Domenico
Losurdo | El joven Marx acusa a la sociedad de su
tiempo como “negación del humanismo positivo (positiver Humanismus), del “ humanismo cabal” (vollendeter Humanismus) (2) y el “
humanismo real” (realer Humanismus)
(1) Formula su programa revolucionario enunciando un “imperativo categórico de echar por tierra todas aquellas
relaciones en que el hombre es un ser degradado, sojuzgado, abandonado y
despreciable” (3). Hay que acabar con un orden social en el que el hombre
“está bajo el dominio de relaciones y elementos inhumanos” (y no logra
ser todavía “ un real entre genéricos ”(4) Para Louis Althusser estas
formulaciones son ingenuidades ideológicas, felizmente superadas por el Marx
,maduro, más o menos a partir de 1846 cuando se produjo la “ruptura
epistemológica” y la retórica humanista, ayuna de la lucha de clases,
habría dado paso al materialismo histórico o , mejor dicho, a la ciencia
de la historia.
Es una interpretación, que en el plano filosófico adolece de
confundir la lucha por el reconocimiento y la inclusión real del esclavo o
semiesclavo en la categoría de hombre con un humanismo edificante que
desconoce o aparta el conflicto social. En realidad hemos visto como el joven
Engels invita al obrero a “salvar su humanidad” mediante la “rebelión
contra la burguesía”, es decir no con llamamientos morales
genéricos e indefinidos sino con una concreción política, con el
cuestionamiento de un sistema social bien definido. Y La Ideología Alemana se burla de Max Stirner quien había dicho que “los negros protagonistas de la
revolución de Haití y los negros cimarrones de todas las colonias no
quieren liberarse a sí mismos sino al hombre” (5)
El humanismo solo
es real cuando sabe delimitar y concretar la universalidad en luchas
determinadas. A Ruge, que ensalza la revolución de 1848 como la “más humana en
sus principios”, Engels le objeta que lo es porque “esos principios han nacido
del encubrimiento de intereses opuestos”, del conflicto entre el proletariado y
la burguesía capitalista. Por otro repetir (en septiembre del mismo años)
“visiones filantrópicas y frases
sentimentales sobre la fraternidad “solo sirve para embellecer “el canibalismo
de los crueles vencedores de las jornadas de junio en Paris y
los antagonismos que siguen estallando” (6) .En Marx y Engels
el reclamo al concepto universal de hombre y la lucha por el
reconcomiendo va a la par con la crítica del humanismo
edificante.
La tesis de Althusser tampoco convence en el plano
más estrictamente filológico. La presunta retoricas “humanistas”
con fuerza en el discurso sobre el libre cambio que pronuncia Marx en Bruselas
a comienzos de 1848 y que condena el capitalismo porque quiere reducir al
mínimo los costos “para mantener esa máquina que se llama obrero”.( A su vez el
manifiesto del partido comunista llama a echar por tierra un sistema, el
capitalista, que desconoce la dignidad de la gran mayoría de la población: se
acusa a unas relaciones socio0ecoinomicas que implican “la transformación en
maquina” de los proletarios degradados desde la niñez a W” simples
artículos de comercio e instrumentos de trabajo”. A “mero accesorio de la
maquina”, apéndice “dependiente e impersonal” del capital “independiente y
personal”. (7)
Cierto es que el manifiesto, según el filósofo francés
corresponde a las obras “de maduración teórica” y no a las” obras de la
madurez” plena. Veamos ahora en qué términos censura el sistema capitalista en
1865. Salario, precio y ganancia: “El tiempo es el espacio en que se desarrolla
el hombre. Un hombre que no dispone de ningún tiempo libre, que durante
toda su vida, salvo en las pausas puramente físicas del sueño, las
comidas, etc, está absorbido por su trabajo para el capitalista, es menos que
una bestia d carga. Físicamente destrozado y espiritualmente embrutecido, es
una simple máquina para producir riqueza ajena.”(8)
Estamos en presencia de un sistema- reitera el capital
que no deuda en sacrificar vidas humanas todavía en formación e incapaces
de defenderse: tal es el “gran rapto herodiano de los niños cometido por el
capital en los comienzos del sistema de fábricas en las casas de los pobre sy
orfanatos, mediante el cual se incorporó un material humano carente por
completo de voluntad”. (9) Terribles son los cotos humanos del
capitalismo. Piénsese en la formación de la industria textil en Inglaterra : la
metería prima se consigue acercando y destinando a pasto las tierras
comunes que aseguraban la subsistencia a grandes masas que, al ser
expropiadas, están condenadas al hambre y la desesperación, de modo
que, por usar la expresión de Thomas Moro recogida por Marx. “las ovejas devoran a los hombres”. (MEW
23,747,n193)
No es un capítulo de historia pasada que se
impute al proceso de formación del capitalismo. También en su forma madura este
sistema se caracteriza por un afán de ganancia que conlleva “un derroche
de vida humana digno de Timur-Tamerlan” .(10))Si, “con todo y su
cicatería” la producción capitalista es “en general muy prodiga en material
humano es , “ dilapidadora de hombres”, se caracteriza por “ la disipación de
la vida y la salud de los obreros”. (11))En resumen, el capitalismo “sanciona
el dominio de la cosa sobre el hombre”, implica la transformación de los
obreros en “máquinas de fuerza-trabajo”, y también la transformación de los
niños, “de hombres que aún no han llegado a la mayoría de edad en
máquinas para la producción de plusvalía” sin preocuparse lo mas mínimo
por “ la atrofia moral y la “esterilidad intelectual” consiguientes.(12).
La sociedad burguesa gusto de alabarse a si misma como un verdadero Edén de los
derechos innatos del hombre” cuando realmente en su ámbito el
“trabajo humano”, es más, “el hombre como tal (…) desempeña una función
miserable” (13). En cuando pasamos de la esfera de la circulación a la de la
producción nos percatamos de que,. Lejos de ser reconocido en su dignidad de
hombre el obrero asalariado “lleva al mercado su prop0ia piel y solo le cabe
esperar que…se la curtan” (15). Si Engels al describir la Situación de la clase
obrera en Inglaterra denuncia como hemos visto “el comercio indirecto de carne
humana” que ejercen los capitalista”, El
Capital llama la atención sobre “ el tráfico de carne humana” semejante al
de los esclavos negros que se sigue practicando en Inglaterra , país modélico
en aquel momento del desarrollo capitalista y la tradición liberal (17).
La crítica de los procesos de deshumanización propios del
capitalismo resuena con más fuerza cuando Marx habla de la suerte reservada a
los pueblos colonizados: con “la aurora de la era de la producción capitalista”
África se convierte en un “coto de caza para los mercaderes de pieles
negras” (16). Vayamos ahora a Asia y al imperio colonial holandés:
aquí funciona el “sistema de robo de hombres en las Celebes para proveer de
esclavos a Java”, con “ladrones de hombres” (Menschenstehler) “adiestrados para tal fin “ (18). Todavía a
mediados del siglo XX vemos que Estados Unidos el esclavo negro esta tan
deshumanizado por sus amos que se convierte en una “simple propiedad” como las
demás unh “ganado humano” o un “bi9en mueble de color negro” (19). La reducción
a mercancía es tan completa que algunos Estado se especializan en la “cría de
negros” (Negertzught)(20), o – Marx
recoge la expresión inglesa –breeding of
slaves– (21), renunciando a los artículos de exportación tradicionales,
estos Estados “ crían esclavos” en calidad de mercancías de exportación
(22). Por otro lado, la ley de devolución de esclavos fugitivos convierte
a los propios ciudadanos del Norte en “cazadores de esclavos “(23). El” ganado
humano” domestico convertido en caza: un paso más en el proceso de
deshumanización.
Como vemos, también en los escritos de madurez de Marx es
frecuente el motivo critico que reprocha a la sociedad burguesa la
reducción de la gran mayoría de la humanidad a “maquinas”, “ instrumentos
de trabajo”, “ mercancía” que se puede derrochar tranquilamente, “ artículos de
comercio” y de “ exportación”, “ bien mueble”, ganado de cría, caza, piel
que se caza y piel que se curte.
La denuncia del anti humanismo del sistema capitalista no ha
desaparecido, ni puede desaparecer, porque está en el centro del pensamiento
marxiano: la comparación, tan importante para él, entre esclavitud moderna y
esclavitud antigua, entre esclavitud asalariada y esclavitud colonial,
señala la permanencia en el ámbito del capitalismo del proceso de cosificación
que se expresa con toda su crudeza en la relación con el esclavo
propiamente dicho. El análisis científico y la condena moral están fuertemente
entrelazados, y este nexo es el único que puede explicar5 la llamada a la
revolución. Por verídica e implacable que sea, la mera descripción de la
sociedad existente no puede estimular la acción para derribarla si n es mediante
la condena mortal; y si esta condena es tan fuerte se debe a que el orden
sociopolítico analizado y reprobado es culpable, no solo y no tanto de
cometer ciertas injusticias, sino de despreciar la dignidad humana de
toda una clase social y de los pueblos colonizados en conjunto, que en última
instancia constituyen la gran mayoría de la humanidad.
Partiendo de este hecho, la realización de un orden nuevo
pasa a ser un “imperativo categórico” tanto en los escritos juveniles como en
los de madurez. Si las Tesis sobre Feurbach terminan criticando los
filosofos que se muestran incapaces de transformar un mundo en que se sojuzga y
humilla al ahombre, El capital es una “critica de la economía política”- como
reza el subtítulo- también en el plano moral: se critica al “economista
político” no solo por sus errores teóricos sino también por su “ estoica
imperturbabilidad”, es decir, por su incapacidad de indignación moral ante las
tragedias causadas por la sociedad burguesa (24). En una palabra ¡Es difícil
imaginar un texto tan cargado de indignación moral como el primer libro de El
capital! La continuidad en la evolución de Marx es evidente y lo
que Althusser describe como ruptura epistemológica solo es el paso a un plano
en el que la condena moral de los procesos de cosificación propios de la
sociedad burguesa y de su anti humanismo se expresa de un modo más sistemático
y elíptico.
Ciertamente, el filósofo francés admite que también puede
haber un “ humanismo revolucionario” ( Althusser , Balibar 1968,p 150),
pero sobre este aspecto es muy dubitativo, con lo que dificulta la comprensión
de la lucha de clases como luchas por el reconocimiento; si, luchas
por el reconocimiento es la lucha de lacases de los esclavos ( y de los pueblos
coloniales o de origen colonial) que es el sujeto social expuesto a la
deshumanización mas explicita y radical; lucha por el recomiendo es también la
lucha de clases cuyos protagonistas son los proletarios de la
metropo0licapitalista, ellos mismos considerados por la ideología dominante
meros instrumentos de trabajo o “ maquinas bípedas”; y lucha por el
reconocimiento es la lucha de clases de las mujeres que cuestionan, combaten y
liquidan la esclavitud domestica a las que las somete la familia patriarcal.
Vemos pues, hasta qué punto es inadecuada y engañosa la
lectura puramente economicista de la teoría marxiana del conflicto.
1.- ( MEW 2,7).2.- (MEW 1 ,583 y 536) 3.- MEW,1,385).4.- (
NEW 1,360).5.- (MEW 3,290).6.- ( Mew 5,358).7.- (MEW 4,476)8.- MEW 16,144)9.-
MEW 23,425) 10.- ( MEW 23,279 n 10311.- MEW 25,97,99,10212.- M MJEW23,189
y 5913.-EW 23, 262 y 421-42214.- MEW 4,450)15.- MEW 23,19116.- MEW 27,77917.-
MEW 23,28318.- MEW 23,78019.- MEW 15,333,23282,30,29020.- NEW 23,4721.-
MEW 23,7y8022.- MEW 15,33623.- MEW 15,333.-24 MEW 232,313)
Domenico Losurdo: “La lucha de
clases. Una historia política y filosófica” – El
viejo Topo, 2014.