Marianela Acuña
Ortigoza | Iniciándose el siglo XXI, se revela una
crisis del capitalismo que muestra una paradoja existencial de la supervivencia
del sistema como formación social hegemónica, “lo económico” que se constituyó
en la fortaleza argumentada como éxito de la primacía del capital, y ahora,
asoma sus debilidades estructurales. Para comprender esta crisis histórica, el
análisis de la racionalidad reproductiva de la modernidad como construcción
epistémica y hermenéutica de la hegemonía capitalista, nos aproxima a una
interpretación que pretende develar una racionalidad que se constituye en
directriz de las prácticas y direccionalidades de la sociedad contemporánea,
cuya episteme y hermenéutica se ancló
en el capitalismo como forma de organización social, construida históricamente
privilegiando una naturaleza individual que se apropia de la necesaria
edificación colectiva de lo humano. En lo económico, ha cabalgado por los siglos
sobre instituciones que le permiten hacer creíble la paradoja discursiva de la
competencia y la mano invisible; con
la creciente intervención del capitalismo de Estado.
Explicar la escogencia de estos tres autores para la
sustentación teórica de esta investigación, y su coincidencia conceptual desde
miradas particulares, es converger en el rescate de la condición humana, y de
ésta, en su vínculo vital con la naturaleza como condición de reproducción de
la vida. Asimismo, la reconsideración –en términos de la formulación de una
propuesta discursiva, metodológica y epistémica– de la hermeneusis del capitalismo y de la necesaria superación de su
metabolismo social, es basada en la supervivencia, no solo del sentido de la
sociedad actual, sino como inevitable condición de sobrevivencia de la
humanidad.
Las tesis propuestas, coinciden en el análisis de la modernidad
como espacio-tiempo civilizatorio que permite al capitalismo posicionarse
–desde sus constructos culturales– como la formación hegemónica del planeta, y
observan en sus mutaciones de los últimos dos siglos –XIX y XX– las
contradicciones destructivas que al tiempo de alcanzar exitosamente, desde la
racionalidad medio-fin, los objetivos de la acumulación de capital, producen la
irremediable destrucción de las fuerzas creadoras de vida: seres humanos y naturaleza.
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