19/11/13

Marx, el dinero y la crítica

  • “Nadie vive porque quiere. Pero, después de que se vive, hay que querer seguir viviendo” | Ernst Bloch
Karl Marx
✆ Thierry Ehrmann
José Guadalupe Gandarilla Salgado  |  Shlomo Avineri piensa que la crítica a la filosofía política hegeliana, que se llevó a cabo en 1842–43 «constituye el más sistemático de los textos de Marx sobre teoría política» (Avineri, 1983: 75), lo que es más, encuentra ahí elementos para sostener que si fuera posible reconstruir el llamado ‘Libro sobre el Estado’ (cuarto según el ordenamiento en seis libros de la obra definitiva de Marx), éste tendría que encontrar ahí su punto de partida; opinión que no es tan distinta en Maximilien Rubel (1980). Sin embargo, es susceptible de atender la observación del filósofo español Felipe Martínez Marzoa en el sentido de que aquella sería la estereotípica y más conocida crítica de «lo político», pero que es posible encontrar «cierta crítica ... que resulta ... de la versión última y madura –no concluida– del proyecto de El capital ... [crítica]... mucho más esclarecedora» (Martínez, 2008: 10). Esta discursividad crítica de «lo político» que a Martínez Marzoa le interesa puede ser rastreada en la primera (la de los Grundrisse de 1857-58) y en la última redacción de El capital (la de 1867 – 73). En este artículo trataremos de discernir lo que está en juego en el «Capítulo del dinero» de la primera obra, y dejaremos para un futuro trabajo la que se desprende de las primeras dos secciones de El Capital.

Mientras para Hegel la satisfacción de las necesidades de la unidad básica familiar queda en un terreno situado por fuera de la política
y la economía, comprometiendo, en todo caso, a una esfera abstracta del «deber ser», de una hi­potética formulación de buenos deseos:
que todos los hombres deben tener lo necesario para sus necesidades es, en parte deseo moral y, expresado con esa indeterminación ... bien intencio­nado; pero, ... lo necesario ... pertenece a otra esfera: la Sociedad Civil (Hegel, 1985: 71).
Lo necesario, entonces, es oferta, es dispo­sición, no es algo normativo, que obligue. Para Marx, en cambio «la finalidad de la Economía Política es, evidentemente, la infelicidad de la sociedad» (Marx, 1984: 56), y las necesidades son determinación material. Mejor no lo podía haber sintetizado que del siguiente modo:
Para cultivarse espiritualmente con mayor libertad, un pueblo necesita estar exento de la escla­vitud de sus propias necesidades corporales, no ser ya siervo del cuerpo. Se necesita, pues, que ante todo le quede tiempo para poder crear y gozar espiritual­mente (Marx, 1984: 61).
Asunto que se verá más clarificado aún en su obra ya madura: «Al principio el efecto es más material. Se amplía el círculo de las necesidades; el objetivo es la satisfacción de las nuevas nece­sidades» (Marx, 1989: 195).

Pareciera que Marx habla desde sus juveniles y universitarias preocupaciones a propósito de la filosofía de Epicuro, en aquello que éste llegó a expresar: «La necesidad es un mal, pero no hay ninguna necesidad de someterse a la necesidad» (Citado en Domenech, 1989: 9). El vector que pareciera estar orientando las apreciaciones políticas del filósofo de Tréveris es el de un principio, el de la vida humana, entendida como esquivamiento y satisfacción de la necesidad, y el de la libertad, como po­sibilidad de actuación ante la contingencia. La libertad hay que vivirla y no sólo pensarla, y ella no se da en un acto de conciencia solamente sino en la procuración de la corporalidad: para crear hay que poder vivir.

J.G. Gandarilla Salgado
José Guadalupe Gandarilla Salgado  es investigador del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades, y profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Obtuvo Mención especial en el concurso internacional de ensayos organizado por CLACSO ‘Los legados teóricos de las ciencias sociales en América Latina’. Su más reciente libro lleva por título ‘El presente como historia. Crisis capitalista, cultura socialista y expansión imperialista’ (México, CEIICH – UNAM, febrero de 2008), como compilador ha publicado recientemente La Universidad en la encrucijada de nuestro tiempo (México, CEIICH – UNAM, noviembre de 2009). Obtuvo e impartió, entre agosto y noviembre de 2009, la Cátedra Florestan Fernandes de CLACSO, con el curso de formación a distancia ‘Pensamiento latinoamericano y sociologías del sistema mundial’.



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