30/1/14

Razionalità, sviluppo delle forze produttive e sfruttamento | Cosa può dirci ancora il marxismo analitico

Karl Marx ✆ Lesco Griffe
Stefano Bracaletti  |  La definizione «marxismo analitico» (analytical marxism) si è ormai imposta per identificare alcuni autori che, tra la fine degli anni settanta e la metà degli anni ottanta, hanno tentato una lettura dei testi marxiani e di vari concetti chiave del materialismo storico – quali sfruttamento, classe e coscienza di classe, forze produttive e rapporti di produzione – con gli strumenti della filosofia analitica (G. Cohen) e alla luce di una serie di sviluppi delle scienze sociali del 900, in particolare di alcuni paradigmi che cominciano ad affermarsi pienamente a partire dagli anni 60. Questi paradigmi sono l’individualismo metodologico e il concetto di microfondazione (J. Elster), la teoria dei giochi e la teoria della scelta razionale (J. Roemer). Centrale è anche, per quanto riguarda la proposta teorica di G. Cohen, il concetto di spiegazione funzionale, non tanto nella sua versione sociologica, così come codificata da R.K. Merton in Teoria e struttura sociale[1], ma con riferimento alle analisi di K. Hempel ed E. Nagel[2], volte a chiarire possibilità e limiti di questa forma di spiegazione in un ambito più generale e ad elaborarne una versione epistemologicamente raffinata, in grado di sottrarsi, almeno parzialmente, alle molte critiche formulate nei suoi confronti. Un obiettivo polemico dei paradigmi suaccennati, infatti, è

Mercancía y Valor-Trabajo | Guía de Lectura de Marx

“En la misma esencia del dinero se siente algo de la esencia de la prostitución” | G. Simmel
“Si el dinero, según Augier, nace con manchas naturales de sangre en una de sus caras, el capital viene al mundo chorreando sangre y suciedad por todos los poros, desde la cabeza a los pies.” | Karl Marx
Karl Marx Pierre Piech
Reinaldo Carcanholo  |  1. En verdad, la teoría del valor no es una teoría por construirse. Ella se encuentra mucho más  desarrollada de lo que en general se cree y se sostiene. Es sorprendente el número tan reducido de aspectos de ella que no fueron descubiertos y expuestos en El Capital. Ella es mucho más amplia de lo que tiende a pensar. En primer lugar, no se trata de una teoría que se preocupe simplemente con los factores que determinan los precios relativos o el nivel de los precios en el mercado. No es eso. Sus objetivos son mucho más amplios y complejos y su punto de partida es la comprensión teórica sobre la naturaleza de la riqueza capitalista.

En segundo lugar, ella no se limita a lo que se encuentra expuesto en el primer capítulo de El Capital, aunque sumándose aquellos dedicados al problema de la transformación de los valores en precios de producción. Las categorías de capital e plusvalía, capital industrial, capital ficticio, por ejemplo, son aspectos fundamentales de la mencionada teoría del valor, sin los que ella no estaría completada y sería incomprensible. En verdad, tales categorías no son sino formas desarrolladas del valor y, por lo tanto, los capítulos y secciones de El Capital dedicadas a ellas son indispensables para la referida teoría; ellas aparecen discutidas y

Crítica a la racionalidad reproductiva de la modernidad | Lectura de la crisis capitalista del siglo XXI

Marianela Acuña Ortigoza  |  Iniciándose el siglo XXI, se revela una crisis del capitalismo que muestra una paradoja existencial de la supervivencia del sistema como formación social hegemónica, “lo económico” que se constituyó en la fortaleza argumentada como éxito de la primacía del capital, y ahora, asoma sus debilidades estructurales. Para comprender esta crisis histórica, el análisis de la racionalidad reproductiva de la modernidad como construcción epistémica y hermenéutica de la hegemonía capitalista, nos aproxima a una interpretación que pretende develar una racionalidad que se constituye en directriz de las prácticas y direccionalidades de la sociedad contemporánea, cuya episteme y hermenéutica se ancló en el capitalismo como forma de organización social, construida históricamente privilegiando una naturaleza individual que se apropia de la necesaria edificación colectiva de lo humano. En lo económico, ha cabalgado por los siglos sobre instituciones que le permiten hacer creíble la paradoja discursiva de la competencia y la mano invisible; con la creciente intervención del capitalismo de Estado.