uno de ellos, ha relatado que después de 25 horas de tránsito en el océano se acercaron a 800 metros de la isla y detuvieron el motor a la espera de los guardacostas. Eran las cuatro de la madrugada aproximadamente cuando aparecieron en el sitio dos naves de la Marina italiana. Ahmed ha insistido en que
giraron alrededor de la barcaza en dos ocasiones y "Luego, se fueron por donde vinieron", antes de que una cadena de sucesos desafortunados produjera el naufragio.
Carmine Menna, habitante de Lampedusa, quien se encontraba
con varios amigos en un barco cercano al sitio donde ocurrieron los hechos ha
testificado que cuando llegaron las lanchas salvavidas ya habían logrado subir
a bordo de la eslora del barco a 47 personas. Entonces, le solicitaron a los
tripulantes hacer el transbordo, pero estos se negaron, por cuanto "esperaban instrucciones de Roma y,
mientras, tomaban imágenes de lo que estaba sucediendo". Menna ha
añadido que el tiempo promedio de tránsito entre el puerto y el lugar del
naufragio es inferior a 10 minutos, pero la guardia demoro en llegar más o
menos una hora.
Este comportamiento de la marina itálica que viola los
postulados del derecho de socorro, definido por las convenciones de Naciones
Unidas, ya tiene antecedentes y hace parte de la guerra social de las elites
italianas, europeas y metropolitanas, en general, en contra de la poblaciones
trashumantes que intentan salir del infierno de la pobreza absoluta producida
por la dominación imperial ejercida por esas mismas elites durante siglos.
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