Karl Marx & G.F. Hegel ✆ A.d. |
Emre Görür | “Nosotros como hegelianos armamos con la
ideología y la ciencia del espíritu. Nuestra obligación es llevar la conciencia
al espíritu para que ejecute su misión histórica. Nuestro éxito es la garantía
de la subjetividad.”
I. Por supuesto
ésta no es una cita. El que sabe lo que significa el espíritu no defiende esta
opinión. Un marxista promedio sabe que las palabras como éstas son absurdas.
Bueno, si escribimos “marxista” por “hegeliano” y “proletariado” por “espíritu”
¿qué cambia? Si el proletariado se ve como el sujeto histórico, teóricamente no
cambia nada. Esta situación muestra que los argumentos teóricos de muchos
marxistas son débiles. Marxistas generalmente definen dos sujetos: el proletariado
como sujeto histórico y la organización o el partido como sujeto político. En
general esta separación se saca de la total aritmética de la obra de Marx y
Lenin: de la de Marx y Engels se saca el sujeto histórico y de la de Lenin la
opinión de llevar conciencia desde fuera. Por este concepto, aceptar el
proletariado como sujeto histórico es una de las cláusulas principales de ser
marxista, pero “como enseñó Lenin”, el proletariado necesita un admonitorio
para tener esta cualidad. ¡El proletariado es el sujeto histórico, pero si el
partido marxista le lleva la conciencia política!
Grupos políticos marxistas que reconocen al sujeto
histórico, por sus propósitos políticos, obligatoriamente aceptan la doble
ontología. No le dejan el espacio ontológico completamente al sujeto histórico
y también se abren un espacio para ellos mismos (el sujeto político).
En cambio, por requisito de la coherencia teórica se debe
defender uno de dos tipos de sujeto: el sujeto histórico o el sujeto político.
El sujeto histórico es una categoría filosófica. El que
argumenta que el marxismo reconoce un sujeto histórico, reduce el marxismo a
una filosofía, es decir, al idealismo histórico. Una estructura que tiene
idealismo histórico, categóricamente no puede incluir ni la ciencia ni la
política. Si existe un sujeto en la historia no se puede mentar al materialismo
histórico.
El sujeto histórico es “Dios”. El mismo determina el flujo
de la historia. No depende de ninguna causalidad. No reconoce ninguna ley. Por
el idealismo histórico, la historia es biografía del sujeto histórico.
Hegel, quien defendía que el dualismo entre la naturaleza y
el espíritu (o dualismos del objeto y el sujeto, la materia y la razón, la
necesidad y la libertad, etcétera) resolverá en favor del espíritu, mencionaba
sobre eso. Según él, el ser humano va a alcanzar por la filosofía el “Estado de
la realidad” que constituye por ella y con este instrumento pondrá uno de
rodillas a la naturaleza. “En la naturaleza, la obra de la razón está
encadenada a la necesidad, pero el reino del espíritu es el reino de la
libertad.”1 El ser humano va a reglamentar el mundo con su pensamiento.
Sólo hace falta saber utilizar la razón.
En las eras que el ser humano no utiliza su razón el
espíritu se duerme. El espíritu se despierta por la Ilustración, amplia el
espacio de la libertad y al fin proclama su victoria contra la naturaleza.
En este punto una pregunta principal viene a colación a la
fuerza: estos pensamientos que son idealistas evidentemente, ¿cómo se los
apropian en nombre del marxismo?
En la historia del marxismo aparecieron dos canales teóricos
principales. Uno de éstos es la línea de Hegel-Marx joven-Lukács. Y el
otro es la línea de Spinoza-Marx (maduro)-Althusser. En el centro de la
separación se queda la relación entre el hegelianismo y el marxismo. En la
opinión de Georg Lukács hay que dejar los pensamientos filosóficos de Engels y
Lenin para volver a Hegel. Lukács defiende el argumento principal del idealismo
que creció por la línea de Platón-Aristóteles-Kant-Hegel. Ésta es la identidad
del pensar y el ser.2 Él hubo escrito así: “(...) la unificación hegeliana
–dialéctica– del pensar y el ser, la concepción de su unidad como unidad y
totalidad de un proceso, forman también la esencia de la filosofía de la
historia del materialismo histórico.”3
El alegato de que el proletariado es el sujeto histórico,
primera vez en la historia del marxismo tenía sentido categórico con esta
corriente. Los conceptos humanistas que eran tendencias flojas en el marxismo,
con el “marxismo” lukacsiano encontraban un canal para prevalecer.4
Esa teoría tiene su fuente en las obras filosóficas que Marx
escribió en su período juvenil. Marx joven también veía el camino de la
“salvación” en la realización de la filosofía. Escribía así: “El cerebro de
esta emancipación es la filosofía y su corazón es el proletariado: el
proletariado no puede ser eliminado sin la realización de la filosofía.”5 Marx
joven que también mencionaba sobre la naturaleza humana, la realización del
humanismo, poner fin a la alienación, estaba en el cosmos de la filosofía (la
ideología) alemana.
Lukács que veía el proletariado como el sujeto-objeto
idéntico y Marx joven, como hegelianos, tenían coherencia teórica, pero sus
conceptos eran cerrados categóricamente a la política.
II. Louis
Althusser defendía el otro canal teórico del marxismo. Él, que reconocía la
separación entre el pensar y el ser, luchaba para formar un materialismo
epistemológico. Según su lectura del marxismo, en el libro La ideología
alemana(1845) se realizó la ruptura epistemológica de las ideologías teóricas
–y por lo tanto del hegelianismo también– que significaba pasar de la filosofía
de la historia a la ciencia de la historia.
Es correcto que el marxismo no incluye la categoría del
sujeto histórico. Sin duda el que representa al marxismo es Marx maduro, no
Marx joven. El marxismo no ve la historia como un espacio de soberanía para el
sujeto. En el marxismo, la historia es una “lucha” entre las fuerzas
productivas con las relaciones de producción y los determinativos son las
fuerzas productivas.6
Marx cuando salía del “cielo brumoso de la fantasía
filosófica”7 rechazaba la categoría humana. De la misma manera la
categoría del proletariado también. Marx y Engels cuando decían proletariado se
referían a los seres vivos (los obreros) y no les atribuían la “deidad”.
Por el concepto de Marx y Engels el proletariado es el
“sujeto social”. Porque la revolución social es el resultado obligatorio de la
contradicción entre las fuerzas productivas con las relaciones de producción y
la ciencia de la historia “demuestra” que el “sujeto” de la revolución es el
proletariado.
Pero si el proletariado es el “sujeto social” no queda
ninguna misión para el partido marxista, excepto adaptarse al flujo de la
historia. En tal caso debe establecer en lo posible una relación intachable
entre el proletariado y el partido. Este concepto ve la política (vanguardia
revolucionaria) como el alquimismo de la revolución y la rechaza.
Esta situación muestra que se defiende el pensamiento de la
representación. Este concepto alega que entre el proletariado y el partido se
puede establecer una relación orgánica. En cambio, éstos tienen existencias
separadas y el partido tiene que establecer una relación externa con las masas
de todas formas.
La importancia teórica de la obra de Lenin comparece
esencialmente en este punto. Por el concepto de política de vanguardia dirigida
a rechazar el pensamiento de la representación. Ya el espacio político no debía
definirse por el componente ciencia del marxismo. Lenin no defendía el
voluntarismo contra el determinismo. De hecho, la obra de Lenin fue una
intervención al componente político del marxismo y a la relación entre la
ciencia y la política.
III. Este
artículo defiende que ni Lukács ni Althusser tenían razón. El marxismo no se
puede identificar con el hegelianismo, pero el alegato de la ruptura del
hegelianismo también es un comentario imprudente.
Por supuesto el marxismo tenía la pretensión de formar una
ciencia. Éste era el elemento que lo separaba de otras doctrinas de los
oprimidos. Hasta este momento el conocimiento era monopolizado por los
dominantes, y los movimientos de los oprimidos generalmente lo veían como un
arma del enemigo. Para las masas oprimidas rechazar el conocimiento era una
tendencia natural. El marxismo cambió esta situación y esto le dio la
oportunidad de tener éxito histórico ante otras doctrinas de los oprimidos.
El marxismo unió la política y el alegato de la ciencia bajo
su techo. El primero de estos componentes significaba la tendencia del
destructivismo revolucionario (especialmente el blanquismo). Y el otro exigía
el constructivismo, un camino reformista, porque se fundaba en el desarrollo de
las fuerzas productivas. Si no existiera la dialéctica hegeliana este
alegato de la totalidad no tendría razón de ser. La dialéctica tenía
función de “argamasa” para reunir los elementos tensos. Por lo tanto, la
dialéctica hegeliana era un componente obligatorio de la estructura del marxismo.
Marx y Engels definían la esclavitud salarial como la
característica del capitalismo y uno de las tres grandes formas de esclavitud.8 Según
el marxismo en la sociedad había un antagonismo entre las clases bajas y las
dominantes.9 Este antagonismo causaría el momento de su caída
inevitablemente y de esta manera la última forma de esclavitud (salarial)
terminaría conjuntamente con la civilización que desde el principio se fundaba
en la esclavitud. Esto significaría pasar a una sociedad sin clases, es decir
el comunismo. Por la apuesta histórica que hizo el marxismo, transformar
al ciudadano no era posible para el proletario. Objetivamente éste era un
desafío para los ideales del 1789.
Esta lectura de la historia había influido en la tradición
de la política revolucionaria. Pero la situación que no pudo ser posible para
los esclavos o los siervos, ¿por qué era definitivo para los proletarios?
Como expuso Gerald Cohen también, Marx había materializado
el esquema de la historia de Hegel.10 Marx también creía la idea del
progreso y fundó sus pensamientos en el dualismo de la civilización y la
naturaleza. Junto con la primera civilización el período de la vida al natural
(el comunismo “primitivo”) había terminado para el ser humano y así empezó la
lucha para subyugar a la naturaleza. El ser humano tendría éxito absoluto en
esta lucha contra la naturaleza para terminar la prehistoria de la sociedad
humana y pasar al comunismo. Es decir, Marx había cogido la dialéctica
histórica sobre el progreso del espíritu universal de Hegel y lo adaptó al
comunismo.
Por este motivo, el desarrollo gigantesco del capitalismo en
todo el mundo creaba las condiciones del comunismo. El capitalismo debía
liquidar otros modos de producción para quitar los obstáculos por delante del
desarrollo de las fuerzas productivas. Este proceso era una apariencia de la
lucha contra la naturaleza que ya estaba en su última etapa.11
Materializar el sistema de Hegel o poner de pie la
dialéctica hegeliana12 no lo había transformado a un instrumento inocuo.
La misión histórica que Marx encargó al proletariado, también fue un resultado
de la dialéctica hegeliana. Según la cual solamente el opuesto sistémico (el
proletariado) podría sustituir a la burguesía. Alegaba que el antagonismo era
entre la burguesía y el proletariado, pero a propósito de las colonias estas
clases tenían intereses comunes. Marx defendió que “Los obreros no tienen
patria”13 y explicó por una separación horizontal a los países
civilizados. En cambio, entre las naciones y entre los países colonialistas y
los pueblos colonizados había separaciones verticales también.
Tener colonias le dio una oportunidad a la burguesía europea
a compartir una parte de sus ganancias con las clases bajas. Así el proletario
empezó a transformar al ciudadano y eso agitaría toda la estructura marxista.
Ya existía el problema de la aristocracia obrera en la orden del día del
marxismo. Por este motivo, es decir, con el fin de reparar esta grieta en su
sistema con una intervención política, Marx defendió la independencia de
Irlanda ante Inglaterra aunque esto era contrario a su concepto. Pero el
proceso no paró. Hacia fines del siglo XIX, la imagen de los proletarios que no
tenían nada que perder excepto sus cadenas, había perdido su realidad
completamente en Europa.
De esta manera la totalidad del marxismo asegurada por la
dialéctica, se desintegró. Los sucesores de Marx y Engels en Europa aceptaron
que el proletario transformó al ciudadano y conjuntamente a la clase obrera se
integraron con el sistema. Los elementos del componente ciencia se derritieron
en el sistema. Y el componente político se abrió camino por la Revolución de
Octubre en los pueblos oprimidos y se juntó con sus tradiciones locales.
IV. Cuando el
marxismo entra al “oriente” normalmente debería cuestionarse la posición
privilegiada de los obreros. No solamente por la cantidad de obreros en estos
países, sino también a causa –por regla general– del carácter reformista de la
política obrera. Esto fue realizado en dos pasos principales por Lenin y Mao.
Aunque otras tendencias marxistas acusaban a los
bolcheviques de blanquistas o anarquistas y les veían como una “secta
herética”, los bolcheviques aceptaban la autoridad de la socialdemocracia.
Lenin empezó a tomar la iniciativa después de la “traición” de la
socialdemocracia en la fecha del 4 de agosto de 191414 y la Revolución de
Octubre que fue un resultado de la Primera Guerra Mundial, le dio una
oportunidad de ser la primera autoridad en la tradición marxista.
La transformación que el leninismo creó en el marxismo,
esencialmente se fundaba en la teoría del partido. Si volvemos al debate en la
segunda parte del artículo, Lenin cambiaba el pensamiento de la representación
por el concepto de política de vanguardia, pero esto era una situación contradictoria
todavía. Lenin atribuía ideologías a las clases sociales. Por eso siguió viendo
al partido como representante del proletariado. Los bolcheviques no trabajaron
entre los campesinos, hicieron alianza con sus “representantes”. Para los
bolcheviques –por supuesto– el alegato de continuar la conexión con la
tradición marxista era mucho más importante que la coherencia teórica. Además
cuidaban el equilibrio entre el constructivismo (socialista) y el
destructivismo revolucionario.
Rusia era un país colonialista y tenía relaciones históricas
y culturales con Europa. Cuando el leninismo se abrió a los pueblos colonizados
fue evidente que no podrían continuar la posición adoptada por los
bolcheviques. Los comunistas chinos que luchaban por órdenes de la III Internacional,
se enfrentaron con una derrota trágica. Ya era el tiempo de la transformación
del leninismo. Esta vez la iniciativa fue tomada por Mao Tse Tung que con su
exitosa marcha revolucionaria, desarrollada en las zonas rurales, rechazó
absolutamente el obrerismo.
Definir al maoísmo como un revolucionismo rústico,
históricamente es una perspectiva insuficiente. Mao no atribuyó ideologías a
las clases sociales y mostró que estaba contra la naturaleza de la política
darle privilegios a priori a algunos grupos sociales. La novedad que
hizo Mao era derribar la obligación de reconocer a los obreros como la fuerza
principal de la revolución. Ya los grupos sociales prioritarios deberían
definirse por las condiciones sociales y coyunturales de cada país.
Mao había seguido los resultados lógicos de la obra de
Lenin. De esta manera el alegato de la conexión con la tradición marxista se
debilitó demasiado. De ahí en adelante este alegato podría defenderse por el
partido, no por una clase social. El criterio de la revolución proletaria era
solamente dirigir la revolución por el partido que tiene ideología proletaria.
No era obligatoria la participación de los obreros en el proceso de la
revolución. Es decir, el liderazgo del proletariado en la revolución era el
liderazgo ideológico y se realizaba por el partido.15
En los países colonizados no se podía conseguir un
equilibrio entre el constructivismo socialista y el destructivismo
revolucionario. La necesidad del proceso revolucionario de estos países era quitar
los obstáculos por delante del destructivismo. Mao, quien purificó el
componente político y eliminó así el efecto del componente ciencia, respondió a
esta necesidad.
Notas
1 G. W. F. Hegel: Lecciones sobre filosofía de la
religión, Alianza Editorial, Madrid, 1984, p. 15.
2 Ver W. T. Stace: The Philosophy Of Hegel: A
Systematic Exposition (La filosofía de Hegel: una exposición sistemática),
Dover Publications, Nueva York, 1955.
3 Georg Lukács: Historia y consciencia de clase,
Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1970, p. 65.
4 Karl Korsch expresaba que los pensamientos
filosóficos de Lukács y los suyos mismos eran totalmente contrarios con los
pensamientos de Lenin. Ver Karl Korsch: Marxismo y filosofía, Ediciones
Era, México, 1971.
5 Carlos Marx: “Introducción para la Crítica de la
filosofía del derecho de Hegel”, en G. W. F. Hegel: Filosofía del derecho,
Editorial Claridad, Buenos Aires, 1968, p. 22.
6 Ver Gerald A. Cohen: La teoría de la historia de
Karl Marx: una defensa, Editorial Pablo Iglesias, Madrid, 1986.
7 Carlos Marx y Federico Engels: Manifiesto del
Partido Comunista, Editorial Progreso, Moscú, p. 60.
8 Ver Federico Engels: El origen de la familia, la
propiedad privada y el Estado, Fundación Federico Engels, Madrid, 2006, p. 190.
9 En las condiciones de los años 1840 esta opinión era
suficientemente persuasiva.
10 Ver Gerald A. Cohen: ob. cit., pp. 1-29.
11 Por estas razones Marx soportaba a los colonialistas
contra los pueblos colonizados.
12 Ver Federico Engels y Carlos Marx: Ludwig
Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana (y otros escritos sobre
Feuerbach), Fundación Federico Engels, Madrid, 2006, p. 39.
13 Carlos Marx y Federico Engels: Manifiesto del
Partido Comunista, ob. cit., p. 50.
14 Aprobar los créditos de guerra por la
socialdemocracia alemana.
15 Mahir Chayan, un líder guerrillero turco que fue
asesinado en el año 1972, defendía el concepto del liderazgo ideológico del
proletariado. Su principal esfuerzo intelectual fue teorizar la Revolución
cubana.
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