Michel Foucault ✆ Thierry Ehrmann |
Sergio De Zubiría Samper | Las
relaciones entre estos dos pensadores son muy difíciles de nominar, clasificar
o caracterizar. Por momentos podría hablarse de un “combate”, pero también de
cierta “complementariedad” y en otras ocasiones de ciertos “desplazamientos”.
Además que las continuas referencias y mezclas, realizadas por M. Foucault, a
Marx y ciertos marxismos (marxismo insípido, estrecho, estalinista,
post-estalinista, discurso marxista, el marxismo académico) dificultan aún más
esas relaciones.
Inspirados en los trabajos de dos grandes marxistas
franceses, Etienne Balibar y Pierre Bourdieu, partimos de una tesis que
consideramos posibilita mayor riqueza para abordar este diálogo: en formas
constantemente renovadas, un verdadero combate o tensión irresuelta con Marx se
extiende por toda la obra de Foucault y ese es uno de los resortes principales de
su productividad. Este “combate” expresa también la idea del pensador francés,
de que la única manera de testimoniar el pensamiento que uno ama es
precisamente “utilizarlo, deformarlo, hacerlo chirriar, gritar” y no la estéril
tarea de los comentaristas que se dedican a decir si se es o no fiel. Tanto la
reconstrucción de ese combate productivo como las teorías del poder de estos
dos insustituibles teóricos de la sociedad, están aún por analizarse, contrastarse e interpretarse. Por
esto, cuando remitimos a sus teorías, somos concientes de que nuestras
referencias son demasiado fragmentarias y buscan tan sólo llamar la atención
sobre la relevancia de este diálogo aplazado o incompleto.
En su condición de “intelectual específico” (no universalista),
como prefería autodenominarse Foucault, ese tenso combate con y contra Marx, está
necesariamente condicionado por el campo intelectual francés en que adquirió su
formación. “Hace ya bastantes años que no se le pide al intelectual que juegue
este papel. Un nuevo modo de ligazón entre la teoría y la práctica se ha
constituido. Los intelectuales se han habituado a trabajar no en el
<universal>, en el <ejemplar>, en el <justo y verdadero para
todos>, sino en sectores específicos, en puntos precisos, en los que los
situaban sus condiciones de trabajo o sus condiciones de vida (la vivienda, el
hospital, el manicomio, el laboratorio, la universidad, las relaciones
familiares o sexuales). Han adquirido así una conciencia mucho más inmediata y
concreta de las luchas”.
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