4/8/14

Desestructuración de la historicidad modernista | Mariátegui ante la posmodernidad

José Carlos Mariátegui  ✆ Carlín 
Rafael Ojeda   |   En un período de cambios trascendentales, en el que las tradicionales teorías que hasta no hace mucho nos habían servido para explicar la realidad, han dejado de ser útiles; emerge un contradictorio contexto teórico-social afectado por un simultáneo proceso de fragmentación y homogeneización. Una problemática agudizada más aún en nuestros países latinoamericanos. De ahí que el estudio de algunas aristas teóricas un tanto marginales a los tradicionales estudios mariateguistas, nos dice hasta qué punto este pensador peruano, pudo entrever, desde los años veinte, las nuevas vías que asumiría después la cultura, la ciencia y las dinámicas sociales de la sociedad contemporánea; al vislumbrar, desde su conciencia modernista, los umbrales de esa diversidad y multidimensionalidad negada por el centralismo lineal, universalista y etnocéntrico de la sociedad contemporánea. En una tendencia propiciada por el embate homogeneizador que la globalización está inyectando en estas tierras, y un proceso simultáneo de heterogeneización característico a la conciencia posmoderna.

Introducción

Las modas intelectuales casi siempre han sido generadas por el deseo de negar lo anterior y superarlo a partir de presupuestos nuevos que marquen una ruptura, superación y distanciamiento con el pasado. Las demás de las veces, estos cambios son solo respuestas a los defectos mismos de los paradigmas teóricos vigentes. Actitudes que no siempre responden a necesidades reales, sino, a veces, a un esnobismo de fijación efímera e insensata que puede arrastrarnos por falsas pistas de renovación y vías de salida. Modas, más bien derivadas de un ánimo de cambio no necesariamente funcional o efectivo, sino esteticista y performántica, desde una disposición “filoneista”, en la que, al igual que los objetos, los grandes discursos de la razón se hallan atrapados también por la irresistible lógica de lo nuevo.

La crítica de la economía política y la naturaleza | La herencia del pensamiento de Marx & Engels

  • “Este comunismo es, como naturalismo acabado = humanismo y como humanismo acabado = naturalismo” | Marx, 1966:82
  • “El trabajador ya no se inserta, como intermediario entre la materia y él, el objeto natural transformado en herramienta; inserta ahora el proceso natural, que transforma en proceso industrial, como intermediario, entre él y toda la naturaleza, de la cual se ha hecho dueño” | Marx II, 1970:193
Karl Marx & Friedrich Engels
✆ Memorial en Berlín

Foto: Heiko Burkhardt 
Guillermo Torres Carral   |   En este artículo se discuten las bases económicas y sociales de la relación hombre-naturaleza, a partir de la herencia del pensamiento de Marx (y Engels), destacando lo que todavía es vigente en él y contrastándolo con los anacronismos presentes en su obra.

Reconociendo la destrucción socioambiental planetaria a partir del  avance tecnológico ocurrido en las últimas décadas, no podrá decirse que el reino de la necesidad salte al reino de la libertad, lo que presupondría la reducción de la jornada de trabajo (Marx, 1974, I, 440):
“La libertad en este terreno sólo puede consistir en que el hombre socializado, los productores asociados, regulen racionalmente este metabolismo suyo con la naturaleza poniéndolo bajo su control colectivo, en vez de ser dominados por él como un poder ciego; que lo lleven a cabo con el mínimo empleo de fuerzas y bajo las condiciones más dignas y adecuadas a su naturaleza humana. Pero éste siempre sigue siendo un reino de la necesidad. Allende el mismo empieza el verdadero reino de la libertad, que sin embargo sólo puede florecer sobre aquel reino de la necesidad como su base. La condición de la jornada laboral es la condición básica” (Marx, 1985, 8, 1044).[2]