5/5/14

La última biografía de Karl Marx

Luis Martínez Andrade  |  En 1907, el historiador italiano Benedetto Croce, bajo la frase lapidaria “Marx está realmente muerto para la humanidad”, intentó sepultar el pensamiento, la praxis y la genialidad del autor de El Capital. Sin embargo, siempre intempestivo, Marx regresaba de su tumba para ser partícipe en la toma del Palacio de Invierno, en la Larga Marcha al interior de China, en la Sierra Maestra de La Habana o en las luchas de liberación de la Nicaragua somocista, por mencionar algunos de los pasajes más significativos del siglo XX donde el filósofo de Tréveris era algo más que un “perro muerto”. No es fortuito que durante sus exequias, su cómplice de juergas, mecenas desinteresado y amigo entrañable, Federico Engels sentenciara: “Su nombre vivirá a través de los siglos, y con él su obra”. Francis Wheen no parece disentir de Engels (1999: 1, 382).

De ahí que Francis Wheen, escritor y periodista británico, nos presente una biografía de Carlos Marx compuesta de doce capítulos y tres anexos –destacando una partida de ajedrez con Gustav Neumann–. A través de una especie de bestiario, pues los capítulos se titulan The Little Wild Boar, The mouse in the Attic, The Magalosaurus, The Hungry Wolves, The Bulldogs and the Hyena, The Shaggy Dog, The Rogue Elephant o The Shaven Porcupine, el autor intenta detallar la vida de Marx.

Nuevamente sobre el materialismo de Marx y su actualidad

Karl Marx ✆ A.d. 
Juan Dal Maso  |  […]  El objetivo de… [mi artículo ‘Peter D. Thomas y la filosofía del marxismo] no era privilegiar el materialismo contra o sobre la praxis, sino introducir a algunas cuestiones planteadas por el libro de Peter D. Thomas The Gramscian Moment y señalar algunos lugares comunes que da por supuestos o menciona abiertamente (más abajo, más detalles al respecto). Creo que de entrada la interpretación que hace Federico sobre que plantear que la oposición de materialismo y praxis es estéril es como plantear que la cuestión filosófica da lo mismo, no tiene nada que ver con lo que plantea el [artículo]. Pero vayamos por partes. 

En primer lugar, creo que si bien la discusión entre "materialistas" y "praxiológicos" tuvo su importancia histórica, no es tan sencilla ni tan nítida como parece serlo para Federico [Manzone]. Por ejemplo, él menciona entre los ejemplos, a Antonio Labriola y la II Internacional, pero Labriola nunca consideró que sus elaboraciones fueran contra la II Internacional, sino contra los socialistas italianos que postulaban que el marxismo era afín con Spencer y Darwin (entendido éste último como una variedad de Spencer), los cuales a su vez eran una

La cuestión nacional según Otto Bauer | Notas críticas en torno a un clásico

Foto: Otto Bauer
(1881–1938)
Damián López  |  Resulta bastante corriente señalar el llamativo desfasaje existente entre la emergencia y expansión del nacionalismo y los Estados nacionales durante los siglos XIX y XX y el tardío desarrollo de teorías y estudios de caso que los analizaran en profundidad. Como es sabido, el boom sobre tales temas se produjo fundamentalmente a comienzos de los ’80, aunque aun antes pueden rastrearse algunos importantes antecedentes que, desde las más diversas corrientes de interpretación, y según el autor que se trate, fueron rescatados posteriormente en cuanto habrían anticipado elementos relevantes. Entre esta diversa bibliografía, que va de Ernest Renan a Karl Deutsch, algunas veces se incluyen los debates sobre la cuestión nacional dentro del marxismo, destacándose aquí por su cantidad y calidad la producción de importantes figuras de la Segunda Internacional (1889-1914) como Karl Kautsky, Rosa Luxemburg, Lenin, etc. Sin embargo, en este segundo caso se trata en general de investigaciones que se centran en el contexto específico de producción y en la discusión teórica al interior del marxismo; los libros de referencia sobre el nacionalismo, en tanto, normalmente otorgan poca relevancia teórica a aquellos aportes.

Aunque esta percepción sobre la inactualidad teórica de los acercamientos al problema nacional por parte de los miembros de la Segunda Internacional es materia de un arduo debate que no podemos presentar aquí por razones de espacio, puede decirse que en