su esencia, originan nuevos complejos a los cuales hay que examinar, sobre la base de su lógica específica.

7. Aunque todo lo anterior colinda con la epistemología, o es expresión de ella, alcanza un valor decisorio para el análisis metodológico de la política. Además, en relación con una sociedad concreta en un estadio de desarrollo determinado, en el mundo de hoy, a la premisa epistemológica de que tratamos en el párrafo anterior, unimos otra, la descrita relación sociedad civil-estado, que aunque se utiliza en filosofía política y social, por su capacidad instrumental corresponde, por derecho propio, a una ciencia que estudia la política, sus teorías, sus sistemas, sus procesos, sus conflictos, su formación y toma de decisiones, sus políticas, la diferenciación entre espacios públicos y privados, y la conducta de grupos de dimensiones plurales e incluso de individuos, líderes, teóricos o ciudadanos comunes.

8. Trae a la ciencia política formas cognitivas de aproximación a los referentes reales, diversas de las estatuidas por la línea de desarrollo Maquiavelo-Locke-Hobbes-Montesquieu-Tocqueville porque son inclusivas de la historia y la ética en los fines y en las mediaciones, con lo cual la mecánica comportamental de Descartes se supera de modo aproximadamente total.

9. Aunque Marx no realizó una clasificación de las ciencias lo cual quedó para Engels -el que se basó en los tipos de movimiento, generalización disciplinariamente válida hasta hoy, tanto en las grandes divisiones como en las mediaciones-; ni uno ni otro desdeñaron las llamadas ciencias naturales, ni minusvaloraron las cualificadas como ciencias del espíritu, según la difundida clasificación de Wilhem Dilthey. Inclusive, los aportes de aquellas últimas producían un mayor gozo a los sentimientos de Marx, según expresa Engels, en su famoso Discurso ante la tumba de Marx- que resume un artículo biográfico publicado en el almanaque Volkskalender titulado “Carlos Marx”-(1), en el cual plantea los que considera sus dos mayores descubrimientos : a) “la revolución que ha llevado a cabo en toda la historia universal (…) que todas las luchas políticas, tan variadas y complejas, sólo giran en torno al poder social y político de unas u otras clases sociales”(2), y b) “el haber puesto definitivamente en claro la relación entre el capital y el trabajo”, (….) “haber demostrado cómo se opera, dentro de la sociedad actual, con el modo de producción capitalista, la explotación del obrero por el capitalista.”(3)

10. En estos dos descubrimientos que Engels considera de envergadura mayor, una ciencia de los comportamientos políticos puede asumir su macrobjeto de trabajo y su metodología general, a saber: a) la relación entre los grupos y el poder político, b) la relación intersubjetiva vinculante entre capitalista y obrero en el plano social que aunque posee una base de orden económico, su modo de operación corresponde a un subsistema supraestructural jurídico y político.

11. Con la “Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel”, Marx se inscribe en la Filosofía Política y proporciona una fuente, presente en toda su obra, para una Ciencia Política no clásica, alternativa, que no desconoce el movimiento histórico de la totalidad, ni el papel decisorio de las mediaciones entre el saber más general y los conocimientos que aportan las ciencias particulares. Por supuesto, este nivel tenía su propia lógica sintetizadora, y su salida, frecuentemente, directa a la práctica política de los sujetos; pero no pretendía un pensamiento único, porque ante la diversidad de actores relacionados con el poder político, se imponían multiplicidad de respuestas, todas relacionadas con los procesos históricos que eran su fuente y los fines de cambio del statu quo.

12. No quiere decir lo anterior que califiquemos a Marx como un cientista político. No lo fue, en su macroempresa, la totalidad social en su movimiento se inscribe en la filosofía, en la filosofía social, en la filosofía política, en la ética, pero asume las relaciones económicas como la causa, de última instancia de los procesos sociales, por lo cual se aproxima a la economía, como se sabe, en tres decisorios momentos de su obra en la búsqueda también de un triunfo científico para su partido político. En ese recorrido descubre la plusvalía generada por el obrero y de la que se apropia el capitalista, por lo cual es su generador el portador enajenado doblemente de los cambios sociales. Enajenado en cuanto al que aporta la fuerza de trabajo que no le es retribuida, y enajenado porque hace suya, de modo inconsciente o consciente; aunque impelido por la necesidad, que la superestructura política y social que sostiene es la única posible. En los “Manuscritos económico-filosóficos de 1844”, antecedido por el concepto de revolución humana y de su portador material, el proletariado, develados en la “Introducción” a la “Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel” Marx encuentra al concepto de praxis, con el cual privaba a la enajenación del valor metodológico que lo había acompañado en sus primeros escritos, por su polisemia y su tendencia al estatismo. En efecto no sólo es polisémico el concepto de enajenación, sino asimismo situacional. La emancipación-desenajenación del hombre pasaba necesariamente, por la revolución humana en sus diversos estadíos.

13. Marx conoce que la organización política de una sociedad concreta desempeña un papel esencial en su movimiento hasta el extremo de que valora como luchas esenciales para los cambios, las acciones de sujetos, y de grupos de sujetos en relación con el poder, ya que no basta saber el contrario, sino actuar para reemplazarlo posicionalmente.

14. Estas enseñanzas metodológicas en política conservan su valor hoy, porque mientras haya grupos sociales diferenciados en lo económico-social, el proceso de emancipación no podrá detenerse. Sólo que es más fácil fijar el objetivo que encontrar la hipótesis que guíe su consecución.

15. Consideramos a Engels como el mediador hacia el cientista político marxista que fue Lenin (5), como hemos dicho en otras oportunidades (6); pero Marx pone sobre el tapete, desde la filosofía, las problemáticas cuya valoración, conducción y solución serán objeto de una ciencia política no lineal, capaz de universalizar verdaderamente su objeto y métodos.

16. Si en alguna obra se expone la imbricación entre la política interna y la política exterior, “La guerra civil en Francia” puede devenir paradigmática, lo que se constata al analizar la situación de la Europa de la época. Marx da un valor condicionante a las relaciones exteriores, precisamente, a partir del carácter universal de las clases burguesía y proletariado. En el “Primer Manifiesto del Consejo General de la Asociación Internacional de los trabajadores sobre la guerra franco-prusiana”, Marx demanda que las leyes de la moral y la justicia presidan las relaciones entre las naciones, del propio modo que sucede con los individuos. (7)

17. Además, después de la Liga de los Comunistas que pide la unión de todos los obreros, el próximo partido que asume Marx, es una asociación confesamente internacional. Marx analiza la manipulación que se realizó con el plebiscito llevado a cabo por Napoleón III, en el cual, el campesinado se manifestó a favor de la política presuntamente democrática del Emperador, no obstante, hay que reconocer que no era fácil que la clase obrera comprendiese la maniobra y la rechazase.(8) No obstante, la clase obrera actuó como un partido político, hecho que Marx demandaba de la clase para que pudiera evaluarse como clase para sí (o política en un sentido marxista), aunque como dijo Lenin, el asalto al cielo que se produjo en 1848 y 1870 no se repetiría.

18. De todos modos, a nosotros nos interesa destacar el examen que hace Marx del comportamiento del Emperador, de los grupos sociales, de los gobiernos europeos y de la prensa, además, por supuesto, de las Bolsas, donde toma en cuenta la historia del problema y el papel decisorio de la política en la coyuntura que analiza.

19. La guerra es el hilo conductor de los Manifiestos del Consejo General de la Asociación Internacional de los Trabajadores donde, por primera vez, se preconiza la unión de todos los proletarios y que, en la práctica política se supera el nacionalismo estrecho en el seno de Francia y Alemania entre los obreros de ambos países. En ese sentido, las ideas de la I Internacional mostraron su capacidad de hacerse convicción en los obreros. También ello constituye una enseñanza para la conducción política.

20. Al tratar el problema de las fronteras, Marx destruye los argumentos en favor de las llamadas garantías materiales exigidas por Alemania, y califica de “completo absurdo” y de “anacronismo tomar las razones militares como el principio que debe presidir el trazado de fronteras entre las naciones”.(9)

21. Un momento excepcional en el tratamiento de las políticas corresponde al análisis de la guerra civil en Francia en 1871. Reconocida como una obra histórica maestra, las enseñanzas políticas de Marx trascienden a la situación concreta que analiza, en la cual, la transformación de la cualidad del gobierno en el poder, el papel desempeñado por la mediación, e inclusive, cuestiones de corrupción de personajes gubernamentales, los asesinatos masivos, los comportamientos duales de tropas del ejército, así como los errores cometidos por el Comité Central, y, en particular, el papel desempeñado por una creación de las masas francesas, la Comuna de París, que estrena formas estatales que niegan las establecidas tradicionalmente, entre ellas y como las más importantes, la supresión del ejército permanente y de la burocracia del Estado, su esencia y su sustancia, son fuente para investigaciones de perfil político.

22. El análisis de los elementos de fuerza del Estado y de sus fuentes y modo de reproducción espirituales no escapa a Marx, lo cual se constata tanto en “Las luchas de clases en Francia” como en “La guerra civil en Francia”. Considero de especial importancia, por el énfasis puesto en la condición de “dictadura” del dominio del proletariado, que aunque es obvio hoy que todo estado posee como su primer arma el “diktat”, Marx destaca una característica especial de la Comuna de París, pocas veces mencionada, la de que “(…) era una forma política perfectamente flexible, a diferencia de las formas anteriores de gobierno, que habían sido fundamentalmente represivas”(…),(10) lo cual atribuye al hecho de que era un gobierno de la clase obrera para llevar a cabo dentro de ella la emancipación económica del trabajo.”, es decir, que Marx valora la flexibilidad en el gobernar como elemento sine qua non para un proceso nuevo, sin precedentes históricos.

23. Marx no diferencia en sus obras entre estado y gobierno; pero aunque la Comuna es germen de un estado donde se produce la inversión de clases en el poder, es decir, del macrogrupo social más explotado de la sociedad capitalista, al no haberse producido cambio en las relaciones económicas, se origina un cambio de gobierno tendente a una nueva forma política estatal; pero aún no a la sustitución de un estado por otro. Podría asemejarse a lo que sucede en las sociedades capitalistas de la época y en las actuales, es decir, que el cambio de gobierno no es más que la continuación y la reproducción del propio estado y con él, del mismo sistema político. Sólo que la Comuna, en tanto gobierno, tendía a la destrucción, desde el interior del estado, de ese propio estado. No había nacido para perpetuarse, sino para dar paso a un gobierno nuevo y mejor.

24. Ello podría parecerse a la intentona de Allende en Chile, y sucedió en Cuba con el Gobierno Provisional Revolucionario, aunque en este caso, el germen del estado de las masas populares se había instaurado desde la insurrección, en particular, desde el Ejército Revolucionario “26 de Julio”, lo cual facilitó la eliminación de la contradicción entre la base económica y la superestructura política, por cuanto el nuevo estado, aunque no se había completado enteramente, poseía sus elementos de fuerza (fuerzas armadas, tribunales y otros) y la legitimación de la absoluta mayoría de la población tendente al cambio, lo que se convalida no sólo en las Declaraciones asumidas por el pueblo cubano, sino en su disposición y en su combate en las arenas de Playa Girón.

25. Marx especifica que “(…) que la Comuna había se servir de palanca para extirpar los cimientos económicos sobre que descansa la existencia de las clases y, por consiguiente, la dominación de clase (…)”. (11)

26. Volvamos a un elemento poco destacado en la literatura acerca del gobierno de la clase obrera, al cual nos referimos anteriormente, la flexibilidad que había demostrado la Comuna, y que evalúo de especial relevancia en los proyectos socialistas, por cuanto en estos al tratar la relación base económica-superestructura como el eje principal e imprescindible para el cambio de estado, no se trató con eficacia la pluridimensionalidad de toda sociedad y los intereses diversos de sus integrantes. En otros términos, la posibilidad de conflictos sociales, que poseen causas económicas; pero sólo en última instancia, a nivel de formación socioeconómica, concepto omnicomprensivo, pero inclusivo de varias instancias intermedias que en las sociedades concretas son decisorias, lo cual exige la toma muy en cuenta de las mediaciones.

27. Se puede invertir la propiedad de los medios fundamentales de producción; pero ello no elimina la multiplicidad de conflictos sociales. El considerar automático con el paso de los medios fundamentales de producción al estado, la estabilidad y gobernabilidad de una sociedad concreta de proyecto socialista, constituye una valoración que adquiere sólo un carácter decisivo en coyunturas de supervivencia como en las guerras; pero en la cotidianeidad, vuelve a tomar un peso relevante la “emancipación” de los factores y procesos que tienden a devenir enajenantes.

28. Aunque la “enajenación” había perdido su carácter metodológico desde los Manuscritos económico-filosóficos de 1844, su superación en tanto concepto no se elimina en la obra de Marx, que la mantiene aunque no en la condición de eje central; con una dimensión de gran alcance, cuando señala a su contrario “emancipación” económica, fuente última de la enajenación, como el objetivo de la clase obrera.

29. En este proceso lógico-discursivo, eminentemente filosófico, Marx sienta las premisas para las necesarias mediaciones políticas, para la ascensión a la esfera del comportamiento político, para la toma en cuenta de que en el tratamiento de la política, los fines estratégicos sólo pueden alcanzarse con pasos mediáticos plurales. De ahí la importancia de la flexibilidad que atribuye al gobierno de la Comuna que se vincula teórica y metodológicamente con su idea (12) de la “lógica especial del objeto especial” que considero una síntesis de la dialéctica materialista. En esa propia lógica se incluiría hoy la incertidumbre como un elemento objetivo a considerar necesariamente en los procesos y fenómenos.

30. En la Comuna, se cuestiona de forma esencial la legitimidad del gobierno y, por primera vez, el proceso de ampliación de las fuentes legitimatorias se traslada a las masas populares. De la legitimidad del rey de origen divino, se había transitado a formas de un carácter menos elitiario, pero es la Comuna la que elimina el carácter excluyente de que hace gala la burguesía, que en su momento fue excluida por la aristocracia. La legitimidad instaurada se contrapone a la legalidad formalizada por el Código Napoleónico de 1808.

31. En el tratamiento de los macrogrupos sociales, Marx examina su devenir comportamental, pronostica que “(….13) tres meses de libre contacto del París de la Comuna con las provincias bastarían para desencadenar una sublevación general de campesinos (…)”, por cuanto la Comuna era “la verdadera representación de todos los elementos sanos de la sociedad francesa, y por consiguiente, el auténtico gobierno nacional”,(14). A pesar de los comentarios posteriores de Marx respecto al campesinado parcelario francés, y el no haber continuado su tratamiento de la unión de obreros y campesinos por causa de la debacle de la Comuna y la posición del ejército francés en ella, nutrido en los campos, contrario sensu de la posición de Emile Zola, a quien detestó, por su mitificación del campesino francés, no es ocioso reconocer que en esta vinculación se encuentra la base de lo que se llamaría después por Lenin, la alianza de la clase obrera y campesina.

32. Esta relación unida a la valoración que hace de las comunas rusas en carta a Vera Zasulich, implica que, a pesar de su aflicción respecto a la represión de que fueron objeto los obreros franceses, mantuvo la perspectiva de la necesidad de la unión de las grandes masas de la sociedad, lo cual se manifiesta, a posteriori en Engels quien, preguntado si un campesino podría entrar en el Partido Obrero Socialdemócrata Alemán, responde que si acepta su ideología, por supuesto, por cuanto la polarización esperada de la burguesía-proletariado no se había producido en la vida real, y es esta la que dictaba las fórmulas políticas.

33. Si la lucha por el poder implica una estrategia de fines específicos, la conservación del poder exige una nueva que privilegie la gobernabilidad, la disminución de la conflictualidad de los más variados tipos. Narra Marx lo que llama el cambio operado por la Comuna en Paris. “Por primera vez –dice-desde los días de febrero de 1848-, se podía transitar seguro por las calles de París y eso que no había policía de ninguna clase”(15).

34. Quedó claro para Marx que los obreros no tenían ninguna utopía que implantar, sino que su emancipación tendría que ser el resultado de largas luchas. En la Comuna, el asalto al cielo se había producido por espontaneidad de las masas. Pero como bien había pronosticado Marx, sobre la base de una información plural, que incluía la inteligencia, la Comuna no podía triunfar ante la unidad de los gobiernos y las clases dirigentes de Francia y Alemania en contra de los obreros; pero una vez desencadenada la lucha, la Asociación Internacional de los Trabajadores no podía darle la espalda. Por ello, de hecho, como es conocido, hasta los blanquistas acogieron las ideas políticas marxistas en el proceso de lucha por instaurar el gobierno de los obreros. Consideramos una cuestión decisoria en la formación de estrategias para una Ciencia Política sobre la base de la Filosofía Política marxista, la conjugación de las tomas de decisiones políticas dirigidas a la conducción de los procesos y las demandas e iniciativas espontáneas de las masas o siguiendo la caja negra deEaston y Dahl, con las modificaciones actuales, el input de las masas tiene que encontrar salidas adecuadas lo cual corresponde a su inteligencia política.

35. Una cuestión que Marx trata con mucha precisión y que tendría que tomarse en cuenta al diseñar la prospectiva y estrategia de proyecto político socialista es que sólo “En la fase superior de la sociedad comunista, cuando haya desaparecido la subordinación esclavizadora de los individuos a la división del trabajo, y con ella, la oposición entre el trabajo intelectual y el trabajo manual (…) sólo entonces podrá rebasarse totalmente el estrecho horizonte del derecho burgués (…)”(16), lo cual debe difundirse para no crear falsas expectativas.

36. Al abordar las capas medias, Marx enseña, a diferencia de Lassalle, su capacidad de actuar de modo revolucionario, lo cual revela la necesidad de contextualizar el movimiento de los grupos y no clasificarlos de comportamiento estático con lo cual se conjuga la tendencia y la coyuntura. Ello no sólo fue válido históricamente, sino también pesa en un comportamiento futuro.

37. En relación con la escuela, Marx plantea su separación de la Iglesia; pero también del Estado, parece, y decimos parece, porque con unos pocos párrafos no podemos elevar dicha proposición a nivel de concepción; no obstante, podría ser una de las restituciones a la sociedad civil a las que se refirió Marx, aunque considera que ello no implica que no se imponga una Ley general de la educación. Por supuesto, Marx se refiere concretamente al estado prusiano; pero critica al Programa del Partido Obrero Socialdemócrata Alemán en ese sentido, ya que considera que el Estado no puede ser educador del pueblo. Por otra parte, no hay que minusvalorar que Marx a veces distingue y otras no, los niveles y funciones diferentes del gobierno y del estado.

38. Otra cuestión de dimensión esencial es lo que se denomina “período político de transición”(17). Este período posee como estado lo que llama “dictadura revolucionaria del proletariado” y se extiende desde la sociedad capitalista (18) a la sociedad comunista. Si unimos esta conceptuación al movimiento de las clases expuesto en la Carta de Marx a Weydemeyer de 5 de marzo de 1852, y a lo conceptuado anteriormente acerca del Derecho burgués, vemos que hemos desaprovechado una fuente de conocimiento de la conducción política para una política de las masas explotadas que Marx nos donó, así como la necesidad de ser analistas realistas.

39. En estas reflexiones, sólo queremos mostrar las posibilidades heurísticas que brinda la obra de Marx para una ciencia política alternativa, a partir de una línea de desarrollo de pensamiento que se distancia, por su complejidad, de la línea que siguió la mecánica de la industria de las chimeneas para continuar después con una metafísica de la tecnología cuando el conocimiento pareció ocupar el lugar privilegiado en la producción, al brindarle un nuevo aire al capitalismo en su fase de capital especialmente especulativo y ficticio, y cuando los macrogrupos sociales parecieron transformarse, unos con refeudalización, otros emergieron para supervivir en masas estructuradas de modos plurales, y en su vértice contrario, el gobierno leviatánico, apoyado por elites cada vez más estrechas, aunque contando con poderes también emergentes; pero con fuerza económica y tecnológica de inmensos alcances.

40. Muchos son los nuevos problemas que una Ciencia Política Alternativa tiene que abordar, algunos fueron preanunciados por Engels, pronosticados por Lenin; no obstante, la política de los dirigentes comunistas tomó sus propios reguladores ideológicos de las conferencias de los partidos, de los consensos de sus reuniones, con lo cual, en algunas ocasiones cruciales se distanciaron del curso de los procesos históricos, políticos, técnicos, sociales, al confundir criterios consensuados o impuestos por la dirigencia de la III Internacional y/o por el Partido Comunista de la Unión Soviética con los procesos históricos, sociales, políticos, cognitivos reales.

41. No es tarde, creemos nosotros para retomar una vía adecuada a nuestros objetivos, por ello, consideramos que pensar la Ciencia Política desde el Sur, en tanto concepto político, a partir del comportamiento políticos de macrogrupos, grupos, movimientos, estados, naciones, líderes, individuos, sin descuidar el comportamiento de los que se sientan en los centros mundiales de poder; más universalizando la reflexión con las complejidades que aportan los procesos políticos diferenciados de la línea euronorteamericana, de pensamiento único, y releer a Marx con esa óptica, así como a otros marxistas y leninistas, nos proporcionaría una fuente de inestimable valor, para la conducción de los procesos políticos en función de asumir el poder y de conservarlo.

42. La primera fuente en el ámbito de la filosofía, de la filosofía social, de la economía, así como de la política desde el punto de vista metodológico nos la dio Marx, al buscar el referente real y pensar su reproducción simple y ampliada, y analizar los que fueron éxitos indudables de los cambios históricos para la tendencia socialista, así como sus errores, el primero de los cuales es repetir a Marx, sin la contextualización de hoy, donde han surgido problemas globales que inclusive desafían la supervivencia del hombre en tanto naturaleza.

43. Como se ha dicho en forma reiterada, Lenin “revisó” a Marx, por cuanto Pléjanov yTrotsky eran más apegados a la letra de Marx, el primero con el seguimiento de la línea establecida por el Partido Obrero Socialdemócrata Alemán, el segundo con su valoración de la clase obrera como tendente a único actor protagónico por ser el productor de plusvalía y clase histórico-universal. En mi criterio, Lenin fue el más fiel intérprete del espíritu deMarx, al plantearse como objetivo la transformación del mundo, a partir de la situación que existía a fines del siglo XIX y principios del XX, ya distante de la analizada por Marx. El develar lo esencial del marxismo y en ese esencial, comprender los cambios ocurridos en el objeto, que obligaban a cambiar la “Lógica” para reproducir el referente real, confirma el carácter eminentemente creador de la estrategia leninista, capaz de concebir lo local sin desvincularlo de lo global. En ello quizá ayudó su larga permanencia en la Europa occidental, y su dominio de las condiciones concretas de Rusia.

44. No por casualidad, asume como nombre de guerra el de un río ruso, lo cual en mi criterio refleja determinadas posiciones políticas, que no abordamos porque no es un objeto a tratar aquí.

45. La “revisión” que hace Lenin, informó teóricamente el curso de los acontecimientos de la mayor parte del siglo XX, hasta predijo una segunda y tercera guerra mundiales, luego la práctica confirmó la estrategia y prospectiva leninista, lo que, integrará la ciencia consensuada, cuando el análisis sea más objetivo y científico. Estamos seguros que entonces se le otorgará el lugar corresponde tanto con relación a Marx, como en su vinculación con el curso mundial. De todo ello, extraemos un planteamiento metodológico, Lenin tomó aMarx, seguramente dónde este querría ser tomado, en la búsqueda de un triunfo científico para su partido político, partido político que no puede desvincularse de la idea del jovenMarx de la revolución humana -y en la ascensión a las nuevas complejidades del comportamiento político, económico y social-. Inclusive, el orden de los factores en la época de Lenin, en la esfera de las conductas políticas había cambiado sensiblemente desde la época de Marx, como ahora se distancian ante los cambios ocurridos, resultados de las revoluciones científico-técnicas y de la transformación del capital especulativo hacia una fase nueva, ficticia, y prácticamente virtual, lo cual implica un análisis nuevo en el cual estén presentes las ideas totalizadoras y sistémicas de Marx, la dialéctica política leninista, la objetividad de lo global, la relación diferente certidumbre-incertidumbre, las nuevas ciencias que debilitan la disciplinariedad y favorecen la unidad del conocimiento científico y los riesgos, nunca antes conocidos, que alcanzan a la supervivencia de la especie y del planeta.

46. Creo, por un análisis sereno, aunque no exento de pasión por convicción, que Marxtiene mucho que aportar aún a una ciencia de los comportamientos políticos, inclusiva, donde están presentes la dinámica de grupos de todos los continentes, porque en la medida en que el capitalismo actual ha penetrado en todas las sociedades, fomentado sus guerras, devenido su marco –aún para sistemas mundiales-, el pensamiento del genio de Tréveris posee vigencia heurística para las ciencias sociales en general, sin excluir una ciencia política verdaderamente universal, en la cual no se margine el mundo tercero, ni el sur político existente al interior de los países sofisticadamente industrializados y en el centro de las revoluciones científico-técnicas, lo cual ha sido reconocido en parte, en los media, al denominarlo el filósofo del milenio.

47. Si nosotros queremos replantearnos la Tesis XI de Marx sobre Feuerbach, en el cual se vinculan cognición y acción, pensamos que la mediación necesaria, implica la renuncia a la línea euronorteamericana paradigmática de la ciencia política considerada válida para un mundo cada vez más complejo, multicéntrico, plural, sociodiverso, en riesgo continuo, y la construcción de una Ciencia de los comportamientos políticos desde el marxismo, desde el leninismo, desde el tercer mundo, desde el Sur, y en ello, podemos aunar las experiencias de conducción política de países, pueblos, macrogrupos y microgrupos sociales, líderes y pensadores que han tomado como objeto sus procesos y sujetos protagónicos.

Notas

1 Engels, F., “Carlos Marx”, en Obras Escogidas en un tomo, Editorial Progreso, Moscú, s/f, pp.382-392.
2 Ibidem.
3 Ibidem.
4 Ver de la propia autora su artículo “¿Ciencia Política en Lenin?. Conjeturas y bosquejos.” En la revista internacional Marx Ahora, La Habana, números 4-5,1997-1998, pp 53-75.
5 Para Engels,” la relación grupo social-estado-situación constituyó un verdadero eje teórico-metodológico de su quehacer científico, en el cual comenzó por un partidismo filosófico por una parte, y una recogida de datos empíricos por la otra”, en REFLEXIONES Y METARREFLEXIONES, Editorial Félix Varela, La Habana, 1998, p.26.
7 Ibidem.
8 Op. Cit. 123.
9 Op.Cit. 131.
10 “La guerra civil en Francia” Obras Escogidas en tres tomos, Editora Política, La Habana, 1963, Tomo II, p. 16
11 Ibidem
12 Crítica de la filosofía del estado de Hegel, Editora Política, La Habana, 1966, p.143.
13 Ibidem, p. 167.
14 Ibidem.
15 Ibidem, p.170.
16 Op. Cit, “Crítica del Programa de Gotha”, p. 234.
17 Ibidem. P.242.
18 Ibidem.

Foto: Thalía Fung
Thalía Fung Riverón 
Licenciada en Derecho por la Universidad de Oriente y en Letras por la Universidad de La Habana. Doctora en Ciencias Filosóficas por la Universidad Lomonosov de Moscú y en Ciencias por la Academia de Ciencias de la URSS. Profesora titular consultante e investigadora titular de la Universidad de La Habana. Presidenta del Tribunal Nacional Permanente de Ciencias Políticas y miembro del similar de Filosofía. Miembro del Consejo Científico Universitario. Coordinadora de las Maestrías en Ciencias Políticas. Especialista en Filosofía Política y Ciencia Política. Como Presidenta de la Sociedad Cubana de Investigaciones Filosóficas se ha preocupado en abrir nuevos caminos cognitivos y epistemológicos, en particular, en la fundación de una Ciencia Política Alternativa al pensamiento único y en los nuevos saberes medioambientales y bioéticos.





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