5/2/14

Marx después de Marx | Eurocentrismo, crítica y política en José Ma. Aricó

Karl Marx ✆ Etten Carvallo
Guillermo Ricca  |  Este artículo es el resultado parcial de una investigación más amplia sobre la relación entre clases subalternas e identificación política en la   obra de José Aricó. En el mismo se reconstruye el posicionamiento de Aricó en el marxismo crítico latinoamericano y su relación con diferentes momentos de la política en Argentina y América Latina, a la vez que se analiza la polémica respuesta dada por Aricó en Marx y América Latina en torno al eurocentrismo de Marx y la vigencia de ese enfoque frente a otras perspectivas contemporáneas.
“Una herencia nunca se re-une, no es nunca una consigo misma. Su presunta unidad, si existe, sólo puede consistir en la inyunción de reafirmar eligiendo. Es preciso quiere decir es preciso filtrar, cribar, criticar, hay que escoger entre los varios posibles que habitan la misma inyunción. Y habitan contradictoriamente en torno a un secreto”. | Jacques Derrida
El trabajo persistente de muchos intelectuales y militantes por habitar ese espacio inhabitable, el espacio de la destrucción del marxismo, no ya para salvar verdades incontrastables ni filosofías universales de la historia, sino para convertirse en “sujetos de la crisis” como señalara oportunamente Alain Badiou1, supo dar forma singular a un legado para nada unívoco. Si la multifacética,

Un análisis sobre la contribución del discurso político de Fidel Castro al desarrollo político-cultural del pueblo cubano

Fidel Castro ✆ David Levine 
Camilo Rodríguez Noriega  |  El artículo se centra en una exposición acerca de las funciones del discurso político del líder de la Revolución Cubana en relación con el desarrollo político-cultural revolucionario del pueblo cubano, en la que se hace explícita la correlación entre el político y el filósofo-político que coinciden en su persona. Dicha exposición ha sido construida por su autor como resultado del estudio de más de 700 de los discursos pronunciados por Fidel Castro entre 1959 y 2006, en aras de develar su concepción filosófico-política acerca del desarrollo cultural necesario en el pueblo para comportarse como sujeto político de la Revolución y en cuyo curso identificó a dicha oratoria como importante medio del referido desarrollo. Se sustenta que la misma instituye una vía fundamental de interrelación con el pueblo en la que se codifican símbolos, propuestas, encargos, valoraciones, etc. entre los involucrados, respecto a los asuntos públicos, al tiempo que permite apreciar estados de ánimos y disposiciones políticas del líder y las masas, a partir de articular el proceso de toma de decisiones con la valoración de los estados de realidad, la marcha de las políticas vigentes y su propia continuidad y cambios. En consecuencia, el trabajo subraya el aporte de tal discurso a los estados de la identidad psicosocial del pueblo con el proyecto revolucionario, a la potenciación ideológica de su relación con la realidad y a los comportamientos políticos revolucionarios, tributando a la conformación de hegemonía político-cultural de igual

Irlanda y el marxismo

David Karbala  |  Irlanda nos muestra cómo las grandes luchas hacen avanzar la teoría marxista. En la época en que Marx y Engels estaban desarrollando sus ideas revolucionarias respecto a la lucha de clases y la economía, en lo referente a las naciones seguían defendiendo la visión de Hegel. Según este filósofo alemán se tenía que distinguir entre las “naciones históricas” —que tenían una larga historia y estaban destinadas a perdurar— y las otras, “no-históricas”, que desaparecerían. 
Para Marx y Engels, las “naciones históricas” incluían a Alemania y Polonia: ninguna de éstas eran entonces un Estado-nación y los movimientos progresistas defendían su constitución como tal. Sin embargo, Irlanda —que no era una “nación histórica”— demostró que este marco teórico era inadecuado.

Primero, las naciones no siempre han existido ni tampoco tienen un destino fijo; son productos del desarrollo del capitalismo. Así que, en segundo lugar, la actitud del marxismo hacia las naciones no puede basarse en esencialismos imaginarios, sino en cómo las luchas nacionales se relacionan con la lucha social en general. Marx y Engels empezaron a cambiar su posición en la década de 1860, frente a una renovada lucha en Irlanda contra el dominio británico. Vieron que su lucha de liberación, lejos de