Marcello Musto | A
causa de conflictos teóricos o de acontecimientos políticos, el interés por la
obra de Marx jamás ha sido constante y, cuando se ha manifestado, conoció
indiscutibles momentos de declinación. Desde la “crisis del marxismo” a la disolución de la Segunda Internacional, desde las discusiones sobre los límites de
la teoría del plusvalor a las tragedias del comunismo soviético, las críticas a
las ideas de Marx parecieron, en cada ocasión, superar definitivamente su
horizonte conceptual. Siempre, sin embargo, hubo un “retorno Marx”.
Constantemente se desarrolló nuevamente la necesidad de
referirse a sus obras que -a través de la crítica de la economía política, las
formulaciones sobre la alienación o las brillantes páginas de los panfletos
políticos- siguió ejerciendo una irresistible fascinación sobre seguidores y
opositores. Y pese a que al finalizar el siglo se le decretó unánimemente en el
olvido, desde hace algunos años a esta parte inesperadamente, Marx se ha vuelto
a presentarse sobre el palco de la historia. En efecto, está en curso una
verdadera recuperación del interés a su respecto y en los estantes de las
bibliotecas de Europa, los Estados Unidos y el Japón sus escritos son
desempolvados cada vez más frecuentemente.
El redescubrimiento de Marx está basado en su persistente
capacidad explicativa del presente y en el conservarse como instrumento
indispensable para su comprensión y transformación. Frente a la crisis de la
sociedad capitalista y las profundas contradicciones que la atraviesan, vuelve
a interrogarse a aquel autor dejado de lado, muy apresuradamente, después de
1989.
Así, la afirmación de Jacques Derrida: “será siempre un
error no leer, releer y discutir a Marx”, que apenas unos pocos años parecía
una provocación aislada, ha pasado a ser cada vez más compartida. Desde finales
de los años noventa, en efecto, diarios, periódicos, emisiones televisivas y
radiofónicas no hacen sino discutir sobre el pensador más actual para nuestros
tiempos: Carlos Marx. El primer artículo en esta dirección que tuvo
cierto ecto fue “The Return of Karl Marx”,
aparecido en The New Yorker. Llega
después el turno de la BBC que, en 1990, confería a Marx el cetro del más
grande pensador del milenio. Algunos años más tarde, un número de Nouvel Observateur fue íntergramente
dedicado al tema Karl Marx -le penseur du
troisème millénaire. Y poco después, Alemania rindió su tributo a aquél a
quien había forzado al exilio durante cuarenta años: en 2004, quinientos mil
telespectadores de la televisión nacional ZDF
señalaron a Marx como la tercera personalidad alemana de todos los tiempos (y
la primera, en la categoría “actualidad”) y, durante las últimas elecciones
políticas, la conocida revista Der
Spiegel lo presentaba en su tapa, titulando Ein Gespensdt kehrt zurük (Un fantasma ha vuelto), con los dedos en
signo de victoria. Completando esta curiosa reseña, está la encuesta realizada
por el canal radiofónico BBC4 que ha asignado a Marx la palma del filósofo más
amado por los oyentes ingleses.
También la literatura sobre Marx, casi completamente
abandonada hace quince años, da difusas señales de retorno y, junto al florecer
de significativos estudios nuevos, aparecen, en varias lenguas, opúsculos del
tipo Why read Marx Today? Análogo
consenso logran las revistas internacionales abiertas a las contribuciones
referidas a Marx y al marxismo, y se han puesto de moda encuentros, cursos y
seminarios universitarios dedicados a este autor.
Finalmente, aunque sea tímidamente o en formas algo confusas
desde América Latina al movimiento altermundialista, una nueva demanda de Marx
llega también desde el lado político.
Y una vez más, el texto
marxiano que más que cualquier otro ha suscitado la mayor atención de lectores
y estudiosos ha sido el Manifiesto del
Partido Comunista. En 1998, en efecto, en ocasión del 105° aniversario de su
publicación, el Manifiesto de Marx y Engels ha sido impreso en decenas de
nuevas ediciones en todos los rincones del planeta y celebrado no sólo como la
más formidable previsión del desarrollo del capitalismo a escala mundial, sino
también como el texto político más leído de la historia de la humanidad. Por
tal motivo, ha sido impreso en decenas de nuevas ediciones en todos los
rincones del planeta y celebrado no sólo como la más formidable previsión del
desarrollo del capitalismo a escala mundial, sino también como el texto
político más leído de la historia de la humanidad. Por tal motivo, puede
resultar de interés volver a recorrer los acontecimientos que acompañaron su primera
propagación en nuestro país.
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